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UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos
UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos
UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos
Libro electrónico362 páginas3 horas

UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos

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La finalidad de esta Unidad Formativa es enseñar a verificar el estado de limpieza y puesta a punto de las instalaciones asignadas al departamento de pisos, prestando la asistencia técnica y operativa necesaria, para conseguir un óptimo rendimiento y facilitar el trabajo del personal dependiente.

Para ello, se estudiarán detalladamente los procesos de selección y control de uso de equipos, máquinas y útiles propios de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos, así como el análisis y ejecución de los procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos y el control del cumplimiento de las normas de seguridad e higiene en los procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos.

Tema 1. Selección y Control de Uso de Equipos, Máquinas y Útiles Propios de Limpieza y Puesta a Punto de Habitaciones y Zonas Comunes en Alojamientos.
1.1. Productos específicos de limpieza de habitaciones y zonas comunes en alojamientos
1.2. Equipos, maquinaria, útiles y herramientas
1.3. Procedimientos de búsqueda y tratamiento de proveedores

Tema 2. Análisis y Ejecución de los Procesos de Limpieza y Puesta a Punto de Habitaciones y Zonas Comunes en Alojamientos.
2.1. Análisis y evaluación de los sistemas, procesos y métodos de limpieza de equipos y mobiliario y de tratamiento de superficies
2.2. Formalización de programas de limpieza de locales, instalaciones, mobiliario y equipos propios del departamento

Tema 3. Control del Cumplimiento de las Normas de Seguridad e Higiene en los Procesos de Limpieza y Puesta a Punto de Habitaciones y Zonas Comunes en Alojamientos.
3.1. Aplicación de normas, técnicas y métodos de seguridad, higiene, limpieza y mantenimiento en el uso de locales, instalaciones, mobiliario, equipos y materiales propios del departamento de pisos y áreas públicas
3.2. Condiciones específicas de seguridad e higiénico-sanitarias que deben reunir los locales, las instalaciones, el mobiliario, los equipos y el material propio del departamento. Prohibiciones
3.3. Justificación de la importancia de la higiene de instalaciones y superficies en hospitales y clínicas
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 ene 2019
UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos

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    UF0045 - Procesos de limpieza y puesta a punto de habitaciones y zonas comunes en alojamientos - Carolina Ramos López

    1.1. Productos específicos de limpieza de habitaciones y zonas comunes en alojamientos

    1.1.1. Análisis y evaluación de productos de limpieza. Rendimientos. Condiciones para su utilización

    1.1.2. Riesgos: identificación, causas más comunes y prevención

    1.2. Equipos, maquinaria, útiles y herramientas

    1.2.1. Descripción y aplicaciones

    1.2.2. Limpieza y mantenimiento de uso

    1.2.3. Normas de seguridad en su utilización

    1.3. Procedimientos de búsqueda y tratamiento de proveedores

    1.1. Productos específicos de limpieza de habitaciones y zonas comunes en alojamientos

    Los productos que se utilizan para la limpieza de habitaciones son variados, los principales que vamos a utilizar son el agua y los productos químicos, en concreto los detergentes.

    Es muy importante hacer un buen uso de estos productos para obtener unos buenos resultados finales en la limpieza tanto de habitaciones como de zonas comunes.

    Tenemos que saber que los productos de limpieza no actúan por si solos, en concreto los productos químicos dependen de la temperatura y el tiempo de contacto que tengan con la suciedad que vamos a limpiar, estos son condicionantes de los resultados que vayamos a obtener. Además también la correcta utilización de estos productos nos ayudará a que nuestro esfuerzo físico necesario sea menor.

    El agua es un producto básico, ésta ayuda a complementar la limpieza, actuando sobre la suciedad disolviéndola, la cual será después eliminada con el aclarado. Aunque tenemos que conocer más profundamente las propiedades del agua, ya que dependiendo de éstas el proceso de limpiado será más o menos efectivo.

    Comenzamos a hablar de la dureza del agua, una de las principales propiedades, ya que se utiliza para caracterizar la calidad del agua. Ésta va a depender directamente del nivel de mineralización que tiene el agua, en concreto las sales de magnesio y calcio que contengan disueltas. El grado de dureza que tenga el agua dependerá directamente a la proporción de cantidad de minerales que estén en suspensión, cuanto más cantidad de sales, mayor será la dureza, la cual puede influir negativamente en la calidad de la limpieza, ya que se dejan más residuos de cal en las superficies y elimina la efectividad que puedan tener algunos detergentes. Esta dureza va a depender de la fuente que lo suministra (general o pozo), de la estación del año, del nivel de sequía y del área geográfica de la que proceda.

