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Sin Mentir
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Libro electrónico141 páginas1 hora

Sin Mentir

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Información de este libro electrónico

Acumulando peticiones encontré la forma de satisfacerlas.
Las vivencias encuentran el camino para convertirse en experiencias.
Aquí están resumidos los sentimientos de toda una vida.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 oct 2022
Sin Mentir

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    Sin Mentir - Maria Celsa Moral Ferrer

    Diciembre, 1987

    Seducción

    Te atreviste un momento,

    lisonjero,

    y se esfumó por siempre,

    lastimero.

    Ni siquiera el aldabón tomaste

    y en tu fuga

    te llevaste el recuerdo falaz

    de una ruptura.

    Ladrón de un instante pasajero,

    no te acerques ya más,

    por traicionero.

    Quedaron en ayer las ansias locas

    hermanas acaso de incontables dichas,

    quedaron en ayer tantas cenizas,

    falaces carceleras de otras bocas.

    Quedaron en ayer ciertos ropajes

    uncidos a tantos, tantos duelos,

    simientes acaso de otros suelos,

    esculpidos por siempre en un linaje.

    Quedaron en ayer el hoy tan frío,

    la noche como mala consejera

    y el necio navegar del mar al río.

    Quedó en ayer el alma pasajera

    plegada por un sueño incestuoso

    en pos de un dios nutrido de quimeras.

    Vuelta

    Sé que has de volver

    a sembrar de horas los vacíos.

    A tu vuelta

    tejeré una guirnalda

    con qué ceñir nuestros adioses.

    Si en tus desvaríos me emocionas, estoy contigo;

    si unes mi nombre al tuyo, no estoy de más;

    presencia añorada que no me deja,

    ausencia de todas las ausencias, estás aquí.

    Es la niña cabellos de lino,

    niña empeñada por la tristeza.

    Es una niña toda camino,

    luna entreabierta, sol de la noche,

    nota fugada de pentagrama.

    Esa es la niña de tu destino,

    por sus andares de terciopelo,

    mujer trazada en el infinito.

    Vuelve ya a que te mire

    venir de lejos cansado,

    dispuesto a reír conmigo

    para olvidar lo llorado.

    Vuelve ya a que impongamos

    la razón al desempeño,

    a sabiendas de querernos

    despertaremos de un sueño.

    Vuelve ya, que yo ya he vuelto,

    sin temores, sin flaquezas,

    cierta estoy aún de amarte,

    cierto estás de tus riquezas.

    Venturosas las hadas,

    pasean sus galas

    por tu aguijoneado ayer.

    Hay un río surcando la memoria,

    hay un tiempo mirando desde dentro

    un retorno de nuevo al mismo centro,

    un deseo marcado por la historia.

    Hay un temple que no se vanagloria,

    una duda capaz de ser aliento,

    hay en mí como en todo lo que siento

    un ala pertinaz, que no ilusoria.

    Amo el rincón de donde el alma evoca

    mil revuelos de apetencias sumergidas

    rodando por las venas de la roca.

    Amo la fragua, sangría de recelos,

    do se forjan las horas advertidas

    tan sólo por saber de mis desvelos.

    Doler la piel, la mansedumbre loca,

    doler el rito, eco del paisaje,

    cegar de luz el resto de la noche,

    correr, correr por encontrar paraje.

    Labrar el tiempo de hora en hora,

    a fuerza de cincel subir las gradas,

    templar enojos, descifrar enigmas,

    trocar simientes, ofrecer palabras.

    Tristeza azul llora el poeta,

    profano de su propia celosía,

    alquimia audaz lleva en los dedos,

    incauto decidor de profecías.

    Si sumamos los aciertos, los errores,

    el llanto, las ocasiones,

    la osadía, los temores,

    las noches sin fundamento.

    Si sumamos las razones, el porqué de los desvaríos,

    el amor, los amoríos,

    los adioses, los destinos,

    las leyendas y los ritos.

    Si sumamos las cadencias, los silencios,

    la ausencia, la libertad,

    las voces que no hacen ruido,

    lo infinito de la paz,

    entenderemos la vida, la luz, la suerte,

    el crepúsculo, la infancia,

    el darle significancia

    aun a la misma muerte.

    Mujer fea

    Omisión cruel de la natura,

    alborozo de pupila,

    música interrumpida,

    mujer desapercibida.

    Calidez incomprendida,

    Desengaño cotidiano,

    soledad comprometida,

    valentía sin medida.

    No estoy sola.

    Llevo en mí

    las voces de los poetas,

    los coros, los duendes

    y los profetas.

    Eres del color de mi transparencia.

    preñada estoy de indeleble ausencia.

    Contemplo mi vida,

    desgajo rumores,

    propongo salidas,

    destierro temores.

    Parece tan fácil callar,

    callar las entrañas,

    sumergir enojos,

    alertar el alma.

    Parece tan fácil

    ensoñar tristezas,

    advertir de pronto

    que existen estrellas.

    Desgaje a desgaje,

    torpeza a torpeza,

    enmiendo la senda

    como me parezca.

    Él (Ella).

    No me esquives, no hago daño.

    (Y si acaso el desengaño

    ha de provenir de ti?).

    Ella (Él).

    No te esquivo, no te temo.

    (¿O es que en el desconcierto

    recuerdas que yo te herí?).

    Acertijo surgido de una historia

    que aventura la respuesta imaginada

    desde el confín secreto de la mente

    por no dejarla perderse en la nada.

    Al destinar tu inicio al laberinto

    se abre en tu ruta la amargura

    como trampa inicial que mueve los sentidos

    en auténtico perseguir de una captura.

    Vericuetos y escondrijos en despliegue

    prodigan en la marcha desalientos,

    mas el ávido buscar halla el camino

    una y otra vez, sin aspavientos.

    Al concluir, la cita acude inexorable

    y el final del principio se adivina

    en la asonancia discreta de las voces

    que una a una renacen sin rutina.

    Cansado anacoreta, frugal en tus afectos,

    ¿dónde empezó el calvario que ha desafiado

    tus retos?

    Creíste con denuedo que el hombre en su trayecto

    encuentra al Amaurote que tiñe su proyecto.

    Ese ideal incierto es el que te ha impulsado,

    el que te ha hecho sentir que todo lo has alcanzado.

    Suerte impía que defiendes con ánimo o con derecho,

    por no llamar lacerar lo que rebosa en el pecho.

    Soledad sabia y tenaz

    has hecho un nido a mi lado,

    no me abandones más

    que no podría aguantarlo.

    Has sido mi inspiración,

    la que me ha dejado ver

    que las horas sin ración

    por fuerza son menester.

    Soledad sabia y tenaz

    sigue adelante en tu empeño,

    por saberme pertinaz

    te busco dentro de un sueño.

    Impávidas las estrellas

    semejan suaves latidos,

    firmamentos añorados

    a la intemperie dormidos.

    Lloro porque puedo abandonar las lágrimas.

    Agonía

    Hace mil sueños te fuiste,

    hace un siglo te presiento,

    cada minuto me surges,

    hace un dolor no te encuentro.

    No más soledad infinita

    de fortaleza estéril,

    no más escribirle al viento

    cuya fuga no advierte

    que no hay un plazo para todo,

    que todas las mieses bellas

    han tenido un inicio,

    una siembra dolorosa

    desangrada de

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