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King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres: Herbert King
King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres: Herbert King
King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres: Herbert King
Libro electrónico606 páginas8 horas

King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres: Herbert King

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El Padre King ha realizado en esta obra un excelente trabajo de recopilación temática de textos del P. Kentenich. Quien quiera conocer de primera fuente el pensamiento del fundador de Schoenstatt, cuenta en este libro con una rica cantera. Este tomo recoge textos sobre la libertad, la afectividad, el sentido de la vida, el alma femenina y masculina.

Editorial Patris nació en 1982, hace 25 años. A lo largo de este tiempo ha publicado más de dos centenares de libros. Su línea editorial contempla todo lo relacionado con el desarrollo integral de la persona y la plasmación de una cultura marcada por la dignidad del hombre y los valores del Evangelio.

Gran parte de sus publicaciones proceden del P. José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt o de autores inspirados en su pensamiento. Por cierto, también cuenta con publicaciones de otros autores que han encontrado acogida en esta Editorial.

De esta forma Editorial Patris no sólo ha querido poner a disposición de los miembros de la Obra de Schoenstatt un valioso aporte, sino que, al mismo tiempo, ha querido entregar a la Iglesia y a todos aquellos que buscan la verdad, una orientación válida en medio del cambio de época que vive la sociedad actual.
IdiomaEspañol
EditorialNueva Patris
Fecha de lanzamiento31 ago 2011
King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres: Herbert King

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    King Nº 1 En libertad, ser plenamente hombres - Herbert King

    En Libertad,

    Ser Plenamente Hombres

    Herbert King (ed.)

    José Kentenich

    Una presentación

    de su pensamiento

    en textos

    Tomo 1

    En libertad,

    ser plenamente hombres

    Primer eje temático:

    La intuición fundamental

    del pensamiento de José Kentenich

    Segundo eje temático:

    En libertad, ser plenamente hombres

    P. Herbert King

    José Kentenich:

    Una presentación de su pensamiento en textos

    Tomo I

    En Libertad, ser plenamente hombres

    © 1998 by Patris Verlag GmbH,

    Vallendar-Schönstatt

    Título original:

    Joseph Kentenich - ein Durchblick in Texten

    Traducción:

    Roberto Bernet – P. Herbert King

    Editor Responsable:

    P. Herbert King

    © Editorial Nueva Patris S.A.

    José Manuel Infante 132

    Teléfono: 235 1343 - Fax: 235 8674

    Providencia, Santiago - Chile

    E-mail: gerencia@patris.cl

    www.patris.cl

    Nº Inscripción: 130.264

    ISBN: 978-956-246-585-4

    Prefacio

    Presento aquí el primero de una serie de volúmenes que contendrán textos escogidos del P. José Kentenich.

    José Kentenich no es un desconocido. Muchas de sus obras ya han sido publicadas (véanse las referencias bibliográficas). A ello se agregan numerosas publicaciones acerca de su persona, vida, obra y pensar editadas en distintos idiomas.

    Llama aquí la atención el hecho de que, hasta el momento, la mayor parte de sus publicaciones ha sido realizada por editoriales pertenecientes a la Obra de Schoenstatt. Esto mismo indica algo acerca de la recepción que ha tenido hasta el momento el P. Kentenich. Apenas ha trascendido las fronteras del Movimiento de Schoenstatt. De algún modo (y al igual que su fundación), J. Kentenich está como rodeado por una muralla. Aunque son amplios los círculos que tienen conocimiento de él, son, sin embargo, peculiarmente reducidas las inquietudes que se asocian a su persona: la piedad mariana, el Santuario de Schoenstatt con su típica imagen schoenstattiana, la fidelidad al Papa y a la Iglesia, la auto-educación, las acciones en torno a su beatificación y canonización. Y a pesar de que el P. Kentenich se sabía un adelantado respecto de su tiempo, tanto él cuanto sobre todo su obra son considerados más bien como conservadores.

    Lo que aquí afirmo acerca de la opinión pública eclesial y social vale también para amplios sectores de su propia fundación. Si bien se tiene en ella la convicción de que el P. Kentenich tiene o tendría cosas muy esenciales para decir acerca de muchos temas, el Movimiento de Schoenstatt tiene, sin embargo, no pocas dificultades al abordar esos mismos temas.

    Es así como J. Kentenich es, al mismo tiempo, alguien conocido y desconocido e ignorado. Espero que los volúmenes de esta colección de textos contribuyan a superar esta circunstancia. Muchos se sorprenderán de cuántas cosas pueden encontrarse en los textos de J. Kentenich. Al menos, yo mismo me sorprendo de ello una y otra vez.

    Este primer tomo tiene dos partes principales que he denominado ejes temáticos. El PRIMER EJE TEMÁTICO contiene reflexiones y textos acerca de la finalidad inherente a la Obra del P. Kentenich: el hombre nuevo en la comunidad nueva con impronta apostólica universal. Es preciso considerar aquí que se toman dos puntos de partida distintos: Dios y el hombre. En el pensar de J. Kentenich, todo es, al mismo tiempo, divino y humano-mundano. Los textos y reflexiones del PRIMER EJE TEMÁTICO encabezan todas las distintas partes de la obra del P. Kentenich. Por esa razón, la inquietud común a todos los tomos de esta colección de textos es el hombre nuevo en la comunidad nueva. Al ir avanzando de uno a otro de los EJES TEMÁTICOS, esta formulación, que opera como plan interior e intuición fundamental, irá adquiriendo un contenido cada vez más pleno, y la impronta universal del planteo del hombre nuevo en la comunidad nueva se hará más y más notoria.

    En libertad, ser plenamente hombres es el título del SEGUNDO EJE TEMÁTICO de este volumen. El mismo contiene textos acerca de la antropología del P. Kentenich, con su típica acentuación de la libertad, la psicología, el desarrollo de un humanismo pleno y la íntima compenetración entre lo humano y lo divino. Este eje temático corresponde al planteo del hombre nuevo.

