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Pozo Azul
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Libro electrónico223 páginas3 horas

Pozo Azul

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Pozo Azul es un recordatorio de los días del pasado. Los lectores suelen decir que es como leer a Mark Twain. 

La historia está basa en un cuento que el padre de Love le contó sobre un asesinato en el que se encontró un cuerpo flotando boca abajo en un pozo en las montañas Ozark. El actor Burt Reynolds compró los derechos de la película "Pozo Azul". Le encantaron las aventuras de estos dos hermanos. Doc ha desaparecido y depende de Tommy (15) y Dub (13) ir al Pozo Azul y ver si pueden encontrarlo. Esta es una historia sobre el crecimiento. Acerca de encarar tus miedos,  enfrentándolos y de hacer lo correcto incluso cuando por dentro solo quieras dar la vuelta y salir corriendo. Pozo Azul lo tiene todo, los temidos hermanos Conner, Buzzard Thompson - un hombre acusado de asesinato que vive en el profundo bosque, fantasmas, serpientes, cuevas, murciélagos, escuchar el crujido de las ramas cuando alguien te persigue y los sonidos de los pájaros y animales salvajes, pescar en una orilla cuando la niebla es demasiado espesa para ver al otro lado del río y asesinatos misteriosos. Son demasiadas cosas momento a momento, suficiente como para hacer vibrar, incluso al lector de misterios más duro, hasta los huesos. Muchos opinan que han disfrutado cada página de esta historia magistralmente construida.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento14 nov 2020
ISBN9781393509844
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    Pozo Azul - Rolland Love

    POZO AZUL

    POR

    ––––––––

    Rolland Love

    Pozo Azul

    Por Rolland Love

    Todos los Derechos Reservados. Copyright © 2020

    Pozo Azul es una novela basada en la experiencia de Rolland Love, quien creció en las Montañas Ozark; sin embargo, es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de forma ficticia. El autor reconoce las marcas registradas y el derecho de propiedad de los diversos productos a los que hace referencia en esta obra.

    ––––––––

    Diseño de Portada Paul Middleton

    Introducción

    Pozo Azul y su secuela, A la Orilla del Río, son novelas de misterio y suspenso que pueden ser disfrutadas por todas las edades.

    Esta historia está basada en un cuento que mi abuelo me contó sobre un crimen, en el que  un hombre fue hallado flotando en un pozo que quedaba río abajo de donde yo viví durante un verano, ayudando a mi Tío con un campamento de pesca. El nombre Pozo Azul se debe al color azul cielo de un profundo pozo de agua  que se forma por un manantial que brota desde la boca de una cueva y corre hacia el río Jacks Fork. La Revista Life señaló al Jack Forks como una de las afluentes de pesca más pintoresca del mundo.

    Blue Hole

    Reviews

    Amazon Kindle  Revisión destacado por el autor  Rolland Love.   "Los escritos de Love transfiguran sus historias sobre las Montañas Ozark en una serie de cuentos fantásticos con los que Huck Finn y Tom Sawyer solo podrían haber soñado".

    A Mark Twain le encantarían estas excelentes aventuras de estos dos hermanos. Doc ha desaparecido y es hora de que Tommy (15) y Dub (12) vayan al Pozo Azul y vean si pueden encontrarlo. Esta es una historia sobre crecimiento. Sobre enfrentar tus miedos y encararlos y sobre hacer las cosas correctamente, incluso cuando en tu interior solo quieres regresar y correr. Esta historia lo tiene todo. Los temibles hermanos Conner, Buzzar Thompson, fantasmas, serpientes, cueva, murciélagos y cadáveres en todas partes. Yo disfruté muchísimo cada página de esta historia magistralmente construida. Jonathan David Masters, Revisión independiente.

    He leído un numero de historia de Rolland Love ambientadas en las Montañas Ozark y todas ellas son nostálgicas, y entretenidas. Recomendaría sus escritos a esos padres que quieren mostrarles a sus niños el placer puro de la vida experimentado por niños creciendo en un lugar y tiempo más simples.  Dave Hargis, Vantage Point Productions.

