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El Sombrero Inglés: El Sombrero Inglés, #1
El Sombrero Inglés: El Sombrero Inglés, #1
El Sombrero Inglés: El Sombrero Inglés, #1
Libro electrónico185 páginas2 horas

El Sombrero Inglés: El Sombrero Inglés, #1

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Información de este libro electrónico

Un crimen, un pueblo tranquilo, un Viejo Comisario, un Detective extranjero
y...El Sombrero Inglés
!

 

*Para las lectores con poco tiempo


El detective Green ha llegado a un nuevo pueblo, acompáñalo en los primeros casos que lo envuelven debajo del Sombrero Inglés,

en esta novela clásica detectivesca.


--------------------------------------------------------

I. El Sombrero Inglés


Desde la puerta de vidrio lo vio entrar con cabeza gacha caminaba como tratando de no ser visto, segundos después un oficial señalaba hacia la oficina. Entraba sin ser anunciado, le pareció aún más sombrío.
- El nuevo.
- Preferiría Oficial Green, Oficial o Green.
- ¿Gracioso?
- Escéptico, usted debe ser el Comisario Silva
- Subcomisario, no sé por qué estoy a cargo aquí, pero así lo decidieron de arriba- gesticuló. -- - ¿Molesto?
- Escéptico. Otro con apellido extranjero.
- Soy extranjero.
- ¿Qué lo trae por aquí?
- Me echaron -se tiró sobre la silla.
- No me imagino por qué -ironizó - Impertinente.
- Y un poco bebedor …

¡ Misterio, intriga y mucho Humor!

IdiomaEspañol
EditorialP. Capomasi
Fecha de lanzamiento25 feb 2023
ISBN9798215816042
El Sombrero Inglés: El Sombrero Inglés, #1
Autor

P. Capomasi

P. Capomasi ha creado una serie original y lo demuestra con su primera novela, Anulus, una obra de ciencia ficción épica y fantástica para adultos.   Ambientado en el mundo de las fantásticas aventuras del Guardián de la Cumbre y comenzando el mundo mágico de Los Cuentos de Mateo, logra traspasar las barreras del tiempo De Héroes, Espadas y Magia. También ha cruzado géneros al escribir la Serie El Sombrero Inglés y Cuentos Desordenados.   P. Capomasi actualmente está escribiendo y ya tiene algunos trabajos publicados en otro idioma. Vive en Buenos Aires.

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    El Sombrero Inglés - P. Capomasi

    Título original: El Sombrero Inglés

    P. Capomasi

    Argentina, Provincia de Buenos Aires, San Vicente

    Año 2019

    Notas Preliminares

    Mi fanatismo sobre la literatura me ha llevado a recorrer infinitas historias; entre ellas, he de destacar aquellas cuyo género pertenecen al misterio; entre tantos autores siempre preferí los relatos ambientados en otras épocas más carentes de recursos científicos modernos permitiendo elevar al máximo la imaginación al analizar cada capítulo.

    Cabe destacar también, que no ha sido solo mi entusiasmo lo cual me llevó a insertarme en la escritura del género fue, el interés por parte de mí hijo quien no solo me auxilió al transcribirlo al formato digital, sino para mi sorpresa, su interés en este tipo de literatura lo cual me motivó a continuar esta seguidilla de historias de intriga.

    Pero debo aclarar que, en estos relatos los personajes han sido seleccionados cuidadosamente resaltando en cada uno sus particularidades a fin de estar en armonía con el ambiente en el cual se desarrollan, la época y la historia de nuestro pueblo siempre presente en cada uno de mis libros.

    Sin más, espero sean partícipes de estas historias inspiradas en los recuerdos del pasado con mi familia, donde la imaginación volaba entre las líneas escritas en aquellas páginas plagadas de ese olor tan particular que los libros usados nos saben dejar.

    A mí padre, amante de la literatura

    Apasionado de los autores reconocidos

    En el género de las novelas de misterio,

    Mí eterna gratitud por su legado

    Aún te extraño...