    Asimismo, espero poder presentar pronto un segundo tomo, con el tercer eje temático: el amor comprendido y vivido íntegramente. El CUARTO EJE TEMÁTICO (tercer tomo) trata el tema de la nueva comunidad y la doctrina del organismo. Así, los tres primeros tomos tienen por contenido, esencialmente, el paradigma fundamental del hombre nuevo en la comunidad nueva.

    Otros EJES TEMÁTICOS seguirán a estos con diferente rapidez y extensión (véase la lista de los EJES TEMÁTICOS). Los mismos aportan la aplicación y ampliación universal del paradigma fundamental del hombre nuevo en la comunidad nueva.

    Antes que nada, cabe formular algunas indicaciones formales que tienen validez para todos los tomos de esta colección de textos de J. Kentenich. En lo esencial, he dado preferencia a los textos redactados por el mismo J. Kentenich. Sin embargo, he seleccionado también textos del acervo de su palabra hablada (apuntes, anotaciones estenográficas, grabaciones magnetofónicas). Los mismos han sido puestos por escrito con diferentes grados de calidad, siendo procesados con diferente estilo en las diferentes ediciones de las que se dispone (véase la tabla de calificación al final del presente tomo). No obstante, esto no significa que los textos no literales tengan necesariamente una calidad inferior que los literales en cuanto al contenido. Con todo, solamente los he incorporado a esta colección cuando consideré, por su contenido, y en virtud de una visión de conjunto del pensamiento del P. Kentenich, que hacían afirmaciones coherentes con su pensamiento.

    El aparato de notas es más bien escueto, y no totalmente uniforme en cuanto a su riqueza. No siempre incorporé las notas de los editores, contenidas en las publicaciones existentes de las obras del P. Kentenich. Lo dicho en el original en latín, a diferencia de la edición alemana, está traducido directamente al castellano, trascribiendo sólo en uno u otro caso su versión latina, las más de las veces en notas al pie de la página.

    Las notas contienen sobre todo aclaraciones de expresiones que tienen en el pensar del P. Kentenich un contenido especialmente trabajado y elaborado. A menudo se trata simplemente de señalar algo de manera especial, al modo en que se lo hace con un signo de exclamación (por ejemplo, cuando se trata de una utilización particular de una palabra), o bien de establecer alguna referencia cruzada. Las citas bíblicas que ya figuran en los originales las dejé en el mismo texto; las que yo mismo he verificado están en las notas. Por lo demás, los textos deben interpretarse ellos mismos recíprocamente.

    En el caso de los textos de origen oral he hecho sólo leves retoques estilísticos, sin indicarlos expresamente, sobre todo cuando se trataba de equivocaciones evidentes o de la búsqueda de una palabra adecuada. Los resaltados en cursiva son míos. En los mismos no me he atenido positiva ni negativamente a las ediciones preexistentes. Su objetivo es, por una parte, señalar algún aspecto en particular, y, por otra, contribuir en algo a la articulación del texto. Los subtítulos en negrita son también de mi autoría y sirven a una visión más clara del conjunto.

    Espero, con esta obra, poder contribuir a una comprensión más profunda y amplia del pensamiento del P. Kentenich.

    Herbert King

    Stuttgart, 31 de Mayo de 1998

    Prefacio a la edición y traducción castellanas

    Los textos del P. Kentenich han sido traducidos directamente del original alemán. También en aquellos casos en que ya existen traducciones al castellano. Por eso, en la indicación de las fuentes y del lugar exacto de las citas, se parte del original alemán, traduciendo su título al castellano sin tomar en cuenta necesariamente títulos de traducciones ya existentes. Una excepción representa Hacia el Padre. Por eso es citado de acuerdo a las estrofas de la edición castellana.

    Traductores han sido Roberto Bernet y Herbert King.

    Barcelona-Stuttgart, 31 de mayo de 2002

    Primer Eje

    Temático

    La intuición

    fundamental del

    pensamiento

    de José Kentenich

    Consideraciones hermenéuticas acerca de los escritos del P. José Kentenich

    1. La obra del P. José Kentenich

    1.a. La obra escrita

    Nadie sabe a ciencia cierta cuánto ha escrito realmente el mismo P. Kentenich (elaboraciones y cartas). Son decenas de miles(!) de páginas. Más imposible aún es indicar una cifra que agregue los innumerables apuntes tomados en sus jornadas y las transcripciones de sus cintas magnetofónicas. Mucho de lo que ha dicho estaba dirigido a determinadas comunidades. Las mismas guardan la palabra del Fundador como tesoro propio, como palabra de su fundador y padre, dirigida a ellos en forma muy personal. Aquí se pone de manifiesto cómo la palabra escrita es, ante todo, una palabra dicha, una palabra referida a personas y a comunidades, un mensaje personal dirigido a alguien en concreto. Esto también tiene validez cuando él se dirigió con idénticos o semejantes pensamientos a otras comunidades o personas, también de manera totalmente personal. Se hace visible aquí el proceso originario de la palabra escrita, una nueva cultura del libro, en la que la palabra escrita tiene su sitio en una comunidad de seres humanos. Obviamente, queda claro que en una obra semejante se producen muchas reiteraciones. Tanto más importante habrá de ser una colección de textos que haga una selección.

    1.b. El carácter situado de los escritos de J. Kentenich

    Una cierta dificultad para la lectura de los textos de J. Kentenich surge del hecho de que él no es un filósofo o un teólogo sistemático, sino sobre todo un hombre de la práctica, un maestro cercano a la vida, un pedagogo y un fundador, forjador profético de hombres y comunidades. En ese sentido, él es más un Sócrates que un Platón, más un Jesús y Pablo que un Agustín, por decirlo con estas comparaciones. A primera vista, su vasta producción escrita parece decir otra cosa. Se trata en primer lugar de un pensamiento hablado. También los escritos, por más que en muchos casos hayan sido elaborados por él mismo, son en última instancia palabra pronunciada, dicha a alguien, son diálogos con alguien: por ejemplo, la Carta a José Schmitz[1], la Carta al Superior General, la Carta al P. Turowski (1952-53), y muchas otras obras semejantes.

