Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella
Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella
Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella
Libro electrónico370 páginas4 horas

Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Esta Memoria: la del Museo Nacional de Medicina "Eduardo Estrella", en Quito, Ecuador; intenta retener indemne y perpetuar el recuerdo y las ideas del pasado, y del presente, como un paradigma a los cultores de la medicina, en el camino a seguir, y como una cosecha de la virtud y entereza humana de su Fundador, en contribuir a edificar el derrotero del médico en el Bien Común, y su devoción al semejante que sufre, y necesita de alivio y de consuelo.

Constituye una relación ordenada, de la evolución de las diferentes etapas logradas, y una historia digna de resaltar para todas las generaciones de Galenos en la permanente construcción de la Salud individual y de la Sociedad.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 abr 2021
ISBN9788468557298
Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella

Lee más de Francisco Rigail Arosemena

Relacionado con Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella

Libros electrónicos relacionados

Medicina para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Memoria Del Museo Nacional De Medicina Eduardo Estrella - Francisco Rigail Arosemena

    MEMORIA DEL MUSEO

    NACIONAL DE MEDICINA

    EDUARDO ESTRELLA

    FRANCISCO RIGAIL AROSEMENA

    MEMORIA DEL MUSEO

    NACIONAL DE MEDICINA

    EDUARDO ESTRELLA

    QUITO – REPÚBLICA DEL ECUADOR

    Francisco Rigail Arosemena

    Colaboración Especial:

    Ana Estrella Santos

    Alicia Estrella Santos

    2021

    Quito-Ecuador

    Título Original

    MEMORIA DEL MUSEO NACIONAL DE MEDICINA

    EDUARDO ESTRELLA

    2021

    Quito-Ecuador

    Levantamiento de texto: Ana Estrella Santos

    Diagramación: Fidel Nieves Navarro

    ISBN: 978-9942-36-901-7

    Primera Edición: Rispergraf. 2003

    Segunda Edición: 2021

    Autor: Francisco Rigail Arosemena¹

    ÍNDICE

    índice

    Agradecimientos

    Dedicatoria

    Prólogo

    Presentación

    Exordio

    Miembros Fundadores

    Personal Laboral

    PRIMERA ÉPOCA

    I. Antecedentes: El Hospital San Juan de Dios

    II. Proyecto: Museo de Historia de la Medicina Ecuatoriana

    III. Orígenes del Museo de Historia de la Medicina Ecuatoriana: Convenio entre el Ministerio de Salud y la Casa de la Cultura

    IV. Los Primeros Pasos: Un local provisional para el Museo y la entrega de bienes museables pertenecientes al Hospital San Juan de Dios

    V. El Proceso de restauración del Hospital San Juan de Dios: Convenio Interinstitucional de Noviembre 1982

    VI. El San Juan de Dios y su valioso acervo: En custodia

    VII. Logros en el Museo de Medicina: Primer año de trabajo

    VIII. Inauguración del Museo Nacional de Medicina Hospital San Juan de Dios

    IX. Consolidación del Museo del Hospital San Juan de Dios: Acuerdo Ministerial No. 742

    X. Programa de Desarrollo de la Cultura Médica en el Área Andina, Participaciones y Búsqueda de Asistencia Técnica Internacional

    XI. La Restauración del Claustro Sur del Hospital: Convenio del 28 de junio de 1984, entre el Banco Central del Ecuador y El Ministerio de Salud

    XII. Sociedad Ecuatoriana de Historia de las Ciencias y la Tecnología

    XIII. En el Comité Técnico de la Restauración, y más Actividades Científicas y Administrativas

    XIV. Transferencia de bienes de valor histórico del Ministerio de Salud Pública al Museo Nacional de Medicina: Acuerdo Ministerial No. 10129

    XV. Entre la Jornada de Restauración, el Proyecto inicial para la instalación del Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana, y el trajinar académico

    XVI. Ratificación del Proyecto: Convenio No. 4865 para la Rehabilitación y Conservación del Hospital SJDD destinado a Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana, y otros hechos

    XVII. Quebrantar el Convenio: Empeño Oficial por utilizar el Hospital San Juan de Dios para otros fines

    XVIII. El Registro Oficial No. 335

    XIX. Flagrante Atentado contra la Medicina Ecuatoriana

    XX. Acta Constitutiva: Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    XXI. El Comité de Defensa del Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana Hospital San Juan de Dios ¡hace oír su voz!