    El Sombrero Inglés

    Parados frente a la escena del crimen los dos agentes frente al cadáver estaban horrorizados, de rodillas el médico pasaba el parte estudiando cada detalle.

    -Sin marcas, no hay signos de estrangulamiento, no parece haber sido asfixiado y no existen contusiones por golpes

    -Veneno, tal vez

    -Lo dudo mucho. Lo llevaremos para analizar en la morgue

    -Bien- molesto el comisario caminaba al auto

    - ¿Señor? - Dijo un agente

    -Indaguen a los vecinos, alguien debe haber visto algo

    - ¿Y usted? -

    -Iré a ver archivos viejos a ver qué encuentro.

    Llegó a su oficina esperando al doctor sabía que en archivos no encontraría nada; en un lugar tan chico como ese podría pasar cualquier cosa, pero un crimen... No

    - ¡Señor! Disculpe. El forense solicita verlo

    -Gracias Gorrini. Iré enseguida.

    Caminó por el largo pasillo hospitalario y sintió frío de golpe entre aquellas cámaras mortuorias.

    - ¿Y bien?

    -Nada

    - ¿Disculpe?

    -Diría que falló su corazón- Pasó un expediente médico -pero resulta que no tiene antecedentes de enfermedad

    -Imposible, nadie fallece porque sí

    -No comisario, nadie fallece porque sí- Mostró una marca en su garganta -Casi imperceptible excepto para mí. Señorita Leticia, páseme el bisturí

    -No necesito más. Muchas gracias

    Volvió a adentrarse en aquél viejo pasillo escuchando a lo lejos la voz del forense. Hombre de mediana estatura, caucásico..., el olor a humedad le generó aún más una sensación de asco mezclada con la rabia de haber visto al lugareño sobre el metal tan frío como su cuerpo yaciendo en él.

    Camino a la oficina se encontraba con uno de sus ayudantes.

    -Señorr. No había personal en la casa, el jardinero no llegaría hasta el sábado

    -El señor Lemos hoy trabaja en casa de la señora Palmer

    -Personal de limpieza no tenía, él mismo se encargaba de las tareas domésticas, todos sabemos que el señor Melo era un hombre solo

    -Tampoco había merodeadores por la zona, aunque su vecino asegura solía visitar la casa de la Señorita Vida".

    Arqueó una ceja con gracia.

    -Veré si averiguo algo.

    La noche caía, telefoneó a su esposa anunciando que no llegaría a cenar; Colgando el teléfono se encaminó al prostíbulo.

    El hombre corpulento se aproximó a su encuentro al reconocerlo.

    - ¿Comisario?

    -Comisario no, ¿La Señorita Vida?

    -Lo acompaño- Entró al gran salón y lo recibió una mujer de avanzada edad

    - ¿En qué lo puedo ayudar?

    -Iré al punto, el señor Melo fue asesinado ésta tarde, lo encontramos tendido sobre el piso de su patio trasero

    - ¡Qué barbaridad! Un asesinato, años...

    - Cierto - Recordó un viejo incidente

    -Y supongo estamos bajo sospecha

    -No. Usted tiene un negocio el cuál no comparto, pero asesinato no

    -Entiendo -respiró hondo -Mel, como solían decirle mis muchachas, a diferencia de lo que usted cree, no solicitó jamás una dama para su compañía, era muy apostador, pero jamás hemos tenido que privarlo de una copa y le aseguro que por aquí todas lo apreciábamos. Era un hombre encantador

    - ¿Muy apostador?

    -Según sé no sólo jugaba en mis mesas. No ponga esa cara, acá cualquiera puede jugar cartas o dominó, si apuestan no puedo impedirlo

    -Puede, no quiere. Y además es ilegal

    -No lo hacen frente a mí, y muchos de sus oficiales se encontrarían... desilusionados si cerrase mi negocio

    - ¿Acaso me está amenazando, señora?

    -Para nada. Piénselo un poco - Abrió sus ojos verdes -Si no mirarse para otro lado cuando apuestan estarían en lo del asiático ese, apostando con esos hombres y usted sabe lo duro que suelen ser con sus deudores

    - ¿Duda de ellos?

