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Podría Llegar tan bajo por tí
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Libro electrónico342 páginas5 horas

Podría Llegar tan bajo por tí

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Información de este libro electrónico

Holly Ryan es una adolescente que sufre violencia por parte de su novio, Tim. A pesar de su codependencia emocional y los continuos maltratos de su novio, Holly se empeña en ver las cosas de manera optimista. Durante una fiesta conoce a Ascher, un enigmático chico que la salva del temperamento descontrolado de su novio. Ambos se conectan de alguna manera, sin embargo, no es sencillo para Holly ver más allá de su relación con Tim, por lo cual, Ascher se empeñará en hacerle ver que su vida puede mejorar si empieza a quererse a sí misma.

Mientras más tiempo pasan juntos, un sentimiento nace entre ellos, sin embargo, Ascher esconde un secreto que no es fácil de revelar, pues teme la reacción que este pueda causar en Holly, pero la brecha que se crea entre ambos lo hará decidir si ocultar su identidad o arriesgarse a que Holly no le permita estar más en su vida.
IdiomaEspañol
EditorialXinXii
Fecha de lanzamiento16 jun 2023
ISBN9783989111417
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    Podría Llegar tan bajo por tí - Writer Danger

    Capítulo 1

    —¡Vamos, Ascher! Será divertido, personas diferentes, un ambiente distinto, te prometo que valdrá la pena, habrá muchas chicas lindas —dice el castaño, insistente, intentando convencer a su amigo rubio—, ya me cansé de las reuniones aburridas que hacen nuestros padres —concluye hastiado mientras entra al salón de clases y toma asiento en el pupitre.

    —No exageres, Jack —replica su amigo pelirrojo—. Lo dices como si estar con personas de baja clase fuera algo de otro mundo. Además, de ese tipo de personas no podemos esperar mucho, no hay que confiarse —dice sentándose en un pupitre detrás de Jack.

    El castaño lo mira entre serio y ofendido.

    —No son criminales, Trevor —refunfuña. Un chico rubio se sienta junto a Jack robando su atención—. Tú decides, Ascher —Jack y Trevor miran a su amigo esperando su respuesta, quién sin pensarlo responde:

    —Claro que sí, probar algo nuevo será genial —responde optimista. Trevor lo mira disgustado—. No será tan malo Trevor, te vas a divertir —dice tratando de animarlo.

    —¡Ash! —expresa el pelirrojo con fastidio—. Esa chica debe ser tan hermosa como para que te interese ir a una de esas fiestas pordioseras —dice Trevor antipático mientras acomoda su corbata.

    —Trevor tiene algo de razón —opina Ascher—. No hay que juzgar lo que no se conoce, pero sí concuerdo en que la chica te debe tener como loco si quieres volver a verla. Tu estilo es estar con chicas por diversión, ¿cómo la conociste? —cuestiona el rubio, intrigado.

    La forma de actuar de Jack es bastante extraña, nada propia de él. Ascher incluso siente curiosidad por saber qué de especial tiene la chica.

    —La vi hace una semana en una de esas fiestas, era tan… Hermosa. Intenté estar con ella por diversión, pero fue difícil —admite distraído—. No lo logré, me sentí derrotado y no sé por qué no busqué a otra, simplemente me quedé con ella y me comenzó a gustar —dice Jack, pensativo tratando de descifrarse a sí mismo.

    —Bueno, tal vez te llegó el momento de tener relaciones serias, ¿no crees? —dice Trevor, el castaño alza los hombros con desinterés.

    —No lo sé Trevor, no me quiero adelantar, sólo disfrutar mi presente, por el momento quiero conocerla más —responde Jack con seguridad en la última frase.

    Jack realmente tiene ganas de saber qué pasa con esa chica.

    —Bien, sólo iremos a cubrirte la espalda, no puedes confiar a ciegas en esa chica, ¿Y si te roba la fortuna? —cuestiona Trevor, desconfiado, el comentario hace reír al rubio de ojos verdes.

