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Las vidas de San Francisco: Arquitectura, patrimonio y ciudad
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Las vidas de San Francisco: Arquitectura, patrimonio y ciudad
Libro electrónico723 páginas4 horas

Las vidas de San Francisco: Arquitectura, patrimonio y ciudad

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Información de este libro electrónico

"Referido al conjunto patrimonial de la orden Franciscana en Santiago y su entorno, una trama de temas arquitectónicos, urbanos y patrimoniales confluyen en este volumen.
La consideración de las cambiantes fisonomías e interfaces urbanas de los conventos franciscanos en Latinoamérica constituye un aporte inédito, que enriquece y sitúa la comprensión del caso local en un contexto histórico y geográfico mayor. Esta sección, realizada por especialistas y observada desde sus respectivos casos, devela los trances urbanos de Lima, Caracas, Buenos Aires, Río de Janeiro, Bogotá, Quito, La Paz, Asunción, Montevideo y Santiago.
En el caso chileno se examina con particular atención el devenir de las últimas cinco décadas, periodo en donde intensos debates en torno a la restauración y puesta en valor coinciden con importantes cambios urbanos. Sus respectivos proyectos y argumentos se exponen por primera vez conjuntamente, incluyéndose un significativo acopio de documentos inéditos.
Un atlas de planos y levantamientos realizados por un taller del Magíster en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile aporta un caudal de planos, proyecciones axonométricas y vistas referidas al monumento histórico y su cambiante entorno hacia el 2019. Cierran el volumen los diversos proyectos de intervención realizados en ese mismo taller respecto al monumento y su entorno".
IdiomaEspañol
EditorialEdiciones UC
Fecha de lanzamiento21 nov 2023
ISBN9789561432048
Las vidas de San Francisco: Arquitectura, patrimonio y ciudad

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    Vista previa del libro

    Las vidas de San Francisco - Rodrigo Pérez de Arce

    EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

    Vicerrectoría de Comunicaciones y Extensión Cultural

    Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, Santiago, Chile

    editorialedicionesuc@uc.cl

    www.ediciones.uc.cl

    LAS VIDAS DE SAN FRANCISCO

    Arquitectura, patrimonio y ciudad

    Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda, editores

    © Inscripción Nº 2023-A-9500

    Derechos reservados

    Noviembre 2023

    ISBN N° 978-956-14-3203-1

    ISBN digital N° 978-956-14-3204-8

    Director del Centro de Patrimonio Cultural UC: Umberto Bonomo

    Editores: Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda

    Producción editorial: Andrea Bravo

    Colaboración: Blanca Valdés

    Levantamientos, proyectos y contribuciones de: Andrea Bravo Faundes, Julio Guerrero Pastas, Diego Hamilton Miranda, Juan Infante Claro, Francisca Ríos Rey, Victoria Uriarte García, Felipe Vollmer Pizarro, Juan Walker Aninat, Gabriela Wilches Jácome

    Ensayos: Iván González Viso, Silvia Arango, Luiz Fernando de Almeida y Benjamim Saviane, Inés Del Pino, Alberto Quintela, Paulo Dam, Josefina Matas Musso, Fr. Samuel Abiyu Zacara o.f.m. y Oscar León Deheza, Juan Pablo Pekarek, Bettina Bray, Elvira Pérez, Gonzalo Carrasco

    Contribución: Felipe Correa

    Imagen portada: elaborada en el Taller de Investigación y Proyecto 2019 Las vidas de San Francisco, Magíster en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile.

    Imagen contraportada: croquis de León Rodríguez

    Diseño y retoque de imágenes: Carolina Valenzuela

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    CIP-Pontificia Universidad Católica de Chile

    Las vidas de San Francisco : arquitectura, patrimonio y ciudad / ensayos Iván González Viso [y otros] ; Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda (editores).

