Intento

Por Fernando González Lupiáñez

Con diecisiete años es muy difícil saber hacia dónde quieres dirigir tu vida. Además, Mario, el protagonista, tiene que afrontar diferentes situaciones inesperadas que complicarán una vida discreta y tranquila. Deberá tomar decisiones importantes, el grado universitario que estudiar o las relaciones personales que conservar. Es una historia que te hará reflexionar sobre las palabras que decimos y las que no, y las acciones que decidimos llevar a cabo. Te hará pensar en cómo pueden influir esas acciones y decisiones que, a priori, parecen irrelevantes, pero pueden cambiar absolutamente todo el futuro. Temas como el machismo, el fracaso escolar, el bullying, el amor o la muerte acompañan a Mario en su evolución y formación como persona. En la adolescencia, ¿tenemos realmente criterio para elegir nuestro futuro académico y profesional?, ¿somos capaces de elegir correctamente a las personas que forman nuestro mundo?, ¿podemos reconocer lo que es realmente el amor o la amistad?, ¿sabemos detectar a las personas tóxicas que complican nuestra vida sin que nos demos cuenta?

• Idioma: Español
• Editorial: Fernando González Lupiáñez
• Fecha de lanzamiento: 4 ene 2022
• ISBN: 9781005260934

Fernando González Lupiáñez

Fernando González Lupiáñez nació en Girona el año 1977. Es licenciado en Filología Hispánica y Filología Catalana por la Universitat de Girona, entre los años 2000-2002. Después de una larga trayectoria como profesor de ESO y Bachillerato en el colegio Immaculada Concepció de Lloret de Mar impartiendo Lengua Castellana y como tutor de Bachillerato, ha decidido aventurarse en su primera experiencia literaria. Intento es su primera novela.

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INTENTO

Por Fernando González Lupiáñez

Para mis favoritas: Cristina, Carla y Alma.

(y nuestra Cuki)

0. INTRODUCCIÓN

Hoy, después de mucho tiempo, he tenido unas inmensas ganas de escribir, de explicaros cosas. No sé si será una novela, aunque creo que tendrá bastantes ingredientes para serlo. Pero seguramente habrá otros que no. Probablemente, puede que salga una especie de diario, aunque no tendrá una estructura cronológica ni una línea temporal. O tal vez, se quede en una simple memoria o reflexión. Lo que sí tengo claro es que me tiene que ayudar a entender lo que ha pasado, porque es la única manera de asimilar los errores para no volver a cometerlos y evitar pasar por el mismo sufrimiento.

Es sabido por todos que la violencia de género es una de las lacras de esta sociedad, pero, a veces, pasa tan desapercibida que no somos conscientes de cuándo catalogarlo así. Seguramente, porque está tan arraigado en nuestra cultura, que nos reímos de ello sin querer. Incluso hacemos broma o aceptamos y decimos frases que, aparentemente, son comunes y forman parte de nuestro día a día. Desde 2003, año en que se empezó a contabilizar a las víctimas, ha habido cerca de 1100 fallecidas por culpa de la violencia machista. A partir de 2013 se empezó a contar a los niños y a las niñas que eran víctimas de este tipo de violencia. Un total de 221 menores se quedaron huérfanos y 25 perdieron la vida porque fueron asesinados, o bien por la pareja de sus madres o, en el caso de chicas jóvenes, por su propia pareja. De hecho, en el año 2017 el número de menores con órdenes de protección respecto a sus parejas o exparejas fue de 653.

