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El Ministerio Del Espíritu
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Libro electrónico179 páginas3 horas

El Ministerio Del Espíritu

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Este libro trata con el rol y la función del Espíritu Santo en el mundo y en la vida de los creyentes.
No se afirma que en este pequeño volumen se haya dicho todo sobre el tema tratado. Al contrario, el escrito a procedido sobre la creencia que la doctrina del Espíritu Santo puede ser entendida por limitar la esfera de su discusión, antes que por extenderla a los límites más grandes. Para seres finitos, al menos la presencia es mas intelegible que la omnipresencia. Entonces, aunque el tema de este libro es en sí mismo profundamente misterioso, hemos tratado de simplificarlo al detenernos en el ministerio del tiempo del Espíritu Santo sin entrar en la consideración de su ministerio eterno. Lo que el Espíritu hizo antes de la encarnación de Cristo, y lo que él puede hacer en lo sucesivo más allá del segundo advenimiento de Cristo, es una cuestión que apenas se menciona en este volumen.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 nov 2018
ISBN9781547535590
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    El Ministerio Del Espíritu - A. J. Gordon

    ESPÍRITU

    El Ministerio del Espíritu

    Escrito por A. J. Gordon

    Copyright © 2018 CrossReach Publications

    Todos los derechos reservados

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Traducido por Byron Echeverria

    Diseño de portada © 2018 Dave Kinsella

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Derechos del autor 1894 por la Sociedad de Publicación Bautista Americana

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    Contenidos

    PREFACIO

    INTRODUCCIÓN

    I. LA MISIÓN Y ERA DEL ESPÍRITU

    II. EL ADVENIMIENTO DEL ESPÍRITU

    III. PONIEDO NOMBRE AL ESPÍRITU

    IV. LA ENCARNACIÓN DEL ESPÍRITU

    V. LA INVESTIDURA DEL ESPÍRITU

    VI. LA COMUNIÓN DEL ESPÍRITU

    VII. LA ADMINISTRACIÓN DEL ESPÍRITU

    VIII. LA INSPIRACIÓN DEL ESPÍRITU

    IX. LA CONVICCIÓN DEL ESPÍRITU

    X. LA ASCENCIÓN DEL ESPÍRITU

    Acerca de Crossreach Publications

    Más Libros de CrossReach

    INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN MODERNA CROSSREACH

    Aquí en Publicaciones CrossReach estamos contentos de volver a imprimir este importante trabajo histórico y académico para el lector moderno.

    Para la mayoría de nuestros trabajos esta es la primera vez que se ha digitalizando completamente y actualizando en un formato moderno para el público en general para disfrutar sea en forma impresa o ediciones electrónicos.

    Estamos orgullos del hecho que nuestras publicaciones sean, por lo tanto, una de las ediciones más legibles de estos trabajos en el mercado. Toda la ortografía original se conserva a menos que se indique lo contrario, excepto por obvios errores ortográficos. 

    La mayoría de nuestros trabajos también conservan el sistema de numeración original de notas al pie de página mientras ellos aparecen en los trabajos originales, los cuales explicarán cualquier numeración inusual  que usted vea en la página. No se preocupe, las notas al pie de página son todavía lógicos y fáciles de seguir.

