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Entre la herejía y la verdad
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Libro electrónico126 páginas2 horas

Entre la herejía y la verdad

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Información de este libro electrónico

La aventura humana y espiritual de uno de los padres fundadores de la teología de la liberación. Su infancia en Brasil, como hijo de una familia de inmigrantes venecianos. El genocidio de los indígenas, atestiguado en primera persona. La violencia de las dictaduras militares la complicidad de la Iglesia.
En esta conversación con el psicoanalista Luigi Zoja, Leonardo Boff esboza el retrato de una época feroz, revela escenarios inéditos detrás de la censura vaticana y comenta la condena al "silencio obsequioso" que le fue impuesta; habla del papa Francisco, de la Carta de la Tierra y de los tesoros ocultos de las culturas indígenas. Un extraordinario viaje a través de las luces y las sombras del siglo xx, hasta la actualidad.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 nov 2022
ISBN9786076122433
Entre la herejía y la verdad
Autor

Leonardo Boff

Leonardo Boff (Concórdia, 1938) es teólogo, filósofo, escritor y profesor brasileño. Es uno de los iniciadores de la Teología de la Liberación e impulsor de los movimientos populares. A partir de los años 80 comenzó a profundizar en el tema ecológico como una extensión de la Teología de la Liberación. Debido a este compromiso asistió y colaboró a la realización de la Carta de la Tierra. Ha escrito decenas de libros y artículos especializados. Su amplio trabajo pastoral y su lucha a favor de los derechos humanos y la defensa de la vida lo han hecho merecedor de varios premios internacionales. En SAN PABLO ha publicado «Liberar la Tierra. Una ecoteología para un mañana posible» (2019).

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    Entre la herejía y la verdad - Leonardo Boff

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    Entre la herejía

    y la verdad

    Título original: Tra eresia e verità

    Traducción: Óscar Madrigal

    Diseño de portada: Lourdes Guzman

    © 2014 Genezio Darci Boff y Luigi Zoja

    © 2014 Ediciones Dabar, S.A. de C.V.

    Mirador, 42

    Col. El Mirador

    04950, México, D.F.

    Tel. (55) 5603 3630, 5673 8855, 5603 3674

    E-mail: contacto@dabar.com.mx

    www.dabar.com.mx

    ISBN: 978-607-612-243-3

    ebook hecho en México

    Índice

    Antes de comenzar

    Vengo del Neolítico

    En la periferia de la Iglesia: la teología de la liberación

    La condena de Ratzinger y Wojtyla

    Opción Tierra: la nueva frontera de la teología

    Jung como interlocutor:hacia la liberación integral

    La nueva Iglesia del papa Francisco

    Antes de comenzar

    Luigi Zoja Me gustaría dar inicio a este libro recordando cómo nos conocimos. Era el año 2010 y yo había llegado a Rio de Janeiro, Brasil, para inaugurar una jornada de estudio sobre psicoanálisis junguiano. Al revisar el programa del día anterior, me enteré de que las actividades habían comenzado con la intervención de un tal L. Boff. Pregunté si acaso era un homónimo, pero me confirmaron que se trataba de Leonardo Boff, el teólogo, uno de los padres fundadores de la teología de la liberación.

    Aquello me llevó a rememorar mi propio pasado, el de mis treinta años, cuando los jóvenes teníamos continuamente su nombre a flor de labios. Mis colegas brasileños me explicaron que, en las últimas décadas, mientras en Italia se había mantenido al margen del debate público debido a la censura vaticana, en Brasil Boff seguía siendo uno de los pensadores más influyentes; además, había ampliado tanto sus intereses como su radio de acción y autoridad. Durante los años setenta y ochenta, los latinoamericanos progresistas se concentraron esencialmente en el tema social. En este sentido, Sudamérica –y en particular Brasil– era un ejemplo negativo en el mundo. En esa latitud las diferencias entre ricos y pobres eran extremas e inaceptables. Hoy en día, Brasil es uno de los pocos países en donde las divergencias en materia de ingresos se han reducido, mientras que a nivel global se ha observado un drástico crecimiento de la desigualdad social, proceso que he tratado de analizar desde el punto de vista psicológico en mi libro Utopie minimaliste¹.

    Volviendo al congreso junguiano celebrado en Rio, mis colegas brasileños comentaron que, durante las últimas décadas, más allá del tema social –que constituye la esencia de la teología de la liberación–, Boff se había ido involucrando cada vez más en cuestiones ambientales. Este es un asunto fundamental para los progresistas, sobre todo en un país como Brasil, en donde los negocios más devastadores y rentables no derivan de la producción industrial, sino de la enajenación de los bosques; después de todo, en la región se halla la proporción más vasta de la naturaleza no contaminada del planeta.

