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El Canto De Los Gallos De Oro
El Canto De Los Gallos De Oro
El Canto De Los Gallos De Oro
Libro electrónico437 páginas6 horas

El Canto De Los Gallos De Oro

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En esta novela MARGARET DONNELLY nos deleita con sus dotes de escritora e investigadora social mientras entrelaza la realidad y la ficción. Lo hace al descubrir los orígenes de los escuadrones de la muerte en el continente latinoamericano, a través del escape de expertos que trabajaron para la SS durante la Segunda Guerra Mundial y su posterior incorporación al aparato militar argentino.

EL CANTO DE LOS GALLOS DE ORO es una novela en la cual se conjugan eventos económicos, históricos, politicos y socials, voces verídicas y secretas de los pueblos latinoamericanos y especialmente de los venezolanos, unidos por la realidad que han vivido y sufrido como resultado de gobiernos ineficientes, corruptos y, a la vez, violentos. La novela es un recorido a la idiosincracia latinoamericana donde la codicia, el ansia de poder y escuadrones de la muerte no conocieron límites, dejaron a países devastados. Es una historia sin precedente donde la conexión de los hechos va mucho más allá de lo que el lector pueda llegar a imaginarse.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 feb 2007
ISBN9781412205788
El Canto De Los Gallos De Oro
Autor

Margaret Donnelly

Después de su infancia en Venezuela, la autora se mudó a los Estados Unidos y desarrolló una carrera próspera como abogada. Recibió su Doctorado de Jurisprudencia de la Universidad de Texas, Austin, Texas, U.S.A., y recibió su título de Bachelor of Arts (B.A.) del prestigioso Instituto de Estudios Latino Americanos de la Universidad de Texas. Hoy en día, divide su tiempo entre su práctica de ley, escribir, y en proyectos cívicos con la comunidad. Fue nominada para el premio de la Fundación Right Livelihood de Suecia en 2004 (conocido como el premio alternativo Nobel) por su trabajo comunitario.

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    El Canto De Los Gallos De Oro - Margaret Donnelly

    Copyright 2006 Margaret Donnelly.

    All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval

    system, or transmitted, in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying,

    recording, or otherwise, without the written prior permission of the author.

    ISBN: 978-1-4120-8142-9 (sc)

    ISBN: 978-1-4122-0578-8 (e)

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    OTROS LIBROS POR MARGARET DONNELLY

    Los espíritus de Venezuela

    The Spirits of Venezuela

    The Song of the Golden Cocks

    Arte por John P. Bush

    Trafford rev. 9/16/2021

    8915.png www.trafford.com

    North America & international

    toll-free: 844-688-6899 (USA & Canada)

    fax: 812 355 4082

    Contents

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    Epílogo

    Acerca de la Autora

    12583.png

    Dedicado a mis padres, Ines y Walter William Donnelly,

    y al Gran Libertador,

    Simón Bolívar

    Es un hecho que 364.018 personas fueron asesinadas o

    desaparecidas por escuadrones de la muerte en Argentina, Bolivia,

    Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y

    Uruguay, entre los años 1970 y 1995.

    1

    29 de noviembre de 1990

    Caracas, Venezuela

    Iván Trushenko fue invadido repentinamente por la indignación que le produjo ser entregado a la Policía de Seguridad por José Rodríguez, quien lo sometió a estos secuaces de mediana edad que lo culpaban a él...¡a él! Iván Trushenko, de darle una identidad venezolana falsa a un miembro del Kameradenwerke. ¡Que Dios orinara sobre ese hijo de puta de Rodríguez, sinvergüenza, inservible, bueno para nada, que se merecía una mujer con ladillas!

    José Rodríguez lo había convencido de interrumpir sus vacaciones en Cuba, con la excusa de que debían reunirse con un importante patrocinador de su partido, Movimiento hacia la Izquierda (M.I.). El supuesto patrocinador no lo conocía pero solicitó la reunión con él porque era el primero en la escala de poder del M.I. Quien necesitaba una identificación falsa resultó ser el desconocido.

    Iván aceptó, creyendo que se trataría de la contribución de una alta suma de dinero al M.I. Efectivamente, el desconocido le entregó los 10.000 dólares cuando él le entregó el pasaporte venezolano falso. Horas después de la reunión, fue arrestado por la Policía de Seguridad venezolana, la cual lo acusó de ayudar a Janis Endelis, un criminal de guerra y miembro del Kamerandenwerke.