    Me alegra escuchar que una secuela de A orillad del río esta en progreso. Leí Pozo Azul para mis chicos este verano, sobre una roca en el Río Current, realmente los asusté por un buen rato! Este es un gran libro Jim McCarty, Editor - Rural Missouri Magazine

    Para entender al escritor de Overland Park, Rolland Love, piensa en Mark Twain Nick Kowalczyk, The Kansas City Star.

    http://theozarkmountains.com/ozark_mountains.htm

    Capítulo Uno

    Bajo la luna llena, con un fuego chispeante y el sonido de las criaturas de la noche, dos hermanos están acampando en el banco de un río en la Montaña Ozark. Ellos están solos, excepto por lo que está flotando en el Pozo Azul detrás de su carpa.

    ––––––––

    Fui despertado en medio de la noche por un grito que venía del cuarto trasero. Un hombre gritó en voz muy alta ——¡Necesito agua caliente ahora!

    Desde la cocina una mujer respondió a gritos, ——¡El agua está en la estufa!

    Mi perro Trouser se acercó y lamió mis pies desnudos. Yo me senté en un lado de la cama, me estrujé los ojos y me lancé un paño de lana sobre los hombros. Me deslice de la cama y caminé a través del duro y frío piso de madera.

    ——¿Qué haces levantado, Tommy? ——me preguntó la tía Mille, mientras pasaba a mi lado rápidamente con un cargamento de toallas y una manta enrollada sobre sus hombros. Su largo vestido de algodón azul hacía un sonido sibilante cuando se arrastraba por el suelo. Antes de que yo pudiera decir algo, me encontré a mi mismo parado en la puerta de la habitación. La escena era extraña y daba miedo, algo así como en un sueño.

    Apostadas sobre unas mesas de mimbre blanco, una a cada lado de la cama de mis padres, estaban unas lámparas de keroseno con unas delgadas llamas amarillas bailando dentro de los mantos de cristal. El olor del combustible quemado permeaba el aire. Yo retrocedí cuando vi a un hombre alto, de hombros anchos con un espeso cabello blanquecino, parado al pie de la cama. Mi corazón comenzó a bombear cuando me di cuenta de quién era.

    ——¡Puja, Puja! ——Gritaba el Doctor Barnes, su voz profunda retumbaba como un trueno. Mi madre gruñía en voz alta, como si estuviera tratando de levantar algo que era demasiado pesado, cada vez que Doc levantaba sus manos en el aire tal como un director de orquesta.

    La Tía Mille se apresuró y me dio un codazo. ——Regresa a la cama, Tommy. Esto no es algo que un niño pequeño deba ver.

    Yo miraba alrededor cuando la puerta del frente se abrió de golpe contra la pared de la sala. Mi padre entró volando con un cargamento de madera. El frío silbido del viento invernal que lo seguía apagó la llama de una vela en la mesa del café. Una media docena de carámbanos saltaron del árbol de Navidad y cayeron encima de los regalos envueltos en brillante papel rojo y dorado.

    ——¿Qué haces despierto, hijo? ——preguntó Papá, mientras lanzaba la madera en una caja detrás de la estufa de hierro fundido negro y cepillaba trozos de corteza del frente de su overol. Él abrió la puerta de la estufa y lanzó un tronco de cedro encima de una cama de chispeante carbón.

    ——Lo mejor que puedes hacer es regresar a la cama. Mete al viejo Trouser bajo la sabana. Ambos se mantendrán calientes. Habrá una bonita sorpresa para ustedes en la mañana. Espero  ——Yo miré a Papá que se alzaba sobre mí y comencé a llorar. Él cerró la puerta de la estufa, me cargó y me llevó a mi habitación. La tía Mille y una señora de cabello rojo brillante llamada Eleanor, que vivía en el pueblo, salieron de la cocina con dos ollas de agua hirviendo. Ellas fueron hacia la habitación de mi madre y cerraron la puerta.

    Mi Papá se sentó por un rato y me contó una historia y, como de costumbre, antes de que él terminara yo ya me había quedado dormido. Cuando me desperté a la mañana siguiente, me estiré en mi cama y le di palmaditas a Trouser mientras él me miraba con sus grandes ojos marrones. Estaba intentando averiguar si todo el alboroto de la noche anterior había sido real o producto de mi imaginación, cuando escuché el llanto de un bebé. Mi hermano Dwayne, mas tarde apodado Dub, había nacido unos pocos minutos después de medianoche el día de Navidad, 25 de diciembre de 1939. El Doctor Barnes lo llevó afuera y lo rodó en la nieve porque no estaba respirando. El golpe del frío hizo su truco y lo hizo reaccionar.

    Dub se volvió el centro de atención desde el momento en el que saltó al mundo y les juro que nada ha cambiado desde entonces.

