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América Latina en su Laberinto: La maraña multifacética que condiciona el destino latinoamericano
América Latina en su Laberinto: La maraña multifacética que condiciona el destino latinoamericano
América Latina en su Laberinto: La maraña multifacética que condiciona el destino latinoamericano
Libro electrónico253 páginas3 horas

América Latina en su Laberinto: La maraña multifacética que condiciona el destino latinoamericano

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Desde finales de la Segunda Guerra Mundial los países latinoamericanos han venido ensayando con diversos regímenes políticos y variadas políticas económicas. Sin embargo, con ninguno de estos experimentos lograron resultados exitosos ni perdurables. No obstante, América Latina sigue insistiendo en opciones fracasadas e infructuosas; parecería como aprisionada en un laberinto y condenada a repetir sus desaciertos. Mientras tanto, América Latina sigue perdiendo importancia relativa en el mundo.

Este Ensayo implica una severa crítica a los gobiernos de la región por su incapacidad de lograr soluciones a los congénitos problemas latinoamericanos, así como un urgente llamado al cambio. ¿Por qué América Latina no ha logrado encontrar el camino hacia un desarrollo sostenido y de calidad? ¿Cuáles son las particularidades de ese laberinto que condiciona el destino latinoamericano? ¿Cuáles son las políticas y estrategias más apropiadas para escapar del laberinto? En este Ensayo se postulan respuestas a estas interrogantes.

Es evidente que América Latina confronta hoy un gran desafío. Tal como aconteciera en la década de 1950, con la introducción de innovadoras políticas proteccionistas, y en la década de 1980, con el giro drástico que significó la adopción de políticas neoliberales, América Latina tiene ahora la impostergable necesidad de replantear radicalmente el camino que la conduzca a un futuro más prometedor.

Este Ensayo presenta un novedoso punto de vista para explicar la realidad latinoamericana de las últimas décadas, no sólo mediante criterios económicos sino principalmente con base en fenómenos de carácter institucional, político y cultural. Las conclusiones sobre la problemática latinoamericana y las propuestas planteadas pueden aportar nuevas perspectivas para los estudiosos del proceso de desarrollo latinoamericano y en especial para los responsables por la conducción de ese proceso.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento25 ene 2020
ISBN9781098300470
América Latina en su Laberinto: La maraña multifacética que condiciona el destino latinoamericano

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    América Latina en su Laberinto - Luis Sanchez-Masi

    (2019).

    C A P Í T U L O 1

    CONCEPTOS PARA EXPLICAR EL PROCESO DE DESARROLLO

    …economists are interested in growth. The trouble is, that even by their standards, they have been terribly ignorant about it. The depth of the ignorance has long been their best-kept secret.

    The Economist, 4 January 1992

    La visión que planteamos en este Ensayo sobre el proceso de desarrollo requiere un previo entendimiento sobre ciertos conceptos básicos que estaremos utilizando para analizar ese proceso, tales como la estructura económica, la estructura institucional, las ventajas absolutas, las ventajas comparativas, las ventajas competitivas, las ventajas de ubicación y la transformación de la estructura productiva.

    Estos conceptos constituyen los pilares del esquema analítico que emplearemos para examinar el proceso de desarrollo de América Latina². El lector familiarizado con estos conceptos podría pasar directamente al Capítulo siguiente.

    A. Los determinantes del nivel de desarrollo

    La teoría neoclásica tradicional ha utilizado consistentemente el criterio del ingreso per cápita para distinguir a los países entre desarrollados y subdesarrollados, así como para definir el proceso de desarrollo y la convergencia como el aumento gradual y sostenido en el ingreso per cápita de un país necesario para alcanzar el nivel de ingreso de los países desarrollados. Es frecuente que los organismos multilaterales de financiamiento, así como las agencias nacionales de cooperación internacional utilicen el ingreso per cápita para clasificar a los países y definir las condiciones de acceso a sus financiamientos. Esta es una práctica que lleva muchas décadas utilizándose.

    Se ha destacado, con razón, que el criterio del ingreso per cápita como medida del nivel de desarrollo sólo puede tener aplicación cuando se utiliza en un sentido estrictamente comparativo, que es la única manera de concebir el problema del subdesarrollo. Ciertamente, el subdesarrollo no es un fenómeno per se, sino el resultado de la comparación de magnitudes y circunstancias especiales entre diferentes países.