    1. Convento San Francisco de Asís (Santiago, Chile).

    2. Desarrollo urbano - Chile - Santiago - Historia.

    3. Edificios de misiones españolas.

    I. t.

    II. Pérez de Arce Antoncich, Rodrigo, editor.

    III. Cerda Errázuriz, Emilio de la, editor.

    2023 726.50983 + DDC23 RDA

    La reproducción total o parcial de esta obra está prohibida por ley. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y respetar el derecho de autor.

    ÍNDICE

    Prólogo

    Agradecimientos

    Introducción. Las Vidas de San Francisco

    Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda

    Capítulo I Orden y lugar: diez enclaves franciscanos y sus inserciones en ciudades latinoamericanas

    Orden y lugar: diez enclaves franciscanos y sus inserciones en ciudades latinoamericanas

    Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda

    La manzana del Convento de San Francisco de Santiago de León de Caracas: microcosmos de tensiones urbanas y visiones arquitectónicas

    Ivan Gonzalez Viso

    La Esquina de San Francisco en la Historia de Bogotá

    Silvia Arango

    La dimensión cultural y arquitectónica de San Francisco de Quito

    Inés Del Pino

    El convento de San Francisco en cuatro cartografías de Quito

    Felipe Correa

    El convento de San Francisco de Asís en Río de Janeiro

    Luiz Fernando de Almeida, Benjamim Saviane

    Un convento al pie de la barranca: el conjunto franciscano de Lima

    Paulo Dam

    Los franciscanos en La Paz

    Josefina Matas, Fr. Samuel Abiyu o.f.m, Oscar León

    San Francisco en Buenos Aires

    Juan Pablo Pekarek

    Las vidas de San Francisco de Asís en Montevideo

    Alberto Quintela

    Los Franciscanos en Asunción

    Bettina Bray

    San Francisco, proyecto y ciudad (1577-1920)

    Elvira Pérez

    Capítulo II Siglo veinte, cambalache: patrimonio en construcción

    Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda

    Capítulo III Atlas de San Francisco

    Rodrigo Pérez de Arce, Emilio De la Cerda, Andrea Bravo, Julio Guerrero, Diego Hamilton, Juan Infante, Francisca Ríos, Victoria Uriarte, Felipe Vollmer, Juan Walker, Gabriela Wilches.

    Ciudad y convento. Introducción al Atlas de San Francisco en Santiago Las piezas del barrio

    Cara y contracara

    Topografías aéreas

    Capítulo IV Ocho propuestas

    Taller de investigación y proyecto 2019 Las vidas de San Francisco Magíster en Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile

    Capítulo V La nave y el claustro: La Vicaría de la Solidaridad, los espacios de inmunidad y la Exposición Internacional de Plástica del claustro de la iglesia de San Francisco, 1978

    Gonzalo Carrasco

    Anexos

    Bibliografía reunida

    Biografías autores

    PRÓLOGO

    UMBERTO BONOMO

    Profesor asociado, Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile

    Director, Centro del Patrimonio Cultural UC

    El séptimo volumen de la colección Patrimonio, titulado Las vidas de San Francisco. Arquitectura patrimonio y ciudad, editado por Rodrigo Pérez de Arce y Emilio De la Cerda, puede ser considerado un mosaico del legado de la producción de la Orden Franciscana en América latina.

    Este texto sitúa la iglesia y el convento de San Francisco en Santiago de Chile como el centro de la discusión, pero desde Santiago se desarrolla un periplo latinoamericano que evidencia la praxis mediante el cual la Orden Franciscana se asentó en las principales capitales del continente. La decisión de los editores de situar el caso de la antigua Capitanía General de Chile en un panorama internacional, ofrece al lector un acervo inédito de experiencias, vicisitudes, problemáticas e historias de lugares y edificios que hoy son parte fundamental del legado patrimonial de nuestras ciudades.

