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El camino de Dios aún es el mejor camino
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Libro electrónico214 páginas3 horas

El camino de Dios aún es el mejor camino

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Información de este libro electrónico

Zig Ziglar es el comunicador y motivador por excelencia, habiendo inspirado a millones por todo el mundo con sus estimulantes seminarios y exitosos libros, como Te veo en la cumbre. Sin embargo, esta vez ofrece un libro muy personal. En él les muestra a las personas cómo disfrutar del éxito a la manera de Dios, que como él dice, es la única manera permanente.
IdiomaEspañol
EditorialZondervan
Fecha de lanzamiento25 feb 2014
ISBN9780829777529
El camino de Dios aún es el mejor camino
Autor

Zig Ziglar

Zig Ziglar, uno de los conferencistas motivacionales más solicitados de los Estados Unidos, transmite su mensaje de humor, esperanza y entusiasmo a audiencias de todo el mundo. Ha escrito numerosos libros que han alcanzado categoría de éxito de librería a nivel mundial.

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    El camino de Dios aún es el mejor camino - Zig Ziglar

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    La misión de Editorial Vida es ser la compañía líder en comunicación cristiana que satisfaga las necesidades de las personas, con recursos cuyo contenido glorifique a Jesucristo y promueva principios bíblicos.

    EL CAMINO DE DIOS AÚN ES EL MEJOR

    Edición en español publicada por

    Editorial Vida – 2010

    Miami, Florida

    ©2010 por Editorial Vida

    Originally published in the USA under the title:

    God’s Way Is Still the Best Way

    ©2007 by Zig Ziglar

    Published in Nashville, Tennessee, by Thomas Nelson.

    Thomas Nelson is a trade mark of Thomas Nelson, Inc.

    Published in association with Yates & Yates, LLP,

    Attorneys and Literary Agentes, Orange California.

    ALL RIGHTS RESERVED

    Traducción: Marcela Robaina

    Edición: Madeline Diaz

    Diseño interior: Cathy Spee

    Adaptación de cubierta: Base Creativa

    RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LO CONTRARIO, EL TEXTO BÍBLICO SE TOMÓ DE LA SANTA BIBLIA NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL. © 1999 POR BÍBLICA INTERNACIONAL.

    Edición en formato electrónico © febrero 2014: ISBN 978-0-8297-7752-9

    CATEGORÍA: Vida cristiana / General

    IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

    PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA

    10 11 12 13 tt.jpg 6 5 4 3 2 1

    Usted, _________________________________: Si sigue estos conceptos progresará en el camino de Dios… ¡el mejor camino!

    A Julie Ziglar Norman, mi hija menor y la mejor editora —la más trabajadora y divertida— con la que he trabajado. Ha sido una experiencia fabulosa. Gracias, Julie.

    CONTENIDO

    Prólogo de John C. Maxwell

    Introducción

    PARTE UNO: EL FRUTO INTERIOR DEL ESPÍRITU

    CAPÍTULO 1 – AMOR

    Truett Cathy

    John J. Eagan

    CAPÍTULO 2 – ALEGRÍA

    Brian Buffini

    Jim y Naomi Rhode

    CAPÍTULO 3 – PAZ

    Dr. Dick Furman

    Wayne Alderson

    Dr. Leslie Holmes

    PARTE DOS: EL FRUTO EXTERIOR DEL ESPÍRITU

    CAPÍTULO 4 – PACIENCIA

    John McKissick

    Tony Evans

    Jim Dawson

    CAPÍTULO 5 – AMABILIDAD

    Kenneth H. Cooper

    Gary y Diane Heavin

    Mary Kay Ash

    CAPÍTULO 6 – BONDAD

    Butch Davis

    Mary Crowley

    Jim Norman

    PARTE TRES: EL FRUTO MADURO DEL ESPÍRITU

    CAPÍTULO 7 – FIDELIDAD

    Bill Bright

    Mike Godwin

    Tom Harken

    CAPÍTULO 8 – HUMILDAD

    Albert Black

    Bob Lightner

    CAPÍTULO 9 – DOMINIO PROPIO

    Dave Curry

    Bill Costas

    Dr. Ben Carson

    PARTE CUATRO: POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÁN

    CAPÍTULO 10 – UNA RELACIÓN ÍNTIMA

    Amey «rayito de sol» Fair

    CAPÍTULO 11 – UN TESTIGO DE CRISTO ANTE LOS DEMÁS

    Apéndice: ¿Por qué es necesario nacer de nuevo?

