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Jacona, (Mi Pueblito)
Jacona, (Mi Pueblito)
Jacona, (Mi Pueblito)
Libro electrónico733 páginas11 horas

Jacona, (Mi Pueblito)

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La obra nos deleita la memoria y el espíritu, transportándonos a escenarios de la infancia o de la adolescencia nuestra, de nuestros padres o de nuestros abuelos; provocando la nostalgia, al encontrar escenas y paisajes que ya no será posible revivir, sino en la lectura o en nuestras añoranzas.

A través de sus memorias y relatos, el autor nos conduce desde su pueblo natal: Jacona, Michoacán, tierra de recios y laboriosos agricultores, hasta Seattle, en el estado de Washington; lugar en el que reposa Bruce Lee, admirado karateca e ídolo de Juan Paúl.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento11 jul 2022
ISBN9781506547893
Jacona, (Mi Pueblito)
Autor

Juan Paúl Rangel Bravo

Orgullosamente jaconense por nacimiento, pero decididamente leonés por adopción, Juan Paúl revive algunos de las principales recuerdos de su existencia, que transcurre, desde su infancia en un paradisiaco y apacible paisaje michoacano, en el que comparte su existencia con su familia y amigos del campo, hasta su brillante trayectoria deportiva en la ciudad de León, que lo convierte en obligado referente del karate, a nivel no sólo local, sino también estatal e incluso nacional, al ser un pionero de este deporte en México.

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    Jacona, (Mi Pueblito) - Juan Paúl Rangel Bravo

    JACONA,(MI PUEBLITO)

    images-1.jpg

    Juan Paúl Rangel Bravo

    Copyright © 2022 por Juan Paúl Rangel Bravo.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida

    o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico,

    incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y

    recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan

    necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier

    responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 08/07/2022

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    826593

    ÍNDICE

    Dedicatoria

    Agradecimientos

    Prólogo

    Prefacio

    1. Mi sencillo gran padre

    2. Mi Madre: Señora María Luisa Bravo Briseño

    3. Mi Abuelo José Francisco de Jesús

    4. Mi abuela María de Jesús

    5. Mi tío el charro de Jacona

    6. La tía Toña

    7. La tía Isabel.

    8. La tía Lupe

    9. La tía Carmen

    10. La tía Consuelo

    11. El tío Juan

    12. El tío militar José Refugio

    13. María Luisa, Luis y José (mis primos)

    14. Jesús Sarabia Bravo, nuestro primo

    15. Jaime Félix

    16. Juan Paúl

    17. Rosa María

    18. Carlos

    19. Julián Félix Santiago

    20. María Concepción

    21. Guadalupe

    22. José Francisco

    23. María Martha

    24. María del Socorro

    25. Martín Carlos

    26. Marco Antonio

    27. Hugo César

    28. Mis Memorias inmarcesibles

    29. Ir por el diario, que no era el periódico

    30. Los dulces regionales

    31. Refrescos, Tequilas, Mezcal y Cervezas de la época

    32. Pan de Jacona

    33. Juegos de la Infancia

    34. Carmen la de Tamándaro

    35. Pedro Infante en Zamora

    36. Asesinato del Hijo de Rodolfo Gaona

    37. La Vaca Gigante

    38. El Monje Loco

    39. El Pez Diablo en Zamora

    40. El Hombre Mosca en Jacona

    41. El Misterioso Crimen en Zamora

    42. Ir al Cerro del Curutarán

    43. Nadar en la Presa de la Luz

    44. La Casa del Agua El Bosque

    45. Tamándaro y Tamandarillo

    46. La Feria de Nuestra Señora de la Esperanza

    47. Fiesta del Patrono de Jacona, San Agustín

    48. Pedro Armendáriz en Pátzcuaro

    49. Filmación en Tangancícuaro y Camécuaro

    50. Recolectando pasojo de burros y caballos

    51. Los perfumitos

    52. Las Rifitas

    53. A la tirada

    54. Juntando leña, barañas y semas

    55. La bicicleta

    56. La cereza

    57. La Huerta

    58. Arriba y bajo los mangos

    59. Del incendio del cine Opera

    60. Tragedia en La Beata

    61. Las posadas en las cuatro esquinas

    62. Los Panales y Zomites de miel

    63. Cazando al Diablo

    64. Mi pequeño negocio de alquilar cuentos

    65. La cría de puercos, a medias

    66. El riquillo de Jacona

    67. El cine Rex – princesa y Cinema Jacona

    68. De José Inés Chávez García

    69. Escuchando las Radionovelas

    70. Don Adolfo Ruiz Cortines en Jacona

    71. Populares personajes

    72. Don José la Chonena

    73. Pancho Pichacuas o El Enamorado Picaflor

    74. El Feo

    75. Pancho, El Guapo

    76. Rafael El Cuerno

    77. Don Pedrito La Muerte

    78. La Botana

    79. El 2.40

    80. Películas de esos años

    81. Pedro Gregorio Armendáriz Hastings

    82. Federico Arturo Tito Guízar Tolentino

    83. José Pedro Infante Cruz

    84. Ángel Infante Cruz

    85. Mario Moreno Reyes Cantinflas

    86. David Silva

    87. Germán Cipriano Teodoro Gómez Valdés y Castillo TIN TAN

    88. María de los Ángeles Félix Guereña

    89. Silvia Pinal

    90. Ninón Pérez Castellanos, conocida como Ninón Sevilla

    91. Adalberto Martínez Chávez Resortes

    92. Antonio Espino Clavillazo

    93. Luis Aguilar Manzo

    94. Eulalio González Ramírez Piporro

    95. Mauricio Férez Yázbek, Mauricio Garcés

    96. Jorge Alberto Negrete Moreno

    97. Fernando, Domingo, Andrés, Mercedes y Julián Soler

    98. Joaquín Pardavé Arce

    99. Emilio Indio Fernández Romo

    100. Manuel Palacio Sierra Manolín,

    101. Ignacio López Tarso,

    102. José Pascual Antonio Aguilar Márquez Barraza

    103. Gabriel Siria Valerio-Javier Solís

    104. Miguel Aceves Mejía

    105. Javier López Rodríguez, Chabelo

    106. Arturo García Rodríguez Arturo de Córdova,

    107. Viruta y Capulina

    108. Roberto Gómez Bolaños Chespirito,

    109. Actrices Mexicanas

    110. Actores Mexicanos

    111. Locutores

    112. Películas mexicanas artistas varios

    113. Cantantes y actrices de teatro mexicanas

    114. Cantantes

    115. Cantantes, Orquestas y Conjuntos Mexicanos

    116. Orquestas, Grupos y Cantantes en inglés, francés e italiano

    117. Luchadores

    118. Luchadoras

    119. Boxeadores

    120. Boxeadoras

    121. Futbolistas

    122. Beisbolistas

    123. Episodios

    124. Series de TV

    125. Último día en Jacona

    126. Primeros días en la ciudad de León

    127. Inscripción en la Escuela Primaria Miguel Alemán

    128. Prioridad: ingresar a la Asociación Regional de Charros de León

    129. Mi Buen Amigo Míster Black Charro

    130. Fidel Castro y Ernesto Che Guevara en Guanajuato

    131. Los presidentes de México

    132. Refranes, dichos y redichos

    133. Dos leoneses hacen una visita a Bruce Lee

    134. Datos personales de Bruce Lee

    135. Hablando un poco acerca de mí.

    136. El karate y yo

    DEDICATORIA

    A mi gran hermano Hugo César,

    Sin su apoyo no existiría este logro.

