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Clase y Política en España I: Estructura social y clase media en la democracia postransicional
Clase y Política en España I: Estructura social y clase media en la democracia postransicional
Clase y Política en España I: Estructura social y clase media en la democracia postransicional
Libro electrónico612 páginas7 horas

Clase y Política en España I: Estructura social y clase media en la democracia postransicional

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Cuando las desigualdades crecen y la concentración de riqueza deviene más ostensible, el concepto de clase emerge como una herramienta clave para comprender las sociedades actuales. Debatida desde distintas perspectivas y corrientes, esencial para comprender la movilización y el conflicto, dicha noción resulta imprescindible para la propuesta analítica de esta investigación. Tomando como eje central el hegemónico relato del «clasemedianismo», afianzado durante las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado y genuino protagonista del periodo, el presente libro hace una contribución esencial al estudio de la ya larga y consolidada democracia.
Partiendo de la lectura de datos estadísticos, el reputado sociólogo Modesto Gayo nos sitúa ante la política y la realidad social españolas desde el final de la transición hasta la crisis económica. El voto, las ideologías, la movilización social y las actitudes políticas son las aristas de este profundo relato. Clase y política en España I muestra tanto las tensiones como los acuerdos que fueron constitutivos del régimen y ofrece una radiografía sociológica del sistema cuasi bipartidista cuyo modelo se quebraría irreparablemente.
IdiomaEspañol
EditorialSiglo XXI
Fecha de lanzamiento28 abr 2023
ISBN9788432320392
Clase y Política en España I: Estructura social y clase media en la democracia postransicional

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    Clase y Política en España I - Modesto Gayo

    Siglo XXI / Ciencias Sociales / Política

    MODESTO GAYO

    CLASE Y POLÍTICA EN ESPAÑA I (1986-2008). Estructura social y clase media en la democracia postransicional

    Prólogo de

    Alberto Garzón

    Cuando las desigualdades crecen y la concentración de riqueza deviene más ostensible, el concepto de clase emerge como una herramienta clave para comprender las sociedades actuales. Debatida desde distintas perspectivas y corrientes, esencial para comprender la movilización y el conflicto, dicha noción resulta imprescindible para la propuesta analítica de esta investigación. Tomando como eje central el hegemónico relato del «clasemedianismo», afianzado durante las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado y genuino protagonista del periodo, el presente libro hace una contribución esencial al estudio de la ya larga y consolidada democracia.

    Partiendo de la lectura de datos estadísticos, el reputado sociólogo Modesto Gayo nos sitúa ante la política y la realidad social españolas desde el final de la transición hasta la crisis económica. El voto, las ideologías, la movilización social y las actitudes políticas son las aristas de este profundo relato. Clase y política en España I muestra tanto las tensiones como los acuerdos que fueron constitutivos del régimen y ofrece una radiografía sociológica del sistema cuasi bipartidista cuyo modelo se quebraría irreparablemente.

    Modesto Gayo, catedrático de sociología en la Universidad Diego Portales (Santiago de Chile), trabajó como Research Fellow en la University of Manchester. Actualmente, es Senior Visiting Fellow del International Inequalities Institute (LSE) e investigador adjunto del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES). Sus áreas de especialización son, entre otras, las teorías de la clase media, la desigualdad cultural, la reproducción social y el estudio de las prácticas de la riqueza y de las elites. Su investigación sobre capital cultural ha abordado ampliamente los casos de Reino Unido, América del Sur y, recientemente, Australia.

    Es coautor de los libros Culture, Class, Distinction (2009), sobre Reino Unido; Upper Middle Class Social Reproduction. Wealth, Schooling, and Residential Choice in Chile (2019); Fields, Capitals and Habitus (2020) sobre Australia; y El nuevo régimen de las prácticas culturales. Espacio, desigualdad y Nostalgia en las metrópolis del Cono Sur contemporáneo (2021), y autor de Ideología, moralidades y reproducción social. Una introducción a la sociología de la cultura (2017) y Clase y cultura. Reproducción social, desigualdad y cambio en Chile (2020).

    Diseño interior y cubierta: RAG

    Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.

    Nota a la edición digital:

    Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

    © Modesto Gayo, 2021

    © Siglo XXI de España Editores, S. A., 2021

    Sector Foresta, 1

    28760 Tres Cantos

    Madrid - España

    Tel.: 918 061 996

    Fax: 918 044 028

    www.sigloxxieditores.com

    ISBN: 9788432320392

    Logo_ministerio_con texto_para_digitalizacionLogo_plan_de_recuperacion_para_digitalizacion

    A las mujeres. Y a ti, Lula, una de ellas.

