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1785 motivos por los que hasta un Noruego querría ser Español: La mayor recopilación de hechos positivos y aportaciones de España a la humanidad
1785 motivos por los que hasta un Noruego querría ser Español: La mayor recopilación de hechos positivos y aportaciones de España a la humanidad
1785 motivos por los que hasta un Noruego querría ser Español: La mayor recopilación de hechos positivos y aportaciones de España a la humanidad
Libro electrónico545 páginas7 horas

1785 motivos por los que hasta un Noruego querría ser Español: La mayor recopilación de hechos positivos y aportaciones de España a la humanidad

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Información de este libro electrónico

¿Por qué desde fuera nos perciben mucho mejor de como nos vemos a nosotros mismos?
¿Por qué no somos capaces de valorar todo lo positivo que tenemos como país y como sociedad?
 Estudios recientes constatan que la imagen que tenemos de nosotros es muy inferior a la que tienen fuera de nuestras fronteras. Mientras que los extranjeros nos dan una puntuación de notable, nosotros apenas nos concedemos un aprobado.  
Ante estos resultados no podíamos quedarnos indiferentes. Desde el Proyecto 1785pusimos en marcha este libro en el que hemos reunido  la mayor recopilación realizada hasta el momento delogros, personajes, hechos positivos y aportaciones que desde España se han realizado al mundo, tanto a lo largo de la historia como en la actualidad . Un total de 1785 motivos seleccionados en función de criterios objetivos, por su influencia internacional, y estructurados en 22 categorías como arte, historia, literatura, ciencia, arquitectura, gastronomía o solidaridad, entre otros. 
Esta obra no es una invitación a la autocomplacencia, sino a ser justos con lo que hemos sido, somos y seguiremos siendo, un país que ha realizado contribuciones decisivas ala construcción de la humanidad tal y como la conocemos. Porque tenemos una forma de ser y vivir que muchos admiran, porque tenemos muchas más de 1785 razones por las que sentirnos afortunados de ser españoles. Disfruta descubriéndolas en este libro.  
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 nov 2020
ISBN9788409247561
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    1785 motivos por los que hasta un Noruego querría ser Español - José María Moya

    Colección ‘1785 motivos’ de Proyecto 1785 España es más, S.L.

    Rafael Calvo, 42. 28010 Madrid (España)

    Tel. 662 671 518

    info@1785.es - www.1785.es

    © De esta edición:

    Proyecto 1785 España es más, S.L.

    © De los textos:

    Sus autores, 2016

    No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o ningún medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del «copyright». Reservados todos los derechos, incluido el derecho a la venta, alquiler, préstamo o cualquier otra forma de cesión de uso del ejemplar.

    ISBN: 978-84-09-24756-1

    Idea original y coordinación: José María Moya

    Diseño de portada: José María Moya y Rafael Rodríguez (Sngular)

    Primera edición: noviembre 2016

    Segunda edición: diciembre 2016

    Tercera edición: febrero 2017

    Cuarta edición: diciembre 2017

    Quinta edición: enero 2018

    Sexta edición: junio 2018

    Séptima edición: septiembre 2019

    Participa: si tienes algún «motivo» que crees que pudiera ser incluido en futuras ediciones o si consideras que alguna de las informaciones aquí recogidas fuera errónea o inexacta, escríbenos a esta dirección de correo: 1785motivos@1785.es.

    Realización ePub: produccioneditorial.com

    ÍNDICE

    PORTADA

    PORTADA INTERIOR

    CRÉDITOS

    LA ESPAÑA DE MIS AMORES

    ESPAÑA: GANAR O PERDER

    ESPAÑOLES POR EL MUNDO, HOY

    INTRODUCCIÓN

    1785 MOTIVOS

    INVENTOS

    CIENCIA Y TECNOLOGÍA

    HISTORIA

    ARQUITECTURA

    LENGUA Y LITERATURA

    NATURALEZA

    MEDICINA

    ARTE

    GASTRONOMÍA

    TURISMO

    PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

    DEPORTE

    MÚSICA

    CINE

    ARTES ESCÉNICAS

    PATRIMONIO MONUMENTAL

    EMPRESAS

    EMPRENDEDORES

    MODA

    FILOSOFÍA

    SOLIDARIDAD

    CIVILIZACIÓN

    MOTIVOS SUBJETIVOS

    EPÍLOGO

    PROYECTO 1785

    FORMA PARTE DEL PROYECTO 1785

    EQUIPO Y AGRADECIMIENTOS

    BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES

    CONTRAPORTADA

    LA ESPAÑA DE MIS AMORES

    Luis del Olmo

    Periodista

    Cada español lleva una España inserta en su corazón. Mi España es una gran familia a la que durante más de cuarenta años le he estado dando los buenos días. Cada mañana, cuando se abría el micrófono, mis primeras palabras eran estas: «Buenos días, España», y siempre he tenido la sensación de que nuestra querida España respondía al saludo.

