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El Vivir y Pensar Orgánicos: José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos
El Vivir y Pensar Orgánicos: José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos
El Vivir y Pensar Orgánicos: José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos
Libro electrónico540 páginas7 horas

El Vivir y Pensar Orgánicos: José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos

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Continuando lo expuesto en el Tomo 3 de la Colección José Kentenich, una presentación de su pensamiento en textos, editado por el P. Herbert King, en el presente Tomo 4 se enfoca nuevamente el tema del organismo. Este Tomo 4 junto con el Tomo 3, constituye una especie de "volumen doble". El presente Tomo contiene el verdadero núcleo de la "filosofía" kentenijiana del "pensar, amar y vivir orgánicos", tal como fuera fundamentada en los tomos 1 al 3.
El concepto "vida" reviste capital importancia en la teoría kentenijiana del organismo. Con él se alude a la vida existente en el ser humano en el plano biológico, en el plano del alma, de la mente y del mundo sobrenatural, así como también a la vida existente que el hombre ha encontrado y modificado en su entorno. Sin embargo, la totalidad de la vida se expresa focalizadamente en la vida del alma y en las formas que ésta genera. Se trata pues de una visión de la realidad entendida sobre todo también desde la psicología.
En la medida en que la vida ya no siga sus propias leyes, leyes que operan de manera natural como lo ha sido tradicionalmente, éstas tienen que ser aprehendidas y orientadas conscientemente por la razón y la voluntad. Ahora bien, esto presupone un modo de pensar capaz de estar a la altura de la vida, también desde lo intelectual. Aquí se ubica pues el término kentenijiano clave de "pensar orgánico" y la consiguiente tarea de unir idea y vida.
El pensar orgánico que une idea y vida, propuesto por el P. Kentenich, cobra particular relevancia en el ámbito religioso. Porque, justamente en este ámbito, se precisa una forma de pensar capaz de comprender la vida (religiosa). Y es necesario además desenmascarar y combatir un pensar que no sea capaz de ello. En tal sentido, para el P. Kentenich, la vida mariana constituyó siempre un importante campo de observación. A menudo esta temática aparece en él ligada al término "psicología de las causas segundas".
IdiomaEspañol
EditorialNueva Patris
Fecha de lanzamiento1 jun 2019
ISBN9789562469142
El Vivir y Pensar Orgánicos: José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos

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    El Vivir y Pensar Orgánicos - Herbert King

    El vivir y pensar orgánicos

    P. Herbert King

    José Kentenich:

    Una presentación de su pensamiento en textos

    Tomo 4

    El vivir y pensar orgánicos

    © 1998 by Patris Verlag GmbH,

    Vallendar-Schönstatt

    Título original:

    Joseph Kentenich - ein Durchblick in Texten

    Traducción: Sergio Acosta

    Editor Responsable:

    P. Herbert King

    © Editorial Nueva Patris S.A.

    Vicente Valdés 644

    Teléfono: 223282777

    La Florida, Santiago - Chile

    E-mail: gerencia@patris.cl

    www.patris.cl

    ISBN Edición impresa: 978-956-246-908-1

    ISBN Edición digital: 978-956-246-914-2

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    Contenido

    (La numeración de este tomo sigue la del tomo III, por eso comienza con 4)

    Prefacio al tomo cuarto

    INTRODUCCIÓN AL TEMA DEL PENSAR Y VIVIR ORGÁNICOS

    1. Organismo y vida desde el punto de vista kentenijiano

    2. Reflexión desde la historia de las ideas: Historia del pensamiento y vida humanos desde el punto de vista de la organicidad

    a. Pensamiento y vida arcaico-míticos

    b. Pensamiento y vida tradicionales

    c. Pensamiento y vida de la Modernidad

    d. Pensamiento y vida posmodernos y postradicionales

    3. Textos Introductorios

    4. Bibliografía

    4. VIDA

    (a. El concepto vida en el P. Kentenich)

    4.1 Visión biológica de la vida

    4.2 Vida en sentido existencial

    4.3 Visión pedagógico-psicológica de la vida

    4.4 La fuerza creadora de la vida

    4.5 Vida y organismos de vida en contraposición a idea y sistema

    4.6 Vida y organismos de vida como conceptos clave para una crítica de la cultura

    4.7 La verdad está contenida en la estructura de vida del cristianismo (expuesto con recurso a las verdades de la mariología)

    4.8 Revelación como proceso de vida

    (b. Crecimiento de la vida)

    4.9 Sana Evolución

    4.10 Leyes de crecimiento de la vida

    4.11 Presentación de las leyes de crecimiento ilustradas en un proceso de vida concreto

    (c. Formular la vida)

    4.12 Formulaciones acuñadas a partir de la observación de la vida

    4.13 Lenguaje y nuevo sentimiento de vida

    4.14 Observar la vida de la devoción mariana y formular

    4.15 Estatutos inspirados en vida acrisolada

    4.16 Formulación escrita y oral

    4.17 Toda declaración es, simultáneamente, en parte verdadera y en parte falsa

    4.18 Dificultades para formular adecuadamente la vida

    5. IDEA Y VIDA/VIDA E IDEA

    (a. Pensamiento ideísta-mecanicista/pensamiento de la Modernidad)