    Reconocimientos

    Notas

    PRÓLOGO DE

    John C. Maxwell

    En 1974, mi padre, mi cuñado y yo asistimos a una conferencia en Dayton, en el estado de Ohio. Miles de personas se habían congregado para escuchar a algunos de los oradores más importantes de los Estados Unidos. Ese día, algunos me impresionaron, pero hubo uno que me impactó. Zig Ziglar se conectó con el público de una manera inolvidable y conquistó los corazones de los presentes con su sentido del humor, su inteligencia y sus ideas. No obstante, la expresión de su fe en Dios ganó mi corazón. Con maestría y experiencia, Zig reconoció de continuo la obra de Dios en su historia triunfal. Esa noche, esperé durante una hora en la fila para poder saludarlo y retirarme con un ejemplar autografiado de su libro See You at the Top [Nos vemos en la cima].¹

    Treinta años después, puedo decir que el entusiasmo de Zig por Dios todavía me cautiva. Hemos compartido plataformas a lo largo y ancho de los Estados Unidos, adorado a Dios juntos, sostenido muchas conversaciones íntimas de sobremesa, y nos hemos alentado el uno al otro en algunos de los mejores campos de golf de nuestro país. He acompañado a Zig durante sus momentos de mayor fama y en las horas más oscuras, y su fe en Dios siempre ha sido espectacular. El camino de Dios aún es el mejor es más que el título de este libro: es la historia de su vida.

    Cuando yo era pastor principal de Skyline Wesleyan Church en Lemon Grove, California, nuestra iglesia quería realizar una actividad a fin de alcanzar a la comunidad empresarial de San Diego. Invitamos a Zig para ser nuestro orador, y más de dos mil quinientas personas asistieron al evento. Una vez más, Zig se conectó con el público y compartió el evangelio con los presentes. Esa noche, muchas personas comenzaron a transitar el camino de Dios. Por mi parte, esa noche comencé un viaje que me permitiría aprender a llevarle a Cristo a la comunidad empresarial.

    La influencia de este libro, El camino de Dios aún es el mejor, me ha permitido integrar mi fe al mundo de los negocios a fin de honrar a Dios y servirles de testimonio a aquellos que todavía no conocen a Cristo. Después de leer este libro, es un placer para mí poder expresarles los siguientes pensamientos.

    Primero, este libro es un estímulo para los cristianos. Cualquiera que conozca a Zig Ziglar no se extrañará de esta afirmación. El estímulo es como el oxígeno para el alma, y Zig, con sus comentarios positivos, infunde aliento de continuo en la vida de miles de personas, incluida la mía. Sus historias de cristianos que andan por el camino de Dios le darán impulso a sus alas. La manera en que estas personas se conducen con personalidad en la vida le proporcionará fortaleza a su alma. La forma en que comparten su fe con creatividad estimulará su mente.

    Segundo, este libro estimula a los cristianos a vivir vidas espiritualmente atractivas. Tengo el privilegio de conocer a algunas de las personas destacadas en este libro. Ellas exhiben a diario en su vida el fruto del Espíritu y son modelos vivientes de cómo aplicar el mandamiento de Jesús: «Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo» (Mateo 5:16). Sus historias serán un estímulo para que usted muestre y predique que el camino de Dios aún es el mejor.

    Tercero, este libro estimula a los cristianos a compartir su fe con los demás. Fuera de la iglesia y sus hogares, los cristianos han permanecido callados por mucho tiempo. Este libro está lleno de historias de personas de carne y hueso que comparten el evangelio de Jesús de manera simple y eficaz todos los días, en cualquier lugar en que se encuentren. En el último capítulo, se detallan formas prácticas y sencillas para que usted también haga brillar su luz delante de todos cada día.

    A mi amigo Zig Ziglar le encanta el viejo himno que dice: «De Jesús el nombre guarda … lleva el nombre de Jesús a dondequiera que vayas». Nuestra oración es que cuando termine de leer este libro, usted también pueda llevar el nombre de Jesús a dondequiera que vaya, para que Cristo transforme la vida de muchos y puedan decir con nuestro amigo Zig: «¡El camino de Dios aún es el mejor!».