    El distante sonido de unas botas que caminaban sobre piedras duras acentuaron los pensamientos de Iván. Estremecido, apretó las rodillas contra su pecho para distraerse de los mórbidos recuerdos que iban y venían por su mente. Se sentía débil por las corrientes eléctricas que horas antes le habían producido las descargas de las pinzas al rojo vivo que habían pulverizado sus tripas y casi rasgado sus riñones fuera de sus cavidades. Se mantuvo en posición fetal mientras continuaba mirando fijamente las ranuras de las paredes de su celda. Las ranuras emitían sus propios gritos silenciosos de almas torturadas en ese mismo lugar. Los gritos seguían impregnados en el aire, y eran de aquellas almas obsesionadas por lo que habían dejado atrás: nombres, fechas, rencores, traiciones….

    El rígido sonido de las botas súbitamente se detuvo. La puerta de la celda de Iván se abrió bruscamente. Él cerró los ojos. Dos soldados lo tomaron por cada lado y lo arrastraron por el ya conocido pasillo. Entonces gritó tan fuerte como pudo, decidido a dejar testimonio de si mismo en las rajaduras de las paredes. Sus pies se raspaban en cada duro y frío escalón mientras fue arrastrado a la cámara de tortura donde todo lucía igual. El olor podrido de su propia carne quemada, de su propio excremento, y de su sudor, invadían el aire. Echado sobre el árido piso, se encorvó sin reparar en la silueta en ropa de civil que se detuvo al otro lado de la puerta y que susurró algo a los soldados.

    La silueta se mantuvo estática un par de minutos, cruzó el umbral silenciosamente y luego se dirigió al interruptor en la pared y lo encendió. La luz intensificó las líneas de la cara que pertenecían a la silueta del Capitán Alfredo Villanueva de la Policía de Seguridad. Hombre bien entrado en los cuarentas, Villanueva caminó hacia la única silla de la habitación que era de madera sin apoyabrazos, la giró hacia si acomodándose en ella como si fuera una silla de montar, y cruzó sus brazos sobre el respaldar. Dejó correr su mirada por el cuerpo enroscado de Iván.

    -Hablábamos de Janis Endelis- Villanueva dijo en voz baja con cierta malicia. -No niegas haberle dado un pasaporte venezolano, así que por qué no haces las cosas más fáciles para tí. ¿Ah?- Sus palabras quedaron impregnadas en el hedor de la habitación hasta que abruptamente la rabia se apoderó de Iván que se enderezó para encararlo.

    -Él es un desconocido.

    Villanueva sonrió. -Mi amigo, ya hemos hablado de Endelis antes- dijo mirando fijamente su cara. Encogiéndose de hombros añadió -Es cierto, no debería importarnos en lo más mínimo, pero nosotros no queremos ser culpados por los norteamericanos de ayudar e incitar a criminales de guerra, ni que hablar de los argentinos que se han mostrado interesados en Endelis.- Janis Endelis era buscado como un criminal de guerra, pero también fue el arquitecto de la tecnología usada por los escuadrones de la muerte SS que fue traída a la Argentina al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Endelis fue introducido secretamente a la Argentina desde Letonia en 1946 con la asistencia de un grupo ultra-conservador de oficiales militares argentinos denominado Grupo de Oficiales Unidos (GOU). El GOU estaba relacionado con la red de escape conocida como la Organización de los Antiguos Miembros de la Organización SS u ODESSA. ODESSA había operado en América Latina desde finales de 1940 hasta fines de 1950 cuando cambió su nombre por el de Kameradenwerke. Por intermedio del GOU, cientos de oficiales de la SS se infiltraron en la maquinaria militar del gobierno del presidente argentino Juan Domingo Perón entre 1946 y 1955. Perón fue un gobernante muy cuidadoso con su imagen pública, pero existían evidencias de que él cooperó silenciosamente con ODESSA y que fue él, quien abrió la puerta a Janis Endelis….

    -¿Tus jefes están listos para asesinarme?- preguntó Iván.

    Villanueva suspiró. -No. El actual gobierno no quiere regresar al pasado.- Después de todo Venezuela era una democracia.

    -Entonces debo ser soltado.

    -No serás liberado hasta que nos dés la información que te pedí.

