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Los dobles
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Libro electrónico84 páginas1 hora

Los dobles

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Apunto de entrar a su habitación, se dio vuelta una vez más, su mirada recayó sobre Deodatus y, con el picaporte en la mano, ¡se quedó como petrificado! Sus lúgubres ojos irradiaban un fuego salvaje, al tiempo que una palidez cadavérica recubría su convulsivo y trémulo rostro.
Unánimemente reconocido por la historia de la literatura como el gran precursor del relato fantástico moderno, E. T. A. Hoffmann ha gozado de una oscilante fortuna en el mundo de habla hispana, que ciertamente lo menciona mucho más de lo que lo lee. Pero su obra, a veces relegada al ámbito de la literatura infantil y juvenil, y a menudo publicada en forma de cuentos aislados y sin mayor cuidado filológico, es mucho más consecuente y extensa de lo que suele suponerse.

E. T. A. Hoffmann (1776-1822), figura principal del romanticismo alemán, cultivó sobre todo la literatura fantástica y de horror. Fue, además, un notable compositor y crítico musical, jurista, y artista plástico. En sus cuentos crea una atmósfera de pesadilla alucinante, y aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura, y el mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Edgar Allan Poe, Guy de Maupassant y Fiodor Dostoievski.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 feb 2021
ISBN9789875992627
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    Los dobles - E. T. A. Hoffmann

    E. T. A Hoffmann

    Los dobles

    Traducción:

    Martín Koval y Marcelo G. Burello

    Estudio preliminar:

    Marcelo G. Burello

    La presente edición del relato Los dobles ha sido traducida de E. T. A. Hoffmann, Die Doppeltgänger. Erzählung, en Sämtliche Werke, t. V, Lebens-Ansichten des Katers Murr, Werke 1820-1821, H. Steinecke y G. Allroggen (eds.), Francfort d. M., Deutscher Klassiker Verlag, 1992, pp. 755-813 (notas: pp. 1162-1182).

    © Libros del Zorzal, 2009

    Buenos Aires, Argentina

    Printed in Argentina

    Hecho el depósito que previene la ley 11.723

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    Índice

    Estudio preliminar | 5

    I | 11

    II | 20

    III | 27

    IV | 35

    V | 42

    VI | 49

    VII | 56

    VIII | 64

    Estudio preliminar

    Actualidad de Hoffmann

    No cabe duda de que E. T. A. Hoffmann (1776-1822) ha llegado a representar en el actual mercado editorial, sobre todo el hispano parlante, el típico caso de escritor muy nombrado y muy poco leído. Reconocido casi unánimemente como quintaesencia del romanticismo alemán, una dignidad que le ganaron su originalidad y ante todo sus múltiples talentos como artista integral, es hora de preguntarse si tan grandilocuente título no ha desalentado paulatinamente la lectura de sus obras, en vez de promoverla. En efecto, la moderna especialización de saberes y quehaceres y el trillado estereotipo del dolor existencial romántico parecen haberle ido quitando brillo a su figura,¹ y el modelo de lector de la narrativa hoffmanniana, por su parte, puede que haya envejecido a manos de la prosa más ágil y moderna que se desarrolló hacia mediados del siglo XIX, una prosa purgada de los desvíos temáticos y las mezclas de tono siempre tan caras a este autor. Cuando se destaca el papel fundacional que Hoffmann tuvo para ciertos subgéneros literarios (como el policial, el relato de terror, la ciencia ficción, etc.), no se debe olvidar que estos, al codificarse, se transformaron en los géneros decimonónicos más leídos por el gran público, y por ende menos prestigiosos entre la literatura alta, cuya escala de valores determina en buena medida la vigencia –o no- de un autor. De este modo, al escritor Hoffmann acabó pasándole casi lo mismo que al músico, más recordado hoy como personaje de la ópera de Offenbach que como compositor él mismo.

    Por cierto, la incomodidad a la hora de clasificarlo y encasillarlo es algo que sin duda lo hubiera enorgullecido, de no redundar en una mengua de su audiencia. Ya en sus propias palabras de presentación al compilado Fantasías a la manera de Callot confesaba ser un poeta o escritor al que las figuras de la vida cotidiana se le muestran en su romántico reino espiritual, y que las expone con ese halo que las baña ataviadas de un modo distinto y fantástico,² con lo que anunciaba in nuce todo un programa artístico, que luego desarrolló con innegable consecuencia. Y es que Hoffmann no es propiamente un escritor de género, sino que se lo ha reconocido como padre putativo de muchos subgéneros justamente por su deliberada y romántica voluntad de combinar y contrastar, cuestionando formatos y convenciones. Hasta H. P. Lovecraft, maestro del terror, ha reconocido que generalmente sus obras tienden a lo grotesco más que a lo terrorífico,³ desalojándolo incluso de su terreno presuntamente más propicio: el de lo macabro.

    Un relato tardío

    Estamos ante un relato hasta hoy inédito en lengua castellana y que data de la época tardía del autor, la de Vida y opiniones del gato Murr, marcada por un progresivo incremento de las dolencias físicas que sin embargo no melló en nada la fecunda producción (a tal punto, que en los primeros meses de 1821 se contabilizan al menos cuatro largos relatos íntegros: además de Los dobles hay que contar El espíritu elemental,Los bandidos y Los misterios). La intensa recurrencia de elementos prototípicos de la prosa hoffmanniana que aquí se dan cita obliga al lector a decidir entre el carácter meramente cronológico de lo tardío o, en cambio, un perfil más bien epigonal, por no decir decadente. De hecho, no han faltado duros juicios críticos sobre sus méritos intrínsecos,⁵ sin que por ello se desconozca el carácter programático de este relato en cuanto a las más íntimas obsesiones del autor, a saber: el mundo del arte y el mundo de lo oculto (o para decirlo con G. Schubert, el protocientífico predilecto del romanticismo alemán, el lado nocturno de la naturaleza); aquí, dichas obsesiones se desarrollan y exploran con nuevos matices, y a menudo se retroalimentan, pues en Hoffmann, la experiencia de la poesía y del arte no está separada de la alucinación y de los estados mórbidos, como lo señalara Béguin en su clásico tratado.⁶

    En efecto, esta narración hace gala tanto de un interés por los fenómenos sobrenaturales y lo irracional, en un espectro que va desde las violaciones a las presuntas leyes físicas hasta las perturbaciones y anomalías de la conciencia humana, como de un consabido pendant hoffmanniano, la exaltación de la esfera estética en el seno de la sociedad burguesa. En Los dobles, uno de cuyos protagonistas en un poeta incurable, aparece también la silenciosa sombra de Goethe: la idea de que dos niños nacen idénticos porque sus respectivas madres estaban enamoradas del mismo hombre proviene de Las afinidades electivas.⁷ Más aun: este relato es el fruto postergado de una proyectada novela grupal que Hoffmann había pensado escribir con sus grandes amigos Hitzig, Contessa y Chamisso, y el solo concepto de novela grupal remite a Jean Paul, mentor de nuestro autor e introductor de la idea del doble en la moderna literatura germánica.⁸ Así, la vocación artística y los grandes escritores del 1800 reverberan en lo más granado del último romanticismo alemán, si bien ahora al compás de nuevas melodías.

    Pero sin dudas, el principal atractivo de este relato –como escuetamente lo define el subtítulo original- es el enésimo tratamiento del tema del doble o Doppeltgänger por parte del autor, un tema que acaso sea el

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