    En Santiago, Quito, Montevideo, Río de Janeiro, Lima, La Paz, Asunción, Buenos Aires, Caracas y Bogotá hay enclaves urbanos, arquitectónicos y culturales en los cuales el tiempo se dibuja, proyecta, construye y deja rastros indelebles que conforman articulados palimpsestos cargados de sentido e identidad.

    Los rastros de estas historias son visibles en las más de 350 figuras, provenientes de archivos documentales originales que fueron resguardados con cuidado, para confluir en esta publicación como un atlas de la memoria franciscana en el continente. Las fotografías históricas, los planos y reconstrucciones planimétricas recopilados en este libro reflejan el enorme esfuerzo del equipo editorial por levantar, describir y ordenar un cuerpo gráfico-visual que acompaña el relato argumental del libro.

    Los edificios estudiados en la publicación, y especialmente el Convento e Iglesia de San Francisco, son testimonios solitarios de la transformación y el desarrollo de las ciudades en las cuales se insertan. Las iglesias franciscanas son las más antiguas en varias de las ciudades estudiadas, han sobrevivido y revivido como quimeras a terremotos, incendios, inundaciones o transformaciones urbanas radicales. Las torres campanarios son elementos comunes que sobresalen de la horizontalidad de los entornos urbanos de impronta colonial y que hoy son desafiadas por las dimensiones y escalas de las metrópolis contemporáneas.

    Junto a la visión panorámica de los principales enclaves franciscanos en el continente, entendidos como parte de un sistema colonial de implantación que evoluciona de manera diferenciada, este número de la colección constituye un intento por relevar y ordenar algunos tópicos fundamentales del enclave arquitectónico, urbano y artístico situado en el corazón fundacional de la capital chilena. Nos referimos específicamente al dinamismo del patrimonio y su capacidad de persistir y responder de forma resiliente al cambio. Los editores, en la introducción del libro, se refieren a la estabilidad impermeable de San Francisco evidenciada por la acumulación de vidas de este monumento desde la colonia hasta nuestros días.

    Los conventos, los claustros, las plazas circundantes, la expresión de las fachadas, responden a los cánones artísticos y decorativos que se sucedieron en casi quinientos años de historia. Sin embargo, este libro no nos presenta solo las vidas que vivió San Francisco sino también nos despliega los principales proyectos desarrollados durante el siglo XX para este lugar. Estos constituyen un relato disciplinar relevante que tensiona las ideas de conservación, restauración o intervención patrimonial, debates que se mantienen vigentes en la actualidad.

    Las vidas de San Francisco que se presentan en este libro conforman un collage de piezas parcialmente transparentes que, al superponerse, logran altos niveles de fricción. Es la energía acumulada en esa fricción, en los descalces y las contradicciones, la que activa nuevos marcos interpretativos necesarios para develar la complejidad del patrimonio que aquí se presenta.

    AGRADECIMIENTOS

    Hermanos franciscanos de San Francisco Alameda: Fr. Isauro Covilli o.f.m., Fr. Miguel Ángel Correa o.f.m., Fr. Nicolás Alfaro o.f.m., Fr. Javier Mac-Mahón o.f.m.

    María Angélica Zegers, directora Ediciones UC.

    Umberto Bonomo, director Centro del Patrimonio UC.

    Isabel García, directora Archivo de Originales Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC.

    Iván González Viso, Silvia Arango, Luiz Fernando de Almeida, Benjamim Saviane, Inés Del Pino, Alberto Quintela, Paulo Dam, Josefina Matas Musso, Fr. Samuel Abiyu Zacara o.f.m, Oscar León Deheza, Juan Pablo Pekarek, Bettina Bray, Elvira Pérez, Gonzalo Carrasco, Felipe Correa.

    Andrea Bravo, Julio Guerrero, Diego Hamilton, Juan Infante, Francisca Ríos, Victoria Uriarte, Felipe Vollmer, Juan Walker, Gabriela Wilches.