    La cólera de Iván regresó. -¡Estúpidamente me preguntas a mi! ¿Si tú y tus superiores son gavilanes por qué se molestan en comerse una cucaracha como yo?

    -Tú puedes ser una cucaracha pero conoces el nombre de la nueva identidad de Endelis, y no divulgarla puede ser una situación muy comprometedora- respondió Villanueva -aunque gracias a ti, es posible que Endelis se colará de contrabando y esté fuera de Venezuela y entonces así no tendríamos, ¿cómo diríamos?, no estaríamos obligados, si, no estaríamos obligados a arrestarlo.

    Iván miró el techo y dijo -Todo lo que sé, se los he dicho.

    Él lo miró fijamente. -Apreciamos la información que nos has dado de Rodríguez pero no es suficiente.

    -Él sabe mucho más de Endelis que yo. Rodríguez me convenció de regresar de Cuba. Fue una trampa.

    Villanueva asintió con la cabeza. -Si ya nos dijistes eso.

    -Rodríguez me dijo que un importante hombre de negocios quería ayudar al M.I.

    -¿Por qué tu amigo querría tirarte a la mierda?

    Él respondió con desdén. -Rodríguez no es mi amigo. ¡Ya te lo dije! Él está tratando de liberarse de mí porque quiere controlar al M.I.

    -Ah…entonces él es quien te puso en contacto con un antiguo oficial de la SS, quien te compró un pasaporte falso.…

    Iván insistió -Rodríguez fue quien me dio el pasaporte y después arregló el encuentro entre Endelis y yo.

    -¿Por qué él mismo no se reunió con Endelis?

    -Estaba protegiendo a sus contactos. ¡Existen aquellas personas de círculos importantes pero yo no se quienes son. Rodríguez los conoce a todos ellos, ¡yo no!

    -No tiene sentido retener esa información- contestó Villanueva. -Al decir la verdad, como ya lo insinuaste, Endelis no es alguien a quien tú consideres importante, a menos de que él quiera controlarte a tí y, además, al M.I.

    Furioso de que todos lo estaban jodiendo, él contestó -¡No se más nada, bastardo! ¡Mi partido nunca será manipulado por un criminal de guerra!

    Los ojos de Villanueva se endurecieron. -Ah si- respondió con frialdad lanzando una mirada indignada hacia la puerta mientras con su cabeza asentía a dos soldados quienes corrieron a despojar rápidamente a Iván de su camisa blanca sucia y pantalón gris. Arrastraron su cuerpo amoratado y mientras uno de los soldados agarraba sus muñecas el otro las ataba con unas cuerdas.

    Iván reunió fuerzas suficientes para emitir jadeantes insultos -¡Mírenme a la cara hijos de puta!- Rápidamente una bota lo pateó quedándose plantada en sus costillas.

    Otra vez y como antes los soldados abrieron sus piernas, amarrando sus tobillos a unos anillos incrustados al piso de concreto. Le arrojaron trapos mojados, provenientes de un balde de metal, en su pecho y en sus hombros, y entonces, un punzón eléctrico fue hábilmente aplicado en cada uno de sus hombros. Con cada corrientazo, jadeó violentamente. El punzón fue aplicado cuidadosamente de tal manera que tocara su pecho evitando el área cercana a su corazón, así que él sintió su cavidad respiratoria como bajo la presión de mil ladrillos y perdió la conciencia.

    Media hora más tarde abrió sus ojos. Sus piernas estaban libres pero sus muñecas seguían atadas. Vio el rostro de Villanueva sobre él.

    -Ah, ya estás de vuelta- Villanueva dijo -¿estás listo para hacer una declaración completa?

    -Tengo sed- respondió contrayéndose del dolor en el pecho. En seguida se recogió agua del balde de metal en una taza de aluminio que fue puesta contra sus labios, y tragándose el agua con abandono, pidió -¿Pueden…pueden ustedes...quitarme las cuerdas?

    Villanueva trató de esconder su creciente inpaciencia. -Sabes la nueva identidad de Endelis. Dame el nombre.

    -¿Y si lo hago? ¿Qué harán ustedes?- dijo mientras respiraba con dificultad.

    -Te dejo ir.

    -¿Por qué no me dejas ir y les envío mi confesión por correo mensajero desde Cuba?

    A Villanueva la broma no le causó gracia.

