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La ideología neoliberal antidemocrática: Clases sociales y desigualdades de riqueza e ingreso en México
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La ideología neoliberal antidemocrática: Clases sociales y desigualdades de riqueza e ingreso en México
Libro electrónico362 páginas4 horas

La ideología neoliberal antidemocrática: Clases sociales y desigualdades de riqueza e ingreso en México

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El neoliberalismo es la antítesis de la democracia participativa, pues es una ideología que promueve una regresión hacia la acumulación de privilegios. Este libro analizará cómo el modelo neoliberal mexicano hace que la élite, situada en la cúspide de la pirámide social, genere un impacto en la distribución del ingreso brutalmente regresiva, en la que los pobres se hacen cada vez más pobres y los ricos más ricos. Se abordará una relación directa y proporcional entre la ideología neoliberal y su veta antidemocrática, de tal manera que se verá cómo entre mayor resulte su aplicación, más se promueve y radicaliza una desigualdad estructural donde se sacrifica el estado de bienestar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 jun 2022
ISBN9786075715575
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    La ideología neoliberal antidemocrática - Marco Antonio Merchand Rojas

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    La ideología neoliberal antidemocrática.

    Clases sociales y desigualdades de riqueza e ingreso en México

    Se terminó de editar en mayo de 2022

    en las oficinas de la Editorial Universidad de Guadalajara,

    José Bonifacio Andrada 2679, Lomas de Guevara,

    44657. Guadalajara, Jalisco

    En la formación de este libro se utilizaron las familias tipográficas

    Minion Pro, diseñada por Robert Slimbach

    y Ronnia, diseñada por Veronika Burian y José Scaglione.

    Índice

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo 1. Ideología neoliberal antidemocrática

    Capítulo 2. Clases sociales y desigualdades de riqueza e ingreso en México

    Bibliografía

    Prólogo

    El título del libro indica que se propicia una relación directa y proporcional entre la ideología neoliberal y su veta antidemocrática, es decir, que cuando cala más hondo la aplicación del neoliberalismo se promueve y radicaliza la imposición de una desdemocracia que se vacía y sacrifica el bienestar social, traduciéndose a su mínima expresión la garantía de un estado de bienestar. El neoliberalismo es, incluso, la antítesis de la democracia participativa; es más, es una ideología conservadora que promueve una regresión hacia la acumulación de privilegios de una sociedad estamental.

    Se analizará cómo el modelo neoliberal mexicano integra sus propias especificidades sui géneris que hace que la élite (oligarquía, plutocracia o cleptocracia mexicana) situada en la cúspide de la pirámide social genere un impacto en la distribución del ingreso brutalmente regresiva, en la que los pobres se hacen cada vez más pobres y los ricos más ricos. En otras palabras, en el modelo neoliberal impera un ordenamiento jurídico que se encarga de transferir riquezas de los pobres a los ricos a través de privatizar beneficios y socializar pérdidas. Como dice Slavoj Žizek (2003): en el imaginario de las personas, el capitalismo neoliberal aparece como lo real y como el único sistema de organización social posible. Las sociedades que produce este capitalismo neoliberal se caracterizan por una desigualdad estructural, que hace que una minoría de personas controle la mayoría de recursos que produce la sociedad, y la gran mayoría controle poco o ningún recurso.

    El argumento de las siguientes líneas está fundamentado en una investigación científica retrospectiva y prospectiva rigurosa, pero con la posible distinción de posicionarse subversiva porque refleja una realidad de injusticia distributiva que priva en el ámbito mundial, nacional, regional y local. Existe una multiplicidad de abordajes y apreciaciones metodológicas que acometen el tema de la desigualdad socioeconómica y su expresión de concentración de riqueza de ingresos en un puñado de clases adineradas situadas en la cúspide de la pirámide social. Se reconoce en el plano factual que existen dos fuentes que son ampliamente conocidas y documentadas del tema: la desigualdad mundial (World Inequality) y los reportes de Oxfam Internacional.