    Javiera Benavides, Pelagia Rodríguez, Hernán Rodríguez, Raúl Irarrázabal Covarrubias, José De Nordenflycht, Francisco Monge, Carolina Valenzuela, Raimundo Lira, Arturo Lyon, Alejandra Bosch, Danilo Martic.

    Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales de Chile.

    Blanca Valdés, quien en su rol de ayudante del taller Las Vidas de San Francisco, realizado durante los años 2019 y 2020 en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile, colaboró activamente en el origen de esta publicación.

    Un especial agradecimiento a Andrea Bravo, productora editorial del libro, sin cuyo trabajo realizado, esta tarea no habría sido posible.

    INTRODUCCIÓN

    LAS VIDAS DE SAN FRANCISCO

    RODRIGO PÉREZ DE ARCE, EMILIO DE LA CERDA

    Escuela de Arquitectura, Pontificia Universidad Católica de Chile

    El atlas que hemos titulado Las vidas de San Francisco se propone examinar una trama de relaciones y conflictos surgidos entre las consideraciones patrimoniales y urbanas de un sector céntrico históricamente significativo. El caso en cuestión es el enclave aglutinado en torno al convento de San Francisco en Santiago, lugar que ha visto sucederse un conjunto de iniciativas urbanas singulares, arrimadas de algún modo a la maciza presencia tutelar de la arquitectura del antiguo convento. Las preguntas que el caso levanta contienen proyecciones de índole mucho más general.

    Si la antigüedad de una pieza, un edificio o un conjunto constituye de por sí un factor de rareza y consecuentemente un criterio de valor patrimonial, especialmente en un contexto de terremotos que ha hecho forzoso el reemplazo de la forma construida, el convento en cuestión, cuyas trazas y elementos importantes datan de un poco más de 400 años, resalta, aunque solo sea por exceder en antigüedad, a cualquier otra obra arquitectónica en Santiago de Chile (la iglesia y el primer piso del claustro son de las pocas estructuras que sobrevivieron al terremoto de 1647).

    Alejándose de la idea estática de una forma auténtica y singular, esa misma acumulación de años se nos presenta como una sucesión de ajustes y cambios en su estructura y fisonomía acorde con la llamada ‘paradoja de Teseo’, según la cual, en la descripción de Plutarco, el reemplazo de las tablas estropeadas del barco de Teseo por piezas nuevas y más resistentes, hasta sustituir la totalidad del original, ponía en duda su identidad, desencadenando un dilema respecto a si el barco en cuestión seguía siendo el mismo o había dejado de serlo¹. Así como con la embarcación, el Convento ha sido –y sigue siendo– un epicentro de transformaciones al compás de las que se efectúan en su entorno, en donde muchas identidades cambiantes se van sobreponiendo a ciertos elementos de continuidad en una historia de aportes ajustes y mestizajes.

    Resulta por tanto paradójico que su sola presencia como el conjunto más antiguo de Santiago, acompañada del adjetivo colonial, así como la fijación vía decreto de su condición patrimonial, construyan una idea de estabilidad impermeable, donde el tiempo es un dato abstracto y no ese agente erosivo y transformador del cual hablaba, entre otros, John Ruskin. La acumulación de vidas en San Francisco es una clave para entender la sobrevivencia de la arquitectura antigua –y su futuro posible– no solo en términos de resistencia, sino de adaptación de la forma y de las ideas que la sostienen a las exigencias de cada tiempo.

    En ese largo y accidentado devenir, el año 2018 marcó un importante punto de inflexión al homologar temporalmente las vivencias republicanas del Convento a las coloniales que le dieron origen. Doscientos años de vida republicana marcaron su identidad pública y son especialmente reconocibles en las transformaciones aportadas por el arquitecto Fermín Vivaceta, que le otorgaron a la torre ese valor icónico que hoy nos resulta tan familiar y propio, a pesar de su ascendiente tipológico anglosajón y de ser la cuarta torre que ha tenido el templo a lo largo de su historia. Pero el proceso sigue en curso.

