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La empresa explicada a jóvenes de todas las edades
La empresa explicada a jóvenes de todas las edades
La empresa explicada a jóvenes de todas las edades
Libro electrónico144 páginas2 horas

La empresa explicada a jóvenes de todas las edades

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Un autor capaz de lo imposible.

A lo largo de nuestra vida, desde nuestra más tierna infancia hasta la vejez más prolongada, nos relacionamos con multitud de empresas. Esta relación es como una especie de tren con origen en el hospital en el que nacemos -realmente es la primera empresa con la que entramos en contacto- hasta su lugar de destino, que sería la funeraria/el cementerio -sí, ni en la muerte nos libramos de las empresas-, haciendo paradas en varias estaciones, como la escuela, la universidad, el trabajo por cuenta ajena, el negocio propio y la jubilación.

Será así queramos o no, la vida no nos concede otra alternativa. Por eso, si no podemos prescindir de las empresas, si forman parte de nuestro mundo y nuestra relación con ellas es inevitable, lo mejor será explicar en qué consisten. De una vez por todas.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento5 sept 2019
ISBN9788417947651
La empresa explicada a jóvenes de todas las edades
Autor

Jorge Borrajo Prego

Jorge Borrajo Prego es coruñés y nació en mayo de 1944. Estudió el bachillerato y a los quince años dejó los libros para ponerse a trabajar en las oficinas de una empresa de transporte de su ciudad. Allí estuvo casi cinco años y «las pasó canutas». Se dio cuenta de que había cometido un tremendo error dejando de estudiar y, por eso, a los diecinueve se matriculó en la Escuela de Comercio de La Coruña. Pero siguió trabajando: seis meses y un día -como una pena de cárcel- en una empresa de montajes eléctricos y después en un laboratorio farmacéutico de Barcelona como jefe de administración, hasta que cumplió los veinticinco, edad en la que por fin se tituló como profesor mercantil. En 1969 lo contrató una empresa de asesoramiento fiscal y laboral con sede en Madrid. No duró mucho allí: en 1970 montó una asesoría de empresas con otros dos socios. Diecisiete años después decidió volar por su cuenta y creó su propio despacho profesional, hoy perteneciente a la firma de servicios profesionales Kreston Iberaudit. En la actualidad, sigue trabajando en él al pie del cañón, acompañado por otros dos socios: sus hijos, con los que asegura formar un buen equipo. Además de profesor mercantil, Jorge Borrajo es auditor de cuentas y pertenece al Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España, a la Asociación Española de Asesores Fiscales y a la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA). También es miembro del Colegio de Economistas de La Coruña.

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    La empresa explicada a jóvenes de todas las edades - Jorge Borrajo Prego

    La empresa explicada

    a jóvenes de todas las edades

    La empresa explicada a jóvenes de todas las edades

    Primera edición: 2019

    ISBN: 9788417772550

    ISBN eBook: 9788417947651

    © del texto:

    Jorge Borrajo Prego

    © de esta edición:

    CALIGRAMA, 2019

    www.caligramaeditorial.com

    info@caligramaeditorial.com

    Impreso en España – Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@caligramaeditorial.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    A mis nietos, Clara, Jorge, Natalia y Andrés.

    A mis dos hijos, Jorge y Beatriz. Mis hijos leyeron este libro antes de que saliera a la luz, pero mis nietos no. Solo espero que, tanto a ellos como al resto de jóvenes que lo lean, les sirva de algo positivo en sus vidas.

    1

    ¿Sabéis de verdad qué es una empresa?

    «Las empresas con las que soñamos y que construimos pasan a ser algo intensamente personal. Son nuestras familias, nuestras vidas».

    Howard Schultz

    ¿Qué es una empresa? Aunque la pregunta puede parecer sencilla, darle respuesta no es algo inmediato: definir qué es una empresa no es tarea fácil. Intentadlo y lo veréis. Sí, sabemos que las empresas están ahí, que hay muchas y de muchos tipos. Generalidades. La realidad es que la mayoría de nosotros no somos capaces de decir exactamente en qué consisten y apenas entendemos qué hacen o cómo funcionan.