    En el ámbito de la teorización, se encuentra el enfoque neoclásico, que versa su narrativa en una defensa o postura de justificar las desigualdades económicas y el statu quo establecido. El otro acometimiento es el de la crítica de economía política marxista, que problematiza el objeto de estudio desde una explicación mucho más consistente con la realidad actual. Este último abordaje es el adoptado en este ensayo porque se considera que su visión epistémica es la apropiada para explicar seriamente y frontalmente a los actores sociales que protagonizan, dependiendo de una determinada correlación de fuerzas políticas y económicas, la repartición del excedente económico, y que históricamente ha sido demostrado que la clase posicionada en la cúspide de la pirámide social (plutocracia) se apropia de dicho excedente.

    Introducción

    El objetivo general del capítulo uno consistirá en demostrar que la ideología neoliberal¹ conlleva en su matriz conceptual y factual favorecer por todos los frentes a un poder plutocrático (gobierno de pocos) que legitima la creencia de que en sus manos se filtrará (trickle down effect —la teoría del goteo²), en forma descendente, el bienestar económico y social a la mayoría de la población. El concepto de ideología, acorde a las reflexiones del filósofo Luis Villoro (2007), se define como una forma de ocultamiento en que los intereses y preferencias propias de un grupo social se disfrazan, al hacerse pasar por intereses y valores universales, y se vuelven así aceptables por todos. El término ideología se agrupa con una serie de enunciados que expresan creencias que cumplen una función social: a) de cohesión entre los miembros de un grupo y b) dominio de un grupo o una clase sobre otros. Proveniente de lo anterior, la esencia de lo que se denomina ideología es encubrir la realidad y promover los intereses del grupo en el poder.

    A través de las ideas de la clase dominante (ideología) o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante que hace creer que es factible la teoría del goteo o escurrimiento de riqueza (trickle down effect).

    El concepto de trickle down effect —goteo hacia abajo o derrameestablece que sólo el crecimiento económico puede erradicar la pobreza. Para ello es necesario crear incentivos que favorezcan a los empresarios, pues son los que generarán los beneficios que terminarán por descender a los estratos sociales más desfavorecidos. Esta teoría se legitimó con la hipótesis de Kuznets: de acuerdo con la curva de la U invertida que lleva su nombre, la desigualdad en una etapa intermedia del desarrollo, incentivaría el crecimiento de la economía en su conjunto. Trickle down economics es un término utilizado en los Estados Unidos para referirse, en sentido peyorativo, a las políticas económicas que sostienen que, beneficiando a los miembros más ricos de la sociedad, en particular mediante la eliminación de impuestos, su riqueza goteará o calará hacia las capas más bajas de la sociedad. A menudo suelen asociarse con las ideas que se engloban en el término amplio de Reaganomics o políticas económicas iniciadas en la época Reagan (Harvey, 2014b: 65).

    Este trickle down effect, por supuesto, tiene que ver con el sacrificar la democracia a favor de la propiedad privada, la filtración descendente (efecto goteo si a los de arriba les va bien, también le irá bien al resto de la sociedad). Sin embargo, este postulado del trickle down effect sostenido por la economía marginalista y/o convencional (llamada también economía neoclásica) opera en realidad en sentido contrario, pues en los mercados institucionalizados, las ganancias extraordinarias se concentran en el vértice de la pirámide social y no se propicia, ni es el interés de esparcir beneficio al resto de la sociedad.

    Por lo que respecta al fundamento epistémico y metodológico que sustenta este escrito, parte en primer lugar de haber escrudiñado las narrativas de la Sociedad Mont Pelèrin (

    SMP

    ) y del think tanks neoliberal de la derecha y sus organizaciones afines (Freedom House y Heintage Foundation), que le han otorgado resiliencia teórica y conceptual en el trascurso de la historia contemporánea (incluso hace ya años se habla de un posneoliberalismo), y, en segundo lugar, se analiza cómo la reactualización radicalizada del pensamiento neoliberal se plasma en una serie de estrategias prácticas, llevadas a cabo por sus operadores (

    FMI

    —Fondo Monetario Internacional— y

    BM

    —Banco Mundial—), grupos políticos, fuerzas sociales, poderes fácticos, burocracias empresariales y de gobierno que consolidan un poder político oligárquico que impide a toda costa que se altere el statu quo acordado por una ex profesa correlación de fuerzas políticas que impida, por cualquier motivo, un cambio que altere un ápice el establishment.

