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El día en que el mundo prohibió al plástico
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El día en que el mundo prohibió al plástico
Libro electrónico443 páginas5 horas

El día en que el mundo prohibió al plástico

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Hasta dónde llega la verdad - En dónde comienza el error

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EL JUICIO AL PLÁSTICO

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¿Son buenas intenciones?, ¿es la decisión correcta?, ¿son
ataques planeados y bien dirigidos?, ¿falta de compromisos sociales?,
¿negligencia e inoperancia de las autoridades?, o es pura ignorancia...

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Este libro pretende brindar un conocimiento
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento6 dic 2022
ISBN9786074107777
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    El día en que el mundo prohibió al plástico - Gabriel Catino

    CAPÍTULO I EL JUICIO AL PLÁSTICO: LA MANZANA PROHIBIDA

    El Juicio al plástico: La manzana prohibida

    El Juicio al plástico: La manzana prohibida

    Hace más de 42 años me inicié activamente en la industria del plástico, desarrollándome durante todo este período como industrial, editor, docente, científico e investigador, con toda una vida de experiencias que me ha definido como persona, y transformado en lo que soy en la actualidad. Aunque por otra parte no puedo olvidar mi condición de profesor, con una visión pedagógica que me obliga a ser objetivo y no defender lo indefendible, ni transmitir lo que considero un error.

    Existe una realidad muy tajante y es que el Plástico ha sido uno de los inventos más maravillosos y productivos que se le pudo regalar a la humanidad. Pero también existe otra muy triste realidad, y es que la propia humanidad no está preparada para entender esta maravilla que nos han regalado algunos genios del pasado. No obstante, sí entienden cómo usarlo y sobre todo como deshacerse de él, aunque de forma incorrecta.

    Y con esta realidad ocurre que estamos sumergidos en un alto riesgo de transformar una maravilla necesaria para la vida actual, en nuestro peor enemigo.

    A modo de ejemplo, llega a mi mente el pasaje de la Biblia referido al primer hombre (Adán) y la primera mujer (Eva), en el Jardín del Edén. Aquí se le da al hombre y a la mujer un jardín hermoso con la sola condición, para no ser expulsados, de no comer un fruto prohibido. Algunos textos referencian manzanas, aunque no es relevante ya que igual pudo haber sido una sandía, lo importante era no romper las reglas.

    La cuestión es que comen del fruto y son expulsados del paraíso, teniendo que vivir en un mundo despiadado, corrupto y sin seguridad alguna, como por ejemplo vivir hoy en día en los países del tercer mundo.

    Si comparamos este pasaje bíblico con el uso de este noble material, podríamos mencionar que el plástico le fue otorgado al hombre con la sola condición de no utilizarlo mal, aunque no quedó implícito este mensaje en los libros sobre esta materia. Y la triste realidad es que podemos ser expulsados del maravilloso Jardín del Edén, es decir, del usufructo de esta maravilla, porque tenemos un mundo plagado de Evas, Adanes y serpientes, potencializados en la irresponsabilidad más absoluta, eso sí, vestidos en casi todos los casos.

    ¿Qué pasa con el Plástico?

    Parte de esta mala educación de la humanidad, ha hecho que el plástico aparezca en el ambiente de forma amenazante para la vida en general, principalmente la vida silvestre, que es la más vulnerable. Lo vemos diseminado en los mares, playas, campos, ciudades, y por donde se nos ocurra buscar siempre lo vamos a encontrar. Y esto es lo que genera la alarma. Aunque la primera pregunta que se debe hacer cualquier persona coherente es; ¿por qué está allí?

    Y si supieran responder esta pregunta, que generalmente no saben o no les importa, entonces sí podríamos decir que han entendido y verán el problema desde otro punto de vista.

    Es muy complejo escribir todas las bondades del plástico para la gente que no está en el rubro y no entiende nada al respecto, como muchos de los responsables de gestionar o promover leyes anti plásticos, principalmente políticos, ya sean legisladores, ministros o presidentes, que tienen otras especialidades y profesiones, en las cuales sí son especialistas, pero en esta materia realmente, y lo digo con todo respeto, son ignorantes. La mayoría se nutre y se siente capacitado obteniendo argumentos de fuentes principalmente como internet, un supermercado de información, con la más amplia variedad y calidad, no necesariamente confiable.