    Índice

    AGRADECIMIENTOS

    PRÓLOGO

    I. LA CLASE MEDIA COMO NOCIÓN DE RELEVANCIA SOCIOLÓGICA Y POLÍTICA

    EL CRECIMIENTO DE LA CLASE MEDIA COMO ARGUMENTO

    EL EFECTO POLÍTICO DE LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES COMO RAZÓN DE LA IMPORTANCIA DE LA CLASE MEDIA

    LA CLASE MEDIA COMO ENFOQUE

    A PROPÓSITO DE LAS DIMENSIONES ANALIZADAS

    II. SOBRE LA DEFINICIÓN DE LA CLASE MEDIA

    SOBRE LOS CRITERIOS DE DEFINICIÓN DE LA CLASE MEDIA

    La dominación y la autoridad

    La explotación

    Las relaciones de empleo

    Situaciones de mercado

    Los recursos

    La propiedad

    El capital cultural

    El tipo de trabajo

    La función

    La autonomía

    Notas finales sobre nombres, definiciones y política

    SOBRE LA HETEROGENEIDAD DE LA CLASE MEDIA

    Otras divisiones con un efecto transversal

    La educación

    Origen y movilidad sociales

    Estilo de vida

    El género

    La edad

    Algunas tesis y conclusiones sobre el debate en torno a la unidad/heterogeneidad

    Tabla 1. Divisiones dentro de la clase de servicio.

    ¿QUIÉNES SON CLASE MEDIA? UN EJERCICIO DE OPERACIONALIZACIÓN

    Tabla 2. Propiedades compartidas por la «clase media», la «clase de servicio» y «las posiciones contradictorias».

    Tabla 3. Detalle de las ocupaciones que componen la clase media.

    III. TEORÍAS Y DEBATES SOBRE EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO DE LA CLASE MEDIA

    LAS TEORÍAS

    Marxismo

    Tabla 4. Esquema de clases de Goldthorpe y términos habituales.

    La clase de servicio

    La nueva clase

    El posmaterialismo

    El capital cultural o la teoría del habitus

    El sector de empleo

    Las condiciones históricas

    EL DEBATE SOBRE EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO DE LA CLASE MEDIA

    LOS FACTORES EXPLICATIVOS

    Factores económicos

    Factores intelectuales

    Factores sociales

    Factores políticos

    HETEROGENEIDAD, COMPORTAMIENTOS Y fACTORES EXPLICATIVOS

    LA CLASE MEDIA EN ESPAÑA

    ¿QUÉ SE HA ENTENDIDO POR CLASE MEDIA?

    Tabla 5. Estratificación social española en 1970.

    LA EMERGENCIA Y EL CRECIMIENTO

    Tabla 6. Estratificación social española en 1860.

    Tabla 7. Distribución en porcentajes de la población activa en España por sector económico (1900-1973).

    Tabla 8. Evolución en porcentajes de los distintos sectores ocupacionales de la población activa, según los censos de población de 1950, 1960, 1970 y 1981.

    LA POLÍTICA

    DESARROLLO, CLASE MEDIA Y DEMOCRACIA

    V. ESTABILIDAD DEL VOTANTE Y CONTINUIDAD DEL SISTEMA DE PARTIDOS: EL VOTO

    UN REPASO DE ALGUNAS IDEAS SOBRE CLASE MEDIA Y VOTO

    Tabla 9. Preferencias partidistas dentro de las nuevas clases medias según W. Müller.

    MIRANDO EN SU INTERIOR: LA DIVISIÓN DE LA CLASE MEDIA EN GRUPOS OCUPACIONALES

    EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL DE LOS GRUPOS OCUPACIONALES

    El comportamiento político en términos absolutos

    Comportamiento electoral en términos doblemente relativos

    El voto al PP frente al PSOE

    El voto a IU frente al PP

    El voto a IU frente al PSOE

    ¿UNA ASOCIACIÓN ESPURIA? LA HETEROGENEIDAD CUANDO LAS PAUTAS DE COMPORTAMIENTO SON CONTROLADAS POR OTRAS VARIABLES

    UN AGRUPAMIENTO DE CATEGORÍAS DE OCUPACIÓN

    Tabla 10. Grupos resultantes de la agregación de ocupaciones.

    UNA COMPARACIÓN ENTRE LOS GRUPOS DE LA CLASE MEDIA Y LAS OTRAS CLASES SOCIALES

    Los valores absolutos

    Odds ratios y cambio a lo largo del tiempo

    ESTABILIDAD ELECTORAL Y FRAGMENTACIÓN DEL CLASEMEDIANISMO

    VI. DIVISIONES DE SECTOR DE EMPLEO Y VOTO[1]

    EL SECTOR DE EMPLEO: APUNTES TEÓRICOS

    El alcance de los efectos de la ubicación sectorial

    Mecanismos responsables de los efectos del sector de empleo

    Una referencia a España

    ANÁLISIS DEL CASO ESPAÑOL ENTRE 1989 Y 2008

    El análisis de datos

    Efectos brutos del sector de empleo sobre el voto

    Tabla 11. Efectos del sector de empleo sobre el voto. Coeficientes de regresión logística binomial.

    ¿Efectos del sector de empleo o efectos de composición ocupacional?

    Tabla 12. Efectos netos del sector de empleo sobre el voto, controlando el efecto de la ocupación. Coeficientes de regresión logística binomial.

    EL EFECTO DECRECIENTE DEL SECTOR DE EMPLEO

    VII. DIVERSIDAD Y EVOLUCIÓN IDEOLÓGICA

    CLASE MEDIA E IDEOLOGÍA

    IDEOLOGÍA Y POLÍTICA EN ESPAÑA

    Gráfico 5. Espacio producto de la combinación de los tres ejes ideológicos.