    —¿Cómo carajo va a robarme la fortuna por vernos una segunda vez? —pregunta en tono burlón—, aunque en algo tienes razón, si me robó… El corazón. —Trevor voltea los ojos—. Dos cosas; primero, aún no le he comentado que soy rico, quiero esperar a ver qué pasa con nosotros; y segundo, puedo ir solo, pero es que ella no puede salir sin sus amigas, así que esto es como un tres para tres —Jack contesta nervioso, Ascher ríe con más fuerza al ver la cara de su amigo pelirrojo, quien está entre asqueado y enojado.

    —Jack, no voy a estar con una de esas, tengo novia y es heredera de una buena fortuna. —Trevor frunce el entrecejo.

    —Tranquilo, amigo, no le pondrás los cuernos a nadie, solo van a distraer a sus dos amigas para que yo pueda estar a solas con mi chica, no veo que Ascher se queje —Jack mira al rubio esperando alguna reacción.

    —Pues debería —aporta el pelirrojo, malhumorado—. Su mamá le quitaría todo si estuviera con una menesterosa.

    —Trevor, solo será esta vez, no tiene que enterarse —El rubio está un poco irritado por su comentario.

    Una chica castaña de ojos azules pasa sonriente saludando a Ascher, él se limita a darle media sonrisa.

    —A ella le gustas desde hace tiempo —Jackson le susurra en la oreja—, estás loco como para no ir al baile con ella, es una de las chicas más bonitas de aquí —sugiere en tono de reproche.

    —Jack tiene razón, Ascher, y solo porque no te fue bien en tu última relación no significa que debas cerrarte a otras chicas —aconseja Trevor.

    —No es mi tipo —responde Ascher desinteresado, saca su cuaderno de matemáticas y lo coloca encima del pupitre.

    —Desde tu última relación nadie es tu tipo, ¿Qué vas a esperar? Ella es rica, o ¿Quieres a una pobre que solo te quiera por el dinero? Los pobres no saben lo que es el amor, tienen tanta necesidad de dinero que el amor lo dejan de lado —Trevor dice en tono seguro.

    —Que te haya pasado a ti —aporta Jackson—, no significa que le pasará a Ascher, además, es su vida, él no va a vivir lo mismo que tú.

    —¡Exacto! Además, Trevor, mi ex también es rica, pero ambiciosa y solo estaba conmigo porque creía que tendría todo el poder teniendo mi dinero también —explica Ascher recordando un poco de su pasado.

    —¿Y por eso quieres probar algo nuevo? Ir a la fiesta y encontrar una pordiosera de buen corazón—expresa Trevor con actitud molesta—. O eso crees que encontrarás.

    Ascher, cansado de la actitud tan petulante de Trevor, responde en tono duro:

    —Trevor eres mi mejor amigo, te quiero, pero no estoy de acuerdo contigo, lo siento, y no, no voy a conocer chicas, solo le haré un favor a mi otro mejor amigo, ¿ok? Además, si así fuera, ¿Qué hay de malo en conocer a chicas diferentes de las que estamos acostumbrados a conocer por nuestra clase?

    Ascher da por zanjado el tema y no permite que su amigo lo persuada, cinco minutos después llega el profesor a dar la clase.

    ***

    —Sam, lo acabas de conocer —dice la morena obviando el tema a su amiga rubia.

    —Por favor Holly, no estarán solas, le pedí que invitara a dos amigos suyos para que las acompañen —insiste la rubia.

    —No, Samantha, ¿y si son secuestradores? No lo conoces de nada —Sam voltea los ojos y luego mira a su otra amiga.

    —¿Tú qué dices Mónica? Tienes la última palabra —le pregunta Sam, Holly mira a su amiga pelinegra esperando respuestas, esta tiene expresión pensativa.

    —Por favor, di que no, no me obliguen a ir, son mis mejores amigas y salimos juntas por votación —Holly mira suplicante a Mónica quien la mira con una sonrisa larga y responde:

    —Sí, vamos —Holly le lanza una mirada fastidiada, cierra su casillero con algo de fuerza y se aleja dando pisotones por el pasillo de la escuela para llegar a su clase— ¡No te enojes! Será divertido —grita Mónica en tono divertido.

    ***

    —¿Nos vienen a buscar o qué? —pregunta Holly mientras Sam la maquilla en su habitación.

    —No, nosotras iremos.

    La rubia se aleja un poco para observar con detalle el rostro de su amiga, buscando imperfecciones en el maquillaje.