    Contexto y ubicación pedagógicas.

    La obra de J. Kentenich está constituida, por de pronto, por los hombres que él formó. Esto significa que sus afirmaciones están relacionadas con la situación, la mentalidad y las necesidades personales, como también con las posibilidades de comprensión del individuo o la comunidad respectivas.

    Contexto y ubicación históricas.

    Otro presupuesto de la obra del P. Kentenich es la relación con la época. La presentación de su pensamiento varía según se trate de preservar algo antiguo que está en peligro o bien de dejar que se disuelva por completo. Por ejemplo, el P. Kentenich acentúa tanto la devoción mariana entre otras cosas porque la misma se estaba tornando cada vez más problemática en el país donde él desarrollaba su actividad. Por el contrario, la relación con Cristo no se veía amenazada, dado el pronunciado cristo-centrismo que se vivía, de modo que él se vio aquí menos inducido a enfatizarla. En su tiempo le era posible presuponer muchas cosas que eran como obvias que hoy en día en muchos casos ya no lo son. En coherencia con todo ello colocó sus acentos. Lo importante no era solamente la situación del tiempo en general, sino también la situación muy concreta de los hombres a los que él dirigía su mensaje y que eran destinatarios de su actividad formativa. Estos provenían, en su mayor parte, de zonas de una viva tradición religiosa. Comparado con el mundo que lo rodeaba, J. Kentenich era un pensador y un maestro de avanzada. Esto mismo lo puso a menudo también en una postura defensiva.

    El libro viviente de la fundación de J. Kentenich

    En el P. Kentenich todo se encuentra asimismo al servicio de la fundación de una obra novedosa, totalmente original y múltiple. La fundación se realiza al modo de un proceso de vida. Las ideas de las que se trata en las expresiones escritas están al servicio de esta formación en desarrollo y crecimiento. Sus acentos están colocados, pues, en coherencia con esta realidad.

    El resultado de todo esto es un organismo que tiene en claro muchas cosas y que las fija no tanto mediante ideas, sino organísmicamente, en forma de vida. Las ideas están encarnadas en modos de proceder, en instituciones, en una determinada mentalidad, en tendencias específicas y típicas presentes en el sentimiento de vida y en la conciencia de sus fundaciones. Sólo en parte puede conocerse lo que es, por ejemplo, un ideal de curso a partir de los escritos del P. Kentenich. Para saberlo se ha de consultar también la tradición de la práctica del ideal de curso. Por esa razón, el que solamente lea textos no comprenderá mucho a partir de ellos. Algo semejante hay que decir también, para mencionar otros ejemplos, de la consagración-contrato como forma de vínculo en los institutos seculares de Schoenstatt, de la renuncia a los votos, del derecho de rescisión del contrato, –todas característicos propios de los mismos–, o del Santuario de Schoenstatt, o del modo en que surge y se mantiene.

    Este carácter relacional y situado de la obra del P. Kentenich se manifiesta especialmente en el tema mariano. Lo mariano es para J. Kentenich –como difícilmente lo sea algún otro elemento– un medio aglutinante, de encarnación y de fijación para las ideas. Se pueden inferir muchas cosas a partir del modo en que opera y se desarrolla la piedad mariana, cosas estas que no se hacen visibles sin más en una exposición escrita, separada de la piedad mariana concreta. Así, pues, toda la temática del pensar, vivir y amar orgánicos o mecanicistas guarda estrecha relación con lo mariano. Su naturaleza debe inferirse una y otra vez a partir del libro viviente de la vida y de la actitud marianas. De igual modo, la manera en que J. Kentenich vivió p.ej. la fe en la Providencia durante su reclusión en el campo de concentración de Dachau dice mucho más acerca de ese tema que muchas de sus exposiciones escritas.

    A ello se agrega que, en el tiempo de la fundación, se hicieron conscientes y se acentuaron especialmente muchos aspectos que más tarde podían seguir presentes en forma más bien a-temática (funcional en el decir de J. Kentenich).

    El espíritu y el alma de J. Kentenich

    El sistema del P. Kentenich puede denominarse sistema-en-organismo. Las ideas están encarnadas en el organismo, en la formación de vida que es Schoenstatt. J. Kentenich lleva este sistema en su cabeza y en su alma, en forma discursiva e intuitiva, como síntesis de vida o síntesis reflexionada. Para ubicar y comprender adecuadamente sus textos ha de contemplarse simultáneamente su biografía interior personal. Pero esto mismo vale acerca de todo autor.

    Aquí reside también la dificultad que se presenta a todo aquel que escriba. Muchas cosas quedan sin escribirse, porque el autor las considera obvias y ni siquiera cae en la cuenta de haberlas olvidado tal vez. Pero es posible que a un lector le acontezca algo totalmente distinto.

    1.c. Vida e idea (concepto)

    Los textos que presentamos en esta colección constituyen, por tanto, la parte consciente de un todo, formulada reflexiva y conceptualmente, o sea, una abstracción de la vida. J. Kentenich mismo realizó este proceso de abstracción a lo largo de su vida. Partiendo de la vida de su fundación y de personas individuales, él penetró, una y otra vez, hasta ideas y principios últimos, como los denominaba. Esto acontece con particular nitidez, por ejemplo, en el ámbito de la pedagogía.

    Esto implica también la existencia de formulaciones fijas y originales. De ellas afirma que aciertan el contenido, que lo aciertan para siempre. Por eso tampoco deben ser modificadas. Precisamente en el caso de tales formulaciones y palabras es importante ver el proceso de vida, el organismo que expresan verbalmente.