    5.1 Maneras de pensar opuestas en la Iglesia

    5.2 Lucha entre dos maneras de pensar

    5.3 Testimonio autobiográfico del P. Kentenich

    5.4 Pensamiento idealista (ideísta)

    5.5 El pensamiento ideísta-mecanicista en el contexto de la crisis mundial

    (b. El pensamiento ideísta redunda en una visión mecanicista de la vida)

    5.6 Separación de idea y vida

    5.7 Un pensamiento unilateralmente ideísta no valora debidamente la vida la vida

    5.8 El pensamiento orgánico

    5.9 La mentalidad mecanicista hace estéril la idea de Dios y fomenta el recurso a la psicoterapia

    5.10 El pensamiento ideísta-mecanicista hace estéril la educación

    5.11 La manera de pensar que subyace en las diferentes corrientes filosóficas y su superación

    5.12 Un pensamiento descontextualizado

    (c. Modernidad y Posmodernidad)

    5.13 Relevo de una era intelectualista por otra vitalista

    5.14 Unión de idea y vida como tarea de la época

    5.15 Desde 1912, creciendo y arraigados en ambas orillas

    (d. Unión entre idea y vida.

    Primera vía: De la idea a la vida)

    5.16 Visión dogmático-lógica y/o dogmático-psicológica

    5.17 Pensamiento objetivo-lógico y objetivo-intuitivo

    5.18 Dogmática, filosofía y psicología aplicadas

    5.19 Organismo de ideas objetivo y organismo subjetivo

    5.20 Contexto orgánico entre lo que se conoce por las ideas y lo que se conoce por la vida misma (ejemplo de la humildad)

    5.21 Saber y sabiduría

    (e. Unión de idea y vida.

    Segundo camino: De la vida a la idea.

    Estructura específica del pensamiento sustentado en la vida)

    5.22 La vida prepara, acompaña y perfecciona el conocimiento

    5.23 Principio y aplicación

    5.24 Dinamismo propio de la vida que no se deja perturbar por las ideas

    5.25 Pensamiento natural, vital

    5.26 Características del pensamiento natural auténtico

    5.27 Pensamiento simbólico, orgánico, integral y centrado

    5.28 Pensamiento simbólico

    5.29 Pensamiento circular (femenino) y pensamiento piramidal (masculino)

    5.30 Universalidad centrada orgánicamente

    5.31 La vida une - El pensamiento (de hoy) separa

    (f. Formas generadas por el pensamiento vital-orgánico)

    5.32 Filosofía vital precientífica

    5.33 Pensamiento vital-orgánico, tal como ha cobrado forma en el pensamiento mítico

    Copia propia de cinta magnetofónica

    6. VINCULACIÓN DE CAUSAPRIMERA Y CAUSA SEGUNDA

    (a. Estructura global divino-humana)

    6.1 Programa de vinculación entre Dios y el hombre

    6.2 Organismo integral de vinculaciones humano-divino

    6.3 Subsanar el abismo entre Dios y el hombre

    6.4 Ley de ordenamiento y perfeccionamiento del mundo

    6.5 Semejanza (analogía) entre creación y Dios

    6.6 Totalidad orgánica

    6.7 Entrelazamiento de profano y sagrado

    6.8 Relación del hombre con su prójimo y con Dios: Estar, desde el alma, uno en el otro, con el otro y para el otro

    6.9 Pensamiento circular

    6.10 Un pensamiento que valora debidamente la vida (religiosa)

    (b. Separación entre causa primera y causa segunda como consecuencia de la separación entre idea (religiosa) y vida (religiosa)

    6.11 Proceso básico del pensamiento mecanicista: separación entre idea y vida

    6.12 Ejemplos de la separación entre causa primera y causa segunda

    6.13 Separación entre causa primera y causa segunda en cuanto herencia de la modernidad

    6.14 Pensamiento mecanicista en la Iglesia del ámbito germánico

    (c. Significado de los procesos de vida marianos para el tema de la vinculación entre causa primera y causa segunda)

    6.15 La Sma. Virgen en la estructura orgánica de la vida religiosa

    6.16 La Sma. Virgen como representación de la ley divina de gobierno del mundo, de ordenamiento del mundo, de perfeccionamiento del mundo y de adaptación al mundo

    6.17 Ver a la Sma. Virgen en la totalidad del organismo

    6.18 La Sma. Virgen une causa primera y causa segunda, naturaleza y gracia

    6.19 Nueva visión de la misión de la Sma. Virgen desde el punto de vista psicológico

    6.20 Reflexionar sobre la devoción mariana espontánea y natural

    6.21 Funciones de la organicidad hacia el interior y exterior de la temática mariana

    (d. Significado de autoridad y paternidad para el objetivo de la conexión entre causa primera y causa segunda)

    6.22 Cinco tesis sobre la importancia fundamental de la autoridad y la paternidad

    6.23 Ejemplo de santa Teresita del Niño Jesús

    6.24 Imbricación de paternidad divina y paternidad humana

    (e. Renovación religiosa desde abajo)