    Para empezar, aclaro, para el que no tiene un conocimiento de qué es el plástico, que no es uno solo. Es una familia donde hay cientos de materiales con características muy diferentes unos de otros, que van desde su composición molecular muy distinta, hasta las propiedades mecánicas y químicas diametralmente opuestas, pudiendo ser nobles y protectores, como los plásticos barrera al oxígeno para conservar un alimento y que pueda llegar al rincón más alejado del planeta en condiciones saludables, o resistir altas temperaturas al someterlo a condiciones extremas, e incluso protegernos la vida, aunque usted no lo crea.

    Pero el desconocimiento de las virtudes, hace que prime la imagen negativa que se ve. Por ejemplo, ha viajado por toda Internet una imagen de la tortuga comiendo una bolsa y muriéndose.

    Esta imagen, probablemente, fue una de las más utilizadas en los proyectos de ley, tanto en México como en el resto de los países de América Latina, que en la mayoría de los casos fueron aprobadas, y que tienen como finalidad prohibir las bolsas de plástico convencional, a base de polietilenos, y sustituirlas por biodegradables, compostables o ecológicas que serán entregadas por los supermercados, con o sin costo.

    Los legisladores se sensibilizan con este tipo de imágenes, pero la realidad es que, si esa tortuga no hubiese tragado esa bolsa, un par de días después, probablemente estaría siendo pescada por algún barco depredador y sería hoy caldo en algún restaurante y su caparazón una exótica artesanía… y a nadie le va a importar esto.

    En mi país natal, Uruguay, sería más acertado a la problemática, una imagen de una vaca comiendo la bolsa, que ya se ha visto en otra linda foto mediática, y por un momento, imagínense, una vaca caminando solitaria por el campo, alejada a kilómetros de cualquier poblado, y aun así le llegó como supuesto alimento una bolsa… y el fotógrafo.

    Respecto a estas iniciativas que mencionaba, como muchas otras, terminan siendo simples impuestos recaudadores del Estado, ya que la finalidad es que paguen por la bolsa, del material que sea, que de todas maneras la gente va a utilizar, ya que es útil y necesaria. Hay que tomar en cuenta, que los supermercados obsequiaban las bolsas a sus clientes, y gracias a estas leyes, ahora las cobran, es decir, …que bueno, ahora las bolsas entregadas en lugar de ser un gasto, son un ingreso…

    Regresando al impuesto recaudador, la realidad es que, al no haber un plan fundamentado, no se destina este impuesto para implementar un sistema de gestión serio y sustentable, por consiguiente, queda solamente el impuesto.

    ¿Qué defendemos entonces?

    Y es aquí, donde, tal vez la industria del plástico ha fallado durante años en un discurso muy repetitivo y enfocado a transmitir que la problemática ambiental es una realidad ajena al mismo plástico, que es generada por la propia condición del ser humano, en no cuidar su ambiente, siendo un especialista en desprenderse de lo que no le sirve más. ¡Y esto es una gran verdad! Pero…

    Aunque no es la intención de generar un rechazo al mismo discurso que la industria del plástico ha realizado durante años, en pro de las cualidades y calidades del plástico, entiendo que faltó una visión del daño real que el plástico ocasiona en el ambiente, y faltó entender este punto como muy crítico para actuar al respecto.

    Entonces una fracción del público defiende al plástico, porque saben que es noble, y otra fracción lo ataca, porque ve el daño que éste ocasiona. Y de pronto aparecen políticos con ansias de figurar en los libros de historia, que a mí entender y sin tanta profundidad del tema, generalmente no están bien asesorados, y proponen rápidamente diferentes proyectos de ley en contra de un determinado producto plástico, como las bolsas, con fundamentos dudosos.

    Durante todo el período en que he participado de esta industria, he escuchado mil voces y propuestas que no han llegado en forma importante a una solución de raíz, y es porque se han enfocado en los esfuerzos de pocas personas, y estos esfuerzos aislados duran, precisamente, hasta que duran esas personas, que, o bien se desmotivan o ya no se involucran. En pocas palabras desaparecen los pocos Sanchos que existen para apoyar a los Quijotes, que cansados regresan a la seguridad de sus dormitorios. Y así continúa una realidad penosa y es que el problema ambiental persiste. Entonces… ¿qué hacemos?

    ¿Qué daño hace el Plástico?

    Mal utilizado mucho…. Y es una verdadera paradoja, ya que por ser tan bueno y una verdadera maravilla, justamente hace daño si se usa mal.

