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Metodologia para la elaboracion del trabajo cientifico
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Libro electrónico501 páginas6 horas

Metodologia para la elaboracion del trabajo cientifico

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La necesidad de ordenar un caos de manera tal que pueda tener sentido y ser comprendido ha llevado a múltiples disciplinas del conocimiento a diseñar distintos sistemas metodológicos. Esta obra es una herramienta muy precisa para apoyar el trabajo del investigador.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 nov 2023
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    Metodologia para la elaboracion del trabajo cientifico - Jose Filiberto Castillo de la Peña

    CONTENIDO

    Síntesis

    Algunos pensamientos sobre la metodología

    Prefacio

    Introducción

    Capítulo I. La elaboración del trabajo científico

    I.1. La tesis

    I.2. Restricciones

    I.3. Esquema de realización de una idea

    I.4. Diseño conceptual

    I.4.1. Título

    I.4.2. Introducción

    I.4.3. Objetivo

    I.4.4. Justificaciones, consideraciones generales o exposición de motivos

    I.4.5. Marco de referencia

    I.4.6. Formulación de hipótesis

    I.4.7. Variables

    I.4.8. Marco geográfico

    I.4.9. Marco temporal

    I.4.10. Marco teórico

    I.4.11. Acopio bibliográfico

    I.4.12. Conocimiento en el medio o estado del arte

    I.4.13. Observación naturalista

    I.4.14. Revisión y consulta de registros administrativos

    I.4.15. Determinación de la metodología de levantamiento

    I.4.16. Diseño y estrategia de la investigación

    I.4.17. Evaluación económica y/o presupuesto de levantamiento

    I.4.18. Diseño y elaboración del cuestionario preliminar

    I.4.19. Prueba piloto

    I.4.20. Corrección y diseño del cuestionario definitivo

    I.4.21. Levantamiento y aplicación de cuestionarios

    I.4.22. Diseño y elaboración de tabulaciones preliminares

    I.4.23. Diseño y aplicación muestral de cobertura y sesgo

    I.4.24. Correlación y aplicación de tabulaciones definitivas

    I.4.25. Tratamiento de la información

    I.4.26. Obtención de resultados

    I.4.27. Interpretación y valorización de resultados

    I.4.28. Evaluación final

    I.4.29. Elaboración de memorias y anexos

    I.4.30. Edición y publicación de resultados

    Capítulo II. La construcción y la presentación del trabajo de investigación

    II.1. Estructuración del protocolo para la presentación e iniciación del trabajo de investigación

    II.1.1. Breve ejercicio a manera de ejemplo para concebir un objetivo y de él su consecuente estructuración protocolaria para el trabajo académico de investigación

    II.2. Precisiones protocolarias para la presentación del trabajo de investigación

    II.2.1. Título

    II.2.2. Presentación (generalmente es opcional)

    II.2.3. Prólogo (generalmente es opcional)

    II.2.4. Introducción

    II.2.5. Contenido o índice

    II.2.6. Glosario de términos, abreviaturas y siglas

    II.2.7. Primer capítulo

    II.2.8. Segundo capítulo

    II.2.9. Tercer capítulo (¿qué hice?)

    II.2.10. Cuarto capítulo (¿cómo me fue?)

    II.2.11. Conclusiones y recomendaciones

    II.2.12. Apéndice y anexos

    II.2.13. Bibliografía

    II.3. Etapas a cubrir para estructurar el diseño conceptual

    Capítulo III. Pensamiento y lenguaje

    III.1. El pensamiento y el lenguaje

    III.1.1. Definición

    III.1.2. Significados

    III.1.3. El lenguaje formalizado

    III.1.4. El lenguaje histórico

    III.2. El conocimiento del hombre

    III.2.1. Grado sensorial

    III.2.2 Grado racional

    III.2.3. Clasificación y formas del pensamiento

    III.2.4. El proceso del conocimiento como objeto de estudio de las ciencias

    III.2.5. Para el estudio y la comprensión notables de la Dialéctica del proceso cognoscitivo, la ciencia se vale de las siguientes disciplinas

