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Hábitos de la gente feliz
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Libro electrónico227 páginas3 horas

Hábitos de la gente feliz

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Únete al viaje para vivir más, sentirte mejor y encontrar la felicidad. Durante la última década, la neurociencia, la psicología positiva y la medicina del estilo de vida han explotado como áreas de estudio, investigación y atención médica de vanguardia. Las investigaciones indican que casi la mitad de nuestra felicidad duradera puede verse influenciada por nuestras elecciones y hábitos diarios. Donde sea que te encuentres en la escala de sentimientos, puedes elevar tu estado de ánimo y tu vida en el proceso.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento12 abr 2021
ISBN9789877984132
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    Hábitos de la gente feliz - Darren Morton

    Dedicado a

    Sarah, Olivia, Elijah y Caleb,

    por hacerme feliz.

    Introducción

    Quiero que seas más feliz, y estoy seguro de que este libro puede ayudarte a lograrlo.

    En 2006, escribí un libro titulado Seven Secrets for Feeling Fantastic [Siete secretos para sentirse fantástico], en el que describí en términos simples cómo está diseñada la parte de nuestro cerebro responsable por cómo nos sentimos (nuestras emociones), y cómo podemos generar las condiciones para mejorarla y elevar nuestro estado de ánimo más a menudo. Como lo indica el título, ese libro tiene un enfoque positivo. Intencionalmente lo escribí pensando no tanto en personas que estaban clínicamente deprimidas, sino para aquellos que solo querían sentirse mejor de lo que estaban.

    Lo que realmente –y agradablemente– me sorprendió fue la respuesta que recibí al libro. Los lectores se sintieron tocados, y recibí muchos informes de personas que me contaron cómo los había animado y ayudado a vivir más. Algunas de las historias fueron increíblemente alentadoras. Pero, para lo que no estaba preparado eran las historias alentadoras de personas que estaban desesperadamente bajoneadas pero que pudieron volver a la vida a través de las estrategias que había compartido en el libro.

    Descubrí que las estrategias para impulsar el bienestar emocional y ser más felices, que presento nuevamente en este libro, elevan a las personas independientemente de cuán alto o bajo estén en la escalera emocional. Mi investigación ha demostrado que, en promedio, las personas que ponen en práctica el contenido de este libro experimentan una reducción del 30 % en los síntomas depresivos, ansiedad y estrés, y una mejora del 20 % en su salud mental y vitalidad.¹

    ¡Y esto incluye a los hombres! Algunos hombres parecen no tener entusiasmo por el tema de los sentimientos, pero nosotros los hombres también tenemos sentimientos: por ejemplo, ¡sentimos hambre! Hablando en serio, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, todos desean disfrutar del bienestar emocional, por lo que este libro es para ti, quienquiera que seas.

    Hábitos de la gente feliz reúne los últimos descubrimientos de la neurociencia, la psicología positiva y la medicina del estilo de vida: tres áreas de estudio, investigación y atención médica que han explotado durante la última década.

    Me apasiona mucho compartir los mensajes de este libro. Todo el mundo necesita conocerlos, porque la depresión es cada vez más común. En Australia, que está clasificada entre los diez países más felices del mundo,² el uso de antidepresivos se ha duplicado en la última década, lo que significa que estamos entre los que más utilizamos esta clase de medicamentos: 1 de cada 10 adultos los consume cada día.³ Las estadísticas son aún más preocupantes en países como Estados Unidos.⁴ Los estudios muestran que solo alrededor del 20% de las personas informan que están mejorando su bienestar en la vida.⁵ Claramente, las personas en todas partes están luchando y, sin embargo, hay muchas cosas científicamente respaldadas que podemos hacer para levantar nuestro propio ánimo. De esto se trata este libro.

