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Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7: Con la Cabeza Alta: Julia Jones – Los Años Adolescentes, #7
Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7: Con la Cabeza Alta: Julia Jones – Los Años Adolescentes, #7
Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7: Con la Cabeza Alta: Julia Jones – Los Años Adolescentes, #7
Libro electrónico126 páginas1 hora

Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7: Con la Cabeza Alta: Julia Jones – Los Años Adolescentes, #7

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Como el ciberacoso aumenta hasta llegar a límites insospechados, Julia decide que ya es hora de plantarles cara. Pero, ¿podrá detener a Sara de una vez por todas, o la venganza de Sara es demasiado profunda? ¿Y qué pasa cuando Ky empieza a mostrar un repentino interés por Julia? Más drama, más suspense, y más romance es lo que puedes esperar en esta nueva entrega de la serie. Te cautivará desde el comienzo hasta su romántica y emocional conclusión.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 mar 2020
ISBN9781547585847
Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7: Con la Cabeza Alta: Julia Jones – Los Años Adolescentes, #7

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    Julia Jones – Los Años Adolescentes – Libro 7 - Katrina Kahler

    Tabla de Contenidos

    El descubrimiento...

    Huir...

    Inesperado...

    El intruso...

    El arrebato...

    Prioridades...

    Sugerencias no deseadas...

    El horror más reciente...

    La visita al despacho...

    Con la cabeza alta...

    Sentimientos...

    Un mensaje que compartir...

    El poder de las palabras...

    Hacer planes...

    Mariposas...

    La revelación...

    Boutique Eliza...

    La reacción...

    La visita...

    Autocontrol...

    La advertencia...

    La decisión...

    Conmoción...

    El descubrimiento...

    Tan pronto como sonó el timbre salí corriendo de la clase, deseosa de escapar de la mirada asesina y los gestos amenazantes de Sara. Pero yo conocía su secreto. Y era hora de aprovecharme de eso. Cuando pasó como un rayo junto a mí, le devolví la mirada de rabia. Tenía que plantarle cara, hacerle saber que no tenía miedo.

    Dejando mi preocupación por Sara momentáneamente de lado, volví a mirar dentro de la clase y vi a Blake dirigiéndose hacia mí. Era mi oportunidad de hablar con él, de arreglar las cosas entre nosotros. Sin embargo, un repentino agarrón en mi brazo provocó que me girara en redondo. Pensando que sería Sara, estaba preparada para cantarle las cuarenta delante de todo el mundo.

    En vez de esa chica malvada, encontré la preocupada cara de Becky devolviéndome la mirada. ––Julia, tengo que enseñarte algo––. Su insistente tono, así como su firme sujeción, llamaron mi atención inmediatamente.

    Blake se estaba acercando a la puerta y vacilé. ––Becky, ahora mismo no puedo ––musité, intentando zafarme de su mano.

    ––¡Tienes que hacerlo!–– Se agarró más fuerte a mi brazo y me arrastró con ella por el pasillo.

    Suspiré con exasperación mientras ella abría la puerta del baño de las chicas.

    Frustrada por haber perdido la oportunidad de hablar con Blake, me la quité de encima con fastidio. ––¿Qué es esto? ¿Qué necesitas enseñarme?

    Ella se acercó al cubículo del centro y abrió la puerta de un empujón. ––¡Mira!

    Mi estómago se llenó de temor cuando me situé a su lado. Instintivamente, supe que lo que había descubierto tendría impacto sobre mí. Pero yo no estaba preparada para lo que teníamos frente a nuestros ojos. Cuando mis ojos cayeron sobre las marcas en la pared, mi boca se abrió de horror.

    Las palabras ¿QUIERES DIVERTIRTE? ¡LLÁMAME! @juliajones me devolvían la palabra. Junto al texto estaba el basto dibujo de una chica desnuda con pelo largo y una amplia sonrisa en el rostro.

    ––¡Tienes que estar de broma!

    ––¡Hay más! ––contestó Becky, metiéndome en el cubículo y cerrando la puerta tras nosotras.

    Allí, junto con las otras inscripciones que habían sido arañadas previamente en la pintura, había nuevas adiciones y esas incluían mi nombre en Instagram...

    Los baños de burbujas son lo mío. ¿Qué hay de ti? ¡Escríbeme en cualquier momento! @juliajones

    ¿Buscas pasarlo bien? ¡Escríbeme! @juliajones

    Si quieres salir de fiesta, envíame un mensaje @juliajones

    Miré los grafiti con incredulidad.

    ––Tienes que contárselo a alguien ––siseó Becky. ––¡O no parará!

    Su voz se vio silenciada por el sonido de la puerta del cuarto de baño abriéndose de un empujón y un grupo de chicas que entraba ruidosamente. Becky abrió la puerta del cubículo y salió rápidamente conmigo tras ella.