    Por ejemplo, existen plásticos con muy buena barrera a la humedad, al oxígeno, y a muchos otros gases y líquidos, para así lograr envases herméticos, y que se pueda envasar un alimento al vacío en el tiempo para conservarlo con sus características y propiedades alimenticias intactas. Se fabrican con esas propiedades porque así lo deseamos, para que los envasados se conserven, y de esa manera el alimento llegue en forma sana y sus cualidades intactas, al poblado más distante, o, por ejemplo, para que el agua se pueda almacenar y trasladar a lugares desérticos y no se contamine. Otro tema son las bolsas de supermercados de polietileno, una vez finalizado su uso de transporte del supermercado al domicilio, se reutilizan para envasar otras cosas, como la basura domiciliaria, principalmente, y si esta bolsa, conteniendo todo tipo de basura, queda en la calle bajo lluvia o por algunos días cuando hay alguna huelga de recolectores municipales, que las ha habido y siempre las habrá, la bolsa protegerá el contenido por su condición técnica, y no habrá una crisis sanitaria, por ello este tipo de material es ideal para proteger la basura y aislarla. Sin embargo, ese envase o producto en un lugar que no debe estar, como por el ejemplo en el mar, si atrapa vida la mata. Entonces la solución política fácil es; prohibir la bolsa de plástico, cuando la solución debió ser prohibir al irresponsable que la tiró.

    Hace poco viajé con mi familia a una playa de mi país, que voy cada año, y vi con asombro en el agua dos productos muy distintos, un pañal fabricado con diferentes plásticos y otros materiales, lo que complica o imposibilita su reciclado mecánico, y un preservativo de poliisopreno sintético, (un tipo de plástico de estructura tridimensional) muy cerca de la orilla.

    Les confieso que no quise observar más de cerca, y aunque me di cuenta que eran productos que ya habían sido utilizados, me quedé a una distancia prudencial por cuestiones de pánico al mar. Imagínense por un instante la terrible tragedia de vida de un pececito que haya quedado allí atrapado en cualquiera de esos dos productos.

    No obstante, y en base a esta observación, podríamos plantear de generar una ley de prohibición de pañales y/o preservativos. Aunque quedaría como un verdadero loco si planteo esto, ya que hoy día para la sociedad actual y la salud mundial, estos productos son verdaderamente intocables. Ahora bien, piensen por un instante cuantos pañales y preservativos se utilizan y descartan diariamente, ya que son de un solo uso. Entonces, ¿qué ocurriría si todas las personas del mundo, tirasen esos pañales y preservativos al mar, día tras día? Sería un caos incontrolable. Lo cierto, es que mucha gente es consciente de no hacer esto, pero lamentablemente, una porción social, tristemente la mayor, es descuidada y no le interesa esta situación, por ello aparecen pañales y preservativos en el ambiente y principalmente en las playas. Y esto ocurre, porque las playas mundiales ofician de hoteles transitorios y gratuitos para las amantes parejas o más intervinientes, y el agua del mar, con iodo, limpia muy bien la colita del bebé…

    La Isla de la Fantasía o de la Muerte

    Una terrible realidad es la famosa y popularmente conocida Isla de basura, el fenómeno llamado mediáticamente Garbage Patch, hay reportadas por lo menos cinco grandes diseminadas por los distintos océanos, y la mayor estaría situada en el océano Pacífico, donde allí convergen toneladas de restos de basura, arrastradas por las diferentes corrientes marinas, generando un sinfín de situaciones conflictivas. Esta particular isla llega a tener cientos de kilómetros cuadrados, y se supone contiene varios millones de toneladas de basura, en su mayoría plásticos. Aunque no es una isla donde uno pueda caminar por lo sólida, es principalmente concentración de micro y nano partículas por centímetro cúbico. Hay que tomar en cuenta, que toda la basura pesada no flota, y generalmente finaliza en las cercanías costeras, ya que gracias a su peso llegan rápidamente a un fondo. Por otra parte, la mayoría de los plásticos son de densidad menor o muy similar al agua, entonces flotan y pueden ser arrastrados con facilidad por las corrientes marinas.

    Respecto a esta isla, me dio mucha gracia observar una foto de portada de una importante revista de noticias, en donde se veía una isla tan sólida como un iceberg, completamente hecha de bolsas de plástico, y parecía tan sólida que se me ocurrió que, tal vez de chocar contra ella, pudiera hundir algún ballenero, es decir un barco exterminador de ballenas.