    III.2.6. Categorías

    III.2.7. Observación

    III.2.8. Experimentación

    III.2.9. Conceptualización

    III.2.10. Relación causal de los fenómenos

    III.2.11. Esencia-fenómeno

    III.2.12. Unidad y Lucha de Contrarios

    III.2.13. Trabajo

    Capítulo IV. Metodología

    IV.1. Investigación

    IV.2. Método

    IV.3. Metodología

    IV.4. Arte

    IV.5. Técnica

    IV.6. Crítica al monismo metodológico

    IV.7. Elementos y/o componentes del método de investigación

    IV.8. Teoría

    IV.9. Teoría y práctica

    IV.10. Ciencia

    IV.11. Opinión

    IV.12. Algunos conceptos necesarios de comprensión

    Bibliografía básica

    SÍNTESIS

    Este trabajo es continuación y revisión de otro publicado en mayo de año 2000 y aquí, bajo la opinión de especialistas, estudiantes y usuarios en general, a la que se sometió la obra, se acordó priorizar su contenido, dando mayor peso a la metodología que logré concluir con un trabajo científico práctico y dejando como base teórico-filosófica los dos últimos capítulos y no como se había realizado antes, que según los lectores encontraban muy interesante pero muy pesada, argumentando que lo esencial se presentaba al final y que había que buscarlo, sobre todo, a que la mayoría de sus lectores son personas que no son estudiosas de esta materia y que requieren únicamente elaborar, sobre todo, un trabajo específico, concreto y perfectamente determinado.

    La composición del libro, ahora, parte directamente de la forma en que se recomienda abordar una idea susceptible de ser elevada al rango de propuesta con características de originalidad, lo que significa que para realizarlo de forma cabal, una persona debe poseer los más claros deseos por externar, ratificar, explicar e incluso defender, si es el caso, su entender el que somete a la libre consecución en foros donde diserte su idea.

    Esta metodología propuesta ofrece indiscutiblemente tal facultad si se logra dominar su manejo, y la forma de hacerlo se ofrece en los primeros dos capítulos de la obra; en consecuencia, si con ella se buscan los sustentos teórico-filosóficos, los capítulos restantes ofrecen un claro soporte.

    Abundando en ello y presentando capítulo por capítulo ofrecido en la obra, se tiene que en el primero de ellos se expone desde las formas en que el hombre piensa y cómo selecciona una idea para formularse un objetivo o propuesta (tesis) que debe construir para desarrollar una investigación sea cual fuere el motivo o el gusto que por ella se le manifieste, así construirá un protocolo que le permitirá estructurar un índice tentativo que manejará con apego a sus intereses y de la forma más adecuada para convencerse de que eso es lo que quiere y que no sólo eso, sino que se encuentra dispuesto a realizarlo plenamente.

    En el segundo capítulo se encontrará con un ejemplo práctico de cómo efectuar, en detalle, el ejercicio anterior, pues se presenta ante una interposición relativamente sencilla donde el investigador podrá disponer de diferentes formas de realizarlo y hasta dónde desea llevar su indagatoria para someterlo a disertación, (antítesis) análisis y conclusión (síntesis).

    El tercer capítulo se construye con múltiples argumentos de carácter metodológico y teórico-filosóficos que se encuentran, sobre todo, en la obra de Nicola Abbagnano denominada Diccionario de Filosofía, editado por el Fondo de Cultura Económica, mientras que el cuarto capítulo concluye la obra ofreciendo la razón más amplia del significado de lo que se debe entender por investigación y todos los elementos que sobre esta temática se tiene.

    Esta metodología no pretende, de ninguna forma, cancelar la validez de las otras, sino tan sólo complementarlas, buscando afanosamente la comprensión entre los demás investigadores actuales y, sobre todo, en aquellos dedicados a la elaboración de herramientas metodológicas para la formación del trabajo científico.

    La metodología que aquí se ofrece, se presenta de la forma más sencilla posible y por ello, puede ser utilizada y aplicada con ciertas restricciones en toda actividad humana, pues propone una forma de ordenamiento de las ideas que formalmente deben asumirse, es decir, es apta para ordenar y definir el cómo expresar y dirigir los pensamientos orales y escritos hacia aquellos a los que le son semejantes, sin incurrir en retóricas inútiles que nada o poco tienen que ver con el discurso que le da origen.

    Pensar para hacer y/o decir; no hacer y/o decir para pensar (dicho popular mexicano).