    ALGUNAS NOTAS SOBRE LA MEDICIÓN DE LA IDEOLOGÍA POLÍTICA

    Tabla 13. Dimensiones ideológicas y partidos políticos.

    LA IDEOLOGÍA DE LA CLASE MEDIA DE PROFESIONALES Y DIRECTIVOS

    La ideología de las ocupaciones de la clase media

    Ideología en términos absolutos

    Ideología en términos relativos

    Una comparación con otras clases sociales

    LA FORMACIÓN DE BLOQUES IDEOLÓGICOS Y SU CONSOLIDACIÓN

    VIII. ACTIVISMO POLÍTICO Y MOVILIZACIÓN SOCIAL

    REVISIÓN DE ALGUNAS IDEAS SOBRE PARTICIPACIÓN POLÍTICA

    Gráfico 6. Síntesis de factores incluidos en explicaciones sobre la participación política.

    Tabla 14. Diferencias entre miembros de los movimientos ambientalista y feminista, según Searle-Chatterjee (1999).

    ALGUNAS NOTAS SOBRE PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y CLASES MEDIAS EN ESPAÑA

    LA PARTICIPACIÓN COMO IMPLICACIÓN EN ORGANIZACIONES POLÍTICAS

    La pertenencia a organizaciones políticas

    La participación en organizaciones políticas

    Donación de dinero a organizaciones políticas

    Trabajo voluntario en una organización política

    PERTENENCIA A ORGANIZACIONES SINDICALES

    Niveles de afiliación sindical

    ¿Hay diferencias de afiliación a los diferentes sindicatos?

    Controlando la afiliación por algunas variables.

    LAS ACCIONES POLÍTICAS COMO FENÓMENO PARTICIPATIVO

    Tabla 15. Acciones políticas en las que destacan los diferentes grupos de la clase media.

    Tabla 16. Acciones políticas más frecuentes según grupo ocupacional de la clase media.

    LAS MOVILIZACIONES CONTRA LA INTERVENCIÓN MILITAR EN IRAQ

    DIVERSIDAD PARTICIPATIVA Y CLASE MEDIA MOVILIZADA

    IX. LAS ACTITUDES Y VALORES POLÍTICOS DEL «CLASEMEDIANISMO»

    ALGUNAS IDEAS SOBRE LAS ACTITUDES POLÍTICAS

    Las actitudes y las clases sociales

    Ideología y actitudes

    La formación de actitudes

    ¿ESTÁN LOS MIEMBROS DE LA CLASE MEDIA INTERESADOS EN LA POLÍTICA?

    Tabla 17. Porcentaje de interés en la política según grupo de la clase media (ECVT).

    LAS ACTITUDES HACIA EL TRABAJO

    IDEOLOGÍA, MOVILIDAD SOCIAL Y ACTITUDES POLÍTICAS

    Autoubicación ideológica dentro de la clase media

    Tabla 18. Autoubicación ideológica según grupo de la clase media (ECVT).

    Una comparación con las demás clases sociales

    Ideología y movilidad social

    Tabla 19. Autoubicación ideológica según clase social (ECVT).

    Las actitudes como contenido de la ideología

    Tabla 20. Porcentaje de los que manifiestan ciertas actitudes políticas según el posicionamiento en la escala de ideología (ECVT).

    LAS ACTITUDES POLÍTICAS

    ¿Hay algún grado de asociación entre las actitudes políticas?

    ¿Son las fracciones de la clase media diferentes?

    Tabla 21. Porcentaje de apoyo a las prioridades políticas según fracción de la clase media (ECVT).

    Tabla 22. Ordenamiento de las prioridades políticas según fracción de la clase media (ECVT).

    ¿Es la clase media una clase social homogénea?

    Tabla 23. Porcentaje de los que han manifestado su apoyo a ciertas prioridades políticas según categoría ocupacional de clase social (ECVT).

    Actitudes políticas y movilidad social

    Movilidad ocupacional

    El nivel educativo de los padres y las trayectorias individuales

    MATERIALISMO Y POSMATERIALISMO

    Materialismo y posmaterialismo en la clase media

    Tabla 24. Tipos materialistas y posmaterialistas según fracción de la clase media (ECVT).

    Clases sociales y valores

    Tabla 25. Materialismo/posmaterialismo según clase social (ECVT).

    Un trabajo de identificación de algunas variables que contribuyen a explicar el materialismo y el posmaterialismo

    Identificando variables explicativas

    Un intento de explicación del factor que representa la dimensión materialismo/posmaterialismo

    Tabla 26. Regresiones lineales del factor materialismo/posmaterialismo.

    LAS DOS IZQUIERDAS Y EL POSMATERIALISMO DE LA CLASE MEDIA

    X. CONCLUSIONES

    ¿ESTAMOS ANTE UNA CLASE CONSERVADORA?

    ¿UNIDAD O HETEROGENEIDAD?

    ¿RADICALISMO DE CLASE MEDIA?

    SOBRE EL PROBLEMA DE LA DELIMITACIÓN DE LAS FRONTERAS DE CLASE O BOUNDARY PROBLEM

    LAS DOS IZQUIERDAS: ¿SE PUEDE HABLAR DE ALIANzAS DE CLASE?