    —¡Genial, Sam! Encontraste a un novio sin auto —reprocha Mónica con los brazos cruzados desde la cama.

    —¿Acaso importa? —Holly rueda los ojos—. No puedo creer que eso es lo que más te preocupa, si son personas malas, es mejor que no tengan auto, podrían llevarnos lejos y matarnos.

    —Debes dejar de leer libros sobre crímenes —ríe Mónica y niega con la cabeza burlonamente.

    —¿Tu no dirás nada? —pregunta Holly a Sam.

    —Solo quiero aclarar que no es mi novio —responde nerviosa.

    La rubia deja de echarle sombra en los ojos a Holly y toma una mascarilla de pestañas de su mesita para ponerla en las pestañas de Holly.

    La mesa está repleta de cosméticos y un gran espejo con luces en el marco ilumina a Holly quien se sienta de perfil para que su amiga pueda maquillarla sin obstáculos.

    —Tampoco te vayas a pasar, sabes que no me siento cómoda con tanto adherente en la cara —dice Holly alejando el rostro.

    —Lo sé, pero solo quiero que mi amiga se vea más irresistible —dice Sam mientras coloca brillo labial.

    —Sam, Holly tiene novio —Mónica hace el recordatorio y se acuesta boca abajo.

    —Sí, pero es un idiota, no entiendo porque sigues con él —replica Sam, enojada—. Y tener novio no es impedimento para verse más linda de lo que ya es.

    —Es bastante obvio, si Holly se muestra irresistible, habrá muchos chicos detrás de ella y los pobres tipos serán víctimas del puño de Tim —responde Mónica en tono serio.

    Holly se levanta en cuanto Sam termina de maquillarla, efectivamente, Tim es un celópata, cualquier pobre chico que quisiera aspirar a Holly terminaría siendo víctima de su novio. Y el otro pobre chico no tendría la culpa.

    —Ustedes saben por qué...

    —Porque me ha ayudado demasiado y se lo agradezco muchísimo —interrumpen sus amigas al unísono imitando la voz de Holly con cierto fastidio.

    Holly voltea los ojos, irritada.

    —Sé que a veces se pone como loco y me trata mal, pero lo entiendo, tiene ciertos problemas con su familia y a pesar de todo, los deja de lado para ayudarme a mí —dice Holly cansada de explicar el tema una y otra vez.

    —¿De qué te sirve estar con alguien por agradecimiento? Vas a ser muy infeliz por eso —bufa Mónica haciendo sentir mal a Holly, quién no va a protestar por algo que es cierto—. Como sea —mira a la rubia quien ahora se arregla—. Sam, estos chicos... ¿Dónde estudian? —pregunta Mónica apoyando los codos en la cama, la cabeza en sus manos e inclinando la cabeza hacia un lado.

    —No lo sé, solo sé que van por el último año —dice Sam mientras se peina con una perfecta cola de caballo.

    —Y a nosotras nos falta otro año para terminar —Holly se altera un poco—. Son más grandes.

    —¿Y? Así es mejor —dice Mónica en tono coqueto—, no puedo creer que cuando por fin lograste hacer una fiesta, yo no pude ir porque estaba con mi madre.

    Los padres de Mónica acaban de separarse, ella vive con su padre y algunas veces se va los fines de semana a visitar a su madre.

    —Y créeme que, si yo hubiese estado ahí, me habría asegurado de que ese chico no fuese un secuestrador —aporta Holly en tono seguro.

    —Sí, pero la casa sola me duró pocos días, a mamá le preocupó lo que me pudiese pasar y se regresaron arruinando su viaje, vaya forma de ponerme a prueba sobre la responsabilidad. —resopla y arruga la nariz.

    —¿Responsabilidad? —Holly se burla—. Hiciste una fiesta.

    —Pero sería responsable al respecto —se defiende Sam—, además tu mamá nunca te dejaría salir, tuve que limpiarlo sola.

    —Era tu responsabilidad, ¿no? —dice Holly muy cómica.

    —Sí —hace una mueca—. Es mejor ir a fiestas que hacer una, así no tengo que limpiar, y que bueno que te sacamos el permiso, de milagro la convencimos para que vinieras —dice Sam, aliviada.