    6.25 Renovación de la relación con Dios a partir de la creación

    6.26 Una misión peculiarmente carismática en relación con la creación

    6.27 Lo que la naturaleza es y significa para la gracia

    6.28 Preambula fidei irrationabilia (preámbulos irracionales de la fe)

    6.29 La ley de adaptación al mundo (1) - Punto de vista antropológico

    6.30 La ley de adaptación al mundo (2) - Enfoque teológico

    (f. Ley de transferencia y traspaso orgánicos)

    6.31 Raíz metafísica y psicológica de la transferencia y traspaso orgánicos

    6.32 Transferencia y desprendimiento orgánicos

    6.33 Ley de transferencia y traspaso orgánicos

    6.34 Proyección sobre Dios de imágenes de padre negativas

    6.35 Diversos autores

    6.36 Función de estimulación, desengaño y traspaso (función de sorpresa y satisfacción)

    6.37 Referencia a través del ser y de la palabra. Decepciones, renuncia y traspaso

    6.38 Desprendimiento

    6.39 El hombre recibe, transfigurado, lo que ha regalado y lo que se le ha quitado

    6.40 Plenitud eterna

    (g. Malentendidos y acusaciones)

    6.41 Malentendidos

    6.42 Acusaciones de presunto recurso al psicoanálisis freudiano

    (h. Originalidad y misión de Occidente)

    6.43 Cumplimiento (misión) de la originalidad de la espiritualidad de Occidente

    6.44 La persona humana como la verdadera causa segunda

    6.45 Santo Tomás de la creación

    6.46 Originalidad y misión de Oriente

    6.47 Encuentro con las religiones de Asia

    Prefacio al tomo cuarto

    En el tomo IV de la colección José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos se vuelve a enfocar el tema organismo. Y ello a modo de continuación de lo expuesto en el tomo III. Vale decir entonces que los tomos III y IV configuran una especie de tomo doble.

    El presente tomo IV contiene el verdadero núcleo de la filosofía del pensar, vivir y amar orgánicos, tal como dicha filosofía fuera fundamentada ya en los tomos I - III.

    De capital importancia para la teoría de la organicidad sustentada por el P. Kentenich es el concepto vida. Con éste se alude a la vida del cuerpo, del alma, de la mente, y a la vida sobrenatural del ser humano, como también a la vida del mundo modelado por la mano del hombre o bien del mundo que el hombre percibe ante sí. Pero la totalidad de la vida se expresa puntualmente en la vida del alma humana y en todo aquello a lo que ésta da forma. Se trata pues de una visión de la realidad entendida sobre todo desde lo psicológico.

    La vida debe atenerse a sus propias leyes, leyes de indiscutida vigencia sustentada en el pasado y refrendada por la tradición. Cuando la vida ya no las observe, será hora de volver a comprenderlas y orientarlas por vía expresa de la razón y la voluntad. Para ello será necesario un pensamiento capaz de justipreciar la vida también desde lo racional. Y aquí cobra importancia un término fundamental del P. Kentenich: pensar orgánico y la consecuente tarea de unir idea y vida.

    El pensamiento orgánico capaz de unir idea y vida adquiere singular importancia en el campo religioso. Precisamente porque en dicho campo se requiere un pensamiento que sepa valorar en su justa medida la vida (religiosa). Y asimismo se requiere denunciar y combatir toda manera de pensar hostil a esa vida.

    En este punto la vida mariana constituía para el P. Kentenich, de manera especial, un importante campo de observación.

    Con frecuencia este conjunto de temas aparece tratado en el P. Kentenich bajo el denominador común de Psicología de las causas segundas.

    Herbert King

    Stuttgart, 31 de Mayo de 2003

    INTRODUCCIÓN AL TEMA DEL PENSAR Y VIVIR ORGÁNICOS

    1. Organismo y vida desde el punto de vista kentenijiano

    En ambos tomos aludidos se trata sobre la teoría de la organicidad de las concreciones y procesos de vida. En este sentido entran en consideración dos términos capitales del vocabulario del P. Kentenich: organismo y vida.

    Organismo y vida como metáforas. En primer lugar organismo es un término procedente del campo físico del ser humano, del campo de la biología (plantas, animales). Por lo tanto con el vocablo organismo se hace referencia a la vida misma. Por su parte, vida es igualmente una palabra tomada del área de lo corporal, de la biología; y en el pensamiento del P. Kentenich desempeña un papel muy importante en contexto con organismo. Se trata pues del organismo de las concreciones de vida.

    Cuando se emplean las palabras organismo y vida para designar realidades del alma, se las utiliza como metáforas. Porque ayudan a no contemplar el alma con actitud objetivista como cosa, como res, sino a percibirla en todas sus expresiones, concreciones y procesos de vida. Así pues en el pensamiento y obra del P. Kentenich revisten particular significación lo creado por el alma, las objetivaciones de la vida del alma, las formas de vida u organismos que ella genera. Los paralelismos con el organismo biológico son notables; y lo son asimismo las diferencias. Porque la vida del alma no está determinada como lo está la vida biológica; precisamente porque participa de la libertad del espíritu.