    En las economías de mercado el principal motor del progreso son las empresas, por supuesto apoyadas por políticas apropiadas e inversiones públicas habilitantes, como en infraestructura, salud, educación y otras. Las empresas --privadas y públicas-- son las que invierten, generan empleos, innovan, crean y adaptan tecnologías, influyen en la productividad, se expanden y se transforman y muchas desaparecen como efecto de la competencia. Por ende, para llegar a la substancia de la problemática del proceso de desarrollo es necesario analizar los aspectos microeconómicos que afectan las operaciones de las empresas, tales como las condiciones que determinan su competitividad a nivel internacional; la capacidad gerencial para innovar y para operar en mercados globalizados; el acceso a tecnologías más avanzadas; el clima de negocios; el efecto de la institucionalidad sobre el desarrollo empresarial. La interrelación de estos elementos al final influyen sobre la estructura productiva de un país y su nivel de desarrollo³.

    Es, pues, evidente que el nivel de desarrollo de un país implica mucho más que una cuantificación del ingreso per cápita, abarcando además otros aspectos no fáciles de cuantificar como las condiciones de vida y el bienestar de una sociedad. Desde una perspectiva más amplia, pero imposible de expresarlo en términos cuantitativos, podemos postular que en el mundo actual el nivel de desarrollo de un país se puede apreciar más acertadamente en el análisis de su estructura productiva, de su estructura institucional y de su capacidad de generar y acceder al conocimiento y la tecnología más avanzados.

    La estructura productiva

    Entendemos por estructura productiva las características del sistema de producción que emplea una sociedad en la creación de bienes y servicios en un determinado momento --o, desde otra perspectiva, la naturaleza y combinación de los diferentes factores de producción utilizados en la producción de bienes y servicios-- y las relaciones sociales que se generan como consecuencia del sistema de producción, es decir, los vínculos entre los diferentes agentes económicos que intervienen en la producción de esos bienes y servicios⁴.

    Las características de una determinada estructura productiva se manifiesta esencialmente en las particularidades de los bienes y servicios producidos por una sociedad y, en especial, en la tecnología utilizada para esos propósitos, así como en la relevancia y formas de relacionamiento de los distintos agentes que intervienen en su producción.

    La estructura institucional

    La estructura institucional o institucionalidad, es el marco dentro del cual se desenvuelven las relaciones sociales, y comprende el conjunto de las instituciones jurídicas y políticas prevalecientes en una sociedad, así como la forma en que esas instituciones operan, incluyendo, entre otros, el Estado, los derechos individuales y colectivos, la administración de la justicia, la política, la filosofía, los valores sociales, etc. Hoy día es ampliamente reconocido que la institucionalidad es uno de los más importantes factores que definen el clima propicio para un desarrollo sostenido y de calidad. En América Latina, es justamente un elemento limitante, como veremos más adelante.

    El conocimiento y la innovación tecnológica

    En el siglo XXI se acepta naturalmente que la innovación tecnológica proviene o está basada en el conocimiento científico. El reconocimiento de esta relación entre el conocimiento científico y la innovación tecnológica, sin embargo, es relativamente reciente. El estudio objetivo de la naturaleza mediante la observación, la experimentación y la medición --lo que se conoce como ciencia-- se inició recién en el siglo XVII, en parte como resultado de la invención de nuevos instrumentos, como el telescopio y el microscopio. De hecho, prácticamente todos los inventos o innovaciones tecnológicas previas al siglo XVII, incluyendo nuevos metales, el papel, el reloj, etc., fueron el resultado de una cuidadosa observación y el conocimiento práctico de personas habilidosas. A partir del siglo XVII el conocimiento empieza a tener un papel cada vez más determinante en la generación de la innovación tecnológica. No obstante, hasta finales del siglo XIX, la mayoría de las innovaciones tecnológicas provinieron de agricultores, obreros e ingenieros, es decir, gente que dependía de sus instrumentos o máquinas y que deseaban mejorarlas⁵.

    Ciertamente, desde principios del siglo XX, el conocimiento y la tecnología se han convertido en importantes determinantes del nivel y el proceso de desarrollo de un país. De acuerdo con Carlson (2013), este fenómeno está asociado con el surgimiento de las grandes empresas industriales que a fin de mantener o expandir su posición en el mercado comienzan a contratar científicos y a invertir en investigación y desarrollo (I&D) para mejorar o crear nuevos productos, así como con el papel cada vez más relevante de los gobiernos en la promoción y el financiamiento de la I&D. En la actualidad, es casi inconcebible imaginar una innovación tecnológica relevante que no sea, directa o indirectamente, el producto del conocimiento científico acumulado. En el Anexo 1 de este Ensayo se presentan consideraciones adicionales sobre el conocimiento y la tecnología, su transmisión y difusión, y la convergencia tecnológica.