    En tal sentido, esta metodología recoge las exigencias más complejas y recomendables de la sociedad estudiosa, sobre todo para darle congruencia y fluidez al ordenamiento del pensamiento y con esto, hilar y comparar universalmente su propio análisis crítico, haciéndolo más profundo para propiciar una selección más completa y atinada, basada en elementos metodológicos universales generalmente aceptados, utilizados y recomendados por aquellas organizaciones como la de la Organización de las Naciones Unidas que proponen, a través de sus departamentos especializados en los campos de su incumbencia, las herramientas indispensables que deben imponerse y recomendarse al mundo como medidas de comparación, de continuidad y de validación científica en cuestiones de discurso, de investigación y de presentación de documentos oficiales formales, de validez y carácter universal.

    De igual forma, esta metodología se ha enriquecido con todas las aportaciones de aquellas otras obras empleadas por recomendación institucional de los bancos: Interamericano de Desarrollo (BID) y el Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) presentadas en sus Guías para solicitudes para otorgamiento de crédito que, sin duda, permiten formalizar criterios comunes, para evaluar con relativa exactitud todas aquellas especificaciones teóricas, técnicas y de aplicación real que al acreedor, sobre todo, le interesan de forma sobresaliente y, con ellos, establecer los riesgos razonables en que caerán y que traen consigo tales financiamientos.

    A lo anterior se le suman algunas otras experiencias personales del autor, como ofrecimiento cabal de esta obra.

    Para darle mayor claridad y contenido a la obra, no debe dejar de considerarse que se realizó un acopio bibliográfico que comprendió, entre otras obras, los siguientes diccionarios especializados: Diccionario de Filosofía del Profr. Nicola Abbagnano publicado por el Fondo de Cultura Económica, en su segunda reimpresión del año 1982; el Diccionario de Filosofía extraído de la traducción de la cuarta edición publicada por la Editorial de Literatura Política Moscú de 1980 y el Diccionario Marxista de Filosofía del Profr. I. Blauberg extraído de la traducción Editorial de Literatura Política Moscú del año 1968, ésta proviene de la décima reimpresión del año 1985 publicada en lengua española por la editorial Ediciones de Cultura Popular, S. A. en México, D.F., y finalmente el diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, de donde, en todos los casos, se extrajeron la mayor parte de las definiciones filosóficas que han sido incluidas en este trabajo.

    Algunos pensamientos sobre la metodología

    La filosofía y la ciencia son distintas, puesto que parten de diferentes puntos de valoración; mientras la filosofía es discontinua y trascendente, la ciencia es lineal y cuantitativa.

    Ambas disciplinas atienden campos diferentes lo que en palabras de Paul Feyerabend es la inconmensurabilidad que refiere a la posibilidad de las ciencias y la filosofía de ser comparadas por sus consecuencias lógicas para tener distintos campos de atención.

    Aristóteles: el justo medio, in medio stat virtus en la mitad se encuentra la virtud (racionalismo) (tomado de la obra de Antonio Oriol Anguera y Patricia Espinoza Hernández, Filosofía de la ciencia, Publicaciones IPN, 1994.

    PREFACIO

    Con el afán de proporcionarle a la comunidad científica, al estudiante, al profesional o al investigador común de cualquier rama de la ciencia donde se les exija realizar investigación como simple actividad humana en general, este trabajo resulta de ayuda, pues no sólo facilita la identificación y la selección de un motivo u objetivo para ello, limitándolo con toda holgura en un universo particular seleccionado; propiciando la libertad necesaria para trabajar y definir con toda claridad, el ambiente y el campo donde pretende realizar dicha actividad; también es útil para saber cómo ordenar y expresar adecuadamente sus ideas, a partir de las más simples y hasta las más complejas, ya sean abordadas por escrito o de forma oral.

    Para hacer más comprensible y útil este tratado, me he permitido dividirlo en cuatro diferentes capítulos, donde se diserta en cada uno de ellos, las formas en las que se explican los procesos que siguen una o varias ideas esenciales pensadas y razonadas, ofreciéndole un camino para sustentar su propuesta (tesis) dando paso natural a la demostración (antítesis) que lo lleve a emitir conclusiones y en su caso recomendaciones de carácter específico (síntesis). Este capítulo desarrolla un papel de guía que lleva al investigador en ciernes o experimentado, a caminar paso a paso por un rumbo seguro, identificando todas las sendas que se le van proponiendo en el camino, independientemente del tamaño del universo a atender o, simplemente del conjunto de tareas necesarias para el desarrollo de su propuesta y la confrontación de ésta con la realidad que se le presenta en el medio donde trabaja, asegurándole un desenvolvimiento pleno y satisfactorio.