    No estoy sugiriendo ingenuamente que puedes alcanzar un 10 de 10 en la escala emocional, día tras día; nadie puede. A veces la vida es dura, y todos tenemos altibajos. Para citar la antigua sabiduría de Salomón, Hay una temporada para todo [...]. Un tiempo para llorar y un tiempo para reír (Ecl. 3:1, 4).⁶ Pero es alentador que las investigaciones indican que las circunstancias de nuestra vida solo contribuyen en un 10 % a nuestro nivel de felicidad duradera.⁷ Esto ofrece esperanza. Independientemente de las circunstancias de nuestra vida, podemos descubrir más alegría.

    Los estudios también sugieren que un 50 % de nuestra felicidad duradera está determinada por nuestra genética,⁸ lo que explica por qué algunas personas son naturalmente más alegres que otras, aunque otro nuevo campo de la ciencia llamado epigenética está sugiriendo que nuestro entorno (educación) puede tener un papel mucho más importante que la genética (herencia).⁹

    Esto deja alrededor de un 40 % –casi la mitad de nuestra felicidad duradera– que podemos elegir. Este libro puede ayudarte a elegir mejor.

    Para que este libro funcione para ti, debes ir más allá de la simple lectura: debes poner en práctica estos conceptos. Al final de cada capítulo, he incluido formas de poner en práctica lo que aprendiste. Realmente te animo a comprometerte con estos desafíos. Considéralos autoexperimentos para probar y ver qué funciona en tu caso. Como con la mayoría de las cosas en la vida, cuanto más esfuerzo le dediques, más beneficio obtendrás.¹⁰

    Espero sinceramente que este libro te ayude a vivir más feliz.

    Saludos,

    Darren


    ¹ Darren P. Morton, Jason Hinze, Bevan Craig, Wendi Herman, Lilian Kent, Peter Beamish, Melanie Renfrew y Geraldine Przybylko, A Multimodal Lifestyle Intervention for Increasing the Mental Health and Emotional Wellbeing of College Students, American Journal of Lifestyle Medicine (octubre de 2017); J. Hinze y D. Morton (en proceso de publicación), Jason Hinze y Darren Morton Wellbeing Education for Educators, TEACH Journal, 11:2.

    ² J. Helliwell, R. Layard y J. Sachs (2016), World Happiness Report 2016, .

    ³ C. G. Davey y A. M. Chanen, The unfulfilled promise of the antidepressant medications, Medical Journal of Australia, 204:9 (2016), pp. 248-250; C. P. Stephenson, E. Karanges y I. S. McGregor, Trends in the utilisation of psychotropic medications in Australia from 2000 to 2011, Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 47:1 (2012), pp. 74-87.

    ⁴ E. D. Kantor, C. D. Rehm, J. S. Haas, A. T. Chan y E. L. Giovannucci, Trends in Prescription Drug Use Among Adults in the United States From 1999-2012, Journal of the American Medical Association, 314(17), pp. 1.818-1.831.

    ⁵ B. L. Fredrickson y M. F. Losada, Positive Affect and the Complex Dynamics of Human Flourishing, American Psychologist, 60:7 (2015), pp. 678-686.

    ⁶ A menos que se indique otra versión, las referencias bíblicas han sido tomadas de la versión Nueva Traducción Viviente.

    ⁷ J. L. Kurtz y S. Lyubomirsky, Towards a durable happiness, en S. J. López y J. G. Rettew, eds., The Positive Psychology Perspective Series (Greenwood Publishing Group, 2008), pp. 21-36.

    Ibíd.

    ⁹ A. Menke y E. B. Binder, Epigenetic alterations in depression and antidepressant treatment, Dialogues in Clinical Neuroscience, 16:3 (2014), pp. 395-404.

    ¹⁰ S. Lyubomirsky, R. Dickerhoof y J. K. Boehm, Becoming Happier Takes Both a Will and a Proper Way: An Experimental Longitudinal Intervention to Boost Weil-Being, Emotion, 11:2 (2011), pp. 391-402.