    Para los que estudiamos Historia en tiempos pretéritos, el concepto de España era tan indiscutible como inamovible. ¿España? España siempre había estado ahí. Estuvo cuando aún no se llamaba España, cuando se la conocía como Iberia, la tierra de los íberos, aquellos antepasados nuestros que se enamoraron de un río cántabro y lo consideraron como un dios, el dios Ibero, el dios Ebro. Nadie nos dijo en nuestros años escolares que el concepto de nación era demasiado alambicado en una época en la que aún no estaba claro ni siquiera el concepto de tribu.

    España se ha hecho poco a poco, se hizo primero como territorio y se acabó de cohesionar como un todo, hasta llegar a ser una nación, pero tampoco una nación granítica y uniforme, sino una realidad más compleja.

    Su unidad descansa precisamente en el reconocimiento de esta diversidad. La historia ha sido testigo. España ha ido construyendo su unidad respetando la identidad de todas sus partes.

    Desde que está vigente nuestra Constitución, España ha protagonizado la mayor descentralización que se ha conocido en Occidente. Y lo hicimos sin rupturas, sin graves conflictos, con el consenso de toda la sociedad. Este fue nuestro auténtico milagro español. Muchos observadores pensaron que estábamos levantando castillos en el aire, nadie preveía que el modelo autonómico tuviera tanta aceptación.

    La clave de la unidad, dentro de la diversidad, radica en el pacto y el consenso. No hay más horizonte que la convivencia, no hay más receta que la tolerancia. Pactar quiere decir ceder, negociar, quiere decir convivir. Y convivir quiere decir respetar la identidad en un marco de libertad y solidaridad. Pero también quiere decir aceptar la complejidad de la pluralidad, y aceptarla en todas las direcciones en las que esta complejidad se manifiesta. Y este no es un ejercicio fácil.

    Lo importante no es perder el tiempo en intentar definir lo que somos. La verdadera definición es la de nuestros actos. Somos lo que hacemos.

    Cuando realmente progresa la ciudadanía es cuando progresa y se hace mejor un país. Tengo fe en el futuro. La España de mañana será un país curtido, que ha sabido sacar lecciones de la crisis. La nueva España será un país respetuoso con el medioambiente, con un consumo sostenible, un país que posea los mayores índices de productividad y de competitividad de su historia, un país donde, en vez de grandes hazañas de conquistadores imperiales, abunden las hazañas cotidianas de anónimos conquistadores empresariales. La España que viene será la España hábil, creativa, dinámica, divertida y acogedora.

    Es hora de afirmarnos como un pueblo abierto a todos los vientos de la historia con ciudadanos conscientes y orgullosos de su pertenencia. Lo nuestro es mucho más que un país, es un estilo de vida, lema de este interesante proyecto, 1785, cuya primera piedra es este libro que pone en valor todo lo positivo que hemos construido y que tenemos como sociedad.

    Luis del Olmo

    ESPAÑA: GANAR O PERDER

    Raúl Peralba

    Gurú sin pretensiones; pero muy vocacional

    Tú mismo, tanto como cualquier persona en el universo,

    te mereces amor y afecto.

    Buda (563-483 a. C.)

    ¿Podríamos imaginar una gran empresa, institución o, incluso, un grupo familiar o de amigos en el que los miembros tuvieran mayoritariamente una actitud de desaliento o pesimismo en cualquier propósito común? El Dicc. de la RAE los definiría como derrotistas. ¡Sería una actitud muy poco inteligente!

    Así pues si hacemos una analogía entre un país o una región y una corporación cuyos miembros son socios y empleados y su objetivo es aumentar el bienestar de todos ellos; no parece sensato pasarse el día despotricando ante propios y extraños sobre ellos mismos. Es como si los accionistas y empleados o miembros de ZARA, Mercadona, Iberia, Telefónica o los estudiantes de una universidad o escuela de negocios, se dedicaran a destacar lo negativo y ocultar lo positivo del grupo y/o de sus otros miembros. Precisamente, está demostrado que las que tienen mayor éxito son aquellas en las que sus miembros están orgullosos de formar parte del equipo y que lo manifiestan, siempre que tienen la ocasión, con entusiasmo y disfrutan poniendo en evidencia su pertenencia.