    Tabla 27. Posición de las clases sociales en la tabla producto de la combinación de las dimensiones ideológicas izquierda-derecha y materialismo-posmaterialismo.

    ¿QUÉ VARIABLES CONTRIBUYEN A EXPLICAR LA HETEROGENEIDAD DE LA CLASE MEDIA Y CUÁNDO?

    LA FRAGMENTACIÓN DE LA CLASE MEDIA: MÁS ALLÁ DE LOS CAPITALES COMO FUENTE DE DIVISIÓN

    CONCEPTOS, EXPLICACIONES Y METODOLOGÍAS

    Tabla 28. Conclusiones sobre el comportamiento político de las fracciones de clase media y las clases sociales.

    BIBLIOGRAFÍA

    APÉNDICE METODOLÓGICO

    DATOS Y VARIABLES

    ANEXO

    I. ENCUESTAS

    Tabla 29. Encuestas empleadas en los diferentes capítulos y modo de agregación de estas.

    Tabla 30. Encuestas CIS utilizadas en el estudio.

    II. TABLAS DEL VOTO

    Tabla 31. Recuerdo de voto según ocupación (1986).

    Tabla 32. Recuerdo de voto según ocupación (1996).

    Tabla 33. Recuerdo de voto según ocupación (2008).

    Tabla 34. Coeficientes de regresión logística del modelo básico, siendo la variable dependiente el voto al PP frente al PSOE (1986-2008).

    Tabla 35. Coeficientes de regresión logística del modelo básico, siendo la variable dependiente el voto a IU frente al PP (1986-2008).

    Tabla 36. Coeficientes de regresión logística del modelo básico, siendo la variable dependiente el voto a IU frente al PSOE (1986-2008).

    Tabla 37. Coeficientes de regresión logística binomial del voto al PP frente al PSOE según grupos ocupacionales agregados de la clase media y todas las otras clases sociales para todas las elecciones (1986-2008).

    Tabla 38. Coeficientes de regresión logística binomial del voto a IU frente al PP según grupos ocupacionales agregados de la clase media y todas las otras clases sociales para todas las elecciones (1986-2008).

    Tabla 39. Coeficientes de regresión logística binomial del voto a IU frente al PSOE según grupos ocupacionales agregados de la clase media y todas las otras clases sociales para todas las elecciones (1986-2008).

    III. TABLAS DE LA IDEOLOGÍA

    Tabla 40. Comparación de medias: ideología según grupo

    Tabla 41. Ideología según ocupación (1986-2008).

    Tabla 42. Modelo logístico multinomial para la ideología según la ocupación (1986-2008).

    Tabla 43. Coeficientes de regresión logística ordinal de la ideología según grupos ocupacionales agregados de la clase media y las otras clases sociales (1986-2008).

    IV. TABLAS DE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA

    TABLAS PARTICIPACIÓN POLÍTICA (CUESTIONARIO CIS 2450)

    Tabla 44. Participación en diferentes tipos de acción política, según grupo ocupacional de la clase media.

    Tabla 45. Participación en manifestaciones con motivo del conflicto de Iraq, según grupo ocupacional de la clase media.

    Tabla 46. Porcentaje de participación en manifestaciones con motivo del conflicto de Iraq de los grupos de la clase media, según variables sociodemográficas, opiniones y otras.

    TABLAS PARTICIPACIÓN POLÍTICA (CUESTIONARIO ECVT)

    Tabla 47. Pertenencia a organizaciones políticas, según grupo ocupacional de la clase media (ECVT).

    Tabla 48. Pertenencia a diferentes organizaciones sindicales, según grupo ocupacional de la clase media (ECVT).

    Tabla 49. Porcentaje de afiliación a sindicatos de los grupos de la clase media según variables sociodemográficas, opiniones y otras (ECVT).

    Tabla 50. Participación en diferentes tipos de acción política, según grupo ocupacional de la clase media (ECVT).

    Tabla 51. Actitudes hacia el trabajo según grupos de la clase media en porcentajes (estudio 2088).

    Tabla 52. Actitudes hacia el trabajo según grupos de la clase media en porcentajes (ECVT).

    Tabla 53. Autoubicación ideológica de los miembros de la clase media según clase del padre (ECVT).

    Tabla 54. Autoubicación ideológica de los miembros de la clase media según nivel de estudios del padre (ECVT).

    Tabla 55. Coeficientes de correlación de Pearson de las preferencias políticas de los miembros de la clase media (ECVT).

