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Transformación Cultural En Colombia Basada en Valores
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Libro electrónico520 páginas6 horas

Transformación Cultural En Colombia Basada en Valores

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"Transformacion Cultural en Colombia Basada en Valores", es un ensayo que investiga, analiza, interpreta y evalua doce temas, que se proponen como nuevos valores para cambiar la cultura en Colombia. El libro esta dirigido principalmente a los jovenes colombianos que cursan educacion media o universitaria, pero tambien es de interes para directivos y empleados en organizaciones publicas o privadas, y para el publico en general.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 ene 2022
ISBN9781662492402
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    Transformación Cultural En Colombia Basada en Valores - Rafael Palacios Cortes

    cover.jpg

    Transformación cultural en Colombia basada en valores

    Rafael Palacios Cortés

    Derechos de autor © 2021 Rafael Palacios Cortés

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2021

    ISBN 978-1-6624-9238-9 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-6624-9240-2 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Table of Contents

    Prólogo

    Presentación

    Introducción

    Agradecimientos

    Parte I: Descubrir

    ¿De dónde venimos?

    Historia

    1.1 Primeros pobladores y descubrimiento

    1.2 Conquista, colonia e insurrección: 1500–1800

    1.3 Luchas por la independencia: 1800–1820

    1.4 República de Colombia: 1820–1830

    1.5 República de la Nueva Granada: 1830–1860

    1.6 Estados Unidos de Colombia: 1860–1886

    1.7 Época conservadora: 1880–1930

    1.8 Cambios en el poder: 1930–1958

    1.9 Frente Nacional: 1958–1974

    1.10 Gobiernos de coaliciones: 1974–2020

    Cultura

    2.1 Conceptos de cultura

    2.2 Cultura de nuestros aborígenes

    2.3 Carácter de los colombianos

    2.4 Alma colombiana

    2.5 Identidad nacional

    2.6 Cultura en la organización

    2.7 Colombianos en el exterior

    Paz

    3.1 Obstáculos que se han opuesto a la paz

    3.2 Procesos de paz durante 40 años

    3.3 Acuerdo de Paz con las FARC

    3.4 Jurisdicción Especial para la Paz

    3.5 Paz imperfecta

    3.6 Cátedra de la Paz

    3.7 Reflexiones sobre la paz

    Parte II: Soñar

    ¿Hacia dónde queremos ir?

    Civismo

    4.1 Civismo, cortesía y urbanidad

    4.2 Paz doméstica y hospitalidad

    4.3 Aplicaciones del civismo

    4.4 Ciudadanía y democracia

    4.5 Constitución Política de 1991

    4.6 Educación

    4.7 Religiosidad

    Sostenibilidad

    5.1 Ambientalismo como movimiento social

    5.2 Calentamiento global y cambio climático

    5.3 ¿Por qué adoptar un modo de vida sostenible?

    5.4 Programa de sostenibilidad ambiental

    5.5 Participación en la agenda climática

    5.6 Responsabilidad social y ética corporativa

    5.7 Justicia social

    Felicidad

    6.1 Felicidad como propósito

    6.2 Secretos de una vida plena

    6.3 Hábitos y estados mentales

    6.4 Recreación y deporte

    6.5 Nutrición y longevidad

    6.6 Inteligencia emocional

    6.7 Pecados contra la felicidad

    6.8 En busca de la felicidad

    6.9 Reflexión sobre la felicidad

    Parte III: Diseñar

    ¿Cómo lo lograremos?

    Planeación

    7.1 Conceptos de planeación

    7.2 Proceso de planeación

    7.3 Indicadores de gestión

    7.4 Gestión de proyectos

    7.5 Planeación Estratégica Municipal

    7.6 Aprobación del plan estratégico municipal

    7.7 Planes nacionales de desarrollo

    Liderazgo

    8.1 ¿Qué es liderazgo?

    8.2 Perfil del líder

    8.3 Estilos de liderazgo

    8.4 Fuentes y uso del poder

    8.5 Esquema para desarrollar el liderazgo

    8.6 Virtudes del Líder

    8.7 Parafraseando autores célebres

    Emprendimiento

    9.1 Espíritu emprendedor

    9.2 Habilidades de un emprendedor

    9.3 Plan de negocios

    9.4 Guía para crear una empresa

    9.5 Servicios de apoyo al emprendedor

    9.6 Construyendo relaciones con el cliente

    9.7 Mercadeo global

    9.8 Ética empresarial

    Parte IV: Destino

    ¡Vayamos hacia allá!

