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Resurrección / Resurrection: Una investigación sobre un rabino de Brooklyn, un predicador de Galilea y un acontecimiento que cambió al mundo
Resurrección / Resurrection: Una investigación sobre un rabino de Brooklyn, un predicador de Galilea y un acontecimiento que cambió al mundo
Resurrección / Resurrection: Una investigación sobre un rabino de Brooklyn, un predicador de Galilea y un acontecimiento que cambió al mundo
Libro electrónico279 páginas6 horas

Resurrección / Resurrection: Una investigación sobre un rabino de Brooklyn, un predicador de Galilea y un acontecimiento que cambió al mundo

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¿Qué fue lo que hizo de Jesús el Mesías?

Lo llamaban el Rebe del Lubavitch, y no era un rabino común.  Durante su vida, estableció centros de atención con ayuda humanitaria para todas las personas.

Él mismo saludaba personalmente a todos los visitantes los domingos.  Repartía billetes de un dólar para alentar el espíritu caritativo.  Previsiblemente, luego de la muerte del rabino en 1994, sus seguidores comenzaron a proclamarlo como el Mesías.

¿Pero es eso posible?

El Dr. Michael L. Brown, lo dirigirá en un recorrido que comienza en Brooklyn, Nueva York, y en el que estudiará la historia judía, analizando creencias poco conocidas sobre los posibles Mesías en cada generación, e incluso sobre el alma reencarnada del Mesías.  Entre ellas, descubrirá que efectivamente, creían que un rabino fallecido podía ser el Mesías...pero con una salvedad.

He was called the Lubavitcher Rebbe, and he was arguably the most influential Jewish leader of the twentieth century. Presidents and prime ministers sought personal audiences with him. He established outreach centers in virtually every Jewish community worldwide. And by the time of his death in 1994, his followers believed he was the Messiah. Many still believe this today, more than twenty-five years after his death.

But is that possible?

Michael L. Brown, PhD, takes you on a journey beginning in Brooklyn, New York, then back through Jewish history, looking at little-known Jewish beliefs about potential Messiahs in each generation and even the reincarnated soul of the Messiah. Discover how yes, a deceased rabbi could be the Messiah…but with one caveat.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 mar 2020
ISBN9781629993164
Resurrección / Resurrection: Una investigación sobre un rabino de Brooklyn, un predicador de Galilea y un acontecimiento que cambió al mundo

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    Resurrección / Resurrection - Michael L. Brown

    vida?

    CAPÍTULO 1

    ¿PUEDE UN RABINO DE BROOKLYN SER EL MESÍAS?

    PASADA LA MEDIANOCHE del 12 de junio del año 1994, las calles de Crown Heights, Brooklyn, estaban llenas de un número cada vez mayor de judíos religiosos, famosos por sus barbas pobladas y sus trajes negros. Acaban de recibir la peor de las noticias: su amado rabino, Menachem Mendel Schneerson, conocido simplemente como el Rebe, había fallecido a la edad de noventa y dos años.

    Pero los judíos no estaban de luto, estaban bailando. Por doquier se podían escuchar sus voces diciendo: El Rebbe es el Moshiaj [el Mesías]. ¡El Rebe resucitará!.¹

    Casi veinticinco años después, Yossi Newfield, que era un devoto seguidor del Rebe en 1994, nos transporta a estas mismas calles en las que él estuvo como testigo ocular entre los judíos religiosos.

    Eran las tres de la mañana y los devotos discípulos del Rebe se congregaban alrededor de su cadáver, que estaba tendido en el suelo de acuerdo con la tradición judía. Estaban en el 770 de Eastern Parkway, en el centro neurálgico del movimiento del Rebe.