    AGRADECIMIENTOS

    A mi Dios Eterno

    A mi padre y madre

    A mis hermanas y hermanos

    A mis sobrinas y sobrinos

    A quienes consideren mi amistad

    Al lector

    PRÓLOGO

    Juan Paúl Rangel Bravo, leonés sobresaliente, destacado, conocido y reconocido.

    Nació el 19 de enero de 1948 en Jacona, Michoacán; hijo de Julián Félix Rangel Saucedo, originario de Purísima, dedicado al comercio, y de María Luisa Bravo Briseño, de Zamora, Michoacán.

    Sus hermanos: Jaime Félix, Rosa María, María Concepción, Martín Carlos, María Guadalupe, José Francisco, María Martha, María del Socorro, Marco Antonio y Hugo César.

    Deseoso de que sus hijos estudiaran en la Universidad de Guanajuato, don Julián Félix Rangel llevó a su familia a radicar a la ciudad de León, en febrero de 1960.

    A su llegada y a su corta edad, Juan Paúl es socio honorífico, desde ese año, de la Asociación Regional de Charros de León, A. C. encabezada por los Hermanos Pedrero -de donde le vino después el mote de ser el único Charro Karateka-.

    Continuó con sus estudios de primaria en la Escuela Ramón López Velarde, que después cedió su espacio al edificio de Telégrafos, y la concluyó en la Eufrasia Pantoja. No pudo terminar la secundaria en la Prevocacional.

    En 1966, junto con una decena de jóvenes de León, hizo examen para ingresar al Batallón de Fusileros Paracaidistas de la Fuerza Aérea Mexicana, pero por la muerte de su padre y hermano mayor, tuvo que dejar los estudios para hacerse cargo de su familia.

    En 1967 fue socio fundador del Club Alpino Cubilete y en 1969, comenzó sus primeros estudios para detective privado en el Instituto de Ciencias Policiales de la República Mexicana y en 1973, en el Instituto Mexicano del Seguro social, tomó un curso para técnico radiólogo con el Dr. Gabriel Azanza Jiménez, y otro para Bibliotecario, certificándose como Agente profesional de seguros de vida Tepeyac y Aseguradora Obrera, y asesor de ventas en Autofin de la Ford.

    En 1979-1980, trabajó en diferentes dependencias del Gobierno Federal, Estatal y Municipal.

    Es desde niño, en su natal Jacona, que comienza su afición por las Artes Marciales; su hermano mayor, Jaime Félix, compró el libro 100 Lances de Jiu Jitsu, de Emilio André, y El Judo al Alcance de Todos, de Aine Saudi, que les sirvieron a ambos para practicar de manera autodidacta, llegando a ser el Primer Cinta Negra en el Estado de Guanajuato y pionero de la enseñanza del Karate, para lo que creó el escudo, lema y decálogo.

    En la ciudad de León adquirió otros libros de Masutatsu Oyama y Gichin Funakoshi, hasta formar con los años, toda una biblioteca de Artes Marciales y Armas Antiguas Orientales, la que albergó en su domicilio de Constitución 217 y actualmente la tiene en la calle Granja Fabiola, en la colonia Granjeno Plus, de la ciudad de León, Guanajuato.

    Inició formalmente sus prácticas de karate en León (1968) y en San Miguel de Allende (1970); después de dominar todos los movimientos, en 1972 pone su escuela, Esclub León Karate Do, en tres locales arriba de la Farmacia Pons, ubicada en la que era la Plaza del Mariachi del Boulevard Adolfo López Mateos.

    Su objetivo era alejar a los niños de la calle, dándoles clases de Filosofía del Karate, Historia y Origen de las Artes Marciales, Vida Sana a través del Deporte, Defensa Personal, Comportamiento Social y Ajedrez.

    El curso de defensa personal que ofrecía la Esclub era de 144 horas, en sesiones de 90 minutos, dos veces por semana, martes y viernes de 16:30 a 18:00 hrs., por un año.

    Los grupos eran de 12 personas como máximo y podían ingresar desde los 8 hasta los 60 años de edad.

    Llegó a tener de 25 a 40 alumnos por semana, entre ellos uno de Los Ángeles, California y un señor de 60 años.

    La mayoría no podía cubrir sus cuotas, así que él la mantuvo con su sueldo, los pagos de unos cuantos alumnos y la ayuda en especie de los que querían aportar algo para el aseo del Dojo.

    Muchos alumnos desertaban, por no cumplir con la disciplina de no tomar bebidas alcohólicas ni fumar y lo rígido del entrenamiento.

    El domingo 22 de agosto de 1976, presentó la que sería la primera exhibición de Full Contact -contacto total- en la ciudad de León y en el Estado de Guanajuato; fue una gran demostración de Artes Marciales, con el maestro Antonio Márquez López, Cinta Negra 5º Dan y su equipo profesional; el evento se llevó a cabo en el Auditorio de la Ciudad Deportiva del Estado Enrique Fernández Martínez.

    Juan Paúl tiene el mérito de haber sido el único representante del Estado de Guanajuato en el Primer Torneo Internacional de Karate y Full Contact para Cintas Negras, celebrado en Acapulco, Guerrero (en Kumite: invicto en más de 1,100 combates).

    El rey Juan Carlos de España, en mayo de 1975, le envió desde el Palacio de La Zarzuela una carta de felicitación por su trayectoria en el karate.

    En 1977, la Embajada Japonesa, le ofreció una beca para estudiar en Japón Artes Marciales y Biblioteconomía.

    El mismo fundador y primer director del FBI de los Estados Unidos, John Edgar Hoover, lo invitó a pertenecer a su equipo de inteligencia, pero su situación familiar le impidió aceptar tales ofrecimientos.

    A partir de 1978, también dio clases a un grupo de doctores y empleados del Seguro Social, y a particulares en San Juan de Los Lagos y Lagos de Moreno, Jalisco.

    La Academia Poblana de Artes Marciales Orientales, de Edgar Yamil Yitani Ortega, le otorgó el 2 de abril de 1979 un diploma y reconocimiento por su labor dentro de las Artes Marciales en Guanajuato y fue nombrado Tío de una generación de estudiantes del sistema Wu-Shu (Dragón Dorado).

    En 1981 cerró su escuela y en 1987 deja de dar clases a particulares.

    Durante los días 3 y 4 de junio de 1994, participó como conferencista en el 1er. Foro de Ayuntamientos Guanajuatenses.

    Ha sido reconocido con la publicación de artículos sobre su trayectoria en diferentes periódicos de la ciudad y en revistas de Full Contact, Artes Marciales y Budo Kan.

    Ha sido miembro de la Asociación Bruce Lee de París, Francia y de Karate College of the Southwest y American Karate Black Belt Associatión, de Sam H. Allred de Alburqueque, Nuevo México, como miembro honorario.

    Su meta ha sido ayudar a los niños, adolescentes y adultos, para alejarlos de la vagancia y drogadicción, por medio de la práctica de su sistema Defensa-Do Karate Ecléctico, del cual es fundador, como está registrado en el Instituto del Derecho de Autor, en la Ciudad de México.

