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Límites en el Noviazgo: Cuándo decir sí.  cuándo decir NO. tome el control de su vida
Límites en el Noviazgo: Cuándo decir sí.  cuándo decir NO. tome el control de su vida
Límites en el Noviazgo: Cuándo decir sí.  cuándo decir NO. tome el control de su vida
Libro electrónico364 páginas5 horas

Límites en el Noviazgo: Cuándo decir sí. cuándo decir NO. tome el control de su vida

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Información de este libro electrónico

Entre la soltería y el matrimonio hay un camino llamado noviazgo. ¿Quieres hacerlo más hermoso? Establece límites saludables y mantenlos en tu relación; limites que te ayuden a crecer en libertad, integridad y autocontrol.

Reglas para el noviazgo que le ayudaran a Encontrar el amor de su vida. Entre la soltería y el matrimonio hay un camino llamado noviazgo. ¿Quieres hacerlo más hermoso? Establece límites saludables y mantenlos en tu relación; limites que te ayuden a crecer en libertad, integridad y autocontrol. Si experimentas un noviazgo difícil Límites en el Noviazgo puede revolucionar la manera en que lidias con tu relación.

Y si marcha bien, los aportes queque hallarás en este libro enriquecerán aun más esta etapa de tu vida. Escrito por los autores de bestsellers como Límites, Límites para los hijos, El Factor Mamá, esta obra es tu guía para alcanzar una clase de noviazgo gratificante que te lleve de unos simples encuentros solitarios a una vida completa con el alma gemela que tanto esperas.

IdiomaEspañol
EditorialZondervan
Fecha de lanzamiento23 feb 2010
ISBN9780829781434
Límites en el Noviazgo: Cuándo decir sí.  cuándo decir NO. tome el control de su vida
Autor

Henry Cloud

Dr. Henry Cloud is an acclaimed leadership expert, psychologist, and New York Times bestselling author whose books have sold over 10 million copies. In 2014, Success magazine named Dr. Cloud one of the top 25 most influential leaders in personal growth and development. He graduated from Southern Methodist University with a BS in psychology and completed his PhD in clinical psychology at Biola University. 

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    3/5
    Good, but rather redundant after reading the first "Boundaries" book.
  • Calificación: 3 de 5 estrellas
    3/5
    Had some interesting things to think about when entering into a dating relationship, but I felt it was a bit shallow. I would have preferred a deeper look at one or two of their points, rather than the broad overview.
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    It's such an interesting book, I hope it helps me go through a relationship I can feel in peace with.
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5
    Demasiado cristiano y sobretodo demasiado ambiguo. No plantea algo realmente relevante .
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    excelente libro.

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Límites en el Noviazgo - Henry Cloud

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La misión de Editorial Vida es ser la compañía líder en comunicación cristiana que satisfaga las necesidades de las personas, con recursos cuyo contenido glorifique a Jesucristo y promueva principios bíblicos.


VIDA

LÍMITES EN EL NOVIAZGO

Edición en español publicada por

Editorial Vida – 2003

Miami, Florida

©2003 por Henry Cloud y John Townsend


Originally published in the USA under the title:

Boundaries in Dating

Copyright © 2000 by Henry Cloud y John Townsend

All rights reserved under International and Pan-American Copyright Conventions. By payment of the required fees, you have been granted the non-exclusive, non-transferable right to access and read the text of this e-book on-screen. No part of this text may be reproduced, transmitted, down-loaded, decompiled, reverse engineered, or stored in or introduced into any information storage and retrieval system, in any form or by any means, whether electronic or mechanical, now known or hereinafter invented, without the express written permission of Zondervan.

ePub Edition August 2009 ISBN: 978-0-829-78143-4

Published by permission of Zondervan, Grand Rapids, Michigan


Traducción: Omayra Ortiz

Edición: Madeline Díaz

Diseño de cubierta: Cindy Davis

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS.

ISBN: 978-0-8297-3557-4

CATEGORÍA: Vida cristiana / Amor

09   10   11   12   13    14   12    13   12   11    10   9    8

A Matilda Townsend (1902-1983), quien contribuyó

grandemente a mi vida

—J. T.

A todos los solteros y solteras, con la esperanza de que sus

experiencias con las citas puedan hacer realidad los deseos de

sus corazones y lo mejor de Dios para ustedes.

—H. C.

CONTENIDO

Cover Page

Title Page

Copyright

Reconocimientos

¿Por qué las citas?