    Capítulo Dos

    Después -es decir mucho tiempo después- cuando Dub tenía doce y yo tenía quince. Me despertó el sonido de la voz de Dub timbrando en mis oídos mientras se inclinaba sobre mi cama gritando que me levantara para que pudiéramos bajar rápido a comer.

    ——¡Tenemos que salir de la casa! ——Agarró sus zapatos del asiento de una vieja silla de mimbre maltratado y me miró con sus ojos azules acerados——. ¡Antes de que sea muy tarde!

    Sacó una camisa a cuadros roja de un gancho en el closet, me lanzó una sonrisa con los ojos entrecerrados y desapareció a través de la puerta del dormitorio.

    Yo levanté mi cabeza de la almohada y observé hacia la puerta abierta. ——¡Vuelve acá, Dub! ——Le grité mientras dejaba caer mi cabeza de nuevo, agarrando una esquina de la sabana y limpiándome el sudor de mis ojos.

    La pequeña rata siempre estaba en movimiento. "Apúrate" hubiese sido un mejor apodo para él, en vez de Dub.

    Yo necesitaba hablar con él sobre lo que no debía decirle a Mamá. Tan seguro como que el mundo existe, que ella intentaría impedir que fuéramos a nuestro lugar de acampar favorito en el Río Oak –un pozo profundo de agua fresca alimentada por un manantial, llamada el Pozo Azul. Tenía que dejarnos ir. Probablemente yo podría hacerle entender porque era tan importante, si es que Dub no echaba a perder las cosas.

    Levanté la cabeza de la almohada otra vez cuando escuché uno de los pesados botines de cuero de Dub rodar por la escalera, golpeando el piso con un ruido sordo «¡Oh, genial!» pensé, conociendo la poca tolerancia de mi Mamá a los ruidos fuertes, sobre todo tan temprano en la mañana.

    ——¡Ponte los zapatos para la próxima! ——Le gritó mi Mamá a Dub, desde la cocina——. ¡Esa es una buena forma de tropezar y caer!

    ——Estaba apurado ——dijo Dub, mientras pisoteaba las crujientes maderas de la escalera. Yo agucé mi oído para escuchar lo que mi mama le diría a Dub después de que él le dijo que era difícil ponerse sus zapatos porque todavía estaban húmedos. Él se resbaló sobre una roca cubierta de musgo el día anterior y cayó en un riachuelo que corre a través de la parte baja de nuestro patio, a unos treinta metros o más al sur de nuestra blanca casa de dos pisos con vista al Río Oak

    ——¿Húmedos? ¿Cómo que húmedos? ——Dijo Mamá, levantando la voz——. ¡Esos zapatos son nuevos. Te tienen que durar hasta que termine el año escolar!

    ——¿Dub, podrías subir, por favor? ——le supliqué lo suficientemente fuerte como para que él me oyera, mientras trataba de no sonar desesperado. Muy bien podría haberle gritado al viento.

    ¡Pum! No podía creerlo, él dejó que la puerta del porche trasero se cerrara de golpe. Era un chico inteligente casi todo el tiempo. Pero a veces se alocaba y podía actuar como si tuviera la mente de un sapo.

    Dub tenía razón en una cosa, y lo pensé cuando escuché que el reloj sobre la chimenea de la sala dio seis campanazos. Necesitábamos movernos ya, eso era seguro. Sería hasta la media tarde cuando Papá nos lleve al camino del río y lleguemos al Pozo Azul.

    Una vez que llegáramos al río, tendríamos un montón de cosas por hacer. Lo primero sería nadar un rato para refrescarnos después de una larga y sudorosa caminata a través del bosque. Luego desempacaríamos nuestro equipaje, montar la carpa e ir río abajo para pescar algo.

    Como buenos pescadores, limpiaríamos nuestra pesca, reuniríamos  algo de madera y encenderíamos una fogata. Para la hora de cenar nuestros pescados y papas fritas, ya estaría a punto de oscurecer y faltarían solo un par de horas antes de que arrastráramos nuestros cuerpos cansados a la cama.