    Desde agosto de 2015, se ha dedicado a escribir y tiene inéditas otras obras más: Defensa-Do Karate Ecléctico, de 1,200 páginas, que considera la Biblia del Karate, y contiene 500 sistemas de defensa, entre ellos el Ocyete-Kab –sistema maya-; dos volúmenes de Aforismos, Crónica del México Charro y Reflexiones de un Provinciano, con regionalismos y costumbres, así como más de un centenar de canciones.

    Arq. Rodolfo Herrera Pérez

    Coordinador de Acervos de Apoyo

    del Archivo Histórico de León, Gto.

    23 de septiembre de 2016.

    PREFACIO

    He estado hilando, uno a uno, todos los recuerdos de mi infancia en Jacona, Michoacán -de enero 5 de 1945 al 5 de abril de 2015-; para así conservar una estampa irrepetible, con letras, de una época ya desdibujada, cambiada, con el transcurso del tiempo.

    Un lugar donde todavía se podía vivir con tranquilidad pueblerina, en esta población totalmente rural; el campo como único medio de ganarse el sustento cotidiano, (o aventurarse a cruzar el rio bravo –¡Irse pa´l norti!-), alguno al andar por los callejones y calles aun sin empedrar, aun a media noche, la confianza existía a tal punto que la gente entre sí se encargaban su casa unos a otros mientras acudían a Zamora.

    Las puertas no tenían cerradura metálica y al salir sólo se ponía una pequeña aldaba, formada por un clavo torcido con la punta en forma de gancho, y en la puerta principal un simple candado de los más baratos que eran de color verde, rojo amarillo y azul en la parte de en medio, y ya para dormir por dentro se colocaba una tranca o morillo detrás de la puerta.

    Sin haber asistido a taller alguno de Literatura, sin ninguna presunción de desear ganar el Premio Nobel de literatura, el Pulitzer, llegar a obtener el Best Seller, ni aparecer en diarios del país en la t. v., (Guion para cine, corto metraje), ni nada de fama y popularidad, ya que todo esto es para mí ni más ni menos, ostentación, soberbia, auténtica pura vanidad disimulada en toda su extensión, realidad y mercadotecnia actual -tal vez menos o más-.

    Y por lógica tampoco espero seguir viviendo de la remuneración que pudiera obtener de este sencillo y humilde escrito - si es que llegara a salir a luz pública- o si tuviera la suerte de publicarse, confieso que tampoco sé en qué categoría gramatical quedan estas líneas; ensayo, cuento, novela costumbrista, crónicas, o burradas, es sólo ocupar mi tiempo, espacio para darme gusto a mi manera muy personal de poder hacerlo, así de simple y sencillamente; ¡donde caiga es bueno!

    Mi auténtico sentir es el de tratar de retener en mi memoria todo aquello que viví cuando era niño, veía y escuchaba, como tal lo que transcurría cotidianamente con la naturalidad misma y, en un orden de ideas impresas de aquellas cercanas y sin embargo tan lejanas épocas, que van acabando con las costumbres propias de esos tiempos y hasta con léxico, y regionalismos, por la modernidad actual que va adaptando el lenguaje cyber. – aparte del ya existente en las grandes urbes como el caló, caliche, derivados del gomanés, de los gitanos.

    Como hojear un álbum de fotografías, (que capta y retiene instantes irrepetibles), recordando detalles de cada una -con la debida prevención de como ya más adelante se me vayan olvidando algunos fragmentos en toda su esencia -que fue tratar de mantenerlo fresco tal y como aconteció– lógico es que no puedo estampar aquí de lo que no me enteré ni conocí; además de que no cuento con ninguna preparación universitaria ni mucho menos idea de ninguna otra índole de altura como maestría, doctorado o investigador, ni cuento con amistad alguna de personaje célebre de la literatura, ni lo actual; ni Internet, que me pudiese auxiliar, orientar en estos escritos, todo de Memoria –hasta donde mis recuerdos llegan- pero sí creo muy firmemente y con toda sinceridad que ante todo se debe de intentar ya sea en esto u otra actividad, en la férrea voluntad para emprender lo que le agrade a cada quien y tener la hombría de bien para terminar lo que inicie cada uno y no dejarlo a medio camino y nunca terminar.

    Estas líneas las dirijo a todo el mundo sin importar élite y esferas sociales, pero también en lo particular para todos aquellos quienes han estado fuera de su pueblo natal y recuerden cosas que también vivieron como las narradas aquí, con lenguaje y palabras sencillas, no rebuscadas, sin redichos, palabras poco usuales o pochismos.

    El retener los gratos recuerdos desde los años de la infancia hasta la madurez del hombre y, de vez en cuando repasarlos es algo exuberante, fascinador y recreativo para todo ser humano; conjugarlo en dos épocas: pasado y presente, costumbres de esos años lejanos y las diferentes hoy en día. Además de muy propio y personalizado. ¡Lo que menos importa es en que estilo sea!; y a sabiendas de que en nuestro país hasta hoy no existe, no se tiene la sensibilidad de apreciar arte alguno, ahí solo se acomodará en el sitio que corresponda; tal vez escrito artesano; ya que no cuento con internet ni biblioteca todo está registrado en mi mente.

    Aquí en este libro relata un leonés originario de Jacona, Michoacán, -por cierto aquí es en donde estudió Amado Nervo, durante tres años; de 1873-1876 y se dice unos de sus primero poemas fue el de; Con mis pantalones de casimir y mis zapatos de lona, mañana salgo a estudiar al colegio de Jacona; en esas paredes de esa Institución, fue fusilado el insurgente Lorenzo Suárez, en 1815, mismo año en que desbastaron y casi desaparecieron Jacona (Tangancícuaro corrió la misma suerte, en este mismo año), al incendiar toda casa habitación, tal horda de bárbaros y salvajes que ni respetaron el templo; al incendiarlo de idéntica manera que lo hicieron con todo este pueblito, donde solo quedaron ruinas sin habitante alguno, quedando desierto por años hasta que poco a poco se fue poblando para iniciar una nueva vida en este paradisiaco lugar del mundo. también durante más de 15 años, el benefactor y célebre sacerdote (cura de Jacona desde 1867 a 1882) en proceso de beatificación; Don José Antonio Plancarte y Labastida- sus remembranzas e impresiones de Jacona, sus cartas y diario como peregrino en Tierra Santa, en Jerusalén, Belén, Nazaret; Monte de los Olivos, El Cenáculo, El Calvario y Santo Sepulcro (1862-1883).

    Jacona se encuentra en el siempre primaveral estado de Michoacán, que es un bello paisaje eterno de inmensa tranquilidad, de altitud sobre el nivel del mar de 1540 metros; -el cerro de La Beata se encuentra a 2,500 metros sobre el nivel del mar, la cruz está desde 1955-.

    Zamora es la segunda Población Michoacana, con su prosperidad, cultura y orden cívica de una sociedad bien establecida y pobladores viviendo en armonía y laboriosidad; todo ello, que tomó en cuenta el Padre de la Patria Don Miguel Hidalgo y Costilla para visitar y conminar a todos los habitantes a unirse a él, cuando iba con rumbo a Guadalajara, pernoctando ahí en la casa a dos cuadras del Jardín principal, -entre Allende y Cázares- fue recibido por multitudes de Jacona y poblaciones aledañas, quienes lo aclamaron y le expresaron su admiración, respeto, apoyo, estimación, simpatía y cariño bien ganado y merecido a quien tuvo el coraje y valor para enfrentarse al mismísimo Fernando IV, rey español, para dar libertad a toda una nación.