    Si de alguna manera pudiésemos recuperar todo ese plástico desperdiciado en los mares, sería una verdadera fortuna, claro que antes de que se degraden de forma tan drástica. Hoy día existen proyectos para la recuperación de la basura en el mar, algunos implementándose, si bien de forma lenta, relativamente exitosa por su finalidad, y otros en planificación, lo cierto es que hay voluntades y conciencias para resolver esta situación que se debe aplaudir.

    Pero la realidad es que el plástico, por el mal uso social, termina allí, en los mares, ríos, lagos, etc. Y ahí está como un manto de muerte para la flora y fauna que allí converge, afectando principalmente los factores bióticos del ecosistema.

    La Huella Ecológica ha variado en los últimos decenios de forma muy drástica, indicando una afectación importante en el ecosistema acuático. Las zonas costeras, que representan el 20 % de los suelos habitables del planeta, contienen a más del 60 % de la población mundial, transformándolas en regiones sobreexplotadas, generando un equilibrio ecológico muy delicado.

    Cuando hay desperdicios en forma de productos enteros de gran tamaño, como las bolsas o botellas, por las propias cualidades del plástico, se genera una determinada barrera, provocando muerte por falta de oxígeno o inanición. Redes y mallas atrapan animales y los asfixian matándolos. Y un sinfín de situaciones que están afectando la vida de forma directa. Parecería que se está relegando la problemática al estar generando leyes, con un análisis parcial, que no atacan la realidad del problema en su contexto global, como, por ejemplo, permitir que las sociedades continúen afectando negativamente nuestro entorno habitable.

    La Teoría del Color y otros aditivos…

    Una complicación adicional son las simpáticas leyendas urbanas de que el plástico se degrada en 2,000 años, últimamente han disminuido esta cifra a 500 años, aunque el primer plástico (la Bakelita, un plástico termoestable) apenas lleva 115 años de vida. El plástico se degrada, no tan lentamente, si es expuesto a condiciones ambientales agresivas. Si bien se puede proyectar la vida de un tipo de plástico cercana a los 200 años, como se ha informado en algunos centros de investigación, las curvas del comportamiento de degradación como también del desgaste ambiental, en los diferentes plásticos son muy distintas. Hay que tomar en cuenta los aditivos incorporados en su núcleo macromolecular que generarán interacciones y comportamientos dispares, ya que un mismo plástico puede contener varias especies de aditivos de forma unitaria, o bien, muchos incorporados al mismo tiempo, tales como; antiestáticos, antioxidantes, agentes nucleantes, ceras, antibacteriales, minerales, agentes UV, metales, y una gama enorme de ellos. Por otra parte, muchos plásticos incorporan pigmentos (metálicos no ferrosos, minerales o vegetales) para obtener diferentes colores, y estos productos coloreados, en el ambiente, tienen variación en su interacción con la radiación electromagnética. Algunos tienen rangos de absorción de esa radiación energética con diferentes longitudes de onda, por lo que un mismo plástico, con distinto grado de absorción y reflexión, tendrá un comportamiento diferente en su degradación. Por ello entiendo, que la energía acumulada por el polímero, afectará de alguna manera la interacción intermolecular, donde también influye su densidad y el espesor del producto. Hay colores que absorben toda la energía y otras la disipan, esto significa que la energía interna, en el mismo plástico será distinta dependiendo del color que tenga, y la energía absorbida produce calor, y el calor constante provoca degradación.

    Entonces con cada aditivo incorporado al polímero, los resultados pueden variar considerablemente. Por ello, para lograr una ecuación en la estimación de la vida final del plástico en el tiempo, debemos medir, en primer lugar, a cada tipo de plástico como producto único e independiente, y con características muy particulares que lo diferencian de cualquier otro. Tomando en cuenta que existen varios miles de tipos diferentes de plásticos, que están disponibles en el mercado mundial, con características físico-químicas muy distintas unos de otros, hay que considerar para este estudio, como una complicación adicional, las variables en la estructura interna de un producto, ya que puede ser fabricada con diferentes plásticos de estructura similar. Esto genera una infinidad de combinaciones entre ellos, ya sea por una mezcla monocapa de varios polímeros distintos o una lámina de polímeros independientes. Y todo esto para fabricar, por ejemplo, una bolsa, y adicionalmente con la incorporación de aditivos, que van a cambiar las propiedades internas del polímero, y por ende el comportamiento de ese producto en el ambiente.