    La dureza del agua es medida en grados franceses (ºf) o en miligramos de carbonato cálcico por litro. Podemos sacar la equivalencia de que un grado francés equivale a 10 miligramos por litro.

    Si vemos la escala de dureza del agua la podemos clasificar en:

    –Aguas blandas: cuando la concentración de sales es menor de 5 grados franceses.

    –Aguas ligeramente duras: cuando la concentración de sales es entre 5 y 10 grados franceses.

    –Aguas moderadamente duras: cuando la concentración de sales es entre 10 y 20 grados franceses.

    –Aguas muy duras: cuando la concentración de sales es de más de 20 grados franceses.

    Sabías que

    Sabemos que el agua de la lluvia es prácticamente pura, pero tenemos que tener en cuenta que esta es filtrada por el terreno que es donde van disolviéndose cantidades crecientes de sales que son las responsables de esta propiedad.

    Las aguas que son muy duras no son perjudiciales para la salud, pero si puede traer numerosos problemas en los procesos de limpieza, entre ellos podemos citar:

    –La presencia de cal disminuye la eficacia y cantidad de espuma que puedan tener los detergentes, lo que conlleva a un mayor consumo de productos.

    –La alta ionización del calcio y magnesio cuando el agua está a temperatura de ebullición, precipita formando una dura costra que se puede adherir a diversas espacios que estén en contacto con el agua, como pueden ser tuberías, maquinaria, etc.

    –Estos iones mencionados también precipitan cuando entran en contacto con detergentes alcalinos, que son los más habituales que se utilizan en la limpieza, provocando así la existencia de residuos. Esto nos puede afectar al brillo de superficies como grifos, lavabos, etc.

    Deducimos entonces que es importante conocer la dureza del agua, esto nos evitaría diversos problemas, además de obtener una calidad de limpieza mayor.

    Si queremos prevenir los efectos de la dureza del agua se pueden utilizar dos tipos de procedimientos:

    –Procedimientos físicos: esta consiste en la instalación de filtros o descalificadores, basados en la presencia de sal, para transformar las aguas duras en aguas blandas.

    –Procedimientos químicos: esta consiste en la presencia de secuestrantes, los cuales son incluidos en los productos de limpieza para que actúen neutralizando la cal. Con ello conseguiremos que el detergente tenga su eficacia, aunque no eliminaremos los residuos que genera la dureza.

    El agua es uno de los productos más utilizados, pero debido a la incapacidad que tiene por si sola de eliminar por completo la suciedad, es necesario la utilización de productos químicos como son los detergentes, los cuales van a facilitar la retirada de la suciedad de las superficies que se desean limpiar. Esto es debido a la materia activa, que es la cantidad de sustancias que incorpora un detergente y que tiene poder limpiador, cuanto más cantidad más eficiente será el detergente contra la suciedad.

    La función de los detergentes es mantener en suspensión la suciedad y parte de los microorganismos, para que a través del enjuague sean eliminados. Esto sucede porque tienen tres propiedades básicas como son el poder humectante, la dispersión y la suspensión.

    Cuando hablamos de poder humectante nos referimos a la característica de la humedad, que favorece la reducción de la tensión del agua y permite que la acción del detergente penetre en la solución acuosa. Si hablamos de dispersión nos referimos a la capacidad del detergente de romper las compactas partículas de suciedad reduciéndolas a otras de menor tamaño. Ya por último la suspensión hace referencia a la propiedad de provocar la emulsión de la suciedad, impidiendo que las diminutas partículas se reagrupen en otras de mayor tamaño.

    1.1.1. Análisis y evaluación de productos de limpieza. Rendimientos. Condiciones para su utilización

    Debemos de conocer las diferencias de los diversos productos de limpieza que hoy en día existen en el mercado, para ello nos centraremos en una serie de parámetros que nos permitan ver las variaciones que hay en la composición del producto.

    Estos parámetros físico-químicos son los siguientes:

    –pH:

    Esta expresión significa el potencial de hidrógeno que existe en un producto, siendo esta medida utilizada para medir la acidez o alcalinidad de una sustancia en estado líquido. Conociendo este dato podremos diferenciar entre hacer una limpieza rápida y eficiente o utilizar un producto que no quitará la suciedad.