Parte 1: Tú y tus límites

1. ¿Por qué los límites en las citas?

2. Exige y personifica la verdad

3. Llévate a Dios a tu cita

4. Las citas no curan un corazón solitario

5. No repitas el pasado

Parte 2: ¿Con quién debo salir?

6. Con qué puedes vivir y con qué no

7. No te enamores de alguien a quien

no considerarías para ser tu amigo

8. No arruines una amistad por tu soledad

9. Ten cuidado cuando los opuestos se atraen

Parte 3: Cómo solucionar los problemas en las citas…

cuando eres parte del problema

10. Acostúmbrate ahora, paga después

11. Demasiado y muy aprisa

12. No permitas que te secuestren

13. Despídete de las falsas esperanzas

14. Límites en la culpa

Parte 4: Cómo solucionar los problemas en las citas…

cuando tu pareja es el problema

15. Dile no a la falta de respeto

16. Córtalo antes de que crezca

17. Establece los límites físicos apropiados

18. Establece un cuarto de detención

Conclusión

About the Publisher

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RECONOCIMIENTOS

Con gratitud a nuestro agente, Sealy Yates; nuestro editor, Scott Bolindre; y nuestra editora, Sandra Vander Zicht. Muchas gracias a nuestro director de mercadeo, John Topliff, cuya comprensión de las necesidades de nuestros lectores hace que podamos disfrutar más el proceso de publicación.

También deseo reconocer a Guy y Christi Owen, quienes estuvieron presentes para mí durante mis largos años de salidas y citas.

Quiero reconocer a Lillie Nye por sus esfuerzos para que este material llegue a los solteros en todos los lugares y por su ayuda a lo largo del camino.

Gracias al grupo de Daytona por compartir sus experiencias y valor.

Gracias al equipo de trabajo de la revista Christian Single [El soltero cristiano] por ayudarme a entender las realidades que enfrentan los solteros hoy día y por proveer un excelente recurso para ayudarles.

Gracias a los Ministerios para Adultos Solteros por invitarnos a participar con ustedes a través de los años.

Gracias a Jim Burns, presidente del Instituto Nacional de Mi-nisterios Juveniles, por su contribución al explicar sobre los aprietos en que se encuentran los adolescentes durante las citas y por su perspectiva sobre el pensamiento actual de la iglesia. Su ministerio ha cambiado la imagen de las citas para literalmente millones de personas en el mundo entero. Ahora tienen más se-guridad que si él no hubiera estado ahí a lo largo de los años.

—H. C.

Gracias a Roy y Susan Zinn por su trabajo con los solteros en el ministerio North Carolina State Navigators [Navegantes del estado de Carolina del Norte]. Su amor y ministerio ha tocado a muchos, incluyéndome a mí.

Gracias a Mike Hoisington y Cary Tamura por colaborar con la clase Single Focus [Enfoque del Soltero] en First Evangelical Free Church, en Fullerton, California. Su iniciativa y liderazgo para los solteros ha dado buenos frutos a través de los años. Gra-cias a Chuck Swindoll, el pastor principal en aquel momento, por permitirnos pensar en las luchas de los solteros de manera creati-va.

Gracias a Scott Rae, el anterior pastor de solteros en Mariners Church en Irvine, California. Apreciamos mucho sus grandes es-fuerzos por ayudar a los solteros a crecer espiritualmente y por las muchas oportunidades que nos ha brindado para hablarles a sus grupos.

—J. T.

¿POR QUÉ LAS CITAS?

Hace varios años atrás estaba dando un seminario para sol-teros en la región central oeste de los Estados Unidos, cuando de la audiencia surgió una pregunta:

—Dr. Cloud, ¿cuál es la postura bíblica con relación a las citas?

Al principio pensé que había escuchado mal la pregunta, así que le pedí a la joven que la repitiera. Y la repitió de la misma manera.

—¿A qué se refiere usted con la postura bíblica? —pregun-té.

—Bueno, ¿piensa que acudir a una cita es algo que la Biblia aprueba? —explicó la dama.

Una vez que oí su pregunta, pensé que estaba bromeando, pero pronto me percaté de que no era así. Había escuchado a la gente preguntar sobre la postura bíblica con respecto a la pena capital o a la eutanasia, pero nunca con respecto a las citas amo-rosas.