    En el segundo capítulo se confrontan y reservan las llamadas Etapas y presentación del trabajo científico que, igualmente como guía, permite a los investigadores organizar sus levantamientos de información en cuyos caracteres deben reflejar sin duda, la seriedad observada en el proceso de levantamiento.

    Así también, en este capítulo, se muestra el cómo se deben aprovechar las tareas realizadas para estar en condiciones de editar los resultados de cada investigación realizada, formando al final, un todo útil y necesario que permita extraer conclusiones propias, tanto procedentes de los autores, como de los lectores o escuchas según sea el caso, manifestando, realizando o proponiendo mejoras y solicitar la profundización de algunos tópicos interesantes que no hayan quedado perfectamente definidos, defendidos o que, por el interés marginal, se encontró en el desarrollo del trabajo, no satisficieron o lo hicieron muy acotados, sugiriendo y permitiendo la profundización con otros trabajos similares, aprovechando el presentado.

    El cómo se piensa, hacia dónde se dirige el pensamiento o la misma acción del pensar y lo que esto significa, abre la forma del cómo se puede y debe ordenar el pensamiento para obtener provecho de él y saber cómo puede estructurarse. Por ello, en el primer capítulo se aborda el pensamiento y que sirve a todo mundo, haga o no trabajo científico, permitiéndoles saber y comprender el cómo tienen que ordenarse para saber y discernir con toda claridad, qué resulta ser, esa misteriosa actividad y ese don que tenemos los seres pensantes.

    En el segundo capítulo se abordan cuidadosamente algunas de las definiciones más estrictas que deben conocerse profundamente para poder entenderse primero, a sí mismo y, después expresarse con toda claridad con base en las ideas claras y razonadas que son o fueron sometidas a comprobación, estudio, disertación o discusión, sean éstas de carácter científico o no.

    INTRODUCCIÓN

    En la actualidad, todos, incluidos estudiantes, profesores e investigadores independientemente de su rama, nivel y disciplina, los estudiosos que de alguna forma están asociados y obligados a realizar investigaciones relacionadas con la observación, el estudio y la experimentación empírica de la realidad, así como cualquier observador común de la naturaleza en general que tengan o no, necesidad de participar en trabajos que expliquen suficientemente bien a la comunidad, en forma detallada y sistematizada sus observaciones, sean estas por la vía de la investigación científica y/o tecnológica, la elaboración de textos, de reportes, de trabajos literarios, de trabajos de tesis, de investigación de mercados, de opinión, de participación en debates, en concursos, en discursos, en conferencias etc., y deseen realizarlos asegurando y guardando claridad, congruencia, fluidez y comprensión a sus ideas para acreditarles seriedad suficiente y cumplir con el más severo rigor científico, discursivo y literario, cuentan en el mercado con un sinnúmero de tratados, de guías y de manuales metodológicos de gran calidad, para apoyar y facilitar la elaboración de sus aportaciones siempre apreciadas; sin embargo, por algunas razones de simplicidad, dichas herramientas de buena aceptación, —sin duda— consideran anticipadamente, no sin razón, que para aplicar los métodos, las herramientas de medición y las técnicas recomendadas en dichos tratados, el usuario de todas estas herramientas metodológicas, de antemano debe haber seleccionado formalmente y con toda claridad, el o los objetivos que ellos mismos han diseñado, para buscar evidencias y con ellas, someter tales objetivos a observación, prueba, discusión, aceptación y/o rechazo del estudio, sin que el objetivo esté totalmente definido y claro para el mismo investigador.

    A partir de la premisa generalizada de que, por lo regular, casi nadie tiene claro en un principio lo que desea realizar, discutir o debatir y de que la metodología tradicional no lo resuelve, pues en sí, ésta se debate y confunde con regularidad con los procesos, sobre todo estadísticos, de recopilación, de ordenamiento de datos y de formas de presentación, la metodología propuesta cubre una gran parte de ese hueco que subyace en el campo del estudio de la metodología tradicional, que no ha abordado el cómo definir con claridad el qué y el cómo se debe abordar y limitar, y tan sólo se reduce a recomendar herramientas más o menos válidas para poder plantearse formas y elementos metodológicos que se pierden con relativa frecuencia, en el universo al que se hace referencia y del que se somete a estudio.