    Capítulo 1

    Lo que necesitamos saber acerca de nuestro Limbo

    Los hombres deben saber que del cerebro, y solo del cerebro, surgen nuestros placeres, gozo, risas y bromas.–Hipócrates

    Nunca llegué a uno de mis descubrimientos a través del proceso de pensamiento racional.–Albert Einstein

    En busca de simplicidad, permíteme presentarte a tu Limbo, el apodo que le he dado a la parte de nuestro cerebro conocida como el sistema límbico. Nuestro Limbo contiene varias estructuras, todas con nombres complicados, pero conocerlo como Limbo funcionará para nuestros propósitos. Como estamos a punto de descubrir, nuestro Limbo es una parte increíblemente importante de nosotros, y es de nuestro interés mantenerlo en perfecto estado de funcionamiento.

    En caso de que te preguntes dónde vive nuestro Limbo, está ubicado en el medio de nuestro cerebro, justo debajo de la parte que parece una coliflor, a la que llamo el Líder.

    Se ha descubierto mucho sobre el Limbo a través del trabajo de investigadores curiosos especializados en el cerebro, a quienes les encanta presionar botones y ver lo que sucede. Comenzaron conectando el Limbo de gatos y ratas de una manera que les permitía enviar un pequeño impulso eléctrico al área cuando los investigadores presionaban un botón.

    Los investigadores notaron que, si estimulaban una parte del Limbo de un gato, el gato comenzaba a ronronear (y a refregarse contra el cuerpo, por supuesto), se ponía juguetón, y básicamente se convertía en un animal muy feliz y simpático.¹¹ De manera interesante, si continuaban estimulando esta parte del Limbo del gato, perdía todo interés en la comida. Felices y delgados: tener nuestro Limbo conectado de esta manera puede sonar atractivo.

    Pero los investigadores descubrieron que, si movían ligeramente los cables y estimulaban otra parte del Limbo del gato, ocurría la reacción opuesta. El gato lanzaba un ataque histérico: se erguía, lanzaba arañazos; e incluso arrojaba algo de saliva para darle efecto. Lo que es más, el gato comía cualquier cosa que se pusiera a su alcance. La estimulación repetitiva del Limbo del gato de esta manera hizo que se transformaran en un demonio obeso y hostil al que nadie quería acercarse.

    Para que las ratas en el laboratorio no se sintieran excluidas, los investigadores también conectaron su Limbo, pero agregaron otro elemento. Les dieron a las ratas la capacidad de presionar un botón para que pudieran estimular su propio Limbo. Para el asombro de los investigadores, las ratas presionaron repetidamente el botón, incluso en preferencia a comer y beber.¹² Si no se las controlaba, las ratas finalmente morían de agotamiento, con sus pequeñas patas aún presionando el botón en un intento de recibir una descarga más.

    El hogar de la felicidad: el papel principal del Limbo

    Los investigadores descubrieron que el Limbo es la región del cerebro responsable de las emociones: los sentimientos son su actividad principal; y el estado de ánimo, su papel principal. Si se estimula de la manera correcta, hace que los gatos y las ratas se sientan bien; si se estimula de manera incorrecta, los hace sentir mal.

    Nuestro cerebro es un poco más grande y complejo, pero no muy diferente del de las ratas y los gatos. Nosotros también tenemos un Limbo. Y, al igual que los gatos y las ratas, nuestro Limbo es la parte de nuestro cerebro que determina cómo nos sentimos: los científicos incluso se refieren a él como el cerebro emocional.¹⁵ En pocas palabras, es nuestro hogar de la felicidad, si lo estimulamos de la manera adecuada. Este libro tiene precisamente ese objetivo: ayudarnos a descubrir cómo estimular nuestro Limbo de la manera correcta, para que podamos sentirnos mejor y más felices con mayor frecuencia, ¡más contentos y menos bajoneados! Y hay algunas buenas razones por las que deberíamos hacer esto:

    Las personas felices tienen una mejor calidad de vida

    Piensa en esta declaración por un momento: La calidad de tus emociones determina tu calidad de vida.