    España ha sido siempre mucho mejor que la imagen que ha logrado proyectar. Las percepciones han estado y siguen estando por debajo de la realidad real. Somos los propios españoles los más derrotistas, es decir pesimistas en cualquier empeño con nosotros mismos. Lo corroboran estudios internacionales muy serios; España es una de los países más ingrato consigo mismo comparando con la imagen que tienen de nosotros en otros lugares. Y aun así también los extranjeros tienen una imagen de España bastante por debajo de lo que es el producto en la realidad real. Ya lo decía Nicolás Maquiavelo: Pocos saben lo que somos; pero todos lo que parecemos. Y lo que parecemos depende de nosotros y de nadie más.

    ¡Ese es el diagnóstico, nos hace falta el médico y el tratamiento!

    No hay duda que España es uno de los países del grupo de los Top15 en base a valores objetivos (PIB, Inversión internacional, empresas globales, Export-Importación, etc.); pero nuestra imagen es percibida bastante más atrás de lo que nos merecemos, especialmente entre los líderes de opinión cuando hablan de nosotros desde la perspectiva empresarial.

    Bastante trabajo tenemos si queremos mejorar esa situación para que nosotros mismos la compliquemos. Es claro que, lamentablemente, en nuestro país, por alguna razón inescrutable, no nos caemos bien a nosotros mismos y menospreciamos todo lo que tenga que ver con España; tanto los atributos valores y beneficios que la distinguen, como los símbolos que los representan. ¡Eso es lo primero que tenemos que corregir! De eso trata el Proyecto 1785.

    Hay que aclarar primero que se trata de un problema muy complejo con muchas variables difíciles de controlar. Aunque es sorprendente ver con que facilidad expertos sin experiencia ofrecen análisis y respuestas aparentemente certeros, sobre algo tan complejo, con un reduccionismo conceptual y la temeridad intelectual de resumir el problema en unos rankings elaborados muchas veces con muestras, poco representativas, de individuos sin poder de decisión que no tienen ni idea del país sobre el que opinan. Los gobiernos y grandes empresas siguen financiando estudios que sirven solo a fines mediáticos, y no ayudan a tomar decisiones para mejorar la competitividad.

    La referencia para recomendar o pedir algo o alguien es el ser ideal que cada uno construye en su mente y le asigna atributos, valores y beneficios que espera obtener. ¡Es la marca! Ese Objeto, fenómeno o acción material que, por naturaleza o convención, representa o sustituye a otro (Sic DRAE) Y la marca-lugar debe comenzar a construirse en casa. Tenemos que transformar 46 millones de derrotistas en 46 millones de optimistas convencidos.

    Este es un asunto del que algunos nos ocupamos, y por el que nos preocupamos, desde hace años. Ya en Mayo 2006 publiqué en CINCO DIAS el artículo Para el ‘Made in Spain’ hay que comenzar en casa. Creo que fui de los primeros en ponerlo en evidencia; aunque me hicieron poco caso. Para mejorar una marca lugar lo primero es informar y motivar a los habitantes de los éxitos y avances propios para que se sientan orgullosos de ser parte integral de esa referencia. Hay que trabajar para seamos muchos más los optimistas que los derrotistas.

    No se puede olvidar que, aplicada a un lugar o país, la marca es la imagen del lugar o país en la mente de sus propios ciudadanos y los de otros países. Si unos y otros la perciben con atributos atractivos, sustentados por valores positivos y la promesa de beneficios útiles para ellos, entonces aceptarán y promoverán lo que se les ofrece; inversión, talento, turismo, productos o servicios.

    Y en un mundo global de competencia despiadada una marca país bien posicionada es clave para influir, competir y lograr el progreso de sus ciudadanos apalancado en su éxito internacional. Aquí está la gran debilidad de la España no hemos trabajado bien este asunto, ni dentro ni fuera. Lo certifica el informe del Reputation Institute en su informe Global Reptrak® 100 Report: España es uno de los países que más cae en el ranking de reputación cuando la valoración la hacen los propios españoles. Esta es la actitud a cambiar. Hay que transmutar a los españoles…

    Puede que el Mariscal Ott Von Bismark tuviera razón cuando dijo Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a si misma y todavía no lo ha conseguido.

    Es imprescindible que cambiemos de actitud, no sea que Von Bismark se haya equivocado y terminemos destruyéndonos a nosotros mismos… Seria mucho mejor que entre todos hiciéramos que la segunda parte de su frase fuera: España…Lleva siglos queriendo mejorarse a si misma y lo ha conseguido.