    Él sabía que no soportaría más corrientazos. Tosió hasta casi ahogarse del solo hecho de pensar que no había manera de que él se sintiera seguro de que sería liberado sano y salvo. Después de algunos segundos balbuceó -Su nombre es Manuel Blanco.

    Villanueva esperó.

    -¡Haz la señal de la santa cruz y dí un amén, ve, anda, y escríbelo yá!- agregó.

    Villanueva sonrió con burla. -¿Desagradable verdad? Ahórrame una conversación innecesaria y dime todo, así comenzamos el borrador de la declaración.

    -Manuel Blanco es la nueva identidad de Endelis- dijo Iván -Endelis estaba acompañado por otro hombre...un hombre joven…ellos lucían como si fueran parientes.- Tosió e intentó tomar una bocanada de aire. Pensó en un adagio que era utilizado por él y su gente: Perdieron sus cabezas en sus revueltas y su valor cuando fueron encadenados. Se sintió agobiado por el peso de la derrota.

    2

    Cuatro días después Matt Sheridan dejó su apartamento en las afueras de Caracas para reunirse con el coronel del Ejército, Eleazar Suárez. Era una tarde templada con un tenue sol. Como enviado de la Embajada de los Estados Unidos que llegó hace ocho meses, Matt comenzaba a entender lo que estaba haciendo en Venezuela. Tenía 32 años y era un veterano de diez en la Agencia del Servicio de Inteligencia norteamericano (CIA), a la cual ingresó apenas después de graduarse de la Universidad de Yale en 1980.

    No era de la misma clase social que sus predecesores de Yale. De hecho, era oriundo de Brooklyn con un castellano de Harlem que fue pulido y utilizado por la CIA para ejercer inteligencia humana en América Latina. Había planeado unirse al Servicio de Inteligencia de la Marina después de salir de Yale, pero fue convocado por la CIA. En los últimos siete años había sido asignado a trabajar en la frontera estadounidense con México, y luego en misiones a países como Bolivia, Panamá, Ecuador, Paraguay y, finalmente, Venezuela.

    Su tarea oficial era la de trabajar como Enlace Legislativo. Sin embargo, su verdadera labor era servir como intermediario entre la CIA y los militares venezolanos. Su trabajo era resultado de la reorganización del Departamento de Operaciones conocido como el Taller Fantasma. El Departamento se encontraba en proceso de subdividirse en varios talleres más pequeños, uno de los cuales se enfocaba en asuntos militares. Matt servía como puente entre el General Francisco García, miembro del Estado Mayor venezolano, y Richard Anderson, a quien le fue asignado el cargo de supervisar los casos asignados a Matt. El Coronel Suárez trabajaba como enlace, directamente bajo las órdenes del General García y se reunía con Matt cada vez que el General García quería información de Anderson.

    Por un momento, Matt reflexionó sobre la intrigante conversación que había mantenido días atrás con Suárez, en la cual Suárez le había pedido información sobre un letón llamado Janis Endelis quien trabajó para la SS y se convirtió en un miembro más de los militares argentinos. En la conversación Suárez mencionó otros detalles, algunos de los cuales conectaban a Endelis con Perón y además recientemente con otros otros países, incluyendo a El Salvador. Matt se dio cuenta de que Suárez no le había dado los detalles más importantes. Sin embargo, admitió que él debería desarrollar lo que Richard Anderson había cultivado, y era el aprecio por lo que los venezolanos no decían. Los venezolanos eran muy buenos en enmascarar la realidad. Enterraban sus verdaderas opiniones como personajes de un melodrama que usaban expresiones no comprometedoras y explicaban las cosas por medio de refranes, tales como tigres no comen tigres y el canto de un gallo no puede estar más claro. Matt finalmente comprendió el hecho de que tendría que adoptar la misma actitud fría de Anderson quien no se dejaba arrastrar por tales idiosincracias venezolanas.

    Mientras tanto, Matt condujo su automóvil, propiedad de la Embajada, alrededor de un congestionamiento de tráfico cerca de un barranco conocido como Caraota. Mentalmente midió la distancia que había a su lugar de destino que era el restaurante donde se encontraría con el Coronel Suárez. El restaurante estaba situado en la parte vieja de la ciudad, a unos treinta minutos de allí, quizás más, si la congestión del tráfico continuaba. Giró en dirección al distrito llamado El Silencio en donde los edificios coloniales habían desaparecido bajo el frenesí de la construcción que ocurrió en los años 1940. Seis cuadras de estructuras comerciales y residenciales ahora estaban paradas como centinelas del reciente pasado en uno de los sectores más ruidosos de la ciudad. Paradójicamente, fue llamado así porque conmemoraba el silencio mortal que se produjo a consecuencia del terremoto de 1641.

