Feliz la que te amamanta: Carla Ortiz Petersen

Por Carla Ortiz Petersen

Material de ayuda no sólo para las madres sino también para la vida matrimonial, familiar y social. Se abordan temas como la espiritualidad del amamantamiento, sus beneficios, la producción y mantención de la leche, formas de amamantar, necesidades de la madre y la participación del grupo familiar; todo ello con prácticas ilustraciones y relatos de experiencias reales.

Editorial Patris nació en 1982, hace 25 años. A lo largo de este tiempo ha publicado más de dos centenares de libros. Su línea editorial contempla todo lo relacionado con el desarrollo integral de la persona y la plasmación de una cultura marcada por la dignidad del hombre y los valores del Evangelio.

Gran parte de sus publicaciones proceden del P. José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt o de autores inspirados en su pensamiento. Por cierto, también cuenta con publicaciones de otros autores que han encontrado acogida en esta Editorial.

De esta forma Editorial Patris no sólo ha querido poner a disposición de los miembros de la Obra de Schoenstatt un valioso aporte, sino que, al mismo tiempo, ha querido entregar a la Iglesia y a todos aquellos que buscan la verdad, una orientación válida en medio del cambio de época que vive la sociedad actual.

• Idioma: Español
• Editorial: Nueva Patris
• Fecha de lanzamiento: 11 dic 2015
• ISBN: 9789562462761

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bien.

Espiritualidad del amamantamiento

Las ventajas espirituales que desencadena el amamantamiento determinan que éste sea una experiencia de vida irremplazable para el recién nacido, para la madre, para el matrimonio y la sociedad. La disposición de la madre al amamantamiento y el contacto con el recién nacido, despiertan en ella el acogimiento, la compasión, la ternura y la misericordia. Estas actitudes, en mayor o menor grado, se hacen extensivas al padre y al ambiente que los rodea.

Tan real es el crecimiento espiritual que produce el amamantamiento que la Biblia relata en un salmo la descripción que Dios hace de sí mismo comparándose con las madres que amamantan a su hijo.²

¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.

Como quien a su madre le consuela, asíyo os consolaré. ³

También compara la actitud de filialidad⁴ como la de un niño alimentado al pecho.

Tranquilo y silencioso he mantenido mi alma como un niño en los brazos de su madre; como un niño que acaba de mamar así está mi alma en mí.⁵

El salmista describe que con la lactancia se logra la paz, la tranquilidad y la seguridad personal.

El amamantamiento es la vivencia que da la oportunidad de entregar y recibir amor de grandeza de alma. El amamantamiento muestra y es ejemplo del amor hermoso de los esposos gestando vida, de la fuerza del vínculo a la vida, de la fuerza del apego y del desapego oportuno, la necesidad de la contemplación para la aceptación, de la versatilidad para la adaptación a los cambios, de la humildad para reconocer las limitaciones personales e históricas, de la fortaleza para respetar el orden y la disciplina de la vida, la fe y la confianza para superar las dificultades, la necesidad de libertad y respeto del desarrollo y tiempos de la vida, de la solidaridad y ayuda oportunas ante las exigencias, la sabiduría de dar prioridad a la opción por la vida y de sus valores.

Se construye una familia vinculada con la fidelidad que es la capacidad de optar por el otro, con opciones de amor, en forma permanente, que engrandecen el corazón. Fidelidad centrada en la persona que lo ama por sí mismo, centrada en sus necesidades, impregnadas de amor. Amor que brota de la esencia misma de la maternidad, que obliga a conmoverse con distintos actos de espera, de tolerancia, de entrega, a veces de sacrificio y prontitud para acoger. Fidelidad que desarrolla un tacto singular del corazón materno, una sensibilidad particular que despierta la generosidad. Fidelidad que produce la felicidad de haber amado y de haber buscado el bien del otro en forma permanente.

² Juan Pablo II carta apostólica Mulieris Dignitatem N º 8

³ Isaías, 49 14-15

⁴ Filialidad, capacidad espiritual de tener actitud de hijo. Niño con sus padres. Del ser humano con Dios Padre.

