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Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra: En Un Ford…A. 1928. Crónica. Primera Parte
Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra: En Un Ford…A. 1928. Crónica. Primera Parte
Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra: En Un Ford…A. 1928. Crónica. Primera Parte
Libro electrónico499 páginas5 horas

Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra: En Un Ford…A. 1928. Crónica. Primera Parte

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Esta foto representa la parte sentimental de la travesía, estamos en Curacautín en el pueblo que aprendía a caminar.
En la foto de izquierda a derecha:
Patricio Maúlen Vera, compañero de 3,500 KMS.
Rodrigo Abarzúa Ibánez- Primo 2do. grado
María Yolanda Abarzúa- Mi madre Q.E.P.D.
(Eternamente Yolanda)
Héctor Hugo Quevedo Abarzúa- Autor
Hugo Wladimir Quevedo Liberona- Hijo Mayor
Alejandro Javier Quevedo Liberona- Hijo Menor
Se da el caso que una fotografía es más que mil palabras.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento12 jun 2019
ISBN9781506529059
Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra: En Un Ford…A. 1928. Crónica. Primera Parte

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    Travesía Por América. Mi Sueño De Niño. Unir Chile Y Canadá. Por Tierra - Héctor Quevedo Abarzúa

    Copyright © 2019 por Héctor Quevedo Abarzúa.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:    2019943442

    ISBN:                Tapa Dura                        978-1-5065-2907-3

                              Tapa Blanda                     978-1-5065-2906-6

                               Libro Electrónico            978-1-5065-2905-9

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no refle-jan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 11/06/2019

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    773572

    ÍND I C E

    Primera etapa ….

    De Punta Arenas a Punta Santa María ida y vuelta

    Capítulo 1 El día de la partida oficial

    Capítulo 2 La brújula indicaba el norte

    Capítulo 3 Últimas vueltas en Punta Arenas

    Segunda etapa….

    De Punta Arenas al Río Jeinimeni

    Capítulo 4 Dejar todo a cambio de un sueño

    Capítulo 5 Dejábamos Chile Austral

    Capítulo 6 La llegada de un amigo

    Capítulo 7 Las caras conocidas

    Capítulo 8 Gracias Argentina

    Capítulo 9 Comentarios favorables Ché

    Capítulo 10 Por una cabeza

    Tercera Etapa….

    Desde el Río Jeinimeni a Quellón

    Experiencias en la Patagonia chilena

    Capítulo 11 En Chile los chilenos

    Capítulo 12 Visitando al güata de manteca

    Capítulo 13 Como no llegar a Coyhaique

    Capítulo 14 Increíble carretera austral

    Capítulo 15 La gran salvada con un árbol

    Capítulo 16 Don Carlos en la ruta

    Capítulo 17 El apoyo que nunca faltó

    Capítulo 18 Voy pa’ Quellón

    Capítulo 19 Piedra en el zapato

    Capítulo 20 Cumplida la segunda marca geográfica

    Cuarta Etapa

    De Pargua a Santiago de Chile

    Capítulo 21 La famosa carta

    Capítulo 22 De nuevo en el Continente

    Capítulo 23 Recordar gratamente el pasado

    Capítulo 24 Más recuerdos del ayer

    Capítulo 25 No le dimos el palo al gato

    Capítulo 26 Valió la espera

    Capítulo 27 El mecánico de siempre

    Capítulo 28 Debíamos continuar

    Capítulo 29 Llegar donde aprendí a caminar

    Capítulo 30 La Yolanda y Alejandro

    Capítulo 31 Visite a Juan Gac

    Capítulo 32 Los sentimientos del alma

    Capítulo 33 Las palabras emocionantes de mi viejita

    Capítulo 34 Rumbo a Mulchén

    Capítulo 35 Días de vinagre

    Capítulo 36 Mulchén de miel

    Capítulo 37 35 kilómetros curiosos

    Capítulo 38 Todo simplemente es historia

    Quinta Etapa….

