De Cero a Sexy: Fantasías de Rapto

Por Jan Springer

Como Santana se esconde de algo malo en su pasado, vive solo por el momento y no se atreve a soñar con un futuro. Él existe dentro del mundo sensual de Fantasías de Rapto, un mundo de escorts de alto secreto donde explora su sexualidad y disfruta del placer con hombres y mujeres.

Pero es amor a primera vista en el instante en que ve a Amy en la boda de su buen amigo. Ella tiene un futuro escrito sobre ella. Él sabe que ella es un hambre que debe negar, así que ¿por qué le está susurrando "eres mía" a ella en la boda?

En el momento en que Amy Sparks ve al guapo afroamericano en la boda de su hermana, sabe en su corazón que él es todo lo que siempre ha fantaseado con un amante, pero antes de que puedan conectarse, él desaparece misteriosamente.

Al descubrir que trabaja para Fantasías de Rapto, ella sabe cómo hará realidad todas sus fantasías íntimas ...

Cuando la próxima misión de Santana, Fantasías de Rapto, se convierte en Amy, él sabe que debe protegerla de su pasado y puede estar con ella solo esta vez sensual ...

Asesoramiento para lectores: incluye una escena de ménage y algunos hombres con interacción sensual masculina.

Fantasías de Rapto Serie: 1. Las fantasías de Jade 2. Amantes de Navidad 3. De Cero a Sexy

• Idioma: Español
• Editorial: Spunky Girl Publishing
• Fecha de lanzamiento: 14 sept 2019
• ISBN: 9781071505458

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Prólogo

Varias semanas antes ...

En el instante en que Santana, de veintisiete años de edad, vio a la hermosa dama de honor entrar a la iglesia, el hielo que se amontonaba en su corazón se abrió de par en par y su sueño largamente sepultado de encontrar una buena mujer con la que pudiera compartir su vida con un salto comenzó de nuevo a la vida. En una fracción de segundo tenía la esperanza de tener finalmente un futuro. La emoción lo golpeó tan rápido y tan fuerte que juró que si no hubiera estado sentado, se habría caído sobre su trasero y habría hecho el ridículo.

Ella era alta. Tenía una constitución curvilínea y sus pechos se empujaban muy bien contra el corpiño de su vestido rojo de dama de honor. Con su cabello rubio salpicando como una cascada dorada sobre sus hombros, se veía tan increíblemente atractiva que juró que nunca volvería a mirar a otra mujer.

El vestido abrazaba sus curvas como un guante y en sus manos sostenía un ramo de rosas rojas oscuras que combinaban con su pintalabios y esmalte de uñas.

Inmediatamente, notó que ella no llevaba ninguna alianza de boda y recordó las pocas veces que la novia, Tania Sparks, había mencionado a su hermana menor.

Su nombre era Amy. Sí, Amy. Le gustaba ese nombre en ella. Ella era dueña de algún tipo de tienda de ropa. Soltero. Tania había bromeado diciendo que Amy era como un marimacho y si no limpiaba su actuación, estaría soltera para siempre.

Santana sonrió. Si él se saliera con la suya, ella estaría casada con él en muy poco tiempo. Él solo sabía que ella sería dulce e inocente. Una chica que cualquier hombre quisiera tener como esposa.

Tenía los ojos azul pálido mientras miraba hacia adelante. Cuando ella lo pasó, su dulce aroma lo envolvió y lo abrazó con fuerza. Él gimió interiormente cuando su cuerpo se tensó en una perversa conciencia y su verga se endureció en respuesta aguda.

Tomó su lugar en el frente de la iglesia cerca de la novia y el novio, y junto a su otra hermana Beth, la dama de honor. A medida que avanzaba la boda, apenas pudo evitar que su mirada se desviara hacia Amy. Su corazón estalló de emoción cada vez que la miraba. Él disfrutó de la linda manera en que ella se preocupaba por su labio inferior mientras leían los votos. Le gustó cómo sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el novio besó a la novia.

