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Un Ocotlense En Nueva York
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Libro electrónico81 páginas30 minutos

Un Ocotlense En Nueva York

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Información de este libro electrónico

Esta es mi vida personal, desde que naci supe que queria escribir, en la escuela donde fui; aprendi a hablar en prosa: ya de grande comprendi que la vida es muy hermosa y ahora que yo ya lo vi; ya creci, y que ya vivi; quiero dejar una cosa.

Quiero dejar un recuerdo aqui; escrito todo por mi, que no se olviden de mi; mi vida es maravillosa.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 ene 2022
ISBN9781662490231
Un Ocotlense En Nueva York

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    Un Ocotlense En Nueva York - Oscar M. Silva

    Ocotlense

    Nací en Ocotlán, Jalisco.

    ¡Y orgulloso de eso estoy!,

    y lo grito a todo el mundo

    por dondequiera que voy;

    soy trovador y bohemio,

    mexicano y mujeriego;

    no se enojen; yo así soy.

    Oscar M. Silva.

    Speedy.

    Plegaria

    ¿Por qué Señor me dejaste verla?,

    si yo no debía mirarla.

    ¿Por qué Señor me dejaste amarla?,

    si yo no podía tenerla.

    ¿Por qué es que yo sufro tanto?,

    ¿Por qué no dejo de amarla?

    ¿Por qué derramo este llanto,

    y no dejo de adorarla?

    Ella es de otro señor,

    ¡y sin embargo me quiere!,

    y no vive con los dos,

    ¡pero mis besos prefiere!

    Tú eres culpable Señor,

    ¡pues tú me dejaste verla!,

    tuya es la culpa Señor,

    ¡tú me dejaste tenerla!

    Ven y ayúdame Señor,

    ya termina esta agonía,

    ¿cómo olvidar este amor,

    después que ya ha sido mía?

    Ven y ayúdame Señor.

    ¿Cómo haré para olvidarla?,

    toma mi vida Señor,

    ¡solo así dejo de amarla!

    Mi mejor composición.

    Oscar M. Silva.

    Speedy.

    Señor, ¡déjame ir a Nueva York!

    El año es el dos mil veinte,

    ¡septiembre es el veintiséis!,

    son las seis de la mañana;

    ¡vengo a escribir otra vez!

    ¿Qué me pasa Dios del cielo?

    Te pido tu bendición,

    hoy es noche de desvelo;

    ¡me vuelve la inspiración!

    Hace mucho no sentía,

    yo las ganas de escribir,

    yo ya dormir no podía;

    ¡te lo tengo que decir!

    Señor; tengo vacaciones,

    ¡algo que nunca pasó!,

    siempre he estado trabajando;

    pero esto hoy me aconteció.

    No sé por dónde empezar,

    dejo que mi mente fluya,

    el día está por comenzar;

    ¡y mi inspiración es tuya!

    Señor; tú siempre me has dado

    el permiso de escribir,

    siempre has estado a mi lado;

    ¡qué más te puedo pedir!

    Sabes bien que escribo un libro,

    ¡y lo quiero terminar!,

    yo quiero ser escritor;

    ¡y ya lo voy a acabar!

    Dame la oportunidad,

    de terminarlo Señor.

    Agradezco tu bondad;

    ¡déjame ir a Nueva York!

    Mi vida entera escribiendo,

    ¡y ya estoy por terminar!,

    por eso te lo estoy pidiendo;

    dame esta oportunidad.

    Conocí al Señor Fernando,

    y entablé conversación,

    le dije: te ando buscando;

    ¡tú serás mi salvación!

    Me dijo aquí somos cinco,

    los que vamos a editar,

    por eso no te preocupes;

    te podemos ayudar.

    Él me ha dado una esperanza,

    ¡le ha gustado lo que escribo!,

    él me ha dado su confianza;

    por eso aquí te lo digo.

    Son cinco los editores,

    en la ciudad; Nueva York,

    yo debo de hablar con ellos;

    ¡dame la chanza, Señor!

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