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Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido)
Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido)
Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido)
Libro electrónico40 páginas57 minutos

Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido)

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Información de este libro electrónico

- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.

Del primer capítulo: Al abordar la cuestión de la autocuración debo decir, en primer lugar, que para mí todos los diversos métodos de curación por el poder de la mente no son más que diferentes formas de aplicar la misma fuerza. Creo que los diversos practicantes de la Terapia Sugestiva, la Ciencia Mental, la Ciencia Cristiana, la Curación por la Fe y todos los demás, están utilizando la misma gran fuerza, siendo la única diferencia el método de aplicación".
IdiomaEspañol
EditorialAnna Ruggieri
Fecha de lanzamiento3 jun 2021
ISBN9788892863545
Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido)
Autor

William Walker Atkinson

William Walker Atkinson (1862 – 1932) was a noted occultist and pioneer of the New Thought Movement. He wrote extensively throughout his lifetime, often using various psydonyms. He is widely credited with writing The Kybalion and was the founder of the Yogi Publication Society.

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    Son principios simples, comprensibles desde el sentido común. Tan simples que los hemos olvidado y subestimados. La evolución es una espiral, donde el tiempo inexorablemente en nuestra dimensión pasan y los hechos se repiten. Volver a recordar sabidurías ancestrales ayudan, y mucho...

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Autocuración por la fuerza del pensamiento (traducido) - William Walker Atkinson

reservados

Lección 1. La fuerza curativa

Al abordar la cuestión de la autocuración, debo decir, en primer lugar, que para mí todos los diversos métodos de curación por el poder de la mente no son más que diferentes formas de aplicar la misma fuerza. Creo que los diversos practicantes de la Terapia Sugestiva, la Ciencia Mental, la Ciencia Cristiana, la Curación por la Fe y todos los demás, están utilizando la misma gran fuerza, siendo la única diferencia el método de aplicación. Por supuesto, esta afirmación será enérgicamente discutida por los fervientes defensores de este método y del otro, cada uno de los cuales afirmará que su forma particular es la única real, y que todas las demás son viles imitaciones. No tiene sentido. Nadie tiene el monopolio de la Verdad, o una esquina en el conocimiento. Se han dado tratamientos de toda naturaleza concebible, por todas las personas, en todas las épocas, y todos han efectuado curas. Me parece que estoy justificado al suponer que todos estos diferentes métodos de curación, incluyendo los métodos de los últimos días, han sido simplemente el uso de una gran fuerza de la Naturaleza, y que esa gran fuerza estaba latente dentro del individuo tratado, y fue llamada a jugar por la influencia sugestiva de los diversos métodos y ceremonias empleadas. Ahora bien, no me malinterpreten sobre este asunto de la influencia externa. Creo que muchos curanderos tienen ciertas cualidades mentales, desarrolladas por la práctica, que les permiten

Autocuración por la Fuerza del Pensamiento para poner en juego el poder curativo dentro del organismo del paciente, pero también creo que la mayor parte del trabajo real se realiza a través del cerebro, o cerebros, y los grandes centros nerviosos del paciente. El sanador despierta las cualidades recuperadoras latentes en el organismo del paciente. Esto no entra en conflicto con la idea del tratamiento ausente, el tratamiento mental, el tratamiento magnético o cualquier otro tipo de tratamiento, sino que simplemente supone que en lugar de que el poder del sanador trabaje directamente sobre la parte u órgano enfermo, llega a la parte u órgano afectado por medio del cerebro (o cerebros) y los centros nerviosos inteligentes del paciente.

Todo hombre o mujer tiene en su interior, latente en muchos casos, un cierto poder recuperador capaz de devolver las funciones y la fuerza perdidas a los órganos enfermos. Este poder puede ser despertado por el poder mental del sanador, los esfuerzos del propio paciente, la fe, las ceremonias, los tratamientos, los remedios. En muchos casos, la influencia del miedo en la mente del paciente impide que este poder recuperador funcione, y el tratamiento suele consistir simplemente en liberar al paciente de su pensamiento de miedo y sustituirlo por la esperanza y la fe, es decir, en quitar los frenos que el paciente ha puesto a los procesos curativos de

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