La canción de la bolsa para el mareo
Por Nick Cave
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La canción de la bolsa para el mareo - Nick Cave
La canción de la bolsa para el mareo
La canción de la bolsa para el mareo
[The Sick Bag Song]
Nick Cave
TRADUCCIÓN DE MARIANO PEYROU
Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida,
transmitida o almacenada de manera alguna sin el permiso previo del editor.
Título original
The Sick Bag Song
© Nick Cave, 2015.
The moral right of the author has been asserted.
www.thesickbagsong.com
Primera edición: 2015
Traducción
© Mariano Peyrou
Copyright © Editorial Sexto Piso, S. A. de C. V., 2017
París 35–A
Colonia del Carmen, Coyoacán
04100, Ciudad de México, México
Sexto Piso España, S. L.
C/ Los Madrazo, 24, semisótano izquierda
28014, Madrid, España
www.sextopiso.com
Formación
Echeve
Diseño
Estudio Joaquín Gallego
Conversión a libro electrónico
Newcomlab S.L.L.
ISBN: 978-84-16358-38-0
Índice
Portada
Créditos
Nashville
Manchester
Louisville
Kansas City
Milwaukee
Minneapolis
Denver
Calgary
Edmonton
Vancouver
Seattle
Portland
San Francisco
Los Ángeles
Austin
Nueva Orleans
Washington
Filadelfia
Nueva York
Detroit
Toronto
Montreal
To the boy on the brigde
Nashville
Tennessee
Un niño trepa a un montículo a la orilla de un río. Se mete en un puente de ferrocarril. Tiene doce años.
Se arrodilla, bajo un sol abrasador, y pega la oreja a la vía. La vía no vibra. No se acerca ningún tren desde la curva que hay al otro lado del río.
El niño empieza a correr por las vías. Llega hasta el centro del puente. Va hasta el borde y mira hacia abajo, al río cenagoso.
A la izquierda hay un pilote de hormigón que sostiene el puente. A la derecha, un árbol a medio talar se extiende sobre el río; sus ramas se meten en el agua oscura. En medio hay un pequeño espacio de unos ciento veinte centímetros de ancho.
Le han dicho que es posible tirarse en ese lugar, pero él no está seguro, pues nunca ha visto a nadie hacerlo.
Las piedras de debajo de sus pies comienzan a temblar. Se agacha y vuelve a pegar la oreja a la vía.
La vía empieza a vibrar. El tren se acerca.
Mira al agua oscura y cenagosa. El corazón le late con fuerza.
*
El niño no se da cuenta de que no es un niño en absoluto, sino más bien el recuerdo de un niño.
Es el recuerdo de un niño que atraviesa la mente de un hombre que está en una suite del Hotel Intercontinental, en el centro de Nashville (Tennessee), al que le están poniendo
en el muslo una inyección de esteroides que transformará al cantante griposo y afectado por el jet-lag en una deidad.
En tres horas saldrá a toda prisa de la habitación del hotel. Avanzará por la ciudad vacía, cruzando ríos enormes, conduciendo a través de praderas vacías, por unas tremendas autopistas de muchos carriles, bajo el cielo del atardecer, como un pequeño dios, para estar con vosotros esta noche.
Manchester
Tennessee
Y saldré al escenario del Festival Bonnaroo de Manchester (Tennessee), y seré objeto de una gran fascinación por parte de casi nadie. La multitud aturdida irá sin rumbo de un lado a otro por los campos y el sol poniente inundará el lugar con un fuego naranja. Después de la actuación, me sentaré al aire libre, en las escaleras de nuestro autocar, a fumar.
En el camino de vuelta a Nashville, nuestra furgoneta tendrá que pararse dos horas, en la autopista, junto a la escena de un terrible accidente de tráfico. Miraremos cómo las ambulancias y los coches de policía reducen la velocidad en las resbaladizas carreteras. Veremos un helicóptero que revolotea sobre nosotros y con su foco reflector corta la oscuridad de la noche. Durante una hora nos quedaremos sentados en silencio en la furgoneta, fumando y bebiendo. Al final, nuestro tour manager saldrá del vehículo para investigar. Al volver, contará que han chocado dos vehículos, un poco más adelante, y que hay una chica decapitada tirada en la carretera.
Me quedaré dormido en la parte de atrás de la furgoneta, y no me despertaré hasta que el vehículo no empiece a moverse lentamente. Por la ventanilla veré el cuerpo decapitado tirado en la carretera, cubierto con una sombría y abultada sábana de plástico azul.
Estaré tirando de un hilo que sobresale de la manga de mi chaqueta durante todo el camino de vuelta hasta el Sheraton, en el