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The Chosen – Libro uno: 40 Días con Jesús
The Chosen – Libro uno: 40 Días con Jesús
The Chosen – Libro uno: 40 Días con Jesús
Libro electrónico139 páginas1 hora

The Chosen – Libro uno: 40 Días con Jesús

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Usted ha sido llamado por su nombre.

 


Cada seguidor de Jesús en los Evangelios tuvo un «antes» no tan bueno. Un pescador impulsivo. Un líder religioso piadoso. Una mujer poseída por un demonio. Un recaudador de impuestos ladrón. Pero el amor de Dios los alcanzó más allá de la fragilidad humana y los llamó, incluso antes de que Él comenzara su obra transformadora de redención. Y los llamó «suyos». Actualmente aún lo hace. Tenga un encuentro con Jesús tal como lo hicieron sus seguidores.


 


En The Chosen – Libro uno: 40 días con Jesús, explore las historias conmovedoras de Simón Pedro, Nicodemo, María Magdalena, Mateo y otros destinatarios de los milagros de Jesús. Usted no podrá evitar identificarse con la imprudencia, el pasado difícil, la piedad religiosa, la desesperación por un cambio de vida y, en última instancia, la redención de sus almas. Escritas para acompañar la exitosa serie de varias temporadas, cada una de estas cuarenta devociones contiene una escritura, una perspectiva única sobre alguna historia de los Evangelios, sugerencias para la oración y preguntas que desarrollarán su relación con Cristo.


 


Experimente el amor y el poder transformador de Aquel que ve más allá de su «antes» hacia el «después» de ese ser que Él puede redimir.


 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 nov 2020
ISBN9781424562121
The Chosen – Libro uno: 40 Días con Jesús
Autor

Amanda Jenkins

Amanda Jenkins is passionate about communicating biblical truths to kids in a way they can understand and connect with. Amanda lives just outside of Chicago with her husband, Dallas, and their four young children. She is also the daughter-in-law of Jerry B. Jenkins, author of the best-selling Left Behind series.

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    The Chosen – Libro uno - Amanda Jenkins

    DÍA 1

    ANTES

    «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú».

    ISAÍAS 43:1

    Cada seguidor de Jesús tiene un «antes» no demasiado glorioso: un impulsivo y temerario pescador; un piadoso y sofisticado dirigente religioso; un recaudador de impuestos frío e insensible; una mujer poseída por demonios tan insignificante que no se menciona nada de su pasado, por lo que solo podemos suponer lo que pudo haber sido.

    Y, sin embargo, Dios llama a las personas en el «antes», cuando ni siquiera eran conscientes de ser versiones rotas de ellos mismos. Dios llama a las personas antes de empezar su obra transformadora de redención, porque ve más allá de ese «antes» y mira a sus planes y objetivos. En el caso de aquellos a quienes ama tanto que llama suyos, Dios ve su vida después del «antes».

    Fíjate en Israel, por ejemplo.

    Isaías pronunció sus palabras proféticas sobre el pueblo elegido —«No temas, porque yo te redimí» (Isaías 43:1)— no cuando era obediente, sino durante un periodo de rebelión. En este tiempo, Israel estaba lleno de idolatría, el corazón del pueblo divagaba y era intensamente insensible hacia el pecado, además de experimentar las dolorosas consecuencias de sus decisiones. Y mucho antes de su arrepentimiento, Isaías profetizó estas palabras y concluyó diciendo: «te puse nombre, mío eres tú», y lo hizo a un Israel que se estaba rebelando contra todo lo que Dios había hecho por ellos y todo lo que quería hacer. Pero Dios no se volvió atrás y les mostró su misericordia: expresó su amor por su pueblo escogido, declarándoles suyos antes de que ellos accedieran a serlo y entró en el «antes».

    Dios también dice la verdad sobre nosotros; su plan de redención está en marcha, porque nos ha llamado por nombre. Nuestras decisiones no hacen fracasar las suyas. Lo que vemos cuando nos miramos al espejo no determina lo que ve él, ni las personas que llegaremos a ser por su obra en nosotros y, por ello, nuestro estado caótico no altera sus planes. Tampoco nuestro valor depende de las circunstancias, de otras personas o de nuestras decisiones, sino del que nos asigna aquel a quien pertenecemos.

    Por tanto, no hemos de tener temor.

    No temas, no eres el que serás. No temas, Dios puede redimir tus decisiones y usarlas para bien. No temas, Dios puede sanar tu corazón, tu cuerpo y tus relaciones personales. No temas, has sido creado para mucho más de lo que has experimentado hasta ahora. No temas, esto es solo el comienzo.

