Colapso: Cuando el clima lo cambia todo

Por Manuel Baquedano

El principal problema que enfrenta hoy nuestra sociedad es el calentamiento global y el cambio climático. Lo que está en juego es, ni más ni menos, el término de nuestra civilización y la permanencia de los seres humanos sobre el planeta. Esta publicación se propone entregar elementos y perspectivas desconocidas para el gran público con el objetivo de contribuir al diálogo e incentivar la participación ciudadana.
Los científicos de todo el mundo, agrupados en el Panel Internacional de Cambio Climático de las Naciones Unidas, advirtieron en 2018 que, si las emisiones de CO2 continúan en aumento como hasta ahora, en la década del 2030 el planeta habrá llegado a un punto de no retorno y el clima quedará fuera de control.
Sin embargo, frente a la amenaza climática y el probable colapso de la civilización, los hechos demuestran que el Acuerdo de París sobre el clima se encuentra cada vez más cerca del naufragio y que la elite económica mundial prepara su propio bote salvavidas de acuerdo con la lógica “sálvese quien pueda”.
A lo largo de estas páginas, Manuel Baquedano nos propone dejar de ser espectadores pasivos y reconciliarnos de una vez por todas con la naturaleza para transformarnos en seres y comunidades cada vez más resilientes, capaces de sobrellevar los difíciles días que están por venir.

• Idioma: Español
• Editorial: Cuarto Propio
• Fecha de lanzamiento: 1 feb 2019
• ISBN: 9789563960495

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Presentación

Antes de que el cambio climático comience a manifestarse con toda su magnitud, creemos que es primordial iniciar una gran conversación sobre los escenarios que tendremos que afrontar como ciudadanos.

Esta publicación no pretende convencer a nadie sobre la gravedad de los acontecimientos climáticos que la humanidad está experimentando; serán los propios hechos los que lo dejen en evidencia a medida que estos sigan intensificándose. Lo que sí pretendemos con esta publicación es entregar elementos y perspectivas desconocidas para el gran público; temas que la élite económica y política no desea que sean materia de debate público por ningún motivo.

El principal problema que enfrenta nuestra sociedad es el del calentamiento global. Lo que está en juego es, ni más ni menos, el término de nuestra civilización y la permanencia de los seres humanos sobre el planeta. Es, por lo tanto, un problema que nos concierne a todos y la ciencia ya dio su veredicto: los científicos de todo el mundo, agrupados en el Panel Internacional de Cambio Climático de las Naciones Unidas, fijaron el límite de seguridad climática mundial en un aumento de 1,5 grados en la temperatura normal del planeta. Si seguimos como hasta ahora, el calentamiento global seguirá incrementándose y alcanzaremos ese límite en tan sólo doce años. En la década del 2030 habremos llegado a un punto de no retorno y ya no será posible revertir la situación: la naturaleza buscará un nuevo equilibrio, independientemente de lo que hagan o puedan hacer los seres humanos.

Con sólo un aumento de 2 grados, desaparecerán todos los arrecifes de coral y avanzará la desertificación en zonas que han resistido a esa problemática hasta ahora y se verá afectada por completo la biodiversidad. Los seres humanos, ante el aumento de temperatura, tendrán que atravesar dos efectos inmediatos. En primer lugar, deberán afrontar la escasez de agua dulce y de alimentos, ya que cultivos como el maíz, el arroz y el trigo se verán seriamente afectados y, en segundo lugar, deberán ser capaces de soportar inclemencias climáticas cada vez más extremas. Los procesos físicos y biológicos son extremadamente sensibles y un aumento de 2 grados en la temperatura desatará una serie de consecuencias en la naturaleza que, en efecto dominó, serán capaces de transformar por completo el sistema planetario. Las olas de calor aumentarán el riesgo de padecer incendios forestales, el derretimiento de los polos aumentará el nivel de las aguas a escala mundial en unos diez centímetros, lo que, entre otros, significa que alrededor de diez millones de personas estarán expuestas a inundaciones y a huracanes cada vez más frecuentes e intensos. La realidad es que nos encaminamos hacia aumentos de temperaturas globales de entre los 3 y los 4 grados, muy por encima de lo que la comunidad internacional de científicos consideraba aceptable.

Frente a la amenaza climática, todos quisiéramos que los esfuerzos colaborativos internacionales destinados a evitar la catástrofe pudiesen prosperar y que acuerdos climáticos como el Acuerdo de París tengan éxito.

¿Qué podemos hacer ante esta situación? Primero, tenemos que movilizarnos para que los acuerdos internacionales muestren más determinación y sean más ambiciosos a la hora de responder al desafío climático. Segundo, tenemos que prepararnos como ciudadanos, para los diversos escenarios que se prevén, ya que es muy probable que debamos afrontar el colapso de la civilización industrial, el descontrol de los procesos derivados del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

Como veremos a lo largo de esta publicación, los sectores acomodados de la élite mundial ya procuran dotarse de un bote salvavidas para cuando ocurra lo que ellos denominan El evento. Creemos que estamos viviendo las primeras etapas de ese colapso mayor y que el mismo afectará la forma en que la especie humana habita la Tierra. No estamos hablando del fin del mundo, pues la naturaleza puede recuperarse plenamente en unos cuantos miles de años, sino que nos referimos al término de la civilización industrial, la última de las más de 50 civilizaciones mayores que ha tenido la humanidad. Porque ¿quién podría afirmar que esta civilización será eterna y que no puede terminarse como ya ocurrió tantas veces con distintas civilizaciones a lo largo de la historia?

Entonces, como dice el investigador y activista, Luis González, dentro del campo de posibilidades físicas que tengamos, la reconfiguración de los ecosistemas y las sociedades humanas, dependerá en gran medida de lo que hagamos ahora¹. La única forma que tenemos para instaurar una nueva civilización es volver al clima normal, reconciliados con la naturaleza. Para eso, deberemos prepararnos para ser más resilientes como personas y como sociedad, para afrontar el decrecimiento no voluntario de la actividad humana y para practicar una nueva forma de vida que nos permita sobrellevar los difíciles días que están por venir. De eso se trata esta publicación.

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1 González Reyes, Luis. Ideas sobre cómo comunicar el colapso civilizatorio. En: Revista Contexto, Número 189, 3 de octubre 2018. Disponible en Internet: https://ctxt.es/es/20181003/Firmas/22088/cambio-climatico-colapso-civilizacion--industria-negacionistas-luis-gonzalez-ecologia.htm

1. El Síndrome de Casandra y los límites del planeta

Cuenta la mitología griega que hubo una princesa, Casandra, que sobresalió por su belleza y su don de adivinación; y que de ella se enamoró el dios Apolo sin ser correspondido. Apolo se encolerizó y en venganza, la condenó a que nadie creyera nunca sus profecías. cuando la princesa profetizó que Troya, la ciudad sitiada, caería por el ardid de un falso regalo –un gran caballo de madera que llevaba en su seno a los guerreros invasores– nadie tuvo en cuenta sus palabras.

Podríamos sostener que lo mismo está ocurriendo con el fin de la civilización industrial y su manifestación más evidente, el cambio climático. No han sido suficientes los llamados de atención de los más prominentes científicos del mundo, que advierten que la civilización industrial y su sociedad de consumo están comenzando a vivir por sobre los límites físicos, sociales y ecológicos que