    Los productos químicos de limpieza suelen ser peligrosos para piel en general, pero en concreto el pH puede ser corrosivo si es menor de dos o mayor de doce, pudiendo llegar a quemar la piel, por ello se deben utilizar con cuidado.

    Los productos ácidos son los que utilizaremos para limpiar una suciedad más agresiva o incluso con incrustaciones orgánicas y de minerales, pero para limpiar zonas que precisen un limpiado penetrando en la suciedad y que mediante el enjuague o aclarado se queden sin residuos, utilizaremos productos alcalinos.

    –Densidad:

    Cuando hablamos de densidad nos referimos a lo que pesa una determinada cantidad (volumen) de un producto, esta es expresada en gramos por centímetro cúbico (gr/ cm3). Para calcular la densidad de una sustancia se hace dividiendo la masa entre el volumen o espacio que ocupa esa sustancia.

    Con más claridad, la densidad hace referencia a la concentración que tiene un determinado producto.

    –Viscosidad:

    Entendemos por viscosidad a la mayor o menor dificultad de un líquido para cambiar su forma, es decir, lo espeso que sea.

    Se mide en centipoises (cp) y se produce por el efecto de corte o deslizamiento del movimiento de una capa de fluido con respecto a otro. Es causada por la fricción interna de las moléculas que la componen.

    –Materia activa:

    Si hablamos de materia activa de los productos de limpieza, nos referimos a las sustancias que incorporan los detergentes con efecto limpiador. Esta sustancia es la que eliminará las manchas que vamos a limpiar, cuanto mayor sea la concentración de materia (expresada en %), mejores resultados obtendremos.

    –Características estéticas:

    Es importante que cuando vamos a seleccionar un determinado producto de limpieza no tengamos muy en cuenta esta propiedad, ya que es la que no nos va a proporcionar la eficacia de una buena limpieza. No nos debemos de dejar llevar por una compra compulsiva, como suele suceder, normalmente caemos en el error de fijarnos en las características estéticas como son el perfume, el color y la espuma, cuando realmente lo importante es la concentración de materia activa que contenga el producto.

    Respecto al perfume podemos aclarar que éste no influye directamente en la efectividad de la limpieza, aunque sí en la valoración final de lo que se haya limpiado por el olor que se queda. No nos debemos de confundir, aquí el inconsciente nos engaña, asociamos un tipo de olor a limpieza, pero que huela bien no quiere decir que esté limpio, no olvidemos la expresión huele a limpio.

    Por otro lado el color, cuya importancia sólo es estética y se utiliza para poder diferenciar los diferentes productos, pero no nos aporta más efectividad en la limpieza.

    Por último la espuma, que tampoco tiene ninguna influencia en el poder limpiador de un producto, sólo nos produce un efecto visual. Inclusive es poco productivo, ya que cuanto más espuma, más difícil será el aclarado.

    Importante

    Cuando estamos en el mundo de la limpieza profesional, no nos podemos dejar de influir por estas características estéticas, ya que se valora más la efectividad del producto que la vistosidad.

    –Concentración de la disolución:

    En primer lugar tenemos que tener claro que una disolución está formada por un disolvente y un soluto, siendo el disolvente el medio donde se dispersan los solutos. En los productos de limpieza el agua suele ser un disolvente muy utilizado.

    Así entendemos como concentración de una disolución a la relación existente entre la cantidad de soluto y la cantidad de disolvente utilizado.

    Podemos utilizar dos tipos de medidas para representarlas, porcentuales y escalar.

    Una vez vistos los parámetros que hacen diferenciar unos productos de otros, debemos de saber emplearlos de forma adecuada, para ello debemos de conocer la acción que realiza cada uno para su correcto uso en los procesos de limpieza.

    Presentamos entonces el Diagrama de Sinner, el cual nos ofrece una serie de factores que según su combinación, nos facilitará el correcto uso de los productos, consiguiendo así limpiar lo máximo posible, en el menor tiempo y al menor coste, sin dañar las superficies sobre la que actúan los productos.

    Diagrama de sinner

    Los factores básicos que conforman este diagrama son:

    –Acción mecánica:

    Es cuando físicamente eliminamos la suciedad. Dependiendo el tipo de superficie sobre la que se actúa puede ser manual o mecánica. Ejemplos: el movimiento de la mano al limpiar o con un gamuza, cuando se quita el polvo de un mueble o el movimiento de los cepillos de una máquina.