    En este esfuerzo de formulación de la vida se destacan los últimos años de la década del cuarenta y los primeros de la década del cincuenta. Son los años en los que surgen los escritos más importantes. En ellos, J. Kentenich quiere presentar sus principios a la Iglesia. Más aún, quiere ofrecerle esos mismos principios para que se encarnen de manera nueva y cobren vida en otros organismos. En tales casos, sorprendentemente, J. Kentenich utiliza la expresión científico: Aquí hablo como científico. Con ello se entiende que en esos textos no le interesa una acentuación pedagógica o fundacional concreta sino formulaciones de validez universal.

    Un proceso de ese tipo implica también tomar conciencia, elaborar y enfocar aspectos no reflexionados aún. También la presente colección de textos tendrá, necesariamente, un efecto semejante.

    Sin embargo, esto significa también que en todos los conceptos formulados hay –por así decirlo– vida adherida, significa que se está connotando vida y que en ellos no puede tratarse de conceptos elaborados en forma precisa y respecto de todos sus aspectos. En la obra de J. Kentenich existen muchísimas definiciones descriptivas. Más aún, le importa subrayar que, allí donde el concepto separa, la vida relaciona. En nuestra cultura intelectual, la distinción conceptual se ha deformado muchas veces en separación conceptual. J. Kentenich ve que en un modo de pensar que sigue la vida (que es orgánico) queda más asegurada la interpenetración de ideas claramente distinguidas que en el pensar puramente conceptual. Su interés se centra en la compenetración de todos los aspectos. La razón de ello es la siguiente:

    El pensar actual ve muchas veces una oposición irreconciliable donde la vida reconoce una consistente unidad (…) Sólo un pensar orgánico robustamente sano puede (…) es capaz de corresponder plenamente a la vida. [2]

    En este sentido, J. Kentenich aboga ocasionalmente a favor de un mesurado ablandamiento de los conceptos. Véase EJE TEMÁTICO 4 (Doctrina del Organismo).

    A partir de tales principios corresponde después descender de nuevo a la vida y observar cómo los mismos se encarnan y se convierten en vida.

    1.d. Formulación conceptual, extraída de su organismo original, y des-situada

    Al exponer el pensamiento del P. Kentenich, separado del contexto de vida inmediato se hace tanto más necesario tener conscientemente presente el entretejido de sus ideas en un organismo (o cosmos) de ideas que formule conscientemente los nexos existentes entre las distintas ideas. Lo que se encuentra entrelazado en el plano orgánico de la vida (pero, por ello, también pre-conceptualmente) debe entretejerse explícitamente también en forma conceptual en el plano de las ideas separadas del organismo originario. Con ello surge el peligro de que muchos elementos queden fuera de consideración. Son demasiadas las cosas que deberían formularse explícitamente.

    Fácilmente el pensamiento consciente separa, no lo tiene todo en cuenta, incurre en omisiones. Se asemeja al intento de presentar matemáticamente el movimiento de las olas del mar. No alcanzan para ello ni siquiera ecuaciones con 70 o más incógnitas. Suelo comparar este proceso con el trazado de una tangente a un círculo (o hasta a una esfera). Para formar un verdadero círculo con puras tangentes se necesitarían infinitas tangentes.

    Los textos de esta colección procurarán realizar, por tanto, una presentación del pensamiento del P. Kentenich, extrayéndolo del organismo y de la situación en la que está incorporado, tratándolo como un edificio de ideas, como doctrina que tiene importancia también fuera de incorporación o encarnación orgánicas concretas en la formación de vida que es Schoenstatt, en el libro que es Schoenstatt, y que puede tener significado sin que por ello deba hacerse referencia a este libro.

    Nuestra próxima tarea consiste ahora en reunir todo, en extraer y formular los principios que hay detrás de todo lo que Dios nos ha ofrecido. Lo que, tal vez, está presente en nosotros ‘funcionalmente’, también lo que está operando en el organismo de la Familia como tal, debe ser ordenado ahora consecuente y reflexivamente, ser centrado en torno a su sentido más profundo y ser luego asegurado como patrimonio perdurable. [3]

    Con ello, se tendrán más en cuenta las líneas universales que los aspectos concretos y situados.

    Por eso, para comprender plenamente los textos de esta colección, los mismos deberían leerse, en realidad, conjuntamente con los procesos de vida que les subyacen. Pensar el contexto en que está lo conscientemente formulado de los textos, con sus raíces en lo que es obvio, en lo no formulado, lo indecible, no-verbal, o sea con lo que está presente en forma funcional, habitual, virtual e implícita, nos preservará siempre de unilateralidades a las que pueden llevar los solos textos.

    Con todo, es posible una formulación conceptual. Aun acentuando la vida y el amor, el P. Kentenich tiene al mismo tiempo una inquietud expresamente conceptual y de principios. En comparación con otros fundadores, se ha dedicado inusualmente mucho a la elaboración de conceptos y ha dado un espacio muy amplio a las ideas.

    No obstante, debe advertirse también acerca de los límites de la formulación conceptual.

    2. Características de las afirmaciones de J. Kentenich extraídas de su contexto orgánico y situado

    Al leer de este modo textos que abstraen de la vida, nos encontramos con ciertas dificultades.

    Unilateralidad

    En una situación concreta, J. Kentenich acentúa en la mayoría de los casos solamente un aspecto. Este aspecto es presentado muchas veces en modo afirmativo, es decir, se lo acentúa sin advertir que existen también otros. Espontáneamente, tales textos pueden entenderse de manera exclusiva, sobre todo cuando el lenguaje afirmativo se acentúa aún más a través de la delimitación. Así, la expresión sólo Dios significa, por una parte, la meta de la espiritualidad kentenijiana. Pero, por otra parte, con esa expresión se sintetiza también lo que el P. Kentenich combate. Quiere que, cuando se dice Dios, se vea a la vez la creación. En ese sentido, él combate el sólo Dios. Sin embargo, en la mayoría de los casos, en el texto respectivo no remite a los otros, complementarios. Las unilateralidades en el pensamiento de J. Kentenich deben comprenderse, por principio, orgánicamente. De ahí el frecuente agregado de esta palabra a la expresión unilateral. Orgánicamente significa: en este momento hay un contexto mayor no formulado de manera explícita. Significa, asimismo, que pueden darse desarrollos y ampliaciones.