    XXII. ¡El despojo ya estaba decidido!

    XXIII. Acta No. 1: Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    XXIV. Acta No. 2: Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    XXV. Estatutos de la Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    XXVI. La Historia del Museo Nacional de Medicina siempre ligada a la Docencia Universitaria y a la Investigación

    XXVII. Proyecto Reformado: Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana para la conservación del Patrimonio Médico Nacional

    XXVIII. Preparando la Magna Asamblea para constituir la Fundación

    XXIX. Sesión solemne inaugural y Asamblea para construir la Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    XXX. Primera Reunión de Directorio de la Fundación

    XXXI. Últimos pasos para la Constitución legal de la Fundación

    XXXII. Escritura Pública de Donación Otorgada por el Ministerio de Salud a favor del Municipio de Quito

    XXXIII. Buscando otra alternativa: La restauración del antiguo Hospital Militar

    XXXIV. Cambio en el Gabinete Ministerial de Salud

    XXXV. Convenio entre el Ministerio de Salud Pública y el Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana, para la Administración del Museo

    XXXVI. Más Sesgos y Vicios de Derecho en la Escritura de Donación del Hospital San Juan de Dios

    XXXVII. Entre los problemas ocasionados por la donación: ¡Una Decisión Justa!

    XXXVIII. Urge rectificar Dimensiones y Linderos en la Escritura de Donación

    XXXIX. El Ministro de Salud solicita una Escritura Aclaratoria

    XL. Las Constantes Tareas en el Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana – Museo Nacional de Medicina

    XLI. Continuando con la búsqueda de la Sede definitiva para el Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana – Museo Nacional de Medicina; y en otros Eventos

    XLII. Una Ayuda-Memoria sobre el Hospital San Juan de Dios y el Museo Nacional de Medicina

    XLIII. La Insistencia tiene un fin: Preservar el Patrimonio Médico Nacional

    XLIV. El Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana se cubre de luto por la irreparable pérdida de su fundador

    XLV. La invaluable herencia Científica del Fundador y Director del Museo Nacional de Medicina, y del Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana

    SEGUNDA ÉPOCA

    XLVI. Nueva Asignación Ministerial a la Dirección del Museo Nacional de Medicina

    XLVII. En la senda trazada por su Fundador, y entrega de local al Museo

    XLVIII. La Procuraduría del Distrito Metropolitano al acecho: Expropiar el inmueble donde funciona el Museo Nacional de Medicina

    XLIX. Más sobre el inmueble de las calles García Moreno-Morales, y cambio de Gobierno Nacional

    L. La amenaza se materializa: Intento de expropiación a bien inmueble del Estado en el que funciona el Museo Nacional de Medicina

    LI. Firmeza Ministerial contra nuevo atentado del alcalde: Expropiar la Segunda Edificación más importante del Patrimonio Médico Nacional

    LII. Memoria sobre el Hospital San Juan de Dios y la situación actual del Museo Nacional de Medicina

    LIII. 1997: En un año de Convulsión Social

    LIV. Acerca del Convenio de Cooperación MSP / CECUME / MUNICIPIO de Quito

    LV. Actividades Participativas en el campo de la Bioética

    LVI. Donaciones Médicas y Nombramientos de Miembros Honorarios del CECUME: 1998 y 1999

    LVII. Convenio para la Rehabilitación Arquitectónica de los pabellones 5A y 5B del Antiguo Hospital Eugenio Espejo, entrega de los muebles, imágenes y obras de arte religiosas no médicas

    LVIII. Sobre Diagnóstico en el área de Catalogación del Archivo-Biblioteca del Museo Nacional de Medicina

    LIX. Taller sobre historia de la Medicina en el Ecuador: Participación del Museo Nacional de Medicina; y homenaje Póstumo al Dr. Eduardo Estrella

    LX. Primera etapa del Convenio Interinstitucional Municipio de Quito / MSP / CECUME / Museo Nacional de Medicina

    LXI. Al finalizar el siglo continúan las Donaciones Médicas

    LXII. Acto de entrega-recepción de las segundas seis esculturas de arte religioso que pertenecieron a la capilla del antiguo San Juan de Dios

    LXIII. A manera de Corolario

    BIBLIOGRAFÍA

    ANEXOS

    Agradecimientos

    Mis agradecimientos a las instituciones que auspician la presente impresión, como son: la Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana; el Museo Nacional de Medicina Eduardo Estrella y, la Sociedad Ecuatoriana de Historia de la Medicina.

    De modo particular mi gratitud por el apoyo económico para esta publicación: al Señor Doctor José Tohme Amador, Presidente de la Fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana; a ECUASANITAS S.A.; a la Clínica Internacional y, al Señor Arturo Segovia Peñaherrera, familiar y amigo.