    Con esta metodología propuesta, el o los deseos y metas del usuario, podrán abordarse libremente en el ejercicio, limitándose conscientemente en el campo seleccionado, dándose la oportunidad de no sólo definir, estructurar y avanzar con toda seguridad y claridad en su pensamiento, sino inclusive, de otorgar congruencia y seguimiento, sin perderse del contexto planteado de antemano, pues cuando éste se encuentra propicio para proponerse, debatirse, discutirse, defenderse y desarrollarse, favorece su seguimiento, dándole a la selección de los propósitos y objetivos del trabajo a realizar, relativa fluidez, misma que demanda una discusión o un ejercicio serio, sea éste de investigación o no, limitando al actor, como parte de los usuarios, sean éstos profesionales, estudiantes o cualquier otro que por ausencia de elementos metodológicos, sistemáticos y sencillos, más que de herramientas metodológicas disponibles y de conocimientos profundos sobre los temas a tratar constituyen un severo y rudo problema a resolver para definir con claridad el deseo de arribar a la elaboración de algún trabajo de ese tipo.

    Con tales herramientas metodológicas al alcance de los interesados, éstos cuentan con una forma más para seleccionar el cómo abordar un tema o campo de investigación, tratado o discurso, definiendo con toda claridad su propósito.

    Esta metodología no pretende de ninguna forma, cancelar la validez de las otras, sino tan sólo complementarlas, buscando afanosamente la comprensión entre los demás investigadores actuales y sobre todo, en aquellos dedicados a la elaboración de herramientas metodológicas para la elaboración del trabajo científico.

    La metodología que aquí se ofrece, se presenta de la forma más sencilla posible y por ello, puede ser utilizada y aplicada con ciertas restricciones en toda actividad humana, pues propone una forma de ordenamiento de las ideas que formalmente deben asumirse; es decir, es apta para ordenar y definir el cómo expresar y dirigir los pensamientos orales y escritos hacia aquellos a los que le son semejantes, sin incurrir en retóricas inútiles que nada o poco tienen que ver con el discurso que le da origen.

    Pensar para hacer y/o decir; no hacer y/o decir para pensar (dicho popular mexicano).

    En tal sentido, esta metodología recoge las exigencias más complejas y recomendables de la sociedad estudiosa, sobre todo para darle congruencia y fluidez al ordenamiento del pensamiento y con esto, hilar y comparar universalmente su propio análisis crítico, haciéndolo más profundo para propiciar una selección más completa y atinada, basada en elementos metodológicos universales generalmente aceptados, utilizados y recomendados por aquellas organizaciones como la de la Organización de las Naciones Unidas que proponen, a través de sus departamentos especializados en los campos de su incumbencia, las herramientas indispensables que deben imponerse y recomendarse al mundo como medidas de comparación, de continuidad y de validación científica en cuestiones de discurso, de investigación y de presentación de documentos oficiales formales, de validez y carácter universal.

    De igual forma, esta útil metodología se ha enriquecido con todas las aportaciones de aquellas otras obras empleadas por recomendación institucional de los bancos: Interamericano de Desarrollo (BID) y el Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) presentadas en sus Guías para Solicitudes para Otorgamiento de Crédito que sin duda, permiten formalizar criterios comunes, para evaluar con relativa exactitud, todas aquellas especificaciones teóricas, técnicas y de aplicación real que al acreedor, sobre todo, le interesan de forma sobresaliente y con ellos, establecer los riesgos razonables en que caerán y que traen consigo tales financiamientos.

    A lo anterior se le suman algunas otras experiencias personales del autor, como ofrecimiento cabal de esta obra.

    Para darle mayor claridad y contenido a la obra, no debe dejar de considerarse que se realizó un acopio bibliográfico que comprendió, entre otras obras, los siguientes diccionarios especializados: Diccionario de Filosofía del Profr. Nicola Abbagnano publicado por el Fondo de Cultura Económica, en su segunda reimpresión del año 1982; el Diccionario de Filosofía extraído de la traducción de la cuarta edición publicada por la Editorial de Literatura Política Moscú de 1980 y el Diccionario Marxista de Filosofía del Profr. I. Blauberg extraído de la traducción Editorial de Literatura Política Moscú del año 1968, ésta proviene de la décima reimpresión del año 1985 publicada en lengua española por la editorial Ediciones de Cultura Popular, S. A. en México, D.F., y finalmente el diccionario Pequeño Larousse Ilustrado, de donde en todos los casos, se extrajeron la mayor parte de las definiciones filosóficas que han sido incluidas en este trabajo, Filosofía de la Ciencia de Antonio Oriol Anguera y Patricia Espinoza Hernández, Publicaciones IPN, Primera edición, 1994.

