Historia de Roma: Una guía fascinante de la historia de Roma, desde la leyenda de Rómulo y Remo, la República romana, Bizancio, la época medieval y el Renacimiento, hasta la historia moderna

Por Captivating History

Si desea descubrir la fascinante historia de Roma, siga leyendo...

Roma comenzó como un reino, prosperó como república, conquistó vastos territorios cuando era un imperio y se convirtió en la Ciudad Santa durante la Edad Media. Incluso hoy en día, Roma sigue intrigándonos con su rica historia, arquitectura, arte, literatura, religión, leyes y lengua. Los abundantes hallazgos arqueológicos de Roma y sus alrededores no son más que un fragmento de lo que fue la ciudad. Sin embargo, es suficiente para engancharnos, despertar nuestra imaginación y satisfacer nuestra sed de conocimiento.

La importancia de Roma es indiscutible. Su historia no es la historia de Italia ni de su pueblo. Roma forma parte de los cimientos de Europa, al igual que Atenas. Sin ella, el mundo tal y como lo conocemos hoy no existiría.

 

En Historia de Roma: Una guía fascinante de la historia de Roma, partiendo de la leyenda de Rómulo y Remo, la República romana, Bizancio, el periodo medieval y el Renacimiento hasta la historia moderna, descubrirá temas como:

• La fundación de Roma: Mito y realidad
• El reino de Roma
• La República romana
• Las guerras sociales y el fin de la República romana
• La Pax Romana
• El siglo III y principios del IV
• La caída de Occidente; Oriente prospera
• Roma en la Edad Media
• El Renacimiento
• La historia moderna de Roma
• ¡Y mucho, mucho más!

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• Idioma: Español
• Editorial: Captivating History
• Fecha de lanzamiento: 23 may 2021
• ISBN: 9798201820435

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Introducción

Los primeros pobladores de las colinas que dominan el río Tíber progresaron rápidamente. De esta cultura no identificada surgió una ciudad que se haría famosa con relativa rapidez y que pronto dominaría la mitad del mundo conocido. Estos primeros colonos acabaron conquistando la mayor parte de Europa, Oriente Próximo y el norte de África. Controlarían estas zonas a lo largo de los siglos.

Roma comenzó como un reino, prosperó como república, conquistó vastos territorios cuando era un imperio y se convirtió en la Ciudad Santa durante la Edad Media. Incluso hoy en día, Roma sigue intrigándonos con su rica historia, arquitectura, arte, literatura, religión, leyes y lengua. Los abundantes hallazgos arqueológicos de Roma y sus alrededores no son más que un fragmento de lo que fue la ciudad. Sin embargo, es suficiente para engancharnos, despertar nuestra imaginación y satisfacer nuestra sed de conocimiento. Por desgracia, el descuido humano destruyó gran parte de la ciudad durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y muchos valiosos artefactos y pruebas se han perdido para siempre. Existen aspectos de Roma, como su estructura social, su política y sus estrategias, que nunca llegaremos a comprender del todo, pero debemos estar agradecidos por los atisbos que tenemos del pasado de Roma.

La historia de Roma es un diálogo continuo, ya que los arqueólogos siguen aportando nuevas pruebas, incluso desde muy lejos. China aportó pruebas sobre la primera delegación romana que visitó sus costas ya en el año 166 de la era cristiana. Esto hizo que la gente se diera cuenta de que los conocimientos actuales que tenemos sobre Roma no son fijos y absolutos. Hay más cosas que encontrar sobre la Ciudad Eterna, y puede que aún nos sorprendan. La importancia de Roma es indiscutible. Su historia no es la historia de Italia ni de su pueblo. Roma forma parte de los cimientos de Europa, al igual que Atenas. Sin ella, el mundo tal como lo conocemos hoy no existiría.

A lo largo de la Edad Media, Roma llevó a la humanidad a nuevas cotas. Se sacrificó para producir un nuevo imperio que dominara el mundo. Aunque se encontraba lejos de Roma, el Imperio bizantino era su hijo, y la historia de Constantinopla no puede separarse de la de Roma. Las luchas entre las dos ciudades que se produjeron durante la época medieval recuerdan a las que se producen entre un padre y un hijo. Era natural que Constantinopla deseara separarse. Por desgracia, esto trajo consigo fuertes divisiones entre el pueblo, ya que el Gran Cisma separó a los católicos de los cristianos ortodoxos. Esta división persiste, aunque volvamos a estar unidos por la simple compasión humana de unos con otros.