    Los que participamos en el Proyecto 1785, estamos seguros que hay un gran número de españoles como nosotros, la mayoría, con muchas ganas de salir de este armario, para presumir de lo que somos y lucir los símbolos que nos representan.

    Por eso en este libro hemos recogido, con la ayuda de unos cuantos optimistas, 1785 motivos para pensar en positivo sobre lo nuestro y sobre nosotros mismos.

    Sintámonos orgullosos de ser españoles y dejémoslo claro dentro y fuera de España.

    ¡Que España gane o pierda lo tiene en su mano cada español! Como la Roja, cada crack haciendo su juego; pero todos en equipo…

    Al final España somos todos; el resultado de un estilo de vida propio, inimitable y envidiado en muchas partes, incluso en Noruega...

    Raúl Peralba (Alias: Ralph Whitestone)

    www.positioning.ws / www.thinkingheads.com

    ESPAÑOLES POR EL MUNDO, HOY

    César Vacchiano

    Ingeniero y analista

    En 1785, el rey Carlos III decidió que era preciso diferenciar la bandera que ondeaba en los buques españoles, por la frecuente confusión que se suscitaba con ingleses y franceses, dada la presencia común de una simbología de «cruces». Nuestra bandera nace así en 1785 y nos ampara en el mundo.

    En 2014, en Trondheim, encontré un joven muy dinámico que gestionaba la actividad digital de una red de hoteles en Noruega. Llevaba una cinta en la muñeca con la bandera española y, tras las primeras palabras en inglés, descubierto el origen común, me explicó su aventura profesional y cómo había conseguido ser mejor considerado que en su propia tierra; estaba convencido de que ser español es un asset y, sin duda, le ayudaba a «vender».

    Con frecuencia muchos de nosotros hemos percibido la preocupación de líderes empresariales y sociales sobre las percepciones que suscita nuestro país y el efecto que provocan en diferentes ámbitos, con repercusiones en la relación internacional. Lo español se configura como un concepto de interpretación subjetiva, abordado casi siempre con interés y pretensiones de mejora, que no ha sido contemplado como objeto de gestión para contextualizar una ambición: capitalizar un activo inmaterial, que pertenece a todos los ciudadanos y que puede actuar como palanca favorable en las relaciones que nos vinculan con el mundo, al que hemos ofrecido y ofrecemos personas, talento y bienes reconocidos, que han construido una reputación basada en evidencias.

    Los atributos reconocibles de España, referidos en todos los estudios de las instituciones y think-tanks que han estudiado nuestros valores, muestran acuerdos sobre:

    Gente solidaria, buena para trabajar y bien formada.

    Organizaciones rigurosas y eficientes.

    Lugares agradables para vivir, con amabilidad.

    Un patrimonio artístico y cultural de primer nivel.

    Capacidades creativas en diversos ámbitos del saber.

    Un país europeo, convencido del futuro de Europa.

    Un líder de conocimientos en varias actividades: Sanidad, turismo, alimentos, moda, ferrocarriles, bioquímica, construcción, energía…

    Con empresas competentes en prestación de servicios.

    Y personas de talento que dan visibilidad a su éxito.

    Estos atributos, y otros, derivados de una interpretación utilitaria de los anteriores, en conjunción con características personales o sociales propias del occidente latino, generan una percepción de gran país para vivir, quizás no tanto para trabajar o hacer negocios.

    En mi deriva profesional para profundizar en el valor inmaterial de la marca como activo del negocio de cualquier empresa, he acabado convencido de que, sin cultivar la percepción, es imposible influir en la conducta. Por ello he trabajado en construir un modelo para la reputación de España como expresión de ese activo inmaterial, decantado durante siglos por generaciones sucesivas de españoles. En una visión actual, globalizada e hipercomunicada, hemos de ser capaces de identificar los componentes principales que definen su valor, seleccionar las variables que la dotan de contenido, los indicadores que facilitan la medición de su evolución y los procesos que orienten el consenso para una gestión descentralizada. Algo complejo, quizás muy influido por una mentalidad de ingeniero, pero imprescindible para dar contenido objetivo a un sentimiento, que cualquiera puede abordar desde una personalidad e ideología propias.

    Sin embargo, esa percepción, cultivada o no con una estrategia de país, es un instrumento contributivo al bienestar general de los ciudadanos. Actúa como impulso previo en múltiples decisiones que nos afectan y genera repercusiones en lo económico y en lo cultural, llegando a convertirse en un parámetro del análisis social. Para casi nadie es dudosa la idea de que la percepción sobre España, en una visión globalizadora del mundo, puede contribuir a una mejora determinante del éxito de nuestras relaciones y de nuestro poder de influencia, que acaba traduciéndose en inversiones, exportación, visitantes y respeto institucional. Para un país que ha llegado a construir el 34 % de su PIB con contribuciones del exterior, estamos ante una necesidad que requiere, al menos, atención y conciencia de implicación por parte de todos.