    Esto quiere decir, que podemos tener dos bolsas fabricadas con base polietilenos similares, aunque no iguales, con sus variables, y con aditivos posiblemente diferentes, que se van a comportar de una manera muy distinta en el ambiente.

    Si bien existen métodos de ensayos para evaluar el desgaste ambiental o la degradación en el tiempo, no queda muy claro un resultado único debido a la infinidad de variables que existen en el planeta, tanto las atmosféricas, las diferentes regiones, la presencia de agentes agresivos como químicos, u otros factores ambientales que puedan afectar a un mismo tipo de plástico.

    Tomando todas estas consideraciones, podríamos proyectar una tabla en el tiempo, más certera, del comportamiento de ese producto plástico puntual con todas sus variables y su afectación en el ambiente. De esta manera podríamos descubrir que, un plástico con cierto aditivo utilizado en el mercado, podría tener una vida final mucho más corta que el mismo plástico sin ese aditivo, o, todo lo contrario. Más allá de que muchos técnicos puedan refutar lo que estoy comentando aquí, creo que estamos lejos a nivel mundial, de tener estas interrogantes completamente entendidas y demostradas.

    Por otra parte, dentro de un mismo plástico existen variaciones, por ejemplo, el polietileno con cadenas cortas y ramificadas de baja densidad, es muy diferente a un polietileno de cadenas largas y lineales, donde este último tendrá mucha mayor densidad y mayor peso molar, y si sumamos la incorporación de radicales organometálicos, se formará una cadena que será aún más larga, pesada y resistente, y entonces su degradación con su consecuente disgregación será muy diferente que en el caso del polietileno de menor densidad con cadenas ramificadas. Sus fuerzas intermoleculares son distintas. Por ello estos dos materiales, de la misma familia, los dos son polietilenos, pero con estructuras diferentes, tendrán un comportamiento de degradación distinto en el ambiente, y con las mismas condiciones climáticas.

    Los polímeros amorfos, como también los semicristalinos, tienen un comportamiento de desgaste en el ambiente diferente a los cristalinos, que son más densos en su estructura debido a la formación de cristales. Las zonas amorfas son espacios más libres dentro del polímero, y por ello son susceptibles de recibir agentes corrosivos, que al ingresar al polímero generarán tensiones internas provocando grietas, es decir, una acción combinada entre el esfuerzo y los agentes corrosivos, iniciando una separación de moléculas, aunque esto no implica una degradación de esa molécula separada, ya que no necesariamente rompe sus enlaces.

    Una característica de los materiales amorfos, es que, al tener mucho espacio libre internamente, permiten el pasaje de la luz, por ello se ven transparentes, en cambio en los materiales cristalinos, la formación de cristales evitará el pasaje de luz y se verán opacos. Los semicristalinos son una fase intermedia. Un factor que también afecta al polímero en el tiempo.

    De todas formas, aún estamos en una etapa de estudio a nivel mundial, sin grandes resultados científicos, y más derivado de la complejidad de lo anteriormente mencionado, por ello entiendo se continúa muy lejos de tener una respuesta certera respecto al comportamiento en el tiempo de toda la familia plásticos, con todas sus variables, como un gran bloque.

    Si bien se ha proyectado por algunos estudios científicos una longevidad de algunos plásticos, como comentaba anteriormente, de cerca a los 200 años, esto es una proyección simulada en un laboratorio con cámaras artificiales que emulan las condiciones climáticas. No obstante esto, en ocasiones un plástico no dura más de 20 años como pieza única, aunque no es asimilado por el ambiente, luego de su proceso de degradación, es disgregado en pequeños fragmentos hasta llegar a un tamaño nano, formando moléculas de hidrocarburos de poco peso molar, que para mí entender dejan de ser plásticos, ya que un plástico es un polímero, es decir una molécula gigante y no moléculas de pequeño peso molar, y adicionalmente estas pequeñas moléculas pueden continuar así en el ambiente por muchos años más.