    Las chicas nos miraron con sorpresa. Dos de ellas iban a mi clase de historia, las que habían estado hablando de mí antes. La más alta de las dos era una chica con largo pelo negro azabache, ojos maquillados pesadamente con rímel y lápiz de ojos, además de tener varios piercings alineados en sus orejas. Me miró con burla, luego se giró hacia su amiga y se rio. ––Ahí está... ¡divirtiéndose de nuevo!

    La otra chica contuvo la sonrisa y el resto del grupo empezó a reírse a carcajadas. Cada una de ellas me miraba fijamente de pies a cabeza mientras esperaban mi reacción.

    Incapaz de resistirse a burlarse más de mí, la chica del pelo oscuro volvió a hablar. ––¿Qué cosas divertidas tienes planeadas a continuación, Julia?

    Mis ojos se abrieron mucho por el asco mientras controlaba mi deseo de empujarla contra los lavabos de porcelana adheridos a la pared. Becky, presintiendo mi tensión, me cogió del brazo y murmuró en mi oído. ––Vámonos y ya está.

    ––Probablemente vaya a casa a darse otro baño de espuma. ¡No puedo esperar a ver lo que sube a internet a continuación! ––la voz burlona de la chica del pelo oscuro me siguió hacia la puerta. El sonido de la ruidosa risa del grupo fue interrumpido cuando la puerta se cerró tras de mí.

    Todo lo que quería hacer era escapar, salir de los terrenos del instituto tan pronto como fuera posible.

    Cuando entré en el pasillo, parecía que cada par de ojos me estuviera mirando fijamente.

    Huir...

    Contuve el aliento y miré a Becky. ––Tengo que irme––. Mientras musitaba las palabras, intenté desesperadamente contener mis lágrimas.

    Antes de que Becky tuviera siquiera la oportunidad de responder, salí corriendo por el pasillo que, en ese momento, estaba inundado de estudiantes. Atreviéndome a mirar a mi alrededor, vi a Ky entre la multitud. Estaba bromeando y riéndose con sus amigos como si no tuviera otra preocupación en el mundo. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, su expresión vaciló y, aún en el torbellino del momento, noté su mirada de curiosidad.

    ¿Él también lo sabe? ¿Ha visto todas las publicaciones que están por ahí, así como la foto mía en el Jacuzzi? ¿La que dice... mírame, mírame... me estoy dando un baño de espuma... te apuntas?

    Aunque eso no era lo que decía el pie de página, la imagen daba esa impresión. Una imagen vale más que mil palabras. Yo había oído esa frase varias veces antes, y la foto del baño de burbujas implicaba lo peor.

    La humillación dentro de mí cayó a unas profundidades aún más bajas al darme cuenta de que, por supuesto, Ky había visto la publicación. ¿Cómo podía no haberla visto? Para entonces era probable que estuviera por todo internet para que la viera todo el mundo. No sabía por qué la idea de que él lo supiera me molestaba tanto, pero lo hacía.

    En unos días, las clases acabarían para las vacaciones de verano, y yo había estado deseando desconectar de todo esto. Pero la verdad de la cuestión era que internet nunca paraba. Era un ciclo continuo que era actualizado cada milisegundo de cada día. No había forma de saber donde acabaría esa publicación. Quizás la gente en lugares tan lejos como Australia ya se estaría riendo por ello.

    ¡Jaja! Mirad a esta chica...

    ¿Has visto la foto de la chica del baño de burbujas? ¿No? En serio, tienes que verla. La compartiré contigo para que puedas verla...

    Y ahora mi espacio personal en el instituto también había sido invadido. Cada chica del instituto que usara ese cuarto de baño vería los comentarios escritos en las paredes y las puertas. Pronto sería el hazmerreir de toda la población estudiantil.

    Esos pensamientos y algunos más daban vueltas por mi mente mientras pasaba deprisa por el pasillo, deteniéndome rápidamente en mi taquilla. Incluso en medio de todo el caos, era consciente de los libros que necesitaba para poder preparar mis exámenes del día siguiente. Pero cuando abrí la puerta de mi taquilla y metí la mano dentro, una mano sujetó mi brazo para detenerme.

    Cuando levanté la mirada, vi el preocupado rostro de Ky devolviéndome la mirada. ––Julia, ¿estás bien?

    Me tragué el nudo en mi garganta sin atreverme a hablar. Limpiándome las mejillas manchadas de lágrimas, conseguía asentir con la cabeza.

    ––No te preocupes por todas esas cosas de internet, Julia. La gente es gilipollas algunas veces. Lo olvidarán pronto y luego pasarán a otra cosa.

    Su reconfortante voz me llegó al alma y miré dentro de sus profundos ojos azules, los pozos de comprensión que habían derretido mi corazón en tantas ocasiones en el pasado.

    Pero no confiaba en poder pronunciar palabra. Un sollozo estrangulado intentaba escaparse y no podía permitirlo. Tenía que evitar ponerme más en ridículo.

    Cogí mis libros, cerré la puerta

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