    También el espíritu del hombre puede ser observado en sus concreciones de vida. Y puede obtenerse un panorama de la interrelación de tales concreciones. Concreciones de vida del espíritu son su búsqueda de verdad y la aspiración al bien de parte de la voluntad. Su vida se expresa en ideas de validez universal y en normas éticas reconocidas y formuladas por él. Éstas, en cuanto a su interacción y correspondencia, pueden igualmente compararse con un organismo. Sólo que la desemejanza respecto del organismo de vida biológico es mayor que en el caso del organismo de los procesos de vida del alma. En tales contextos hablamos por eso mejor de sistemas de ideas o cosmos de ideas. Organismo es entonces el sistema articulado lógicamente. Cuando hablamos también en ese caso de organismo, somos conscientes de hacerlo en un sentido muy amplio.

    Y en un sentido aún más amplio hablamos de organismo sobrenatural de la vida divina en Dios y en el hombre. En la medida en que lo sobrenatural es enfocado como realidad religiosa perceptible por los sentidos, se nos presenta como proceso de vida psíquico y espiritual. Y vale lo que se ha dicho en relación con los procesos de vida del alma. En la teoría de la organicidad no se trata formalmente de teología, por eso en este tomo no nos detendremos de manera particular en las realidades específicamente sobrenaturales. Éstas aparecen como procesos de vida (religiosos) del alma y del espíritu.

    Finalmente podemos enfocar la interrelación de los cuatro planos mencionados; y hacerlo nuevamente desde el punto de vista del organismo. Se trata entonces de la totalidad de ese organismo conformado por el plano biológico, por el plano del alma y el del espíritu en cuanto mente, y su interacción. Estos planos son vistos tanto en su interacción como también, simultáneamente, en su valor intrínseco y autonomía.

    La interrelación entre vida del alma y vida de la mente (vida e idea) y entre vida natural y sobrenatural (causa primera y causa segunda/naturaleza y gracia) suscitan el particular interés del P. Kentenich. Pero también la vida corporal en su relación con la vida del alma y de la mente, a modo de vida corporal - o bien de materialidad -, dotada de alma y mente, vinculada a lugares y con un pensamiento simbólico fuertemente desarrollado.

    Una visión que pone su acento en el alma. Los procesos de vida del alma y el organismo de esos procesos están muy en el centro de la visión kentenijiana. De este modo el P. Kentenich se adentra en un territorio nuevo de cara a la tradición que ordenaba los procesos de vida de la mente en diversos sistemas pero sin tematizar expresamente los procesos de vida del alma, a los que se vivía, en cambio, como obvios. Así pues en gran medida no se los hacía objeto de reflexión. En su mayor parte constituían algo no verbal, algo funcional, como lo llama el P. Kentenich, o bien quedaba como algo inconsciente. O por último se expresaba en imágenes y variados símbolos y acciones simbólicas. Sobre este punto se ha hecho una detallada exposición en el tomo III, punto 3.

    En una visión de tal naturaleza, la dimensión del alma en cuanto psique era vista como portadora de ideas. E igualmente las ideas se expresaban en procesos de vida psíquicos. Las ideas son abstracciones, vale decir, generalización de lo que el alma ha reconocido a su manera. Como abstracciones poseen un valor intrínseco relativo. Lo que el alma ha reconocido y de lo cual el intelecto abstrae, no es examinado en su estructura específica.

    Al hablar de alma se lo hace con cierto matiz: en ese término está siempre presente algo intelectual y también algo corporal. La autonomía y valor intrínseco de los procesos del alma son por lo tanto relativos, vale decir, referido a y, por ende, están relativizados (restringidos).

    Cinco contextos orgánicos. El P. Kentenich investiga el organismo de las expresiones de vida en cinco áreas.

    Organismo de las expresiones de vida del cuerpo y del alma en referencia a las expresiones de vida de la mente. Se trata aquí de la relación entre cabeza y corazón; entre entendimiento/voluntad y corazón. Este tema ha sido expuesto con detalle en el EJE TEMÁTICO 2 (TOMO 2).

    Organismo de las realidades extra personales, por lo común llamado por el P. Kentenich sencillamente organismo de vinculaciones u organismo de vida. En la medida en que se trata del campo personal, es importante en este contexto también el concepto comunidad. Véase EJE TEMÁTICO 4, PUNTO 1 y 2, TOMO 3.

    Organismo de los procesos de amor, de las expresiones de amor (en el hombre, para con el prójimo y para con Dios). EJE TEMÁTICO 3, TOMO 2. En lo sucesivo esos procesos volverán a ser contemplados en el tema vida.

    Organismo de la interacción entre procesos, formas y objetivaciones de vida del alma y de la mente. Sobre este tema se tratará en el PUNTO 5, cuando se enfoque los conceptos clave idea y vida.

    Organismo de la interacción entre causa primera y causa segunda, entre organismo natural de vinculaciones y organismo sobrenatural de vinculaciones, entre naturaleza y gracia. También se enfoca esas realidades no sólo desde su ser objetivo, como realidades en sí mismas, sino también como procesos de vida (con acento en la dimensión del alma).