    Y, al entrar a imprenta este trabajo dejo, además, expresa constancia de mi agradecimiento, a los Colaboradores Especiales por su participación en la corrección y el levantamiento de los textos.

    Dedicatoria

    A la ilustre memoria del fundador

    Profesor Doctor Eduardo Estrella Aguirre

    A su distinguida familia:

    María Ángeles Santos de Estrella

    Ana, Guillermo, Alicia y Nuria Estrella Santos;

    por su abnegación y contribución.

    Prólogo

    Los pueblos que desaparecieron de la memoria humana o apenas quedaron como entes fantasmagóricos - deben ser numerosos -, huérfanos debieron haber sido de quienes animados por razones poderosas y de lealtades para con su circunstancia perdieron el sueño y se empeñaron en conservar todo testimonio que diera fe que, la comunidad a la que pertenecían, existió con singularidades que la hacían irrepetible, única.

    Tales testimonios se constituyen en la única posibilidad que tiene el hombre, como ser racional, de neutralizar la finitud de la vida y perennizarse en el tiempo. Aquellos testimonios, las células de identidad de un pueblo, son el sustento de la historia que les corresponde. Tanto más fidedigna, estructurada y racional cuanto mayor fue el empeño de conservar toda huella del pasado.

    Los museos y las bibliotecas responden a tal empeño. Un noble empeño. Los protagonistas, hombres singulares a quienes les aterraba la posibilidad de dejar de ser, de quedar por ahí perdidos en los laberintos de la memoria escueta, el recordatorio oral, sujeto siempre de todas las imprecisiones, de todos los subjetivismos, de todas las interpretaciones arbitrarias. Protagonistas de acciones y aventuras admirables aquellos que se empeñaron en crear museos y bibliotecas.

    La historia de los grandes museos o de las grandes bibliotecas, como la del Museo del Hombre, en París, o la Biblioteca de Medicina del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, digamos, sagas inauditas que dignifican a la especie humana en grados superlativos.

    Me ha correspondido, en mis andanzas por el mundo, llegar a percatarme que los pueblos que concluyeron por constituirse en poderosas naciones son aquellos que por generaciones de generaciones fueron acumulando los testimonios de su presencia en la tierra. Son los que cuentan con los mejores museos y bibliotecas. Tales portentos no aluden solamente al espacio geográfico que les fue propio, sino también a todos aquellos que recibieron su impronta. El Museo Británico es el mejor ejemplo. Es así como ahí se encuentran, y fueron recibidos como bienes preciosos, piezas de valor incalculable traídas desde los desventurados países africanos, digamos, cuyos nativos no habían llegado al punto de considerarlos y conservarlos como bienes nacionales. En los Estados Unidos la Biblioteca de la Gulf ofrece posibilidades de información sobre los países latinoamericanos como no es posible hallarlas en ninguno de ellos. Cuando las tropas norteamericanas invadieron México no dejaron papel impreso que no pasara a los centros de información de los Estados Unidos. Saqueadores o no, es indudable que tal depredación, o similares, pudo darse en magnitudes colosales por la desidia, la indiferencia y la miopía de los propios nativos. La mayor colección de momias egipcias se halla en el Museo Británico al igual que templos griegos íntegros. Importantes bibliotecas ecuatorianas, particulares, pasaron a engrosar los acervos de las norteamericanas, ante la indiferencia de nuestras autoridades.

    Batallas perdidas en la lucha eterna entre la civilización y la barbarie; capítulos frecuentes de la historia nacional.

    De ahí que verle a Eduardo Estrella empeñado en crear un Museo Nacional de Historia de la Medicina fue para mí la evidencia de que había compartido los mejores años de mi vida de investigador con un hombre excepcional.

    Con el doctor Estrella se daba el producto maduro y bien logrado de generaciones de médicos ecuatorianos cultos que fueron surgiendo en la historia de la constitución de nuestra sociedad, de nuestra nacionalidad. Producto bien logrado que en línea de continuidad se inicia con los amautas y quipucamayocs prehispánicos, el siglo de la Ilustración con Eugenio Espejo y los jesuitas que crearon en Quito las mejores bibliotecas del continente y, ya en nuestra modernidad, con figuras tan cultas como Benjamín Carrión, el fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, o quienes hicieron posible el Museo del Banco Central. Batallas ganadas por la civilización en su enfrentamiento inacabado con la barbarie.