    Conocimiento

    10.1 ¿Qué es conocimiento?

    10.2 Tipos de conocimiento

    10.3 Gestión del conocimiento

    10.4 Efectos culturales del conocimiento

    10.5 Aplicación del conocimiento

    10.6 Pandemia y conocimiento

    Competitividad

    11.1 Conceptos básicos de competitividad

    11.2 Competitividad empresarial y nacional

    11.3 Gestión de la Calidad Total

    11.4 Normas y estándares de calidad

    11.5 Excelencia en los procesos

    11.6 Innovación y aprendizaje

    Cambio

    12.1 Conceptos acerca del cambio

    12.2 Cambio en las organizaciones

    12.3 Metodología de cambio organizacional

    12.4 Imagen impulsora del cambio

    12.5 Estrategia para el cambio organizacional

    12.6 Implementación del cambio organizacional

    Conclusiones

    Apéndices

    Valores fundamentales

    Casos de estudio

    Programa de implementación

    Bibliografía

    Glosario

    Este ensayo está dirigido a los jóvenes colombianos,

    de quienes depende el futuro del país.

    El autor lo escribió honrando la memoria de sus padres

    y profesores, quienes le inculcaron valores.

    Prólogo

    El presente ensayo es la concreción perfecta de la definición que la Real Academia Española (RAE) hace del término acucioso, definición que se consigna en el glosario de la última parte de esta obra: Acucioso: Diligente, solícito, presuroso. Movido por un deseo vehemente. Esta es, a mi manera de ver, la característica del trabajo que Rafael Palacios Cortés ofrece a la consideración del lector, movido por la urgente necesidad de una transformación de la cultura colombiana.

    Movido por un deseo vehemente que brota del amor a su patria, rica en recursos naturales y humanos, y paradójicamente sumida en una profunda crisis social, el autor pone a disposición del lector, de manera casi exhaustiva, sus conocimientos, su experiencia y su personalidad de ingeniero, precisa, ordenada, rigurosa. Nos enriquece además con su experiencia administrativa y su capacidad pedagógica, exponiendo en forma gradual y clara los conceptos empleados, ilustrándonos con ejemplos concretos y con el pensamiento de reconocidos autores sobre diferentes aspectos constitutivos de la cultura.

    Es de admirar el conocimiento profundo que el autor posee de la cultura colombiana entendida de manera integral, a través de su historia (desde los aborígenes y primeros pobladores hasta nuestros días), y de la diversidad de caracteres troquelados por la diversidad de regiones geográficas y poblaciones étnicas que, no obstante, confluyen en una identidad nacional. Todo ello nos abre a la comprensión de las causas profundas de nuestro modo de ser y actuar como colombianos, de cómo hemos vivido y cómo vivimos actualmente nuestras divisiones y conflictos, pero sobre todo, cómo podemos superarlas hasta ahora, invencible violencia y corrupción, que nos afligen e impiden la realización de una paz verdadera y estable.

    La acuciosidad del autor obedece también a la urgencia de una transformación profunda basada en valores y no solamente en principios éticos, asumidos como verdaderos, tales como no matar, no robar, no dar falsos testimonios ni mentir, que se supone son admitidos por la generalidad de los seres humanos, ya que nadie quiere aparecer ante los demás como infractor de esos principios, sino como una persona honorable que los asume y los cumple; sin embargo, ante la oportunidad de realizar los intereses egoístas de individuos o de grupos, se mata, se roba, se miente, se fabrican y presentan falsos testigos, y se vulnera, de manera a veces descarada, la dignidad propia y de las demás personas.