    CAPÍTULO I

    LA ELABORACIÓN DEL TRABAJO CIENTÍFICO

    La ciencia puede definirse como un conjunto de proposiciones verdaderas conectada por las relaciones de fundamentación; pero esta definición ni es completa ni se da en el sentido último de la ciencia. Las ciencias tienen, en cuanto a modos de conducirse el hombre, la forma de ser de este ente (el hombre) ¹

    Al trabajo creativo se le atribuye un carácter lógico-metodológico propio que persigue un fin plenamente determinado y generalmente se le orienta hacia la búsqueda de explicaciones, preguntas y respuestas sobre la conducta y causa de las leyes naturales y sociales que se advierten en los fenómenos que rigen la existencia del hombre y que son observables por él en la naturaleza y en la sociedad que cimenta y vive, esto para influir positivamente en el ambiente incrementando su conocimiento y su actuación transformadora en el mundo en donde mora.

    A trabajos como este que persiguen un objetivo determinado por su estructura y la severa observancia de las reglas que en él se advierten y ante la identificación de los fenómenos rectores que los gobiernan, constituyen la consecución de propuestas particulares que por ello deben demostrarse para estar en condiciones de apreciar con claridad las explicaciones y las deducciones razonadas, identificadas a plenitud, pues resaltan, por su configuración y disposición, como obras típicamente metodológicas que no son otra cosa que productos de un complejo proceso de reflexión y de investigación lógico, extremadamente dificultoso, sustentado por una iniciativa correctamente puntualizada.

    I.1. La tesis

    Como resultado de lo anterior y como norma metodológica, la tesis debe incluir en sí misma y desde un principio, un método que es recomendable hacerlo manifiesto, claro y sólido, construyéndolo como una propuesta formal propia cualquiera; esto obliga al proponente a recurrir a su experiencia para realizar reflexiones amplias y minuciosas sobre lo que, tal vez, pueda aportar a priori y, para dotar de especificación y coherencia a tal idea; por ello, se obliga a cimentarla a través de algunas contrapropuestas sensatas, seleccionando sólo una de ellas y que sea la que mejor le dé congruencia y validez a su objetivo, asegurando el método seleccionado que lo aliente a hacerle frente a la demostración plena, independientemente de que tal propuesta y con ella la contrapropuesta correspondientes en un principio, sean verdaderas o falsas; (de ahí lo original) empleando en su edificación argumentos propios, convincentes, válidos y sustentados; ya que entre más válidos, convincentes y verdaderos sean esos juicios y esos supuestos, más real será su propuesta.

    Con la contrapropuesta favorecida, que de hecho constituye de por sí la antítesis, esta, como producto de la asunción metodológica adoptada, facilita la argumentación para precisar el contenido de la hipótesis que se someterá a comprobación y prueba, esto es, a la propuesta inicial que también podemos llamar tesis u objetivo, valorando los principios, los supuestos y los juicios con los que fue construida y que se sustentaron en ella para ser sometida a reflexión y análisis, dando como resultado el saber si es verdadera o falsa, de ahí la necesidad de su comprobación, facilitando su desarrollo al poner en contradicción todos sus elementos, mismos que se resuelven plenamente a través de la estructuración de la síntesis.

    Para lograr que la proposición interpuesta sea resuelta con la síntesis, se deberán debatir, aceptar y sustentar los elementos constitutivos de la propuesta inicial con un lenguaje apropiado y correctamente empleado, enriquecido y ampliado para hacerla más provechosa y comprensible y, con ello, hacer que tal sustentación hablada y/o escrita (de ahí su defensa) pueda compartirse con provecho y darse a conocer y, en su caso, que sirva como aportación y acervo intelectual en beneficio de toda la humanidad.

    De forma sumamente esquemática y simple, se puede decir que este tipo de trabajos se constituyen de la siguiente forma:

    • Tesis: las cosas son como yo digo (propuesta).

    • Antítesis: ¿serán como yo digo? (contrapropuesta).

    • Síntesis: las cosas son como son independientemente de lo que yo digo (conclusión).

    Para entender mejor el término tesis y como definición, este concepto surge en Grecia y no es más que el resultado de los textos lógicos aristotélicos en los cuales aparece siempre para designar dos proposiciones principales que son:

    a) La empleada para designar y constatar lo que al comienzo de una discusión un interlocutor propone para el diálogo y la eleva como asunción propia, lo que la hace de sí original y

    b) Para designar una proposición tomada como principio y por ello, debe ser demostrable y enfrentar su discusión y defensa.