    —Y fue porque dijimos que haríamos un proyecto escolar —agrega Mónica divertida.

    —Si se llega a enterar —dice Holly, preocupada—, me va a matar.

    —Pues ella es la que te mata por dejarte salir con Tim y además permitir que te maltrate —objeta Sam—, sé que él podía sacarte el permiso, pero prefiero que estés en casa a que salgas con él.

    —Tim cree que somos mala influencia para Holly —se queja Mónica y voltea a ver a Holly—. Por eso quiere alejarnos de ti haciendo cualquier cosa, si hubieras ido con él, lo más probable es que estuvieran un rato en la fiesta y ni hubieras pasado tiempo con nosotras.

    —Sabe que no dejaremos que te pisoteé, al menos no cuando estés con nosotras —bufa Samantha y da por zanjado el tema.

    Holly sabe que tienen razón, sus amigas no son perfectas ni tienen toda la experiencia del mundo, pero por más que lo había intentado, no podía dejar a Tim. Está encarcelada con él y en parte, le resultaba cómodo. Al menos era alguien conocido.

    Mónica se levanta y camina hacia el espejo tamaño cuerpo completo que está al lado del ropero de Sam, para admirarse.

    La pelinegra porta una blusa blanca manga corta algo transparente de forma que permite ver la silueta de su sostén blanco. Además lleva una falda con ondas color negra, el corto es de cinco dedos por arriba de las rodillas y unos botines negros con tacón.

    —Gracias por prestarme esta ropa, Sam —dice Holly mientras también se observa.

    La blusa rosada deja ver gran parte de su espalda con el escote de tiras cruzadas en la parte de atrás. Los shorts negros y sandalias blancas con tiras negras trenzadas en las piernas le daban un aspecto muy atractivo.

    —No hay de qué, Holly, te queda muy lindo, ¿Sabes qué? Te lo regalo —dice Sam acomodando su sencillo vestido azul con sandalias plateadas.

    —¡¿Qué?! No, de verdad no es...

    —No me queda Holly —interrumpe Sam—. En serio te lo regalo.

    —Está bien —Holly se sonríe en el espejo—. Gracias.

    Holly le agradece cada buena acción, sin embargo, no puede evitar la vergüenza, pues sus amigas solían donarle muchas cosas y no porque no tenga dinero para adquirir mercancía nueva y atrevida, si no porque su madre no se lo permite. Todo lo que Holly gana de su trabajo se invierte exclusivamente en la casa, nunca puede darse algún lujo.

    Algunas veces siente que están con ella por lástima, tal vez por ser la de menos recursos o simplemente la pobre chica controlada en exceso por su madre.

    ***

    —Se están tardando mucho —el pelirrojo se queja mientras mira su reloj— ¿Jack?

    Llegaron a tiempo a la fiesta, así que ahora tienen un sofá de la sala para los tres.

    —Cálmate, Trevor —responde Jack. El rubio suelta una risa —. Son mujeres, se deben estar arreglando o tal vez nosotros llegamos muy temprano —dice obviando lo último y lanza una mirada irritada.

    —Hay que ser puntual, prefiero llegar diez minutos antes que tarde —responde Trevor en un tono sabio.

    —¡Wouh! Así no te agrade el lugar te gusta llegar temprano —se burla Jack y el pelirrojo simplemente le lanza una mirada fastidiada.

    —Una cosa es el sitio —Sus ojos pasean por el lugar con asco—, y otra es cambiar mi forma de ser —concluye Trevor, Ascher voltea los ojos y se ríe levemente.

    —Si quieres, las busco —ofrece Ascher, trajo su automóvil y es mejor no llamar tanto la atención.

    No saben a quién pueden encontrarse en esta fiesta y es mejor evitarles problemas a sus familias.

    —No, ya deben estar por llegar —Jack observa, ansioso, la puerta esperando que la chica cruzara el umbral.

    —Pues ya es muy tarde —dice Trevor cruzándose los brazos.

    —Deberíamos tomar algo mientras llegan, ¿no? —Ascher trata de sugerir para calmar el ambiente.

    —Vayan ustedes si quieren —Jack continúa sentado mirando la puerta, esperanzado.