    Tan agradable fue por el trato que se le brindó, que desde ese momento le otorgó el nombramiento de ciudad, al rebasar desde su fundación, ranchería, rancho, localidad y pueblo; además de captar un futuro promisorio y crecimiento en general, lo cual agradecieron y se sintieron complacidos y llenos de orgullo los Zamoranos presentes; el 21 de noviembre de 1810, al día siguiente, después de desayunar (con los mejores platillos regionales) continuó su camino a tierras jaliscienses. (la época prehispánica rebasa los tres mil años de este estado), en él está enclavado el Lugar de las Hortalizas palabra purépecha que significa Jacona, siendo fundada por Fray Sebastián de Trasierra, (de la orden de San Agustín), el día 05 de noviembre de 1555, quien además cultivo de azucenas y gladiolas a todo el estado, al haber traído millares de bulbos de estas bellas y aromáticas flores, y semillas de diversos frutos, tres siglos después conocida como Jacona de Plancarte, en honor de Don José Antonio Plancarte y Labastida, cura benefactor del pueblo y fundador de los colegios para niñas existentes en Jacona, la Ciudad de México y León, promotor de la coronación de la Virgen de La Esperanza, antes que la Virgen de Guadalupe, ya el 21 de septiembre de 1901 se conoce como Villa de la Flores y desde el 20 de septiembre de 1988, ostenta el título de Ciudad.

    Es precisamente en esta población y sus alrededores en donde aconteció este breve relato.

    Todos tenemos, hasta el más primitivo ser, un sentido de la belleza que se manifiesta en cada uno de sus actos; gustos y preferencias se declaran en cuanto hacemos y decimos, al elegir o rechazar desde ideas y palabras, hasta objetos y personas; el individuo se desnuda ante los demás y con ello publica su más genuina manera de ser.

    La evolución, Cultura, refinamiento y actitud ante el mundo se van revelando en cada uno de sus actos, siendo así que captamos si es que tratamos con alguien universal con un inmenso horizonte, o si es solo un payo con pretensiones de cosmopolita, a quien más pronto que tarde, se le descubrirá en toda su realidad.

    Muy posiblemente no ponga las palabras adecuadas en el sitio en que deben ir, ya que mi ideal es dejar estampados tales recuerdos infantiles.

    Escribo de lo cotidiano que viví, sentí, en esos años; lo que escuché por parte de mis abuelos maternos, tíos y mis padres, aunque también hago mención de otras épocas que hacía poco tiempo – tal vez años- habían transcurrido, antes de que viera la primera luz, y remembranzas que todavía se comentaban, como si hubiera ocurrido un día anterior; allá en el lugar de hortalizas; mi pueblito jaconense. - De PlancarteVilla de las Flores.

    MI SENCILLO GRAN PADRE

    images-2.jpg

    Mi papá nació en Purísima de Bustos, Guanajuato, por el año de 1900, su madre fue la señora María Concepción Saucedo y su padre Anastasio Rangel; ambos originarios de esta población guanajuatense; ella dedicada a los quehaceres de la casa, él en las labores del campo; quienes procrearon a su hijo -primogénito y único- bautizándolo con el nombre de Julián Félix, naciendo sin seña particular alguna- tuvo su apoyo desde su niñez, del hermano mayor de su madre, de nombre Santiago y su esposa Enedina, a quienes siempre vio como sus segundos padres.

    Habiendo éste contraído matrimonio a los 16 años de edad, con la joven Cristina Gasca, procreando a una niña a quien bautizaron con el nombre de María de La Luz, quien queda huérfana de su madre a los tres años de edad.

    Mi padre, quien ya desde temprana edad mostraba su inquietud (muy diferente y sobresaliente a los de la mayoría de su misma edad, de esa época) por conocer otros pueblos y ciudades, saber escribir, leer, aritmética y muy en especial, lo referente al comercio.

    De estatura de 1.65 mts., 69 kgs. de peso, tez moreno claro, rostro ovalado, sereno, frente amplia, cuello corto -de toro- ceja poblada, pelo negro grueso ondulado chino, de labio inferior delgado el labio superior medio grueso, pabellones chicos de lóbulos separados, nariz roma, mirada aguda-serena, ojos café claro, brazos musculosos, manos recias fuertes, con pequeños lunares o pecas en manos, hasta los brazos, pectoral y estómago, pies semiplanos, medio arco, dentadura completa blanca, no manchados ni picados; él no fumaba ni tomaba, nunca usó lentes de ninguna clase, ni graduación, ni casquillo o coronita de oro, toda su dentadura completa, jamás llevó anillo alguno en sus dedos, no fue de su agrado llevar cadena alguna al cuello, ni escapularios, esclava o cadena de oro en su muñeca, ni andaba con paso lerdo, de pato o barquito en alta mar, ni ya con más edad usó bastón ni aparato para sordera, su columna vertebral normal, no padeció reumatismo, artritis, hepatitis, tendinitis o pancreatitis, diabetes, cáncer ni gonartrosis en ningún nivel, ni se le hizo joroba mínima en su espalda, ni se le enronqueció su voz, no tuvo halitosis, ni era hipertenso, o bipolar.

    Al rasurarse se untaba loción y/o alcohol natural, siempre con su rostro limpio, nunca utilizó paraguas, se le hacía una payasada, y ridículo ver a quienes (gente adinerada) utilizaban el rapé, pipa y guantes, sombrero de copa, bastón, sólo un lente colgando de un cordel, (Monóculo) en el ojo derecho y paraguas sin necesidad de ello, ni reloj de pulso o bolsillo, con cadena.

    No usó tirantes, decía que todo eso fue de época pasada (Porfiriana), ni se dejaba barba o bigote, su corte de pelo era al natural y a la Boston, jamás se dejó el pelo largo, usaba cinturón de baqueta natural de una pulgada de ancho.

    Era de madera maciza de árbol bueno.

    Jamás le escuchamos mal decir ni echar vigas o alzar la voz, vociferar, o voz huacalona, vestía pantalones talla 38, de casimir marca Santiago con presillas y bastillas, y siempre con la raya bien marcada de la cintura a los tobillos, jamás uso mezclilla, pana ni de otras telas, ni tirantes, ni pantalones de pechera, ni calzó botas, botines ni huaraches; sus zapatos siempre lucían bien lustrados de color café claro, y oscuro estilo Bostoniano, camisa cuello 16-17, de preferencia blanca y de mangas largas, que casi siempre se las arremangaba.

    No recuerdo haberlo visto usando playera o camisa de manga corta, saco de casimir color verde seco, azul marino y café claro, algo peculiar en que no le gustaba era usar corbata y cuando muy raramente lo hacía, el nudo ancho de arriba con hondada en la parte baja del nudo presionando con el pulgar e índice él le nombraba estilo Cabeza de toro Californiano y/o nudo perfecto, él maniobraba la corbata sin colocarla en el cuello de la camisa, la media por la mitad después dejaba la parte más delgada como un jeme (dedos pulgar e índice extendidos), arriba de lo más ancho para enseguida realizar el nudo bien hecho con una habilidad y rapidez que me agradaba verlo (y hasta le fecha así realizo el nudo de mis corbatas).