    De aquí, cualquier propuesta personal ascendida a la categoría de tesis que se sustente como tal, deberá estar apoyada siempre para su mejor construcción, comprensión y discusión con un método cualquiera, así como con juicios, principios y supuestos originales válidos, expresados estos últimos con un lenguaje apropiado sea hablado y/o escrito.

    La tesis, por consiguiente, se dice que es el resultado de un procedimiento metodológico empleado por un interlocutor cualquiera que propone un diálogo como aceptación propia y válida, rendida según su experiencia y sus conocimientos, lo que constituye, por consecuencia, el obsequiar una disertación original asociada a un método determinado que se desarrolla en un proceso dialéctico claro, ofreciendo una demostración juiciosa de lo que propone; lo que es además de propio, válido y talentoso, haciendo evidentes los discernimientos y las destrezas propios para demostrar lo más claramente posible, la validez y la originalidad de su propuesta.

    La tesis en sí, lleva siempre la compañía de su consecuencia, es decir, su propia antítesis; esta antítesis, por provenir de la propuesta inicial del proponente, debe ser también siempre demostrable y con la capacidad de ser sustentada con argumentos y juicios propios, originales, válidos, universales y lógicamente indiscutibles, recomendándose construir la hipótesis como tal, tratándose de ella; ésta deberá, obligadamente, ser sometida a demostración, aceptación y prueba, para que una vez hecho eso, pueda tener suficientes argumentos de aceptación general, parcial o de pleno rechazo.

    La tesis, como un proceso superior de la razón empleada por el hombre, —decía Hegel— es el método propio de la razón y procede precisamente mediante el paso de la tesis a la antítesis y exige, por lo tanto, una contradicción que se resuelve continuamente con la síntesis.

    La tesis, por consecuencia, es la disertación, el juicio, la opinión o la obra destinada a demostrar, metodológicamente, la verdad de una teoría o de una situación determinada, así, la tesis es el primer paso de un sistema dialéctico en particular que, en las teorías de Hegel, él sustentaba diciendo: la tesis deberá estar seguida siempre de la antítesis como segundo elemento y por ello, sobrepasa el sentido del no-ser y dar al final de cuentas con la tercera y última, conformada por la síntesis que constituye el llegar a ser.

    La tesis es la conclusión o la proposición que se mantiene vigente y verdadera, sustentada siempre con razonamientos y lenguajes amables, originales, propios, claros y válidos; así entonces, la proposición se puede declarar nítida, interesante y terminantemente válida, pues una vez conformada con sus aspectos, formales o materiales, está sujeta a someterse a discusión y/o prueba.

    Una tesis estará siempre representada por otras tesis tanto lógica como lingüísticamente bien construidas, relacionadas todas con el mismo asunto y deben ser conexas y sustentadas por uno o más principios, juicios o argumentos primordiales válidos, esto se da gracias a que toda realidad es material y todo conocimiento es sensible, se hace necesaria la existencia y la adopción de un principio que le es afín a todas.

    La tesis, como todo juicio humano constituido con un método y expresado lingüísticamente, ha de someterse necesariamente a las condiciones formales y materiales de la prueba que aseguren su originalidad, su legitimidad y su validez.

    La calidad o cantidad de la tesis y su carácter modal o hipotético, influyen en la clase de proposiciones externadas y esto con la finalidad de la demostración misma.

    Si una cuestión, un juicio, una argumentación o un objetivo han sido adecuadamente construidos, sustentados y propuestos, éstos estarán a la mitad del camino para ser plenamente demostrados; por contra, si cuando tales cuestiones, juicios, argumentaciones u objetivos se presentan con ambigüedades o son confusos, en vano podrán ser tratados para avanzar en las pruebas y en la discusión serena y razonada, pues se convertirán en disputas verbales irracionales, palabrería sin sentido y por ende inútiles, fatuos y faltos de sentido; de aquí la recomendación para el uso correcto y atinado del lenguaje, sea éste oral o escrito.