    En Santiago de Chile

    Capítulo 39 El apoyo de Andes Pacífico

    Capítulo 40 Mis lágrimas en Macul

    Capítulo 41 Alternativas para seguir

    Capítulo 42 Buenas expectativas

    Capítulo 43 Los 4 zapatos nuevos

    Capítulo 44 Patricio aflojó la marca

    Capítulo 45 Visitando al ministro

    Capítulo 46 El que persevera alcanza

    Capítulo 47 Gracias podíamos seguir

    Sexta etapa….

    De Santiago de Chile a Arica

    Capítulo 48 La despedida del corazón y del alma

    Capítulo 49 Compromiso Magallánico

    Capítulo 50 Rumbo a Arica

    Capítulo 51 De Copiapó a donde Eugenio Champán

    Capítulo 52 Increíble desierto de Atacama

    Capítulo 53 Que se puede hacer

    Capítulo 54 Gracias Jaime Salvatierra

    Capítulo 55 Parte de mis sueños

    Séptima Etapa ….

    Vivir la aventura fuera de la patria

    Capítulo 56 Dejábamos atrás Chile

    Capítulo 57 Gracias Shell

    Capítulo 58 Tormenta en el desierto

    Capítulo 59 La primera embajada

    Capítulo 60 Aplausos en la ruta

    Capítulo 61 Gracias Soldaduras AGA

    Octava etapa ….

    De Huaquillas a la línea del Ecuador

    Capítulo 62 Los plátanos de Ecuador

    Capítulo 63 La desilusión total

    Capítulo 64 Aclarando ganamos puntos

    Capítulo 65 Cumpliría mi promesa de la barba

    Novena etapa ….

    De la línea del Ecuador a buscar un barco

    Capítulo 66 Camino al país más complejo de la ruta

    Capítulo 67 Pasto la ciudad de dos Ángeles

    Capítulo 68 Lo más increíble de la Travesía por América

    Capítulo 69 Con la frente muy en alto

    Capítulo 70 Casi lo logramos solos

    Capítulo 71 Guerrilleros a la vista

    Capítulo 72 Cumbia y Vallenato

    Décima etapa ….

    Esperar barco la única forma de seguir

    Capítulo 73 De Barranquilla a Santa Marta

    Capítulo 74 La estadía en Santa Marta

    Capítulo 75 Mirando los mapas

    Capítulo 76 El mayor dilema

    Capítulo 77 Afición por la geografía

    Capítulo 78 La aventura más grande de la travesía

    Capítulo 79 La autoridad nos apoya

    Capítulo 80 No fue en vano

    Capítulo 81 Chivo Almejas y Ron

    Capítulo 82 De regreso al sur

    Capítulo 83 América del sur de punta a punta

    Capítulo 84 El burrito orejón

    INTRODUCCIÓN

    Mucha gente me pregunta como es que una persona logra cumplir un sueño de la magnitud del mío. Yo contesto resultado de mis viajes imaginarios.

    Y porque fui un *quijote. Y hoy lo puedo escribir

    M otivos y razones: Todo se fue proyectando en el tiempo desde mis viajes imaginarios de niño vividos en Curacautín en el año 1952-1953 cuando viajaba no sé para dónde en un viejo camión Ford abandonado, ubicado frente a mi casa. En las calles O’Higgins y Pisagua.

    Mudo testigo de esos viajes fue mi conejo de trapos Martín, todo se fue dando en mi vida. Porque diré y es verdad el entorno siempre fue favorable, además cautivador, eso de alguna forma fue respaldando mis ideales y descubriendo en el tiempo el porqué de mi fantasía de viajar.

    A partir del 12 de octubre de 1992 esos viajes fantásticos que viví manejando en ese camión que no era mío, pero en secreto fue mi juguete favorito donde disfrute sueños y fantasías de un niño esos viajes imaginarios fueron inspiradores un día porque me lo propuse pasaron a ser reales, el día 6 de enero del año 1992, siendo las 11:00 horas de la mañana en la plaza de armas de Punta Arenas sentado en mi banco histórico me dije parto este año tengo casi todo. No tenía nada y así todo durante esos meses se me dio de forma increíble se encadenaron los hechos, tema de mi libro.