    —Bueno —Los dos amigos se paran y van directo a la cocina— ¿Crees que lo plante? —pregunta Ascher cuando se encuentran alejados de Jack.

    —Ojalá, así nos vamos de este asqueroso lugar —la mirada de Trevor recorre el lugar, una expresión asqueada en su rostro.

    Ascher le lanza una mirada disgustada a su amigo, entiende que no está cómodo, pero tampoco puede estar malhumorado todo el tiempo, si ya están ahí, lo mejor es disfrutar. Debido a la distracción, Ascher tropieza con alguien provocando que este derrame su trago encima.

    —¡Pero qué idiota! —El tipo se ve furioso y definitivamente trae varias copas encima—. Me hiciste derramar mi trago, imbécil.

    —Fue un accidente, lo siento, hermano —se excusa Ascher, avergonzado.

    Con el fin de evitar que el problema se vuelva mayor, Ascher saca un pañuelo de uno de sus bolsillos y hace ademán de limpiar el desastre, pero el tipo se aleja, extrañado.

    —No soy tu hermano... ¿qué te sucede?

    El tipo le lanza una mirada extrañada y lo mira como si fuera un bicho raro.

    —Limpio mi desastre —responde Ascher, tranquilamente.

    —No seas marica, yo puedo limpiarme, solo no te acerques a mí. —Le hace un mal gesto a Ascher.

    —Tener educación no significa ser marica —Ascher está serio y ofendido.

    —No sé de dónde vienes, pero aquí de nada te sirve la educación —se burla.

    —El lugar de donde vengas no define tu educación —dice Ascher, molesto.

    —Ajá sí, como digas. —Se da media vuelta y el rubio también lo hace.

    —Idiota —susurra en tono detestable.

    El tipo alcanza a escuchar la ofensa, sin pensar en las consecuencias, se gira con el puño en alto y con la otra mano toma al rubio por el hombro. Lo gira e impacta el puño en la quijada de Ascher, este retrocediendo por el golpe. Desde atrás, Trevor lo sostiene para evitar su caída.

    —¿Escuché bien? —pregunta muy furioso.

    —No, perdona... No somos de aquí, mi amigo está confundido —dice Trevor mientras aleja a Ascher—. Todo bien.

    Enfadado, Trevor lo arrastra hacia la parte trasera de la casa en donde una piscina hay gente bailando, así como en el jardín cerca de la parrilla y la mesa que se alza con bebidas. Trevor sienta a su amigo cerca de la piscina en una camilla playera y lo regaña.

    —¡¿Ves?! Por eso nuestros padres no nos dejan salir a fiestas de este tipo, son escandalosas y nadie es educado —espeta Trevor mientras revisa el labio roto de Ascher—. Primera fiesta callejera y con facilidad logras una pelea, esto es contagioso.

    —Sabes que detesto a las personas incultas —Ascher se remoja un poco el labio roto—. ¡Ay! —Se queja.

    —Lo sé, tampoco son de mi agrado, pero este es otro ambiente, así que debemos ser más cuidadosos, no vaya a ser que alguien saque un arma... Buscaré un botiquín de primeros auxilios, si es que hay uno en este lugar de locos —Trevor observa el lugar nuevamente como si fuera peligroso—. No te muevas y evita pelear —Le advierte antes de irse y Ascher alza su pulgar en señal de que ha entendido.

    —¡Tim suéltame! Bebiste demasiado—El grito llama la atención de Ascher y ve a una morena tratando de zafarse del tipo que lo golpeó.

    Ascher gira el cuerpo hacia la pareja quien está junto a la piscina y cuya escena escandalosa empieza a llamar la atención de los presentes.

    —Pulguita... Solo quiero que bailemos —dice Tim tomándola del brazo y haciendo un puchero.

    —No quiero en este momento, estás mal —dice la morena, su expresión refleja miedo.

    —No estoy mal... —Ella intenta alejarse de su agarre que le hace daño en el brazo— ¿Te avergüenza estar conmigo? —Ella agacha su rostro, apenada y consciente de que se vuelven el centro de atención— ¿Es eso? ¿No quieres estar conmigo? ¿Por eso no me dijiste que vendrías?

    El tipo la empuja, enfadado.