    Y esa es la cuestión principal. En qué forma nos sentimos con la fortaleza interior, con las convicciones que impulsen la seguridad y la proactividad en la proyección de nuestra naturaleza; del valor de nuestro origen y del potencial de éxito asociado con el mismo en el desempeño de nuestras actividades. Profesionales españoles alcanzan reconocimiento en su trabajo, como muchas de las empresas que compiten en una apertura al mundo sin precedentes, médicos, deportistas, funcionarios, militares, músicos, cocineros, artistas…, miembros de una sociedad moderna que solo se inquieta ante la calidad relativa de sus representantes en instituciones públicas de gobierno, un aparato hipertrofiado, en el que el ciudadano parece quedar subordinado al interés personal de quienes hacen de la política un objetivo de supervivencia.

    Esta obra es un minúsculo ejemplo de los múltiples argumentos que pueden dar soporte a un sano orgullo por haber nacido en España. Somos menos del 1 % de la población del mundo, pero hemos influido en lo que son el 10 % de la misma. Nuestra lengua es la segunda en importancia en términos de utilidad franca y, para quienes hoy atraviesan años de juventud que inspiran el conocimiento del mundo, España es una prioridad. No estamos ante un adoctrinamiento interesado, ni en busca de réditos que favorezcan un bienestar personal; los motivos que se incluyen en las páginas que siguen son hechos, casi datos de una evolución colectiva que es, sin duda, una de las más ricas entre las que ofrece la humanidad.

    El potencial colectivo está fuera de duda también. Construir la percepción exterior es una cuestión de Estado y ha de asumirse como una responsabilidad compartida tanto en el espectro temporal como en el ideológico. Porque, en cierto modo, cuando el antagonismo busca la destrucción del contrario para ocupar su posición, algo del ideario colectivo y del valor común a todos también se destruye.

    Estos «datos» convertidos en argumentos para nuestra seguridad intelectual al disfrutar del origen español, no son únicamente herramientas para quienes asumen la acción exterior: embajadores, representantes públicos, empresarios, promotores de una presencia institucional o comercial, que han de favorecer expectativas de éxito en su misión. Son elementos para un orgullo de pertenencia, que nos permita agregar valor competitivo a las emociones y sentimientos arraigados con el origen y cultura próximos a cada individuo; los que han nacido de la familia, la escuela y el lugar que da origen a nuestra memoria. Porque son compatibles, pertenecen a la misma cadena de valor que conduce al reconocimiento ajeno, y quienes no construyen valor a lo largo de sus vidas, reducen el recuerdo y su significado para los que han de seguir, en una competencia continuada, en entornos más difíciles de comprender si no prestamos atención a la necesaria solidaridad con el pasado, que ha de permitirnos hacer más accesible el futuro.

    Quienes hemos participado en esta obra nos sentimos parcialmente satisfechos y quienes juzguen la utilidad de nuestra selección podrán sumarse a esa satisfacción divulgando y promoviendo nuevos contenidos capaces de construir la reputación colectiva que nos merecemos; no solo por lo que hicieron nuestros ancestros hispanos, sino por lo que somos capaces de aportar ahora, desde cada perspectiva y personalidad individual, en un ecosistema de tolerancias fértiles.

    No es casualidad que un convencido de su marca triunfe en Noruega con soluciones que nacen del conocimiento y del trabajo bien hecho.

    César Vacchiano

    INTRODUCCIÓN

    Quizá el título de nuestro libro te haya sorprendido. Con él queremos hacer un guiño al país nórdico, considerado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) «la mejor nación para vivir del mundo». Porque estamos convencidos de que hay sobradas razones objetivas por las que ciudadanos de otros países adoran España, mucho más allá de las más evidentes, como nuestro clima, nuestras playas o la excelente gastronomía.

    POR QUÉ ESTE LIBRO

    Los españoles tenemos un concepto de nosotros mismos muy inferior al que tienen fuera de nuestras fronteras. Así lo constatan estudios recientes, como el del Real Instituto Elcano, que muestran que, mientras los extranjeros nos dan una puntuación de un notable, nosotros apenas nos concedemos el aprobado. Además, esta es una de las mayores diferencias de valoración de todos los países que han participado en el estudio.