    Newfield recuerda:

    Vi afuera un pequeño grupo de unos veinte hombres tomando güisqui y bailando [en estos círculos religiosos, el güisqui se reserva para las celebraciones especiales]. Uno de los líderes del grupo era un exconsejero de campo, respetado por su conocimiento y consagración. Si él estaba bailando, pensé, debía ser lo correcto. Así que me uní al baile y comencé a cantar junto con los demás: Viva el Rebe, rey Mesías, por los siglos de los siglos". Estábamos convencidos de que, si seguíamos bailando, podríamos retrasar el funeral. Seguramente el Rebe resucitaría y continuaría su liderazgo entre nosotros, o que Dios no lo quisiera, sería sepultado. Seguí bailando hasta las seis de la mañana. Cuando estaba comenzando a salir el sol, me uní al servicio matutino (el shajarit) en la sinagoga. Al terminar el servicio, caminé a casa exhausto y me desplomé en mi cama cerca de las nueve de la mañana".²

    Después de unas pocas horas de sueño, Newfield regresó al 770 de Eastern Parkway:

    Cientos de hombres estaban dentro de la sinagoga cantando melodías jasídicas [melodías judías propias del grupo]. Ninguno tenía la intención de unirse a la procesión fúnebre que estaba programada para las cuatro de la tarde. Sentían que dado que el Rebe era el Mesías, asistir a su funeral era un error, ya que él resucitaría. Yo quería quedarme con ellos, pero también quería seguir a mi Rebe. Esperé, oré y continué esperando, pero el Rebe nunca resucitó. Así que me escabullí para unirme a las miles de personas que estaban reunidas frente a la sinagoga".³

    Cuando sus seguidores finalmente comprendieron que el Rebe no iba a levantarse, comenzaron a llorar: En el momento en el que el ataúd salió por la puerta principal de la sinagoga, un rayo de sol se asomó entre las nubes oscuras. El llanto histérico de las mujeres en la calle era aterrador.⁴ La celebración se convirtió en luto.

    El Rebe había estado muy enfermo durante meses debido a dos accidentes cerebrovasculares graves que había sufrido en los últimos dos años. Pero a pesar de que estaba totalmente incapacitado y de que no podía hablar o comunicarse de manera visible, sus seguidores estaban seguros de que sería restaurado por completo y de que se revelaría al mundo como el Mesías. Incluso, revisaban constantemente sus buscapersonas (esto sucedió antes de la era de los teléfonos celulares), esperando recibir la noticia de que el Rebe había revelado toda su gloria. Lamentablemente, esa noticia nunca llegó.

    El Washington Post informó el 13 de junio de 1994 lo siguiente: Incluso cuando el ataúd de pino [del Rebe] fue colocado en el carro fúnebre, la aterrada multitud de fieles cantaba oraciones para que Schneerson se levantara y revelara ser el Mesías que los judíos habían esperado desde la antigüedad.⁵ Pero eso no ocurrió, así que un mar de hombres sombríos, con sombreros negros, y mujeres y niños sollozantes, llenaron las calles de Crown Heights detrás del carro fúnebre. Las mujeres guardaron las panderetas que habían llevado para sacudirlas en éxtasis al menor vistazo del Mesías.⁶

    Otros, sin embargo, se negaron a dejarse intimidar y se mantenían diciendo: ¡El Rebe está vivo! Su muerte es solo una prueba para nuestra fe, es una ilusión física. ¡El Rebe nunca nos abandonó!. Otros reconocieron que su muerte era real, pero estaban seguros de que no era definitiva y decían: ¡El Rebe se levantará!.⁷ Años después, muchos siguen convencidos de que el Rebe está vivo, de que el Rebe es el Mesías, el Rebe es nuestro Redentor.

    En el año 2019, una página web creada por sus seguidores publicó el siguiente anuncio: El tercer día de Tamuz del año 5754 [es decir, el 12 de junio de 1994, el día de la muerte del Rebe] [ . . . ] se ocultó a nuestros ojos la presencia física del Rebe.⁸ Para ellos, su líder nunca murió. De hecho, aún hoy, los calendarios diseñados por algunos de sus seguidores no marcan el tercer día de Tamuz como el aniversario de su muerte.⁹ ¿Por qué deberían hacerlo si él no ha fallecido?

    En diciembre de 1994, seis meses después del fallecimiento del Rebe, uno de los principales líderes del movimiento El Rebe es el Mesías, un rabino llamado Shmuel Butman, proclamó abiertamente que no son unas pocas personas de la comunidad, sino muchos de la comunidad, así como Lubavitch [la secta judía dirigida por el Rebe] de todo el mundo, los que creen que [ . . . ] el Rebe nos sacará del exilio y nos llevará a la gran redención final.¹⁰ Esta era tremenda declaración.