    —No puedo creer que vaya a hacer esto —Ascher susurra para sí antes de levantarse y dirigirse hacia allá.

    —Después de todo lo que he hecho por ti, ¿Prefieres irte de fiesta a conocer a otros chicos? —se acerca más a ella y la derriba. Ascher le toca el hombro y este se voltea—. ¡¿Qué?!

    El tipo se voltea hacia Ascher quien levanta el puño y lanza un golpe tan duro que lo derriba. El cuerpo del chico cae, queda noqueado en el suelo.

    —Eso te pasa por inculto. —dice Ascher. La morena se levanta rápidamente y revisa al tipo en el suelo—. De nada —Ascher sonríe heroico mientras soba sus nudillos.

    La chica le lanza una mirada molesta y se cerciora de que el chico sigue respirando.

    —¡Eres un idiota! ¡¿Cómo te atreves a pegarle?! —reprocha en tono molesto.

    —¿Y por qué no? Es un cretino —dice Ascher confundido al no recibir un agradecimiento.

    —Este cretino —informa mientras trata de despertar al chico—, es mi novio.

    —¡¿Tu novio?! ¿Qué clase de novio trata a su chica así? ¿Dónde demonios quedan el respeto, los modales, la caballerosidad? —cuestiona Ascher, alterado.

    —Es mi problema.

    Holly mueve el rostro de Tim quien de pronto abre los ojos y se levanta torpemente, empuja a Holly y se lanza sobre Ascher. Le lanza varios golpes.

    —¡Tim! ¡Basta! —Holly se levanta y hace el intento de detenerlos, sin embargo, Tim la empuja bruscamente—. No hagas eso, Tim.

    —¡Cuidado con tu novia, estúpido imbécil! ¿No ves que la lastimas? —dice Ascher mientras se defiende de los golpes.

    —Yo trato a mi novia como se me dé la maldita gana —responde Tim, Ascher frunce el ceño y lo golpea.

    Holly se interpone entre ambos, Tim lanza otro golpe, no alcanza a frenar y le da de lleno en el rostro a Holly quien cae inconsciente a la piscina. Tim ignora la acción aun cuando algunos presentes sueltan jadeos de sorpresa. Sin detenerse a ver si Holly está bien, lanza otro golpe a Ascher. Ascher esquiva el golpe y empuja a Tim para alejarlo. Dos personas sujetan a Tim y se lo llevan, él aun retorciéndose para liberarse.

    Ascher se quita la ropa rápidamente y se lanza a la piscina para sacar a Holly del fondo. Una vez en la superficie, la saca con delicadeza y la deja en el suelo, boca arriba. Él recoge su cabello para poder verla mejor y checa su respiración, pero no respira. Sin perder tiempo, comienza a reanimarla. Extiende la cabeza hacia atrás y levanta la barbilla, aprieta y cierra la nariz, sellando sus labios alrededor de la boca, hace dos exhalaciones y repite esta acción, pero los respiros no entran, así que da compresiones abdominales.

    Ascher da compresiones rápidas, pidiendo en silencio que la chica esté bien, a pesar de estar sudando y jadeante, sigue con las compresiones hasta que la chica reacciona. Las toses de la chica hacen que suelte un suspiro de alivio. Poco a poco, la chica se recompone, sus mejillas tornándose rosadas.

    —¿Estás bien? —pregunta Ascher, preocupado.

    Ella apenas puede responder, sus palabras perdiéndose en su boca. Tiene frente a ella a un chico con cuerpo escultural, se hace consciente de que está sobre ella y ahora que lo ve bien, puede darse cuenta de que es atractivo.

    —Sí... ¿Por qué estas encima de mí? y en... ¿Ropa interior? —pregunta Holly, confundida y algo alterada al sentir el miembro del chico entre sus piernas.

    —Un gracias no estaría mal para empezar —dice el chico en tono divertido y se levanta, le ofrece la mano y Holly la toma—. Me desvestí para saltar por ti y ayudarte, no iba a quedar totalmente desnudo, ¿o querías que te salvara desnudo? —Él la mira pícaro y burlón, ella sonríe levemente.

    —Con ropa estuvo bien —responde algo nerviosa y él asiente detenidamente.