    AGRADECIMIENTOS

    Este libro se gestó a lo largo de los últimos 20 años. Originalmente como una decisión sobre un posible tema doctoral, que supervisaría el hoy colega y, ahora y entonces, profesor y sociólogo de la Universidad de Santiago de Compostela Miguel Caínzos, su trayecto se prolongó más allá de la tesis para convertirse en un seguimiento de mayor alcance sobre el comportamiento político de la clase media en España. A la gran capacidad intelectual de este académico debe mucho este trabajo, pero evidentemente en mí reside la responsabilidad por los errores que todavía pudieran permanecer en el texto. En conexión con este mismo momento originario, estuvo mi visita a la Universidad de Mánchester, donde conocí a dos académicos que estaban investigando cuestiones similares y con los que tuve ocasión de compartir impresiones, Fiona Devine y Mike Savage. Trabajar en la biblioteca de dicha universidad y dialogar con Mike fue en gran medida el objetivo de este viaje. A partir de ello desarrollé con él una excelente amistad tanto personal como académica, lo que finalmente me llevaría a trabajar en un gran proyecto sobre capital cultural en el Reino Unido, Cultural Capital and Social Exclusion, cuya coordinación general correspondía al profesor Tony Bennett. Cualquier persona que conozca mi trabajo mínimamente podrá entender la increíblemente rica veta intelectual en la que inconscientemente me estaba internando. Por eso, para mí han convivido siempre de forma fluida las áreas de las sociologías política y de la cultura, siempre inspirando el trabajo en un esfuerzo por aportar al entendimiento de la estratificación de las sociedades contemporáneas.

    Cuando digo que fue un largo periodo de gestación, quiero subrayar que fue tiempo suficiente para conocer a personas que de una u otra manera han ido enriqueciendo mi mirada sobre la realidad. Solo dejando volar el recuerdo, ¡qué excelentes conversaciones humanas con José Antonio García Martínez!, economista hoy de la Universidad Miguel Hernández de Alicante. ¡Qué privilegio poder compartir con José Real!, Pepe, actualmente en la Universidad de Almería, reflexionando sosegada y, por su parte, profundamente sobre problemas de la política contemporánea. Y Celestino García Arias, de la Universidad de Santiago de Compostela, siempre preciso y culto. Y Xosé Manuel Núñez Seixas, de enciclopédica sabiduría histórica. Y Fernando Jiménez, hoy en la Universidad de Murcia. Y Xosé Mahou, gran compañero desde nuestros tiempos mozos en la Facultad de Ciencias Políticas.

    Agradecer me obliga también a retornar a mi origen gallego, y quiero hacerlo en la misma lengua. Pois se alguén ten levado a amizade como unha bandeira, ese é o meu amigo Pablo González Carrera, físico de formación e viaxeiro de alma. Tesme dado moito máis do que recibes, nunha longa espera común para o meu retorno desta viaxe internacional que semella non ter fin. Es ti quen me ten levado a miña terra a onde estou.

    En su etapa final, este libro se benefició de mi vínculo con el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), proyecto FONDAP número 15130009, y del trabajo realizado en el marco de dos investigaciones también financiadas por el Gobierno de Chile, proyectos FONDECYT números 1140136 y 1191440, desarrollados junto a María Luisa Méndez. El espacio generado por dicha financiación nos permitió tener multitud de conversaciones sobre la clase media alta, o de profesionales y directivos, en Chile. Lo que comenzó como un proyecto de reproducción social, con el foco en la transmisión intergeneracional del privilegio, derivó en un interés común en diseccionar las subjetividades políticas de dicho grupo. Creo que ambos aprendimos, y Lula me ayudó a actualizar mi mirada prestando atención a líneas de literatura sociológica a las que difícilmente hubiese recurrido solo por mi cuenta.

    Agregado a todo ello, aquí debo reconocer el interés que mostró Alberto Garzón en un texto que originalmente yo había escrito ya como una revisión de la tesis, mientras él trabajaba en el libro ¿Quién vota a la derecha? (2019). Creo que este encuentro fue bueno para ambos, pero es en gran medida gracias a su entusiasmo y empuje que esta investigación alcanzó finalmente el estadio de publicación. Es el primer volumen de un estudio que se compone de dos partes y tiene un título genérico de Clase y política en España, en este caso la parte I, cubriendo el periodo entre 1986 y 2008. En un segundo volumen, abordaremos conjuntamente el periodo posterior a 2008, o poscrisis económica y política. Con ello, se quiere contribuir a entender mejor la historia de la democracia española a través de una atención particular y detallada a su estructura social. No en vano, la clase vuelve a emerger con fuerza en el siglo XXI como una noción clave para entender el mundo actual.

    Para llegar a su estadio actual, tuve la fortuna de encontrarme con Alejandro Rodríguez, editor de Siglo XXI de España. Su trabajo detenido, atento a los detalles y con gran cuidado por el lenguaje ha sido sobresaliente y me ha ayudado a mejorar el texto de forma muy significativa. Sobre todo, agradezco el tiempo de conversación y cordialidad, lo que me situó como autor en un espacio acogedor en el que el lector apareció como un componente imprescindible de la tarea que estábamos desenvolviendo.

    Finalmente, como sugiero en la dedicatoria, las mujeres han sido centrales en toda esta historia, visibles a veces, en otras ocasiones invisibles: abuelas, tías, madre, pareja, hermanas, hijas, amigas entrañables. Estáis en cada letra que escribo, en cada palabra que pronuncio, en las largas reflexiones y en la breve mirada de las horas. Espero que mi trabajo esté a la altura de vuestro compromiso con la vida. Gracias a todas.