    La razón de esta realidad no es debida a que se ignoren los principios o no se acepten como verdaderos, sino, porque no todo lo verdadero, es automáticamente válido. La validez depende de la pasión y eficacia con que se realice lo verdadero. Es entonces cuando los principios se transforman en valores, como lo sugiere la misma etimología de valor (del latín valere: tener fuerza, influjo, poder, ser capaz de...). Los valores son energías o fuerzas espirituales que mueven a la acción: son eficaces. Un principio es ineficaz mientras no se convierta en valor; es decir, mientras no se asimile internamente en el intelecto, se apropie en la afectividad y se lleve eficientemente a la acción. Es otras palabras, es necesario hacer que los principios desciendan de la razón (el intelecto), al corazón (la afectividad), y al obrar (la acción) para que se conviertan en valores, es decir en necesidades afectivas y efectivas para obrar de conformidad con ellos.

    Una transformación de la cultura requiere, pues, una pedagogía de asimilación de los principios y su conversión en valores. Es esto lo que propone el autor al presentarnos una amplia gama de metodologías y procedimientos tomados de su experiencia administrativa, empresarial y educativa. Algunas metodologías podrían parecer un tanto repetitivas, pero la repetición es también un camino para la asimilación. Se trata de crear y fortalecer una forma de ser tanto individual como social. Según el mismo autor, la gestión por valores no es un programa más; es un estilo de vida. El éxito no proviene de proclamar nuevos valores, sino de ponerlos en práctica de manera constante.

    La transformación global de una cultura tiene que pasar por la transformación de cada uno de los individuos que conforman una colectividad, ya sea un país, una región, un municipio, una institución, una empresa, una escuela, etc. Los cambios culturales son graduales y con frecuencia lentos; por lo general comienzan en pequeñas comunidades, aunque también se dan en grandes instituciones, empresas u organizaciones bajo el influjo de auténticos líderes.

    Como lo afirma el autor, Colombia necesita estructurar un proceso en el cual el gobierno y el sector privado trabajando unidos, y ejerciendo un claro liderazgo definan los objetivos nacionales en orden a realizar una operación eficaz para la transformación de nuestra cultura actual. Ello exige un esfuerzo grande en educación, poniendo en el centro la inviolable dignidad de la persona humana, la comprensión y aceptación del otro como diferente, y protegiendo los derechos que tenemos todos como ciudadanos. Asimismo, teniendo como indispensables el perdón y la reconciliación, valores imprescindibles para la construcción de una paz verdadera y estable.

    Con este ensayo, el autor pone en manos de las personas y colectividades que han experimentado la necesidad de una urgente transformación de nuestra cultura, sugerencias e instrumentos muy variados que tienen la garantía de la eficacia.

    ¡Bienvenida la exploración de todos los caminos que, como el presente ensayo, nos hacen tomar conciencia de la urgente necesidad de una transformación de nuestra cultura, y nos ofrecen instrumentos de validez para alcanzarla!

    Gerardo Remolina Vargas, S. J.¹

    Presentación

    Transformación Cultural en Colombia Basada en Valores, es un ensayo que investiga, analiza, interpreta y evalúa doce temas, que se proponen como nuevos valores para cambiar la cultura en Colombia. El libro está dirigido principalmente a los jóvenes colombianos que cursan educación media y estudios universitarios, independientemente de la carrera que estén siguiendo, pero a la vez se espera que sea de interés y fácilmente aplicable a los profesionales y empresarios, en las empresas u organizaciones donde se desempeñan, y al público en general, por lo que ha sido escrito en un estilo didáctico sencillo para que llegue al mayor número de personas.

    Si nos basamos en el concepto de que la cultura es la expresión del alma de un pueblo, el describirla es como tratar de representar un comportamiento promedio de todas las personas que conforman la sociedad. Entonces, si pretendemos moldear o transformar esa cultura, a partir de este ensayo, necesitaremos concientizar a un gran número de acuciosos lectores del mismo, a fin de que vayan cambiando o ajustando su comportamiento, y así el gran promedio irá reflejando de manera más fiel el perfil de conducta deseado, con el cual se irán obteniendo gradualmente mejores desempeños de las empresas privadas, de las entidades públicas, de las organizaciones comunitarias, y del país, y por ende se obtendrá su mayor competitividad en el escenario mundial.

