El Viento Del Espíritu

Por MVC

Este libro está escrito y dedicado a toda mi familia en Cristo, para ser compartido con la finalidad de hacer conciencia de tantas religiones que gobiernan este mundo, para que todos podamos de una u otra manera entender que entre más idiomas hablamos, más podemos compartir el amor de Dios y su Santo Espíritu, ese que se encuentra en nuestras vidas.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 19 abr 2021
• ISBN: 9781506536866

MVC

Soy casada, amada de casa, madre de dos hermosos hijos y abuela de cinco nietos. Entre las actividades que me gusta hacer en mis tiempos libre es hacer ejercicios para adquirir energías saludables en mi vida. En la parte espiritual como ser creado por nuestro Dios; me siento feliz dando gracias a Él todos los días por eso es escogido ser Adventista del Séptimo. Deseo que todo ser que pueda leer este hermoso libro puedas entender que existe un ser Supremo velando por el cuidado de cada uno de nosotros.

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El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

Fecha de revisión: 13/04/2021

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

828893

Índice

Dedicatoria

Introducción

Prólogo

I. El viento del espíritu

Dedicatoria

Este libro está dedicado con todo mi corazón,

principalmente a Dios, quien inspira mi espíritu y me

llena de sabiduría para escribir o hablar de su palabra.

Lo dedico también con mucho amor a todos mis

hermanos en Cristo, que día a día persisten en

continuar en este duro pero hermoso camino de la fe,

siguiendo el ejemplo de vida que nos dejó Jesús.

Y con muchísimo cariño a todos los lectores,

espero les guste y lo disfruten.

Con amor para todos, Vicky Cisneros.

El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido

para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a

sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad

a los cautivos, vista a los ciegos; a poner en libertad a

los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor.

(Lucas 4: 18-19), Reina Valera 1960.

Introducción

Después de que nuestro amado señor Jesús murió y resucito, en su último encuentro con los apóstoles y antes de ascender al cielo nos dejó una promesa maravillosa, que enviaría un consolador para que nos guiara a toda verdad y a toda justicia en este recorrido tan complicado que tendremos en la tierra al cual llamamos vida, ese es el Espíritu Santo. Al cual tenemos el privilegio de tener a nuestro lado, siempre que andemos en santidad y comunión con Dios, respetando sus Diez Mandamientos.

Con el pasar de los años en las Iglesias ha habido mucha confusión, debido que han existido cristianos los cuales no han seguido el ejemplo de vida que nos dejó Jesucristo, lo que ha ocasionado que muchos inconversos no quieran llegar a los templos a oír la palabra de Dios y también que muchos conversos se enfríen y se aparten de los caminos del Señor porque se llenaron de odio, rencor y principalmente decepción.

Lo cierto es que los tiempos del fin se acercan y es ahora el momento que tenemos para acercarnos a Dios para reflexionar, apartarnos del pecado y luchar por la salvación, de este modo no perder el gran galardón que es la vida eterna, Jesús ha tardado su venida por amor a la humanidad, nuestro señor quiere que toda persona proceda al arrepentimiento.

Es momento de que los cristianos y líderes de las Iglesias comiencen a ser de testimonio para sus discípulos, dándoles el ejemplo, ayudándolos a crecer en la fe, enseñándoles a orar, a estudiar la palabra, a clamar al Señor, para que se mantengan en la Torre Blanca y no se desvíen a las otras torres que llevan a la perdición.

En este libro titulado Espíritu Santo se busca que el lector reflexione sobre su vida espiritual, animándolos a persistir en este camino de la fe y no desviar la mirada del objetivo, el cual es llegar a habitar esas moradas que nuestro glorioso señor Jesucristo nos tiene preparadas, espero lo puedan disfrutar.

Prólogo

Este libro está escrito y dedicado a toda mi familia en Cristo, para ser compartido con la finalidad de hacer conciencia de tantas religiones que gobiernan este mundo, para que todos podamos de una u otra manera entender que entre más idiomas hablamos, más podemos compartir el amor de Dios y su Santo Espíritu, ese que se encuentra en nuestras vidas.