    Caracas fue fundada por enviados de España en 1567 en un largo y estrecho valle. Las montañas de tupida vegetación al norte del valle la protegieron contra los piratas que actuaban independientemente o en representación de sus soberanos ingleses o franceses. Caracas tuvo su historia que incluyó redadas y saqueos además de los terremotos, las plagas, las cuasi-invasiones de inmigrantes codiciosos de sangre, pillaje y poder. Sin embargo, la ciudad milagrosamente prosperó y a mediados de los 1700 se convirtió en un centro de exportación de cacao, algodón, añil, tabaco y tintes para maderas. El café se convirtió en una exportación importante a partir de mediados de los 1800, hasta el auge del petróleo en los años 1920.

    El dramático aumento de réditos de las exportaciones de petróleo abultó las arcas del gobierno en los 1940 y a principio hasta mediados de los 1970. Cada aumento estimuló el frenesí de renovación que sobrepasaron los límites del este-oeste marcados por los barrancos de Caraota y de Catuche y más allá de esos límites en los suburbios, y aún en el sur detrás del río Guaire. Sin embargo, al norte de El Silencio, la reconstrucción había evitado siempre la catedral, terminada en 1674. La catedral tenía una fachada rígida pero distinguida que se complementaba con un altar barroco en su interior, recubierto en oro. Había sido el asiento del primer obispado de la ciudad, ocupado en 1640 por el obispo Fray Mauro de Tovar, aún recordado por los lugareños por su persecución sedienta de sangre de los infieles. Catorce años más adelante, cuando fue transferido a Chiapas, México, por dudosas maniobras por los lugareños, su despedida fue poco agradable. Venenosamente escupió por fuera su desprecio mientras decía -¡De ustedes no deseo ni su tierrita!- mientras sacudía el polvo de sus sandalias antes de subir al barco que zarpaba. Los lugareños que atestiguaron en pro de su partida, festejaron felices reconociendo ser unos ingratos…pero lo hicieron sin sentirse culpables porque sus paciencias habían sido dolorosamente puestas a prueba por el obispo.

    Matt condujo el automóvil a través de la próxima calle del casco viejo de la ciudad hasta que encontró un espacio vacío y maniobró hasta estacionarlo en el pequeño lugar. Tenía tiempo de sobra y así, sin prisa, dejó deslizar su atlético cuerpo de un metro y ochenta centímetros fuera del carro, poniéndose una chaqueta deportiva amarillenta que estaba sobre el asiento delantero cerrando la puerta con llave después de salir del automóvil. Se puso a caminar por el frente de las tiendas, ignorando algunas miradas curiosas, dado que él era un musiú, un término popular derivado de monsieur que era usado para llamar a los norteamericanos también. Sus penetrantes ojos azules y cabellos de un castaño intenso, así como su chaqueta de corte americano sobre un cuello blanco abierto y pantalones azul marino, lo hacían resaltar entre los lugareños.

    No muy lejos de donde se encontraría con Suárez, caminó frente a la casa donde nació Simón Bolívar. Se trataba de una estructura amarillenta, con rejas de hierro forjado sobre las ventanas. Cuando la visitó por primera vez hacía seis meses, la elegante simplicidad del edificio lo sorprendió. Esperaba encontrar algo más digno del hombre que luego se le conocería como el Gran Libertador. Súbitamente, los ojos de Matt se deslizaron hacia dos retratos de Bolívar en la pared cercana a la entrada. Cada cuadro mostraba un hombre con profundos surcos de preocupación en diferentes etapas de su vida. Bolívar quizás nació viejo pero probablemente razones no faltaron para que se produjese su envejecimiento prematuro, como el querer liberar a Venezuela y a otros cuatro países vecinos del dominio de España.