    Por ello, productos que son expuestos de manera permanente en ambientes agresivos, como los varios tipos de plásticos utilizados en el agro, se le agregan diferentes aditivos protectores para controlar su desgaste ambiental y degradación interna, y evitar, de esa manera, la pérdida de propiedades mecánicas. Uno de los aditivos más utilizados, son los agentes estabilizadores UV y antioxidantes secundarios, para que de esa manera el producto plástico pueda mantener sus propiedades mecánicas lo más original posible durante ese tiempo de exposición, de lo contrario, no cumpliría su finalidad y podría perderse una cosecha, como ejemplo.

    Como comentario adicional a la problemática, dentro de la cantidad de aditivos disponibles en el mercado para estas aplicaciones, existe una gama importante de variables, como por ejemplo los estabilizadores UV, que, dentro de este mismo tipo de aditivos, existe una gran variedad de opciones, diferentes moléculas base, con resultados completamente distintos en el tiempo.

    Popularmente al plástico se le denomina a nivel social de inorgánico, por su condición de durabilidad no por su estructura química, sin embargo, es un gran error, el plástico en su mayoría es orgánico (ya que hay plásticos inorgánicos como la silicona), y deriva de la química del carbono, igual que el humano, es decir, somos parientes. Esto explicaría porque prácticamente el plástico es asimilado en el organismo de los humanos sin ningún tipo de inconveniente, en menor o mayor grado, como una pieza dental, o para suplir un hueso, un cartílago o el mismo corazón, o bien un tipo de relleno sanitario, aunque estético, para acrecentar volumen de algunas partes íntimas.

    El plástico orgánico siempre contiene carbono e hidrógeno, lo que obviamente al finalizar esa degradación debe concluir en CO2 y agua.

    ¿Qué ocurre cuando se degrada un plástico? Primero hay que conocer, como ya se mencionó anteriormente, que las moléculas que forman los plásticos, son gigantes, es decir son macromoléculas, en general los más populares con pesos de 200 mil a 600 mil mol. Pero estas moléculas formadas, no son idénticas, tienen variables de tamaño y forma, sobre todo en los plásticos ramificados, por ello necesitamos recurrir a estudios por estadística (fundamentos del premiado Nobel Paul Flory), y, esto hace que el comportamiento de dos plásticos de la misma familia y características similares, tengan variables.

    La estructura molecular del plástico está regida por uniones intermoleculares, como las fuerzas de Van Der Waals, que le permiten acercarse (o repelerse) unas a otras por fuerzas de atracción como las electrostáticas o electroquímicas, formando uniones con diferentes formas y propiedades. Pero estas fuerzas se debilitan por acciones de otras fuerzas externas aún mayores como los rayos ultravioletas, temperaturas extremas, agentes corrosivos, o altos niveles de humedad. Lo que hace que las moléculas se debiliten en su atracción y se separen generando grietas y debilitando al polímero en todas sus características físicas.

    La degradación significa una pérdida de propiedades intrínsecas y un debilitamiento entre la atracción de las moléculas, que la lleva a una disgregación, es decir a la rotura de esas macromoléculas y el inicio de la reducción de tamaño en moléculas más pequeñas, y en el proceso se liberan algunos componentes o se suman, como el oxígeno, al sufrir varias reducciones secuencialmente desde lo macro a lo nano.

    Se ha realizado una clasificación a nivel popular respecto a las franjas de tamaño de un producto degradado en el tiempo, pero entiendo que se consideró solamente en base a productos de gran tamaño, donde primero clasifican a los macro plásticos, como productos de tamaños mayores, llegando hacia un mínimo de 30 milímetros aproximadamente. Luego hay una fracción llamada meso plástico que ocurre dentro del rango de 30 a 5 milímetros. Posteriormente se reduce por debajo de 5 milímetros, siendo ya un micro plástico y por último al llegar por debajo de 1 micra, estamos en nano plásticos.

    Esto sería válido siempre y cuando las piezas sean grandes, porque existen piezas fabricadas con tamaños por debajo a los 5 milímetros, y el ejemplo más claro es un pellet virgen para la fabricación de todos estos productos. Este pellet puede llegar al ambiente por muchas vías, pero siempre llegará sin degradación alguna, tal cual está en su forma original, y tiene un diámetro de 3 a 5 milímetros, entonces, estaría dentro de una franja de micro plástico, aunque está al 100 % virgen.

    De todas formas, si tomamos en cuenta el tamaño para cualquier tipo de plástico en cualquier condición, degradado o no, podríamos analizar que daño ocurre dentro de cada franja, que, en líneas generales puede provocar en la vida animal, desde asfixia,

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