    INTRODUCCIÓN

    En los últimos años, parecería que la presencia cristiana en el mundo, en vez de ser positiva y fuerte, brilla por su ausencia. Algunos suponen que la disminución de la influencia cristiana es culpa de los medios, el gobierno, la educación, la industria del espectáculo, la política o algún otro grupo de carácter secular. En mi opinión, el primer culpable es la comunidad cristiana, dado que muchos cristianos no proceden como tales.

    Cada vez más cristianos parecen darle crédito al engaño de Satanás de que no debemos expresar nuestra fe en público: las expresiones de fe deben reservarse para los ámbitos del hogar y la iglesia, porque nuestras creencias espirituales son «cuestiones personales». Y claro que Satanás quiere que nos mantengamos callados fuera de la iglesia y nuestros hogares. Por cada predicador que da un sermón en la iglesia, hay miles de personas que cuentan con la oportunidad de compartir el evangelio en su interacción diaria con los demás.

    Jesús quiere que integremos la fe a todos los aspectos de nuestra vida diaria, a los distintos ámbitos en que vivimos y trabajamos. Al fin y a cabo, como observa Ed Silvoso en su penetrante libro Anointed for Business [Ungido para los negocios], Cristo fue un empresario: él fue un carpintero hasta que comenzó su ministerio cuando tenía treinta años. Sus discípulos también fueron empresarios; entre ellos había pescadores, recaudadores de impuestos, médicos, pastores y granjeros. En suma, todos eran empresarios.

    Resulta interesante además notar que muchos de los milagros de Jesús no se realizaron dentro del templo, sino fuera, entre la gente ocupada en sus labores. Él tampoco limitó su enseñanza a los cultos formales dentro de la sinagoga. Jesús desarrolló gran parte de su ministerio mientras se ocupaba de sus actividades diarias y corrientes, conversando y relacionándose con las personas que Dios había puesto en su camino.¹

    Nosotros también, como lo hicieron Jesús y sus discípulos, debemos llevar el testimonio de nuestra fe al mundo, a nuestro lugar de trabajo, a todos los rincones de nuestra vida diaria. Eso fue precisamente lo que una anciana de Tullahoma, en Tennessee, hacía cuando nos conocimos por medio de un socio comercial en 1972.

    UNA PEQUEÑA DAMA CON UNA ENORME FE

    La hermana Jessie era una mujer muy menuda, pero su fe era poderosa. Me tenía tan intrigado que la invité a pasar con nosotros el fin de semana largo del 4 de julio. Franqueó la puerta de entrada hablando de Jesús, y tres días después se despidió hablando de Jesús también. Jesús, Jesús, Jesús. Todas las palabras que salían de sus labios eran para alabar a su Señor y Salvador, hablándoles a todos del amor y la misericordia de Dios, así como del gran sacrificio que Jesús hizo en la cruz para salvarnos del pecado y la muerte.

    Ella me habló de la necesidad que tenía de entregarle mi vida a Dios, y sus palabras cayeron en la tierra fértil de mi corazón. Me acosté pensando en lo que me había dicho la hermana Jessie, y al despertar era una nueva criatura en Cristo… sin grandes aspavientos, pero con una profunda fe y la confianza de que nunca volvería a ser el mismo viejo Zig. Poseía una nueva vida, y al igual que la hermana Jessie, quería hablarle de Jesús a todo el mundo, de modo que todos llegaran a conocerlo.

    JESÚS EN EL MUNDO EMPRESARIAL

    Siendo un nuevo creyente, quedé confundido cuando mis amigos y colegas, con la mejor de las intenciones, me sugirieron que no hablara de mi fe mientras daba conferencias, porque sería el fin de mi carrera profesional. El Espíritu Santo, en su gracia, me llevó a sentir que estaría mal avenirme a sus consejos. Desde aquel día hasta la fecha, no he ocultado mi identidad fundamental: soy un testigo de Jesucristo. He hecho de la fe una parte integral de mis libros y de cada una de mis presentaciones. Sin importar cuál sea el público, lo único que hago es parafrasear la Biblia, incorporar algunas interesantes anécdotas de la vida, y contar algunos chistes graciosos.