    Hoy el Museo Nacional de Historia de la Medicina es una realidad. Es la historia de tal magna empresa la que refiere este libro. Una historia de luces y de sombras, El protagonista, un compatriota admirable, Eduardo Estrella. Tan solo una voluntad fraguada en el crisol del ímpetu ibérico y la perseverancia aborigen pudo vencer tantos obstáculos, tantas limitaciones.

    Hoy los médicos ecuatorianos contamos con un espacio devotamente dedicado a la historia de nuestra profesión. Una historia estimulante. La de nuestros colegas con su empeño infatigable por hacer también nuestras las modernidades profesionales que iban sucediéndose. Aquel espacio, un semillero para que las buenas voluntades, iluminadas con el ejemplo de Eduardo Estrella, vayan haciendo del Museo Nacional de Historia de la Medicina el enorme solar conocido del médico ecuatoriano. Aquel espacio, la rica fuente de información de quienes sienten la necesidad de ir enriqueciendo la memoria médica del ejercicio de la Medicina en nuestro país.

    Un gran maestro, un ejemplar maestro el señor doctor Eduardo Estrella. No se concibe un maestro sin discípulos. La obra multiplicadora de Eduardo Estrella es indudable. Son ya decenas de colegas los que con sus donaciones van incrementando el acervo del Museo que fundó. Son ya numerosos los estudios que van realizándose como producto de la información que se halla a disposición de los jóvenes interesados en proseguir por el camino del conocimiento de nuestra realidad biomédica.

    Y lo más destacado: quienes heredaron la responsabilidad directa de que el museo continuara existiendo, como una criatura bien dotada a la cual se le brinda entrega y calor para que, de la mejor manera, cumpla sus designios. Los continuadores de obra del Dr. Estrella: Antonio Crespo y Francisco Rigail. Colegas admirables.

    En un mundo signado por el dinero, el éxito económico, el que haya médicos que se dediquen con pasión a la historia de la Medicina y sus mayores desvelos se orienten a sostener un museo de historia de la medicina, de vida aún precaria, es un hecho que me merece los mayores elogios. También admirable la fidelidad a la memoria de Eduardo de sus hijas Ana y Alicia, colaboradoras de este libro. Me recuerdan a Laurita, hija única del ilustre médico Carlos Aguilar Vásquez; fue quien se propuso publicar la obra de su padre en cinco volúmenes y lo logró.

    Al igual que otras memorias de otros museos, ésta, la del Museo Nacional de Historia de la Medicina, escrita por el ejemplar colega doctor Francisco Rigail, será de lectura entrañable para quienes se sientan aludidos: los médicos de nuestro país. Eduardo Estrella ha contribuido a que nosotros, los médicos ecuatorianos tengamos conciencia plena de que formamos parte de una clase profesional con raíces, con antecedentes respetables. El médico ecuatoriano no es un huayrapamushca, un hijo de viento.

    Doctor Rodrigo Fierro Benítez

    SOCIEDAD ECUATORIANA DE HISTORIA DE LA MEDICINA

    PRESIDENTE

    Presentación

    Al presentar la memoria del Museo Nacional de Medicina Doctor Eduardo Estrella tan prolijamente detallada, y escrita por el doctor Francisco Rigail Arosemena, con la colaboración de Ana Estrella S. y Alicia Estrella S. lo hago con profundo respeto y placer, pues se trata de presentar la memoria que facilitará el entendimiento de todo lo que el Museo representa, y del trabajo tesonero y dedicado de su iniciador el Dr. Eduardo Estrella.

    El Museo tiene una historia digna de resaltar para todas las generaciones de Médicos del Ecuador, preocupados de nuestros orígenes y de sus diferentes etapas, que no fueron fáciles, pero que se dieron gracias a la riqueza de sus antecesores y de su esfuerzo recopilado a través de los años.

    El hospital San Juan de Dios, que es el principio de todo este trabajo, fue fundado en la Real Audiencia de Quito el 9 de marzo de 1565, con el nombre de Hospital de la Santa Caridad y Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo bajo el edicto real de Felipe II.

    Después de una larga trayectoria, finalmente pasó a depender del Ministerio de Salud Pública en 1967, funcionando más de 400 años y constituyéndose en uno de los principales centros de atención médica del país. Esta historia es la que debemos mantener por la íntima relación del Hospital con todo lo que significa Medicina en nuestro país; es parte de la historia misma de la nación ecuatoriana. El Doctor Estrella, investigador de la historia de la Medicina, en octubre de 1980 inicia con el proyecto del Museo de la Historia de la Medicina Ecuatoriana.