    Después se la colocaba, pasándola por su cabeza ya hecho el nudo, ajustaba, jalando hacia arriba la tela más delgada, de la corbata poniéndola alrededor del cuello de la camisa pasando lo delgado por la parte de atrás de lo ancho, hasta quedar el nudo exacto abajito de la nuez de Adán y la punta de la corbata a la altura de la hebilla de su cinto, no más abajo, no más arriba.

    Su sombrero -contaba con dos- del # 8, de fieltro color café claro y dos de palma delgadita llamados Panamá y tres de palma natural, sencillos los de batalla -uso diario- cinturones tres del número 38, de color cedrón y caoba oscuro calcetines café, verde seco y blancos, camisetas blancas cuello y pañuelos blancos, shorts blancos. el número de su calzado estilo o tipo Bostoniano y de horma ancha, era del 6- nunca usó botines, botas, guaraches –solo unos tenis que adquirió en uno de sus viajes a California- ni sandalias; su andar era tranquilo, pero no lento y sin mucho manoteo, tenía pecas en sus manos, cuello y pecho hasta el bajo vientre, tres remolinos en su cuero cabelludo, siempre sus uñas bien recortadas (tenía dos corta-uñas, uno grande, otro corto y además un alicate) tanto de pies y manos.

    Nunca se dejó bigote ni barba, no masticaba chicle, su ablución era preferentemente por las noches, fue de una pulcritud ortodoxa y mucho más para esa época, ni en su adolescencia mucho menos en su edad como adulto, (su lema que nos repetía seguido que lo requería así y de vez en cuando, era que en la sencillez radica la elegancia, y esto podíamos aplicarlo en todo, no nada más en el bien vestir).

    Nunca llegó a cargar arma punzo cortante alguna, ni arma de fuego. No le gustaba cocinar (solo ponía agua a hervir para tomar su café) ni arreglar su ropa, ni tenía mucho hábito por la lectura, solo leía los diarios: El Heraldo de León, El Sol de León y el pasquín Don Catarino.

    En plena Guerra Mundial (a él no le tomaba interés alguno ya que esos sucesos eran al otro lado del Océano Pacifico, el más grande del mundo, nos decía y nuestro país colaboraba con el Escuadrón 201, -ya ni siquiera pensaba en volver a California y Texas- y solo se enteraba cuando pasaban noticias antes de empezar la función en los cines y/o comentarios entre comerciantes, cuando iba a cortarse el pelo o al kiosco donde acudía a bolearse su calzado), decía que primero deberíamos de estar al tanto de los sucesos locales que es en donde estamos viviendo.

    Decide que ya es tiempo de sentar cabeza, formando su propia familia y; es entonces que contrae matrimonio civil, -con la joven Zamorana- María Luisa Bravo Briseño, el 16 de junio de 1944, en Tangancícuaro, Michoacán, ya finalizados esos años bélicos, el 26 de mayo de 1950, se casan por la Iglesia en La Purísima, Templo del Sagrario de Zamora, Michoacán, -se encuentra en Colón y Madero-, ya instalados en Jacona. Naciendo el día viernes 5 de enero de 1945, su primer hijo, a quien pusieron por nombre Jaime Félix, siendo las 17:00 horas, en segundo término; Juan Paúl, lunes 19 de enero de 1948 a las 19:00 horas, (con un pequeño Lunar-manchón en el glúteo izquierdo, 4 remolinos en la cabeza y a ambos lados, a media orejas, abultamiento, y pies semi planos), Rosa María, domingo 14 de agosto de 1949, 11:00 horas, Carlos, sábado 7 de marzo de 1952, 17:00 horas, Julián Félix Santiago, 14 de febrero de 1953. María Concepción, 28 de agosto de 1954, 23:00 horas, María Guadalupe, domingo 19 de diciembre de 1955, 15:00 horas, María Martha, domingo 16 de marzo de 1958, 16:00 horas, María del Socorro, 19 de marzo de 1961, Martin Carlos, miércoles 7, 1963, 4:00 horas, Marco Antonio, 4 de julio de 1964, 5:00 horas, Hugo César, 29 de septiembre de 1967 (viernes), 3:00 horas (todos sin seña particular alguna).

    Una de sus diversiones favoritas, desde joven y antes de contraer matrimonio, consistía en acudir –ya que era de su completa diversión y pasatiempo-, llegaba con mi madre y sus tres pequeños hijos, temprano para poder estar en primera fila.

    Le agradaba ir a las funciones de títeres en la Carpa Rosete Urenda y ver la alegría que nos causaban a mi madre y sus pequeños y a él mismo, las pequeñas marionetas; unas risotadas que pegaba cuando pasaban las escenas donde salía toreando, y la escena donde discutían los esposos y la mujer agarraba a escobazos a su marido, bailando el jarabe tapatío y otras cuando el títere vestido de smoking y con la figura de afroamericano, que interpretaba la canción en inglés Amorcito. Después deciden irse a radicar a Guadalajara, Jalisco por casi un año, diciembre de 1944 y, estaba por nacer mi hermano mayor Jaime Félix. Ahí le gustaba ir al teatro Degollado a ver y escuchar cantar a María Conesa La Gatita Blanca, y obras de teatro de Esperanza Iris.

    Jamás, nunca portaba arma alguna ni de fuego ni punzo cortante, no recuerdo lo haya visto discutir, contrariado, alzar la voz ni en vía pública ni mucho menos en la casa.

    Estando en Pátzcuaro durante el mes de marzo, se enfermó de fríos malignos, con fuertes temblores, labios reventados, fogazos, durante 22 días estuvo así tomando las medicinas que le recetaban en la botica que estaba en el portal del pueblo y unos polvos llamados polvo de pirul, estuvieron alojados en un convento Agustino abandonado, a una cuadra del kiosco, frente a la estatua de Gertrudis Bocanegra.

    Tan débil quedó que tan solo tenía los ánimos para tratar la venta de sus juegos mecánicos, unas sillas voladoras, un volantín una rueda de la fortuna y lote de visores de 3ra dimensión, mientras convalecía; ahí estuvieron radicando por más de un año, desde febrero de 1945, hasta julio de 1946.

    En otra ocasión también estuvo enfermo más de dos semanas, ocurrió que habiendo comido dos elotes cocidos, queso fresco y bebió dos tarros grandes de pulque, empezó con fuertes vómitos, constante diarrea y sudando más de lo normal, ya después, de regreso a Jacona, se repuso y siguió su cotidiano vivir.

    Tanto degustaba tomar café, que en cierta mañana estando ingiriendo su bebida favorita por la mañana, bastante cargada y en un jarro grande, como de medio litro, se empezó a sentir medio mareado, sudando frío y con temblores incontrolables; tanto así que le dijo a mi mamá que lo ayudara a recostarse en la cama y que le apagara la luz y, que al salir le cerrara bien la puerta con llave pues él se sentía raro, extraño, como nunca le había ocurrido, ya con su lucidez normal desde aquel sorpresivo suceso, ya se midió en tomar sola una taza o jarrito de café y muy especialmente por las mañanas, gran susto se llevaron el y mi madre.