    Un soñador después de 32 años, hoy como autodidacta logro escribirlo como autobiografía y este que es crónica seria mi libro cumbre. Mi perseverancia y fe me permitieron tomar un día la ruta de mi sueño, hoy es historia convertida en 7 libros. Escribiendo como se me fue dando desde mis 5 años de edad. Si nadie sale a la palestra seguramente un día se calificará como una leyenda. Hoy existe gente que me dice eres una historia viviente, junto a tú hijo con orgullo lo puedo escribir.

    En mis libros hay testimonios de mi viaje único e irrepetible, en la ruta fueron días gratos y difíciles en algunos casos, como el encuentro con un grupo de la guerrilla colombiana en la carretera, por un instante pensé que mi sueño había llegado a su final inesperado en Colombia. Igualmente encontramos tiempos y vivencias gratificantes para el espíritu y el alma como lo del cruce en barco de Colombia a Panamá, desde 1960 viviendo con mis padres en Santiago la capital de Chile, fui viviendo y persiguiendo, encadenando mi sueño, que tenia ya una meta Detroit.

    En el año 1967 estando en Punta Arenas Chile decido que el día que partiera seria de esta ciudad la más austral del mundo.

    En 1969 descubro y me comprometo que partiría del kilómetro (0) sur del continente americano. En mi viaje que seria por tierra es decir por la carretera (tenia ya la información de que se podía llegar solo a Colombia, para continuar a Panamá la única forma era o seria en barco.

    En el mismo año 1969 en San Julián Argentina tomó mi cuaderno tome apuntes y logro en teoría mi ruta. En esa época sin contar con la Carretera Austral. Entendía que me tenía que embarcar en Puerto Chacabuco entonces la provincia de Aysén. Así navegando llegar a Puerto Montt. En el año 1992- 93 tendríamos a favor la Carretera Austral.

    En 1981 iluminado por mi padre decido que el día que parta viajando por tierra, partiría en una máquina Ford…A. Finalmente 32 años después de mi promesa de abril en la escuela, me encuentro dispuesto y listo para dar inicio a mi sueño en tiempo real, en compañía de mi hijo Hugo. Narro este libro como crónica de todo lo que ocurrió día a día para lograr las metas.

    El 12 de octubre del año 1992 partimos en un automóvil del año 1928, pasaron 44 años de mi vida como si nada, para que llegara ese día inolvidable, casi mágico, e inexorable. Ese día 12 de octubre, partía mi sueño en tiempo real sobre 4 ruedas en la carretera. Unir por tierra parte de América desde Chile a Canadá en una noble máquina.

    Mi viaje tan comentado, era utopía para algunos, increíble para muchos, locura para otros tantos, jamás lo logrará dijeron los que no creen en quijotes, en ese autito no llegará ni a Puerto Montt dijeron los incrédulos que nunca faltan, sin siquiera conocer detalles de mi preparación y experiencia adquirida con los años todo con un fin, opinar sin conocer motivos ni razones es bien fácil (a veces lo escuche como una burla a este autor), yo siempre lo vi posible, porque tenía la convicción, cada día de mi vida me fui preparando mentalmente, formando una cadena como visionario, a pesar de las diferentes trabas que la vida nos pone a los seres humanos.

    En esta crónica aparecerán muchos pasajes y vivencia relacionas con la vida, siendo un evento de ruta, o carretera se vivirá o entenderá como el autor se relaciono con todo tipo de gente, aceptando lo negativo que muy poco se dio y si se dio fue con gente que no tiene la capacidad para soñar y menos pensar en un apoyo para un soñador.

    Después supe que vencer los obstáculos en una aventura que algunos llamaron hazaña, escuché también decir esto es para héroes, yo me decía en partes de la ruta si se puede, cuando se volvía interesante, además emocionante el avanzar, a veces se nos dieron soluciones de forma increíble apareciendo Ángeles que te apoyan e interceden ante Dios en el instante que se necesita y en el lugar preciso.

    Los visionarios materialistas dijeron si logra la meta volverá a Chile millonario.