    Formulaciones extremas

    La dificultad de la formulación unilateral se acentúa aún más por el hecho de que el P. Kentenich utiliza expresiones superlativas: Lo más importante es, lo esencial es. Por ejemplo: No debemos estar solamente despreocupados, sino ilimitadamente despreocupados. O bien: Yo curo a todos mediante la entrega total a Dios (la inscriptio). Todas estas afirmaciones son orgánicamente unilaterales".

    Contraposición (complexio oppositorum)

    Si se yuxtaponen textos del P. Kentenich sobre determinados temas se percibe que muchas veces hay entre ellos grandes contradicciones. Sin embargo, tales contradicciones no deberían resolverse apresuradamente a favor de uno solo de sus polos. Prefiero denominar esas afirmaciones contrapuestas como afirmaciones complementarias. Pertenecen juntas. Y siempre se puede suponer un polo correlativo contrapuesto.

    Así el P. Kentenich relaciona un pensar unipolar y centrado con un pensar marcadamente bi-polar. Podemos denominar su pensar como multi-polar y de perspectivas múltiples.

    Junto con la idea de organismo y dentro de la misma, J. Kentenich reconoce expresamente una ley de tensiones. Cuando él dice organismo, no se refiere precisamente al organismo de la naturaleza, sino al ser humano, que no vive sólo orgánicamente, sino también como ser libre, histórico y existencial. El planteo fundamental de su pensamiento no es solamente el organismo, sino al mismo tiempo la alianza, que, como planteo fundamental de su pensamiento, nos habla en forma paradigmática de dos polos que no pueden fundirse uno en el otro.

    Tendencia, sesgos típicos.

    Y no obstante, el todo, el sistema, el edificio de ideas de J. Kentenich tiene una tendencia específica, una figura (Gestalt) inconfundible, representa un tipo determinado de espiritualidad, aunque todo se encuentre contenido en él. Esto se pone claramente de manifiesto cuando comparamos este sistema con otras espiritualidades y sistemas. Entonces puede observarse que el pensamiento kentenijiano tiene una tendencia o como un declive, por ejemplo, hacia una valoración mayor de lo secular, de lo auténticamente humano, del alma y de la vida, de lo concreto, sensible y visible, hacia lo terreno (causas segundas), hacia la inmanencia de Dios más que hacia su trascendencia. Una tendencia hacia la acentuación de lo orgánico, de la continuidad y del desarrollo como crecimiento orgánico. Pero también hacia las cuestiones de principios, al igual que hacia la libertad y hacia la historia.

    Aun si en un caso determinado y concreto, la huida ante el mundo puede ser lo más indicado, tal huida se encuentra subordinada en cuanto a su lugar en el sistema con su tendencia típica, a la penetración del mundo y ordenado a ella. La huida del mundo que ha de acentuarse en una fase concreta es solo un elemento en un proceso que como tal tiende a la presencia en el mundo. O bien, en un caso concreto, puede ser necesaria una actitud radicalmente trascendente y teocéntrica, pero la misma, vista sistemáticamente, es un elemento en un sistema en el que la creación, y especialmente el hombre, contienen a Dios, por así decirlo. Del mismo modo, puede ser necesario que uno se desprenda de sus vínculos, en un momento histórico concreto. Y sin embargo, la tendencia general de la espiritualidad del P. Kentenich se orienta por una mayor vinculación. Desvinculación, por tanto, sólo ha de ser, y hasta tal vez sea necesario que sea, un momento en el proceso de la vinculación. Hacia esta última se inclina con especial nitidez la tendencia y el declive de las inquietudes propias de la espiritualidad del P. Kentenich.

    Esto quiere decir que, en un momento determinado, el acento recae sobre un determinado aspecto. Quiere decir que el todo sistemático, con su correspondiente tendencia objetiva, es visto desde un determinado ángulo. En tales textos se torna tanto más claro el hecho de que el sistema formulado en forma conceptual se apoya en un organismo de vida presupuesto o por constituir. A partir de allí, cada momento individual adquiere su carácter integral y su organicidad.

    3. Presentación u ordenamiento circular y lineal de los textos

    Como toda presentación de textos, también la de los textos de J. Kentenich debe exponer sus temas uno tras otro (presentación lineal). Esto vale tanto para cada uno de los textos en sí cuanto para los diferentes EJES TEMÁTICOS y para la presente obra de textos en su conjunto. En algunos lugares he procurado aquietar a posibles lectores y lectoras impacientes que sientan la ausencia de un determinado aspecto en su lugar correspondiente, remitiéndolos a otros EJES TEMÁTICOS de esta colección de textos. También un registro al final de la obra ayudará en esta tarea. Realmente, uno puede caer en una verdadera impaciencia cuando se tienen que decir y leer las cosas una después de otra, siendo que, en realidad, las mismas deberían presentarse en forma simultánea y entretejidas entre sí.

    Las dificultades de una presentación lineal son especialmente grandes en los textos del P. Kentenich. Porque, en su caso, todo está en conexión con todo de un modo como ocurre sólo raras veces en otros autores. Tanto más difícil resulta, en un caso tal, tener que decir las cosas una después de otra.

    Aunque en J. Kentenich también nos encontramos, por cierto, claramente, con la forma de presentación lineal, no obstante es muy típica en él la forma de presentación circular. Tal forma es congenial con su pensamiento, que todo lo entreteje y todo lo ve relacionado con todo.

    Ya los textos, tomados individualmente, presentan a menudo una estructura circular. Mucho más aún presenta tal estructura su ubicación en el conjunto.