    Un coro de sonidos nocturnos nos arrullaría para dormir. Habría grillos cantando y ranas toro bufando en la orilla, o tendidos encima de las hojas de los nenúfares, de vuelta al pantano. La solitaria llamada de un atajacaminos resonaría en un acantilado que se elevaba  unos sesenta metros por encima de nosotros. El doctor Barnes dijo una vez que el Pozo Azul era un majestuoso monumento de piedra que se formó hace millones de años. Escondidos en las sombras, los animales nos verían con ojos brillantes, como los zorros cuando se aventuran demasiado cerca y eran atrapados por el reflejo de nuestra fogata. Ya entrada la noche habrían serpientes merodeando: grandes bocas de algodón nadando para allá y para acá como centinelas sobre la plateada superficie del agua profunda y oscura, bañada por la luz de la luna – montando guardia a que Dub o yo dejáramos nuestra carpa. Normalmente, no me habría sentido tan inquieto de que Dub y yo acampáramos por nuestra cuenta en el Pozo Azul. Es que han sucedido tantas cosas extrañas últimamente, que mi mente estaba desbocada y había hecho volar mi imaginación. Como si la situación con el doctor Barnes, quien había desaparecido misteriosamente el mes anterior, no fuera suficiente, yo tenía que regresar al lugar donde había sido mordido por una serpiente durante el verano pasado. Además era luna llena. Cosas extrañas suceden durante la luna llena. Recuerdo la noche en la que Buzzard Thompson armó su alboroto con su escopeta. Había luna llena esa vez, también.

    Cuando me senté en un lado de mi cama, noté que Dub había cambiado la página en el calendario. Septiembre de 1950: la foto en la parte superior era un paisaje con un anciano y un perro cazador en la orilla de un lago de un bosque, y mirando hacia el sol poniente. Me recordó a Doc y a su gran sabueso rojizo, Lucky.

    Pensaba en lo que dijo Doc, que los pozos y los lagos eran los ojos de la tierra, mientras veía fijamente la espejada superficie del agua, pintada de rojizo-purpura y dorado, en la foto del calendario.

    Todavía mirando el calendario, me pregunté por qué Dub haría tal cosa. Él sabía bastante bien que a mí me gustaba pasar la página al final de cada mes. ¿Por qué molestar a la única persona con la cual tendría contacto por los próximos tres días, en un remoto lugar de las Montañas Ozark? La naturaleza podía ser un lugar solitario cuando tus únicos amigos no son más que un montón de insectos, culebras y animales salvajes.

    Que Dub actuara de esa manera era solo una parte de lo que hacía que fuera difícil comenzar mi día. Me pase la mitad de la noche dando vueltas en una cama sudada, tratando de escapar de las escurridizas serpientes demonio que me perseguían en mis sueños.

    Me puse mis pantalones de jean y una camisa de mezclilla descolorida, que estaban en la mesita de noche al lado de mi cama, y escurrí mis pies en un par de mocasines de cuero marrón. Mi Tía Maude, que vivía en Arizona, me envío zapatos por mis quinceaños, la semana pasada.

    De camino a la cocina, me detuve al inicio de la escalera al ver mi reflejo en un gran espejo enmarcado en nudos de pino. Es curioso como una persona puede sentirse tan  estropeado por dentro y lucir como si nada estuviera pasando por fuera, pensé. Giré mi cabeza a un lado y me acerqué para ver más de cerca.

    Me puse a pensar en cuantas personas comparaban mi aspecto con el de mi Papá, y eso me hizo sentir orgulloso. Yo tenía el mismo mentón cuadrado, cabello rizado oscuro y un aspecto robusto. Incluso el hoyuelo en mi mejilla se achataba cuando sonreía, como él. Él era inteligente no solo cuando tenía que aprender de libros y cosas, él entendía las formas de la Madre Naturaleza y como ésta enseña a las criaturas salvajes a vivir en perfecta armonía con la tierra.

    Me estrujé la pelusa de melocotón de mi barbilla, y decidí que debía afeitarme por primera vez, después de que Dub y yo volviéramos de nuestro campamento –si es que de verdad íbamos. Yo quería aparecer el primer día de clases, la mañana del lunes, luciendo realmente elegante. Necesitaba causar una buena impresión a Lucy Denton. Esperaba que ella me diera una oportunidad de ser algo más que amigos. Parecía que había empezado a gustarle más de lo normal el último par de semanas antes de comenzar las vacaciones de verano. Supongo que fue el beso de despedida bajo el gran roble lo que hizo que mis sentimientos se comportaran así. Es curioso como un pequeño detalle me puso el mundo de cabeza e hizo que pensara en ella todos los días. De hecho, pensar en Lucy era la única cosa buena que me había pasado en estos tres largos meses que

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