    Eran las 2:45 de la tarde cuando Matt frenó su impulso de volver a inspeccionar el soleado y de por cierto también ventilado interior de la casa histórica, y siguió su camino. Al llegar al restaurante fue recibido por un mesero quien le indicó que podía elegir entre un conjunto de mesas todas ubicadas en la parte trasera. El sol de media tarde acentuaba las sombras del pesado andamiaje colonial del mobiliario. Eligió una mesa cercana a la cocina pero con vista directa a la entrada. Una vez sentado, pidió dos whiskeys con hielo para servirse tan pronto como llegara su invitado. El whiskey era una preferencia típica de los militares venezolanos.

    Matt no quitaba su mirada de la entrada del restaurante. Suárez había llegado y estaba parado en el área de entrada sin uniforme, meticulosamente vestido con un traje gris oscuro con corbata al tono. Tenía cuarenta y dos años y era hijo de los mismos llanos sureños que engendraron al estratega más grande de Simón Bolívar, el General José Antonio Páez. Esas planicies conocidas como llanos, enseñaban paciencia y aguante, con sus 965 kilómetros desde el este al oeste con pastos exuberantes e inundados durante los seis meses de la temporada de lluvia, y sus tierras tostadas durante los otros seis meses restantes de sequía. La fisonomía de Suárez era una atractiva combinación de indio y español, tan atlético como Matt pero dos centímetros y medio más bajo. Tenía una piel morena clara, pelo negro, nariz afilada y ojos grandes grisáceos. Su aparente seriedad contrastaba con su sentido del humor.

    Suárez caminó hacia Matt, saludándolo cordialmente en inglés. Cuando la hielera, dos vasos y una botella de Chivas fueron colocados en la mesa, le pareció demasiado temprano para comenzar a beber, pero no quizo rechazar la gentil invitación. Mantuvo una amena conversación sobre generalidades como lo hacen los exitosos hombres de negocios, preparando el terreno para una conversación de ofertas y contra-ofertas. Después de unos minutos él colocó su vaso en la mesa y dijo -Como usted sabe, nosotros hemos estado en contacto con Argentina, así que por favor explíqueme la situación con exactitud.- Era un venezolano como muchos, bien interesado en educarse lo más que podía, y especialmente interesado en los más recientes esfuerzos de la CIA en evaluar la penetración de los Kameradewerke en Latinoamérica. Él se refería específicamente a Janis Endelis, debido a que los venezolanos estaban ansiosos por más información al respecto.

    -La invasión de Irak a Kuwait está distrayendo la atención de los estadounidenses- respondió Matt.

    -¿Oh, más de lo mismo, no?- Suárez insinuaba que el Presidente George Herbert Walker Bush continuaba con la misma actitud de no poner

    suficiente atención a América Latina, queja favorita de los venezolanos. Aunque los venezolanos también acusaban a los Estados Unidos de ser una bruja cumbamba sobre-protectora que con su escoba volaba con velocidad sobre ellos y los dejaba atrás, un símbolo fálico usado para describir a la

    CIA ya que esta agencia gozaba de la honorable y vieja reputación de meter el palo de su escoba en todo.

    -Si, pero yo no diría que es intencional- respondió Matt. -Ellos están distraidos por Irak u otras cosas. Un importante informe fue entregado al Congreso el pasado verano, en asuntos de migración y desarrollo económico en América Latina. Eso abrirá la puerta para una alianza de Libre Comercio con México- agregó.

    -¡Ah!- exclamó Suárez con un brillo en los ojos. -¿Esa alianza de comercio realmente ayudará a mejorar nuestros problemas de comunicación?

    -Es importante empezar a comerciar con México porque ya nosotros tenemos un trato comercial con Canadá- dijo él.

    -Si es así, entonces es probable que México se tornará más importante como productor de petróleo- Suárez respondió, admitiendo que eso desplazaría a Venezuela de su posición principal en el hemisferio.

    Matt asintió con la cabeza. -Tenemos que proteger el mercado mejicano a través de un acuerdo, pues si no, nuestra competencia se apoderaría de ese mercado.

    -¿Japón? ¿Alemania?

    -Si.

    -Lo negativo- dijo Suárez -es que los mejicanos tienen petróleo y eso podría contrariar a sus aliados en el Medio Oriente.

    -Estoy seguro que nuestros políticos deben haber considerado esa posibilidad- dijo Matt mientras suspiraba.

    -A veces los líderes gastan mucho tiempo apadrinando a las personas equivocadas- comentó él.