    Resumiendo, en el mundo actual estos tres elementos --la estructura productiva, la institucionalidad y el conocimiento y la tecnología-- son los factores que influyen en el funcionamiento de las empresas y de esa manera condicionan tanto el nivel como el proceso de desarrollo de un país. En efecto, la consecuencia de la interrelación de estos factores se manifiesta, entre otros, en las características de los bienes y servicios producidos por una sociedad; el entorno en que se desenvuelven los agentes económicos y políticos; la productividad de la actividad económica; la confiabilidad de las instituciones nacionales; la disponibilidad y calidad de la infraestructura y de los servicios públicos; la capacidad empresarial; las facilidades para generar innovaciones tecnológicas; la disponibilidad y calidad de los recursos humanos, y muchos otros aspectos más. En última instancia, son estas dimensiones las que determinan el nivel de vida y el bienestar de una sociedad, así como el potencial para su desarrollo futuro⁶.

    B. La especialización de los países

    En el mundo actual, el libre comercio, base del orden económico prevaleciente, tiende a especializar a los países en la producción de ciertos bienes y servicios inducidos por sus ventajas absolutas, sus ventajas comparativas o las economías de escala, y así influir en las características de sus estructuras productivas⁷. Por otra parte, la generalizada presión a que están expuestas las empresas para mantener sus ventajas competitivas, así como la existencia de adecuadas ventajas de ubicación en un determinado país son otros factores que influyen en la actividad empresarial y, en consecuencia, en las particularidades de la estructura productiva. Nos ocuparemos en primer lugar de la especialización inducida por el libre comercio internacional: las ventajas absolutas, las ventajas comparativas y las economías de escala.

    Las ventajas absolutas

    Un país puede tener una situación extraordinaria para la producción de ciertos bienes y servicios debido a la dotación de sus recursos naturales, las condiciones del clima o las características de su geografía. En esas situaciones se dice que un país tiene una ventaja absoluta, es decir, puede producir determinados bienes o servicios a costos más bajos o de mejor calidad que otros países y, por lo tanto, tiende a especializarse en la producción y exportación de esos bienes o servicios. De esa manera, la ventaja absoluta acaba influenciando la estructura productiva de un país.

    En América Latina, por ejemplo, Chile tiene una ventaja absoluta en la producción de cobre; Brasil y Colombia en la producción de café, y Venezuela en la producción de petróleo. Es interesante señalar que tanto en Chile con CODELCO como en Venezuela con PEDEVESA, una sola empresa o actividad ha llegado a influir significativamente en la estructura productiva de esos países.

    Las ventajas comparativas

    Aun en el caso de que un país no fuera capaz de producir ningún bien o servicio más barato que otro, todavía podría encontrar un nicho de especialización y participar en el comercio internacional. Esto es así puesto que aun cuando un país pueda producir cualquier bien o servicio a más bajo costo que otro país, no necesariamente podría producir todo a menor costo. En situación de escasos recursos, producir más de un bien significa producir menos de otro; el problema no es cuánto cuesta producir un bien, sino cuánto es el costo de dejar de producir un bien alternativo, cuando los recursos pasan de ser asignados de la producción de uno al del otro. Este es el significado del costo económico, es decir, el costo de oportunidad de dejar de producir un bien o servicio alternativo.

    Expresado en términos de costo de oportunidad, se dice que un país tiene ventaja comparativa en la producción de un bien o servicio si ese bien o servicio puede ser producido en el país a un menor costo que el costo de oportunidad de producir esos mismos bienes o servicios en otros países. La consecuencia implícita es que un país tendría una ventaja comparativa en los costos de producción de aquellos bienes y servicios que puedan ser producidos a un menor costo de oportunidad del que ocasionaría producirlos en otros países. Es así que, no obstante una desventaja absoluta en el costo de producción de bienes y servicios, un país todavía puede especializarse en la producción y exportación de bienes y servicios en los que su desventaja absoluta sea la menor (es decir, en los que tenga una ventaja comparativa) e importar aquellos en los que su desventaja absoluta sea la mayor⁸.

    El hecho de que un país posea una ventaja comparativa en la producción y exportación de ciertos bienes, no significa que otros países no puedan producir esos mismos bienes a costos menores. Aunque tuvieran la capacidad de hacerlo, no lo harían cuando la cantidad y la calidad que pudieran producir no justificarían el costo de los recursos locales necesarios para ello, es decir, cuando el costo de oportunidad de producirlos localmente fuera superior al costo de importarlos; por tanto, no habría una razón económica para que se especializaran en la producción de esos bienes. Asimismo, el simple hecho de que un país posea una ventaja comparativa en ciertas actividades no significa que las empresas en esas actividades sean necesariamente más competitivas que similares empresas en otros países.