    El ordenamiento de los textos en los diferentes tomos de esta colección de textos ha querido tomar en cuenta la presentación circular, propia del P. Kentenich. Los textos están ordenados a correspondientes EJES TEMÁTICOS. A menudo, el texto en cuestión podría ordenarse a un eje temático distinto del escogido concretamente. Precisamente para indicar esta característica es que he denominado ejes temáticos a las diferentes partes principales de esta colección. Las partes no son campos delimitados a manera de cajas, sino más bien son como elevaciones en un paisaje. A partir de ellas se centra y se estructura el paisaje. Sin embargo, este paisaje linda sin una demarcación precisa con otros paisajes, los cuales están a su vez estructurados por elevaciones. Suelo utilizar en este contexto también la analogía de los campos magnéticos.

    Quisiera comparar el decurso completo lineal-circular de esta serie de textos y contenidos con una sinfonía. En cada movimiento se evocan, una y otra vez, en forma más prolongada o más breve, los motivos de los otros movimientos como también los de la obra completa. Muchos temas se mencionan sólo brevemente, reaparecen una y otra vez, son desarrollados más tarde, siendo evocados después nuevamente en forma breve. A menudo, todo se encuentra contenido ya en el comienzo, pero sólo más tarde se hará más claro y más amplio. Aunque en una u otra oportunidad introduje referencias transversales, en última instancia no sería necesario hacerlo, porque, de todas maneras, los diferentes temas se relacionan entre sí o son colocados en relación, una y otra vez, a través de los movimientos circulares del conjunto.

    4. Estudiar al P. Kentenich

    Los volúmenes de mi selección de textos pueden brindar un importante servicio para un estudio del P. Kentenich. Pero no son suficientes. Demasiado claro está para ello el hecho de que la verdadera obra del P. Kentenich y su verdadero libro son la encarnación de su pensamiento en la fundación y los procesos y tradiciones de vida de la misma.

    Tampoco se han tenido en cuenta en igual medida todos los temas, aun cuando, en los textos escogidos, vistos orgánicamente, todo queda por lo menos mencionado. Demasiados son los temas acerca de los cuales el P. Kentenich ha dicho alguna cosa, como para que se los pueda tratar todos por igual. Se han tenido en cuenta sobre todo los temas que señalan en la dirección de su propio perfil.

    He procurado redondear en algo esta selección de textos a través de citas breves o bien de formulaciones y focalizaciones mías subrayando así la tendencia global del pensamiento de J. Kentenich.

    Bibliografía

    Se nombran aquí solamente las publicaciones que resultan importantes para el conjunto de la obra del P. Kentenich. Otras publicaciones se mencionarán en el contexto de los diferentes temas.

    Günther M. Boll, Prophetischer Menschenbildner (formador profético de hombres), en: Regnum 4 (1969) 26-34.

    H. Branzen / H. King / L. Penners / G. Pollak / H. Schlosser / J. Schmiedl / P. Wolf, Schönstatt-Lexikon. Fakten – Ideen – Leben, Vallendar-Schönstatt 1996 (Diccionario de Schoenstatt). Este Lexikon (diccionario) es una importante ayuda para la comprensión de los diferentes textos y temas de la presente obra, aunque sólo raras veces se citen expresamente artículos del mismo.

    Herbert King, Wissenschaftliche Erarbeitung der geistigen Welt Pater Kentenichs (elaboración científica del mundo intelectual del Padre Kentenich), en: Regnum 28 (1994) 72-80.

    Engelbert Monnerjahn, P. Joseph Kentenich. Ein Leben für die Kirche, Vallendar-Schönstatt 1975.

    Lothar Penners, Eine Pädagogik des Katholischen (Una pedagogía de lo católico) = Schönstatt-Studien 5, Vallendar-Schönstatt 1983.

    Lothar Penners, Kentenich, Pater Josef, en: R. Bäumer / L. Scheffczyk, Marienlexikon, tomo III, St. Ottilien 1991, 541 s.

    G. Roos / A. Ziegler, Kirche im Aufbruch ans neue Ufer. Texte aus Kursen und Tagungen von P. Joseph Kentenich. Festgabe der Schweizer Schönstatt-Familie zum 50. Geburtstag der Gründung Schönstatts (Iglesia en su partida para las playas nuevas. Textos de cursos y jornadas del P. José Kentenich. Ofrenda de la Familia de Schoenstatt en Suiza con motivo del cincuentenario de la fundación de Schoenstatt), impreso como manuscrito 1964.

    Herta Schlosser, Zentrale Begriffe Schönstatts. Kleiner lexikalischer Kommentar (Términos centrales de Schoenstatt. Pequeño commentario lexicográfico), Vallendar-Schönstatt 1977.

    H. Schlosser / U. Kowalski, Annotierte Bibliographie der Veröffentlichungen aus dem Nachlass Pater Kentenichs – 54 Titel: Bücher und Kleinschriften, en: Kentenich-Forschung an der Universität Koblenz, Beiheft 1995 de Regnum (Bibliografía anotada de publicaciones del legado del Padre Kentenich -54 títulos: libros y opúsculos, en: Investigación kentenijiana en la universidad de Koblenz-Landau, cuaderno adjunto de Regnum, 1995). Vallendar-Schönstatt 1995.

    Paul Vautier, Kurze Einleitung in die Texte P. Kentenichs (introducción suscinta a los textos del P. Kentenich), impreso como manuscrito, Münster 1983, reimpresión Horw 1991.

    Peter Wolf, Kentenich, Josef, en: Lexikon für Theologie und Kirche (Lexicon de Teología e Iglesia), Freiburg im Breisgau ³1993ss, tomo V, 1398.

    Plan de la obra completa

    A continuación se detalla el plan de la obra completa. Los números indican los diferentes EJES TEMÁTICOS, de los cuales no todos ocuparán todo un tomo. De tomo a tomo, el lector irá familiarizándose más y más con el pensamiento del P. Kentenich, de modo que los diferentes ejes temáticos pueden tener una extensión más reducida. Este primer tomo contiene los EJES TEMÁTICOS 1 y 2.