    PRÓLOGO

    Ha transcurrido una década desde que la conocida como crisis de las hipotecas subprime, con origen en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, se convirtiera en España en una gran crisis económica. Una crisis gestionada, además, a la manera neoliberal en prácticamente todo el mundo. Fue durante la primavera de 2010 cuando el Gobierno de España abandonó de manera brusca su incipiente política de estímulo fiscal de impronta keynesiana –comenzada tan solo un año antes– y, bajo la presión de las instituciones internacionales y de la Comisión Europea, inició un programa de reformas neoliberales y recortes en los derechos y los servicios públicos. A partir de ese momento, el impacto de la crisis económica se pudo percibir de manera clara en el campo social, transformando de manera notabilísima la mayoría de las relaciones políticas e institucionales del país.

    Aquella crisis también modificó, naturalmente, las relaciones de clase. No podía ser de otra forma, dado que, entre otras cosas, a lo largo de 2013 España llegó a superar la cifra de 6.000.000 de parados. Para hacerse una idea de la magnitud de dicho fenómeno, basta con recordar que unos cuantos años antes, en 2007, las instituciones económicas y el propio Gobierno se felicitaban de haber situado el número de parados por debajo de los 2.000.000 de personas. En efecto, aquella particular transición que significó la crisis y su gestión neoliberal supuso pasar de una tasa de paro del 8 por 100 a otra del 27 por 100 en apenas seis años. Son millones de personas que vieron todas sus vidas trastocadas por la situación económica, y que perdieron sus empleos de manera repentina en un contexto de enorme incertidumbre política y económica.

    Sin duda, la crisis económica podría haberse predicho –sobre todo si se hubiera tenido en cuenta las interpretaciones económicas procedentes de la economía heterodoxa–, pero lo cierto es que los distintos Gobiernos y las instituciones económicas nacionales e internacionales siempre negaron la posibilidad de tal evento. De hecho, en el caso de España, es conocido que durante los primeros años del nuevo siglo el Gobierno negó categóricamente la existencia de una burbuja inmobiliaria y, es más, animó a la compra de vivienda mediante el endeudamiento privado. Como es sabido, esos elementos formaron parte del cóctel económico que luego eclosionó en forma de grave crisis económica, al tiempo que imprimieron en el conjunto de la ciudadanía, especialmente en las llamadas clases medias, una mentalidad específica acerca de cómo funcionaba de manera natural el mundo. No podemos olvidar que tales fenómenos tuvieron lugar en un contexto ideológico dominado por el individualismo, la expansión urbanística y, ante todo, la creencia hegemónica respecto al fin de la historia. En suma: una cierta utopía neoliberal justificaba y promovía un sistema de relaciones sociales y económicas que se vendría estrepitosamente abajo con la crisis.

    Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que a partir de 2008 nuestro país empezó a cambiar en todos los aspectos. No se trata solo de los niveles de desempleo ya apuntados, sino también, y muy especialmente para nuestros propósitos, de la volatilidad e inestabilidad política que desde entonces comenzó a visibilizarse en el campo electoral. El bipartidismo imperfecto, es decir, la alternancia en el Gobierno de los dos grandes partidos conservador y progresista, habitualmente apoyados por terceros partidos de tamaño muy menor, se comenzó a hundir a partir de que tuvieran lugar aquellos acontecimientos. Obsérvese que en las elecciones generales de 2008 los dos principales partidos obtuvieron el 83,75 por 100 de los votos, mientras que en 2015 ese porcentaje solo alcanzó el 50,71 por 100. Está claro, por tanto, que se produjo un desplazamiento político de notable importancia.

    El libro que el lector tiene entre sus manos es un instrumento que ayuda a comprender lo que sucedió antes de aquella gran transformación. El material que ha elaborado Modesto Gayo nos permite enfocar con precisión al punto de partida desde el que todo comenzó a cambiar. Por eso la fecha de corte no es en absoluto arbitraria, puesto que la investigación abarca un amplio periodo de estabilidad política, el que va desde 1986 hasta 2008. En ese tiempo hubo crisis económicas, cambios de Gobierno y también sucedieron eventos de una importancia central en la evolución de las sociedades desarrolladas y también de nuestro propio país, como la caída del muro de Berlín (1989), la disolución de la Unión Soviética (1991), el Pacto de Estabilidad de Crecimiento y el Tratado de Maastricht (1992), la moneda única (2000) y la lamentable y continua actividad criminal de la banda terrorista ETA, por citar solo algunos ejemplos. Sin embargo, ninguno de ellos pareció modificar de manera decisiva la dinámica de los comportamientos electorales de los españoles. En cambio, todo ese sistema de estabilidad política, con sus instituciones, se vería radicalmente alterado solo a partir del año 2008.

    En los últimos años, en ciencias sociales ha cobrado importancia el concepto de path dependence, es decir, la trayectoria de la senda, que sugiere que para comprender bien cualquier fenómeno social es clave conocer previamente algo acerca de su historia reciente, así como del conjunto de interrelaciones que pudieran haberle afectado para llegar a ser lo que es hoy. Esto sería así porque los cambios sociales se producen no en el vacío sino en el seno de instituciones que tienen su propia genealogía e imprimen una inercia que debe conocerse para poder explicar bien las evoluciones posteriores. Quizás al lector menos habituado a las discusiones académicas, y por supuesto seguro a los historiadores, esto que acabo de decir le parezca de sentido común. Y tiene razón si piensa así. Sin embargo, la actitud de las ciencias sociales, y especialmente de algunas como la ciencia económica –pero no solo–, ante los fenómenos sociales ha sido, y desgraciadamente sigue siéndolo aún en gran medida, la de analizarlos ahistóricamente, esto es, como si estuvieran desprovistos de cualquier pasado que pudiera comprometerlos. Pues bien, el presente trabajo de Gayo puede interpretarse, afortunadamente, como un intento de profundizar en el ecosistema político que posteriormente quedará trastocado debido a aquella crisis y que, por lo tanto, condicionó necesariamente su evolución. Dicho de otra forma: sin comprender lo que sucedió antes de 2008 es imposible acercarse con un mínimo de rigor a lo que vino después.