    Forma y proceso. Todo proceso de vida y toda forma de vida pueden

    * ser entendidos como partes orgánicas de una totalidad mayor.

    * Y asimismo como partes de un proceso de crecimiento.

    Procesos de vida y formas de vida. En su abordaje, el P. Kentenich examina la vida tradicional y sus formas. Pero también genera, da pábulo al surgimiento de formas nuevas. El P. Kentenich se esforzó pues

    por promover el cambio de formas exteriores de vida, vale decir, por desprenderse de formas existentes y dar paso a nuevas.¹

    Pensamiento ideísta-mecanicista. El pensamiento mecanicista que denuncia el P. Kentenich ha de ser visto sobre este trasfondo. Se trata de un pensamiento intelectualista, ideísta, que acentúa de manera unilateral lo esencial y de validez universal. El P. Kentenich lo considera como una manera típicamente masculina de pensar.

    …Cuando el estilo de pensamiento del varón - estilo abstracto que opera como apilando bloques, uno sobre otro- no se cansa de replegarse a lo esencial...²

    Es un modo de pensar que aniquila la vida, los procesos y formas de vida, al someterlos a un análisis intelectual destructivo. No es capaz de comprenderlos. El P. Kentenich lo llama pensamiento idealista-mecanicista, término que suele emplear con frecuencia. En lugar de idealista, el vocablo ideísta nos coloca en una pista más exacta. En cambio el pensamiento orgánico es capaz de valorar la vida también desde lo intelectual.

    A fin de aclarar el panorama, recuérdese que el pensamiento mecanicista - tal como lo demuestra la experiencia - es capaz y tiende a abordar y destruir toda forma de vida.³

    Con su análisis desintegrador, el pensamiento ideísta-mecanicista destruye asimismo la vida religiosa. Así pues la cuestión de la psicología de la causa primera y de la causa segunda ha de ser vista como caso de aplicación de la temática idea-vida.

    Pensamiento psicológico como complemento para el pensamiento filosófico-teológico.⁴ Hace falta una manera de pensar que valore la vida concreta y sus expresiones - no por último las religiosas -, en su dignidad y relativa autonomía (como lo hace la filosofía y la teología), y que reconozca el valor intrínseco de la vida con sus procesos y objetivaciones (formas, organismos de vida). Y además sea capaz de establecer la relación entre lo que se ha aprehendido en el plano de las ideas y lo que se ha aprehendido en la vida misma, sin atacar ni eliminar ninguno de ambos polos. El P. Kentenich llama orgánico a este último modo de pensar.

    El pensamiento del P. Kentenich es un pensamiento expresamente psicológico, pero que se esfuerza por unir ese pensamiento con el pensamiento filosófico y teológico. Y hacerlo de tal modo que se reconozca su valor intrínseco y, además, para que la filosofía y la teología no se conviertan en ideologías, en superestructuras de procesos psíquicos, sino descubran cosas propias de su competencia. El pensamiento del P. Kentenich representa una filosofía y teología enfocadas en la vida como complemento de una filosofía y teología enfocadas en las ideas. Una filosofía de la vida acentuadamente psicológica.

    Superación del peligro de la doble verdad. Por esa vía el P. Kentenich contribuye a la solución del problema de la superación de la doble verdad, tal como se ha ido planteando cada vez con mayor intensidad en nuestra cultura, y no por último en la cultura religiosa. Se trata pues, por un lado, de sostener la verdad de los datos filosóficos y teológicos, tal como la razón, la voluntad y la fe los reconocen y adhieren a ellos. Pero a la vez se ha percibido más y más que también el alma tiene sus verdades y tiene el derecho de adherir a ellas.

    En la Alta Edad Media surgió el peligro de una doble verdad cuando la razón humana se hizo escuchar más y más frente a la Revelación recibida en la fe. A muchos pensadores les pareció que existían pues dos áreas de verdad que no necesariamente tenían que ver una con otra. De manera similar hoy se constata una divergencia cada vez mayor entre conocimiento racional y conocimiento por el alma. Este fenómeno afecta a la filosofía, y también a la teología y a la ética.

    2. Reflexión desde la historia de las ideas: Historia del pensamiento y vida humanos desde el punto de vista de la organicidad

    El P. Kentenich siempre contempló su teoría de la organicidad en el marco de la historia de las ideas, fundamentándola sobre la base de dicha historia. Por lo común partía de la Modernidad como tiempo del mecanicismo - concepto opuesto al de organicidad -, o bien partía de la Edad media como tiempo orgánico.

    En el primer plano de su interés y mirada sobre la historia se halla la temática de

    • La vida orgánica en sí misma.

    • La relación entre idea y vida y

    • la relación entre causa primera y causa segunda.

    • La integración del hombre al mundo natural-sobrenatural que lo rodea (organismo de vinculaciones).

    Desde este punto de vista, en la historia de la humanidad podemos discernir entonces las siguientes épocas:

    • Arcaico-mítica.

    • Tradicional, dentro de la cual se integra también la época marcada por el cristianismo.

