Las prisas de la ruina
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Es también una crónica de amor al padre, a ese árbol que dejó sus raíces anudadas al bastidor de las tardes, al temblor de la piel, en las ramas del sauce. Un hombre quiere brillar en las escamas de los peces y se diluye en música, en la voz de profetas, en el mar de la memoria.
Hay prisa en las palabras que intentan sujetar, retrasar, derrotar la muerte y el olvido. Este libro logra ese prodigio. Solo la poesía puede nombrar, trazar ese vértigo.
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Las prisas de la ruina - Eduardo Bechara Navratilova
Las prisas de la ruina
Diciendo esto, hizo una señal a los marineros; y prontos levaron anclas, soltaron amarras y se movieron hacia el Este.
KAHLIL GIBRAN
El ulular de la sirena
choca contra los muros
y retorna a mis oídos.
De nuevo con las prisas
de la ruina, tú y yo, papá.
El enfermero regula
el oxígeno,
y la pantalla muestra
tu pulso acelerado.
Vamos por las calles
cortando el viento,
diciéndole a todos
que la vida
es un pañuelo usado
mientras un barco se aleja.
La maleta de viaje
Un cepillo de dientes,
una máquina de afeitar,
tus gafas,
el bastón plegable,
un cepillo de pelo,
un radio,
dos pilas,
aquel reloj suizo
que pasará de tu muñeca
a mi muñeca.
Prometí
que te llevaría un libro.
Dijiste que ya no había tiempo;
el parte médico era desfavorable,
los minutos son asteroides
en el cielo.
Aullidos
Un alarido prolongado
golpea la ventana.
Cuido tu sueño.
Odio ese golpe
del viento.
Duermes a la vera
del reloj.
Apartamento 501
Te he llevado
al hospital
varias veces,
y varias veces
has vuelto a casa.
En tu ausencia
el apartamento
encuentra una inmovilidad
en los reflejos.
Cuando vuelves
recupera la música,
las azaleas levantan
el rostro
y las torcasas cantan
del otro lado
de la ventana.
La ambulancia
Y les dejaré mi cabeza pa' que hagan un palomar…
Pájaro alevanta el vuelo, caballero, y anda y lleva este mensaje.
CARLOS PATATO
VALDÉS
Desde mi cuarto te escucho inhalar
hacia un fondo cerrado
y tu amigo Enrique Morales
enciende las alarmas.
Corro a tu encuentro,
me miras con ojos de pánico
y la piel azulada
desde esa asfixia que te aprieta.
Te doy golpes en la espalda,
reajusto la cánula en tus
fosas nasales,
llamamos a la ambulancia
y la esperamos en alerta.
Los enfermeros te sacan
en silla de ruedas,
me monto contigo, aprieto tu mano;