    Las cuatro partes en que está organizado el libro, llevan una secuencia. La primera parte pretende resolver la pregunta: ¿de dónde venimos los colombianos?, la cual está orientada fundamentalmente al pasado, a nuestra historia, y a identificarnos cómo somos. En la segunda parte, mediante la pregunta: ¿Hacia dónde queremos ir?, se trata de expresar nuestros sueños, refiriéndonos a un futuro deseado y posible, en el que predomine el civismo, la sostenibilidad y la felicidad. La tercera parte se enfoca en tres técnicas que nos posibilitarán construir el futuro que hayamos diseñado: la planeación, el liderazgo y el emprendimiento. Y la cuarta parte nos invita a que nos involucremos en la construcción de una nueva cultura colombiana, mediante el conocimiento, la competitividad y el cambio, para así contribuir a nuestro desarrollo individual, al de las organizaciones a las que pertenecemos, y al del país en general.

    La mayor parte de los temas tratados son tomados del campo de la administración, y son aplicables en entidades públicas, empresas privadas, y organismos no gubernamentales, como se muestra en algunos ejemplos, en los cuales se ha podido comprobar que logran un impacto importante en los miembros de las organizaciones que las aplican, haciendo cambiar su modo de pensar y de actuar, contribuyendo a la realización de las metas propuestas por dichas organizaciones.

    Al recorrer este libro, a través de la introducción, sus doce capítulos, las conclusiones y los apéndices, se aclararán los propósitos del ensayo, se entenderán los conceptos principales implícitos en los doce nuevos valores que se proponen, se revisarán los valores fundamentales, se presentarán cuatro ejemplos ilustrativos, se creará interés mediante un programa de implementación en el que se proponen acciones con metodologías apropiadas para realizarlas. Al final se darán las referencias bibliográficas para cada capítulo y se incluye un glosario de términos poco conocidos, a fin de que los interesados se involucren más en esta causa común que es transformar la cultura colombiana para el progreso de nuestra nación.

    Introducción

    Desde cuando comencé a trabajar como docente en la Universidad Javeriana en 1996, el tema de los valores ha sido para mí de permanente interés, tanto por ser la esencia de la cultura en las organizaciones, como también el fundamento de la educación integral en dicha institución. De otra parte, las directivas de mi alma mater, han enfatizado permanentemente y de diferentes maneras, la importancia de los valores en la formación de nuevos profesionales, y atribuyen a la falta de valores en nuestra sociedad muchos de los problemas que enfrenta continuamente: corrupción, narcotráfico, violencia, crimen, etc. Decía el rector de la Pontificia Universidad Javeriana, Padre Gerardo Remolina S. J., en un discurso que pronunció en el Teatro Colón en el año 2000, con motivo del 50 aniversario de la Universidad:

    Sin duda alguna, las estructuras económicas, sociales y políticas de nuestro país requieren una transformación profunda y urgente. Se requiere la transformación del alma de nuestro pueblo, del cual formamos parte todos y cada uno de nosotros los colombianos. Hay necesidad de un Proyecto de Nueva Cultura Colombiana, que busque sanear desde lo más profundo la fuente misma de nuestros comportamientos.

    Este es precisamente el tema que trataremos en este ensayo. La principal hipótesis que hago, basado en las experiencias laborales que he tenido, tanto en instituciones colombianas como en empresas multinacionales, es que así como se logran hacer transformaciones culturales en empresas multinacionales de gran tamaño y amplia cobertura geográfica, así mismo se pueden ensayar cambios culturales en organizaciones nacionales en espacios geográficos menores, y no solo en empresas, sino también en comunidades que tengan diferentes culturas. ¿Y por qué no ampliar este ejercicio y reflexión a toda la nación?

    En el año 2007, cuando falleció mi padre, escribí una memoria familiar en la que tuve oportunidad de reflexionar acerca de los valores que aprendí de mis padres, los cuales también se transmitieron dentro de mi familia. Investigando más recientemente sobre la cultura de los muiscas, que habitaban en el centro de Colombia cuando llegaron los conquistadores españoles, estuve reflexionando nuevamente sobre los valores en dicha cultura. Sorpresa para mí fue encontrar cómo dichos valores se aproximan mucho a los valores que se me inculcaron en la familia, y también ver que se complementan con los valores corporativos de empresas y organizaciones con las cuales he tenido vínculos laborales.