    Introducción:

    La intuición fundamental del pensamiento de José Kentenich

    1. El hombre nuevo en la comunidad nueva con impronta apostólica universal

    I. El hombre nuevo

    2. En libertad ser plenamente hombres

    II. La comunidad nueva

    3. Amor integral

    4. Doctrina del organismo

    II. Pedagogía del hombre nuevo en la comunidad nueva

    5. Pedagogía

    IV. Impronta universal de todas las realidades a partir del paradigma hombre nuevo y comunidad nueva

    6. Espiritualidad secular (santificación de la vida diaria)

    7. Sexualidad. Amor conyugal. Amor célibe

    8. El Dios de la vida y de la historia (Fe práctica en la Divina Providencia). Espiritualidad del instrumento. Fe. Entrega. Oración. Meditación

    9. El varón, paternidad humana y divina

    10. La mujer, la Santísima Virgen María

    11. Infancia espiritual. Humildad

    12. Espiritualidad de alianza. Ser miembros de Cristo. Muerte y Resurrección de Jesucristo. Espíritu Santo. Filiación divina. Espiritualidad trinitaria. Liturgia. Eucaristía. Gracia. Biblia. Historia de salvación. Creación en Cristo

    13. Familia. Instituto Secular. Sociedad. Cuestión Social. Textos sociológicos

    14. Iglesia. Concilio Vaticano Segundo. Laico. Sacerdote. Autoridad-Obediencia-Conciencia

    15. Tiempo de transición. Atender las voces del tiempo. Filosofía de la historia.

    16. Schoenstatt como fundación. Confederación apostólica universal.

    17. Manifestaciones autobiográficas del P. Kentenich

    1. La finalidad inherente:

    el hombre nuevo en la comunidad nueva, con impronta apostólica universal

    Encabezando la obra de J. Kentenich se encuentra la consigna: El hombre nuevo en la comunidad nueva con impronta apostólica universal.

    Esta consigna no opera tanto como un programa y una meta conscientes, sino más bien como un principio plasmador interior, como un motivo orientador (un leitmotiv), como una intuición fundamental, como un paradigma. Por eso se habla de imagen inherente. La imagen inherente contiene un plan interior (una Gestalt) y opera a modo de una entelequia.

    En la medida en que la imagen inherente despliega su propia fuerza de plasmación, se torna cada vez más refleja y consciente. Y en la medida en que se hace consciente, puede desplegar con mayor precisión su poder plasmador. No obstante, es algo típico de la finalidad inherente a Schoenstatt que siga siendo comprendida más bien intuitivamente y no tanto con claridad conceptual.

    A lo largo de su actuación, J. Kentenich formuló numerosas definiciones descriptivas. Las mismas serán documentadas en algo en este PRIMER EJE TEMÁTICO introductorio. Los textos que presentamos aportan una primera perspectiva central, de tipo más bien formal.

    No obstante, es preciso advertir que de estos intentos de definición no pueden deducirse cabalmente todos los diferentes aspectos del hombre nuevo y de la comunidad nueva. Toda la obra de J. Kentenich está puesta al servicio de la presentación y del desarrollo de las distintas perspectivas del hombre nuevo en la comunidad nueva. Por tal motivo, todos los volúmenes de esta colección de textos habrán de enfocar, desde ángulos siempre nuevos, el tema del hombre nuevo y de la comunidad nueva.

    J. Kentenich señala la impronta apostólica universal del hombre nuevo y de la comunidad nueva. Ocasionalmente, lo llama impronta múltiple[4]. Esta última expresión señala más inmediatamente lo que puede entenderse como impronta apostólica universal. Pues no se trata tanto de la universalidad de la acción (apostólica) sino de la universalidad de las realidades que reciben la impronta del hombre nuevo y de la comunidad nueva que son impregnadas y plasmadas por este paradigma.

    El hombre nuevo en la comunidad nueva con impronta apostólica universal. En definitiva, se trataba de crear un nuevo ordenamiento de la sociedad. [5]

    Aquí se ve, pues, la impronta universal. Así, a veces, en lugar de comunidad nueva, J. Kentenich habla de sociedad nueva o de Iglesia nueva (véase Texto 1.6).

    Si en los siguientes textos de esta introducción se resalta, a modo de un eje temático, el hombre nuevo, debe oírse siempre al mismo tiempo la comunidad nueva.

    Desde el año 1961, J. Kentenich agrega una segunda finalidad inherente a esta primera:

    Rescate de la misión histórico-salvífica de occidente.

    Estudiando la historia de occidente (del mundo occidental), J. Kentenich ve como su legado de esa historia el hecho de que a occidente le ha sido confiado el cristianismo de un modo especial, después de que este último se había enraizado primeramente en el cercano oriente. Además, ve cómo occidente actuó con muchos misioneros en amplias partes del mundo. Al mismo tiempo, occidente conquistó sobre todo política y militarmente el mundo entero y difundió su cultura.

    Pero hay otro hecho de importancia. En occidente surgió una visión de la relación entre Dios y creación que ve a esta última (y, naturalmente, dentro de ella especialmente al hombre y sus obras) en su valor propio y autónomo. Esto llevó en occidente a una amplia des-cristianización en occidente y atacó también la religión y la tradición de las culturas en todo el mundo. Con la cultura occidental no se ha difundido en igual medida el cristianismo.

    J. Kentenich ve en la concepción del valor propio de la creación no sólo una culpa, sino también una misión.

    La misión de occidente, en su impronta más original, consistió en comunicar al mundo la relación fundamental entre causa primera y causa segunda. [6]

    La distinción entre ambas no debe conducir a separarlas sino a una nueva valoración de las causas segundas, de lo mundano, de lo humano, y, a partir del siglo XX, especialmente de lo psicológico. La creación, vista en su propio valor, debe ser puesta de tal manera en relación con Dios (y con el evangelio cristiano), que no se le quite nada, y que incluso pueda desarrollarse aún más. En tal sentido, particularmente el proceso de la edad moderna, con su secularización, no constituye sólo apostasía y descomposición (Carta de Octubre de 1949) sino que entraña también una misión.