    -No. Uno de sus agentes estuvo por aquí, dijo algo sobre elegante

    - ¿Sabe si tenía deudas?

    -Mel no solía ser hablador, al parecer tenía una buena vida, sus ropas caras y sus joyas lo delataban

    - ¿Amoríos?

    -No que yo sepa, y yo sé todo en cuestiones del corazón

    - ¿Sabe algo acerca de su familia?

    -Una vez contó algo. ¿A ver? ¡Lulita! - vociferó a una pálida muchacha yendo a su encuentro

    - ¿Señorita? – viró inquisitiva al comisario

    - ¿Mel tiene familia?

    -No lo sé, tal vez Luz sepa algo. Hablaban mucho. ¿Pasa algo?

    -Habla muchacha. Vos y Luz son muy amigas- Ordenó

    -Es jugador

    -Eso lo sé -cortó el comisario- ¿Algo fuera de lo común?

    -Ahora que menciona, sí. Una vez le faltó su anillo, recuerdo estaba obsesionado con eso, cuando lo recuperó se disculpó por sus malos modales. Dijo algo sobre el grabado

    - ¿Grabado? ¿Un escudo tal vez?

    -Sí, eso, un escudo familiar. Era escoses

    - No, era inglés - acotó la señora Vida

    - ¿Tenía problemas con alguien?

    - No que yo sepa, señor

    - ¿Cómo se hizo tan confidente de su amiga?

    -Creo se entendían bien- El hombre pudo notar su nerviosismo

    - ¿Algo más? -Irrumpió la otra mujer

    - Es todo. Muchas gracias

    - Regresa al trabajo -La mujer obedeció a Madama Vida- ¿Satisfecho?

    -Por ahora. Le voy a solicitar nombres y direcciones

    -A primera hora las tendrá en su oficina- respondió con nerviosismo.

    De regreso en la oficina Gorrini se apresuró a su encuentro sonando sus zapatos al caminar.

    -Señor un hombre le dejó estas notas- Extendió un papel con nombres y direcciones

    -Gracias, continúe con sus asuntos.

    Desde la puerta de vidrio lo observó entrar con su cabeza gacha caminaba como tratando de no ser visto, segundos después un agente señalaba hacia la oficina. Entraba sin ser anunciado, le pareció aún más sombrío.

    -El nuevo

    -Preferiría Oficial Green, Oficial o Green

    - ¿Gracioso?

    -Escéptico. Usted debe ser el Comisario Silva

    - Subcomisario. No sé por qué estoy a cargo aquí, pero así lo decidieron de arriba- gesticuló

    - ¿Molesto?

    -Escéptico. Otro con apellido extranjero

    -Soy extranjero

    - ¿Qué lo trae por aquí?

    -Me despidieron - Se echó sobre la silla

    -No me imagino por qué -Ironizó -Impertinente

    -Y un poco bebedor

    -No contestó mi pregunta- Algo en él era irritable

    -Me gustaría decir que me trajo un amor pero mentiría

    - ¿Y por qué golpeó a su jefe?

    -Ah, ya sabe...

    -Vivimos en otro continente, eso no nos deja menos recursos que a ustedes

    -Ellos, ahora trabajo aquí... creo

    -Por cierto, buen acento. -de repente sintió detrás la de la puerta las miradas atontadas de las mujeres hacia el hombre -Conteste

    -Un caso de robo mayor, mí jefe se lo adjudicó a un pariente idiota que logró un ascenso

    -Y usted resentido lo golpeó

    -No, eso sucedió luego cuando después despidió a mi compañero por acusarlo de incompetente

    -Ya veo, su compañero resolvió el caso

    -Recibiendo un disparo al torax evitando el atraco. Él viajó a sus tierras -señaló al suelo-Su madre era de aquí y yo lo seguí; pasó el tiempo pero al fin obtuve un puesto, creo -se levantó de un brinco -Estoy listo para atender el teléfono o llenar papeles-dijo con desinterés

    -Acá ya tenemos telefonista y no me sirve un detective calentando sillas

    -Otro pase de destacamento. ¿Dónde será esta vez?