    De otra parte, al tratar de analizar mi identidad como colombiano, encontré una proclama escrita por nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, titulada "Por un país al alcance de los niños", que sintetiza la descripción exacta de nuestras raíces, muestra lo que somos los colombianos, tanto en cuanto a nuestros defectos culturales como a nuestras cualidades. En su visión positiva Gabo concluye afirmando que las condiciones están dadas para un cambio social en Colombia y que la educación seria su órgano maestro, mediante el cual desarrollemos una ética para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Dicha pieza literaria está dirigida a todos los colombianos, y hace parte de los resultados presentados por la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo convocada en septiembre de 1993 por el entonces Presidente de la República de Colombia.

    En otros apartes, el padre Remolina complementaba su argumento diciendo:

    Un proyecto de cambio cultural en Colombia debe promocionar dinámicas sociales que procuren la erradicación de vicios o taras sociales básicos; y la proposición de principios y valores que permitan la implantación de un nuevo orden económico, político y social en el país. La nueva cultura no debe ser impuesta de manera dictatorial, ni imperialista, ni sutil. Pero sí puede ser propuesta e inducida como un llamado y una invitación a la libertad individual y colectiva de los pueblos, de acuerdo con su propia idiosincrasia.

    Las anteriores sentencias me han servido de inspiración y guía en la elaboración del presente ensayo, pues siempre me surgía la inquietud de cuáles debieran ser los valores mínimos esenciales que debemos promover e inculcar, y cómo llegar al convencimiento y consenso de que sin ellos no lograremos progresar. Otra tarea que es indispensable, y me planteó un reto, es el definir una metodología apropiada para enseñar tales valores, y encontrar fórmulas pedagógicas para lograr que se adopten; por eso en el desarrollo de este ensayo se explicarán algunas metodologías de cambio organizacional que han sido probadas en el ámbito empresarial, se presentan varios casos de estudio, y se propone adelantar un programa de implementación.

    Como podrá verse en el Índice de este ensayo, son múltiples las áreas disciplinares que se están abordando, pero en forma conceptual y de fácil comprensión para todo tipo de lectores, así tengan diferentes niveles educativos y diversos intereses o propósitos. Por esta razón el contenido se ha estructurado en cuatro partes, como se explica a continuación:

    La primera parte está dedicada a descubrir, a través de la historia, de dónde procedemos y a entender cómo se ha ido formando nuestra identidad cultural, desde nuestros aborígenes, hasta llegar a analizar los procesos que se han seguido en busca de la paz, considerando a la nación como organización social que es.

    La segunda parte está enfocada en un panorama futuro deseado, de hacia dónde queremos ir, un país donde prevalezca el civismo, la sostenibilidad ambiental, la salud mental y física, y que persiga la felicidad tanto a nivel individual como colectivo.

    La tercera parte presenta tres estrategias que hacen posible la construcción del futuro deseado promoviendo el desarrollo económico y social del país mediante la planeación, el liderazgo, y el emprendimiento.

    La cuarta parte presenta tres instrumentos valiosos para lograr el progreso: el conocimiento acompañado de un aprendizaje continuo, la competitividad, y la gestión del cambio, los cuales nos permitirán llegar a ser un país líder en un ámbito globalizado.

    Las cuatro partes del ensayo se descomponen en tres capítulos cada una, cubriendo así 12 grandes temas, cada uno enfatizando un valor fundamental que se desea inculcar, explicando su importancia e ilustrando la forma como se aplica, de manera que permita el autoaprendizaje; por esta razón el título de la obra señala que la transformación cultural propuesta estará basada en valores.

    Por todo lo anterior, son muchas las facetas y secciones que se cubrirán, para darle un tratamiento holístico o integral, escritas en un lenguaje sencillo, desprovisto de tecnicismos y de fácil comprensión, aunque su característica de interdisciplinariedad dificulta a veces su entendimiento. Por eso cuando se introducen términos y conceptos especializados, como son los de cultura, sostenibilidad y competitividad, se ha tratado de simplificarlos al máximo para hacerlos más asimilables y aplicables en nuestro diario vivir. De todas maneras se ha incluido un Glosario donde se explican los términos especializados que fue necesario mantener. Al final del ensayo se incluyen varios casos de estudio que muestran la aplicabilidad de lo que aquí se presenta, y se propone un programa de acción para hacer realidad la transformación cultural en Colombia.