    La hipótesis de trabajo que guía estos párrafos consistirá en demostrar que la ideología neoliberal hace creer que la concentración extrema de riqueza y poder político en pocas manos es la única vía que garantizará la transferencia de bienestar a la gran mayoría de población, la condición sine qua non para filtrar la riqueza de arriba hacia abajo, consistirá en defender en stricto sensu la propiedad privada a través de una lógica disciplinaría y competitiva estatal de visión empresarial que regule y promueva las inversiones de capital: la lógica que debe imperar es que primero es necesario generar riqueza y después ésta se repartirá a beneplácito de la clase que detenta el poder.

    En el capítulo dos se resalta que la contextualización mundial, en el ámbito de las desigualdades de riqueza e ingresos entre países y al interior de cada país, puede se explicada a partir de los mismos criterios que determinan las brechas crecientes entre una plutocracia mundial y/o nacional en la que impera un ordenamiento jurídico que se encarga de transferir riqueza a través de privatizar beneficios y socializar pérdidas.

    Los fundamentos y la lógica reproductiva del capitalismo neoliberal mundial consisten en transferir riqueza desde la clase trabajadora a las élites dominantes; esto se logra desmantelando el estado de bienestar y recortando los derechos de la clase trabajadora.

    El estado de bienestar ha sido sometido a una inmensa presión por parte de fuertes fuerzas económicas y políticas contrarias al interés general de las sociedades. Se han desmantelado importantes medidas políticas de regulación, se han debilitado las pensiones públicas, se ha reducido el acceso a las instituciones públicas de bienestar (educación, salud etc.), las contribuciones de los usuarios han aumentado en tamaño y alcance y los intereses económicos privados han invadido áreas claves (sectores energéticos, por ejemplo). En otras palabras, la propia existencia del estado de bienestar está amenazada (Wahl, 2021: 34).

    Los mecanismos principales que se han utilizado en términos generales para la apropiación de riqueza han sido: privatización de empresas públicas, desregulación y total apertura de la economía, la crisis de la deuda externa y reforma del Estado en drásticos recortes del gasto en asignaturas sociales y económicas implementadas a través de planes de ajuste estructural impuestos por el

    FMI

    y el

    BM

    .

    El propósito y/o objetivo consistirá en contar con una primera aproximación al objeto de estudio y que tiene su origen a partir de las interrogantes nodales que ubican la problemática abordada: ¿cuáles son los mecanismos y las estrategias empleadas por esa élite económica para reproducir poder político y económico? ¿La apropiación del excedente, a través de las instituciones extractivas por parte de la élite, es el mecanismo idóneo que expresa con mayor exactitud los efectos potenciales de una brecha que se amplia más, entre ricos y pobres?

    A lo que se infiere es que la hipótesis o conjetura consistirá en explicar que las desigualdades no surgen de la oferta y demanda del mercado, sino que éstas tienen su origen en la forma en que se distribuye el poder político de una sociedad. Por lo que se coliga que las desigualdades son producto natural y/o inherentes a la propia lógica reproductiva que se encarga de generar en forma creciente una brecha estructural que acentúa las desigualdades económicas y sociales, además de considerar que es la propia política económica neoliberal implementada la que aumenta las desigualdades económicas.

    El proceso epistémico (estrategia metodológica) que sustenta este documento se construye a partir de un proceso deductivo e inductivo, que va de lo abstracto a lo concreto y de lo concreto a lo abstracto. Este proceso metodológico partió de realizar un estudio comparativo entre dos pensamientos económicos con abordajes distintos para explicar el enriquecimiento de las sociedades. Una es la vertiente teórica de la economía política marxista y la otra postura es la de la teoría económica neoclásica.