⁵ Salmo 131

Ambiente desfavorable al amamantamiento

Hay madres que decidieron no alimentar a sus hijos personalmente. Así sucedió en Chile, a principios del año 1900, cuando algunas madres de clase acomodada no querían o no podían amamantar. Entonces, contrataban una nodriza para cada hijo. Ésta era una persona de pocos recursos económicos, que dejaba su propio hijo para trabajar en una familia alimentando al pecho al recién nacido a quien cuidaba hasta la etapa adulta.⁶

Alrededor de 1950, se producen en Chile dos cambios importantes respecto a la costumbre de amamantar. Por una parte, hizo irrupción la leche de vaca procesada y se incorporó la mamadera que reemplazó a la nodriza. Lo moderno para la crianza de un niño resultó ser la leche en polvo. El amamantamiento, que ya estaba alejado del concepto de elegancia, se asoció a la lavandera o a la señora que daba pecho en la micro. También el gobierno ayudó a los sectores más pobres, regalándoles esta leche para que las madres que amamantaban se alimentaran bien. Pero ellas, que también quisieron ser modernas, cambiaron el amamantamiento de sus hijos por la mamadera.

Por otra parte, los partos, que siempre habían sido en la casa de la familia, se trasladaron a la institución hospitalaria. Cuando se organizaron las maternidades, uno de los objetivos de los equipos médicos era que los niños no se murieran, ni se infectaran, ni quedaran con daños. Para ello, se dejó a todos los recién nacidos en un servicio aparte de sus madres, con el fin de observar los posibles riesgos de enfriamientos, entre otros males. Se prefirió la mamadera y no el amamantamiento. Se dejó al niño sin alimentación durante las primeras 12 horas y se lo alimentó artificialmente cada 4 horas.

Estos factores culturales llevaron al desconocimiento de las ventajas de la costumbre de amamantar por parte de las familias acomodadas y de las de escasos recursos y, lo que es más grave, de los mismos equipos médicos. En la década del 70 del siglo veinte, sólo el 5% de las madres amamantaba a su hijo durante seis meses. Se comienza el estudio y el rescate⁷ de la lactancia como costumbre familiar y hospitalaria.

Actualmente, entre las razones para no amamantar están el que las mujeres están educadas para lo laboral y no para la maternidad; la falta de apoyo de familiares, amigos y equipos médicos para educar y descubrir el problema específico que tiene cada madre para el amamantamiento; el miedo de las madres a perder su libertad o sentir la lactancia como una actividad invalidante para desarrollar actividades personales, laborales y sociales. Un ejemplo: la madre de un niño de cinco meses que conversa con unos amigos en el living de su casa un tema de interés; aunque ella podría estar alimentando al niño en medio de la tertulia, se siente socialmente obligada a alimentar a su hijo en su pieza; muchas veces, no tolera este aislamiento. Otro ejemplo: una madre que tiene un hijo recién nacido y otro en un sistema escolar que es muy demandante, puede sentirse obligada a dar prioridad al niño escolar en lugar de amamantar al recién nacido.

A pesar de que existen profesionales estudiosos que fomentan el amamantamiento, todavía queda mucho por hacer y descubrir.

⁶ Las casas elegantes estaban divididas en tres sectores: en el primero, el dormitorio del matrimonio y los recibos. En el segundo, los dormitorios de los niños con sus nodrizas o mamas. Y en el tercero, la servidumbre que atendía a padres, niños y nodrizas (o mamas).

⁷ En 1986 el 2% de los niños era amamantado durante 6 meses, a pesar de la campaña gubernamental Minsal. En 1985, se crea el Comité Lactancia Materna en la Sociedad Chilena de Pediatría. En 1991, las organizaciones internacionales, OMS y Unicef, motivan la campaña Hospital amigo del niño y de la madre implementando diez medidas de fomento del amamantamiento. En 1996, en el Servicio de Salud Metropolitano de Santiago de Chile, el 45% de los niños de 6 meses eran alimentados al pecho.

Apego y nacimiento

Apego es la capacidad de los seres humanos para formar vínculos afectivos, de comunicación y expresión, con otras personas, demostrando emociones positivas, de alegría y satisfacción, como respuestas al vínculo, o negativas, de molestia, cuando éste desaparece. Es el lazo afectivo que se establece entre el niño y su madre, lazo que los une.

El niño con apego explora confiado su medio y regula mejor sus impulsos y emociones. Confía en la disponibilidad del otro. Este apego afectivo perdura en el tiempo y se expresa en la tendencia a generar confianza y seguridad en los vinculados. Es la base de la inteligencia emocional y de la inteligencia espiritual.⁸

Se podría pensar que esta experiencia de apego impide la autonomía de la madre o del futuro adulto. Autonomía y dependencia se relacionan con el apego. Sin embargo, a mayor apego,