    Hoy me encuentro en Detroit, escribiendo y viviendo con lo justo, agradeciendo a Dios todos los días, por el hecho de ser idealista, loco y soñador, el tiempo, las razones y los hechos me permiten como autodidacta y el protagonista escribir inspirado mi libro cumbre. Travesía por América. (Primera parte).

    Viviendo en la senda infinita del escritor

    Así todo lo que escribo hoy es para llegar a editar pronto mis libros cumplido mi sueño. La venta de los mismos será a futuro para una vejez digna.Y un premio al esfuerzo tal vez.

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    Héctor Hugo Quevedo Abarzúa

                    Autor

    Dedico este libro a todos los soñadores/a y aventureros/a del mundo.

    Y a quienes nos apoyan.

    Como una honra y gratitud homenaje póstumo a mis padres.

    Aventura de la que mi padre nunca supo, siendo uno de mis inspiradores, mi madre la supo de principio a fin Conoció mi auto y anduvo en él, después con el tiempo logro verlo en un museo.

    Agradezco a todos aquellos amigos anónimos que nos apoyaron.

    El universo es perfecto, yo andaba buscándolo, sin saber que él también estaba en mi búsqueda. Agradezco a mi amigo Gustavo Potes el ser mi consejero para la edición de este libro en su primera parte:

    Travesía por América

    Primera parte

    Narrada en o como crónica literaria por etapas.

    Con Glosario al final indicadas las palabras con asterisco*

    El lector encontrara palabras vulgares que son chilenismos.

    Como también diálogos quijotescos con mi auto.

    Hablando con mi Mulato por las rutas de parte de América un Continente.

    Desde Punta Santa María región de Magallanes Chile.

    A Punta Gallinas, departamento de La Guajira Colombia.

    Segunda parte

    Desde Santa Marta departamento de Magdalena Colombia a

    Detroit (Dearborn) Estado de Michigan E.U.A.

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    ESTA CRÓNICA

    Travesía por América

    Pasa a la segunda parte desde Santa Marta Magdalena Colombia

    A

    Detroit (Dearborn) Estado de Michigan E.U.A.

    Héctor Hugo Quevedo Abarzúa

    Autor

    Autobiografía

    Libro terminado de escribir en Detroit en el año 2017

    Terminado para enviar a la editorial junio 2019

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    Travesía por América

    Semblanza

    En el ano 1958 mis padres y sus hijos venidos del sur asientan sus vidas en Santiago la capital de Chile, nos radicamos en Macul nosotros a la escuela. Para mi sorpresa el primer lunes de clases yo vi muchas banderas flameando al viento. En el patio polvoriento de esa nueva escuela, durante un ano todos los días lunes se izaban algunos pabellones de América yo tenía mis 11 años, entendí entonces que mis viajes imaginarios de Curacautín tenían un sentido. Así desde mi niñez fue todo ideado poco a poco y encadenado en el tiempo para cumplir algún día mí sueño

    A mis 12 años declaré: Mi promesa de abril, la que se gravo a fuego en mí ser y nunca rompí mi promesa por las ideas de otros. Dije a mis compañeros en el patio de la escuela primaria, Regina Mandí de Macul.

    Muchachos algún día veré todas las banderas del continente americano en sus propios países flameando al viento. (Me falto decirles si Dios me da la VIDA).

    El destino quiso que junto a mi hijo Hugo lo lograra en parte: de las 23 banderas de los países del continente, tenemos 14 en nuestro registro. Más lo avalan en este libro fotocopias de mi pasaporte. Hoy escribo esta crónica de mi propia aventura. Parte de mi vida, narrada como historia real en este libro cumbre. Dividido en dos partes, en el cual se presentarán algunas críticas u observaciones de lo que vivimos en la ruta de cada país. También aparecerán varios diálogos quijotescos con mi auto porque según yo paso a ser parte importante, por ser nuestro medio de transporte. Se en el futuro se me criticara. Porque así somos los seres humanos críticos de lo que no hacemos. Y nos gusta que nos alaben lo que hacemos y muchos se suben al tren de la victoria. Porque yo de quijote luche por mi sueño. Hoy como adulto índigo y gracias a mi talento lo escribo.