    Ahora cabe preguntarse: ¿por qué se eligió el enfoque de la economía política³ marxista para explicar la lógica reproductiva del capital? La respuesta a tal cuestionamiento es que la teoría neoclásica contrapuesta a la marxista es que ésta no cuestiona las relaciones sociales (entre los hombres), que son las que fundamentan en cada momento histórico la forma en que se produce y distribuye la riqueza para satisfacer las necesidades de la población. Tampoco explica el origen del excedente y de la ganancia que representa el aliciente del sistema capitalista (Laguna et al., 2015).

    Cabe explicar que la corriente neoclásica se caracteriza por:

    A pesar de no haber surgido como una respuesta explícita al enfoque de Marx, que cuestionaba la esencia del capitalismo, esta teoría cumplió y cumple el rol histórico de justificar y legitimar las relaciones económicas capitalistas, disimulando aquellos aspectos que dan cuenta de la explotación y la injusticia propias de este sistema… Desde el enfoque neoclásico (hoy predominante) se afirma que el capitalismo es un sistema autorregulado, uniforme, eficiente y armónico. A pesar de esta visión idílica, las crisis y la desigualdad social se siguen produciendo. Quienes estudian la historia económica han advertido la frecuencia y regularidad con que se producen las crisis. Para absorber esta evidencia, los neoclásicos atribuyen estos fenómenos a factores externos al sistema. Por eso achacan las crisis a la naturaleza física (malas cosechas, etc.) o a la naturaleza humana —falta de confianza—, ciclos psicológicos de desesperanza u optimismo, errores políticos, etc. (Laguna et al., 2015).

    Desde el enfoque neoclásico (actualmente predominante) se afirma que el capitalismo es un sistema autorregulado, uniforme, eficiente y armónico. A pesar de esta visión idílica, las crisis y la desigualdad social se siguen produciendo. Quienes estudian la historia económica han advertido la frecuencia y regularidad con que se producen las crisis. Para absorber esta evidencia, los neoclásicos atribuyen estos fenómenos a factores externos al sistema. Por eso achacan las crisis a la naturaleza física (malas cosechas, etc.) o a la naturaleza humana (falta de confianza, ciclos psicológicos de desesperanza u optimismo, errores políticos, etc.).

    La fortaleza en la que cifra su influencia la corriente neoclásica radica en sus propios postulados simples y llanos de que todo emana de la dinámica mercado, y en su tendencia perpetua entre el cruce de su oferta y demanda que hace llegar un equilibrio de eficiencia económica. Sólo hay que esperar que el mismo mercado, sin intervención de ningún agente económico, se encargue de optimizar los recursos disponibles.

    Sin embargo, el enfoque de la corriente neoclásica, al defender el mercado (laissez-faire), problematiza la distribución desigual de la riqueza que se expresa en una tendencia creciente de potencializar las desigualdades económicas y sociales expresadas éstas en una concentración de riqueza e ingresos en pocas manos y en el otro extremo una creciente pobreza carente de lograr los mínimos satisfactores básicos.

    Por lo que respecta a la ampliación del concepto de élite, se entiende que son aquellos grupos sociales que tienen y ejercen el poder, el cual es definido como el efecto causal de un actor sobre el comportamiento de otros. Aquellos que tienen más relaciones de poder tienen la supremacía de disciplinar a otros (influencia correctiva e influencia persuasiva) ejerciendo entonces la dominación. Sólo a estos grupos se les puede llamar élites (Scott, 2008). Es decir, las élites pueden definirse como individuos y grupos pequeños, relativamente cohesivos y estables con un gran poder de decisión.

    Por lo que toca a las interrogantes aludidas ut supra, estas son imprescindibles plantearlas ya que ubican el origen de la creciente concentración de riqueza por una élite que, en alianza con el Estado, se implementan instituciones extractivas encargadas de privatizar beneficios por medio de la apropiación y acumulación de riqueza en detrimento de una clase empobrecida y desposeída que no tiene acceso a la tierra, al agua y los recursos naturales, sino también, cada vez más, esta clase empobrecida es desposeída de sus derechos sociales que le llevó tiempo conquistar (eliminación de otorgamiento de pensión y/o jubilación, derecho a aguinaldos y prestaciones de leyes laborales, pago de salarios mínimos por arriba de la inflación, etc.).

