La temprana Europa Moderna: Una guía fascinante de un periodo de la historia de Europa con eventos como la guerra de los Treinta Años y la caza de las brujas de Salem

Por Captivating History

Explore la fascinante historia de la temprana Europa Moderna

El principio de la Edad Moderna europea fue un tiempo de confusión, agitación, sospecha, esperanza, desesperación e ideas nuevas. Fue un momento en el que se produjeron grandes cambios durante apenas unos pocos siglos formando un mundo completamente diferente al periodo anterior.

Este libro incluye información detallada de la transición entre la Edad Media a la temprana Edad Moderna, donde Europa sufrió cambios importantes a lo largo de todo el continente. Se considera al periodo entre la guerra de los Treinta Años y el siglo XIX como una transición entre la temprana y la actual era moderna. La inquietud que comenzó al final de la Edad Media explotó tras la guerra de los Treinta Años, y supuso el cambio a muchos de los razonamientos aceptados hoy en día.

En La temprana Europa Moderna: una guía fascinante de un periodo de la historia de Europa con eventos como la guerra de los Treinta Años y la caza de las brujas de Salem, descubrirá temas como:

- El mundo anterior a la Edad Moderna

- La dinámica del poder europeo

- La era de los descubrimientos geográficos

- Piratería legal – El gobierno de alta mar

- Corrupción y revueltas religiosas

- La Inquisición

- La Reforma protestante

- La guerra de los Treinta Años

- Cazas de brujas, incluido el infame juicio de las brujas de Salem

- El Renacimiento italiano

- Johannes Gutenberg: un invento que cambió el mundo

- La lenta transición a la actualidad

- ¡Y mucho, mucho más!

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• Idioma: Español
• Editorial: Captivating History
• Fecha de lanzamiento: 29 oct 2019
• ISBN: 9781393793236

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Introducción

Con algunas excepciones, el mundo cambia a un paso relativamente lento. Las ideas circulan en la consciencia social y la gente empieza a cuestionarse la tradición y el poder, pero estas ideas suelen tardar décadas o siglos en surgir como una forma de pensar radicalmente diferente. Las personas en el poder siempre intentan suprimir este tipo de pensamiento innovador porque cuestionarse lo establecido casi siempre supone el final del reinado de los soberanos actuales. Hay excepciones obvias, pero incluso los grandes cambios no suceden tan rápido como parece cuando echamos un vistazo a la historia.  

El principio de la Europa moderna empezó hace varios siglos. Algunos apuntan al Renacimiento como el punto de partida de esos cambios, pero fue más bien un ejemplo de los cambios que comenzaron 100 años antes. El Renacimiento italiano ocurrió entre los siglos XIV y XVII, pero otros defienden que el comienzo de la Edad Moderna se remonta hasta los siglos XII o XIII y se prolonga hasta el final de la guerra de los Treinta Años (1648). Los historiadores probablemente no sean capaces de ponerse de acuerdo en una fecha concreta hasta dentro de varios siglos. Este libro incluye información sobre la transición de la Edad Media a la temprana Edad Moderna, donde Europa sufrió cambios importantes a lo largo de todo el continente, por fases. A los años entre la guerra de los Treinta Años y el siglo XIX se les considera una transición entre la temprana Edad Moderna y la actual.

La temprana Europa Moderna era la primera vez que parecía que Europa estaba cohesionada, como previamente había ocurrido con amplias zonas del continente bajo el dominio romano. Seguía habiendo países y patriotismo, pero la gran mayoría de los habitantes en Europa no guardaba lealtad a un país o líder como habían hecho antes. Bajo el sistema feudal, el simple hecho de sobrevivir era increíblemente difícil (las enfermedades y la hambruna eran peligros constantes), por lo que les importaba poco quién era el señor de su región. A medida que la supervivencia se volvía más sencilla y la gente encontraba oportunidades que durante la Edad Media no estaban disponibles, su percepción empezó a evolucionar. Esto comenzó mucho antes de las tesis de Lutero y de los genios del Renacimiento.