    El Equipo

    Publicaciones CrossReach

    PREFACIO

    Este pequeño volumen no pretende ser en absoluto un tratado exhaustivo sobre el tema tratado. Al contrario, el escritor cree que la enseñanza de que la doctrina del Espíritu Santo puede ser mejor entendida por limitar la esfera de la discusión, antes que por extenderse a los límites más grandes. Para seres finitos, al menos, la presencia es más perceptible que la omnipresencia. Así, aunque el tema de este libro en sí mismo es profundamente misterioso, hemos buscado simplificarlo al máximo por la morada del Espíritu Santo en el tiempo – ministerio sin entrar en la consideración de su ministerio eterno. Lo que el Espíritu hizo después de la encarnación de Cristo, y lo que Él sucesivamente puede hacer hacia el segundo advenimiento de Cristo,  aquí está una pregunta apenas tratada en este volumen. Hemos buscado más bien enfatizar y magnificar la gran verdad que el Paracleto está ahora presente en la iglesia: que nosotros estamos viviendo en la dispensación del Espíritu, con todas las bendiciones inexpresables para la iglesia y para el mundo la cual esta economía provee. Por lo tanto, cuando hablamos del ministerio de Cristo, significa un servicio abarcado dentro de límites definidos, de esta manera, llamamos este volumen el Ministerio del Espíritu, mientras referimos al trabajo del Consolador extendiéndose desde Pentecostés hacia el final de esta Dispensación.

    ¡Qué tema tan profundo para un estudio! ¡Qué oración es más apropiada para quienes entran en ella que una humilde petición de que el Espíritu mismo nos enseñe concerniente al Espíritu! Profundamente sensible de la imperfección de este trabajo, ahora está comprometido con el uso y la bendición de esa Persona  Divina de la Deidad de quien tan indignamente habla.

    BOSTON,

    Dic., 1894.

    INTRODUCCIÓN

    Es notable cuántas personas en estos últimos días han estado tratando guiar con este sublime tema para el que está dedicado este tratado.  Sin duda la mentalidad de la iglesia está siendo instruida, y su corazón preparado para un reconocimiento de la morada interna, administración y cooperación del bendito Paracleto, quién nunca ha estado destacado en su historia, y está lleno de tensión con la promesa más grande para él y para el mundo.

    Cada una de estas dedicaciones ha llevado a cabo algunas nuevas fases con respecto a la persona o misión del Espíritu Santo, pero no puedo recordar a uno que es tan lúcido, tan sugestivo, tan escritural, tan profundamente espiritual como este, mi amado amigo, Dr. Gordon.  Los capítulos de la Encarnación, la Investidura y la Administración del Espíritu parecen especialmente frescos y útiles.

    Pero todo está bien y merece una lectura lenta. Dejemos únicamente tales verdades ser bien forjadas hacia la constitución mental y espiritual de los siervos de Dios, y habrá tal resurgimiento de la religión pura e inmaculada en las iglesias, y tales resultados maravillosos por medio de ellos sobre el mundo en la época se cerrarían con un Pentecostés mundial. Y hay muchos síntomas en el exterior que también están en el propósito de Dios. Nada más puede reunir las necesidades profundas y anhelos en nuestro tiempo.

    El cristianismo está acosado con tres poderosas corrientes, las cuales insidiosamente operan para desviar de su curso. El materialismo, el que niega o ignora lo sobrenatural,  y se concentra en prestar atención al mejoramiento de la condición externa de la vida humana, el criticismo, el cual es inteligente en el análisis y la disección, pero no puede construir una base en la cual la facultad religiosa puede edificar y descansar; y el fino gusto literario, el cual últimamente mucho se ha desarrollado y está dispuesto a juzgar el poder por la fuerza de palabras o por una expresión de delicadeza.

    A todos estos tenemos solo una respuesta. Y esto es, no un sistema, un credo, una iglesia, pero el Cristo viviente, quién fue muerto, pero está vivo para siempre, y tiene las llaves para abrir toda perplejidad, problemas y fracasos. Si bien la sociedad podría ser reconstituida, y las necesidades materiales estar mejor distribuidas, igualmente suplidas, el descontento podría estallar de nuevo en alguna otra forma, a menos que el corazón fuera satisfecho con su amor.  La verdad la cual él revela para el alma, y la que está atrapada en él, y es la única capaz de apaciguar el hambre de la mente por los datos sobre los cuales construyen su respuesta a las preguntas de la vida, el destino y Dios, el cual alguna vez llama a su puerta para encontrar una solución. Y todavía el hombre tiene que aprender que el gran poder no está en las palabras o las metáforas o en la ráfaga de elocuencia, pero en la morada y el trabajo de la Palabra, la cual es la sabiduría y poder de Dios, y la cual trata con las regiones debajo de aquellas donde la mente en vano trabaja.