    Pero, ¿quién era exactamente este Rebe? ¿Por qué sus seguidores estaban tan seguros de que él era el indicado? ¿Y cómo es que estos judíos tradicionales podrían abrazar lo que parecía ser un mensaje cristiano? Es decir, que el Mesías moriría antes de completar su misión y luego resucitaría de entre los muertos.

    Cuando al rabino Aaron Soloveichik, un líder judío ortodoxo muy respetado, le informaron sobre las palabras del rabino Butman, respondió: No lo creo, no puedo creerlo, esto es algo increíble. De hecho, afirmó que no hay posibilidad alguna de que el Rebe se levante de entre los muertos y sea el Mesías. Eso puede ser posible en la fe cristiana—agregó—, pero no en el judaísmo. El rabino Soloveichik se negó a creerlo a pesar de su enorme respeto hacia el Rebe, pues para él simplemente no puede ser el Mesías, pues no está vivo. El Mesías tiene que estar vivo. Necesitamos un Mesías vivo, no un Mesías muerto.¹¹

    Esto se confirmó en una declaración hecha por el Consejo Rabínico de Estados Unidos el 1 de junio de 1996: A la luz de los acontecimientos inquietantes que han surgido recientemente en la comunidad judía, el Consejo Rabínico de Estados Unidos declara en convención que no hay y nunca ha habido lugar en el judaísmo para la creencia de que el Mashiaj Ben David [el Mesías hijo de David] comenzará su misión mesiánica para luego experimentar la muerte, ser sepultado y resucitar antes de completarla.¹²

    Pero estos rabinos no hablaban por su propia autoridad, sino que se basaban en las enseñanzas de los grandes líderes que los habían precedido, cuyas opiniones se habían codificado y arreglado. Según Moisés Maimonides (1135–1204), autor del código legal judío definitivo, si alguien fue identificado como un Mesías potencial, pero murió antes de completar su misión, esa persona no era el Mesías. Para ilustrarlo, Maimonides volvió a señalar la historia judía, refiriéndose al general judío Simón Bar Kojba. Este general dirigió la Segunda Revuelta Judía contra Roma (132–135 d. C.) antes de sufrir una aplastante derrota que acarreó un enorme sufrimiento para los judíos (Bar Kojba en arameo significa hijo de la estrella. Por eso se creyó que era el Mesías, basados en Números 24:17).

    En esos días, el mayor rabino llamado Akiva, creía que Bar Kojba era el Mesías y lo proclamó públicamente como tal. Pero cuando Bar Kochba fue asesinado en batalla, otros rabinos cambiaron su nombre a Bar Koziba, que significa hijo de la mentira.

    Sobre él, Maimonides escribió:

    No pensemos que el Rey Mesiánico realizará señales o maravillas, o que traerá novedades al mundo, como resucitar a los muertos o cosas similares. No será así. El rabino Akiva fue un gran sabio [ . . . ] que portaba la armadura del rey Bar Koziba y lo proclamó Rey Mesiánico: [R. Akiva] y todos los sabios de su generación lo consideraron el Rey Mesiánico hasta que [Bar Koziba] fue asesinado por sus pecados; y cuando lo asesinaron, todos comprendieron que no era el Mesías, pero los sabios nunca le pidieron señales o maravillas.¹³

    Incluso antes de que el Rebe muriera, el rabino Eliezer Schach (un líder ultraortodoxo en Israel que falleció en el 2001 a la edad de 103 años o más), rechazó categóricamente cualquier posibilidad de que el Rebe fuera el Mesías. Lo llamó herejía total, y declaró que los que hacen tal afirmación arderán en el infierno.¹⁴ Incluso se refirió al Rebe, que era un líder de renombre mundial, como el loco que se sienta en Nueva York y enloquece al mundo entero.¹⁵ Otro rabino prominente comentó cuando el Rebe murió: Ahora tenemos que esperar al verdadero Mesías.¹⁶

    El rabino Chaim Keller, otro líder judío ortodoxo respetado, resumió con desdén la progresión de las creencias sobre el Rebe entre sus seguidores:

    "El Rebe progresó a los ojos de una facción dentro del movimiento. De ser un navi [un profeta] pasó a ser el candidato más probable para ser el Moshiaj [el Mesías], y luego de ser el bejezkas Moshiaj [el presunto Mesías], pasó a ser el Melech HaMoshiaj [el Rey Mesías]. Finalmente, pasó de ser un Moshiaj muerto que no ha muerto, a ser ‘omnisciente’, ‘omnipotente’ y ‘la Esencia y el Ser [de Di-s] en un cuerpo humano’".¹⁷

    Sí, algunos de los seguidores del Rebe lo proclamaron el Dios encarnado: ¡Todo un reflejo de la creencia cristiana en Jesús!

    Sin embargo, hasta el sol de hoy, a pesar de las fuertes objeciones, miles de los seguidores del Rebe proclaman que él es el Mesías, y creen que tienen respuestas, es decir, respuestas judías tradicionales, para cada objeción planteada por los que niegan que sea el Mesías.

    ¿Quién era entonces este Rebe? ¿Por qué fue tan venerado por sus seguidores? ¿Existe la posibilidad dentro de la enseñanza tradicional judía de que el Mesías sea alguien que muera y luego resucite de entre los muertos? ¿Podría un rabino fallecido ser el Mesías resucitado?

    ¿QUIÉN FUE EL REBE?

    Antes de que analicemos al Rebe de Lubavitch, es importante que comprendamos el papel único del Rebe en el judaísmo jasídico, que es una rama del judaísmo ultraortodoxa que se remonta a principios del año 1700 en Ucrania. La siguiente declaración fue publicada en una página web popular:

    El judaísmo jasídico es un movimiento de avivamiento espiritual ortodoxo que surgió en Europa del Este en el siglo XVIII. Los seguidores del judaísmo jasídico (conocidos como jasidim o los piadosos"), recurrieron en gran medida a la tradición mística judía en busca de una experiencia directa de Dios a través de la oración extática y otros rituales realizados bajo la dirección espiritual de un Rebe, un líder carismático, a veces también conocido como tzadik, u hombre justo. En el apogeo del movimiento en el siglo XIX, se estima que aproximadamente la mitad de los judíos de Europa del Este eran jasídicos. El movimiento fue diezmado debido al Holocausto, pero hoy existen decenas de sectas (o cortes) jasídicas, ubicadas principalmente en Israel y en el área metropolitana de Nueva York".¹⁸

    Cada uno de estos grupos jasídicos, cuyos nombres son en su mayoría el mismo nombre de la ciudad donde fueron fundadas, tienen su propio Rebe. Así lo explica el profesor Simon Dein:

    El tzadik, que significa hombre justo, es el líder carismático del jasidismo, también conocido como el Rebe, para distinguirlo del rabino en el sentido convencional. Este tipo de guía espiritual, reconocido no por su aprendizaje sino por su santidad y habilidad como mentor religioso, no es completamente desconocido en el judaísmo tradicional [ . . . ]. Pero solo en el jasidismo la figura del tzadik, desde los primeros días del movimiento, llegó a ocupar un papel supremo y se le exige sumisión total a sus seguidores.¹⁹

    Para un extraño, es difícil comprender cuán profundamente unido se siente un jasid (es decir, un judío jasídico individual) a su Rebe y cuánto lo venera, por lo que a veces puede resultar asombroso escuchar a los jasidim contar historias sobre su Rebe. Por ejemplo, en agosto de 1973, me reuní con dos rabinos jasídicos que eran seguidores comprometidos del Rebe de Lubavitch, quienes me explicaron que contar historias sobre él era en realidad una forma válida de adorar a Dios. Y esto forma parte de su tradición religiosa.

