UN VIAJE HACIA LOS ORÍGENES DEL CONOCIMIENTO HUMANO
Desde el principio de los tiempos, el ser humano siempre ha buscado refugio en el interior de la cueva por considerarla un lugar mágico, cargado de un fuerte simbolismo, y un centro de iniciación. Algunos de estos símbolos con los que el hombre primitivo querrá representar sus conocimientos y pensamientos más trascendentales terminaron quedando grabados en nuestro inconsciente colectivo, como ideas arquetípicas que lograron sobrevivir al paso del tiempo.
CULTO A LA PIEDRA
El culto a la piedra se perpetúa con el megalitismo, período en el que se sigue teniendo conciencia de la cueva como representación del útero materno y, por lo tanto, como un espacio generador de vida física y espiritual. En el interior de los dólmenes, y, posteriormente, de los templos de las primeras civilizaciones históricas, el iniciado era recibido para morir en su vida material y renacer, simbólicamente, en un nuevo estado del ser después de una profunda transformación de su conciencia.
El cristianismo no pretendió relegar estas antiguas tradiciones. Al fin y al cabo se encontraban totalmente impregnadas en unos individuos que siguieron respetando las creencias de sus antepasados. De esta forma, en muchas ocasiones, la Iglesia medieval optó por aprovechar la sacralidad inherente a estos lugares sagrados, entre ellos muchos monumentos megalíticos, llegando incluso a construir algunos templos cristianos en sus cercanías e incluso encima de ellos. En el interior de estas nuevas iglesias, ermitas y catedrales que fueron erigidas durante el apogeo de la Edad Media, se siguieron conservando unos extraños símbolos cuya antigüedad se perdía en las arenas de la Historia, por lo que su comprensión permitía acceder a un tipo de conocimiento procedente de nuestro más remoto pasado.
CONOCIMIENTO ESOTÉRICO
Con el arte románico y gótico, se seguió utilizando el símbolo como una forma de unir la realidad física con la metafísica, lo material y lo espiritual, con la
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos