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La guerra civil española en cien objetos, imágenes y lugares
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La guerra civil española en cien objetos, imágenes y lugares
Libro electrónico495 páginas9 horas

La guerra civil española en cien objetos, imágenes y lugares

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Este libro relata, a partir de 100 objetos, imágenes y lugares, algunas de las infinitas historias de la guerra civil española y su legado histórico. Pretende de este modo contar nuestra guerra de otra manera -sencilla, amena y humana a la vez-, una que nos acerque tanto a las experiencias traumáticas de nuestros antepasados como a nuestra relación diaria con su tiempo. Se trata de un libro riguroso para leer a ritmo propio; para descubrir, sorprenderse y pensar; para comentar con los amigos; y hasta para identificar en el presente cosas del pasado a las que no habíamos prestado atención. Es un libro que se puede dejar sobre la mesa y retomar cuando se tenga tiempo, pues el lector nunca perderá el hilo del relato, que es abierto. Incluye las voces de once autores -historiadores, arqueólogos, periodistas y archiveros- y en cierto modo también las voces que todos hemos oído en nuestras familias o en otras lecturas. Es, por último, un libro didáctico, que usa la historia para enseñar el valor de la libertad y que defiende la democracia frente a quienes trivializan los horrores que sufrimos los españoles y que, antes y después, nunca han dejado de acechar a los seres humanos de todo el mundo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jun 2022
ISBN9788419075260
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    La guerra civil española en cien objetos, imágenes y lugares - Adrian Shubert

    Antonio Cazorla Sánchez es catedrático de Historia Contemporánea de Europa en la Universidad de Trent en Ontario (Canadá). Su trabajo de investigación se centra en la evolución cultural y social de Europa en el siglo XX. Es autor de varios libros de historia social del franquismo, entre ellos, Miedo y progreso: los españoles de a pie bajo el franquismo, 1939-1975 (2016), Franco: biografía del mito (2015) y Las cartas a Franco de los españoles de a pie (2014).

    Adrian Shubert, sin duda uno de los más importantes hispanistas, es catedrático de Historia en la Universidad de York, en Toronto. Entre sus principales publicaciones están Hacia la revolución. Orígenes sociales del movimiento obrero en Asturias, 1860-1934 (1984), Historia social de España, 1800-1990 (2000), A las cinco de la tarde. Una historia social del toreo (2002) y Espartero, el Pacificador (Galaxia Gutenberg, 2018). Ha dirigido junto a José Álvarez Junco Nueva historia de la España contemporánea, 1808-2018 (Galaxia Gutenberg, 2018). Es miembro de la Royal Society of Canada y comendador de la Orden del Mérito Civil.

    Este libro relata, a partir de 100 objetos, imágenes y lugares, algunas de las infinitas historias de la guerra civil española y su legado histórico. Pretende de este modo contar nuestra guerra de otra manera –sencilla, amena y humana a la vez–, una que nos acerque tanto a las experiencias traumáticas de nuestros antepasados como a nuestra relación diaria con su tiempo. Se trata de un libro riguroso para leer a ritmo propio; para descubrir, sorprenderse y pensar; para comentar con los amigos; y hasta para identificar en el presente cosas del pasado a las que no habíamos prestado atención.

    Es un libro que se puede dejar sobre la mesa y retomar cuando se tenga tiempo, pues el lector nunca perderá el hilo del relato, que es abierto. Incluye las voces de once autores –historiadores, arqueólogos, periodistas y archiveros– y en cierto modo también las voces que todos hemos oído en nuestras familias o en otras lecturas. Es, por último, un libro didáctico, que usa la historia para enseñar el valor de la libertad y que defiende la democracia frente a quienes trivializan los horrores que sufrimos los españoles y que, antes y después, nunca han dejado de acechar a los seres humanos de todo el mundo.

    Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte.

    Publicado por:

    Galaxia Gutenberg, S.L.

    Av. Diagonal, 361, 2.º 1.ª

    08037-Barcelona

    info@galaxiagutenberg.com

    www.galaxiagutenberg.com

    Edición en formato digital: junio de 2022

    © de la edición: Antonio Cazorla y Adrian Shubert, 2022

    © de los textos: sus autores, 2022

    © Galaxia Gutenberg, S.L., 2022

    Imagen de portada: © Sergio Delicado, 2021

    Conversión a formato digital: Maria Garcia

    ISBN: 978-84-19075-26-0

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede realizarse con la autorización de sus titulares, aparte las excepciones previstas por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45)

    Índice

    Nota sobre los autores

    Introducción. Un libro entre la historia y la memoria

    LA GUERRA

    1. Avión Dragon Rapide, julio de 1936, Madrid

    2. Micrófono de Queipo de Llano, julio de 1936, Toledo

    3. Botón del Gran Oriente Español, julio de 1936, Cádiz

    4. Cuaderno «El Mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca», julio de 1936, Bañuelos de Bureba, Burgos

    5. El Balcón de Pilatos, julio de 1936, Navarra

    6. Azulejos fusilados, verano de 1936, Malanyanes, Barcelona

    7. Arado, verano de 1936, Madrid

    8. Reportaje del movimiento revolucionario en Barcelona, de Mateo Santos, verano de 1936

    9. Brazalete protector para americanos, agosto de 1936, Madrid

    10. Escabel de piano, agosto de 1936, Barbastro, Huesca

    11. Isla de San Simón, verano de 1936, Redondela, Pontevedra

    12. Semanario Mujeres, 1936, Madrid

    13. La tumba perdida de Lorca (y las de otros muchos), agosto de 1936, Víznar, Granada

    14. Dibujo de Betty Boop, agosto de 1936, Lugo

    15. Rosario, verano/otoño de 1936, Camuñas, Toledo

    16. Detente bala, otoño de 1936, Terque, Almería

    17. Carné de las Brigadas Internacionales, septiembre de 1936, Santa Fe de Mondújar, Almería

    18. Tanque T-26, octubre de 1936, Madrid

    19. Sala de la Seda de la Lonja, noviembre de 1936, Valencia

    20. Peine de munición calibre 0,303, noviembre de 1936, Madrid

    21. Máquina Enigma, noviembre de 1936, Toledo

    22. Orinal, noviembre de 1936, Madrid

    23. Cementerio de los Mártires, noviembre/diciembre de 1936, Paracuellos del Jarama, Madrid

    24. El distintivo de tela de Norman Bethune, diciembre de 1936, Gravenhurst, Canadá

    25. Cazoleta de pipa de kif, 1936/1937, Madrid

    26. El bibliobús del frente, mayo-octubre de 1938, Barcelona

    27. Cartillas de alfabetización, 1937, Salamanca

    28. Disco con canciones republicanas, 1937, Salamanca

    29. Cámara Leica, 1937

    30. El més petit de tots, febrero de 1937, Salamanca

    31. Tabaco, 1937, Salamanca

    32. Billete de 25 céntimos de Granollers, 1937, Toronto, Canadá

    33. Máscara antigás, 1937, Salamanca

    34. Sima de Jinámar, 1937, Telde, Gran Canaria

    35. Dibujo de un bombardeo de Rafael Cerrillo, 1937, Madrid

    36. Chapa de identificación de soldado, 1937, Álava/Vizcaya

    37. El árbol de Gernika, abril de 1937

    38. El buque Habana, mayo de 1937, Southampton, Reino Unido

    39. Diario de un soldado gallego, mayo de 1937, Ferrol, A Coruña

    40. Granada del Quinto Regimiento, julio de 1937, Villanueva del Pardillo, Madrid

    41. Diploma de Servicio en la Brigada Irlandesa, junio de 1937, Limerick, Irlanda

    42. Carta a Franco, julio de 1937, Madrid

    43. The Spanish Earth, de Joris Ivens, julio de 1937

    44. Carta Colectiva del Episcopado español a los obispos del mundo entero con motivo de la Guerra de España, agosto de 1937, Barcelona

    45. Frasco de colonia, agosto de 1937, Belchite, Zaragoza

    46. Tumbas infantiles, agosto de 1937 y marzo de 1938, Morelia, Michoacán, México

    47. Ficheros, verano de 1937, Salamanca

    48. Fotografías de amas de cría, agosto de 1937, Salamanca

    49. Carta a una madrina de guerra, octubre de 1937, Terque, Almería

    50. Juramento italiano, noviembre de 1937, Barcelona

    51. Milicianas vestidas con monos, noviembre de 1937, Salamanca

    52. Atadura, diciembre de 1937, Villaverde del Ducado, Guadalajara

    53. Aguinaldo del soldado, 1937, Salamanca

    54. Cuaderno escolar (con matemática de bombas), enero de 1938, Barcelona

    55. Credenciales del Socorro Blanco, abril de 1938, Alhama de Almería

    56. Cartas para la tercera Catalunya, 1938, Barcelona

    57. Defenders of the faith, de Russell Palmer, 1938

    58. Pan duro (y el marketing del hambre), julio de 1938, Barcelona

    59. Fotografías de la playa, julio de 1938, Barcelona

    60. Sello de correo submarino, agosto de 1938, Barcelona

    61. Casco italiano modelo M1915/16, otoño de 1938, Abánades, Guadalajara

    62. Bombas de pan, octubre de 1938, Salamanca

    63. Laxantes, octubre de 1938/marzo de 1939, Rivas Vaciamadrid, Madrid

    64. Celda «psicotécnica», 1938/1939, Salamanca

    65. Placa de zinc, marzo de 1939/marzo de 1940, Castuera, Badajoz

    66. Anuncio del campo de concentración de Gurs, abril de 1939, Barcelona

    LA DICTADURA FRANQUISTA

    67. Boceto de la fosa común de José Antonio, abril de 1939, Alcalá de Henares

    68. Monumento a los náufragos del Castillo de Olite, julio de 1939, Cartagena

    69. Carta en capilla de Julia Conesa, agosto de 1939, Madrid

    70. Marco de un preso del POUM, diciembre de 1939, Barcelona

    71. Aeropuerto de Lavacolla, 1940, Santiago de Compostela

    72. Platos y tarteras con doble fondo, 1939-1945, Albacete

    73. Monumento al Juramento del Llano Amarillo, julio de 1940, Ketama

    74. «Cuaderno de los campos» de Josep Bartolí, 1939, Barcelona

    75. Cupones de racionamiento, 1944, Alegia, Vizcaya

    76. Bandera de Mauthausen, 1943-1945, Perpiñán

    77. Campamento de la guerrilla «Cidade da Selva», 1946, Carballeda de Valdeorras, Ourense

    78. Minas submarinas alemanas, 1947, Cádiz

    79. Cajas de restos en una cripta del Valle de los Caídos, abril de 1959, Cuelgamuros, Madrid

    80. En el balcón vacío, de Jomí García Ascot, 1962

    81. Mourir à Madrid, de Frédéric Rossif, 1963

    82. Franco, ese hombre, de José Luis Sáenz de Heredia, 1964

    83. El diccionario de María Moliner, 1966, Madrid

    84. Jardines del Templo de Debod, 1972, Madrid

    85. Diario de un topo, 1976, Santiago de Compostela

    LA DEMOCRACIA

    86. La vieja memoria, de Jaime Camino, 1977

    87. Estatua de Franco, 1978, Melilla

    88. Tres monumentos en Punta Herminia, 1994, A Coruña

    89. Land and Freedom, de Ken Loach, 1995

    90. Monumento a Alexandre Bóveda, 1996, A Caeira, Pontevedra

    91. Fosa de Priaranza, 2000, León

    92. La Huella del Cinturón de Hierro, 2005, Vizcaya

    93. Placa del Paseo de los Canadienses, 2006, Málaga

    94. Casa-Museo Casares Quiroga, 2007, A Coruña

    95. El vacío de la cárcel de Saturrarán, 2007, Gipuzkoa

    96. Máquina de escribir, 1937-2022, Gijón

    97. Dr. Uriel, de Sento Llobell, 2013-2016

    98. La Brigada Lincoln, de Carles Esquembre, Pablo Durá y Ester Salguero, 2018

    99. Las fotografías de Antoni Campañà, 2018, Barcelona

    100. Pazo de Meirás, 2020, Sada, A Coruña

    Créditos de las imágenes

    Nota sobre los autores

    Vicente J. Benet [VJB] es catedrático de Comunicación Audiovisual y director del Instituto de Desarrollo Social y Paz de la Universitat Jaume I de Castellón. Ha centrado su investigación en la historia cultural del cine español y también en la representación de distintos conflictos bélicos en los medios audiovisuales.

    Antonio Cazorla Sánchez [ACS] es catedrático de Historia en la Universidad de Trent, Canadá. Autor de varios libros en español e inglés, entre ellos Miedo y Progreso, se ha especializado en el período franquista y en la historia pública de la violencia política y social en Europa.

    Jesús Espinosa Romero [JER] es vicedirector del Archivo General de la Administración. Ha sido director del Archivo de la Guerra Civil de Salamanca. Como historiador y archivero, se ha especializado en la guerra civil española y la dictadura franquista, y en particular en su historia social y cultural.

    Plàcid Garcia-Planas [PGP] es redactor jefe y reportero de la sección de Internacional de La Vanguardia. Ha cubierto la desintegración de Yugoslavia y guerras en Oriente Medio, norte de África y Afganistán. Autor de varias obras, es también coautor del libro, exposición y documental de La caja roja, el descubrimiento y recuperación de la obra fotográfica de Antoni Campañà en la guerra civil.

    Arnau Gonzàlez i Vilalta [AGV] es profesor del departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona. Autor de una veintena de libros relativos al nacionalismo catalán, la Segunda República, así como la guerra civil en aspectos relacionados con la diplomacia, el último de ellos lleva por título Cataluña en la crisis europea (1931-1939). ¿Irlanda española, peón francés o URSS mediterránea?

    Alfredo González-Ruibal [AGR] investiga en arqueología contemporánea y ha excavado en algunos de los lugares más conocidos de la guerra civil y el franquismo. Entre sus libros están Volver a las Trincheras. Una arqueología de la Guerra Civil Española (2016) y The Archaeology of the Spanish Civil War (2020).

    Emilio Grandío Seoane [EGS] es profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela y coordinador del grupo de investigación HISPONA. Autor de numerosos artículos y monografías sobre la época franquista, es investigador principal en varios proyectos de investigación acerca de los procesos represivos durante la guerra civil y la dictadura.

    Miren Llona [MLL] es profesora titular de Historia Contemporánea en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Pertenece al grupo de investigación Experiencia moderna y dirige el Archivo de Historia Oral (AHOA), del que es presidenta. Su trabajo de investigación se centra en tres áreas de interés: la construcción de las identidades contemporáneas, la historia oral y la historia de género. En la actualidad, es presidenta de la Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres (AEIHM).

    Sofía Rodríguez López [SRL] es profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado cinco monografías y medio centenar de artículos y capítulos de libros sobre la guerra civil y el franquismo. En 2002 obtuvo el Premio de Investigación Blas Infante, y en 2020 el premio de la Society for the History of Children and Youth al mejor artículo publicado en español.

    Adrian Shubert [AS] es catedrático de Historia en la Universidad de York, Canadá. Autor de varios libros sobre diversos aspectos de la historia contemporánea de España, entre ellos cabe destacar Espartero. El Pacificador (2018). Es miembro de la Royal Society of Canada y comendador de la Orden del Mérito Civil.

    Verónica Sierra Blas [VSB] es profesora de Historia de la Cultura Escrita en la Universidad de Alcalá. Se ha especializado en las escrituras personales y populares contemporáneas, especialmente en la correspondencia de la guerra civil y el franquismo. Es autora, entre otras publicaciones, de Palabras huérfanas. Los niños y la Guerra Civil y Cartas presas. La correspondencia carcelaria en la Guerra Civil y el franquismo.

    INTRODUCCIÓN

    Un libro entre la historia y la memoria

    Las cien entradas de este libro son cien cartas que los autores enviamos al lector contando realidades de nuestro pasado, desde 1936 hasta 2020. Cada una de las once personas que colaboran en este trabajo tiene su propia voz, su manera de ver las cosas y de dar prioridad a esto sobre aquello. Aunque los autores a menudo no estamos de acuerdo entre nosotros sobre análisis de hechos o de figuras históricas, todos compartimos unos valores básicos comunes que se corresponden con una concepción humanista y democrática de la historia. Esto quiere decir que mientras que los editores y los autores reconocemos que el dolor de las víctimas de la guerra civil fue igual para todos y cada uno de los individuos afectados y sus familias, no consideramos que fuesen iguales las causas por las que se enfrentaron. Por eso, este libro intenta reflejar con equidad el sufrimiento que los españoles se infligieron unos a otros –a menudo con la indispensable colaboración de fuerzas extranjeras– pero deja bien claro que muchos en el bando republicano defendían la democracia, y muchos otros, en ambos bandos, no.

    Este libro fue concebido pensando en que, a pesar de las decenas de miles de volúmenes sobre la guerra civil, todavía hay en nuestro país un déficit notable de historia pública del conflicto. ¿Qué es la historia pública y qué queremos decir con que hay un déficit?

    La historia pública es la que tiene como objetivo educar al público general. La historia pública no solo no renuncia a la calidad, sino que, además, debe comunicar las últimas aportaciones que han hecho los investigadores. Los libros divulgativos son un ejemplo de historia pública; las exposiciones, los museos y los lugares memorializados también. Pero, como sin duda el lector sabe, en España no hay ningún museo nacional de la guerra civil, aunque sí hay algunos museos sobre este tema con proyección local. Es más, hay lugares muy simbólicos y obvios, como el Valle de los Caídos, que no solo no están musealizados sino que no tienen siquiera una guía oficial para el visitante. En resumen: en España hay muchos lugares sin memoria y muchas memorias sin lugar.

    En un intento de ayudar a corregir este déficit, en este libro juntamos lo intelectual con lo material y lo visual para narrar la historia de nuestra guerra civil y hacerla tan cercana como comprensible al lector. De esta manera, contribuimos a dotar de sentido a una serie de memorias del conflicto que existen en nuestra sociedad, a veces desconectadas, y a unos conocimientos también separados de su contexto. Por ello, hemos hecho un libro que deseamos sea ameno y accesible al público general, y, al mismo tiempo, hemos intentado evitar que sea simplista a la hora de exponer realidades complejas y hasta contradictorias.

    Algún lector se preguntará por qué volvemos a un tema tan manido como la guerra; otro dirá que este pasado es mejor dejarlo dormir. Son preguntas y opiniones muy dignas de respeto, aunque los autores de este libro creemos que el pasado nunca es solo pasado, sino que, por el contrario, sigue vivo y sujeto a una continua revisión todos los días. Esto es muy cierto para las guerras, y mucho más aún para las guerras civiles, que son, quizá, el mayor trauma colectivo que puede sufrir un país.

    Las guerras civiles acaban mucho tiempo después de que callen las armas y, en cierto modo, siguen viviendo mientras la nación exista, precisamente porque cuestionan principios básicos de la identidad nacional como son el consenso social y la unidad del cuerpo político. Pensemos, por ejemplo, en la guerra civil americana, que, más de siglo y medio después de su conclusión, sigue aún hoy dividiendo a los estadounidenses y afectando muy negativamente a su vida pública y, en particular, a la política. No es por accidente que no haya todavía en Estados Unidos un museo nacional de la guerra civil, mientras que sí abundan los de otros temas menos problemáticos. No es un caso aislado, los museos nacionales dedicados exclusivamente a las guerras civiles en el mundo se pueden contar con muy pocos dedos.

    De igual modo, la guerra civil española ha marcado –aunque cada vez menos– muchas identidades políticas actuales en nuestro país, y su legado histórico sigue dividiéndonos. Y, por supuesto, la guerra nos ha dejado heridas todavía muy abiertas, como son las fosas comunes en las que aún yacen, sin identificar, decenas de miles de víctimas del conflicto. Pero, al mismo tiempo, España ya no es un país traumatizado por su pasado sino que, por el contrario, nuestra sociedad tiene la madurez y se encuentra lo suficientemente distanciada de las pasiones de los años treinta, y posteriores, como para mirar a ese tiempo con sentido crítico y con un genuino y sano deseo de aprender. Los españoles no somos, ni mucho menos, prisioneros de nuestra historia; como mucho, lo seremos de nuestra ignorancia. Del mismo modo, podemos ser dueños de nuestros conocimientos y, por lo tanto, del presente.

    Con este libro esperamos contribuir a que los lectores comprendan mejor tanto nuestro pasado reciente como nuestro presente. Pero, antes de dejar al lector que juzgue por sí mismo este trabajo, queremos señalar que, leyendo estas páginas, podrá ver cuán difícil es, incluso para los especialistas, clasificar algo como mero pasado o encasillarlo en un momento concreto y único.

    La estructura de este libro se corresponde con tres periodos de nuestra historia: la guerra, la dictadura y la España democrática. Sin embargo, a la hora de asignar cada entrada a uno de estos periodos, los coordinadores del volumen nos hemos enfrentado a menudo con el problema de que el tema en cuestión ha tenido una vida larga que va mucho más allá del momento en que sucedió y ha seguido evolucionando en el tiempo durante décadas, con frecuencia hasta hoy mismo. Entre otras razones, porque no es lo mismo procesar el pasado bajo una dictadura que en democracia. Del mismo modo, la memoria de los hechos –esto es, lo que la sociedad cree que sabe, lo que recuerda u olvida– también ha ido cambiando a medida que el país evolucionaba. Como también han cambiado las prioridades y preguntas de la sociedad. Aquello que, por ejemplo, hace unas décadas era importante hoy no lo es, y viceversa. ¿Cómo decidir, por ejemplo, qué es lo más significativo de un monumento: cuando se erigió, cuando se dejó que cayera en el olvido o cuando se le cambió el nombre? O ¿dónde ubicar algo que tuvo lugar en 1936 –por ejemplo, una fosa común–, pero que solo se descubre en el 2010? Y, por último, ¿qué es prioritario, recordar lo que los españoles vivieron y sintieron ayer o reflexionar sobre lo que experimentamos y sentimos hoy?

    Este libro solo tiene 100 objetos y, lógicamente, no va a contar apenas sino una pequeña parte de las historias de nuestra guerra. Las entradas son piezas de un gran rompecabezas; algunas encajan, otras tienen vacíos importantes entre ellas. Por eso, los autores animamos al lector a pensar en otros objetos, quizá de su posesión, quizá porque sean lugares de su entorno, y, si lo desea, ponerse en contacto con nosotros, o simplemente comentarlos con sus amigos. Se trata de pensar juntos, de compartir nuestra curiosidad y lo que sabemos. Porque, con este libro, el lector comenzará con nosotros un viaje por la historia, por el presente y por buena parte de la geografía española que, idealmente, querrá seguir, solo o acompañado, hasta llegar más lejos. Si conseguimos ser compañeros de jornada, amenos y didácticos, habremos conseguido nuestro propósito. Si logramos ayudar a establecer una conversación social más amplia sobre nuestro pasado, qué queremos hacer con él, y cómo se lo vamos a enseñar a nuestros hijos, entonces todos habremos llegado mucho más lejos de lo que esperábamos cuando comenzamos a pensar en esta aventura.

    ANTONIO CAZORLA SÁNCHEZ y ADRIAN SHUBERT

    (Almería y Toronto, diciembre de 2020)

    LA GUERRA

    1

    Avión Dragon Rapide, julio de 1936,

    Madrid

    En el hangar número 5 del Museo del Aire de Cuatro Vientos hay dos ejemplares del avión De Haviland D.H. 89, más conocido como Dragon Rapide. Uno de ellos es el que llevó a Franco desde las islas Canarias a Tetuán al comienzo de la guerra civil. Se exhibe en el museo con la matrícula, los colores y el nombre de la compañía propietaria en 1936: Olley Air Service Ltd.

    Debajo del morro del avión hay una placa que dice: «En este avión hizo el Jefe del Estado español y Generalísimo de los ejércitos Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde el trascendental viaje desde Las Palmas a Tetuán para ponerse al frente del Alzamiento Nacional. Su propietario Mr. Griffith lo donó a España como recuerdo de este hecho histórico». Como suele ocurrir con los textos históricos redactados bajo las dictaduras, cuenta algunas verdades para construir una gran mentira.