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    PRÓLOGO

    H oy corre en el calendario el día 30 de marzo del año 2017, me encuentro en la ciudad de Detroit que siempre fue la meta programada para cumplir parte de mi promesa, empiezo a escribir este mi sexto libro según el orden de la autobiografía de mi vida, es una serie que contienen o encierran la historia de cómo se fue dando todo en mi vida y así realicé gran parte mi sueño, los entretelones para lograrlo y los resultados se dieron parado o sostenido en el trapecio de la vida, eventos que se fueron dando poco a poco los que me hacen sentir un hombre privilegiado, porque logro yo mismo siendo el protagonista plasmar lo que pienso y escribo, mis libros se presentan editados fuera de orden, pues el enigma de las situaciones y hechos reales que componen mi vida así lo dictaron, mas los comentarios de que mi historia alguien la escribiera, como realización personal hoy me inspiran los hechos a redactarlo como crónica. Como escritor autodidacta, y geógrafo aficionado.

    Quizás mi mente lo quiso y lo programó así por tener los designios y el material inédito de aquel que se decide un día a escribir, como el pescador que se echa a la mar, sin saber si volverá, en este caso yo a los caminos de América. En una gran aventura sin precedentes, para cumplir mi promesa de abril, lo que un día no lejano se podrá considerar como la leyenda de Héctor Quevedo Abarzúa, viajando en un Ford…A, al considerarse una aventura única e irrepetible. Jamás un Ford…A, cruzo América desde Chile a Canadá, para lograrlo se necesitó convicción y FE.

    Me he levantado a las 6:00 de la mañana por motivos muy especiales, no perder la inspiración para este prólogo que en definitiva devela la historia de un soñador que siendo niño vivía viajes imaginarios, después prometió a los de su misma edad algo que con el tiempo para muchos era inalcanzable, para otros simplemente una locura. Yo siempre lo vi posible porque poco a poco en el tiempo fragüé mi sueño.

    Cuando me bajé de mi auto al que le puse como nombre. El Mulato rodando por las calles de Punta Arena, así lo llame desde antes, se reafirmaba el nombre por que rodaba ese primer día de restaurado por las calles, de la Región de Magallanes donde habito el cacique Mulato. Nombre que también nace de la unión de dos razas. Nombre que le puse a mi noble auto por ser la fusión de dos Ford…A, un auto y una camioneta donde se combinaron las mejores piezas de esas nobles máquinas con 57 años a cuesta, auto que fue armado con mis manos más el apoyo de Patricio y Hugo, otros muchos que quisieron ser parte de esta historia. Para restaurar un auto y volver a las rutas como el ave fénix. Se restauro con esfuerzo, sacrificio, convicción y perseverancia. Pensando siempre desde que me lo propuse a mis 12 años de edad que un día lo lograría.

    Este era el día, mis hijos también fueron parte de ello. Recibí ayuda desinteresada de muchos y tenía mucha fe. Estaba restaurado mi auto lista la noble máquina para rodar por las rutas de América.

    Aquí Aparece Mi Mulato 1928 como era o estaba en sus comienzos cuando lo encontré abandonado en Mulchén, para el asombro de muchos. En esa época su motor marchaba con un golpe de biela. Así recorrió 50 kilómetros en mis manos. Hoy estaba reparado completo, como un auto de aventura, para una larga travesía. Uniríamos en un desafío único e irrepetible. Chile y Canadá por tierra.

    El Mulato sin restaurar en Santiago de Chile

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    El Mulato restaurado en la región de Magallanes

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    Ford….A 1930

    Mi Mulato, idea loca con bases sólidas, seria mi medio de transporte, iluminado por ver a mi padre con su camioneta Ford…A de 1930. En la que por un tiempo fletando supe de esos nobles fierros y me gané el dinero diario.

    Para que el pan tuviera buen gusto

    Frase célebre de José Grimaldi Acotto.

    Vehículo inspirador

    Camioneta que la familia bautizó con el nombre de Esmeralda. Como el buque escuela de la Armada de Chile que en el puerto que atraque llama la atención. Nosotros donde íbamos con nuestra *cacharrita Esmeralda llamaba la atención. Por ser un vehículo de colección, la cual yo restauré y mantuve junto a mi padre como una joya. Ahora sería el Mulato la llave maestra. Mis conocimientos de mecánica indicaron que este sería el vehículo para cumplir un sueño.

