El aura es la energía vital que emana del cuerpo de cada uno de nosotros, recubriéndonos y protegiéndonos. Algunos estudiosos la consideran la verdadera esencia de la vida: una corriente psíquico-eléctrica que une lo físico con lo mental. El aura, una especie de manto electrovital, puede ser la respuesta al misterio de la vida.
Esta corriente energética recibe la energía de todo lo que la rodea, distribuyéndola a través del cuerpo y, a la vez, transmitiendo la energía sobrante.
El aura puede ser dañada. Cuando esto sucede, se produce una fuga excesiva de energía, o bien, el bloqueo a partir de fuerzas negativas que llegan del entorno. Mientras el balance entre la energía que entra y la que sale sea óptimo, gozaremos de buena salud.
Pero, si el aura es lastimada, quedamos expuestos a influencias negativas y, cuando esto sucede, el daño se produce tanto en el plano físico como en el espiritual. Nuestra vitalidad se ve seriamente afectada y la consecuencia inmediata es la sensación de no tener fuerzas.
Es en este punto cuando las adicciones hacen su aparición; ellas, junto con las