    Hacia 1910 el Convento poseía todas las piezas de un complejo entramado de patios, chacras y potreros que se insertaba en completa sintonía con una ciudad de patios y jardines interiores, en donde las materialidades de los muros y las cubiertas se restringían por lo general al adobe y las tejas ‘musleras’, de arcilla; y en que la dimensión vertical estaba determinada por las torres de los templos y la sonoridad de sus campanarios. Los grandes faldones de la iglesia franciscana de Alameda daban cuenta de esa identidad como también de una significativa transformación de la nave. Su ampliación lateral y expansión posterior, finalizada recién en 1895 con el cierre de la esquina nororiente del templo², configuraban la actual caja muraria rectangular, de modo que su monumental cubierta a tres aguas, que enmascara las diversas plantas anteriores, representa fielmente la paradoja de Teseo.

    Distintas sensibilidades se dejaron sentir en ese decurso: unas apelando a la Colonia, a veces plasmadas en cierta rusticidad; otras a los valores de la República, reflejadas en un énfasis neoclásico; las más actuales asociadas a los imaginarios del enclave turístico; y otras que afectan de modo general o particular a las piezas del barrio. Mientras tanto la ciudad, cada vez más compleja y heterogénea, sustituía la matriz de patios por otra de bloques, en esa reversión del sistema de llenos y vacíos urbanos que subrayaban Colin Rowe y Fred Koetter en Ciudad Collage³.

    La venta de parte del convento y sus huertas interiores en 1913, junto a la demolición de este sector del conjunto monástico en 1921, permitió la eventual creación del barrio París y Londres como un enclave escenográfico de alto prestigio, señalando otra fase transformativa cuyas repercusiones afectan la conectividad de la trama urbana. Podría entendérsela como una reverberación de las anteriores aperturas de calles tapadas o bloqueadas por los innumerables enclaves monásticos de Santiago, que habían sido tan decididamente impulsadas por Vicuña Mackenna hacia fines del siglo XIX. Irrigando actividad hacia el sur de la Alameda, este barrio se proponía inaugurar nuevos enclaves residenciales con tipologías que prescindían del patio como configurador del grano de la ciudad. Mediante una sofisticada operación inmobiliaria, lograron crear nuevos frentes públicos y asociar formas urbanas propias del urbanismo de Camilo Sitte con los azares que el corazón de manzana de chacras y patios franciscanos había acumulado por más de 300 años.

    En línea con sus propios rasgos identitarios, la operación de la calle Londres incluyó la superposición de fachadas historicistas a los muros –anteriormente pareados y colindantes con uno de los patios eliminados– y el cabezal del claustro, enmascarándolos en un lenguaje que buscaba mantener coherencia estilística con el eclecticismo del nuevo conjunto. Todo esto acompañado de una microhistoria de ajustes que comprometían el acceso al convento, las distribuciones internas, los cultivos y el manejo del jardín, y el equipamiento progresivo del conjunto mediante infraestructuras modernas de agua alcantarillado, electricidad y gas domiciliar.

    La construcción de la Pérgola de las Flores el año 1927, como una suerte de pieza de remate del paseo de la Alameda contigua al macizo cuerpo de la Iglesia, y su demolición el año 1948, quedaron plasmadas en el imaginario público mediante una popular obra musical de 1960⁴.

    La declaratoria en 1951 como Monumento Histórico de un conjunto de Iglesias capillas y Campanarios, que incluían a San Francisco Alameda, da cuenta de un reconocimiento oficial del valor patrimonial de parte del Estado, a la vez que de las normas que lo resguardan que, dicho sea de paso, con bastante probabilidad han impedido la demolición del convento.