Consulto estos datos y la piel se me eriza. Pienso que es el resultado de una sociedad machista, que aún no es consciente. Una sociedad que todavía no ha madurado lo suficiente como para darse cuenta de que, en un mensaje de una camiseta, no es circunstancial ni una tontería que en la rosa de chica ponga princesa y en la azul de ellos ponga campeón o héroe. O que un hombre ayude en casa, ¡qué suerte! o que la madre es madre o que el padre es padrazo, cuando hacen exactamente la misma función: dar el biberón o cambiar pañales. O que un hombre y una mujer no pueden ser amigos o que un chico quede relegado a la friend zone. O expresiones del estilo corres como una niña. Aunque pueden parecer situaciones absurdas o banalidades, cuando te centras en las estadísticas y, sobre todo, cuando te toca vivir de cerca un caso real, eres más consciente de que el tema es serio. Y, por lo tanto, hay que prestarle atención. Una actitud, una palabra o una mirada, por muy insignificantes que parezcan, pueden ser pruebas suficientes como para detectar este tipo de agresores, que son capaces de embaucar y controlar a los que tienen a su alrededor, especialmente a sus parejas.

Por eso me voy a remontar al origen de todo… Leo en mi cuartilla de notas todo lo que fui escribiendo para no dejarme ningún detalle… Por cierto, esto viene de mi pasión por la literatura y este cuaderno es mi primer intento de escribir una historia, una historia donde la realidad, en ocasiones, supera a la ficción.

PARTE PRIMERA

1. PRIMER INTENTO

En el instituto estamos trabajando la orientación académica. Ya hemos escuchado diferentes universidades explicando su producto, grados universitarios, selectividad, notas de admisión, notas corte… Mi tutor busca que tengamos toda la información posible, pero a mí me está provocando un estrés importante. A tres meses para acabar el curso y que lleguen los exámenes de Selectividad, estoy mirando información sobre todos los grados universitarios que existen en España y en Cataluña. Hay un estudio bastante exhaustivo del año 2018 del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (¿eso existe?). Textualmente leo:

[…] El Sistema Universitario Español (SUE) lo conforman en el curso 2017-2018 un total de 84 universidades, 82 con actividad, distribuidas en 235 campus (universidades presenciales) y 113 sedes (universidades no presenciales y especiales). Del total de universidades, el SUE cuenta con 50 universidades públicas y 32 universidades privadas.

En el curso de estudio (2017-2018) se contabilizan 1.047 centros universitarios entre escuelas y facultades, a los que se suman 532 institutos universitarios de investigación, 49 escuelas de doctorado, 57 hospitales universitarios y 75 fundaciones. […]

[…] se contabilizan 2.864 titulaciones de Grado impartidas, de las cuales 2.130 se ofrecen en universidades públicas. La rama de Ciencias Sociales y Jurídicas es la que cuenta con un mayor número de titulaciones de Grado (1.007), en esta misma rama, el número de titulaciones impartidas por universidades privadas es de 340 frente a 667 impartidas en universidades públicas, mientras que en la rama de Ciencias es de 19 frente a 222. Geográficamente: Madrid, Cataluña y Andalucía son las comunidades autónomas donde más titulaciones se imparten (573, 530 y 385 respectivamente). El número de titulaciones de Grado impartidas continúa su evolución ascendente desde el curso 2012-2013. […]

Vamos, resumiendo… Que cada vez, las universidades se inventan más productos que complican más aún la decisión que, los estudiantes preuniversitarios como yo, tenemos que tomar. En España hay un total (más o menos) de 2.854 Grados universitarios, 3.540 Masters y unos 1.120 Doctorados. La verdad es que… ¿en qué momento me he puesto a investigar y a indagar sobre mi futuro?

Voy a mirar en Catalunya a ver si las cifras no me marean… Encuentro una encuesta realizada por la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya (AQU) a comienzos del 2020 a los estudiantes que obtuvieron el título en el 2016. Después de valorar los resultados confirma algo que todo el mundo sabe: Medicina es el grado con más ocupación y de las más demandadas. ¡Vaya descubrimiento!

También leo que un 33,9% de los alumnos universitarios abandona el grado y un 12,3 % decide cambiar. Y si no es suficiente para acabar de animarme, un 21% cambia o lo dejan durante el primer año. Apago el ordenador, ya he tenido suficiente.