Sabía que era peligroso sentir alguna emoción por una mujer. Ni siquiera debería pensar en un futuro con nadie. Especialmente porque su pasado podría volver y crucificarlo en cualquier momento. Pero Amy se veía dulce, deliciosa y tan condenadamente sexy que dolía que ella se quedara a menos de diez pies de distancia y que él no pudiera hacer nada más que mirarla y desear que fuera un hombre diferente.

Cuando terminó la ceremonia, él intentó atrapar su mirada cuando un acomodador la guió por el pasillo. Miró al frente, pero sin previo aviso giró la cabeza y esos ojos azules se clavaron en él y se quedó sin aliento.

Sus ojos ... llenos de calor sexual.

Ninguna mujer lo había mirado así antes. Con tal deseo. Tal necesidad Era como si ella lo estuviera marcando como propio sin siquiera darse cuenta de que lo estaba haciendo. No tenía más remedio que devolverle una mirada.

Eres mío, dijo él.

Sus ojos se abrieron con sorpresa. Había un ligero temblor en sus labios rojos como si ella quisiera decir algo. Ella no lo hizo. En cambio sus mejillas se enrojecieron.

El hambre lo quemó. La necesidad de conocer su bola de nieve.

Cuando ella apartó la mirada, nunca se había sentido tan perdido en su vida. Ni siquiera tan perdido como cuando su padrastro borracho solía golpearlo.

Cuando Amy desapareció de la iglesia, la dureza de la realidad se apoderó de él y el sabor amargo del arrepentimiento levantó su fea cabeza.

Ella era demasiado inocente para él.

Además, ella era blanca. El era negro Todavía había gente que no aprobaba tal partido. No le importó lo que pensaban los demás sobre las parejas mixtas, pero a Amy le podría importar.

Sin embargo, la diferencia en su raza no fue lo que le impidió ir tras ella. Fue la oscuridad de su pasado lo que le impidió buscar cualquier tipo de relación personal fuera de Fantasías de Rapto. Haría bien en recordar que Amy Sparks estaba totalmente fuera de los límites. Y sabía que debía asegurarse de no volver a verla nunca más.

* * * * *

La frustración sexual se comió a través de Amy cuando se paró dentro de las puertas de la sala de recepción y se despidió del último de los invitados a la boda. A las tres de la mañana, Tania y su nuevo esposo Connor ya se habían marchado a su luna de miel europea. Sin embargo, ella todavía no podía irse. No podía evitar mirar la puerta como una pequeña virgen tonta en celo. Ver y esperar que la hermosa afroamericana que había visto en la iglesia abriera las puertas, entrara y simplemente la empujara contra la pared y le hiciera el amor allí mismo.

Amy sacudió la cabeza ante los locos pensamientos.

Ella siempre se había sentido atraída por los hombres negros, por lo que ser atraída por este no había sido una sorpresa. Lo que la había sorprendido era la mirada intensa que la había lanzado. Una mirada de profundo deseo que hizo que el calor la abrasara y la respiración aún en su pecho.

Tú eres mío, le había dicho a ella. En un instante, ella se había convertido en suya en todos los sentidos de la palabra.

Ella ansiaba verlo de nuevo. Para ver esa mirada de reclamo en sus ojos otra vez. La mirada audaz de un hombre que quería tener sexo con ella. No, más que el sexo. Un hombre que había querido complacerla en ese momento.

Dios la ayude, pero ella nunca había reaccionado con tanta necesidad de un hombre antes. La sensación era increíble y ella quería perseguirla y explorarla mucho más.

Se veía bastante guapo en una especie de estrella de cine de Denzel Washington. Llevaba un traje negro y una corbata azul medianoche. Era alto y tan ancho a través de sus hombros. Su pelo era corto y negro. Su rostro, un suave marrón chocolate oscuro con una sombra tenue de cinco en punto que acariciaba su mandíbula y su labio superior. Sus deslumbrantes ojos marrones le habían hecho el amor cuando ella había pasado por él. Y su boca ... wow! Esos labios bien definidos la calentaron tanto que instintivamente supo que él la mordería en un orgasmo en un instante.

Desde que lo vio, sus pechos se sentían tan llenos y los músculos de su vagina tan apretados. Ella era sexualmente consciente. Estaba lista para ser follada.

Oh, sí, por primera