    Para acometer esa tarea, el instrumental analítico que usa Gayo en esta obra es muy completo y riguroso. Pero cabe advertir de antemano que se sitúa a contracorriente de los análisis mainstream que pueblan las interpretaciones de lo sucedido durante el periodo estudiado. En efecto, el análisis de clase es el vector de trabajo principal con el que opera nuestro investigador y ello, desgraciadamente, no ha sido lo habitual a lo largo de las últimas décadas. Más al contrario, desde el punto de vista ortodoxo hablar de clases sociales era tanto como escuchar ecos del siglo XIX o, en el mejor de los casos, de principios del siglo XX, pero en ningún caso aplicables al final del siglo XX o principios del XXI. No es este el lugar para abordar las causas de esta disolución paulatina del análisis de clase en la academia y en el espacio público, pero tenga el lector en mente que este trabajo tiene ese elemento de heroicidad precisamente por situarse a contrapelo de la dinámica dominante. Sin embargo, ha sido esta una apuesta correcta, pues al fin y al cabo la investigación científica no debe estar condicionada por las distintas modas, concedan estas o no cierto estatus a sus protagonistas, sino a su utilidad para explicar fenómenos sociales. Y precisamente lo que esta investigación demuestra es que el análisis de clase es una herramienta útil para poder explicar lo que ha sucedido en nuestro país en época reciente. Dicho esto, entremos en materia. La importancia de un concepto como la clase social se deriva de su supuesta capacidad para explicar la acción social, puesto que a nosotros no nos interesa simplemente elaborar un mapa descriptivo de cómo está estratificada una determinada sociedad. Lo que Gayo hace aquí es situarse con éxito en la corriente de los pensadores clásicos que entendían que existe una relación entre la clase social y un determinado comportamiento social o político. En este caso hablamos del vínculo entre clase social y comportamiento electoral, lo que quiere decir que presuponemos que existe una relación entre el lugar en la sociedad en el que se encuentra el individuo con derechos políticos y su decisión –o no decisión– de voto. Por eso se habla de voto clasista, es decir, del voto que se puede explicar a partir de la clase social. Este es el eje sobre el que pivota el presente trabajo y que permite desplegar conclusiones ante las que los análisis mainstream suelen estar ciegos.

    Ahora bien, es cierto que, en general, en los últimos 30 años ha decaído la identificación de clase y se han debilitado los mecanismos por los que los seres humanos adquieren conciencia de clase. Pero hay que evitar la confusión entre la pérdida de centralidad de la clase obrera en las sociedades postindustriales y la pérdida de relevancia del análisis de clase. Como esta y otras investigaciones demuestran, la clase social sigue siendo un factor relevante para explicar numerosos fenómenos sociales de naturaleza política.

    Sin embargo, lo anterior no quiere decir que este vínculo sea el único que existe en una sociedad. Además, no es correcto creer que el análisis de clase provee un marco general para explicar todo fenómeno social. Ese error fue cometido, incluso de una manera aún más general y burda, por las lecturas dogmáticas y deterministas de un marxismo demasiado deudor de una filosofía de la historia esencialmente teleológica. En efecto, el propio Marx concedió una importancia crucial al concepto de clase social, si bien nunca llegó a definirlo con precisión y de hecho se movió confusamente entre diferentes y contradictorias interpretaciones de este, pero lo insertó en una filosofía de la historia, convenida luego por Engels en llamarse materialismo histórico, en el que las clases sociales desempeñaban un papel funcional a un desarrollo preestablecido. Recordando al profesor y sociólogo Caínzos, por cierto, tutor de tesis de nuestro investigador, con este proceder Marx inventó a la clase trabajadora, que fue por tanto más producto de especulaciones filosóficas que de un análisis empírico. Una actitud más fructífera, en mi opinión, es la de adentrarnos en el concepto de clase social atendiendo a sus condicionantes históricos e institucionales y, por tanto, también teniendo presente sus limitaciones.

    La clase social es un producto histórico, en tanto que su cristalización concreta depende de los contextos institucionales, y para todo el mundo es evidente que la clase social no puede adquirir el mismo significado bajo la antigua Roma que bajo el feudalismo o el capitalismo, incluso en estos niveles de generalidad. Lo mismo puede decirse en cuanto uno desciende a niveles aún más concretos y examina las formas específicas e históricas del capitalismo, es decir, el capitalismo comercial, el capitalismo industrial, el capitalismo financiarizado… Una lectura uniforme y ahistórica de la clase social que además pretenda arribar a conclusiones fuertes o incluso preestablecidas por la ideología o, más modestamente, por los prejuicios, es fuente ciertamente inagotable de errores. En consecuencia, uno está condenado a aceptar el cambio en las formas de las clases sociales tanto como el propio cambio en las sociedades en general, y es tarea del investigador comprometido con el rigor abordar todos esos cambios desde una perspectiva crítica, esto es, cuestionando permanentemente la validez de los instrumentales utilizados.