    Matt estaba divirtiéndose en silencio porque Suárez tenía razón, los Estados Unidos habían apoyado a Irak en la guerra Irán-Irak, una situación que no provocó Bush y que había tenido un efecto boomerang horrible. Matt cambió la conversación al tema de Janis Endelis y dijo -Si los argentinos le están dando información de que le pueden ayudar a atrapar a Endelis, entonces debe mantener presente que queremos ayudarles, especialmente si él es un criminal de guerra. Como ustedes, nosotros no permitiremos que Venezuela se convierta en botadero de esta clase de basura.

    -Podremos manejarlo con su asistencia- dijo Suárez -de acuerdo a informes argentinos, su agencia tiene importante inteligencia que podría ser muy útil.

    -Quizás- dijo dubitativamente.

    -Aconsejará usted a sus superiores de que nosotros estamos tratando de seguir todos los canales oficiales y que necesitamos cualquier información.- Después de una pausa, repitió -Cualquier información, así sea extemporánea.

    -Haré lo mejor que pueda. ¿Qué hay detrás de estas indagaciones?- preguntó Matt, lleno de curiosidad.

    -Sospechamos que Endelis tiene una conexión a través de Venezuela.

    -¿Una conexión para qué?- preguntó él.

    -Endelis es el promotor de la tecnología del escuadrón de la muerte. Ahora, los miembros de esta red paramilitar están asumiendo nuevas identidades y lo sabemos porque algunos de ellos fueron descubiertos.

    Matt estaba realmente perplejo. Siguió escuchando.

    Suárez continuó -Estamos convencidos que esa red incluye a oficiales militares venezolanos. Sin embargo, el nuevo liderazgo en Argentina está escéptico respecto de continuar con las investigaciones que habían comenzado durante el gobierno anterior del Presidente Raúl Alfonsín. Ahora que Alfonsín está fuera de su cargo, su sucesor, el Presidente Menem, está bajo presión en lo que se refiere a cerrar la puerta a las conexiones sucias de Argentina con los Nazis.

    -¿El Presidente Menem no está cooperando realmente?

    -Si- respondió Suárez -pero nosotros continuamos trabajando sobre las evidencias anteriores que recibimos de Alfonsín y su gente.

    Matt movió ligeramente su cabeza de izquierda a derecha. -¿Algún resultado?

    -No sabemos qué grupo es el cerebro tras este esfuerzo en Venezuela, pero sí sabemos que Endelis asesora al grupo. Él es uno de los consejeros pero no es el líder.

    Suárez dio un sorbo a su bebida y continuó -Un pasaporte venezolano fue emitido para Endelis. La falsa identidad es Manuel Blanco.- Hizo una pausa e hizo una señal al mesero para pedir unas tapas. -El pasaporte es parte de un grupo de pasaportes extraviados en el Ministerio.

    -¿Quién es la fuente de información?- preguntó.

    -Un informante, un joven llamado José Rodríguez nos dio información sobre la persona que vendió el pasaporte a Endelis, Iván Trushenko. Rodríguez y Trushenko son los líderes de uno de nuestros partidos de izquierda minoritarios, conocido como el M.I. Nosotros arrestamos a Trushenko.

    -¿Trushenko?- Matt repitió el nombre tratando de adivinar la nacionalidad.

    -Su padre es oriundo de Kiev, luego inmigró a Venezuela- explicó Suárez.

    -¿Qué hace un izquierdista como Trushenko con un derechista como Endelis?

    Suárez medio sonrió. -Cosas más raras…suceden.

    -¿Cómo encontraron a Trushenko?

    -A él lo entregó Rodríguez, pero entonces Rodríguez desapareció...y tras resistir varios interrogatorios Trushenko nos dio la nueva identidad de Endelis. Trushenko fue liberado ayer. Lo estamos siguiendo.

    -¿Él no dio más información sobre Endelis?- indagó Matt.

    -Trushenko nos dijo que Endelis andaba con un tipo más joven, quizás su hijo, pues se parece mucho a Endelis. Sin embargo, ya nosotros sabíamos mucho de Endelis, gracias a los esfuerzos del Presidente Alfonsín por llegar al fondo del asunto que era la red de Endelis. A fines de la década de 1940 y principios de la década de 1950, Endelis estaba relacionado a una poderosa organización de oficiales con base en Argentina, el Grupo de Oficiales Unidos, conocido también como GOU, quizás los conozcas. El GOU presionó a Perón de importar tácticas de la SS para la ofensiva Argentina, y fortalecer su, ¿cómo se dice…?