    Importante

    Si utilizamos aparatos de limpieza, es importante conocer el correcto uso, ya que una utilización incorrecta puede afectar a que se acelere el proceso de deterioro de las superficies.

    –Acción de la temperatura:

    Este factor influye en la calidad de la limpieza y en la efectividad de la acción química del producto. La temperatura facilita la eliminación de la suciedad de origen graso, ya que provoca una mayor fluidez de las grasas, facilitando la acción de los detergentes sobre ellas.

    En general facilita las labores de limpieza, pero hay que tener cuidado ya que hay materiales que no soportan altas temperaturas.

    –Efecto del tiempo:

    Este dependerá directamente del tipo de producto que utilicemos y la máquina que vamos a usar. Las máquinas son usadas con el objetivo de ser más rápidas, para reducir el tiempo de acción del producto. Se deben de utilizar productos específicos para cada tipo de suciedad y maquinaria que se use.

    –Acción química:

    Este factor nos complementa a los antes citados, ya que si la acción química es adecuada y eficaz, nos permitirá reducir la presencia de los otros factores. Debemos de elegir el producto que mejor se adapte a la tarea que se realice y al tipo de suciedad que se deba eliminar.

    La función de esta acción es la de emulsionar la suciedad, mantenerla en suspensión y disolverla. Su dosificación correcta a partir de una disolución previa es muy importante, la cual se indica en las instrucciones de cada producto.

    Pasemos a continuación a conocer la composición de los detergentes utilizados en la hostelería, los cuales tienen un origen sintético, siendo los principales:

    –Tensioactivos:

    Este es uno de los principales componentes, también los podemos llamar surfactantes o agentes de superficie activa. Se trata de las sustancias químicas orgánicas que aportan la capacidad de limpiar ya que reducen la tensión superficial del agua, aportándole un efecto humectante cuando son mezclados, así hacen emulsionar las grasas.

    Esta tensión superficial viene dada por las fuerzas internas de atracción que tienen las partículas del agua en estado líquido, que tienden a adoptar una forma esférica que dificulta la acción del agua y de los detergentes para acceder a zonas de limpiezas más difíciles, como grietas o esquinas.

    Esta tensión la podemos observar en las gotas de agua, la cual se pretende reducir con el efecto de los tensioactivos, creando una lámina a partir de la mezcla. También adicionalmente nos reduce esa tensión el aumento de temperatura del agua, por ello nos facilita la limpieza el agua caliente.

    La clasificación de éstos se fundamenta en el poder de disociación del tensioactivo en presencia de un electrolito y de sus propiedades físico-químicas. Podemos agruparlos en cuatro categorías:

    –Tensioactivos aniónicos:

    Presencia de iones con carga negativa en disolución acuosa. Su efecto está en el poder emulsionante y la espuma que genera.

    –Tensioactivos catiónicos:

    Presencia de iones con carga positiva en disolución acuosa, con lo cual son incompatibles con los anteriores. Su efecto es el elevado poder desinfectante.

    –Tensioactivos no iónicos:

    No presenta carga alguna en la disolución acuosa. Estos se utilizan para regular la presencia de espuma en los tensioactivos aniónicos.

    –Tensioactivos anfotéricos:

    Éstos se comportarán como aniónico o catiónico dependiendo de si se encuentra con ácidos o alcalinos, respectivamente.

    Importante

    Cada detergente puede contar con más de un tipo de tensioactivo, dependiendo de sus características.

    –Coadyudantes:

    Estos compuestos son utilizados para diversos usos, como por ejemplo proteger a los detergentes de las aguas duras. Entre los más destacados podemos mencionar:

    ∙Secuestrantes: estos tienen la capacidad de evitar la reacción del detergente con sales alcalinas, las cuales generan residuos.

    ∙Sales alcalinas: potencian la acción tensioactiva ablandando el agua y es empleado como inhibidor de la corrosión o desengrasante.

    ∙Disolventes: empleados para disolver las grasas, facilitando la penetración del producto en las superficies.

    ∙Ácidos: actúan como desincrustantes desoxidantes.

    Ya que conocemos más profundamente las características que se presentan en los diversos productos de limpieza, podemos hacer una clasificación de los tipos de detergentes con los que podemos trabajar:

    –Detergentes alcalinos

    Los detergentes alcalinos tienen un valor de pH superior a 9. En ellos se combinan surfactantes y soluciones cáusticas que proporciona una buena limpieza. Tienen poco poder espumante.