    Guardaba cuidadosamente, con gran cariño y respeto algunas fotos: una donde aparece el, mi abuela Conchita sentada en un sillón de bejuco recargando su brazo izquierdo en el respaldo, luciendo una blusa blanca de manga larga y enagua color café oscuro, su pelo ya cano peinado hacia atrás y Lucita mi hermana mayor como a la edad de 15-17 años, con un vestido de última moda de esa época; tipo bata de mangas largas y con líneas bordadas, su pelo corto al ras de sus oídos, con un adorno tipo pasador nacarado, con flores de lado derecho y con su mano izquierda sobre el hombro derecho de ella la fotografía tamaño postal en blanco y negro, él con buen porte de pie y su traje sastre impecable, camisa blanca y corbata de seda de muy buen gusto y clase, bien hecho el nudo perfecto y llegando hasta la hebilla de su cinturón, con su respectivo pañuelo de lado izquierdo de su saco en su pantalón muy bien marcadas las líneas hasta sus tobillos, sus zapatos de color negro muy bien lustrados, de sombrero de fieltro café oscuro de dos pedradas y toquilla de seda, de pulgada y media, de los de Nueva York y Chicago, con natural presencia y elegancia es que se ve, otra de sus favoritas es donde está de pie con saco y sombrero tipo Panamá y calzado como media bota, de lona.

    Otra de su tía Enedina, esposa de Santiago, hermano de mi abuela, quien vivía por la calle I. Comonfort 348 zona centro, León, Guanajuato.

    Tres de él tamaño postal otra más de recién llegado de Estados Unidos y tres fotos tamaño credencial, de frente, dos de perfil, otra foto es del sepelio de mi abuela Conchita donde aparece él y a su lado mi hermana Lucita, con pañoleta y vestido negro, junto al féretro, con saco oscuro de brazos cruzados y el pelo desaliñado; toda su imagen reflejaba el inmenso dolor Interno por el cual estaba pasando al perder al ser que él inmensamente amaba, adoraba; fotografías que aún conservo.

    Almorzaba entre las 8:30 y las 9:00 horas, comía a las 14:30 horas, hacía siesta, no cotidianamente, de una a 3 veces por semana, cenaba a las 20:00 horas, sin faltar su jarro de café con canela y piloncillo o canela sola, su ablución la realizaba por las mañanas al levantarse entre las 6:00 y las 7:00 horas y acudía a los baños de vapor cada dos o tres meses.

    Le gustaba viajar en tren más que en autobús, para ir viendo mejor el paisaje con toda su extensa naturaleza de los campos reverdecidos de la alfalfa ya crecida lista para cortarse, los surcos con sus plantas de jitomate coloreando el trigal con sus espigas resplandeciendo un color áureo con el brillo del sol, cebada, centeno y sorgo bien tupidos en todo lo largo y ancho de las parcelas, parvadas de distintas aves y pájaros y hasta pequeñas garzas que picoteaban consiguiendo su alimento en las lagunas y parcelas ya desaguándose, los árboles moviéndose al ritmo del viento, cuando ya había grandes nubes grises acumuladas en el cielo amenazando con empezar a llover, mirando en la lejanía los azulados cerros, durante el trayecto el tener la oportunidad de disfrutar de las vendimias de tamales de charales, agua miel, pan de pulque, pan de Chilchota, chures, corundas, tamales de harina, changungas amarillas y bien maduras, blanditas las rociaba con granos de sal, capulines, cerezas pequeñas, de un rojo oscuro de un sabor muy peculiar, pitahayas y tunas rojas, blancas y amarillas, guamúchiles, chirimoyas y granadas de grano grueso, bien rojo cristalino, y de un sabor agridulce, que ofrecían las guares comerciantes, en cada estación y parada que hacía el ferrocarril para llenar de agua la caldera de vapor de la máquina, asimismo se podía ir al sanitario, levantarse de su asiento, andar y estirar las piernas y hasta platicar con el inspector (quien muy orgulloso que portaba su saco, camisa blanca, corbata y gorra color azul portando en el centro de la misma el emblema de Ferrocarriles Nacionales de México, los garroteros cachucha y su uniforme de mezclilla) que se encargaba de checar los boletos haciendo una perforación en el mismo con una especie de tijera en su forma pero adaptada con un resorte especialmente para presionar hasta hacer tal perforación circular marca (como sacabocado para cintos) -similar a una más pequeña que utilizaban los aboneros- y, así ya no se podría utilizar en otro viaje.

    Le agradaba acudir al cine Opera de Zamora, en donde exhibían películas del Charles Chaplin, Stan Laurel y Oliver Hardy, (el gordo y el flaco), Harold Lloyd, Buster Keaton, los hermanos Marx.

    Admiraba a Rodolfo Califa de León Gaona Jiménez, Manuel Manolete Rodríguez, Ricardo Pajarito Moreno, Raúl Ratón Macías, José Becerra, Kid Azteca y Rodolfo Chango Casanova.

    Nunca asistió a baile, tertulia, festejo particular o familiar alguna; acudía a misa por las mañanas los domingos y miércoles, era un costumbre el ir al kiosco a escuchar la banda municipal y en el portal de enfrente tomar una nieve que llamaban tres Marías, que consistía en servir tres copos de nieve en una bandejita en forma de chalupa de cristal transparente, de sabores una de fresa, otra de vainilla y otra de nuez adornada con tres galletas de nieve colocadas por una lado y una en medio de la bola central después le agregaban encima mermelada de fresa y para completar se tomaba una coca cola mediana.

    Sus platillos favoritos eran la morisqueta, churipo, acompañado por una fresca garapiña, birria de huevera de carpa, con su salsa especial roja y sabor muy peculiar de Jamay, Briseñas y en la Barca, Jalisco : pozole rojo con rebanadas de jitomate y salsa espesa de chile de árbol ya después de las 18:00 horas, y birria de chivo, charales frescos capeados, pescado blanco en caldillo, -el número dos de calidad y sabor único a nivel mundial- en caldillo, morisqueta, fresas al natural o licuadas, jugo de naranja con zanahoria, los higos y guanábanas o chirimoyas como postres siempre bebida favorita: el café de olla con canela y piloncillo, lo tomaba por las mañanas y en la noche - de vez en cuando a medio día_ Le gustaba escuchar las canciones de las hermanas Padilla, las hermanas Hernández, Dueto Azteca, hermanas Garnica Ascencio, Tito Guizar, Pedro Vargas, Juan Arvizu, Agustín Lara, Toña La Negra y José Mojica, Pedro Infante, Jorge Negrete y Javier Solís y nunca se perdía el escuchar y ver bailando a los purépechas; ellas con una jarra llena de agua sobre su guansipo enrollado en la cabeza, ver la danza de los viejitos y escuchar la tan alegre y rítmica pirecua michoacana Arriba Pichataro, clásica compuesta en 1920 por un músico oriundo de Chan, el vals tarasco; flor de canela, male Esperancita, Uruapan", y demás sones abajeños y pirecuas.

    Me contaba que le había impresionado Enrico Caruso, cuando se presentó en la plaza de toros México, que tenía una inmensa voz, única en todo el mundo, que era chaparrito y medio gordo que hasta parecía mexicano, y que se soltó un tremendo aguacero y que todos los ahí asistentes, nadie intentaba irse, salirse ya de la plaza, pues la mayoría creían que ya se iba a cancelar la presentación del gran cantante de ópera venido desde Italia, pero que inesperadamente y para sorpresa de todos, salió a cantar cubriéndolo sus ayudantes con paraguas, se supo después de que había comentado a sus acompañantes que si toda esta gente pagó por escucharme cantar y está soportando la fuerte tormenta, es mi deber corresponderles saliendo ante ellos, que fue algo increíble, maravilloso muy admirable ese gran personaje y se grabó en su memoria tal hecho, del cual le tocó haber presenciado, para toda la vida.

