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El Arte de Criar A Un Artista: Ay Dios mío, mi hijo quiere ser Actor
El Arte de Criar A Un Artista: Ay Dios mío, mi hijo quiere ser Actor
El Arte de Criar A Un Artista: Ay Dios mío, mi hijo quiere ser Actor
Libro electrónico158 páginas2 horas

El Arte de Criar A Un Artista: Ay Dios mío, mi hijo quiere ser Actor

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Información de este libro electrónico

  • Identifies the best training parents can provide for their child within their means

  • Shows how to develop a safe and loving space for the challenges of a child’s journey
  • Teaches how to create the support team a child needs
  • Helps parents find their child’s niche
  • Explores how parents can fit the needs of their child’s career with the needs of their whole family
  • IdiomaEspañol
    Fecha de lanzamiento18 ago 2020
    ISBN9781631951558
    El Arte de Criar A Un Artista: Ay Dios mío, mi hijo quiere ser Actor
    Autor

    Lilia Sixtos

    Lilia Sixtos es reconocida internacionalmente como profesional de teatro, líder de negocios y conferencista en desarrollo personal. Como madre, ha roto viejos patrones familiares al criar conscientemente a sus hijos con talentos artísticos y quiere enseñar a otros padres a hacer lo mismo. Lilia vive actualmente en Cedar Park, Texas. Lilia Sixtos is an internationally recognized theatre professional, business leader, and personal development speaker. As a mother, she has disrupted old patterns in her own family to raise her own artistic children consciously. She wants to teach others to do the same. Lilia currently resides in Cedar Park, Texas.

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      El Arte de Criar A Un Artista - Lilia Sixtos

      CAPÍTULO 1:

      Ay Dios mío, mi hijo quiere ser actor

      Has empezado a notar que algo extraño está pasando con tu hijo. Desde que fueron a ver ese espectáculo de Navidad ha estado cantando y bailando alrededor de la casa y cada semana está insistiendo en tomar clases de danza. Después de la escuela no lo puedes despegar de la televisión el tiempo suficiente para que vaya a comer. Se pasa horas y horas actuando sus películas favoritas, representando sus escenas e imitando a todos los personajes.

      Al principio esto parecía como una fase pasajera; todos los niños se han subido al escenario durante el recital de su primo, ¿verdad? Ya se le pasará en unas cuantas semanas… ¿cierto?

      Semanas más tarde corre en la sala y te toma de la mano y te dice: mamá ya sé lo que quiero ser cuando sea grande. Quiero ser actor. Tú suspiras. Parece que esto no se ha ido. Puedes sentir más determinación en la voz de tu hijo ahora. Por supuesto, tú amas su creatividad y ves algo especial en él, y no es nada más amor maternal –muchas otras personas te han dicho que tiene esa chispa especial–. Estás muy emocionada pero llena de miedo. Todos los días escuchamos sobre una nueva historia en la que algún tipo de escándalo sucede en el mundo del espectáculo. No le pones mucha atención a las columnas de chismes, pero cada revista que se cruza en tu camino tiene grandes encabezados de la separación de una pareja famosa o de un actor lidiando con las drogas o algún abuso que pasó hace muchos años.

      Aún sin hacerle caso a estos posibles riesgos, sabemos que hacer una carrera exitosa en el arte es muy difícil de lograr. Están el rechazo, la inestabilidad y una gran competencia durante todo el camino. Y al mismo tiempo, no quieres robarle esos preciosos años de la infancia a tu hijo haciendo que se convierta en una pequeña máquina de actuación.

      Tal vez estás pensando: no quiero ser una madre que no apoya los talentos de su hijo si es que él quiere seguir una carrera artística. Y lo siguiente que te preguntas es: "¿habrá alguna manera de ayudarle a mi hijo a lograr su sueño de ser artista y al mismo tiempo asegurarme que siga teniendo una vida saludable como niño?

      Bueno, pues de eso se trata este libro.

      Recuerdo la primera vez que yo le dije a mi mamá que quería ser bailarina. Ella se sacó mucho de onda, y años más tarde cuando mi hija me dijo que quería ser actriz yo misma tuve muchas emociones encontradas. Así que no estás sola.