Uno de los aspectos más intrigantes e idealizados de la Edad Moderna temprana fue el ardiente deseo de algunas naciones de explorar el mundo, especialmente las tierras lejanas. Uno de los principales intereses de estas exploraciones era encontrar una ruta más sencilla para comerciar con el Lejano Oriente, pero al descubrir que había dos continentes nuevos, las poderosas naciones europeas persiguieron algo más. Con el cambio de las estructuras sociales muchos de los que no podían avanzar en Europa o no veían sus sueños realizados buscaron una nueva forma de vida. El colonialismo continuaría durante siglos, acabando solo cuando no había más territorio que explorar o cuando sus habitantes se rebelaban contra los líderes imperialistas. Muchas revoluciones fueron fruto de este temprano periodo de la Europa moderna, pero son una señal de la transición de la Edad Moderna inicial a la actual. Fueron producto de los cambios de pensamiento y creencias que comenzaron en este periodo.

Esto fue el detonante de otra profesión excitante e idealizada: la piratería. Aquellos que no podían enriquecerse por los métodos tradicionales, que tenían vidas difíciles o no sentían una especial conexión con ningún país o territorio podían ganar su sustento a través de la piratería. Una de las cosas más interesantes sobre los piratas es que eran empleados por países específicos. Algunos de los ingleses más famosos de esta época eran, en realidad, piratas, como Sir Walter Raleigh o Sir Francis Drake. Luego estaban los piratas más tradicionales, que aterrorizaban el Caribe robando las riquezas del nuevo mundo y de los mercantes. Algunos piratas también eran mercenarios, aunque la mayoría no se dejaba comprar.

Nos gusta pensar en la Europa moderna como civilizada, cordial y pacifista. Sin embargo, esa no es la historia del continente (ni es el caso de ninguna civilización). El nacimiento de la Europa moderna está bañado en sangre. Teniendo en cuenta que todavía no han pasado 100 años desde la última guerra mundial, estos comienzos sangrientos se han perpetuado a lo largo de la Edad Moderna, siendo más bien la regla en vez de la excepción. Mucho de este derramamiento de sangre se debió a que aquellos en el poder lucharon por mantenerlo. En muchas ocasiones la Iglesia católica apoyaba a las naciones en estos actos horribles y sus tácticas contribuyeron al alzamiento de su oposición. Uno de los ejemplos más notables fue la Inquisición española, que demostró que la gente empezaba a cuestionarse a la Iglesia y su respuesta para poder retener el poder fue extrema. Todo el mundo era sospechoso porque todo estaba cambiando.

Uno de estos cambios fueron las mejoras en agricultura, lo que llevó al auge de las ciudades y los trabajos más especializados. Los hombres buscaron una vida mejor y una forma diferente de pensar, pero también dejaron claro que no iban a incluir a las mujeres en la lucha por la igualdad de las clases, y esta exclusión fue muy evidente en la caza de brujas, muy común en esta época. Aunque también hubo hombres juzgados y condenados por brujería, la gran mayoría de las procesadas en juicios religiosos fueron mujeres, especialmente aquellas con opiniones fuertes o que se atrevían a expresarlas. Pocas de estas farsas de juicios fueron tan famosos e infames como los de Salem, ocurridos en las colonias británicas. Los conflictos entre países no eran menos intensos. Según chocaban las ideologías, las guerras eran inevitables. La guerra de los Treinta Años es uno de los ejemplos más claros de cómo países e ideologías podían chocar sembrando aún más el caos.

Como con cualquier otro cambio importante, la ciencia y la tecnología jugaron un papel primordial en el surgimiento de nuevas creencias e ideas. Personas como Copérnico, Bruno y Galileo miraban a las estrellas y veían más allá de lo que les había contado la Iglesia. La ciencia cuestionó a la religión, que era la estructura de poder principal en Europa y una de las pocas cosas que el continente tenía en común durante el Medievo. La ciencia disputó las enseñanzas cristianas, pero fue la revolucionaria imprenta la que permitió a todos pensar por sí mismos. Los libros son algo que damos por sentado hoy en día, pero el invento de Gutenberg fue uno de los acontecimientos más notables de esta época, no solo porque facilitó crear libros, sino porque abarató la impresión y la venta. Por primera vez en la historia, los libros no eran algo exclusivo de la Iglesia, la monarquía o los ricos. La población general empezó a aprender a leer y escribir, lo que cambió por completo el curso de la