    Pero ¿por qué desde fuera nos perciben mucho mejor de como nos vemos a nosotros mismos?

    ¿Por qué no somos capaces de valorar todo lo positivo que tenemos como país y como sociedad?

    Este problema de autoestima del español no es reciente, ni mucho menos. Y como ejemplo nos sirve la afirmación que ya en el siglo XIX hacía el poeta Joaquín María Bartrina:

    Oyendo hablar a un hombre, fácil es

    acertar dónde vio la luz del sol;

    si os alaba a Inglaterra, será inglés,

    si os habla mal de Prusia, es un francés,

    y si habla mal de España, es español.

    IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN EL DESARROLLO INDIVIDUAL Y COLECTIVO

    Numerosos estudios avalan la importancia de la autoestima en el desarrollo individual y colectivo. Según recoge la pirámide sobre la motivación humana que desarrolló el psicólogo Abraham Maslow, la identificación positiva con el grupo social es una necesidad básica del ser humano que está casi al mismo nivel que la amistad, el amor o las relaciones sexuales.

    El país es uno de los grupos de identidad social más importantes al que pertenecemos y es lo que hace que, entre otras cosas, nos encante animar a nuestra selección y disfrutemos con sus triunfos. Además, está demostrado que, cuando tenemos refuerzos positivos, es mucho más fácil conseguir logros, mientras que, si los mensajes que recibimos son negativos, resulta mucho más complicado conseguir buenos resultados.

    En esta misma línea, también el reconocido psiquiatra e investigador Luis Rojas Marcos afirma que «la autoestima conlleva consecuencias positivas para el sano bienestar y desarrollo individual y conjunto de la sociedad. Por el contrario, la baja autoestima se ha considerado motivo de infelicidad y de conductas nocivas». Por ello, sugiere que «debemos aprender a valorarnos y a justipreciar nuestras cualidades y virtudes» para desarrollar una autoestima saludable.

    EL PROYECTO 1785

    Como parece evidente que la baja valoración interna que arrastramos históricamente influye en muchos aspectos de forma negativa en el desarrollo de nuestro país, un grupo de entusiastas nos hemos propuesto el objetivo de intentar cambiar esa percepción que en absoluto nos favorece. Hemos creado el Proyecto 1785, con el que pretendemos poner en valor todo lo positivo que tenemos como sociedad e intentar variar así esa tendencia negativa natural que arrastramos en nuestra valoración como españoles.

    1785 es un proyecto privado, independiente y libre de connotaciones ideológicas. Un proyecto participativo, con valores, que queremos transmitir y contagiar a todos aquellos que piensen que juntos, con actitud positiva, podemos conseguir mejorar la visión que tenemos de nosotros mismos, de nuestro país, de nuestro estilo de vida.

    Nos hemos propuesto demostrar que si conseguimos, entre todos, resolver este problema de autoestima y nos enfocamos de forma constructiva y positiva, será mucho más fácil progresar como país, redundará en beneficio de todos y seremos un poco más felices.

    LIBRO 1785 MOTIVOS

    Por eso hemos querido reunir en esta obra la mayor recopilación realizada hasta el momento de logros, hitos, personajes, hechos positivos y aportaciones que desde España se han realizado al mundo tanto a lo largo de la historia como en la actualidad. Una amplia compilación de argumentos en la que han participado más de 200 personas para hacerla realidad. 1785 motivos estructurados en 22 categorías: desde arte, historia o literatura, hasta ciencia, arquitectura, gastronomía o solidaridad, entre otras. Los hechos aquí relacionados se han seleccionado en función de criterios objetivos y por su influencia internacional. También hemos reunido motivos subjetivos, emocionales, igualmente valiosos, pero que recogemos fuera de numeración.

    Con este libro pretendemos divulgar todos estos hechos, algunos probablemente desconocidos para muchos, y aportar así nuestro granito de arena al aumento de nuestra autoestima. Si conseguimos que algunos españoles cambien la actitud hacia España, en sentido positivo, habremos logrado nuestro objetivo.

    No se trata de una invitación a la autosatisfacción, sino de poner en valor lo mucho que se ha hecho en España a lo largo de la historia y que es un indicio de todo lo que podríamos llegar a hacer.

    Estos son algunos de las numerosos motivos por los que podemos sentirnos orgullosos de ser españoles. Hemos querido que coincidan en número con el nombre de nuestro proyecto. Sabemos que hay muchos, muchísimos más, pero 1785 razones nos parecen un buen comienzo para esta primera edición.