Roma estuvo a punto de caer en el olvido durante la Baja Edad Media, pero el Renacimiento la sacó del borde de la muerte. Los papas trabajaron incansablemente para restaurar la antigua gloria de la Ciudad Eterna y trajeron a Roma a varios artistas y eruditos que dieron su alma a la ciudad. Pero incluso entonces, durante su apogeo de belleza y poder, Roma no estuvo exenta de polémica. Esta riqueza trajo consigo la corrupción, una vida ociosa para el clero y la dura Inquisición para combatir a algunas de las mentes más brillantes de la época. Conceptos como el heliocentrismo y la existencia de múltiples mundos nacieron durante esta época, pero fueron rápidamente sofocados por los estrictos dogmas de la Iglesia católica. Sin embargo, Roma siguió evolucionando y progresando.

Roma, e Italia en general, no tuvieron una gran entrada en la historia contemporánea, ya que promovieron el gobierno de un dictador, Benito Mussolini. Bajo su liderazgo, Italia se unió a la Segunda Guerra Mundial como una de las potencias del Eje. Los italianos lucharon y murieron por Alemania y su ideología nazi, ideas en las que nunca creyeron. Pero el espíritu del pueblo italiano no pudo ser aplastado, y hubo una luz al final del túnel. Bajo un nuevo liderazgo, Italia consiguió cambiar de bando y convertirse en uno de los vencedores de la devastadora guerra. Por desgracia, Roma no pudo escapar de los bombardeos, que dejaron cicatrices en la Ciudad Eterna que pueden verse hoy en día. Algunas se curaron rápidamente, ya que Europa se dio cuenta de lo que se podía perder y financió la reconstrucción de la ciudad. Pero algunas cicatrices se dejaron intencionadamente para recordarnos que no debemos repetir la historia. Al fin y al cabo, es hora de crear una nueva historia, esta vez mejor y más brillante. Roma sigue siendo una de las ciudades más bonitas y culturalmente más ricas del mundo, que se alza para que nos maravillemos con su gloria y nos recuerde nuestra propia historia. Porque, al fin y al cabo, todos tenemos un poco de la antigua Roma en nosotros mismos.

Capítulo 1 - La fundación de Roma: Mito y realidad

Existen muchas historias relacionadas con la fundación de la ciudad más famosa de Europa. Es propio de la naturaleza humana tratar de explicar los acontecimientos significativos a lo largo de la historia. Es la necesidad primordial de conocer la propia ascendencia y las raíces, ya que a través de ello se desarrolla el orgullo nacional. El sentimiento de pertenencia a una comunidad es una respuesta natural con la que aseguramos nuestra supervivencia. Pero para crear una comunidad, tiene que haber algo que una a las personas. Cuando se trata de naciones, ciudades y estados, eso suele ser una ascendencia común.

Roma tiene un mito hermoso y muy inusual sobre su fundación, que se cree que es la primera historia de la ciudad. Las pruebas arqueológicas que apoyan este mito no existen, pero es bastante normal que la historia y el mito no tengan nada en común. Aun así, los romanos suelen optar por creer en la versión mitológica de su ascendencia y de la fundación de la ciudad que en lo que ofrece la historia, aunque ambos relatos sean igualmente interesantes e intrigantes.

El mito de Rómulo y Remo

Escultura de Rómulo y Remo alimentados por una loba

https://en.wikipedia.org/wiki/Founding_of_Rome#/media/File:Kapitolinische_W%C3%B6lfin_Museum_Capitolini.jpg

La mayoría de las fuentes antiguas coinciden en que Roma fue fundada por Rómulo y su hermano gemelo Remo. Eran descendientes del mitológico rey Numitor, que gobernaba en una ciudad mitológica de nombre desconocido en las colinas de Albania; algunos afirman que la ciudad en cuestión era Alba Longa. Pero esta historia comienza incluso antes de que nacieran los hermanos. Numitor fue depuesto por su hermano Amulio. El destino del rey es desconocido, pero su joven hija, Rea Silvia, sobrevivió a la prueba y fue instalada como Virgen Vestal. Como sacerdotisa de la diosa Vesta, se esperaba que Rea permaneciera casta, ya que Amulio quería que no aparecieran pretendientes al trono en el futuro. Sin embargo, Rea quedó embarazada y dio a luz a dos niños gemelos. Se desconoce quién era el supuesto padre de sus hijos, pero algunas fuentes antiguas mencionan al dios Marte. Amulio ordenó inmediatamente ahogar a los niños en el río Tíber, pero el río no se cobró sus vidas. Los gemelos llegaron a la orilla al pie del monte Palatino, una de las siete colinas sobre las que se asentaría la futura ciudad de Roma. Allí, una loba encontró a los niños y los alimentó con su leche tras ser inspirada por lo divino. Finalmente, los niños fueron encontrados por un pastor llamado Faustulus, que adoptó a los gemelos.