    Tenía unos moldes de metal, los cuales fabricaba en la casa en dos fogones con carbón de mezquite, derretía el plomo y con un cucharón de metal lo vaciaba por hueco que tenían los moldes, los sostenía con la mano izquierda, liados con un trapo grueso, me agradaba observarlo haciendo esta curiosa labor y ver como abría en dos los moldes y salían las figuritas de soldaditos y animalitos diferentes, y ya enfriados se debían de despegar de los moldes y con cuidado de no romperlos listos para después colorearlos, labor en el cual me agradaba ayudarle.

    Le canturreaba a mi madre: Meury sírveme mi café, café, café, coffi gafi, cafi! Mírenla por donde viene la que tiene que ser mía y tiene que juntar su boquita con la mía. A su padre Julián se lo voy a decir que por no trabajar se ha metido a servir, Cuando tú de mi lado te fuiste dejándome muy triste por otras mujeres: poco tiempo después de dejarme ya pude enterarme de que fuiste burlado y que la otra que tanto has querido huyó de tu lado Las iras de Dios desata aquel que a traición nos hiere, pues tú sabes que el que a hierro mata a hierro muere (Canción de mi Abuela Conchita). Ay mama Inés que bien te ves, todos los negros tomamos café, Te tengo te tengo que hacer tu vestido blanco que te has de poner. Bailándonos; sujetándonos con sus manos bajo las axilas hacia arriba y abajo a nosotros sus hijos cuando éramos unos bebés: canturreándonos: Turín durín Turín durín, tín tin tin.

    Ya cuando adolescentes no era muy efusivo en sus demostraciones de amor y cariño paternal, sólo de vez en cuando nos daba la bendición a la ligera, su amor que sentía hacia todos nosotros era más bien con hechos más que con palabras, al proporcionarnos el pan de cada día y cuidarnos de no sufrir alguna accidente o enfermedad alguna.

    Bromeando con mi tío Pepe; vamo a cacha vamo a cacha compa-dre, ¡ya duérmete, ya es tarde!, ¡No me molestes compa-drito!, ¡yo estoy en mi casa!, toma en cuenta eso, ¡entiéndeme, por favor!, ¡No exageres la nota!, ¡No es para tanto!, además de que nos podemos enfermar del hígado.

    Mi padrino-tío ya no dijo ni media palabra y se metió a su recamara. Mi padre tan sencillo y con una sonrisa prolongada seguía hasta su cuarto a dejar los paquetes, cosas y su maleta de mercancía; su felicidad éramos todos nosotros sus hijos y estar rodeado repartiéndonos panes de Chilchota, toqueras, huchepos, corundas, golosinas, juguetes y además a mis menores hermanas una moneda de veinte centavos y a Félix y a mí un tostón y hasta un peso Morelos a cada uno, lo que nos había traído, tanto de Zamora o algún otro pueblo aledaño.

    Mi tío Pepe y él parecían hermanos gemelos en su trato, bromas y carácter; en cierta ocasión le dijo mi tío Pepe, a manera de queja, y medio molesto, que yo le había tumbado un vástago, lanzando y clavando en medio de tal planta frutal, mi pequeña hacha de scout y que ya iba a salir la cabeza de plátanos, regañándome ante él y prometiéndole que ya no se volvería a repetir tal travesura, pero ya estando solos me dijo: -tú juega y diviértete como siempre, ya que no todo el tiempo vas a ser niño disfruta tu infancia, que al cabo al rato ya será todo un hombre, pero si procura no acabar con los vástagos, guayabo fresa, el limón, recuerda que es el único que hay en la huerta, igual que la pagua y los tres cafetos, los dos duraznos y demás mangos, y guayabos; si secas los árboles nos quedamos sin fruta y de estas que tenemos en casa no hay en el mercado-

    Nos decía, repetía y dijo algunas veces: -prepárense para enfrentar este mundo, sólo lo podrán lograr estudiando libros, libros y más libros; aunque no sea una biblioteca entera, pero que estos sean selectos, leyendo todo el tiempo es que obtendrán calidad de vida; ya que no es posible ayudarlos desde la tumba.

    Un día se le ocurrió comprar un triángulo para limar y con ello estuvo alisando unas ocho monedas, dos de veinte centavos y dos de cinco por un lado y, las otras por la misma cara, luego las medía y, hasta que ya estaban idénticas que una moneda normal, las unía con un pegamento muy fuerte, con la otra cara de la moneda, tan bien hecho lo hizo que no se notaba nada anormal ya después jugaba con algún vendedor de gelatinas, donas, churros y/o panadero que asistían en el local grande como un bodegón, -en 1960- que hacía las funciones de central camionera, cita por la Justo Sierra 434, antes de llegar a la Juan Valle- pero antes de echar el volado, primero les preguntaba que a cual le iban; águila o sello, cara o cruz, y ya según lo que escogieran era la moneda que lanzaba al aire; no perdía nunca y los apostadores más se picaban ya que no se resignaban a que siempre iban perdiendo, ya que si él perdía les entregaría dos o cuatro pesos, o como fuera la apuesta, y así lo esperaban hasta la próxima para ver si se desquitaban y ellos le ganaban y eso nunca ocurrió.

    Esto lo divertía (más que por no pagar), claro, él y yo disfrutábamos esas golosinas mismas que nos habían salido gratis, gracias a su ingenio.

    Cuando estábamos en la huerta y en el portal de la casa, nos reunía a rodos nosotros y enseguida sacaba un paliacate rojo; lo enrollaba y hacía un nudo por la mitad formando con ello un muñeco paliacativo, -con sus pies y manos- luego lo tomaba con su mano izquierda y lanzándolo hacia arriba, a los lados y pasándolo por encima de sus brazos pareciendo como si realmente el monito de paño cobrara vida; que brincaba, bailaba y nos hablaba causándonos risa, curiosidad y diversión natural de niños de nuestra edad, con tan simple y sencillo juguete.

    Para nosotros -Félix y Yo- nos hizo una especie de carreta de madera de pino con ruedas pequeñas que llevaban balines muy bien aceitados, la cual enseguida pintamos de color verde bandera, y que la guiábamos con un pedazo de reata amarrada en la parte delantera movible, para así irla guiando cuando alguien más la iba empujando por atrás o jalando hacía adelante con una cuerda; con el debido cuidado para que no se doblara y nos atrapara las manos esta parte de nuestro carretón que nadie de nuestros amigos y compañeritos podían tener, nos divertíamos a lo grande con este peculiar juguete, además de que éramos los únicos de la colonia o tal vez de todo Jacona, que teníamos tal carreta y compartíamos con los demás niños, fue un pasatiempo muy propio, que había ideado mi papá.