    Cristo Jesús, el Hijo de Dios siempre vivo, es la suprema respuesta a la inquietud y trabajo de nuestros días. Pero él no puede, él no se revelará a sí mismo. Cada persona en la Santa Trinidad revela a la otra. El Hijo revela al Padre, pero su propia revelación espera el testimonio del Espíritu Santo, el cual, aunque a menudo da directamente, es en gran medida a través de la iglesia.  Entonces que necesitamos, y el mundo que está esperando, es al Hijo de Dios, que dio testimonio y se reveló en toda su radiante belleza del ministerio del Espíritu Santo, mientras él energiza y a través de los santos que componen la iglesia, el cuerpo santo y espiritual.

    Es necesario enfatizar esta distinción. En algunos fondos parece estar pretendido que el Espíritu Santo mismo es la solución de la perplejidad de nuestro tiempo. Ahora lo que podremos testificar en alguna época venidera no sabemos, pero esto está claro que Dios en la persona de Cristo es la única respuesta divina. Aquí está el sí de Dios y el amén, el Alfa y el Omega, vista para los ciegos, curación para los paralíticos, limpieza para los contaminados, vida para los muertos, el evangelio para el pobre, triste y sin consuelo. Ahora deseamos el otorgamiento gracioso del Espíritu, que él puede tomar más profundamente de las cosas de Cristo y revelarlas a nosotros.  Cuando los discípulos quisieron conocer al Padre, el Señor dijo, el que me ha visto ha visto la Padre. Es su gloria que brilla sobre mi rostro, su voluntad que moldea mi vida, sus propósitos que se cumple en mi ministerio.

    Así el bendito Paracleto volverá nuestro pensamiento y atención hacia él mismo, con quién él es Uno en la Santa Trinidad, y quién ha venido a revelar.

    A través de la así llamada edad cristiana la voz del Espíritu Santo ha llevado directamente y mediatamente, testimonio al Señor, Directamente, en cada estimulación generalizada a la conciencia humana, en cada renacimiento de la religión, en cada era de avance en el conocimiento de la divina verdad, en cada alma que ha sido regenerada, confortada o enseñada. Mediatamente su obra ha sido llevada a cabo a través de la iglesia, el cuerpo de aquellos que creen.  Pero ¡hay! Cuan tristemente su testimonio ha sido debilitado y obstaculizado por el medio a través del cual ha venido. Él no ha sido capaz de hacer muchas obras poderosas debido a la incredulidad la cual ha mantenido cerrado y bloqueado aquellos caminos a través de lo cual Él tendría llenado su testimonio alegre para el Señor invisible y glorificado.

    Las divisiones de la iglesia,  su lucha sobre cuestiones de su comparativa falta de importancia, su exageración en los puntos de diferencia, su materialismo, su amor al vil metal, lugar y poder, ella contando misma ser rica y aumentada en bienes y no necesitando nada, cuando ella era pobre, y miserable, y ciega, y desnuda – estas cosas no solo han robado de ella de su testimonio, pero han afligido y apagado al Espíritu Santo, y nulificado su testimonio.

    Saludamos con mucho gusto las señales que en este período de resistencia y apatía está llegando a su fin. La Iglesia la cual está en las iglesias está haciéndose sentir, está levantando de su polvo y ella misma adornándose con sus vestidos hermosos. Hay un reconocimiento generalizado de la unidad de todos quienes creen, juntos con un deseo creciente para magnificar los puntos de acuerdo y minimizar aquellos de división.  Las grandes convenciones para acelerar la vida espiritual a ambos lados del Atlántico en la que los creyentes se reúnen, independientemente de su nombre o secta, están haciendo una cantidad incalculable de bien al romper las viejas líneas de demarcación, y haciendo real nuestra unidad espiritual. Las enseñanzas de consagración y purificación del corazón y la vida están removiendo aquellos obstáculos que han restringido y ahogado la voz aún pequeña del Espíritu. Se ha recurrido en gran medida al jabón de batán y el fuego de refinación, con los mejores resultados.