    —Entonces, ¿Por no tener ropa, no seré agradecido? —Ascher alza una ceja y sonríe, ella acerca su rostro a él y besa su mejilla.

    —Gracias —Le susurra al oído— ¿Mejor? —Suelta una risita nerviosa.

    —Estamos progresando —responde Ascher y ríe.

    —¿Que sucedió acá? Y ¿por qué estás empapada? —Sam se acerca, preocupada.

    Trevor y Jackson se acercan con Mónica pisándoles los talones.

    —El imbécil de su novio la golpeó dejándola caer inconsciente a la piscina —resume Ascher—. Pero salté y la saqué —agrega con una sonrisa orgullosa.

    —Les traeré una toalla —ofrece Mónica y se va.

    —Bro, como me lo esperaba, no encontré ningún botiquín de primeros auxilios, no sé qué me hizo tener esperanza de que en este lugar habría alguno —dice Trevor.

    —Y creo que ahora es cuando más necesitaba uno —se queja Ascher por su labio roto.

    —Te dije que no te metieras en problemas —Trevor repone.

    —No pude evitarlo, el mismo chico que estaba en la cocina la estaba tratando mal. —Señala a Holly—. Y para el colmo, es su novio.

    —¿Qué? —cuestiona Trevor, incrédulo.

    —Sí, es un imbécil —bufa Ascher.

    —¿Imbécil? El único imbécil eres tú por meterte en nuestros asuntos —Holly refunfuña, él la mira confundido debido a su cambio de humor repentino.

    —¡Holly! No seas malagradecida, él es amigo del chico que te conté... —le susurra Sam al oído.

    —Me importa un comino quién sea, Samantha, se metió con mi novio y nadie se mete con él —expresa Holly, alterada.

    —¿Eres ridícula? ¿Te estas escuchando? —Ascher replica fastidiado—. Te trató mal... ¿Qué concepto de novio tienes en la cabeza? Porque estas errada, ¿quién mierda trataría a su novia tan mal como él te trata a ti? Hay que respetar y tratarlas como princesas —dice Ascher expresando con las manos que estaba loca, pero ella solo le voltea los ojos.

    —Qué te importa... No es asunto tuyo, idiota. —le lanza una mirada enfadada.

    Él se acerca a ella de forma intimidante, la toma por la cintura acercándola a él para no dejar ningún espacio entre ellos.

    —Así que, ¿soy un idiota por haberte ayudado? —Arquea una ceja y la mira desafiante. Ella coloca sus manos en su pecho para alejarlo, pero no lo logra.

    —Eres idiota por entrometerte en mis asuntos —Trata de quitar su brazo de ella, pero él la sostiene con las dos manos en la cintura.

    —¡Holly! Sé más amable, él nos llevará a nuestras casas —dice Sam advirtiendo, sin embargo, teniendo a Holly enojada, no habría quien la calmara.

    —No me importa, prefiero irme caminando con tal de no escuchar a este —le lanza una mirada de odio—. Hablar mal de mi novio.

    —Sólo no quieres escuchar la verdad sobre tu novio —Ascher intenta hacerla entrar en razón, pero lo mira con desdén.

    —¿Quién te crees para juzgarlo? —cuestiona, ofendida —. No lo conoces bien.

    —Vi de él lo suficiente como para dejarte en claro cómo se debe tratar a una chica, porque debes estar bastante loca como para estar con alguien que te hace daño —dice él candoroso.

    —¡¿Loca?! Es la segunda y última vez que me llamas loca —Holly se adelanta para darle una bofetada, sin embargo, Ascher se adelanta y la sostiene de la cintura para subirla a su hombro como un saco de papas— ¡Suéltame! —grita y patalea, abrumada.

    —Jack, en mi bolsillo están las llaves, ve y enciende el auto, espérenme todos adentro. —Jack toma las llaves, Trevor y Samantha se alejan dejando a Ascher y Holly solos.

    —¡Auxilio! ¡Me están secuestrando! —Holly grita mientras Ascher ríe.

    —Deja de ser tan bulliciosa, compórtate, estamos en público —dice rodando los ojos con desconcierto.

    —Lo dice el chico que golpeó a mi novio, eso sí fue escandaloso —comenta con ironía.

    —Eso fue para ayudarte —respondió

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