    Durante el siglo XX, y al igual que lo ocurrido con los enclaves franciscanos en otras ciudades latinoamericanas, sobre el convento de Santiago se presentaron una serie de amenazas, asociadas tanto a su potencial como suelo urbano en pleno centro, así como a la creciente demanda por espacio para el transporte público y los vehículos motorizados. En el caso chileno, su presencia resultaba especialmente crítica para la continuidad de estos flujos, debido a la inflexión en el trazado urbano que genera el templo de San Francisco Alameda, el que corre paralelo al damero fundacional y no al ángulo de la antigua Cañada.

    El paradigma de protección de entornos que la ley chilena denomina Zona Típica y Pintoresca (1970), la declaratoria de 1982 otorgada al barrio París Londres y el decreto complementario del 2018 que viene a fijar su dimensión, dan cuenta de una particular concepción del pasado, de base más territorial. Fundada en relaciones de conjunto, la norma decanta en un polígono que dirime los límites físicos entre lo considerado típico y su entorno, levantando en esa misma definición sus propios dilemas, ya que aquello que queda fuera del polígono viene a regirse por las disposiciones generales de la norma urbana, lo cual explica la situación actual de enclave en baja altura del conjunto patrimonial, en medio de edificios en altura asociados a distintas políticas de densificación y regeneración urbana desarrolladas en las últimas décadas.

    La instauración del sitio de memoria de Londres 38, ratificada por una declaratoria de monumento histórico del año 2005, arrancó de un relativo anonimato a una de las casas del barrio para asegurar, mediante la permanencia pública del recinto, el recuerdo de los episodios más aberrantes de la dictadura.

    De este modo, sumadas a las intervenciones en el convento y su entorno, otro tipo de transformaciones –de orden cultural y normativo– como son el interés público por la categoría de patrimonio, su consagración en entidades encargadas de fijar esas categorías, sus diversas resonancias y su paulatino efecto en el resguardo de obras singulares y conjuntos mediante cuerpos normativos, surgieron como un primer atisbo a criterios y eventos de gran consecuencia.

    Con todo lo que implican respecto a nuestra relación con el pasado, los conceptos de museo y patrimonio simplemente no existían hace 400 años, mientras que el mundo de objetos y figuraciones del convento y su Iglesia revelaba fuertes connotaciones rituales capaces de energizar las relaciones de los oficiantes y el público en sus ceremoniales propios de la orden monástica. Así como el objeto de culto pasó a la categoría de objeto de arte, esa mirada ritual que hoy nos resulta ajena –o al menos muy lejana– la hemos sustituido de algún modo por la del visitante en el museo.

    La apertura del Museo de Arte Colonial de San Francisco en 1969 marca un significativo punto de inflexión en el devenir del barrio, no solo por revelar por primera vez al público de Santiago los secretos del claustro, hasta entonces reservado a los frailes, sino también por desplazar los antiguos valores rituales de sus objetos al marco más secular del museo de arte. Por primera vez pudieron los ciudadanos acceder al claustro y sus tesoros mientras que los frailes de la orden replegaban su actividad al segundo piso del convento. Coincidente con las disposiciones del Concilio Vaticano II, esta iniciativa concordaba con la intención de acercar los ámbitos del claustro y de la vida urbana.

    Siguiendo el análisis que hace Robin Evans⁵ a la arquitectura del claustro, en que la soledad de los eremitas en el desierto se domestica y replica mediante dispositivos arquitectónicos cuyas configuraciones en base a muros permiten un aislamiento en densidad, independiente de las condiciones geográficas, la operación de apertura a la ciudad que realiza el convento adquiere profundas implicancias epistemológicas e históricas.

    Como veremos, las acciones que se sucedieron, como la refacción del claustro, la remodelación de la fachada de la iglesia mediante el retiro de los agregados de 1860 –exponiendo la estructura muraria original–, el igualmente controversial retiro de los estucos de la nave principal, el reemplazo de las fachadas eclécticas realizadas en 1925 hacia la calle Londres y su sustitución por una nueva fachada de impronta colonial en 1974, el desmantelamiento de los cielos falsos en el claustro y muchas otras que el atlas consigna, generaron intensos debates públicos. Acompañando las numerosas transformaciones, los cultivos del claustro han llenado el espacio en contraste a su condición histórica más despejada, en un silencioso proceso transformativo cuyo alcance resulta ser, sin embargo, de no menor importancia.