    En la misión histórico-salvífica de occidente se trata, en definitiva, de corregir, pero también de llevar a plenitud el sentido inherente de lo característico de la Edad Moderna. En cuanto tal, la misión histórico-salvífica de occidente remite bien a fondo al interior de la época post-moderna.

    Esta segunda meta no desempeña hasta ahora, como tal, ningún papel explícito en la espiritualidad de Schoenstatt. Tampoco se la ha elaborado, en realidad.

    La asunción expresa de la segunda finalidad inherente significaría que todo el contenido de la espiritualidad de Schoenstatt sea leído de una manera nueva, a saber, desde la perspectiva del valor propio y de la autonomía de la creación y del hombre (especialmente, de su alma). En este sentido queda expresada la misión de occidente, del espíritu occidental, en los textos 3.2 de esta introducción a la obra toda (Punto de partida en la naturaleza humana). En el EJE TEMÁTICO 4 (Doctrina de organismo) se hablará con más detalle al respecto.

    Con anterioridad aún, J. Kentenich había vislumbrado otra meta. Motivado por Vicente Pallotti, toma de él la visión de una colaboración organizada de todas las fuerzas apostólicas en la Iglesia (Confederación apostólica universal). Con vista a tal confederación fundó su obra de Schoenstatt con sus múltiples ramas, estudiando y elaborando en ella, como en una suerte de taller, las leyes sociológicas del trabajo en común de comunidades autónomas muy diferentes, de asociaciones, corrientes y movimientos. En el EJE TEMÁTICO 16 (Schoenstatt como fundación) se darán más detalles al respecto.

    Como sólo la primera meta está viva como acentuación preponderante en la conciencia de la Familia de Schoenstatt, los textos que aquí se recopilan sirven a la presentación de la espiritualidad y mentalidad formadas y plasmadas por esa primera meta. Sin embargo, en la medida en que, en los diferentes textos, en su ordenamiento y en sus introducciones, se acentúe claramente la secularidad, el ser del hombre y su sicología, también la segunda finalidad inherente queda reflejada y tomada en cuenta. La misma, en efecto, no se sitúa mecánicamente al lado de la primera.

    Bibliografía

    M. Gerwing / H. King, Gruppe und Gemeinschaft. Prozeß und Gestalt (Grupo y comunidad. Proceso y ser). Con contribuciones de E. Badry, H. Brantzen, E. Frömbgen, M. Gerwing y H. King (= Schönstatt-Studien 7), Vallendar-Schönstatt 1991. En particular sobre el tema de la finalidad inherente: Herbert King, Alte und neue Gemeinschaft nach Pater Joseph Kentenich (Comunidad vieja y comunidad nueva según el P. Ketenich), 27-51.

    M. E. Frömbgen, Neuer Mensch in neuer Gemeinschaft – Zur Geschichte und Systematik der pädagogischen Konzeption Schönstatts (hombre nuevo en comunidad nueva. Aspectos históricos y sistemáticos de la concepción pedagógica de Schoenstatt), Vallendar-Schönstatt 1973.

    H. Schlosser, Der neue Mensch – die neue Gesellschaftsordnung (el hombre nuevo y el ordenamiento nuevo de la sociedad), Vallendar-Schönstatt 1971.

    Artículos del Schönstatt-Lexikon:

    H. Schlosser, Neuer Mensch (hombre nuevo)

    Id., Neuer Mensch in neuer Gemeinschaft (hombre nuevo en comunidad nueva)

    H. King, Neue Gemeinschaft (Comunidad nueva)

    L. Penners, Heilsgeschichtliche Sendung des Abendlandes (misión histórico-salvífica de occidente

    P. Vautier, Weltapostolatsverband (Confederación apostólica universal)

    1.1. La inquietud de formar un hombre nuevo

    Texto tomado de: Carta de Octubre - 1948; 42-50

    Cuño original del hombre cristiano en general

    Como se habla del hombre jesuita, franciscano, benedictino, y se entiende por ello hombres que, en el marco de la imagen cristiana del hombre en general, encarnan una posible plasmación original de esa imagen, siguiendo la enseñanza y la vida de san Ignacio, de san Francisco o de san Benito, así, con la denominación hombre schoenstattiano, habrá de entenderse por lo visto un hombre que representa un estilo de vida anunciado y plasmado por Schoenstatt. Pero ¿cuál ha de ser ese estilo?

    Rendir cuenta de los ideales públicamente

    Hay una lógica evidente en esto. Ella desvela precisamente lo que pensamos. Queremos utilizar la jornada[7] para precisar con mayor claridad la respuesta y para ubicarla en el marco del oleaje de las actuales discusiones intelectuales. La opinión pública tiene derecho a que le brindemos una explicación inequívoca. Ya no somos, en efecto, una comunidad escondida en un rincón, sino que nos hemos introducido profundamente en el cuerpo social de la nación. Por eso, corresponde que no nos escondamos con nuestros ideales, sino que demos cuenta de ellos con apertura y franqueza. Al fin de cuentas, también para nosotros mismos necesitamos más formación y aprovisionamiento, para poder explicar, tranquilizar y conquistar a otros en mayor medida. (…)

    El hombre nuevo como inquietud central de la época

    No escapa al conocedor de nuestro tiempo que el hombre nuevo es una inquietud central de la humanidad actual, inquietud vista cada vez más por todas las corrientes espirituales dentro y fuera de la Iglesia. No solamente en Alemania se trata intensamente el tema en actos públicos y en círculos privados: también los obispos de Norteamérica lo han señalado en una carta pastoral emitida en común. En muchos lugares se espera principalmente del hombre nuevo la liberación del caos del tiempo. Aun en ámbitos de diferentes cosmovisiones se impone cada vez más el reconocimiento de que la tremenda brutalidad de los últimos veinte años sólo puede haber sido posible por

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