    ¿Acaso la expresión de mi fe en Cristo Jesús arruinó mi profesión? ¡La respuesta es un rotundo no! Estoy enormemente agradecido de que, durante más de treinta y cinco años, nunca tuve necesidad de solicitar favores para impartir una conferencia ni tampoco tengo un agente. Esto se debe a que la Palabra de Dios nunca vuelve vacía, ni siquiera cuando está parafraseada. En la actualidad, las personas quieren encontrar la verdad más que nunca. Tienen hambre del saber espiritual y están sedientas de conocer aquello que las hará libres: la persona de Jesucristo, mi Señor y Salvador.

    No hablo de Jesús solo cuando estoy en la plataforma pública. Lo menciono mientras converso con la persona sentada a mi lado en los aviones, hablo de él en los restaurantes o al esperar que me atiendan en la cafetería, la tienda de comestibles, el banco o la lavandería. Hablo de Jesús en todo lugar.

    Cuando le entregué mi vida a Cristo, todas las facetas de mi existencia cambiaron de forma radical para mejor. Me convertí en una nueva criatura y pronto aprendí que las posibilidades de Dios son infinitamente más grandes que la anuencia del ser humano. Había nacido de nuevo y quería tomar decisiones que estuvieran en consonancia con mi fe; tenía muy presente que mi responsabilidad como cristiano era representar bien a mi Salvador. Para poder concentrarme en él sin distracciones, le pedí a Dios que me librara de las tentaciones y me ayudara a anunciarles a otros su mensaje de salvación y amor. Él respondió afirmativamente esta oración y me honró con el privilegio de presentarles a Jesús a muchas personas, no solo en la iglesia sino también en otros ámbitos.

    ¡Cuál no sería el avivamiento que tendría lugar si todos los cristianos vivieran conformes a la Palabra de Dios y llevaran el amor divino a todos los ámbitos de su vida!

    Los cristianos que no temen ser políticamente incorrectos son los que ayudan a cambiar el corazón de la gente. Este libro recoge varias historias sobre hombres y mujeres que anuncian con sinceridad el mensaje de Dios en lugares donde por lo general eso está mal visto. Cada vez más cristianos están llevando el mensaje de Dios a las oficinas de la compañía, las reuniones de la junta y las salas de descanso en su lugar de trabajo.

    LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS EN ACCIÓN

    En febrero del 2003 me desperté con un pensamiento tan irónico que tuve dificultades para volver a conciliar el sueño. De seguro que la gran mayoría de las empresas (en particular si son empresas que cotizan en la bolsa de valores) no permiten el estudio bíblico en sus oficinas. Muchas compañías llegan incluso a prohibir hablar de la fe, y en muchos casos tener una Biblia sobre el escritorio podría llegar a ser contraproducente para la carrera profesional, aunque solo se lea durante los descansos.

    La ironía consiste en que (y cuando Dios me insinuó este pensamiento casi me pongo a reír a carcajadas) aunque no se pueden tener estudios bíblicos en la compañía para la que se trabaja, si usted no cumple con los principios bíblicos mientras trabaja allí, su carrera será de muy corta duración.

    Lo que quiero decir con esto es que un buen empleado debe obedecer los Diez Mandamientos. Tiene que esforzarse y trabajar bien. Necesita ser confiable, honrado, sincero y responsable para que le vaya bien a la compañía, estar dispuesto siempre a rendir al máximo, mostrarse amable con los compañeros de trabajo y, en definitiva, desplegar las virtudes de carácter que según resulta se derivan directamente de la Biblia. Un empleado que estafa está acabado, si se presenta a trabajar solo dos días por semana será despedido, y matar a un colega resultará de modo definitivo en el fin de su vida profesional. O sea, las empresas estadounidenses dicen: «¡No le permitiremos estudiar la Biblia, pero si no la obedece, despídase de su empleo!»

    Como dije antes, esta revelación fue muy impactante y me inspiró a escribir este libro. Mi propósito es presentarle a una serie de hombres y mujeres que, como yo, también llevan a Jesús al mundo empresarial y de los negocios. No tienen reservas para hablar de Jesús y tratan a sus jefes,

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