    Las máximas o frases célebres de autores reconocidos planteadas al inicio de cada capítulo servirán de inspiración. Las notas de pie de página que se incluyen a través del texto, se refieren a algún autor, entidad, evento o publicación cuyo aporte merece destacarse o consultarse, o explican términos que se usarán a menudo en el texto. Las referencias bibliográficas que se listan por capítulo al final, pueden ser útiles a quienes estén interesados en profundizar el estudio de los temas cubiertos en cada uno de ellos.

    Se espera que este ensayo resulte de utilidad a cualquier persona, independientemente de sus intereses profesionales u ocupacionales, del lugar de origen o zona geográfica del país donde resida, del campo profesional u ocupacional en el que se desempeñe, o del tema que más le interese profundizar acerca del país y su gente, con un sano propósito de mejoramiento, tanto en su competencia profesional como en sus interacciones sociales, para ayudar a construir un país más productivo e igualitario, donde sus habitantes puedan realizar sus sueños y aspiraciones de vida, en un ambiente de concordia, progreso continuo, respeto mutuo y búsqueda de la felicidad.

    Agradecimientos

    Agradezco en primer lugar al padre Gerardo Remolina, de quien tomé la idea inicial acerca de este trabajo que él propuso a una amplia y erudita audiencia hace más de 20 años, y quien ahora me ha hecho el honor de escribir el prólogo de esta publicación.

    También quiero agradecer a los colegas y amigos que me colaboraron revisando distintas partes y versiones de este ensayo, en especial a dos de ellos con quienes hemos mantenido un frecuente intercambio de información, ideas y documentos a través de los años, el primero desde cuando trabajé en el SENA, Juan Bautista Franco, y el segundo desde cuando me desempeñé en la Pontificia Universidad Javeriana, Juan María Andrade.

    También agradezco, de manera especial, a mis sobrinos Miguel Andrés y Miguel Ángel González Palacios, quienes no obstante sus múltiples ocupaciones profesionales y familiares, me dedicaron tiempo y me aportaron ideas para estructurar mejor este ensayo. A mi esposa, a mis hijos, a mis nietos, a mis hermanos y cuñados les agradezco su paciencia y su colaboración, revisando los borradores de este ensayo y dando sugerencias sobre varios aspectos, y en diferentes instancias, de su elaboración.

    Rafael Palacios Cortés.

    Parte I: Descubrir

    ¿De dónde venimos?

    En esta primera parte cubriremos en forma resumida la historia de nuestro país, desde sus orígenes primarios hasta llegar al momento presente, examinando los principales períodos y eventos ocurridos, analizando los gobiernos que lo han regido y las políticas que adoptaron, para entender más claramente los hechos que han determinado el curso de nuestra historia. También analizaremos la cultura, comenzando por clarificar este concepto que es difuso, amplio y complejo; además, examinaremos nuestra identidad como nación, a través de nuestras cualidades y defectos, y así podremos entender mejor nuestras creencias y comportamientos. Y para cerrar esta parte, habiendo Colombia transitado durante las últimas cuatro décadas por distintos caminos e intentos para lograr la paz, conviene analizar este proceso para entender por qué estamos entrabados en una etapa de tanta polarización y agitación política.

    1

    Historia

    "Estudia historia: en la historia están todos

    los secretos del arte de gobernar".

    Winston Churchill.

    El valor Historia, representa la memoria del país. Hay un dicho popular que dice que quien no conoce la historia, corre el riesgo de repetirla. En este capítulo se cubre, en forma sintética, un período de más de 500 años, con sus principales personajes y sucesos, que muestran la evolución política y social que ha tenido la nación colombiana.

    1.1 Primeros pobladores y descubrimiento

    Según las teorías del antropólogo americanista Paul Rivet², la llegada del hombre a América se realizó por varios caminos: por el estrecho de Behring durante la última glaciación o edad de hielo; y a través de las islas de la Polinesia. Según lo demuestran los vestigios encontrados en las excavaciones de la Hacienda de Tequendama y en El Abra cerca de Zipaquirá, el hombre estuvo presente en la sabana de Bogotá por lo menos desde el año 10,000 antes de Cristo.