    Sin lugar a dudas, una de las primeras respuestas a los planteamientos referidos, es que la élite mexicana ha operado hace ya tiempo a través de un mercado capturado⁴ que aprovecha su poder, influencias, amistades o asociaciones por medio de instituciones económicas extractivas que operan en sinergia y/o acolitados con las instituciones políticas extractivas que concentran el poder en manos de unos pocos y en beneficio propio.

    De aquí es necesario partir de la definición de lo que son las instituciones económicas extractivas, estas son expresión de concentración de poder en manos de una compacta élite económica que impone sus propias condiciones al ejercicio y quehacer del poder en turno. Estas instituciones económicas extractivas son estructuradas por la élite, para aplicar situaciones legales o jurídicas que destraben y/o flexibilicen cierta actividad económica a su favor, ya sea a través de privatizaciones o apoyos crediticios y fiscales que consoliden sus negocios empresariales. De hecho, para sobrevivir, dichas instituciones⁵ económicas extractivas dependen en forma inherente de las instituciones políticas extractivas⁶ (Acemoglu y Robinson, 2013).

    Aquí se sostiene que esa lógica perversa del capital personificado por la élite del poder, crea un círculo vicioso que una vez en marcha tiende a reproducirse, por lo que las desigualdades de riqueza e ingreso son parte sustancial de un juego de poder perverso que reproduce un sistema espurio y de expoliación desmedido; este juego de poder está determinado por una correlación de fuerzas políticas y económicas encargadas de reproducir y ampliar el capital, cueste lo que cueste.

    Incluso este modelo neoliberal extractitivista y depredador no podría operar y sostenerse, si no fuera por las desigualdades entre clases sociales, pues es a partir de esta diferenciación de deciles sociales que se produce el excedente necesario para sostener a una burguesía coludida con un Estado que se encarga de inflar con dinero las talegas de quienes ya son estrafalaria y obscenamente ricos.

    El quid del asunto consiste en explicar, en el transcurso del escrito, que las desigualdades de qué es decir, las desigualdades en el ingreso y riqueza, posibilita la generación y apropiación del excedente por una oligarquía, y las desigualdades entre quiénes, que es la expresión de la lucha de clases, históricamente ha reflejado una asimetría a favor del capital y en contra de una clase asalariada precarizada formal e informal, que carece muchas de la veces de un salario redituable que le permita sostenerse dignamente y adquirir siquiera una canasta básica de alimentos. El deterioro progresivo de la clase trabajadora se reciente más, pues a partir de los años ochenta se empiezan a aplicar políticas de ajuste estructural instrumentadas por los gobiernos neoliberales que aplicaron los principios ortodoxos de política económica, impuestos por el

    FMI

    y el

    BM

    , que consistían en defender un constructo a favor de la clase que detenta el poder económico, a través de la aplicación de un proceso acumulativo de despojo privatizador y de mercantilización especulativa incesante.

    La oligarquía y/o élite es la poseedora del poder económico y la que ejerce su dominio sobre el conjunto del "bloque del poder, (Poulantzas, 1975). Esta élite genera un círculo vicioso perverso que influye irreversiblemente en concentrar más riqueza, apropiándose subrepticiamente del beneficio producido por todos los ciudadanos (por ejemplo, el 10% más rico de México concentra el 65% de toda la riqueza del país). Esta clase en el poder ha hecho sus fortunas dinerarias gracias a arreglos y pactos discrecionales con una burocracia corrupta que se presta a acuerdos copulares y mafiosos en el manejo de recursos públicos, o sea, los presupuestos de gobierno se desvían para acumular más riqueza en manos de una minoría que se enriquece cada vez más, extrayendo rentas institucionales que pertenecen al grueso de los ciudadanos.