    • Postradicional o posmoderna, de la cual hoy tomamos conciencia cada vez con mayor claridad.

    • Y como cuarta época, los tiempos modernos en cuanto tiempos de disolución de la época tradicional y despuntar paulatino de la época postradicional.

    a. Pensamiento y vida arcaico-míticos

    Es la fase primera y más larga de la humanidad, que en muchas zonas del planeta concluye recién hoy, y abruptamente. En ella tanto idea y vida como causa primera y segunda están en una directa unión orgánico-vital, con un mínimo de distancia reflexivo-intelectual del ser humano para con el mundo que encuentra ante sí. Alma y mente están en estrecha correspondencia e interrelación.

    La vida del alma se despliega de acuerdo con su dinamismo propio y permanece dentro de la órbita de lo que se ha desarrollado. Las ideas están contenidas en lo que se ha reconocido en la vida misma, a tal punto que no se las formula expresamente. Pero, por otra parte, las ideas no pueden acompañar críticamente la vida.

    Lo mismo vale para la relación entre divino y humano (creación): Lo divino resplandece en lo creado casi de manera directa.

    El hombre es parte de un organismo de alma y mente en un sentido casi biológico.

    b. Pensamiento y vida tradicionales

    En torno al s. V a. C., en diferentes partes del mundo (Grecia, Israel, Persia, India y China) despunta una nueva visión del mundo. Jaspers lo llama tiempo axial. Esta época genera para el hombre una distancia más racional de cara a sus vinculaciones orgánicas, porque la mente humana está ahora en condiciones de ejercer una actividad más independiente del alma.

    Pensamiento y vida griegos

    En Occidente conocemos este proceso particularmente en su variante griega. El pensamiento se aparta críticamente de los lazos míticos a los que se sujeta la vida. Inicia un proceso de abstracción a partir de las formaciones y objetivaciones de la vida concreta que se había recibido históricamente y que entonces se relativizan. Éstas pierden así su validez incondicional. Y así será entonces la idea de validez y obligatoriedad universal la que dé la norma de lo válido. Sobre la base de esa idea queda cuestionada y se debilita la tradición concreta (mítica).

    No obstante lo antiguo subsiste de diversas maneras. Lo propio del alma (lo mítico) sigue presente inconscientemente en imágenes, ritos, fiestas, etc. Lo hace con una naturalidad consciente pero no reflexiva. Los dioses continúan siendo venerados, pero son más bien imágenes, símbolos de lo divino entendido intelectualmente. El pensamiento depura lo que se ha recibido por la tradición y que, por último, no puede ser destruido. Si bien el pensamiento a menudo es hostil para con la vida tradicional, ésta es muy resistente al análisis intelectual.

    Se hace una distinción entre pensamiento y vida, individuo y su organismo de vinculaciones, idea y vida, causa primera y causa segunda. Pero no se los separa; no pueden ser separados en absoluto porque ellos en verdad no constituyen realidades reflexivo-conscientes, o bien porque son parte integrante a tal punto que nadie puede ni quiere suprimirlos por medio de razonamientos.

    El pensamiento es orgánico. A diferencia de este pensamiento orgánico llamo organológico al pensamiento de la época arcaico-mítica.

    De todas maneras en el pueblo no cultivado lo antiguo de la mitología sigue vivo, si bien no sin fracturas, conservando una gran fuerza psicológica. Las elites intelectuales ejercen ciertamente su influencia sobre la plebe. Pero a su vez son influenciadas por ésta. Y así participan de sus fiestas y cultos, aun cuando frente a éstos las elites tengan su propia opinión.

    Pensamiento y vida bíblicos

    También en Israel tiene lugar un proceso de desmitificación. Se pasa de los dioses de la naturaleza al monoteísmo, a un dios de alianza entendido espiritualmente que está ante el hombre y el cosmos en libre soberanía. A la vez surge el hombre aliado, el hombre libre. También aquí opera lo antiguo de muchísimas maneras. La batalla que libran los profetas contra la subsistencia de lo mítico no es fácil de ganar. También Israel puede y debe contar con la continuidad de las raíces-vida de lo mítico.

    Pensamiento y vida indos y chinos

    Algo similar al caso de Grecia ocurre también en la India y China. En estas culturas las figuras principales son Buda y Confucio.

    Pensamiento y vida cristianos

    El cristianismo se implanta en el mundo orgánico tradicional. Modifica, transforma la figura de ese mundo, pero el modo de pensar es, sin embargo, el mismo. Por ejemplo, los santos, desde el punto de vista psicológico y de la forma de pensar, aparecen en lugar de los dioses. La veneración de los santos no significa solamente seguir un modelo ético y tener un intercesor, sino igualmente, o quizás más aún, los santos son nombres para correspondientes organismos de ideas, representaciones y memorias. La manera como se construyeron las iglesias ilustra bien el contexto al que se alude aquí con el mundo precristiano: a menudo las iglesias fueron construidas sobre templos paganos. Para el plano consciente dichos templos están destruidos; pero para el plano subconsciente continúan existiendo en la iglesia cristiana: ésta se sustenta sobre los cimientos de los templos anteriores.