El idioma de Dios lo puede entender hasta un niño, ya que no es nada complicado, aunque existen ciertos dialectos que no podemos deducir, como por ejemplo: cuando se habla en lenguas desconocidas, allí hasta los adultos nos confundimos y no entendemos. Ahora bien, para que se pueda entender y discernir quien es el Espíritu Santo, tenemos que conocerlo, conocer de su amor y su poder lo cual solo lo podemos hacer a través de la palabra de Dios.

Por lo que solo debemos hablar de Él y predicar su evangelio; creo que si todos nos comprometemos a buscar ese amor escuchando su palabra, Dios le hablara a cada hijo que ha creado en este mundo. Todo aquel que lo quiera entender debe abrir su corazón y sus sentidos espirituales, para así comprender no solo ese dialecto que utilizan al hablar o esas lenguas angelicales, sino tener el discernimiento de su palabra.

Para que todo niño, joven y adulto pueda deducir ese lenguaje, escucharlo, verlo venir en gloria o hasta tocarlo algún día, tiene que entregarle su vida, adorarlo en espíritu y en verdad, predicar de su palabra, hablar de las infinidades de maravillas que Él ha creado, hablar de su grandioso sacrificio por nosotros y de su amor incondicional.

I. El viento del espíritu

Las dos simientes van a la par una es el Sábado y la otra el Domingo, las dos llevan humo al Creador, una mira el cielo cada día, clama al Todopoderoso para mantener su color blanco, su obediencia a Dios, para mantener los Diez Mandamientos en alto, también busca la humildad, ora con persistencia, busca la Fe con amor y con ahínco se humilla a Dios para conservar la tolerancia con los demás, medita en el sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario para recibir mansedumbre, para obedecer y estar lista cuando el cielo se habrá y todos los redimidos miremos al Creador de este universo, hasta el tiempo del fin.

Mientras todo esto pasa a su alrededor unos corren de aquí para allá, otros no las disciernen ni ven a las dos torres que van a la par de la gente, quienes no se detienen a verlas ni miran que van a la par llevando humo, ya nadie las distingue con su ofrenda al Señor; desde que Dios creo los cielos y la tierra le dio reglas al primer hombre de este mundo, una de ellas fue la obediencia, la cual no cumplió y desde entonces la desobediencia fue, es y será la causa principal que llevo al ser humano a la separación con Dios; después de que el primer hombre con su mujer desobedecieron al comer el fruto prohibido, fueron sacados del Jardín del Edén (Génesis 2:1-3).

Cuando Dios termino los cielos y la tierra, el siguiente día descanso, lo hizo una sola vez para darle ejemplo a la primer pareja, Dios no se cansa, lo hizo por amor a ellos, porque Él sabía que se cansarían mientras vivieran en este mundo. Fueron los primeros hombres quienes se desconectaron de Dios en el tiempo y con el tiempo comenzó la maldad a causa de la rebeldía, queriendo ser mejor que otro, por no reconocer que solo hay dos grupos el del bien y el del mal; así se llenó la tierra en gran manera, con el tiempo la vida de Adán en esta tierra fue en total de 930 años (Génesis: 5-5) Y en el transcurrir de ese tiempo muchos de los seres humanos se desconectaron y perdieron la obediencia a Dios y a sus mandamientos.

En muchas generaciones se habla de Adán porque él fue la primera persona creada para habitar este mundo y fue el que más años vivió, por ser el primer hombre, para ese entonces no existía la tecnología, no estaba cómo la conocemos hoy en día, donde podemos tener la palabra de Dios donde estemos y cuando queremos, con la Biblia alcanzamos a saber cómo nuestro Creador quiere que seamos y con su ayuda logramos enfrentar el mundo. Dios no cambia la manera en cómo quiere que le adoremos,