Los niños crecieron pastoreando ovejas y, con el tiempo, demostraron ser líderes capaces de la banda de guerreros-pastores que vivía en la región. En una ocasión, Rómulo y Remo se encontraron en su ciudad natal, sin conocer su ascendencia. Se involucraron en la disputa entre Numitor y su hermano Amulio. Por ello, Remo fue encarcelado, mientras que su hermano logró escapar. Reunió a su banda y atacó la ciudad para liberar a su hermano. Sin embargo, mientras estaba en prisión, Rómulo conoció su verdadera identidad como nieto de Numitor. Una vez liberado, tanto Rómulo como Remo ayudaron a su abuelo a reclamar el trono, matando a Amulio en el proceso. Los hermanos se negaron a permanecer en la ciudad, ya que sentían la necesidad de quedarse y liderar a su pueblo. Abandonaron la desconocida ciudad mítica de las colinas Albanas para fundar su propia ciudad.

Rómulo y Remo no pudieron decidir en cuál de las siete colinas establecer la ciudad. Rómulo quería que fuera la colina del Palatino, donde el río los había arrastrado a la orilla, mientras que Rómulo quería la colina del Aventino. Tras discutir sobre el asunto, los hermanos finalmente acordaron consultar a los adivinos. Pero Rómulo se enfadó por la pequeña disputa y asesinó a su hermano para fundar la ciudad en el monte Palatino. Rómulo dio su nombre a la ciudad de Roma. Fue el padre fundador y el primer rey de la ciudad, aunque algunos todavía recuerdan a su hermano Remo, y le honran también con el título de padre fundador.

Hay muchas versiones de esta historia, y cada una le da un significado mitológico diferente. En algunas versiones, el padre de Rómulo y Remo era Marte, el dios de la guerra. Esto explicaría la posterior política de expansión romana y la importancia de su ejército, que era uno de los más desarrollados del mundo en aquella época. Sin embargo, otros afirman que Rea Silvia fue embarazada por una chispa del hogar. Como Virgen Vestal, su obligación era atender la llama sagrada en el templo, y esta historia da una narrativa doméstica al mito. El hogar es el centro de la casa, y Vesta es la diosa del hogar y la familia. Como padres fundadores de Roma, Rómulo y Remo necesitaban estar conectados con el simbolismo de la familia, que sería una forma de unir a los romanos en una comunidad.

Otra parte del mito que se discute es la loba. Las fuentes se refieren a ella solo como lupa, que se traduce como loba. Pero en aquella época, lupa era un término que la gente utilizaba para referirse a una prostituta. Los académicos actuales creen que Rómulo y Remo fueron amamantados por una prostituta local y que la estatua de la loba tan conocida hoy en día tiene su origen en la Edad Media. Durante la época medieval, el latín solo se utilizaba en la Iglesia, y no era el mismo latín que el original. Se cree que, o bien los sacerdotes desconocían el otro significado de la palabra lupa, o bien la cambiaron intencionadamente por loba para eliminar la existencia del pecado del mito sobre la fundación de Roma. Pero la loba era un animal sagrado para los antiguos pueblos itálicos. Había incluso una tribu, los Hirpini, cuyo nombre proviene de la antigua lengua osca y significa gente de lobos. La evidencia más antigua de la loba romana representada proviene del siglo III a. C., lo que demuestra que, incluso antes de la Edad Media, Roma creía en la leyenda de Rómulo y Remo, y en su crianza por una bestia salvaje.

Para justificar el fratricidio en el mito, algunas versiones dicen que Rómulo ya había construido las murallas alrededor del monte Palatino y que Remo saltó y empezó a destruir lo que su hermano había construido. Esto enfureció a Rómulo, que mató a su hermano como castigo por la destrucción. Esta versión parece justificar la posterior actitud beligerante de Roma, una ciudad cuyas guerras y expansiones siempre se justificaron como respuesta a la agresión de otros. También representa la voluntad de su pueblo, que defendería las murallas de la ciudad, incluso si eso significara matar a sus seres queridos, como hizo el propio Rómulo. Al fin y al cabo, la historia de Roma está llena de relatos de traiciones y guerras civiles en las que sus ciudadanos se enfrentaron entre sí.