—No creo que la Biblia nos dé una postura con relación a las citas —le dije—. Tener citas amorosas es una actividad que llevan a cabo las personas, y como con otras muchas cosas, la Biblia no habla de esto. De lo que habla la Biblia es de ser personas amorosas y sinceras en cualquier cosa que hagamos.Así que mi respuesta sería que la postura bíblica en este tema tiene que ver más con la persona que uno es y en la que se está convirtiendo que con si puede o no salir a una cita. La postura bíblica con respecto a tener una cita sería que debe llevarse a cabo de una manera santa. Por cierto, Dios hace que la gente crezca a través de las relaciones en las citas de la misma mane-ra que las hace crecer por medio de muchas otras actividades de la vida. La cuestión no es si se debe o no tener una cita. Las preguntas están más entrelíneas: "¿Quién eres en tus citas?¿En quién te estás convirtiendo como resultado de tus citas?

¿Cuál es el fruto de tus citas para ti y para la gente con la que sales? ¿Cómo las tratas? ¿Qué estás aprendiendo?" Y otra gran cantidad de asuntos sobre los que la Biblia es muy clara. Esto tiene que ver mayormente con el desarrollo del carácter y con cómo tratamos a las personas?»

—Entonces, ¿usted cree que está bien salir a una cita? —si-guió presionando.

—Claro que sí, pero está bien tener citas dentro de los pará-metros bíblicos, los que, a propósito, no son agobiantes. Estos parámetros le salvarán la vida y le ayudarán a estar segura de en-contrar a una buena persona para casarse —le dije, riéndome por dentro al pensar con cuánta frecuencia los cristianos quieren una regla.

Pensé que este era el final del asunto hasta que la misma pre-gunta seguía surgiendo en cualquier lugar en que hablaba a personas solteras. Una y otra vez me preguntaban si tener una cita era algo correcto o no. Sentí curiosidad de saber por qué la gente seguía haciendo la misma pregunta.

Así que, un buen día, pregunté de dónde estaban surgiendo estas preguntas. Y me enteré de un movimiento que se estaba organizando basado en el libro I Kissed Dating Goodbye [Le dije adiós a las citas] de Joshua Harris. La premisa del libro esque tener citas no es una buena idea y que mucha gente está de-jando de hacerlo. Mientras seguía investigando, me di cuenta que en algunos círculos el movimiento iba mucho más lejos. Mu-chos cristianos estaban afirmando que tener citas era pecamino-so en sí mismo; otros, al menos, estaban sintiendo que las personas que aceptaban salir a una cita eran menos espirituales que las que no lo hacían. Se estaba tornando un asunto «cristiano» el re-nunciar a las citas. Al principio pensé que esto era solo en algu-nos círculos, pero mientras más viajaba por todo el país, más oía sobre esto.

Así que leímos Le dije adiós a las citas y en este capítulo pre-sentaremos algunas de nuestras reacciones. Por varias razones, estamos en total desacuerdo con la premisa de que todo el mun-do debe abstenerse de tener citas amorosas. Pero antes de entrar en detalles específicos, queremos validar las razones detrás de este movimiento.

Nadie se opondría de esta manera a las citas sin tener una buena razón, y la razón por la que mucha gente está renunciando a esto parece ser esta: dolor, desilusión y efectos perjudiciales para sus vidas espirituales. En otras palabras, las citas no los han ayudado a crecer, encontrar una pareja, o transformarse en una persona más espiritual. Entonces, sí tiene sentido despedirse de las citas.

Y sentimos empatía por este dolor. Como hemos visto a través de los años trabajando con muchos solteros, y al ser no-sotros mismos solteros por mucho tiempo (ambos nos mantu-vimos solteros hasta bien entrados los treinta), las citas pue-den causar mucho dolor y sufrimiento. Muchas personas se desilusionan en el proceso y sienten que no saben qué hacer para que funcionen. Se les hace trizas el corazón, escogen re-petidamente al «tipo equivocado», no pueden encontrar al «tipo correcto», o encuentran al «tipo correcto» pero no les gusta tanto como el chico o la chica equivocada. Tienen pro-blemas para integrar su vida espiritual a las citas. Se pregun-tan qué hacer con la atracción física y los límites morales, y también se cuestionan cuándo deben pasar de las citas casua-les a una relación más importante.