    No era afecto a muchas amistades pero si eran selectos como el señor Rafael Navarro, propietario de la tienda de ropa Las Palomas (que se incendió en una ocasión) en la esquina de Morelos frente al jardín principal de Zamora (siempre que pasaba a saludarlo y llevarle a vender un paliacate con monedas de plata 07.20 se ponían a platicar, entre ellos se retaban vamos a jugar dándonos unos locos cocos a ver quién se rinde primero haciendo alusión a que los dos estaban con media cabeza sin pelo, Arturo Niño, Pintor Zamorano reconocido,. Don Aurelio Rojas dedicado a vender ropa por mayoreo en Guadalajara, Jalisco cito por la calle Joséfa Ortiz de Domínguez 536, Esteban Carrillo Comerciante en Bonetería, José Huachácata, comerciante en juguetes, Valentín Maldonado, (mi padrino de confirmación) agente viajero en telas, de Apatzingán, José Merced Magaña Comerciante en frutas de Zacapu, Jesús Colima, de Jacona, nevero de bote y paletas de aguacate, deliciosas por siempre, Juan Cholico, alquiler de mesas y sillas para festejos, Genaro Hernández, vendedor de mercería, Eduardo Farias Reyes, comerciante en hojas con dibujos de palomas, gatos, pájaros, flores y cuadernos para punto de cruz, de México, D. F., Laboratorios Arámbula, donde compraba productos diversos tales como callicidas en pomada y solución, (fundados en 1924) de México, D. F. Pedro García Arámbula de Guadalajara, los hermanos Godínez de Querétaro, fabricantes de pulseras, aretes y anillos de cobre, Los Hermanos; Juan y Roberto Montijo Fernández en Ameca, Jalisco y los hermanos Maurilio y Bruno Macías Fonseca en San Luis Potosí, su madrina Aurora Gasca, del Circo Hermanos Gasca, cuando se instalaban aquí en León (en un terreno por la Miguel Alemán) siempre iba a visitarla, Don Alfredo Chavero y Alfredo Gallardo con sus juegos mecánicos para las ferias (quienes siempre estaban presentes para la (Feria del 20 de enero), Don Emilio Mónem, Comerciante en su Mercería Tere, cita en Aquiles Serdán 150 Centro, Libanés, radicado en León, (con quien llevó muy buen trato y amistad, Emilio y Luis Mónem Stefáno, Profesor: Ramsés Ulises Terrazas Garza, Director de la Prevocacional León, Sócrates Castellanos Pike, Director Escuela Primaria Ramón López Velarde, León, Pedro Ruiz, quien se dedicaba al alquiler de sillas, quien tenía su casa en la Leona Vicario 225,esposo de la señora Macaría Monroy, y fue acribillado en la trágica masacre del día 02 de enero de enero de 1946) León, J. Merced Granados, comerciante de mercería de León, Filiberto El Chato Guerra, Cantinero de León, José González de la Mercería La Baratita, Heriberto López Lozano del León de Bronce, en donde le compraba fibra gruesa y delgada, piedra pómez, pericos de madera, para colgar la ropa, tijeras, candados, gasolina blanca y demás enceres. Don Jorge Marumoto Marumoto de la mercería La Mariposa, a donde acudía a surtirse de hilos y madejas; agujas alemanas de ojo dorado, aros de madera para bordar servilletas y mientras le surtían lo que iba a comprar, para no variar, en su natural costumbre, se la pasaban haciendo bromas y platicando en medio de la risa y carcajadas, a don Jorge siempre lo acompañaba su esposa Carmen Funakoshi, atendiendo la caja de cobro, ellos eran provenientes de Japón, Juan José Varela Mayorga – secretario general de la CTM de León, siempre de un trato amable y sencillo, quien siempre lo invitaba a las comidas que celebraba en el segundo piso del mercado del calzado Ignacio Comonfort, Alfonso Cázares Méndez, secretario general de comerciantes de León, Señora Nieves Ruiz, comerciante expendio de leche Mercado La Soledad y/o Hermanos Aldama, Señora Macaria Ruiz, radicada en León, José y Pulcherio Pérez de Purísima de Bustos, que nos platicaba eran cuñados del entonces Presidente de México, General Manuel Ávila Camacho, Profesor Fortino González Secretario de Educación Pública del Estado de Guanajuato, Eleuterio González de Purísima de Bustos, y El Kokas", de San Francisco del Rincón y muchos otros más que no recuerdo sus nombres.

    Jamás conoció enemigo alguno ni mucho menos fue buscabullas, él vivía y dejaba vivir, que cada quien sea como quiera ser, que nadie podía cambiar a nadie, en su personal forma de ser y hacer, eso nos lo repetía de vez en cuando; "estando bien con Dios nada más nos debe de importar.

    A él le era indiferente, tanto los políticos como los religiosos; pues su formación y sentir era el de que ambos luchaban no por el ser humano, sino para sí mismo con una ambición desmedida.

    De cuando él era un escolapio ocurrió que encontrándose durante el recreo de su escuela primaria, estaba comiendo una manzana y en eso pasan unos compañeros de clases de entre ellos el más vivaracho y que comandaba al grupo, le lanza un manotazo tumbándole su fruta, a medio comer, él sin pensar más, por instinto se abalanza sobre de él dándole un fuerte empujón, tumbándolo en el terregoso suelo se le va encima se enfrascan y ruedan por el suelo del patio escolar y de entre sus ropas, o de la bolsa de su pantalón, saca un pequeño clavo, de unas dos pulgadas, el cual encaja cerca del ojo derecho de su condiscípulo y contrincante, lesionando cerca de la cien brotando enseguida un sangrado constante emana que alarma a todos los ahí presentes; ya con tal barullo enseguida llegan personal profesorado y el director haciendo a un lado a los niños que se arremolinaban ahí para curiosear el pleito, logran separarlos e inmediatamente llevan a curar al mozalbete que va con todo el rostro manchado de sangre, sus ropas manchadas de tierra y sangre, a mi papá lo lleva su profesora ante el director reportándole el suceso; ya ahí le cuestionan y le dicen que por un poco más arriba le hubiera dado en la sien, pudiendo fallecer el muchacho por tan peligrosa herida, además de que resulta ser que tal lesionado era el hijo del presidente municipal de Purísima, la cuestión es que mandaron llamar a mi abuela Conchita para informarle de lo acontecido, lo cual duró por más de cuatro horas siendo tema de todo Purísima y poblaciones aledañas, durante largo tiempo.

    En otra situación pasó que regresando de sus clases, de educación primaria, en Purísima, cuando vio que un tipo apuñaló a otro más joven, el corrió directamente a dar a aviso a la comandancia de policía y les informó de lo ocurrido, y fue que era el único testigo siendo así que acudían dos policías, hasta su casa y en la escuela para atestiguar de una a dos veces por semana, así durante más de cuatro meses, le preguntaban cómo había sido lo que él vio y hasta lo encararon con el asesino, quien bajita la mano le señalaba que se las pagaría, él se basaba en decir repetidamente todo lo que había visto; cómo se le acercó tal sujeto al que estaba platicando con una muchacha, y que, repentinamente sacó un largo cuchillo hundiéndolo en el vientre y diciéndole al mismo tiempo: hay guárdame esto donde no te lo vayan a ver; todo esto fue una experiencia peculiar que no olvidó mi padre durante toda su vida, pero jamás lo mencionaba ni comentaba con nadie, únicamente a mi madre, estando recién casados.

    También anduvo de ayudante 7 a 8 meses, en una panadería frente al jardín de Purísima y mencionaba que lo que estaba aprendiendo ahí le iba a ser útil en la vida, como amasar la harina y sus condimentos, según la clase de pan que se fuera a hornear.

    Así era su espíritu; quería aprender, deseaba conocer muchas labores, todo lo positivo, así que cuanto aprendizaje asimilaba, le indicaba que ya le estaban esperando otras labores.

    Cuando la revolución en Santa Ana del Conde, Guadalupe Victoria, Comanjilla y demás lugares aledaños a esta ciudad

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