    La sucesión de proyectos y propuestas de los arquitectos Juan Benavides, León Rodríguez, Rodrigo Márquez de la Plata, José María Peña, Raúl Irarrázabal, Hernán Rodríguez, Montserrat Palmer, Ernesto Labbé, Raimundo Lira y Patricio Schmidt, por nombrar a los principales, dan cuenta de las diversas posturas asumidas en la segunda década del siglo pasado respecto a cómo enfrentar el espacio patrimonial en términos doctrinarios y proyectuales.

    La excepcional resistencia del templo a los sismos acumulados durante cuatro siglos ha motivado recientes investigaciones a su sistema estructural, cuyos resultados son especialmente interesantes para comprender el rol que tuvo la mano de obra indígena americana en su proceso de construcción. Tal cual ha consignado la arqueóloga peruana Ruth Shady para explicar la resistencia de las estructuras de Caral, en Perú, mediante el uso de fundaciones con capacidad de disipar energía sísmica, Natalia Jorquera postula que la resiliencia de San Francisco se explica por la presencia de un sistema constructivo basado en bolones de piedra de canto rodado en la base de sus muros originales de adobe⁶.

    Este conocimiento específico de ingeniería antisísmica previa a la llegada del español asigna al conjunto un carácter mestizo que, por la vía de la arqueología histórica, viene a enriquecer la idea que la historiografía y la norma han construido sobre el conjunto.

    Nuestro atlas recoge una trama de eventos reunidos alrededor del convento y su entorno con especial énfasis en los cincuenta años transcurridos desde la apertura del claustro y la instalación del museo. El documento y las pesquisas que lo acompañan toman como base material y conceptual el trabajo de un taller de magister en arquitectura que dirigimos entre los años 2019 y 2020 en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile con el apoyo de la profesora ayudante Blanca Valdés. Desde esa plataforma, y en un ánimo colectivo, nos proponíamos examinar un enclave patrimonial con una mirada atenta y desprejuiciada a todas sus piezas y componentes. Nos interesaba registrar en ese predicamento las transformaciones urbanas del conjunto encuadrado en la macro manzana comprendida entre la Alameda Bernardo O’Higgins, Serrano, Alonso de Ovalle y Santa Rosa.

    En línea con significativas publicaciones como Learning from las Vegas de Venturi, Scott Brown e Izenour⁷, o Made in Tokio de Atelier Bow Wow⁸, por mencionar las más conocidas, ambas fieles a las lógicas del atlas, es decir, con estructuras discursivas que tejen un equilibrio argumental entre el texto escrito y la imagen de elaboración propia, el nuestro se propone explorar cartografiando y, mediante el levantamiento, generar un ir y venir de interacciones con el sitio. La mirada no prejuiciada que enfatiza el clásico estudio de Las Vegas permite poner la atención sobre la realidad para atraparla en todos sus rasgos, con el propósito de entender lo que verdaderamente ocurre antes de someterla a un juicio crítico y selectivo. En este marco, la construcción de la imagen surge a la par con la construcción del argumento.

    Así el atlas reúne no solo las piezas consagradas como patrimoniales (el Monumento Nacional en las categorías de Monumento Histórico y Zona Típica) sino también y con igual atención grandes edificios de estacionamientos hibridados mediante el aporte de programas inesperados, sitios eriazos, y acciones urbanas olvidadas, decantadas en una arquitectura ordinaria, como lo es por ejemplo el pasaje Juan Antonio Ríos que el urbanista Karl Brunner abría en continuidad al primer impulso de fragmentación de las grandes manzanas.