Para mucha gente el dolor y el sufrimiento que obtienen al te-ner citas amorosas se vuelve demasiado grande y están listos para buscar alguna alternativa. Y partiendo de esta motivación, coinci-dimos con los seguidores del movimiento de no citas y con quie-nes lo proponen. El dolor de una cita no vale la pena si no nos lle-va a nada bueno. Entendemos el motivo del Sr. Harris para escribir este libro.

Sin embargo, diferimos de su conclusión. Aunque estamos de acuerdo en que el dolor debe terminar, no pensamos que las ci-tas son el problema. Creemos que es la gente. De la misma ma-nera que los carros no matan a las personas, pero sí los conducto-res borrachos, las citas no lastiman, pero sí lo hace no tener control en las citas. El consejo de Pablo a los colosenses es muy acertado: «Si con Cristo ustedes ya hanmuerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: No tomes en tus manos, no pruebes, no toques? Estos preceptos, basados en reglas y ense-ñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, con su afectada piedad, falsa humanidad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa» (Colo-senses 2:20-23, cursivas nuestras). Pablo le advirtió a los colosen-ses que hacer reglas y abstenerse de ciertas prácticas no desarro-llaría la madurez que necesitaban para vivir la vida.

Los problemas humanos son asuntos del corazón, del alma, de la orientación individual hacia Dios, y de una inmensa gama de otros asuntos relacionados con la madurez. Como dice Pablo, evitar ciertas cosas en las que te puedes involucrar peligrosamen-te, no cura el problema básico de inmadurez, que es interno y no externo. Quizás seas inmaduro y no estás listo para lidiar con las citas, así que te abstienes de ellas. Pero, al menos que hagas algo para crecer, seguirás siendo inmaduro y llevarás esa inmadurez hasta el matrimonio.

Evitar las citas no es la cura para los problemas que se en-cuentran en ellas. La cura es la misma cura bíblica para todos los problemas de la vida; esta es, el crecimiento espiritual que lleva a la madurez. Aprender a amar, seguir a Dios, ser íntegro y responsable, tratar a otros como quieres que te traten, desa-rrollar el autocontrol y construir vidas satisfactorias son mane-ras de asegurar que el proceso de las citas sea mejor.

Antes de decir en este libro cómo tener buenas citas, quere-mos señalar algunas razones por las que pensamos que no debes decirles adiós y varios motivos por los que creemos que este pro-ceso es muy bueno.

En el capítulo «Los siete hábitos de las citas altamente defec-tuosas », Joshua Harris habla de las siguientes tendencias negati-vas de las salidas a citas románticas:

1. Conducen a la intimidad pero no necesariamente al compromiso.

2. Tienden a provocar que se salte el paso de la «amistad» en una relación.

3. Con frecuencia, confunden la relación física con el amor.

4. Alejan a la pareja de otras relaciones vitales.

5. En muchos casos, distraen a los adultos jóvenes de su responsabilidad primordial de prepararse para el futu-ro.

6. Pueden causar descontento con el don divino de la sol-tería.

7. Crean un ambiente artificial para evaluar el carácter de otra persona.

Todos estos problemas son causados por las personas y la ma-nera en que participan de las citas. A lo largo de este libro trataremos con cada una de ellas examinando la falta de una es-tructura interna apropiada entre el carácter de la persona, el sis-tema de apoyo, los valores y la relación con Dios. En otras pala-bras, la falta de límites.

Cada uno de estos escenarios tiene que ver con aspectos de la inmadurez en el carácter, tales como fusión, dependencia y ego-centrismo. La pérdida de los límites ocurre cuando una persona inmadura rinde toda su estructura, interna y externa, y se funde con un ideal, una persona, o cualquier otra cosa, para evitar ma-durar. El «enamoramiento» idealizado e inmaduro que todos he-mos visto como destructivo es siempre un problema en el que al-guien necesita ser traído de vuelta a la realidad. Si alguien tiene esta tendencia, necesita carácter y crecimiento espiritual para madurar lo suficiente y poder enfrentar la vida y las relaciones de una maneramás balanceada. Y creemos que Dios puede proveer eso.

A lo largo de este libro, hablamos de todos estos problemas, y de los límites que los sanarán. Dios nos da principios para guiarnos en la vida. Debido a que podemos confiar en sus ca-minos, somos libres para crecer y desarrollar una vida mien-tras maduramos. No tenemos que evitar la vida o la madurez.