    El 14 de junio de 1983 —¡ya llovió!— comencé a escribir el libro que hoy tenéis en vuestras manos. No voy a pararme a explicar los motivos por los cuales tardé más de treinta años en concluir este trabajo. Me temo que os robaría parte de vuestro preciado tiempo y dudo mucho de que os sirviera para algo. El caso es que, a finales de aquella primavera, comencé a esbozar este texto que ahora podéis leer. Pensaba entonces que a los niños y a los jóvenes no se os enseñaba qué es una empresa. En aquel momento caí en la cuenta de que a mí tampoco me lo habían enseñado en el colegio, ni siquiera en mi antigua escuela de comercio, donde obtuve mi título de profesor mercantil. Es verdad que en sus aulas aprendí mucho de matemáticas, contabilidad, economía y fiscalidad, pero nada saqué en limpio acerca de qué es una empresa. Tiempo después fui padre y descubrí que tampoco se lo habían explicado a mis hijos. Luego, ellos me hicieron abuelo y supuse que mis nietos habrían corrido idéntica suerte. Ni que decir tiene que acerté. Así que quise saber qué concepto tienen los chicos sobre lo que es una empresa. Hice una pequeña encuesta a algunos jóvenes entre quince y diecisiete años, y en sus respuestas hubo de todo. La pregunta que les formulé fue la siguiente: «Para ti, ¿qué es una empresa?». Os transcribo algunas de ellas:

    La empresa es una organización en la que participan diferentes personas que realizan diferentes trabajos para conseguir un determinado fin económico, comerciando a su vez con otras empresas. Por ejemplo, la compañía Iberia necesita una pieza de un motor y se la compra a otra empresa que la fabrica.

    ***

    Es un lugar donde hay un jefe que dirige a un grupo de personas que trabajan codo con codo en un mismo proyecto muy grande para mejorar nuestra vida.

    ***

    Es un grupo de personas que se unen para trabajar en un producto y venderlo para obtener el máximo beneficio.

    ***

    Un lugar donde hay una serie de personas que tratan de solucionar algún tema.

    ***

    Es un grupo de personas que intentan vender algo para ganar dinero.

    ***

    Es una organización de pequeños comercios útiles o necesarios para la vida diaria o cotidiana de todas las personas.

    ***

    Una empresa consiste en un negocio que abarca distintos ámbitos como, por ejemplo, un periódico o Inditex, y es llevado a cabo por una o varias personas.

    ***

    Es una asociación de personas que obtienen beneficios por medio de la venta de un producto, su fabricación y su distribución.

    ***

    Un conjunto de personas que se juntan para dar algún tipo de servicio o para crear —o copiar— algún producto con el que ganar dinero.

    ***

    Es una unidad económica de producción que transforma materias primas —inputs— en productos finalizados —outputs— y mediante este proceso añade valor y utilidad, que determinaremos por el precio que estaríamos dispuestos a pagar por un bien.

    ***

    Es un grupo de trabajadores que trabajan por un bien común.

    ***

    Entidades de las que hoy en día todos dependemos y aparecen en nuestro día a día.

    Jefe, trabajo, grupo de personas, beneficio, proyecto, vender, ganar dinero, comercio, negocio, servicio, producto, mercado, economía… Son palabras que se repiten con relativa frecuencia en las definiciones que acabáis de leer, las cuales no están del todo desencaminadas. Sin embargo, a la vez me demuestran lo que ya intuía: los jóvenes seguís sin tener una idea clara de lo que es una empresa.

    Es cierto que resulta complicado limitarse a una única fuente para explicar el significado del término o proporcionar un concepto cerrado. En el pasado, una empresa era aquella que se dedicaba a fabricar un producto, es decir, se la consideraba solo en su vertiente más industrial y manufacturera. Pero eso ha cambiado por completo.