    Aclaración esta camioneta en su tiempo fue auto original, pero mi padre la encontró así. Auto cortado como le llamaban los viejos de entonces en Chile.

    12 de octubre de 1992. Estaba yo en la calle frente al hotel Los Navegantes, en la austral ciudad chilena, mi querida Punta Arenas. ¿El porqué de estar allí ese día y a esa hora?

    Creo que porque así estaba predestinado. Desde que aprendí a caminar en Curacautín, un pueblo del sur de Chile, agregaría el entorno que siempre fue inspirador.

    Yo lo programe desde niño como visionario luche, tenía fe y así en el tiempo se me dio. Con el apoyo de mis Ángeles que aparecieron a mi lado. Después en la ruta aparecieron los que yo llamo ángeles no espirituales, son aquellos que se cruzaron en mi camino como personas, que sin haberme visto nunca nos tendieron una mano, los que mas adelante aparecen en la narrativa de esta historia de vida.

    GRACIAS AL CREADOR

    Sentía en ese momento que caminaba como en las nubes. ¿Sería porque tenía un sueño cumplido, concretamente el de mecánico? Porque partí como ayudante aprendiz en la sección ajuste de motores. En importadora Willys Jeep.

    En Instantes nacía en tiempo real. El sueño del niño que viajaba imaginariamente, después el niño se comprometió con las banderas de América, adolescente el mecánico soñó. El hombre también soñaba. Su sueño anhelado por tantos años, para ser exacto en mis cuentas, 32 años y 6 meses. Desde que lo prometí y me dije un día lo lograré.

    Esta idea casi loca nació como lo dije antes, cuando tenía 12 años. Todo originado de mis viajes imaginarios con 5 años los cuales de alguna forma me inspiraron. Además, el entorno y los acontecimientos siempre jugaron a mi favor, si se conoce mi vida, los vientos fueron siempre favorables, las situaciones se encadenaron una a una lo que se constituyó en promesa, que nació frente a unas banderas. Frente a las banderas de AMÉRICA que algunas ondeaban al viento en mi colegio Regina Mandí", escuela consagrada de Macul. Corría el año 1960, los primeros días del otoñal mes de abril, cuando prometí lo que se concreto.

    El 12 de octubre de 1992 comenzó. Mis libros anteriores y que en un futuro se editarán son un reflejo real de cómo, las situaciones se fueron dando con paciencia, fui forjando mi promesa. Emocionado miraba las banderas cada día lunes con la imaginación de niño. Lo que entendí con el tiempo seria un sueño difícil de alcanzar.

    Quería ver las banderas en su frontera, en su tierra. Tenía por aquel entonces como dije, doce años. No sabía lo que significaban y representaban las banderas. No sabía del dinero, ni de las leyes. Ni mucho menos de mujeres, que hoy entiendo a veces nos quieren dominar, cortándonos las alas para no poder volar. Poco a poco lo entendí sabiendo que no era nada de fácil, pero un día rompí las cadenas.

    Era un sueño difícil de alcanzar cuando entendí cómo funciona el mundo, con sus leyes y su gente con diferentes formas de pensar.

    Querer ver las banderas del continente en sus propios países un desafío.

    - Locura para muchos.

    - Idea inalcanzable para otros.

    - Yo siempre vivía imaginando que se podía.

    - ¿Cómo y cuándo partir? era el dilema.

    - En que me transportaría también era para pensarlo.

    Así mi vida y mi sueño se fue dando en lo que llamo la fragua del tiempo.

    Comento para que se entienda. La primera bandera que vi fuera de casa, es decir fuera de Chile, fue la bandera de la república hermana y limítrofe de Argentina. De adolescente, cuando fui mecánico, quería saber porque y como se mueve un vehículo terrestre, con el tiempo me atrevía a armar un motor Willys CJ-5 a ojos cerrados. A manera de ponerme a prueba. Soporté los temporales, navegué por aguas turbulentas en parte del golfo de penas, no pagué más de un pasaje por que viaje de pavo, aun así me dejaron ir libre.