    A medida que los creyentes se han vuelto más consecuentes y devotos, se han vuelto cada vez más sensibles a la morada interna, energía y co-testimonio del Espíritu Santo.

    Si solo este glorioso movimiento es permitido alcanzar su propósito completo, el efecto será trascendentemente glorioso. La iglesia se convertirá tan dócil como el inquilino Divino como la resurrección del cuerpo de nuestro Señor al impulso de su divina naturaleza. Y así el Señor Jesús llegará a incrementar el objeto de la esperanza humana, el centro alrededor del cual circularán los círculos concéntricos de la vida humana.

    Que el Señor Jesús sea así magnificado y glorificado a través del ministerio del Espíritu Santo, y con este fin a la vista, que los corazones y vidas de los creyentes sean hechos más sensitivos y receptivos de su bendita energía, este tratado ha sido preparado; y adiciono mi testimonio del autor amado, que en boca de dos testigos, cada palabra será establecida; y mi oración para él es que el Sí del Espíritu para la gran voz del Evangelio pueda ser escuchada entre nosotros más poderosa y persistente.

    I

    LA MISIÓN Y ERA DEL ESPÍRITU

    Es evidente que la presente dispensación bajo la cual estamos es la dispensación del Espíritu, o de la Tercera Persona de la Trinidad, para él la Economía Divina, ha sido comprometida al oficio de aplicar la redención del Hijo a las almas de los hombres por la vocación, justificación y la salvación de los elegidos. Por tanto nosotros estamos bajo la guía personal de la Tercera Persona, como realmente los apóstoles estuvieron bajo la guía de la Segunda. —Henry Edward Manning.

    En algunas observaciones de la doctrina del Espíritu, que se encuentran antes mientras escribíamos, un eminente profesor de teología remarca sobre la desproporcionada atención que ha sido dado a la persona y obra del Espíritu Santo en comparación con la otorgada a la vida y ministerio de Cristo Jesús.  Se afirma, que en muchas de las obras sobre el tema ahora existente se amplifica una falta de definiciones de edición que deja mucho que desear en el tratamiento de este tema.  Estas observaciones nos guían a preguntar: ¿Por qué no empleamos el mismo método en escribir acerca de la Tercera Persona de la Trinidad como usamos en considerar la Segunda Persona? Las calificaciones han sido escritas de la vida excelente de Cristo; y hallamos que en esto, casi sin excepción, la divina historia comienza con Belén y termina en los Olivos. Aunque el Salvador vivió antes de su encarnación y continúa para vivir luego de su ascensión, sin embargo, da una cierta definición de edición para limitar la visión de su carrera histórica, distinguiendo su vida visible vivida en el tiempo de su vida invisible vivida en la eternidad.

    Así en consideración del Espíritu Santo, creemos que hay una ventaja en separar su ministerio en el tiempo de su ministerio antes y después, enlazado por Pentecostés en el otro lado, y en la otra por la segunda venida de Cristo. Tenemos que confesar en mucho respecto uno de los mejores tratados sobre el Espíritu que hemos hallado y es por la Iglesia Católica Romana – Cardenal Manning.  A pesar de los errores papales  que abundan en el volumen, su concepción general del tema en algunos detalles es admirable. Su tratado es llamado La Misión Temporal del Espíritu Santo ¡Cuánto es sugerido por este título! Justo como Cristo Jesús tuvo un tiempo – ministerio en el que vino el mundo para cumplir y habiendo logrado regresó al Padre, así el Espíritu Santo, por el cumplimiento de una misión definida, vino al mundo en un tiempo señalado; ahora él está llevando su ministerio en la tierra,  y a su debido tiempo lo completará y de nuevo ascendería al cielo – esto

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