      Como madre, actriz profesional, directora y maestra de actuación, y a lo largo de muchos años de estar cerca de actores y sus familias, he encontrado que muchos padres de jóvenes artistas tienen las mismas inquietudes. Se preguntan las mismas cosas:

      •¿Cómo puedo apoyar los deseos de mi hijo mientras le sigo brindando una infancia segura y feliz?

      •¿Mi hijo es lo suficientemente talentoso para perseguir una carrera artística?

      •¿Va a poder vivir de su carrera?

      •¿Cuál es la mejor manera de empezar?

      •¿Cómo saber cuál es la mejor escuela para mis hijos?

      •¿Cuándo es el mejor momento para empezar su entrenamiento?

      •¿Cuánto de mi tiempo necesito comprometer?

      •¿Es una carrera cara?

      Todas tus preguntas son completamente válidas. Desde que me convertí en mamá he sentido este instinto de proteger a mis hijos. Quiero ser la mejor mamá que pueda ser y crear el mejor ambiente para ellos. Este es un camino que yo misma he andado.

      A través de mi carrera como profesional del teatro me he dado cuenta que muchos padres se quedan paralizados por todas esas preguntas sin saber dónde o cómo pedir ayuda o simplemente esperan ver si a sus hijos se les pasa y dejan de querer ser artistas.

      Después, años más tarde, cuando ese deseo sigue presente y sus hijos siguen insistiendo en que esto es lo que ellos quieren hacer, los papás se dan cuenta que perdieron un tiempo valiosísimo en el que podrían haber ayudado a sus hijos a explorar su potencial artístico. Esto es especialmente cierto en carreras como la danza y la música, en las cuales empezar con el entrenamiento desde que son pequeños, como a los cuatro años, es imperativo para el eventual éxito de sus hijos.

      Al darse cuenta de esto, algunos padres se arrepienten de no haber buscado una guía de cómo ayudar a sus hijos en este camino durante esos años tan valiosos. Yo no quiero que eso te pase a ti.

      Habiendo dicho esto, si tu hijo ahora ya es un adolescente y esos primeros años ya han pasado, primero que nada, quiero decirte, no te sientas mal. Todavía tienes tiempo de recobrar esos años y ayudar a que tu adolescente acelere su entrenamiento. Te voy a contar mi historia en el próximo capítulo, pero déjame decirte que yo empecé mi entrenamiento teatral a los dieciocho años, mi entrenamiento de danza a los veintiuno y a la edad de veinticuatro años ya estaba trabajando como bailarina en musicales profesionales. Con suficiente determinación puedes recobrar algo de ese tiempo.

      Sabemos que estamos criando a los niños en la época más complicada de la historia, esto significa que debido a los peligros y las oportunidades de la era del Internet, hoy más que nunca es importantísimo para los niños desarrollar un carácter firme y solidificar una extraordinaria relación y comunicación con sus padres.

      Por encima de todo, hay algunas herramientas específicas que vas a necesitar para apoyar los sueños y los deseos de tus hijos. La carrera artística tiene sus retos muy particulares que los padres necesitan conocer. Así que te entiendo perfectamente cuando preguntas: ¿es posible ayudar a mis hijos a desarrollar una carrera artística y al mismo tiempo brindarles una infancia sana y feliz?

      Quiero decirte que sí, es posible lograr que tu hijo explore ese bello camino sin comprometer las experiencias de una niñez normal. Además, esta es una excelente oportunidad de crear una maravillosa relación con tu hijo porque esta carrera requiere el trabajo en equipo de toda la familia. Tu labor principal es no dejar que tus miedos interfieran y se vuelvan un obstáculo para tu hijo. Cada niño es único, los niños creativos te sorprenden todos los días y esto trae mucha felicidad al hogar. Algunos de ellos son muy sensibles, observan todo con curiosidad o juegan con colores y formas, o aman la música o bailan o pretenden ser un personaje diferente cada día. Nunca te vas a aburrir con un niño creativo.