En la cama me pongo a reflexionar sobre estos datos. Interpreto que es un reflejo de lo que siento, del marrón que tengo encima. Parecía que nunca iba a llegar, pero ya está aquí: de mayor, ¿qué quieres ser? Pues futbolista o veterinario, ¿no te jode? ¡Qué difícil se hace madurar y tomar decisiones! Pero llegan momentos en la vida en que hay que hacerse preguntas importantes que necesitan respuestas muy concretas. A esta pregunta, yo la respondería: ESCRITOR. Pero os aseguro que de los 2.864 grados universitarios que he leído, no hay ninguno que fabrique escritores. Por eso, estoy buscando una alternativa para ir pasando el tiempo. No hay ni una de esas 84 universidades que ofrezca un grado universitario para ser Escritor. Sigo buscando alternativas.

Una de las citas más simples de Miguel de Cervantes decía: Para componer historias y libros, de cualquier suerte que sean, es menester un gran juicio y un maduro entendimiento. Creo, sinceramente, que hay oficios, como este, que no existen o al menos, que no existen a los 17 años. Aún no he vivido lo suficiente ni tengo los conocimientos como para dedicarme a ello. Aun así, como soy muy terco, mientras busco en qué voy a ocupar mi tiempo en los próximos años, voy a intentarlo. Aunque quede para mí, voy a jugar a escribir, voy a jugar a escribir mi propia historia (breve) de lo que he vivido, de lo que estoy viviendo y de lo que viviré… Tal vez, me ayude a resolver muchas incógnitas que aún no he resuelto. Tal vez, me ayude a responder esas preguntas importantes, tan difíciles de afrontar, pero que llegan y que necesitan una respuesta concisa: ¿Seré capaz de escribir una novela (o lo que sea)? ¿Podré ser valiente con Lorena? ¿Me enfrentaré, por fin, a Edu (y a sus secuaces)? ¿Encontraré realmente lo que me gusta? ¿Hay vida en Marte?

Antes de irme a dormir, casi siempre envío o recibo un wasap de Lorena. Tenemos esa costumbre desde hace tiempo. Es raro el día que eso no pasa.

MARIO: ¡Buenas noches! Espero que mañana vaya bien el examen…

Sin respuesta. Estará durmiendo, pienso.

LORENA: ¡Gracias! Estoy muy acojonada… ¡Buenas noches!

Lore, a veces, habla fatal. Creo que es lo único de ella que no me gusta. MARIO: ¡Buenas noches!

2. MARIO

Como he leído ya en bastantes libros (¿no había dicho que me encanta leer?), creo que tengo que presentarme. Me llamo Mario López Sepúlveda. Tengo 17 años y cumplo la mayoría de edad en unos ocho meses, concretamente el 3 de noviembre. Vivo en Blanes, un pueblo espectacular de la Costa Brava. Al menos, a mí me encanta. Creo que, si viniera como turista, me enamoraría. Estoy estudiando en uno de los institutos del pueblo, el IES la Selva. Nunca un nombre ha hecho tanto honor a la institución que representa. Realmente, es una selva, la verdad. Las clases están saturadas de alumnos y lo difícil, siendo realista, es ponerse a estudiar. Y ya no hablamos solo de la ESO, sino también del Bachillerato. Hay clases, como la de Filosofía, en las que nos juntamos cuarenta adolescentes en ebullición. Así, si no tienes una voluntad firme, es imposible.

Como decía, en estas circunstancias, lo realmente difícil es prestar atención a los estudios. Para hacerlo o tienen que gustarte mucho (a esta edad es complicado) o tienes que tener un objetivo muy claro (¡Uf! Complicado al cuadrado). Yo no tengo ninguna de las dos, pero inexplicablemente ya estoy a tres meses de acabar 2º de Bachillerato, la modalidad Social. Es la modalidad que