    Por restos arqueológicos que se han encontrado en diferentes sitios de lo que hoy es Colombia, se deduce que los indígenas se dedicaban a la caza, la pesca y la recolección de moluscos, frutos y raíces silvestres, y algunas comunidades tuvieron una horticultura incipiente. Otros restos que datan del año 500 antes de Cristo, representativos de la cultura muisca, reflejan una vida sedentaria en la cual se desarrolló la agricultura, la cerámica, y se comenzaron a formar los poblados. Posteriormente, mediante el desarrollo de una agricultura más productiva, los nativos lograron excedentes de las cosechas de maíz que almacenaban, quedándoles tiempo libre para otras actividades, tales como el tejido, la alfarería, la orfebrería y los ritos religiosos.

    Para los muiscas las lagunas eran lugares de culto a sus dioses, y una de las más veneradas fue la laguna de Guatavita, la cual de acuerdo con varios autores, fue la que originó la famosa leyenda de El Dorado³. Según dicha leyenda los conquistadores españoles fueron atraídos a explorar la región central de Colombia en búsqueda de tesoros. La leyenda comienza en 1534, cuando Pizarro conquistó el Cuzco (Perú), mientras al norte Sebastián de Belalcázar emprendió la conquista de Quito (Ecuador), que se suponía igualmente rico, pues los españoles encontraron tesoros allí.

    Belalcázar continuó explorando hacia el norte, pues un indio en Latacunga le habló sobre su lugar de nacimiento, una tierra llamada Cundinamarca, cuya tribu había perdido una gran batalla con otro pueblo chibcha. De acuerdo con el relato de ese indio, quien fue tomado como prisionero, el cacique de su tribu acostumbraba cubrir su cuerpo con oro en polvo para hacer ofrendas a sus dioses; de allí nació la Leyenda de El Dorado, que posteriormente se fusionó con otros rumores que llevaron a creer que había una ciudad construida enteramente en oro; desde entonces, los españoles comenzaron a llamar a Quito como la provincia de El Dorado.

    La ilusión de Belalcázar era conquistar ese territorio y llegar al mar de las Antillas, el cual suponía estaba cerca de Quito. De esta manera se evitaría el viaje a través del Pacífico hasta Panamá, y podría navegar directamente a España sin tener que cruzar las posesiones de Pizarro. Fue así como las tropas de Belalcázar atravesaron las provincias de Pasto y Popayán, y luego el valle de Neiva hasta llegar a la Sabana de Bogotá, donde se encontraron con las expediciones de Nicolás de Federmán y Gonzalo Jiménez de Quesada, que habían avanzado desde Coro (Venezuela), y Santa Marta (Colombia) respectivamente.

    En 1536 llegó a Santa Marta Pedro Fernández de Lugo como nuevo Gobernador; le acompañaba Gonzalo Jiménez de Quesada, en el cargo de Justicia Mayor, a quien le ordenó emprender una expedición en el territorio que luego se convertiría en el Virreinato de la Nueva Granada, siguiendo el curso del río Magdalena, con el propósito de llegar a Perú. En el camino, Jiménez de Quesada observó que a lo largo del río los indios comían granos de sal traídos de la costa, pero después de varios días de viaje, la sal era muy escasa. Más adelante comenzaron a observar que los indios comían otra sal en bloques pequeños, y mientras avanzaban la sal era cada vez más barata según la intercambiaban por otros bienes, lo que llamó la atención de los conquistadores.

    Según decían los indios, la tierra de donde venía tal sal pertenecía a un hombre poderoso que poseía gran riqueza. Por tanto, los españoles decidieron explorar hasta encontrar el origen de la sal, llegando así a las tierras de la Confederación Muisca, un pueblo rico en oro y esmeraldas que vivía en el Altiplano Cundiboyacense. Así Jiménez de Quesada llevó adelante la conquista de dicho territorio y fundó la ciudad de Bogotá, la cual sería luego cabeza de dicho Virreinato.