    No se trata entonces de historizar el devenir de un conjunto monástico, sino más bien de auscultar qué ocurrió durante el siglo XX y los inicios del actual, en el juego de relaciones entre esta pieza histórica y su entorno, con un énfasis más detallado en las cinco últimas décadas, es decir, en aquel espacio temporal que aún no ofrece suficiente distancia a la mirada histórica y en donde la oralidad y los testimonios vivos están aún presentes. Se trata de un momento en donde, como hemos visto, la conciencia de la historia y del patrimonio han alcanzado además nuevos niveles.

    El estallido social del 2019 en Chile y sus secuelas con la pandemia dan cuenta de la centralidad del espacio estudiado como escenario de mítines masivos y protestas, a la vez que de su fragilidad, en tanto piezas de primera línea dentro del escenario urbano. Esos eventos dan cuenta también de la urgencia de actualizar la vocación delineada hace medio siglo y definir sus proyecciones futuras, siendo capaces de plantear las preguntas adecuadas.

    En las últimas décadas, ¿qué ocurrió con este enclave urbano?, ¿cómo evolucionaron sus piezas?, ¿cuáles fueron las dinámicas y lógicas que impulsaron sus procesos transformativos? Se trata de preguntas relevantes, todas de proyección instrumental, en tanto apuntan a las potencialidades del conjunto entendido como un proyecto en curso, que –nuevamente la paradoja de Teseo– no acabará nunca de completarse.

    Como resulta evidente, las tramas de esta narrativa convocan hechos urbanos y locales en una diversidad de escalas. El atlas ofrece dos encuadres principales, uno más amplio y urbano, en donde resaltan las relaciones con el gran eje estructurante de la Alameda, también en el marco de los diversos intentos que se realizaron por superar el límite del centro metropolitano que marcaba esta avenida traspasando su orilla sur. Las inesperadas y problemáticas resonancias aportadas por el reciente proceso -más o menos desenfrenado- de densificación residencial en las manzanas del sur de la Alameda en las últimas décadas ha hecho de nuestro enclave una isla excepcional. Esa misma política de densificación destinada a repoblar el centro en base al reemplazo del grano construido por grandes bloques transformó la pregunta por el patrimonio urbano en un problema político y ciudadano, reemplazando la visión experta que dio pie a estas protecciones en las décadas precedentes.

    El otro encuadre, de impronta más propiamente barrial, se circunscribe al cuadrante anteriormente descrito, auscultando en detalle sus tramas urbanas, tipologías y piezas singulares, y representando con mayor detalle las diversas cuestiones que el atlas propone como materias de interés urbano y arquitectónico.

    Los capítulos del atlas levantan desde el caso contingente preguntas de orden general. En este predicamento, y considerando la dimensión global de la Orden Franciscana, hemos querido invitar las colaboraciones de diversos autores latinoamericanos para presentar desde una mirada local e informada los casos de Caracas (Iván González Viso), Bogotá (Silvia Arango), Quito (Inés Del Pino y Felipe Correa), Río de Janeiro (Luiz Fernando de Almeida y Benjamim Saviane), La Paz (Josefina Matas Musso, Fr. Samuel Abiyu Zacara o.f.m. y Óscar León Deheza), Lima (Paulo Dam), Buenos Aires (Juan Pablo Pekarek), Montevideo (Alberto Quintela), Asunción (Bettina Bray) y Santiago (Elvira Pérez).

    De tal manera, se da cuenta de la presencia histórica y territorial de la orden franciscana en algunas de las principales ciudades de la región, las que han evolucionado a la par que los enclaves monásticos. Las diversas aproximaciones dan cuenta de procesos paralelos de negociación entre conventos y ciudades en cada uno de esos lugares, situando nuestro caso en una perspectiva compartida más amplia.

    Lo anterior resulta especialmente significativo ya que una de las condiciones que cuestiona la singularidad excepcional de la pieza es su filiación a un sistema continental de colonización basado en lógicas de intercambio, repetición, patrones, tipologías y estándares compartidos con otros contextos en todo

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