    Además de añadir el asunto ecológico al de su interés por las injusticias económicas, Boff ha mantenido su compromiso con el campo antropológico. Los nativos de Sudamérica –esto es, los indígenas de los territorios profundos, los desesperados entre los desesperados, las víctimas en el sentido más literal del término. Son objeto de una radical explotación económica, y de una eliminación física que representa un lento genocidio. Además, a diferencia de los obreros y trabajadores que, aunque marginalmente, están integrados a la sociedad, los indígenas están perdiendo también su cultura y sus hábitos de vida, abrumados por la depresión y el alcoholismo. Boff se ha convertido en un gran conocedor de sus mitologías y religiones, un campo para cuya comprensión resulta decisivo el concepto de inconsciente colectivo que hemos heredado de Jung. Asimismo, Boff se ha convertido en un gran experto en este fundador del psicoanálisis. Por ello, cuando se preparaba la edición de las obras completas de Jung para los mercados portugués y brasileño, se le pidió su colaboración como revisor técnico. Cuando me enteré de todo lo anterior en el congreso brasileño, solicité, en complicidad con algunos colegas cariocas, que la Asociación Internacional de Psicología Analítica (la sociedad que agrupa a los analistas junguianos de todo el mundo) lo nombrara miembro honorario. La iniciativa rindió frutos en agosto de 2013, durante el congreso internacional celebrado en Copenhague. En ese mismo mes también tuvo lugar la conversación registrada en este libro. En el encuentro de Copenhague, la acogida que le brindaron los analistas fue de lo más calurosa. En su enfoque original del psicoanálisis, Boff tuvo el mérito de hacer coincidir el concepto junguiano de arquetipo con la idea indígena de la Pacha Mama, la gran Diosa Madre o Madre Tierra que, conservada en el imaginario de muchas naciones sudamericanas, tiene mayor importancia en aquellas con fuerte presencia autóctona, como Bolivia y Ecuador. Incorporado hoy en día a sus leyes y constituciones, este concepto ha inspirado la instauración de programas políticos respetuosos del medio ambiente y de las tradiciones nativas (otro argumento al que he hecho referencia en Utopie minimaliste). Estimado Leonardo, ¿podemos afirmar acaso que la dimensión psicológica ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia en el curso de tu vida?

    Leonardo Boff Me gustaría empezar recordando un reconocimiento del cual me siento muy orgulloso. Remontémonos a 1991, cuando la Universidad de Turín me otorgó el título de doctor honoris causa en ciencias políticas. El encargado de entregármelo fue Norberto Bobbio, y tengo presente que, en el discurso que pronuncié para la ocasión, mencioné esta frase: Vengo del Neolítico, he recorrido todas las etapas de la humanidad, hasta llegar a la era moderna. Bobbio sonreía. Estas palabras representaban, de hecho, el camino que he recorrido desde la infancia. Crecí en un mundo en donde lo primitivo y lo moderno se encontraron y contaminaron mutuamente. Incluso hoy en día, muchos indígenas de la Amazonia viven como hace 20,000 años. Ni siquiera son conscientes de que existe un Estado brasileño. Y lo interesante es percatarnos de que son nuestros contemporáneos. Nosotros representamos la parte más avanzada tecnológicamente, pero ellos constituyen la más primitiva, la más cercana a la naturaleza, a la Madre Tierra.

    Los indígenas tienen muchas cosas que enseñarnos: el respeto, la interdependencia con el medio ambiente, el sentido de libertad. Cuando uno se encuentra entre ellos, se percata de que de ninguna manera el Paraíso se ha perdido. Son solidarios, respetan a los niños y a los ancianos, tienen un profundo sentido religioso de la naturaleza y de la vida, un sentimiento completamente ajeno a la cultura occidental. En diversas culturas primitivas se preocupan de pedirle disculpas a la Tierra antes de usar el arado. Estoy convencido de que este tipo de ritos son expresión directa de actitudes relacionadas con la psicología arquetípica, de las necesidades interiores que nos han acompañado siempre, y que permiten mantener en equilibrio tanto las relaciones sociales como aquellas que existen entre el ser humano y el entorno circundante. Considero, por lo tanto, que debiéramos observar con mucho respeto y gran atención a las culturas andinas.

    Todo lo anterior da origen a mi interés por la dimensión psicológica del ser humano. Jung intuyó que nuestras formas de explotar al planeta acabarían por provocar una crisis global, y que la transformación solo podía darse a partir de una relación nueva y profunda con todo aquello que rodea a nuestro Yo. El respeto por la Tierra como sistema vital unitario es un arquetipo que hay que revivir, y que forma parte de la dimensión de lo sagrado. Esto es algo que Jung comprendió muy bien. Entre los pueblos andinos sigue vivo el culto a la Pacha Mama, la diosa de la tierra y de la fertilidad, que provee todo lo necesario para la vida. Nuestra cultura ha separado al ser humano de la naturaleza, impulsándolo a dominarla hasta destruir el sentido de totalidad que caracteriza toda concepción espiritual de la vida. Las religiones veneran las Escrituras, la hostia consagrada, el espacio del templo; sin embargo, son incapaces de abrirse al misterio del mundo y de la energía que alimenta al Universo todo. Esta laguna espiritual constituye uno de los problemas más grandes de la modernidad. La teología sostiene que todos los aspectos de la Creación son símbolos y señales del Creador, sacramentos naturales. Pero esto no es sino letra muerta, porque la humanidad no vive esta dimensión. Nos hemos acercado a las poblaciones indígenas para exterminarlas, porque carecían del sentido de la propiedad privada. Se trata de una historia que he vivido en primera persona durante los años terribles de las dictaduras latinoamericanas, en la violencia infligida por el régimen brasileño contra los hermanos dominicos (los frailes Betto, Tito e Ivo), y en la condena a la teología de la liberación por parte de la Iglesia de Roma.

    Todo esto me recuerda la historia de mi familia –que emigró a Brasil en busca de tierras para cultivar–, así

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