    Cada seguidor de Jesús tiene un «antes» no demasiado glorioso. Pero todo seguidor de Jesús tiene también un «después». El pescador pendenciero llegó a ser predicador de los fundamentos de la Iglesia primitiva, sanador de enfermos y cojos y un hombre intrépido hasta el día de su muerte. El dirigente de una religión impersonal llegó a ser amigo personal de Jesús, entendiendo finalmente y siendo transformado por las Escrituras que había dedicado su vida a estudiar. El recaudador de impuestos vendido a los romanos se convirtió en uno de los doce privilegiados apóstoles y autor del primer Evangelio del Nuevo Testamento. ¿Y la mujer? La mujer que era demasiado insignificante para que ni siquiera conozcamos su «antes» era tan valiosa para Jesús que se convirtió en la primera persona a la que se apareció cuando resucitó de los muertos, la primera en escuchar su tierna voz y la primera testigo de la culminación de todo lo que Jesús afirmó ser y hacer; fue ella la comisionada para decírselo a los hombres.

    TEMA DE ORACIÓN

    Dale gracias al Padre por conocer tu nombre, decirlo e identificarte como suyo. Dale gracias por redimirte de tu «antes», y pídele después que te ayude en los desafíos que aún tienes por delante.

    AVANZANDO

    o¿Qué partes de tu «antes» ha redimido Dios y por qué aspectos estás más agradecido?

    o¿Cómo te impacta hoy escuchar: «te puse nombre, mío eres tú»?

    o¿Cuál es tu temor y cómo responde a él la declaración de Dios a sus elegidos en Isaías 43:1?

    DÍA 2

    LIBERTADOS

    «Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador».

    2 SAMUEL 22:2

    Todos hemos sido libertados de ciertas cosas. La información veraz y bien explicada nos ha librado de la confusión. El tiempo nos libera de nuestro pasado.

    La libertad es un proceso continuo. Nos llega en multitud de formas y grados, desde acontecimientos importantes hasta momentos familiares que se esfuman suavemente. María Magdalena lo sabía por experiencia.

    Primero fue liberada de siete demonios. Después, durante los tres años del ministerio de Jesús, fue liberada de todo lo que creía saber. María pasó de ser atormentada constantemente por la oscuridad (Lucas 8:2) a ser iluminada continuamente por Jesús: la luz del mundo. Los escasos detalles sobre su vida antes de Cristo solo sirven para subrayar su liberación: puesto que Jesús la liberó de la muerte, ella le acompañó en la suya. María Magdalena fue una de las pocas personas que estuvo con Jesús hasta el final.

    Durante los tres años de su ministerio público se desarrolló una familiaridad entre ellos. María conocía su voz y sus risas. Escuchó atentamente sus enseñanzas. Algunas de sus palabras las comprendió enseguida, pero otras no las entendió plenamente. Se sintió asombrada por la compasión de Jesús hacia los marginados y abatidos, y llegó a ser ferozmente leal a aquel que sanaba a los oprimidos y liberaba a los cautivos. Cada uno de los milagros posteriores de Jesús confirmaba lo que María supo desde el momento en que experimentó el suyo: era el Mesías.

    Jesús fue arrestado, los discípulos se dispersaron y María se encontró al pie de la cruz con la mujer que había dado a luz al Mesías.

    Tras su crucifixión, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido retirada. Jesús —el Mesías, su libertador, maestro y amigo— no estaba allí. Los Evangelios aportan distintos relatos de lo que sucedió a continuación, pero Lucas 24 dice que María se acordó de lo que Jesús le había dicho en Galilea: «El Hijo del Hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará» (v. 7 NVI). El sentido de aquellas palabras se le había escapado, pero ahora recordó y entendió que también él fue entregado y liberado.

    Tras su crucial sacrificio, el Cristo resucitado se apareció primero a esta devota mujer de la que sabemos tan poco. Pero Jesús la conocía. Sabía exactamente de qué y para qué la había liberado. Y allí, frente a la tumba vacía, le dijo que ahora le tocaba a ella. María Magdalena sería la primera en llevar el mensaje más importante de la historia humana: ¡ha resucitado!

    TEMA DE ORACIÓN

    Dale gracias a Dios porque la entrega de Jesús hizo posible tu liberación, y pídele después que te guíe para llevar las buenas nuevas a otras personas.

    AVANZANDO

    oDescribe de qué te ha liberado Cristo.

    o¿De qué formas te identificas con María Magdalena?

    o¿Cuál es el papel para el que Cristo te ha libertado?

    DÍA 3

    REPRESENTAR

    «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la

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