    En el plano consciente tiene lugar un diálogo intenso y positivo con la filosofía. Pero se niega expresamente ese diálogo en el plano de las imágenes, de la mitología; no obstante tiene lugar de muchas maneras, si bien de modo no verbal y simbólico. Y tanto es así que el cristianismo hubo de librar una lucha de siglos para asimilar de alguna manera tales procesos del alma a su propio mundo de ideas y rechazar las confusiones más groseras. Así pues el retorno a un estado de cosas precristiano constituye una permanente amenaza y realidad. Sin embargo lo precristiano es (desde el punto de vista de la vida misma) el suelo fértil en el que lo cristiano ha echado sus raíces irracionales, raíces llenas de vitalidad. Estas cuestiones se plantean hoy en relación con la expansión del cristianismo en África y Asia, pero también en relación con la cuestión de lograr un nuevo arraigo del cristianismo en regiones tradicionalmente cristianas.

    c. Pensamiento y vida de la Modernidad

    Hacia 1500 se produce un nuevo hito en la historia universal: tiene lugar un nuevo paso hacia adelante en esa percepción de la realidad que implica un distanciamiento y una objetivación. Y ocurre en nombre del ser humano que vuelve a autoafirmarse de cara a sus vinculaciones. Se trata de un nuevo despertar del espíritu. Acontece en Europa. Se puede mencionar tres impulsos y fases importantes.

    Pensamiento y vida de la Reforma. La Reforma apunta a lo esencial del cristianismo y a la relación directa del hombre con Dios y de Dios con el hombre. Es una rebelión contra una religiosidad que se despliega sobre todo en la dimensión del alma, en la medida en que dicha religiosidad no sea específicamente cristiana. Es un alzarse contra lo que brota de religión del alma humana, como si brotase de lo mítico, y esté en contradicción con un cristianismo puro. De ahí el fuerte contraste entre fe y religión.

    La Reforma es una revolución cultural del alma, caracterizada en muchos aspectos por una decidida iconoclasia. Proviene de una visión más esencialista de la doctrina cristiana y adopta una actitud crítica ante las diversas expresiones de lo religioso. Se trata, en suma, de una concepción más espiritual de la religión. También del rescate del cristianismo de una recaída en lo mítico. De ahí también la acentuación de la palabra (racional) frente a la imagen, más ligada esta última a los sentidos.

    La Contrarreforma y el Concilio de Trento tienen una intención similar. Era necesario acentuar lo esencial del cristianismo y depurar las correspondientes expresiones de la vida religiosa. Pero lo hacen más bien con recurso al mundo medieval y su imaginería. Y en este punto estriba la gran importancia del barroco.

    Pensamiento y vida de la Ilustración. La Ilustración procede de manera muy radical contra todo lo que no sea racional. La religión en su conjunto queda bajo sospecha. Ha de ser depurada y revisada en cuanto a su contenido monoteísta y sobre todo ético. Para muchos, sobre todo para la gente cultivada, la Iglesia es vista como obsoleta y rechazada como mitología no superada.

    Portadora de estos procesos es sobre todo la masonería, organizada de modo similar a una orden religiosa. Resulta interesante observar que la masonería acoge mucha imaginería antigua y hunde sus raíces en el mundo arcaico, realidad que es custodiada estrictamente como secreto, como si se avergonzara de ella. Pero hacia afuera la masonería es intolerante para con todo ritual religioso. La masonería estuvo operante en todos los países cristianos. Fue especialmente fuerte en Francia, el verdadero país de la Ilustración; desde allí fluyó la corriente de la Ilustración. En particular las elites latinoamericanas del s. XIX estuvieron marcadas profundamente por la Ilustración. La Iglesia perdió entonces mucho de su influencia plasmadora. No obstante siguió estando fuertemente presente en la vida misma del pueblo, sobre todo en relación con la devoción mariana, combatida especialmente por la Ilustración.

    Ahora bien, la Ilustración es también acogida en la Iglesia, más en el ámbito protestante que en el católico. Este fenómeno acontece en Europa mucho más que fuera de Europa. Hasta hoy algunas zonas de Europa central, sobre todo de la ex República Democrática Alemana, se hallan hondamente marcadas por este tipo de cristianismo (evangelista) mitigado.

    Pero también el catolicismo tuvo una fase de acogida de la Ilustración. Nombres importantes en este sentido son el emperador José II en Viena, Wessenberg en el sur de Alemania y en Suiza (diócesis de Constanza).

    Pensamiento y vida de las ciencias naturales y la tecnología

    El tercer campo que recibe la inspiración de la Modernidad es el de las ciencias naturales y de la evolución tecnológica estrechamente ligada a ellas. Ciencias signadas por el espíritu de la Ilustración y que ahondan en dicho espíritu mediante su exitosa acentuación de la investigación concreta de la naturaleza y sus leyes. Su receta del éxito es el modo mecánico de pensar. En la medida en que ese modo de pensar se aplica desmesuradamente como modelo de pensamiento a más y más realidades, hablamos entonces de pensamiento mecanicista.