Harris defiende su postulado usando un ejemplo tras otro de gratificación pasional egoísta a expensas de otra persona, o de an-gustia profunda o de romance inmaduro, dependiente y adictivo.El tener una cita no causa ninguna de esas situaciones, sino la in-madurez de los involucrados. Todos conocemos muchas situa-ciones en las que adolescentes más maduros, adultos jóvenes y adultos mayores han participado de citas en formas maduras que produjeron crecimiento, y estánmuy agradecidos de la experien-cia. La lógica de Harris parece ser:

El individuo A salió a una cita con el individuo B.

El individuo A, o el B, o ambos salieron lastimados.

Tener citas es malo.

Esto es un poco igual a decir que como existe el divorcio, na-die debe casarse. O porque existen los accidentes automovilísti-cos, nadie debe manejar.Muchos solteros y solteras tratan las ci-tas muy responsablemente, y crecen y maduran a través de la experiencia. Ambas partes son las mejores para esto y están más preparadas para un compromiso más adelante.

Harris, no obstante, tiene razón en esto: algunas personas no de-ben salir en citas, o por lo menos por algún tiempo. De la misma manera en que alguna gente no debe manejar, o no deben tomar bebidas alcohólicas nunca, o no deben hacer otras cosas que la Bi-blia deja a la libre elección, algunas personas no deben participar de las citas. El principio bíblico es que estos individuos pueden tener una debilidad o inmadurez que puede provocar que tropiecen, y por esta razón, abstenerse de cierta actividad es lo mejor.

Un consejero de jóvenes internacionalmente reconocido al que consultéme confirmó esto. Élme dijo: «Abstenerse de las ci-tas es probablemente una buena idea para un grupo pequeño de adolescentes con los que trabajamos. El resto necesita salir y aprender cómo manejar todo lo que esto conlleva para el ciclo de la madurez». Esto es lo mismo que pensamos nosotros. No salir a citas es una buena idea para unas pocas personas; gente que es vulnerable a una fusión romántica destructiva, aquellos a quie-nes otros han usado o que están evitando la madurez. Abstenerse de las citas es una buena idea para darle a estas personas la opor-tunidad de crecer.

Pero, para otros, pensamos que este tipo de salidas puede ser una experiencia muy buena. Y esto también es lo que piensa Harris. Sólo que él no lo llama «citas». Él dice que dos personas de-ben pasar tiempo juntas para ver si hacen una buena pareja antes de pasar al matrimonio. Sin embargo, él distingue esto de las ci-tas, porque en ellas desde la primera «cita» la pareja está investi-gando el matrimonio. Hasta este punto, existía una amistad.Creemos que no es un mal plan tratar de conocer bien a alguien antes de comprometerse en matrimonio. También creemos que las citas ofrecen esta oportunidad… y más.

He aquí unos pocos de los beneficios que vemos en el proceso de tener citas:

1. Les dan a las personas la oportunidad de conocer sobre ellas mismas, sobre otros y acerca de las relaciones en un contexto seguro.

Cuando se llevan a cabo apropiadamente, las citas son un tiempo de preparación para descubrir al sexo opuesto, los senti-mientos sexuales personales, los límites morales, la necesidad individual de destrezas para una relación y el gusto de cada cual por las personas. Pero esto debe darse en un contexto apropiado.Una persona soltera debe tener sus citas dentro de una comuni-dad de gente que se preocupe por él o ella. Para los adolescentes, este contexto es sus padres, amigos, grupo de jóvenes, pastor de jóvenes, entrenador o algo similar.

Este tipo de relación brinda un espacio para crecer y apren-der en la seguridad de personas que los pueden ayudar a desarro-llarse. Le dije a alguien que trabaja con jóvenes, y que creía en el movimiento de renunciar a las citas, que pensaba que le estaría robando a los adolescentes una información y entrenamiento ne-cesarios si los animaba a que no salieran a citas. Prefiero ver a los adolescentes aprendiendo en una situación en la que tienen di-rección y tienen una oportunidad de madurar antes de hacer un compromiso matrimonial, que verlos hacer un compromiso y más tarde tener que descubrir todo esto.

Lo mismo es cierto para los solteros mayores. Sus amigos, pastores y comunidad deben apoyarlos mientras salen en estas citas. Esto les brinda un lugar para crecer hasta que estén listos para el matrimonio.