    Probablemente no hay un fenómeno que haya distorsionado más la noción unívoca de clase social propia de cierto marxismo que el fenómeno de las clases medias, lo que ha arrojado a las imprentas millones de páginas de discusiones básicamente escolásticas que, las más de las veces, no han servido para aclarar lo importante: cómo y por qué ha mutado de manera efectiva la estructura social y de clase de un país.

    El trabajo de Gayo logra deshacerse de todas estas peligrosas dinámicas y aborda el concepto de clases medias precisamente con la agudeza que el fenómeno requiere. Y de hecho llega a la conclusión de que, más que una sola clase media, hay en realidad muchas clases medias. O lo que es lo mismo, se acepta la amplia heterogeneidad de estrato intermedio que se ha convenido en llamar clase media. Una heterogeneidad que, como se verá, explica los distintos comportamientos electorales que se dan en su seno. Hasta el punto de que Gayo concluye en su trabajo que no es posible afirmar que la clase media sea una clase conservadora o progresista, sino que, más bien, es su heterogeneidad o fragmentación interna lo que impide decantarse entre un perfil y otro.

    Esas clases medias, como hemos dicho, no están ahí de manera natural, esto es, de manera previa a cualquier proceso político o económico. Más al contrario, las clases son el resultado de las relaciones sociales y económicas que se desenvuelven en cualquier sociedad. Por eso, más allá de los sugerentes debates acerca de la esencialidad o no de las clases sociales, y que también han llenado las páginas de múltiples trabajos académicos, lo interesante es insistir en que las clases sociales mutan con los cambios que se producen en el seno de la sociedad. En particular las clases sociales cambian –por ejemplo, en composición y tamaño– al calor de las transformaciones económicas del país. Y la economía y la sociedad de España han cambiado mucho en muy poco tiempo, de lo que necesariamente debe deducirse que las convulsiones también han alterado lo que conocemos como estructura de clases. Así, la sociedad española de hace 50 años por necesidad era muy diferente de la actual.

    Es entonces cuando tenemos que preguntarnos por las bases materiales de un sistema político como el español que durante el periodo estudiado se mostró aparentemente tan estable. Aunque algunos elementos actuales pueden rastrearse en fechas anteriores, cualquier análisis sobre la modernización española debe dar gran importancia al Plan de Estabilización de 1959, pues supuso un punto de inflexión en la trayectoria económica del país. Efectivamente, fue en plena dictadura cuando empezaron a notarse notables cambios en la economía y en la sociedad española, todo lo cual se manifestó en que el Producto Interior Bruto se duplicó en apenas 20 años y estuvo durante varios años expresando cifras superiores al 10 por 100. Ya tras la admisión de España en las Naciones Unidas en 1950, nuestro país vio cómo se abrieron nuevos canales de asistencia financiera que antes le estaban prohibidos por haber sido aliado del eje fascista durante la Segunda Guerra Mundial –recordemos que para ganar la Guerra Civil Franco recibió ayuda militar y económica tanto del régimen nazi como del fascista italiano–. Así, las reformas estructurales, el contexto económico internacional y los primeros créditos facilitaron un proceso de modernización que permitió que la población española pudiera disfrutar, por primera vez en décadas, de mejoras relevantes en sus condiciones de vida. El plan de 1959 favoreció la inserción de España en la economía mundial y provocó asimismo cambios radicales en el desenvolvimiento de la economía nacional, de entre los que cabe destacar la llegada de grandes capitales extranjeros con destino, especialmente, a la industrialización y el turismo.

    Sin embargo, esta industrialización tardía pronto se interrumpió con la crisis de la década de los setenta, la cual fue el origen, o justificación, de duras reformas en el mercado de trabajo, así como de las primeras privatizaciones del sector empresarial público. Sin embargo, es precisamente a partir de aquella crisis cuando empezó a constituirse en España el estado de bienestar, a contrapelo del resto de Europa. Eso supuso un soporte fundamental al desarrollo económico y una ayuda clave para las familias trabajadoras, así como una importante dosis de legitimidad adicional para la joven democracia española y para su sistema político. Sería a partir de los años ochenta cuando ese proceso se consolidaría, especialmente tras la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea en 1986. No podemos entrar aquí en todas las contradicciones y fragilidades que implicó un proceso tan complejo de modernización como el aquí esbozado, pero baste con remarcar que durante esos años el optimismo con el que la sociedad percibía el desarrollo estaba en gran medida basado en su comparación con el profundo atraso previo. En suma, la sociedad española vivió grandes y rápidas transformaciones en muy pocas décadas, coincidiendo al mismo tiempo el desarrollo de la economía, del estado de bienestar y de la democracia política de tal manera que en el imaginario público ha sido habitual entender tales componentes como diferentes aspectos del mismo proceso.

    El presente trabajo de Gayo se adentra, como hemos dicho, en la relación que se da entre esa estructura de clases cambiante y su comportamiento electoral. Quizá

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