    Unos ejemplos pueden ilustrar esas situaciones. Smit (2010 p.122) menciona el caso de la industria de software en India, en relación con Estados Unidos, que se explica por la teoría de las ventajas comparativas: la industria de software es relativamente más importante en India que en Estados Unidos y, por tanto, atrae a los mejores recursos del país. En Estados Unidos, los escasos recursos están migrando hacia industrias o actividades de mayor valor agregado donde los rendimientos son más elevados, hecho que abre la oportunidad para la industria de la India, puesto que si bien los salarios en la industria de software en Estados Unidos son mucho más elevados que en India, son relativamente más bajos de lo que se podría obtener en otras áreas de la industria de alta tecnología en Estados Unidos. Las empresas en India pueden exportar software porque su costo es inferior al costo de oportunidad de producirlo en el país importador; sin embargo, esto no quiere decir que las empresas de software en India sean más competitivas que empresas similares en Estados Unidos.

    Una situación similar se presenta en Gran Bretaña, que hace ya más de un siglo no produce suficientes comestibles como para alimentar a su población; la importación de productos alimenticios se ha venido compensando con la exportación de manufacturas, servicios de transportes y otros. Para el consumidor británico es más efectivo obtener alimentos de otros países que tengan ventajas comparativas en la agricultura, aun cuando los agricultores de esos países no sean tan eficientes como los agricultores británicos, es decir, que no tengan una ventaja competitiva sobre el agricultor británico⁹. En otras palabras, no obstante una desventaja absoluta en relación con los agricultores británicos, es más conveniente para el consumidor británico importar productos alimenticios de países que tengan una ventaja comparativa en la producción de esos bienes, es decir, que puedan producirlos a un menor costo de oportunidad que el que tendría producirlos en Gran Bretaña. Para Gran Bretaña le resulta más efectivo importar productos alimenticios, donde su desventaja absoluta es la mayor, y exportar productos manufacturados, donde radica su ventaja comparativa.

    Algunos países, especialmente los desarrollados, pueden llegar a contar con varias ventajas comparativas simultáneas. Estados Unidos, por ejemplo, posee ventajas comparativas en la producción de artículos de alta tecnología, así como en la producción de varios productos primarios como soja, maíz y almendras. Es posible explicar esta situación por el hecho de que no todos los factores de producción pueden migrar simultáneamente hacia actividades más productivas, característica particular del factor tierra. Las ventajas comparativas en productos primarios se ha logrado con una extraordinaria productividad, resultado del uso intensivo de capital y tecnología y una gran disminución en el uso de una costosa mano de obra.

    En países desarrollados, la especialización tecnológica y de recursos humanos a menudo conduce al desarrollo de ventajas comparativas simultáneas, como es el caso, por ejemplo, de Suiza que posee ventajas comparativas en las industrias relojera y farmacéutica. La especialización en la industria manufacturera también ha propiciado la coexistencia de ventajas comparativas simultáneas, creándose nichos especializados por sus características y calidad, como en las industrias de calzados, automóviles, prendas de vestir, artículos de lujo y muchísimos otros más.

    La especialización por efecto de las economías de escala

    Si bien las ventajas absolutas y las ventajas comparativas son las principales razones que explican los beneficios del comercio internacional y la especialización de los países, las economías de escala es otro factor que produce efectos similares. A partir de la Segunda Guerra Mundial, una parte importante y creciente del comercio internacional se viene realizando entre empresas de una misma industria (comercio intra-industria), explicado más por economías de escala antes que por efecto de ventajas comparativas¹⁰. A partir de 1990, este fenómeno se intensifica como resultado de la creciente importancia de la fragmentación internacional del proceso de producción a lo largo de varios países.

    En el caso de ciertos bienes o servicios, en particular los insumos intermedios en el proceso global de producción conocido como cadena global de valor (CGV), su producción puede requerir avanzada tecnología, importantes inversiones en maquinarias y mano de obra especializada, de forma que el producto resultante pueda ser elaborado a un costo competitivo sólo si se consigue producirlo en un número importante de unidades, hecho posible mediante la producción en gran escala. Paulatinamente pero en forma cada vez más impactante, las empresas multinacionales han venido organizando sus procesos de producción sobre la base de la reubicación de actividades en el exterior, o offshoring. Como resultado del proceso de offshoring, empieza a cobrar importancia el comercio internacional de insumos para la producción, por oposición a bienes terminados. Justamente, el comercio internacional facilita que algunos países puedan especializarse en la producción y exportación masiva de esos insumos intermedios, lo que se logra como resultado de las economías de escala que se generan con los grandes volúmenes de producción.

    Es evidente que la fragmentación del proceso de producción fue posible por la liberalización del comercio y de los flujos financieros que empezó a generalizarse desde principios de la década de 1990. Un estudio de Naciones Unidas estimaba que durante, el período 2010-2014, el comercio de insumos o bienes

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