    El derecho sobre los territorios recién descubiertos se mantuvo algunos años en disputa entre Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y Nicolás de Federmán. Belalcázar, quien venía de Quito, reclamó el territorio en nombre de Francisco Pizarro, conquistador del Perú. Federmán, quien venía de Coro (Venezuela), era auspiciado por unos banqueros alemanes. Estos dos últimos conquistadores llegaron a Bogotá a principios de 1539, y su disgusto fue grande cuando encontraron allí a Gonzalo Jiménez de Quesada, que había venido con su ejército desde Santa Marta hacía tres años. Entonces los tres exploradores se embarcaron para España a resolver sus diferencias ante la Corona Española.

    1.2 Conquista, colonia e insurrección: 1500–1800

    Respecto a la conquista española, el historiador Jorge Orlando Melo nos dice en su obra Historia Mínima de Colombia (2017): Los viajes de los españoles a América seguían varios intentos de encontrar una ruta entre Europa y los países del Oriente, de donde se importaban especias y otros productos de lujo; en otros apartes, el mismo autor nos dice que los españoles justificaron la conquista de los indios con razones religiosas, apoyándose en el dictamen del papa Alejandro Borja quien encargó a los reyes de España convertirlos al catolicismo, y les dio para ello autoridad sobre los nuevos territorios.

    Algunos extractos de su obra, relacionados con el efecto de la Conquista sobre la cultura, son:

    Los españoles soñaban con convertirse en amos de una población que trabajara para ellos, lo que los haría parecidos a los nobles españoles.

    Con los indios los conquistadores combinaban violencia, manipulación y seducción. También aprovecharon las guerras y enfrentamientos entre diferentes grupos.

    Para controlar el territorio los españoles fundaban ciudades, ante todo donde había una población indígena que pudiera sostener a los conquistadores y darles oro.

    Hacia 1542, después de varios años de violencia, seducciones y engaños, los muiscas estaban en general sometidos y repartidos a los encomenderos. Según el historiador Pedro Simón, se pasó de cien mil varones adultos a menos de dos mil en pocos años. Entonces la Corona Española, preocupada por la disminución de los indios, trató de modificar las relaciones de los pobladores españoles con estos y expidió las Leyes nuevas, que prohibieron esclavizarlos y realizar nuevas expediciones de conquista. Además modificaron las reglas de la encomienda, en forma drástica: los encomenderos, en vez de usar el trabajo de sus indios, recibirían un tributo tasado por las autoridades en oro, mantas o productos agrícolas.

    Estas nuevas normas y su aplicación gradual e incompleta, hicieron que la relación con los indios pasara de una etapa de saqueo, esclavización y conquista armada, a una de explotación laboral permanente. Las leyes consideraban al indio un vasallo libre, pero por la autoridad del rey podía ser obligado a trabajar para los españoles, no tenía libertad de residencia ni de movimiento, y sus tierras o minas podían ser distribuidas entre los españoles.

    El resultado más negativo de la conquista fue la disminución drástica de la población a partir del año 1500, por la muerte violenta de los varones indígenas, el hambre y la falta de alimentos porque los indígenas dejaron de sembrar, con la idea de que si no había alimentos los españoles se irían, y también el suicidio de los indios, que se dio en diversos sitios. También disminuyeron los nacimientos, por el envío de jóvenes adultos a zonas de minería como cargueros y bogas; pero fueron las enfermedades y epidemias traídas, tanto por los europeos como por los esclavos africanos las que produjeron más muertes.

    A partir del año 1550 se inició un nuevo período, que se llamó la Colonia. Para esa época el oro que tenían los indios se agotó, pues pasó a manos de los conquistadores, por trueque o saqueo. Entonces los españoles comenzaron a organizar la explotación de las minas, mediante los esclavos africanos que tenían mejor adaptación al calor y mayor resistencia a las enfermedades. Hacia 1580, cuando la economía minera se consolidó, comenzaron a llegar más y más esclavos; entonces el oro se convirtió en el centro de la economía colonial, y con este se pagaban los productos españoles consumidos por los pobladores.

    A partir de 1593 los indios quedaron obligados a vivir en pueblos cerca de las tierras de cultivo, o en resguardos indígenas. Se formaron así dos repúblicas, la de los españoles, que vivían en los poblados, y la de los indios, en resguardos junto a los pueblos. Una vez sometidos los indígenas, los doctrineros se instalaron en la

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