    Para poder elaborar el trabajo de referencia y a su vez asegurar su realización exitosa, así aborde temas de carácter científico, técnico, artístico, literario, lingüístico, etc., que además resulte agradable, interesante, de aceptación general, es altamente recomendable que anticipadamente se realicen ejercicios y elucubraciones serias sobre el tema, reafirmando la observación empírica apoyada en los conocimientos y en las representaciones sensibles propios, realizando algunas analogías y supuestos que sean generosos en experiencias para poder ser aceptados y considerados válidos y permitir a su vez, un tratamiento específico bajo un método establecido que favorezca aún más, una comprobación previa, con algunas variables asociadas y conocidas para medir la capacidad del esfuerzo que un individuo o un grupo de ellos realizan ordenadamente ante la necesidad de su demostración.

    Como definición más afortunada se dice que: El trabajo es una actividad deliberada y útil que ejecuta el hombre. Esto significa que la actividad práctica del trabajo humano, no puede realizarse a ciegas, de manera caótica, sin ningún plan (ni método), sin proponerse la consecución de determinados objetivos, de aquí que, para iniciar cualquier trabajo y más aún, para darle categoría de científico y por ello, de aceptación general, es menester realizar anticipadamente exploraciones primitivamente sencillas y, posteriormente, poco a poco realizar esfuerzos más complicados a fin de esclarecer mejor la idea sometida a estudio y, una vez fundamentada, clara, sencilla y precisa, sea catalogada como el objetivo en dicho proceso y con ello, propicie, defina y facilite ese ejercicio.

    Sobre un objetivo claro y definido se determinan las estrategias y las tácticas a seguir para conseguirlo.

    Desde tiempos muy remotos y con la colaboración de la experiencia, se han podido acumular y preservar hasta la fecha, principios y refranes populares muy sabios relacionados con la definición del quehacer humano, es decir, de las definiciones sobre lo que significan los objetivos que nos ayudan a comprenderlos y a seguirlos y entre los cuales están: Si un barco navega sin destino, no habrá viento que le favorezca; Séneca por su lado decía Para saber cómo se llega, se requiere saber a dónde se quiere ir; Si un barco no llega a un puerto, no será porque ese puerto se cambió de lugar; Si no sabes a dónde vas, cualquier camino que sigas será el correcto, etcétera.

    Con un objetivo como proceso de la actividad práctica, se comprueba, precisa y amplía el saber humano, edificando, ampliando y enriqueciendo su experiencia, esto representa un modelo típico no sólo del trabajo común, sino inclusive del trabajo propio de la ciencia.

    El objetivo se concibe y define, dependiendo necesariamente del deseo implícito de quien se propone desarrollarlo como trabajo intelectual y este último una vez dispuesto, siempre se presentará en condiciones favorables para resolver uno o varios problemas en provecho del hombre o de aquéllos a los que va dirigido.

    El objetivo de un postulante en un trabajo original de esta envergadura, se sustenta en sus experiencias vividas sumadas a las legadas por la humanidad entera y registradas principalmente en bibliografías especializadas de la que forma parte su tema, así, para la búsqueda de respuestas concretas, se recurrirá a algunos estudios, tratados, técnicas o discusiones preliminares que podrían considerarse suficientes o incompletos según el caso y que persigan fines definidos similares, abordándolos no sin tomar en cuenta todas aquellas experiencias sobresalientes de otros investigadores que, como él, se preocupan o ya se preocuparon por abordarlos para darles contestación, explicación y respuesta a sus dudas.

    El objetivo de un trabajo científico también puede provenir directamente de un patrocinador interesado, ajeno o no al investigador o al tema que se desea se aborde; si este es el caso, el patrocinador, como responsable, deberá definir el objetivo con la mayor claridad que le sea posible, orientando al investigador a realizar la búsqueda en el campo pretendido e insistiendo en la forma en la que desea sea tratado, abarcando el o los temas sometidos a comprobación a través del ejercicio, explicando y empleando sus propias ideas, conceptos, razonamientos y palabras de forma clara, sencilla y comprensible dentro del ambiente discursivo tratado.

    La definición clara de un objetivo, generalmente se sustenta proponiendo en el discurso conceptos e ideas primarias sustentadas sobre el campo o sobre la especialidad que se domine o justo con lo que se quiera disertar; ideas que se van afirmando, reafirmando y determinando según la elasticidad con la que el investigador cuenta; esto es, con base en las restricciones y limitaciones que se impongan para cada caso y que deberá atender en el desarrollo del trabajo intelectual, dependiendo para ello también, de la severidad, de la objetividad, de la amplitud y de la continuidad con la que desee afrontar esa actividad para darle a su trabajo concreto mayor validez y sustentación teórica y práctica.

    La idea inicial con la que se diserte el objetivo primario, deberá contar

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