    A muchos detergentes se les añade alcalinidad para mejorar su eficacia, en concreto:

    Ayudan a eliminar la suciedad, suavizando el agua durante la limpieza. Podemos diferenciar entre:

    ∙Suciedad ácida que es neutralizada y, por lo tanto, más fácil de eliminar.

    ∙Suciedad orgánica como grasas/aceites y proteínas que pueden ser emulsionada.

    También aumenta la eficacia de otros componentes detergentes, ya que éstos inhiben el crecimiento de microorganismos.

    Los principales detergentes alcalinos son:

    ∙Limpiadores generales: hay una amplia gama y de diferentes grados de eficacia, que dependerá del uso que le vayamos a dar y el tipo de superficie sobre la que se emplea.

    ∙Decapantes: son empleados para la eliminación de emulsionantes en el tratamiento de suelos. Estos productos se emplean disueltos en agua, la proporción utilizada comprende ente un 5 – 10 %, ya dependiendo de la suciedad, incrustaciones y calidad del material del suelo. Para que estos productos sean eficaces, se debe con anterioridad utilizar máquinas fregadoras o rotativa, para aclarar después con bastante agua, evitando dejar el producto un excesivo tiempo sobre el suelo, que nos podría afectar al abrillantamiento del suelo.

    –Detergentes ácidos:

    Los detergentes ácidos tienen un valor de pH de cinco o inferior. Son detergentes muy efectivos para limpiar, pero con un alto poder corrosivo, por lo que hay que tener cuidado a la hora de utilizarlos. Su uso debe de estar condicionado por la rápida neutralización que evite la existencia de daños.

    Normalmente son utilizados para la limpieza de obras, ya que son muy efectivos para eliminar restos de cemento y hormigón, como también las oxidaciones o incrustaciones de cal.

    Para su correcto uso, debemos de aplicarlos sobre superficies humedecidas y la cantidad que el fabricante recomiende en las instrucciones, dejándolo actuar un tiempo prudencial. Una vez pasado ese tiempo, se retiran los restos con la ayuda de los medios adecuados, para después enjuagarlo y aclararlo, eliminado todos los restos que queden de ácido. Tienen poco poder espumante.

    Importante

    Por su alta agresividad en superficies, hay que tener cuidado cuando lo utilizamos en superficies como cromados, aluminios o galvanizado. Nunca los debemos de utilizar sobre terrazo o mármol.

    –Detergentes neutros:

    Los detergentes neutros tienen un valor de pH comprendido entre 6 y 8.

    Es un producto que se utiliza para la limpieza en general, superficies que se limpien con frecuencia pero no tengan mucha suciedad o para superficies delicadas, ya que no son muy agresivos, pero tienen una elevada concentración.

    Son productos que producen espuma, pero fácil de enjuagar, no resultando dañinos ni perjudiciales para ninguna superficie. Son productos que la piel tolera adecuadamente, por ello nos encontramos detergentes neutros como los jabones de manos, lavavajillas manuales u otros productos de higiene personal.

    En el mundo de la hostelería destacamos los detergente multiusos como neutros, que son fáciles de aplicar y con bajo nivel de residuo. Aunque hay ocasiones que estos productos presentan variaciones ligeramente alcalinas.

    –Disolventes:

    Estos tipos de detergentes son peligrosos, ya que son muy agresivos, por ello hay que tener un especial cuidado en su uso.

    Se emplean para eliminar restos de materia prima y materiales residuales, como por ejemplo grasa minerales o alquitrán.

    Estos disolventes son preparados en disoluciones muy elevadas o prácticamente puros, lo que les hace muy inflamables, al igual que los vapores que desprenden.

    Sabías que

    Para un adecuado uso de este producto es importante tener en cuenta lo agresivo que es, tanto para la salud humana como para el medio ambiente.

    Respecto a la salud humana los efectos que se producen:

    ∙A corto plazo pueden ser: irritación de la piel de los ojos y vías respiratorias

    ∙A largo plazo: efectos cancerígenos, reproductivos o neurotóxicos.

    Si nos referimos al medio ambiente los efectos que contaminantes que afectan a la capa de ozono o contribuyen al efecto invernadero.

    –Emulsionantes:

    Este tipo productos son utilizados para proteger superficies, más que para la limpieza de estos. Los podemos utilizar en

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