2. Proveen un contexto para tratar diferentes asuntos.

Pregúntale a las parejas felizmente casadas cómo les hubie-ra ido si se hubieran casado con su primer novio o novia. Lo hemos visto miles de veces. La primera elección en cuanto a quién les atrae puede que no sea la mejor. Las citas ofrecen elespacio para descubrir que lo que ellos piensan que valoran en una persona puede no ser lo que aprecian a largo plazo. Pue-den descubrir que lo que les atrae es efímero y hasta puede ser destructivo. Algunas de estas atracciones pueden llegar a te-ner connotaciones espirituales. He oído muchas veces que al-guien se sintió atraído por la «madurez» espiritual y el carácter de otra persona. Pensaban que la persona era maravillosa. Pero luego de empezar a salir, comenzaron a conocerse mejor y más de cerca. Y descubrieron que lo que se veía tan bien en una relación casual no era suficiente para sostener una rela-ción más seria y prolongada.

Estuve hablando con una mujer que había crecido con un padre demasiado dominante y a quien le disgustaba mucho este tipo de dominio. Se sentía atraída por hombres tiernos y dulces, cualidades que su padre no poseía. Terminó casándose con su primer novio, luego de salir con él por un corto tiempo. Él era un hombre muy tierno y agradable pero, debido a que ella temía al poder masculino, era demasiado pasivo. Ella lamentaba no haber descubierto antes su tendencia a idealizar la pasividad. Si hubie-ra salido con su esposo por más tiempo, se hubiera dando cuenta en lo que se estaba involucrando y cómo era él en una relación verdadera. Mucha gente nos parece muy buena hasta que llegan a una relación real de día tras día.

3. Ayudan a desarrollar destrezas para las relaciones.

Las relaciones íntimas exigen mucho trabajo y muchas destre-zas. Mucha gente no llega a la adultez habiendo aprendido estas destrezas para relacionarse con sus familias o en otros lugares. Pero, cuando comienzan a salir con otras personas, descubren que tienen serias inseguridades o que carecen de ciertas habilidades para las relaciones, tales como la comunicación, la vulnerabilidad, la con-fianza, la resolución, la sinceridad, el sacrificio personal y el saber escuchar.Mediante sus relaciones en las citas se percatan de su in-madurez y son capaces de descubrir qué necesitan trabajar antes de estar listos para una relación más importante. Además, las citas ledan a las personas la oportunidad de conocer sobre las relaciones en sí mismas y cómo ellas funcionan en una relación. Este puede ser un gran tiempo de crecimiento y descubrimiento.

4. Pueden restaurar y sanar.

Me encontré con un hombre al que no había visto por algún tiempo yme sorprendí al descubrir que estaba felizmente casado con otra persona que no era la mujer con la que estaba la última vez que lo había visto. Cuando le pregunté por su antigua novia, me respondió:

—¡Ah! Somos muy buenos amigos y le doy gracias a Dios por el papel que ella tuvo en mi vida.

—¿Qué quieres decir? —pregunté.

—Por un tiempo pensé que ella era la mujer para mí. Pero Dios tenía otros planes a largo plazo para ambos. No obstante, creo que él nos unió por un tiempo para enseñarnos a los dosmu-cho sobre nosotros mismos y para traer alguna sanidad. Me ha-bían herido mucho en el pasado, y ella fue muy comprensiva y amorosa. Su amor fue muy importante para convertirme en al-guien capaz de amar otra vez. Aunque ahora sé que no era la persona correcta para casarme, nuestra relación fue muy buena para ambos y nos preparó para relaciones futuras.

Dios usa las relaciones para sanarnos y cambiarnos. Aunque no estamos sugiriendo que las citas sean la primera opción para que alguien busque sanidad (esto es una idea horrible), en ellas sí ocurren cosas buenas para el alma de las personas. La gente se beneficia de las buenas relaciones. Pueden tener buenas relacio-nes basadas en las citas en las que aprenden, son sanadas, crecen, se desarrollan, aun cuando la relación nos los lleve al matrimo-nio. Tienen valor en la vida del individuo.

5. Son relacionales y tiene valor en y por sí mismas.

Joshua Harris dice que la gente busca gratificación personal en las citas. Aunque bien es cierto que algunas personas usan a otros de manera egoísta en el plano de las citas, algunos disfrutan conociendo a otros, y dan y reciben en una manera piadosa, no solo en una forma que lleve al matrimonio.

Conocer a alguien, pasar tiempo y compartir cosas con él o ella es «intimidad». Conocer a otra persona profundamente

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