    Pero también el pensamiento ideísta desasido de la vida necesita imágenes: Su imagen es la máquina y la mecanicidad.

    Modernidad y vida tradicional

    El pensamiento de la Modernidad no sólo no valora la vida sino que se muestra sumamente agresivo para con la vida, y no sólo para con la religiosa. En muchos casos es algo justificado, precisamente porque hay que salir de tradiciones que ya no están en sintonía con los nuevos tiempos. Pero a menudo lo religioso en su conjunto es destruido por ese pensamiento o bien entendido como algo puramente racional-ético.

    Sin embargo, por más que la vida tradicional sea atacada, se mantiene en lo más profundo, continúa viva de manera inconsciente y natural-funcional, más entre el pueblo llano que entre la gente culta. Pero no siempre. Por ejemplo, Voltaire, uno de los máximos exponentes de la Ilustración, les construye iglesias a sus súbditos (!) y procura que practiquen su religión. Sobre este telón de fondo las ideas de la Ilustración no resultan realmente peligrosas. La tradición es mantenida por muchos en el plano de la vida cotidiana. Voltaire no contó con el pronto estallido de la revolución, ni mucho menos aún con la manera como esa revolución se desarrolló.

    Resurgimiento del catolicismo en el s. XIX

    El Romanticismo busca dar un giro de timón al curso de la historia de las ideas. Lo hace significativamente mediante un claro volverse hacia la Edad Media y la acentuación de la vida tradicional. Su espíritu imprime su sello a los años veinte y treinta del s. XIX, sobre todo a la espiritualidad católica, liberándola de escorias de la Ilustración. En las zonas católicas de Alemania y Europa comienza un período de reflorecimiento del cristianismo católico en sus variadas expresiones, tales como una profunda celebración del Año Litúrgico, la devoción a la Sma. Virgen, al Sagrado Corazón de Jesús, y al sacerdote y al obispo, y sobre todo al Papa, como autoridades divinas intangibles. La espiritualidad que surge por entonces continúa operante hasta muy entrado el s. XX, alcanzando su última cumbre bajo Pío XII. Llega hasta las vísperas del Concilio Vaticano II. En Europa y justamente en las zonas católicas de Alemania, nunca se había sido tan piadoso como en ese siglo. El P. Kentenich proviene de ese mundo, como también todos sus seguidores. Cuando dice a veces que fundó su obra cinco minutos antes de la medianoche, se refiere a la espiritualidad por entonces viva y de hondo anclaje.

    En dicho período las autoridades eclesiásticas se esfuerzan por evitar la entrada o irrupción de bacilos que socaven la vida religiosa concreta; y por proteger contra nuevas ideas que surjan en el seno del catolicismo y pongan en duda la mentalidad y costumbres cultivadas hasta ese momento. Se interviene autoritativamente con la promulgación de documentos (por ejemplo, Syllabus, encíclica Pascendi) cuando teólogos dentro de la Iglesia desarrollan ideas que puedan igualmente poner en duda el organismo de vida religioso existente. Mucho más importante que la doctrina formulada con corrección dogmática es, en este punto, la estructura vital de las expresiones de vida cristianas que fácilmente pueden ser puestas en duda por nuevas ideas, porque en lo más hondo tal estructura no está fundamentada en realidad en el plano consciente de las ideas sino más en el plano de la vida misma.

    De todos modos desde afuera se suceden los ataques. En la mayoría de los países, el mundo ilustrado de la clase culta es decididamente anticlerical, y no pierde oportunidad de ridiculizar la fe y la vida católicas, reprimiendo con violencia su influencia.

    En este proceso la Iglesia se va convirtiendo más y más en un bastión, tal como la llama von Balthasar.⁷ La demolición de sus muros por el Concilio Vaticano II habrá de ocasionar grandes daños colaterales.

    Las nuevas ideas del s. XX

    La Iglesia católica supo siempre proteger de los bacilos de lo nuevo al organismo de vida humano-religioso del pueblo católico, sobre todo en las áreas y países católicos cerrados.

    Pero lo nuevo surgía también en esos lugares, y cada vez con mayor intensidad. Más y más nuevas ideas (teológicas) ponían en tela de juicio la vida funcionalmente existente hasta ese momento, socavándola y desintegrándola.

    Especial importancia cobra en este contexto la teología de la proclamación. Proclamación cristiana significa anunciar lo esencial y descartar lo que no es esencial. Sin embargo expresiones de vida concretas son, muy a menudo, si no siempre, no esenciales. La discusión se centró en torno de la espiritualidad subjetiva y objetiva. Se atacó más y más la espiritualidad subjetiva, tal como bendiciones, devociones al ángel de la guarda, a las cinco llagas de Jesús, etc.

    Aquí no se trata de herejías, sino de ideas centrales, correctas, importantes. Todas ellas tenían como meta, centrar la vida cristiana en lo esencial y podar en lo posible todo exceso o anomalías. Sin embargo, y justamente por eso, tales ideas acabaron siendo desintegradoras.

    Habría que mencionar aquí el Movimiento Litúrgico y los movimientos

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