    Uno o dos años después, mientras me dirigía a clases en el campus de la universidad en Queens, Nueva York, conocí a otro seguidor del Rebe, un hombre de unos veinte años que me dijo que el único pecado que el Rebe cometió en toda su vida fue causarle dolor a su madre cuando ella lo dio a luz. Pero este judío jasídico se apresuró a explicar que el Rebe ya se había ocupado de eso. ¡No miento! Otros de sus seguidores me dijeron que del Rebe se reúne con personas de todo el mundo y que puede hablar todos los idiomas con fluidez. Y por supuesto, todos atestiguan un montón de milagros supuestamente realizados por su venerado líder.²⁰

    Es por eso que un científico tan altamente calificado como Herman Branover, pudo escribir una biografía de adoración al Rebe titulada The Ultimate Jew, en la que lo proclama sin tapujos como el Mesías.²¹ Lo que hace que esto sea aún más importante es que Branover es un físico ruso-israelí conocido en la comunidad científica como pionero en el campo de la magnetohidrodinámica (MHD).²² Sin embargo, cuando escribió sobre el Rebe, lo hizo como si estuviera hablando de alguien que estaba en un plano completamente diferente, tanto intelectual como espiritual.²³ Incluso uno de los críticos acérrimos del movimiento que afirma que el Rebe es el Mesías, dijo en una ocasión que el Rebe era un individuo extraordinario, con un carisma personal casi irresistible, que poseía un inmenso aprendizaje, habilidades excepcionales de liderazgo y una enorme piedad.²⁴

    ¿Quién era entonces este hombre? ¿Cómo surgieron todos estos relatos y leyendas sobre él? Menachem Mendel Schneerson fue el séptimo y último Rebe de la dinastía Chabad-Lubavitcher, cuyo nombre proviene de la ciudad de Lubavitch en Rusia. El fundador de esta dinastía fue el rabino Schneur Zalman (1745–1812), famoso por su libro llamado Tanya, que sus seguidores aún estudian todos los días.

    Zalman fue sucedido por su hijo Dov Ber (1773–1827), que fue el primero en vivir en Lubavitch y se convirtió en el segundo Rebe de Lubavitch. El tercer Rebe fue Menachem Mendel Schneersohn (1789–1866; con el mismo nombre que el Séptimo Rebe),²⁵ que era yerno de Dov Ber. El cuarto Rebe fue Shmuel Schneersohn (1834–1882), el séptimo hijo del Rebe anterior. El quinto fue Sholom Dovber Schneersohn (1860–1920), el segundo hijo del Rebe anterior, y el sexto fue Yosef Itzjak Schneersohn (1880–1950), también hijo del Rebe anterior.

    Fue Yosef Itzjak quien trajo a sus seguidores a América, después de escapar de décadas de persecución en Rusia y un período en la cárcel. Y fue Yosef Itzjak, el sexto Rebe de Lubavitch, el que hizo cada vez más hincapié en la redención venidera, incluso sugiriendo que el Mesías vendría durante el tiempo del séptimo Rebe²⁶ (tenga en cuenta que al movimiento Lubavitcher también se le conoce como Jabad, un título que será utilizado a lo largo de este libro).²⁷

    Pero cuando Yosef Itzjak murió sin dejar descendencia, su yerno Menachem Mendel, también descendiente de Schneur Zalman, el primer Rebe de Lubavitch, se convirtió en el nuevo líder. En consecuencia, cuando el séptimo Rebe de Lubavitch asumió su papel de liderazgo (con gran renuencia, pues se sentía indigno de asumir la tarea), la expectativa estaba en el ambiente. ¡La venida del Mesías estaba cerca!

    El séptimo Rebe nació en 1902, en lo que hoy es Mykolaiv, Ucrania, pero que en ese entonces formaba parte del Imperio ruso. El séptimo Rebe era descendiente de un antiguo linaje de rabinos devotos y eruditos judíos, y fue reconocido como un prodigio desde que era muy joven. Pasaba muchas horas al día inmerso en textos rabínicos, dominando ya una gran variedad de literatura judía cuando era adolescente. También tenía un gran interés en los estudios seculares, lo cual era inusual para un judío ultraortodoxo, por lo que cursó estudios en famosas universidades en Berlín y Francia. Durante el resto de su vida, sorprendió a una amplia gama de académicos de muchos campos por su íntima familiaridad con sus disciplinas de aprendizaje, incluyendo conocimiento sobre los últimos debates académicos junto con una comprensión detallada de los temas más complejos.