    De hombre también supe llorar, supe reír, vi los senderos, sobre la tierra caminé sus caminos y nacieron mis hijos. Fui un privilegiado, aún lo soy. Hoy escribo como autodidacta esta crónica de un viaje único e irrepetible que es historia. Además, con éste libro sobre pasare mis 1.000 páginas de una historia sencilla, única, auténtica, cautivante, para entender cómo se fueron dando los hechos, hoy narro esta crónica con los acontecimientos kilómetro a kilómetro que son parte de la vida misma. Luchando por lo que me propuse.

    Jamás lo imaginé, quién lo diría. Estoy escribiendo como autodidacta. He vivido de milagro, no me ha faltado nada, no he comprado nada, siento que en lo material nada me falta; y en lo espiritual hoy me siento muy bien escribiendo este mi libro cumbre en dos partes. Por las vueltas que tiene la vida me encuentro en la ciudad de Detroit, agradezco a Dios el poder sobrevivir día a día lejos de mi Chile lindo sin mi familia porque así se me dio. Todo lo ocurrido es parte de mi destino.

    Agradezco a Dios hoy.

    Vivo en la senda infinita del escritor

    El material inédito lo tenía en mi mente secretamente por años guardado; tal vez por cosas que no se pueden explicar mi mano comenzó a escribir esta historia.

    ¿Por un destino sería?

    ¿Por un talento que Dios me dio?

    A petición de los que me escucharon un 5% de todo lo que ocurrió.

    Me *subyuga el destino que me hizo poder estar aquí en Detroit, ciudad a la que llaman la capital mundial del motor en donde muchas veces me ha tocado ver el ferrocarril colmado de chasis, para el armado de nuevos vehículos. No se si de Ford – GMC. (General Motor Company) o de Chrysler. Pensando en mi pasado de adolescente, cuando mi vida estaba dedicada a la mecánica, oliendo a gasolina con un fin el de algún día viajar por tierra. Estar viviendo en Detroit para un mecánico de vocación, en donde el ruido industrial esta las 24 horas, amistades que trabajan en fabricas de piezas para el ensamblado. Es como para un escalador, escalar algún día el monte Everest. (La montaña más alta del mundo 8.848 metros sobre el nivel del mar, ubicado en el Himalaya).

    Puedo escribir sacando leyendo y adaptando temas extraídos de mis borradores guardados desde 1998. Tantas ideas, tantas historias, tantos apoyos, para lograr parte de mi promesa, algunos apoyos de fuentes desconocidas, otros golpeando yo las puertas necesarias que la vida nos da y nos pone. Para que algunos de tantos, podamos cumplir los sueños. Como este que se llamo.

    Travesía por América

    Primera parte de Punta Santa María en Chile a Punta Gallinas en Colombia.

    Segunda parte de Santa Marta Colombia a Detroit estado de Michigan. E.U.A. Fecha oficial de partida 12 de octubre de 1992.

    Fecha oficial lograda la meta 2 de diciembre de 1994.

    Informo a mis lectores que viajamos con un libro de firmas y mensajes con testimonios. La portada de este que está en tus manos es la portada de nuestro original libro de firmas.

    El lector encontrará en las páginas siguientes unos diálogos quijotescos que son de mi absoluta responsabilidad al hablar con mi noble auto-máquina que recorrió algunas rutas de América Continental, sumando muchos kilómetros de carretera y de historia avanzando en la ruta día a día, así se lograron las metas. Seguramente con esta historia todo será una leyenda. Si encuentran chilenismos son normales para un chileno como yo.

    Aclaración del autor

    Dentro de todos los documentos y cartas que se sumaron a la historia de 2 años un mes y 20 días, existe una carta firmada por Marcos Silva, representante de Ford en Chile. El que en el año 1987 me aclaro que la compañía Ford no apoyaba a aventureros. De todas formas a regañadientes firmo una carta en 1992. Carta que se presentaría a algunos concesionarios de la ruta. Pidiendo

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