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El Juego de los Negocios: Ensayos de una economía con valores
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Libro electrónico102 páginas1 hora

El Juego de los Negocios: Ensayos de una economía con valores

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Tradicionalmente a los negocios se les considera como un campo de batalla, donde todas las medidas serían válidas. Sin embargo, el resultado de esta conflagración no deja a nadie conforme ni con sus ganancias ni con su proceder. En el presente libro, el académico y empresario Jaime Soto plantea soluciones prácticas y con ética a este dilema. Se trata de ejemplos de cómo actuar ante disyuntivas en que el lucro parece arrasar con la calidad de los productos y servicios; la confianza entre los actores económicos, y el Medio Ambiente. El Emprendimiento, la Innovación y la Tecnología estarían limitadas por la conciencia personal: de cada cual depende sacar el mayor provecho a estos recursos sin hipotecar el futuro del mundo. En su «hoja de ruta», Soto emplea la teoría para conseguir el mejor método con que administrar el espíritu de las empresas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 nov 2017
ISBN9789569385117
El Juego de los Negocios: Ensayos de una economía con valores

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    El Juego de los Negocios - Jaime Soto

    Negocios

    Capítulo I

    La difícil realidad

    1. Cambio eterno

    La base de toda empresa radica en su capacidad de emprender e innovar respecto del producto o servicio que ofrece. Es un proceso evolutivo. Se crea un valor en la medida en que se lo transmite a los trabajadores, accionistas, clientes y al Medio Ambiente. Paralelamente, la Responsabilidad Social Empresarial le da un sentido trascendente al trabajo, creando un mecanismo para aportar a la comunidad. Así, el emprendimiento y la innovación están íntimamente ligados a la sobrevivencia de la empresa.

    La sobrevivencia implica la capacidad de adaptarse al medio. Que una empresa sea viable conlleva un cierto nivel recursivoorganizacional. La unidad última e indivisible de una organización es el ser humano que trabaja en ella. Sobre esa base se podría elegir como medición el sistema de costeo o el de bonos de un funcionario. No olvidemos las dos máximas: «si no lo puedes medir, no lo puedes gestionar», y «sólo variedad absorbe variedad». Y una tercera que dice: «el cambio está en sí mismo y cambia constantemente». Lo cual quiere decir que los cambios son cada vez más rápidos en los negocios: quienes crean valor son los que se adecuan a esa velocidad, absorbiendo una variedad con otra.

    Es necesario manejar muchas distinciones, así como los esquimales que conocen diez o quince tipos de nieve. Si uno maneja estas máximas o factores, se produce un efecto sinérgico dentro de las organizaciones, volviéndose viables. Pero, ¿qué se entiende por viabilidad?

    Se trata del trabajo asociado, en que todas las unidades del negocio alcanzan la estabilidad. Hasta llegar recursivamente a un tercer o cuarto nivel, uniéndose el ser humano y la máquina al proceso productivo. El drama sucede cuando las organizaciones son incapaces de diferenciar hasta qué nivel son viables. Si no hay capacidad emprendedora matas la motivación. La persona que trabaja contigo necesita saber a dónde va el negocio y su posición dentro de la empresa.

    No es lo mismo cuando una persona dice: «mi trabajo consiste en apilar ladrillos en una pared», a cuando afirma que «apilo ladrillos en esta pared, que es parte de una pieza». O al explicar que «ordeno ladrillos en el muro de esta pieza, que es parte de una catedral».

    En el caso de que un trabajador esté en los niveles bajos de la pirámide o la estructura funcional, pero sapa que construye una catedral, su visión de la totalidad de la empresa cambiará positivamente y su situación será mejor que la del empleado que cree simplemente apilar ladrillos.

    Aunque puede serle inútil: si es incapaz de medir lo que ve, como dijimos, tampoco logrará gestionarlo. El drama pasa por la eficiencia y efectividad. Una empresa puede ser eficiente haciendo máquinas de escribir, pero inefectiva en el negocio futuro. Dichas máquinas no se venderán en los próximos años, a lo sumo ocuparán un lugar en la nostalgia.

    Los conceptos de eficiencia, efectividad, variedad, cambio y medición se relacionan con la organización viable.

    El ensayista Humberto Maturana dice que no existe una sola realidad, sino que cada realidad sería una interpretación de la experiencia y se basaría en el lenguaje. Éste se define como una «coordinación de coordinaciones conductuales consensuales en un nodo recurrente de acción en dominios cognitivos» (sic). El lenguaje es el que permite una interacción rica en que el observador define la realidad, y la interpretación de la misma será distinta para todos los que están dentro de una organización. Si un individuo sabe que construye una catedral, su realidad será distinta a la de quien cree que sólo apila ladrillos; ambos tendrían diferentes misiones y visiones de la

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