    Estoy seguro de que estarás de acuerdo en que esto es cierto. Si pasas la mayor parte de tu tiempo contento y sintiéndote bien, la vida es buena. Si, por otro lado, pasas la mayor parte de tu tiempo sintiéndote bajoneado y de mal humor, la vida es pésima.

    Ten en cuenta que las cosas en nuestra vida (relaciones, circunstancias, posesiones, etc.) son simplemente vehículos para las emociones. Si conducen a emociones positivas, contribuyen a nuestra calidad de vida; pero si generan emociones negativas, disminuyen nuestra calidad de vida. Tanto como podamos, es bueno rodearnos de alas en lugar de lastre.

    En resumen, la primera buena razón por la que debemos esforzarnos por darnos un impulso emocional es que nuestra calidad de vida se ve mejorada. Y, como las personas optimistas son más divertidas, ¡la calidad de vida de aquellos con quienes nos asociamos también será mejor!

    La gente feliz vive más

    En 2001, investigadores de la Universidad de Kentucky publicaron un estudio fascinante sobre la longevidad de las monjas.¹⁶ Los investigadores descubrieron las autobiografías de 180 monjas que habían sido escritas cuando las monjas ingresaron por primera vez al convento en la década de 1930. Analizaron el tono de estos escritos, si eran alentadores y optimistas o tristes y pesimistas, para ver si influía en cuánto tiempo vivieron. Vale la pena señalar que las monjas son ideales para un estudio como este, porque sus hábitos y su estilo de vida son similares (niveles similares de dieta y actividad física) y es poco probable que consuman drogas o participen en otras actividades riesgosas. Los investigadores descubrieron que menos de una de cada cinco de las monjas menos felices seguían vivas a la edad de 93 años, mientras que más de la mitad de las monjas más felices sí lo estaban.

    Otros estudios han replicado hallazgos similares.¹⁷ Al analizar los escritos de conocidos psicólogos fallecidos, los investigadores de la Universidad de Kansas descubrieron que aquellos que usaban palabras emocionales más positivas vivían unos tres años más.¹⁸ Otro estudio encontró que las personas mayores con una perspectiva más positiva hacia el envejecimiento vivieron 7,5 años más que aquellos que no compartían la misma perspectiva optimista.¹⁹

    Para ir un paso más allá, los investigadores de la Universidad Estatal de Wayne se preguntaron: ¿Puede la longevidad ser predicha por algo tan simple como cuán sonriente aparece alguien en una fotografía? Para probarlo, tomaron 230 tarjetas coleccionables de béisbol de grandes ligas de 1952, calificaron la intensidad de la sonrisa del jugador en la tarjeta y cruzaron esa información con la cantidad de años que cada uno vivió. Sorprendentemente, los jugadores que sacaron las sonrisas más amplias, descritas como una sonrisa de Duchene, vivieron en promedio siete años más que aquellos que no sonrieron en absoluto.²⁰

    Una sonrisa que agrega siete años de vida extra es increíble, especialmente cuando consideramos que llevar una dieta saludable, estar físicamente activo y no fumar solo agregan aproximadamente dos años cada uno a la expectativa de vida.²¹ Obviamente, no se trataba solo de una sonrisa: los jugadores de béisbol sonrientes de esta investigación probablemente eran más sonrientes la mayor parte del tiempo. (Aunque podría valer la pena sonreír más en las fotos, por si acaso.)

    Un poco más adelante, examinaremos por qué ser felices aumenta nuestra esperanza de vida, particularmente en relación con el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico, pero una cosa está clara: las personas felices tienden a vivir más tiempo. Después de revisar muchos estudios que examinan la relación entre la longevidad y la felicidad, el reconocido investigador Dr. Ed Diener estimó que es probable que una persona

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