El mito de la fundación de Roma no termina con el fratricidio. La truculenta historia continúa, ya que la ciudad recién fundada necesitaba ciudadanos. Según la leyenda, Rómulo era el líder de una banda de guerreros-pastores, pero su número era reducido. Para atraer a más gente, declaró a Roma como ciudad asilo, invitando a criminales, esclavos fugitivos y exiliados a unirse. Pero no acudió ninguna mujer. Lo que ocurrió a continuación inspiró a artistas de todo el mundo. La escena está plasmada en muchas pinturas, grabados, esculturas y en obras literarias, tanto en prosa como en poesía. Rómulo organizó un festival religioso, invitando a los vecinos latinos y sabinos a venir como invitados. Una vez que los invitados masculinos se emborracharon lo suficiente, ordenó a sus hombres que capturaran a las mujeres, las violaran y las tomaran como esposas. En todas las pinturas que representan la escena del rapto, Rómulo es representado como rey de pie en un estrado y supervisando la violencia que ocurre a sus pies. En el fondo, Roma está en construcción. Este fue el primer matrimonio romano, y su origen está en la violación.

¿Cómo justifican la violencia, la violación y los secuestros el mito de la fundación de Roma? Como hemos visto, todas las partes del mito tienen un significado más profundo detrás que atraía al pueblo de Roma de una manera u otra. A primera vista, esta escena es demasiado obscena para servir a algún propósito superior. Pero no todos los estudiosos están de acuerdo. Uno de los primeros historiadores romanos, Livio, escribió que los romanos solo raptaban a las mujeres solteras, como si esto ofreciera alguna defensa. Pero también afirma que Rómulo ofreció un tratado a sus vecinos que daría a sus ciudadanos el derecho a casarse con las hijas de latinos y sabinos. Pero su tratado fue rechazado, y solo entonces, en un acto de desesperación, el pueblo de Roma recurrió a la violencia. Una vez más, sus acciones estaban justificadas, ya que el pueblo de Roma haría cualquier cosa para asegurar su supervivencia y continuidad.

Sin embargo, los académicos modernos creen que el secuestro de las mujeres representa un premio de guerra. La necesidad de un tratado alude a que había algún tipo de conflicto, y el secuestro y la violación de las mujeres de los adversarios no era algo inusual en la antigüedad. Pero otros afirman que la violencia que se presenta en esta escena no es más que la descripción del primer modelo de coqueteo. Como los humanos sucumbían a sus instintos con más frecuencia en aquella época, era algo sexual y primitivo, no consensuado, como en los tiempos modernos.

El mito continúa con lo que se cree que es la primera guerra descrita entre los rivales romanos y sabinos. El conflicto se prolongó durante años, ya que los sabinos no renunciaban a sus hijas. Al final, las mujeres salvaron la situación. Entraron en el campo de batalla, suplicando a sus nuevos maridos y a sus padres que dejaran de luchar, pues preferían morir a seguir sin sus esposos o padres. Este momento demuestra que las mujeres habían hecho las paces con su destino de convertirse en orgullosas esposas y madres de Roma. A partir de este día, Roma se unió a Sabina y se convirtió en una sola ciudad gobernada por reyes conjuntos: Rómulo y Tito Tacio. Pero después de solo tres años, el rey sabino fue asesinado en una revuelta, y Rómulo se convirtió en el único rey de Roma, reinando durante más de treinta años.

El mito de Rómulo y Remo es solo una parte de un mito mucho más amplio. La historia de Roma es más antigua que la de los hermanos gemelos, y la describe el famoso poeta romano de la antigüedad Virgilio en su poema épico, la Eneida. Este mito más amplio cuenta la historia de Eneas, un troyano que se alejó de su ciudad natal una vez que esta fue destruida por la famosa guerra de Troya. De hecho, el público ya conocía a Eneas por el mito griego de Troya y el famoso poema griego Ilíada, escrito por Homero. Eneas ya era conocido como antepasado de los romanos cuando Virgilio se encargó de reconstruir el mito. Lo hizo bajo el mando del emperador Augusto, que quería dar legitimidad a su gobierno presentándose como descendiente del famoso Eneas por sus vínculos familiares con Cayo Julio César. Aunque solo es un personaje menor en la epopeya de Homero, la historia de Eneas fue tomada por los romanos, que continuaron el mito.

Tras la caída de Troya, los dioses ordenaron a Eneas que huyera y encontrara un nuevo hogar para él y sus hombres. Se detuvo en Sicilia y Cartago, pero no eran buenos lugares para habitar. Sus viajes continuaron hasta que desembarcó en las costas de Italia occidental. Allí fue recibido por Latino, el rey del Lacio, con cuya hija, Lavinia, se casó Eneas. Juntos fundaron la ciudad de Lavinio, que lleva el nombre de su esposa. Tras su muerte, Eneas fue limpiado de la parte mortal de su alma por los dioses, y se convirtió en una deidad conocida como Júpiter Indiges. Su hijo, Iulus, fundó Alba Longa, y fue el antepasado de Rómulo y Remo. Este mito conecta a los romanos con los troyanos, dándoles un relato histórico sobre el que se pudo construir