    Aunque incluimos un capítulo de agradecimientos al final del libro, desde esta introducción queremos agradecer de corazón a todos los que han aportado ideas, esfuerzo y entusiasmo en hacer realidad esta obra.

    Porque España es más que un país, es un estilo de vida.

    Conoce el Proyecto 1785 en: www.1785.es.

    José María Moya

    Director del Proyecto 1785

    1785 MOTIVOS

    Muchas de las ideas brillantes que han mejorado nuestra vida son españolas. Inventos de uso común en todo el mundo han sido creados en España y han supuesto un gran avance en la sociedad. Utensilios y máquinas, teorías y conceptos que han salido de mentes creativas en beneficio de la humanidad.

    Aunque en ocasiones es difícil determinar quién fue el autor por falta de documentos escritos o imágenes que lo avalen, las investigaciones han ido sacando a la luz objetos diseñados, creados, pensados o patentados que van agrandando la lista de inventos españoles.

    Aquí presentamos una selección de algunos de los más importantes.

    1 | EL TELEFÉRICO. El ingeniero cántabro Leonardo Torres Quevedo construyó en 1907 un teleférico en el monte Ulía de San Sebastián, un invento que le dio fama cuando lo instaló en 1916 en Canadá, sobre las cataratas del Niágara. Más de un centenar de años después, y tan solo con pequeñas modificaciones, su Spanish Aerocar continúa en activo, sobrepasando a lo largo de 539,5 metros el remolino y los rápidos de este caudaloso río sin que haya habido accidentes.

    2 | EL AIRE ACONDICIONADO. El inventor navarro Jerónimo de Ayanz y Beaumont ideó una máquina en el siglo XVI que podría considerarse la precursora del aire acondicionado. Se dio cuenta de que si invertía su máquina de vapor, creada para extraer el agua contaminada de las galerías más profundas de las minas navarras, podía reutilizar las tuberías para llevar nieve al interior de la mina y bajar la temperatura ambiente. En las explotaciones en las que se instaló, aumentó la productividad.

    3 | LA FREGONA. Limpiar el suelo sin necesidad de arrodillarse. Esa fue la máxima del diseñador de la fregona en España, el ingeniero aeronáutico y oficial del Ejército del Aire, Manuel Jalón. Diseñó en 1956 estos «lavasuelos» en Zaragoza con un mecánico de motores de avión y un chapista.

    4 | LAS JERINGUILLAS DESECHABLES. El diseñador de la fregona en España también desarrolló en nuestro país unas jeringuillas desechables. Los avances de su modelo fueron que tenía un émbolo que no se atascaba y que se trataba de un dispositivo más fácil de destruir porque sus paredes eran más finas y de bajo coste. Gracias a ellas, disminuyó el número de infecciones hospitalarias, y las vacunas de bajo coste se hicieron realidad a lo largo del mundo en beneficio de la humanidad.

    5 | EL FUTBOLÍN. Durante su convalecencia en 1937 en un hospital, tras sufrir una grave lesión en un bombardeo durante la Guerra Civil, al gallego Alejandro Campos se le ocurrió la idea del futbolín. Los primeros modelos de este exitoso juego tenían la pelota de corcho y los jugadores eran de madera de boj.

    6 | LA ENCICLOPEDIA MECÁNICA. Se trataba de un dispositivo con abecedarios automáticos en todos los idiomas con el que se podían escribir palabras y frases y que tenía como finalidad hacer el aprendizaje más atractivo, lógico e individualizado, y que las carteras de los alumnos no pesaran tanto. Mediante unos pulsadores y la acción de unas bobinas, se activaban los temas de la enciclopedia llevándolos al frente del dispositivo e, incluso, con posibilidad de iluminarlos. Así era la herramienta que diseñó en 1949 la maestra española, escritora e inventora Ángela Ruiz Robles y que se considera la precursora del libro electrónico, a la que Google rindió homenaje con un doodle el 28 de marzo de 2006.

    9 | EL MANDO A DISTANCIA. Lo que Leonardo Torres Quevedo inventó hacia 1901 fue el telekino, que permitía mover objetos a distancia sin la intervención aparente de fuerzas físicas. El artilugio surgió mientras trabajaba en un nuevo tipo de globo dirigible que pretendía probar sin poner en peligro a nadie.

    10 | LA GRAPADORA Y EL SACAPUNTAS DE SOBREMESA. El guipuzcoano Ignacio Urresti, trabajador de la empresa El Casco, que inventó la grapadora en 1930, fue el artífice del sacapuntas de mesa en 1945. Inicialmente, era un bloque macizo con una manivela que se accionaba para realizar su función de afilalápices y cuyo peso era de 1,29 kilogramos.