    -Me hastía, vamos.

    El hombre se sorprendió y sin mediar palabra lo acompañó hasta la oficina del correo.

    - ¡Pipa!- Saludó sonriente

    -Pascual, pasa hombre. ¿Qué los trae por acá?

    -Mel fue asesinado

    - ¿El irlandés?

    - ¿No era inglés o escoses?

    -Irlandés. Su familia llegó en barco hace unos años el muchacho se crio en esta zona, lo sé porque recibe dinero de alguien. Una empresa del extranjero, todos los meses viene a buscar su pensión

    - ¿Pensión?

    -Sí, al parecer su familia tenía un fideicomiso, no sé exacto; algo me comentó cuando no supo explicar los cheques que provienen de esa dirección- Buscó entre sus papeles –Aquí está, toma- le extendió un papel -Ya sabes

    -Pierde cuidado, te los traigo enseguida

    -Buenos días -dijo a su acompañante

    -Vamos de vuelta al destacamento tengo una corazonada.

    Lo siguió en silencio como pensativo; su aspecto un tanto descuidado parecía verlo ver más atractivo ante las mujeres que pasaban por su lado observándolo con disimulo hasta que él las notaba haciéndolas sonrojar

    - ¿A ver?, aquí está, revisa la lista de nombres; ¿Ves el edificio cercano a la plaza? esta noche mézclate con esa gente... ¿Apuestas?

    - Algo - torció su boca

    -Averigua lo que puedas de Mel

    -Bien- se encaminó a la salida

    - ¿No va a preguntar? ¿Qué clase de detective es?

    -Uno que no hace preguntas a su jefe que no quiere contestar

    -Luz lo conoce bien. Pregúntale a su amiga, una chica menudita poco menos de tu edad castaña y un tanto baja, pero es la asiática la que me interesa; dijo algo al mesero cuando salí -se tocó la frente al verlo alejarse -Este muchacho me sacará canas – Resopló

    -Señor...

    -Pasa, dime

    -Ese hombre... Tiene a las muchachas intrigadas

    - ¡Me imagino! Dejen de murmurar hay mucho trabajo, Gorrini.

    El lugar se encontraba repleto de hombres, se acercó a un par de mesas buscando un lugar vacío, concentrados en los juegos nadie pareció interesarse en él. Una silla vacía en una mesa cercana le daba la oportunidad

    - ¿Juega?

    - ¿Disculpe?

    -Acento raro ¿Europeo?

    -Algo ¿Me invitan?

    - ¡Claro! Nos falta uno.

    Notó a la mujer de aspecto oriental en complicidad con el mesero. El hombre le daba una copa y ella se le acercó.

    -Invitación de la casa

    - ¿Esto solo? -sonrió a sus compañeros de mesa

    -El resto se comparte con la casa

    -Escalera. Paso- dijo a los compañeros de juego mirándola de soslayo- Me recomendaron a Luz

    -No sé qué tendrá ella- Acotó disgustada- Pero no se encuentra

    -Lástima, Mel me dijo era buena muchacha

    - ¿Mel? ¿Acaso era amigo suyo?

    -Tal vez. Perdí, eso por hablar con mujeres –sonrió a los hombres

    - Machista -se alejó ofendida ante las carcajadas del resto

    -Señores... buena partida- Se levantó acercándose a ella -Fui grosero ¿Un trago?

    -Estoy trabajando- Arrugó su nariz

    -Entonces que sean dos -Mostró sus dedos al mesero

    - ¿Qué quiere, señor...?

    -Llámame Green.

    Conversaron un largo rato, finalmente llegó a la pensión telefoneando a su jefe.

    - ¿Cómo consiguió mí número...? Olvídelo no quiero saber

    -La guía. Nada, parloteaba sin cesar pero solo hablaba tonterías

    - ¿De la otra dijo algo?

    -Sí, pero no le va a interesar

    - ¿Y eso?

    -Digamos que

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