La paciencia de las semillas

Por Xabier Etxarri Goñi

Cierto nomadismo programado –del hemisferio boreal al austral, de las aguas tranquilas del Mediterráneo o los hayedos navarros a los glaciares y lagos de la Patagonia chilena– de la mano de una soledad apacible, te otorga el don del buceo sosegado hacia el fondo de ti mismo. Puedes escuchar entonces lo que los demás solo oyen, intuir lo invisible y describir al emerger ese mundo oculto, esos paisajes profundos que pueblan realmente el interior de cada uno de nosotros.

Esta antología muestra tanto las huellas dejadas por las botas del caminante a lo largo de su viaje por el tiempo como el rastro dejado por este en el propio caminante.

• Idioma: Español
• Editorial: Universo de Letras
• Fecha de lanzamiento: 13 sept 2022
• ISBN: 9788419137692

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Prólogo

Un anterior poemario de Xabier Etxarri se llamó Antología del Nómada, título que define a su autor de forma meridianamente certera. Sí. Pues Xabier es un nómada, sino ¿a qué ese permanente saltar, año tras año, ida y vuelta, de Europa a Sudamérica?. Bueno, más bien de Euskal Herria a Chile o –mejor aún– del Baztán a la Patagonia.

Que ya es distancia para cualquiera. No para un nómada.

Pero, las cosas como son: Xabi es un nómada a su aire. Raro. Si bien no se arredra en cruzar el Atlántico para ir a meterse en el último confín del mundo (por allá por donde el diablo perdió el poncho, que se dice por aquí) tiene un apego a los lugares que permea toda su poesía. ¡Cuidado! que no son los lugares sellados en el pasaporte, ni las etiquetas colgadas de la mochila. No. Es el apego a la profundidad de los sitios, al vértigo de lo que tiembla en silencio al fondo de la tierra (la tierra en cuanto ama lur). Es el lar, eso que respira en cada sitio y que no es geografía. Es lo que se sueña, se escribe y se construye junto al fuego. Íntimo y universal.

Como Jorge Teillier, Xabier es un poeta del lar (naturalmente, Teillier es uno de los invitados –como epígrafe o como actor– en algunos poemas de este nuevo libro).

Nuevo libro titulado La paciencia de las semillas. Este título –que por sí solo es un poema– configura el locus donde se despliega este viaje: de lo profundo a lo profundo y del silencio al silencio, como las semillas que, calladas y aparentemente inermes, sueñan, diseñan y construyen prácticamente todo.

A partir de ahí se inicia un viaje que no es del cuerpo (aunque quizás también) que nos lleva a través de estaciones y puertos: está la pérdida, la nostalgia y la ternura. A veces también está la rabia y la desesperación. Y, claro, está el amor. Y por encima, uniendo todo, está la contemplación que convierte, subvierte y fija, en un rincón del tiempo, un momento, quizás mínimo, que el lector contempla como por una ventana, en silencio. En secreto.

En este libro se mantienen dos elementos (y un capricho) que son comunes en la poesía del autor. Uno una técnica de montañista: se cuelga de un epígrafe para soltar sus ansias y sus palabras construyendo, no una paráfrasis, sino otra obra. Se lleva las palabras a un lugar donde aquel autor no quiso, no supo o no pudo llegar. Eso es arte que no artificio.

El otro elemento, es físico y es (todos tenemos uno) el favorito de Xabier: la niebla. Niebla, ese elemento que trashuma del aire al agua o del agua al aire. Inasible como es, este elemento es omnipresente en la poesía de Xabier, siempre está, aunque no se mencione. Es una pátina de nostalgia, misterio y belleza que nubla la vista o