Cartas para Tomás

Por Malucha Pinto

Estas cartas que Malucha dedica a su hijo Tomás relatan en clave poética, la dura experiencia de asumir que el hijo que se espera será diferente y vendrá con problemas severos de tipo físico y mental. Narra el doloroso itinerario que significa enfrentar cada una de las etapas emocionales derivadas de este anuncio: asombro, negación, rabia, dolor, miedo, angustia...La fuerza del amor va provocando una mutación de sentimientos hacia la ternura , aceptación, gratitud y alegría, que le permiten descubrir dimensiones de un mundo interior de insospechada riqueza. La adversidad de tener un hijo diferente se transforma en energía poderosa. A su vez, la autenticidad del relato, compone un homenaje a todas aquellas personas que desde su vulnerabilidad logran provocar el surgimiento de las más nobles virtudes del ser humano.

Editado por primera vez en 1996, este libro alcanzó rápidamente sucesivas ediciones y permaneció durante 48 semanas en la lista de los más vendidos. Desde entonces, es lectura obligatoria en muchos establecimientos educacionales por su aporte a la profundización del respeto a la diversidad.

"Leer estas Cartas para Tomás es realizar un recorrido del cual nadie podrá salir como entró. Malucha Pinto nos entrega aquí un documento de una profundidad, ternura y belleza que puede hacernos reír y llorar, sobrecogernos y maravillarnos. Más incluso que un libro, es un triunfo de la vida".

Raúl Zurita, Premio Nacional de Literatura.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Catalonia
• Fecha de lanzamiento: 27 abr 2018
• ISBN: 9789568303648

Vista previa del libro

Malucha Pinto Solari

Cartas para Tomás

PINTO SOLARI, MALUCHA

Cartas para Tomás / Malucha Pinto S.

Santiago de Chile: Catalonia, 2018

ISBN: 978-956-830-364-8

ISBN Digital: 978-956-324-612-4

Testimonios

CH920

Diseño de portada: Guarulo & Aloms

Ilustración de portada: La madre, óleo de Violeta Parra

Diseño y diagramación: Sebastián Valdebenito M.

Dirección editorial: Arturo Infante Reñasco

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Octava edición: agosto, 2007

ISBN: 978-956-830-364-8

ISBN Digital: 978-956-324-612-4

Registro de propiedad intelectual N°164.758

© Malucha Pinto S., 2018

© Catalonia Ltda., 2018

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Tomasito corazón de amapola, te quiero pedir permiso para publicar estas cartas. Ellas te pertenecen. Me gustaría compartir con los demás el tesoro que me trajiste.  

Ahora que estas cartas son un libro las dedico a tu papá, a tu hermano y hermanas, a tu abuelo, a tu abuela, a tu tío y a ti. Juntos hemos cruzado el río del dolor y de la muerte. Hubo días en que nos llevó la corriente. Sin embargo aquí estamos, vivos todos, intactos, agradecidos y contentos.

Terminé de escribir este libro el 2 de enero de 1996. Un día después mi papá partió envuelto en luz al mundo del más allá. Partió tal cual llegó, desnudo y sonriendo, entonces, este libro lo dedico también a mi papá y a su amor por Tomasito.

Hoy voy a preguntar a las estrellas.

Como en otros tiempos, el oráculo es una mujer de pelo largo. Su nombre,  Elia. Me habla de un permiso para traer a la Tierra un niño.

Ahora escribo mientras sus palabras me acechan.

Hay permiso. 

Hay permiso.

Me acuesto en el campo con los ojos cerrados. 

Aparece un hombre, Gabriel, descolgándose por un rayo de luz hasta mi pecho. Viene con la boca repleta de pétalos. 

Se dirige a mi asombro tendido en la hierba y habla sin voz. 

Entonces un remolino manso, tibio. Adentro un templo rodeado por aguas tranquilas. Entro, me encuentro conmigo. En mi falda una pájara azul anidando.

Me tocaron hondo las palabras de Elia.

Ese Gabriel debe ser el arcángel.

Ayer pasé las horas oscuras con el corazón atento. 

Miro a mi hijo.

Está grande.

Le aparecen los primeros brotes en la piel.

¿Otro niño?

En siete años más nuestros hijos serán mayores.

Siete años pasan volando.

Siete años más y nosotros quedaremos libres de la mesa bien nutrida para cada una de las crías.

Libres de la dulzura de la infancia con su demanda y sobresalto.

Libres de la adolescencia y el infierno que levanta al mirarnos al espejo.

Entonces, mi hombre y yo, no demasiado viejos, sino aún jóvenes y bellos, podríamos ir por ahí construyendo y plantando nuestros sueños.

Tuvimos hijos siendo tan jóvenes. Se nos quedaron varios anhelos atrapados en las células del cuerpo. (Hay un avión de plata esperándonos para llevarnos al Taj Majal. Después pasear en camello seguidos por un grupo de encantadores de serpientes).

Y justo a mí se me ocurrió escarbar el futuro. Yo solamente preguntaba por el amor, por el trabajo. Estaba todo claro. Claro y tranquilo. Ahora ando echa un alboroto al que se le confundió el orden de importancia de las cosas.

Aunque no está en mis libros, hay permiso para un niño y no solo permiso sino que Elia dice que vendrá, que vendrá a transformarlo todo.

A mi hombre le parece bien. Acaba de susurrármelo aquí, detrás de la oreja, después que cantó el gallo. Dice que le parece más que bien, que en realidad le gustaría mucho. Además me pegó una mirada que me paró todos los pelos de la nuca.

Me gustan mis caderas.

Mi falda de raso negra y ajustada.

El corsé de encaje y los portaligas con media