La magia de la Navidad
Las Navidades ya no son como antes.
Eso pensaba el pequeño Fritz mientras cortaba leña.Su padre le había enseñado antes de irse a la guerra. Desde entonces, él era el encargado de lanzar aquellos golpes certeros sobre los maderos hasta convertirlos en astillas.
Su padre no quería luchar, tenía miedo a matar y a morir. Se lo confesó el día que se marchó. Pero no tuvo opción. Era belga y le obligaban a luchar con los alemanes en una guerra que habían provocado ellos. Fritz seguía sin comprender la razón de aquella imposición. Su ausencia le dolía. En agosto les llegó una carta suya fechada a finales de mayo. Nada sabían de su paradero desde entonces. Su madre la había colocado sobre una repisa, como si fuera una imagen a la que venerar. Acariciaba con sus dedos aquellas letras escritas de forma apretada, como si entablase una
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