    La relación ordenada, que hace el Doctor Rigail, de la evolución de las diferentes etapas nos pone muy en claro el camino recorrido y todo lo sucedido, pues siempre se pensó que la sede definitiva del Museo Nacional de Medicina sería en el edificio del Antiguo Hospital y, así se inauguró el 9 de marzo de 1983 como un patrimonio de la Medicina Ecuatoriana, que pasa definitivamente al Ministerio de Salud Pública cuyo presupuesto contempla una asignación para el museo.

    Una fructífera labor a nivel nacional e internacional cumple el Dr. Estrella durante los años siguientes. Se llegan a inventariar todos los bienes de valor histórico que el Ministerio de Salud Pública tenía en el país, pasan a custodia del Museo y se organiza el archivo de valor histórico del Ministerio de Salud Pública. Se llega así a la conformación de la fundación del Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana después de un largo proceso que claramente se destaca en esta memoria.

    Todos los convenios y su ratificación nos llevan al hecho cierto de que este bien, el Hospital San Juan de Dios, se dejará bajo la responsabilidad del Ministerio de Salud Pública, una vez concluida su restauración, y así se convierta en el Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana que albergará al Museo Nacional de Medicina.

    Llega el fatídico momento en que para la conformación del Museo de la Ciudad el Municipio fija sus ojos en el Hospital San Juan de Dios y se comete la barbaridad de cambiar todo lo hecho, y se dona al Municipio Capitalino el Hospital San Juan de Dios, ignorando toda su historia y trascendencia; todo esto bendecido por el decreto presidencial de diciembre de 1993 que se legaliza por escritura pública en octubre del año siguiente.

    Se constituye el 6 de enero de 1994 la fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana, cuyos objetivos principales eran contribuir a la conservación del Museo Nacional de Medicina Ecuatoriana y promover su transformación a Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana, y estimular la investigación de la Historia Ecuatoriana de la Medicina de nuestro país.

    Finalmente, el Ministerio de Salud Pública firmó un convenio con la fundación Centro de la Cultura Médica Ecuatoriana para que ésta administre el Museo Nacional de Medicina, para preservar y conservar el patrimonio cultural y científico de nuestra medicina estimulando la investigación y la docencia.

    El 26 de marzo de 1996 fallece el Dr. Eduardo Estrella y por acuerdo ministerial el museo toma el nombre de su fundador.

    Estas memorias que me honran en presentar son el testimonio de todo el trayecto del Museo Nacional de Medicina Ecuatoriana hasta que en un futuro cercano tenga su sede propia en el pabellón #5, completamente restaurado, del antiguo Hospital Eugenio Espejo.

    El Dr. Francisco Rigail con su paciente carácter de historiador ha ordenado detallada y didácticamente los principales acontecimientos y, así, todos los interesados en esta importantísima disciplina podrán informarse y continuar en el amor a la historia de nuestra medicina y en la preservación de todos sus valores continuando en el camino indicado por el Dr. Estrella y muy bien seguido por sus dilectos colaboradores.

    Doctor José Tohme Amador

    FUNDACIÓN CENTRO DE LA CULTURA MÉDICA ECUATORIANA

    PRESIDENTE

    Exordio

    "La Medicina, considerada como un conjunto de ideas y prácticas elaboradas para interpretar y resolver los distintos problemas que alteran la integridad física y psíquica del ser humano, es un producto de la historia; y sus formas de expresión, sus estrategias para enfrentar la enfermedad, sus fracasos y grandes conquistas, son consecuentes con los variados sistemas de organización de la sociedad. En cualquier momento de la historia, siempre ha existido una organización simple o compleja de lo que hoy llamamos Medicina. En todos los tiempos, ha sido perceptible un saber sobre el origen, las manifestaciones y las consecuencias de la enfermedad y su curación; y una persona: yachac, shamán, curandero, sacerdote o médico, ha sido el dueño, portador y transmisor de esos conocimientos, cuya aplicación se ha acompañado siempre del bien a sus semejantes.

    Como consecuencia de este milenario esfuerzo, se han acumulado memorias, contadas primero y escritas después; se han creado saberes, mágico-mítico-religiosos, en un principio, y científico-técnicos, después. Progresivamente, la mano y los sentidos del médico se han magnificado y se han hecho más precisas sus observaciones con la intermediación de variados y sofisticados instrumentos. Un legado de palabras, métodos, teorías, objetos, muchos papeles, instituciones y experiencias individuales y colectivas, conforman la estructura del saber en la salud que, además, por sustentarse en la crítica de sus propios desaciertos, se dignifica y renueva cada día.

    La Medicina actual es la consecuencia de ese devenir histórico, mejor dicho,

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1