    Según se cuenta, sorprendió a un destacado matemático israelí al aislar un problema en una de sus ecuaciones, un problema que les tomó dos años a este profesor y a su equipo confirmar usando una de las mejores computadoras disponibles. Sin embargo, el Rebe reconoció el problema cuando hizo el cálculo sobre la marcha, en su cabeza, mientras el gran matemático compartía su investigación con él.²⁸

    El Rebe también fue reconocido por su velocidad de lectura. Según los informes, leyó una carta de entre diez y quince páginas en veinte segundos (¡según cuenta el hombre que le llevó la carta!), y luego respondió con mucho detalle. Según se informa, mientras dictaba las respuestas a diversas cartas a su equipo de secretarios, leía simultáneamente la siguiente carta (sí, mientras estaba en medio del dictado supuestamente).²⁹

    Se decía que entendía ruso, hebreo, yidis, alemán, francés, italiano, inglés y latín,³⁰ y que durante un período de cuarenta años mantuvo correspondencia con decenas de miles de buscadores e investigadores, alcanzando algunos de los intercambios varios miles de páginas. También se reunió cara a cara con muchos miles más, incluyendo presidentes, primeros ministros y otros líderes gubernamentales; además de artistas y académicos, judíos seculares y judíos religiosos; así como una multitud de líderes rabinos. Muchos gentiles prominentes también lo visitaron y salieron de su presencia profundamente conmovidos o asombrados. Su ética de trabajo era legendaria. Según lo informó uno de sus seguidores, durante sus décadas de liderazgo, el Rebe trabajó más de 18 horas al día y nunca tomó un solo día de vacaciones.³¹

    El rabino Shmuley Boteach, aún hoy conocido como el rabino más famoso de Estados Unidos, mantuvo una estrecha relación con el Rebe cuando este era joven y se expresó sin disimulos sobre la grandeza del Rebe. Al describir al Rebe como una autoridad espiritual de renombre mundial, el rabino Shmuley preguntó quién había oído hablar de un líder de la talla del Rebe:

    Que nunca tomó un solo día de vacaciones, ni tuvo un solo día libre en los más de 40 años que dirigió la organización judía más grande del mundo. Cada domingo se levantaba para encontrarse con miles de personas comunes y les daba su bendición personal. Finalmente, murió prácticamente sin dinero. ¿Cómo es posible que un hombre con tal nivel de poder e influencia haya surgido de esta manera sin cambiar su personalidad en lo más mínimo ni beneficiarse personalmente de su posición?.³²

    Se dice que:

    El Rebe logró combinar una espiritualidad enaltecida con las habilidades organizativas de un líder de excelencia. Logró un dominio completo de los textos sagrados del judaísmo, incluso mientras cursaba los niveles de educación secular en la Universidad de Berlín y la Sorbona. [ . . . ] Como líder del movimiento Lubavitcher, el rabino Schneerson se entregó completamente a una sola causa: promover la observancia religiosa entre los judíos no ortodoxos en los Estados Unidos y también en los confines del mundo. No sorprende entonces que estos esfuerzos despertaran una fuerte expectativa mesiánica dentro del movimiento. Esta aceleración del pulso mesiánico se vio reforzada por los acontecimientos en el escenario mundial, especialmente el colapso del comunismo en la Unión Soviética y la Guerra del Golfo. Para los Lubavitcher, los acontecimientos en Rusia tenían un significado particular, ya que los comunistas eran enemigos jurados del Jabad y habían separado por la fuerza a Joseph Isaac de sus jasidim. Desde esta perspectiva, la muerte del comunismo tenía el sello del mesías escrito por todas partes. Así lo señala [Menachem] Friedman: ‘Habiéndose rectificado y cerrado el círculo [ . . . ], con la victoria en última instancia perteneciente al Jabad’. En cuanto a la Guerra del Golfo, los Lubavitcher lo vieron como la personificación de la era mesiánica [ . . . ] un conflicto en el que Israel no participó y en el que los judíos no fueron perjudicados’".³³

    En 1928, Menachem Mendel Schneerson se casó con Chaya Mousia, la hija del sexto Rebe de Lubavitch, Yoseph Yitzchak Schneerson (los dos hombres tenían el mismo apellido, aunque no eran padre e hijo). Pero el Rebe y su esposa no pudieron tener hijos, por lo que, cuando el Rebe murió en 1994, a la edad de noventa

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