    11 | LA MÁQUINA DE RAYOS X PORTÁTIL. Fue idea del español Mónico Sánchez, que emigró a Estados Unidos con 23 años, la creación de un aparato portátil de rayos X durante su trabajo como ingeniero para una compañía que aplicaba la electricidad al ámbito hospitalario. Con un peso de unos diez kilogramos —las tradicionales pesaban 400—, el aparato resultó idóneo para tratar a los heridos en la I Guerra Mundial.

    12 | EL TALGO. Los objetivos de este innovador tren (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol) eran la reducción del consumo energético, el esfuerzo tractor y los tiempos de viaje; el incremento del confort de los pasajeros y la disminución de los gastos de explotación. El primer modelo de este tipo alcanzó en pruebas los 115 kilómetros por hora en el año 1942. En el año 1966, superó los 200 km/h, y en 1978, un Talgo Pendular consiguió alcanzar los 230 km/h, récord mundial de velocidad con tracción diésel.

    13 | EL LARINGOSCOPIO. El barítono español y maestro de canto Manuel García, en su afán por investigar sobre la voz humana, inventó en 1855 el laringoscopio, un aparato para examinar la faringe y la laringe. Con el tiempo, se reconoció su trabajo con la Gran Medalla de Oro para la Ciencia del emperador alemán y la Gran Cruz de Alfonso XII.

    18 | EL CHUPA-CHUPS. Si los niños no se sacan el caramelo de la boca, ¿qué mejor que uno sujeto con un palo que pueda extraerse de la boca cuando se quiera, sin tocarlo y sin mancharse? Bajo este argumento desarrolló el español Enric Benat la idea, fraguada entre 1955 y 1957, de fabricar su Chups. Adquirió todas las patentes que pudieran competir con su caramelo en forma de bola y lo fabricó en Villamayor (Asturias).

    19 | LA RADIO. Generalmente, se atribuye a Guillermo Marconi la invención de la radio, pero este medio de comunicación podría haber sido idea de un español. Originales de dos patentes inéditas en Inglaterra y Alemania del comandante Julio Cervera respaldan esta idea, junto a las patentes obtenidas en España a partir del año 1900 sobre la radio como la conocemos hoy. Marconi no trabajó con la radio hasta 1913.

    20 | EL ARTIFICIO DE JUANELO. El ingeniero hispano-italiano Juanelo Turriano diseñó lo que se considera la maquinaria hidráulica más importante del Renacimiento europeo para elevar agua desde el río Tajo al alcázar de Toledo, salvando un desnivel de 90 metros —hasta entonces, solo se había conseguido subir agua a 40 metros—. Los llamados artificios de Juanelo, construidos en 1569 y 1581, tuvieron mucha fama, y escritores como Cervantes, Lope de Vega o Quevedo los citan en sus obras.

    21 | LA NAVAJA. La prohibición de Carlos V de llevar armas de hoja larga a todas las personas ajenas a la nobleza propició el nacimiento de la navaja en el siglo XVI. Se trataba de un cuchillo cuya hoja gira sobre un eje que la oculta dentro del mango, que exportó España al resto de Europa de manera muy rápida, volviéndose muy popular.

    22 | LA GUITARRA ESPAÑOLA. Como una modificación de la antigua vihuela, la guitarra clásica de seis cuerdas se desarrolló en España entre los siglos XIII y XVIII. El tratado más antiguo que se conoce sobre la guitarra española es de 1586, obra de Juan Carlos Amat. El evolucionado instrumento de cuerda se convirtió en extraordinariamente popular.

    23 | UN ESTABILIZADOR ÓPTICO. Juan de la Cierva y Hoces, sobrino del inventor del autogiro, ideó una técnica para el cine que llevó a que le concedieran un Óscar a la mejor contribución técnica de la industria cinematográfica en 1969. Se trata del Dynalens, un estabilizador que evita que las vibraciones afecten a la imagen cuando se graban secuencias en movimiento.

    26 | EL PUNTERO PROYECTABLE. El inventor español Leonardo Torres Quevedo cuenta en su haber con un artilugio conocido como puntero proyectable. Consistía en un sistema articulado en el que el usuario podía desplazar uno o más puntos al lado de la placa de proyección, permitiendo de esta manera que el ponente señalara las zonas que quería destacar de una transparencia.

    27 | EL PORRÓN. Está considerado una fusión entre el cuerno o ritón, que empleaban los romanos en las orgías y bacanales para beber, y una botella. Su origen data de entre finales del siglo XIV y principios del XV. El

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