      Si el deseo de tu niño de ser actor, bailarín, músico o cantante viene desde el fondo de su corazón, desde su Verdadero Ser, tú lo vas a saber. Así que si quieres ayudarle a desarrollar sus dones y talentos, estás en el lugar correcto; sé que este libro te dará una excelente guía para comenzar a moverte hacia adelante poniendo atención en algunas cosas esenciales para el desarrollo saludable de tu hijo. Así que respira profundo y prepárate para el viaje.

      CAPÍTULO 2:

      Mi historia no fue fácil

      La vida nos prepara para realizar nuestra misión de una manera sorprendente.

      ¿Quién iba a decir que desde mi niñez yo ya me estaba preparando para escribir este libro?

      Mi historia

      Nací de una familia humilde en la Ciudad de México. Mis padres, casados muy jóvenes, habían tenido cada uno la posibilidad de iniciar una carrera artística y por distintas razones no pudieron hacerlo.

      Mi padre, hijo único, soñaba con convertirse en músico durante la época de los tríos románticos en México. Escuchaba la radio y de manera empírica aprendía algunas canciones en la guitarra y las cantaba siguiendo el estilo de los cantantes de la época.

      Su padre, mi abuelo, siempre lo criticó diciendo que era un músico molero o sea, muy malo. Aún así, mi padre con lo que aprendía sólo escuchando la radio, junto con dos amigos, formó un trío de música romántica y comenzó a tocar puertas en las estaciones radiofónicas de la época, en las que aún se hacían programas de radio con artistas en vivo.

      Lo más lejos que llegó mi padre fue a tocar en un programa de radio los sábados a la una de la mañana. Para él era el inicio de algo que podría haber llegado más lejos, pero no tenía preparación artística formal, sólo copiaba el estilo de los grupos de la época y nunca pudo desarrollar su propio estilo. Cuando cumplió dieciocho años comenzó a trabajar en una fábrica y a los veintiuno se casó. Ahí, sus sueños de ser músico se acabaron.

      Mi mamá, huérfana de padre a los dos años, se mudó a la Ciudad de México con su madre y dos hermanos más. Mi abuela, de profesión enfermera, nunca tuvo ningún acercamiento con el arte. Mi mamá cantaba todo el tiempo y en algún momento alguien la escuchó cantar en el coro de la escuela secundaria a la que asistía y le ofrecieron una beca para estudiar ópera. Mi abuela se opuso totalmente a que aceptara esa beca, opinaba que en la carrera artística no había moral ni valores. Ya desde entonces existía ese concepto. Mi abuela rechazó la oportunidad que se le brindaba a mi mamá y la instó para que comenzara una carrera secretarial.

      Mis padres se conocieron y se casaron teniendo algo en común: una carrera artística que nunca logró florecer, habiéndoles sido negada la oportunidad de desarrollar sus talentos y convertir sus sueños en realidad.

      Para mi mamá fue más sencillo continuar con su vida, tenía el talento, pero quizá no la pasión suficiente para intentar convencer a mi abuela que la dejara estudiar ópera. Mi padre, con talento y una gran pasión por la música, nunca dejó de suspirar con tristeza cada vez que hablaba de sus primeros intentos de hacer una carrera como músico. Muchas veces de niña los oí cantar juntos, lo disfrutaba mucho. Sabía que eso era todo lo que les había quedado de sus sueños por desarrollar una carrera en el arte.

      Descubrí la danza por casualidad. Cuando tenía alrededor de cinco años mis padres me llevaban a pasear al parque cada semana con mis hermanos. Un día, jugando por ahí, escuché música de piano. Fue como si un sonido mágico me hipnotizara y sin darme cuenta corrí hacia ese lugar. La música provenía de un gimnasio en donde había un grupo de niñas haciendo algunos pasos de ballet que guiaba una maestra frente a ellas. Sin pensarlo, me uní al grupo y comencé a bailar.

      Fue un momento mágico. Conforme iba siguiendo los movimientos de las otras niñas sentía que mi cuerpo se volvía más ligero, como si mis pies apenas tocaran el piso. El movimiento vino de un lugar muy profundo dentro de mí, como si mi espíritu se elevara y flotara por todo el salón. Esta emoción de mi primer encuentro con la danza ha sido muy significativa para el resto de mi vida, ya que cada vez que la revivo siento que es mi guía interior y me

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