    La realidad empresarial actual tiene muchas caras y ahora una empresa se define como una entidad formada por un grupo de personas, bienes materiales y financieros con el objetivo de producir algo o prestar un servicio que cubra una necesidad y por el que se obtienen beneficios. O lo que es lo mismo: es cualquier corporación que ofrece algo a cambio de una retribución, de dinero. Como apunta en su diccionario la Real Academia Española (RAE), una empresa es una «unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos». Pero pensad por un momento: ¿es así siempre?, ¿en todas? Pues no, sabed que existen también las empresas sin ánimo de lucro, que no persiguen un beneficio económico, sino que tienen una finalidad social, altruista o humanitaria, y trabajan para el desarrollo o el bien común de la sociedad. Lo más importante para ellas es el factor social de apoyo a la comunidad. Son las oenegés, y vosotros conocéis muchas de ellas. Para Médicos sin Fronteras, Greenpeace o Unicef, el dinero no es el fin, sino el instrumento para su verdadero fin —ayudar a quien lo necesita—, pero todas son empresas. Y, por tanto, funcionan como tales.

    Las hay de más tipos. Según la actividad económica a la que se dediquen, tenemos las empresas del sector primario, del secundario y del terciario. Las del sector primario son las que extraen sus recursos directamente de la naturaleza y tienen que ver, por tanto, con actividades como la agricultura, la ganadería, la pesca o la minería. Una granja lechera es una empresa, como también lo es una que produzca y recolecte tomates u otra que extraiga carbón de una mina. Sin embargo, una fábrica de calzado u otra que confecciona ropa es ya una empresa del sector secundario, cuya actividad principal, como podréis deducir, es la transformación de las materias primas en un producto determinado. Y luego están las empresas del sector terciario, que funcionan para satisfacer las necesidades que tenemos como clientes prestándonos algún tipo de servicio, como puede ser un hotel, un banco, una lavandería, una compañía telefónica, un restaurante, un barbero o un despacho de abogados.

    Y hay más maneras de clasificar las empresas. Por ejemplo, por su constitución jurídica o creación están las individuales —el propietario es una sola persona— y las societarias —pertenecen a varias—, que a su vez pueden dividirse en anónimas —las famosas S. A.—, de responsabilidad limitada —las conocidas como S. L.— o de economía social —un ejemplo de ellas son las cooperativas—. El tamaño es otro de los criterios para organizarlas¹ y así nos encontramos con: microempresas, que son las que tienen menos de diez trabajadores y un volumen de facturación anual inferior o igual a dos millones de euros; pequeñas empresas, con entre once y cuarenta y nueve empleados y un máximo de diez millones de euros facturados al año; empresas medianas, con una plantilla con menos de doscientas cincuenta personas y un volumen de negocio inferior o igual a cincuenta millones de euros; y grandes empresas, que son aquellas que sobrepasan los parámetros que acabo de detallaros.

    Además, de acuerdo con la titularidad del capital, pueden ser privadas —cuando están en manos de particulares— o públicas —si están controladas por el Estado—.

    En definitiva, como veis, no existe un único modelo de empresa, las hay de muchos tipos —y en alguna de ellas en particular me detendré en los próximos capítulos—. Pero lo que las une a todas, su común denominador —o uno de ellos—, es que están detrás de todo producto o servicio que compramos. Sí, detrás de todas las marcas famosas que conocéis hay empresas. Han fabricado la sudadera que lleváis puesta, las zapatillas deportivas que calzáis, el móvil con el que wasapeáis con vuestros amigos o veis vídeos en YouTube, y la palmera de chocolate que os coméis en el recreo. No podemos prescindir de las empresas ni aunque queramos. Nuestra relación con ellas, como clientes o como consumidores, es inevitable y forman parte de nuestro mundo. Desde el mismo día en que nacemos.

    Volved un momento unas páginas atrás y releed una de las definiciones: decía que son «entidades de las que hoy en día todos dependemos y aparecen en nuestro día a día». Y es verdad, quien lo dijo ha dado en el clavo. A lo largo de nuestra vida, desde nuestra más tierna infancia hasta la vejez más prolongada, nos relacionamos con multitud de empresas. Esta relación es como una especie de tren con origen en el hospital en el que nacemos —realmente, es la primera empresa con la que entramos en contacto— hasta su lugar de destino, que sería la funeraria

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