    El capitalismo mexicano, por sus propias condiciones inherentes, tiende a propiciar una tendencia contradictoria que acrecienta desigualdad social y que se caracteriza, por un lado, en generar una enorme masa de capital y plusvalía concentrada en pocas manos; y en el otro extremo se acentúan grandes porciones de la población que pasan a engrosar las filas del desempleo y la pobreza. En otras palabras, la propia dinámica de crecimiento del capitalismo tiende a desencadenar mucha riqueza concentrada en pocas manos de un lado, mientras, por otro lado, priva a la mayor parte de la población de los beneficios generados por el avance de la producción.

    En síntesis, y como lo explica y se interroga el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso, 2021), en todos los países de América Latina se manifiesta una mayor fuerza de riqueza y poder que acumulan las élites latinoamericanas. En este sentido, cabe repreguntarse: ¿qué papel juegan las élites en el mantenimiento de las desigualdades? ¿Cuándo se preocupan las élites por reducir la pobreza? Además, se han reavivado los históricos debates acerca de la dominación y la influencia política sobre el Estado por parte de las élites: ¿qué mecanismos y estrategias usan las élites para influir sobre el Estado? ¿Qué diferencias existen en términos de captura del Estado en América Latina? ¿Cómo se relacionan las élites empresariales y las élites de medios de comunicación? ¿Se están transformando las élites latinoamericanas de oligarcas a gobernantes? ¿Cómo será el futuro de las sociedades latinoamericanas en función de sus élites?

    El enfoque que se propone en términos epistémicos consiste en enlazar y relacionar el concepto de desigualdades económicas y con el de concentración de poder económico y político, pues si identificamos cómo y por qué se ha concentrado riqueza, podemos explicar cómo y por qué crecen exponencialmente las desigualdades económicas en núcleos poblaciones cada vez mayores. Es decir, se registra en los hechos una relación directamente proporcional que se expresa en que mientras más se concentra riqueza y poder en pocas manos, más desigualdades económicas se expresarán en niveles de pobreza mucho más acentuados en la generalidad de la población, sin recurrir al laberinto de las metonimias.

    Esta relación, directamente proporcional entre concentración de riqueza y mayor exclusión económica social sobre la mayoría de la población, puede ser ilustrada o cabe perfectamente con esta cita que habla de un republicanismo histórico:

    Pero para el republicanismo histórico hay una dominación que es la que ha configurado el diseño de la historia de nuestra especie: la propiedad de unos pocos, y la riqueza que de ello se deriva, y la falta de propiedad de los muchos. Una concentración extrema de la riqueza significa una concentración extrema del poder, son las palabras que utilizan los economistas Emmanuel Saez (1972) y Gabriel Zucman (1986). Ya Aristóteles (384 a.n.e.-322 a.n.e.) consideraba que la clave para entender toda sociedad era la distinción entre ricos y pobres. Ricos eran quienes tenían la existencia material garantizada sin depender de otros porque disponían de propiedad; pobres los que no tenían propiedad y debían depender de los primeros para existir socialmente (Raventos, 2021).

    De esta cita se puede extraer una lección de la historia que siempre es recurrente en el devenir de la historia de la humanidad, y que es una larga serie de dominaciones opresoras, pero también es la evidencia de multitud de resistencias contra estas dominaciones.

    ¹ La definición del concepto de ideología neoliberal es la siguiente: La ideología es una manera particular de representar el mundo, un sistema con el que se construye la realidad. En el caso del neoliberalismo, se trata del sistema que posibilita una política económica basada en el pensamiento económico liberal, de manera especial en las leyes de la libertad de mercado (López y Chacón, 1998).

    ² La economía de goteo, o teoría de goteo, se basa en dos supuestos: todos los miembros de la sociedad se benefician del crecimiento, y es más probable que el crecimiento provenga de quienes tienen los recursos y las habilidades para aumentar la producción productiva. La economía de goteo es política, no científica. Aunque comúnmente se asocia con la economía del lado de la oferta, no existe una única política económica integral identificada como economía de goteo (Kenton, 2021).

    ³ Para el International Initiative for Promoting Political Economy (

    IIPPE

    , 2021), el interés por la economía política se ha fortalecido a raíz de la retirada y el rechazo de las agendas establecidas por el neoliberalismo y la posmodernidad. Esto se evidencia en el fuerte interés y dirección intelectual que

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