    La parte de verdad es que Franco viajó desde Las Palmas a Tetuán en ese avión; la gran mentira es que lo hiciese para ponerse al frente del Alzamiento Nacional. Esta mentira forma parte del mito, creado durante los primeros meses de la guerra, de que Franco había organizado la rebelión del 18 de julio y que era su líder natural, designado por Dios y por los hombres. La verdad era más escabrosa, compleja y, desde luego, menos gloriosa de lo que la propaganda contó.

    El Dragon Rapide fue contratado con dinero del financiero Juan March, quien, a su vez, dio garantías a Franco de que, si la cosa salía mal, tendría el apoyo económico necesario para vivir bien el resto de sus días. Juan Ignacio Luca de Tena, propietario del diario ABC, se encargó de organizar el alquiler, usando para ello a Luis Bolín, corresponsal del diario en Londres. El aparato llegó a Las Palmas el 14 de julio portando de pasajeros, para despistar: un mayor inglés, su hija y una amiga. Hasta ese momento, Franco, que residía en Santa Cruz de Tenerife, quizá todavía no tenía claro si iba a sumarse a la rebelión que organizaba el general Emilio Mola y que debía encabezar el también general y «caudillo» de la derecha española, José Sanjurjo, exiliado en Portugal. Mola y otros conspiradores estaban furiosos con el escurridizo Franco, quien llevaba meses dando largas y bandazos, y decidieron que Sanjurjo se habría de hacer cargo de la rebelión en Marruecos. Parece que solo el asesinato de José Calvo Sotelo llevó a Franco a comprometerse de manera firme con la rebelión. El problema ahora era que el avión y el general estaban en islas distintas, y que el Dragon Rapide no podía aterrizar en Tenerife.

    La solución vino de forma extrañamente oportuna. El 16 de julio, el comandante militar de Las Palmas, Amado Balmes, murió de un disparo en el vientre que supuestamente se produjo él mismo al intentar desencasquillar su pistola. Con la excusa de acudir al funeral, Franco y su familia llegaron a Las Palmas el día 17, pocas horas antes de que el Ejército de África se sublevase. El día 18 al mediodía, con Marruecos ya en manos de los rebeldes, Franco tomó el avión, camino de Tetuán. El Dragon Rapide hizo escalas en Agadir y Casablanca, desde donde Franco telefoneó, para asegurase de que la sublevación iba bien. La mitología franquista se inventaría el dramón de que había pistoleros acechando para matarlo en Marruecos. Es otra mentira. En realidad, Franco iba disfrazado de árabe, se había afeitado el bigote y llevaba un pasaporte diplomático prestado. No es esta exactamente la imagen de un héroe convencido de su destino. Es más, según el piloto, Franco tiró al mar una maleta con documentos. ¿Se trataba de una carta en la que se ofrecía a mediar con el Gobierno? Había al menos dos precedentes para ello: la muy ambigua misiva enviada al presidente del Gobierno, Santiago Casares Quiroga, en junio, y el hecho de que Franco acababa de proclamar que se levantaba en defensa de la Constitución republicana. En todo caso, antes de aterrizar en Tetuán, la mañana del 19, el desconfiado rebelde se aseguró de que los militares que lo aguardaban en el aeródromo eran amigos. Solo entonces dio la orden al piloto de tomar tierra. Al día siguiente, Sanjurjo fallecía en Portugal, cuando su avión se estrelló al despegar.

    En el Museo del Aire también están los planos del primer motor a reacción diseñado en España por el capitán Virgilio Leret, en 1935. Solo en el Reino Unido y en Alemania estaban pensando entonces en construir algo similar. Leret fue fusilado por los rebeldes en Melilla el 18 de julio. Su cuerpo nunca ha sido encontrado. Hasta mayo de 2018, la placa del museo, sin dar más detalles, decía simplemente que había fallecido. Ahora ya dice que fue asesinado por defender al Gobierno legal del país.

    ACS

    Antonio Cazorla Sánchez, Franco: biografía del mito, Madrid, Alianza, 2015.

    Ángel Viñas, El primer asesinato de Franco: la muerte del general Balmes y el inicio de la sublevación, Barcelona, Crítica, 2018.

    2

    Micrófono de Queipo de Llano,

    julio de 1936, Toledo

    Poco antes de que sonaran las nueve de la noche del 18

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