    -Autoridad.

    -Autoridad eso es, poniendo a hombres leales en posiciones claves. Un grupo de cohesión con sentido de honor, aunque no haya nada de eso en las tácticas subterráneas que han desarrollado, bien sabe usted a que me refiero, a la maquinaria de matar. El modus operandi de los escuadrones de la muerte combina el terror con la agresión, endemoniada en el control de las economías e infiltrándolas a través del aparato militar.

    -¿Qué funciones realizaba Endelis en la SS?

    -Él era un participante marginal por ser miembro de la Policía Auxiliar Letona. La policía reportaba al Gruppe A que era parte de la organización de Himler- Suárez respondió -Endelis escapó a través de las filas alemanas a España con la ayuda del que encabezaba Gruppe A. Tenía 35 años cuando escapó. Ahora tiene unos ochenta.

    Matt asintió.

    Suárez agregó -El equivalente a la organización de Himler en el ocupado territorio báltico era Gruppe A. Era un organismo regional. Tenía sub-unidades conocidas como comandos. Cada comando respondía a un país báltico y el asignado a Letonia era el Comando 2. Endelis servía de intermediario entre la Policía Auxiliar de Letonia y el Comando 2. Su cargo era administrativo y tenía oportunidad de aprender sobre las estrategias internas del Comando.La tecnología desarrollada por Himler es lo que Endelis ha mercadeado los últimos 45 años. El comando era una máquina profesional de asesinar, un comando mortal. Era el prototipo de los escuadrones de la muerte de hoy.

    -¿Cuántos hombres tenía el Comando 2?

    -Habían 750 que seguían el avance del ejército alemán a través de Letonia y, aunque técnicamente subordinados al ejército, estaban en realidad bajo el control de Himler. Para que usted lo entienda mejor, cada comando estaba diseñado para arrestar subversivos durante la ocupación alemana. La Policía Auxiliar de Endelis, lideró el Comando 2 hacia los insurgentes letones.

    -¿Realmente cree que Endelis esté diseñando algo así en Venezuela?

    -Sospechamos que es así- respondió -algo parecido a la red de informantes que proveyó la inteligencia y apoyo periférico al Comando 2 que era altamente efectivo. Cuando el Comando 2 empujó a 28.000 judíos al barrio judío de la capital letona, Riga, supuestamente para mantener un ojo sobre ellos, el Comando 2 procedió a asesinar el 80% de ellos en un período de tres meses con la asistencia de la policía letona.

    -¿Se mantuvieron registros de lo sucedido?- Matt preguntó desconcertado.

    Asintió moviendo la cabeza.

    -¿Qué dicen los argentinos?

    -Que Endelis sabe cómo organizar las tropas paramilitares como el Comando 2 aunque él no estaba directamente involucrado en el asesinato de los judíos, puesto que era un civil- explicó Suárez -pero dada su prominente posición era una figura clave pues el Comando era relativamente pequeño.

    -¿Cuáles son los antecedentes de Endelis?- preguntó.

    -Físicamente mide un metro y setenta y siete centímetros, flaco, pelo gris, pero probablemente se lo tiñe. Sus padres fueron llevados a Siberia cuando los rusos fueron forzados a retroceder del ejército de Hitler. Los rusos mataron a su esposa e hija.- Suárez miró distraídamente hacia la mesa, y luego de que sus vasos fueran llenados nuevamente por el mesero, continuó -Endelis no era brillante pero era vivo, se graduó de una universidad estatal y sirvió en las fuerzas de esquí del ejército letón.

    Por un instante, Matt se frotó la barbilla, apreciando la habilidad de Suárez para trasmitir hechos que convergían de manera detallada y peculiar.

    Suárez continuó -Los letones odiaban a los rusos y alababan a los alemanes como si fueran sus libertadores, lo cual explica la inmediata lealtad de Endelis para con Alemania. La lealtad hacia los alemanes fue alimentada por la ocupación rusa.- Él sonrió. -Endelis es una vergüenza para los argentinos dada su conexión con la SS además de ser la ODESSA quien lo ayudó a escapar a la Argentina. Y sin lugar a dudas, lo hicieron con la bendición del Presidente Perón.

    -Si, lo sé.

    -Sus jefes quizás subestimen a la red de Endelis- advirtió Suárez.

    -¿Si ustedes lo

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