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La relación entre el Ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios
La relación entre el Ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios
La relación entre el Ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios
Libro electrónico346 páginas7 horas

La relación entre el Ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios

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¿Por casualidad piensan que no importa que se necesite el ministerio de Juan el Bautista o no se necesite? Deben creer según la Palabra de Dios escrita. Debemos entender y creer en el ministerio de Juan el Bautista dentro del contexto del ministerio de Jesucristo. Juan el Bautista es en el Nuevo Testamento el profeta Elías, que según el libro de Malaquías 4: versículos 4-5, se dijo que sería enviado al mundo. Como el profeta Elías que había de venir, Juan el Bautista nació 6 meses antes que Jesús y fue quien pasó los pecados del mundo a Jesús al bautizarle en el río Jordán cuando tenía 30 años. Así debemos convertirnos en verdaderos recipientes de las bendiciones de Dios al conocer el ministerio de Juan el Bautista y aceptar el ministerio de Jesucristo.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento20 sept 2018
ISBN9788928210817
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    La relación entre el Ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios - Paul C. Jong

    Prólogo

    El Nuevo Testamento comienza con los Cuatro Evangelios, es decir los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Los cuatro tratan el asunto del ministerio de Juan el Bautista. Esto se debe a que su ministerio es muy importante. Sin el conocimiento adecuado de Juan el Bautista, no podemos decir que conocemos el ministerio de Jesucristo.

    En ese caso debemos preguntarnos «¿Fue tan importante el ministerio de Juan el Bautista que está recogido en los Cuatro Evangelios?». Incluso Jesús dijo refiriéndose a Juan el Bautista: «Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir» (Mateo 11, 14). Por lo tanto, Juan el Bautista era un hombre que nació para llevar a cabo un ministerio especial. Jesús también dijo: «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan» (Mateo 11, 12). Esto es cierto porque Juan el Bautista nació en el mundo y cuando bautizó a Jesucristo los pecados del mundo se pasaron a Él. De ahí que Jesús pudiese tomar los pecados del mundo en ese momento. Al hacer esta obra, el Señor ha permitido que los que creen en el ministerio de Juan el Bautista y en el ministerio de Jesús puedan entrar en el Cielo al haber borrado sus pecados. Este es el significado implícito del pasaje de las Escrituras del Evangelio de Mateo capítulo 11, versículos 12-14.

    ¿Creen que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad? Si es así, significa que conocen el ministerio de Juan el Bautista y el ministerio de Jesús correctamente. Sin embargo, muchos cristianos que no creen en el ministerio de Juan el Bautista no conocen la Verdad del Evangelio del agua y el Espíritu y tienen una fe que se basa en el fervor de la carne. Por su ignorancia, esta gente ni siquiera intenta conocer el ministerio de Juan el Bautista escrito en los Cuatro Evangelios. Por lo tanto, el ministerio de Juan el Bautista ha sido ignorado incluso entre los cristianos que dicen creer en Jesús. Quizás por esta razón opino que no hay mucha gente que tenga interés en el ministerio de Juan el Bautista hoy en día. Así hay gente que mira extrañada a los que se interesan por este asunto. Esto se debe a que muchos han dejado de interesarse por el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús durante mucho tiempo.

    Han existido líderes cristianos que hicieron creer a la gente que esto era lo correcto. De ahí que los cristianos de hoy en día sigan sin conocer el ministerio de Juan el Bautista. Estos son los que buscan una fe carnal y legalista. Como la gente del mundo ha vivido con una mente carnal y egoísta, han seguido el camino hacia la destrucción.

    Yo daré testimonio del ministerio de Juan el Bautista recogido en los Cuatro Evangelios. No puedo hacer otra cosa que dar testimonio del ministerio de Jesucristo. No puedo dejar de hacer esta obra hasta que todos los cristianos del mundo conozcan el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús. Para comprender correctamente el ministerio de Jesús, debemos tener un conocimiento adecuado del ministerio de Juan el Bautista. Por todos los medios espero que acepten humildemente el testimonio de estos dos ministerios y que los comparen con la Palabra de Dios. No voy a hablar de doctrinas actuales dentro del cristianismo, sino que voy a dar testimonio del ministerio de Juan el Bautista y del ministerio de Jesús recogidos en los Cuatro Evangelios en concordancia con la Palabra de Dios.

    El Señor nos habla con mayor fuerza que nunca sobre la importancia del ministerio de Juan el Bautista

    Ahora la humanidad debe aceptar en sus corazones el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús y así caminar hacia el trono de gracia y ser revestidos de la gracia de Dios. Si quieren volver a Jesucristo, primero tienen que conocer y aceptar el ministerio de Juan el Bautista. Si intentan conocer el ministerio de Jesús sin conocer el ministerio de Juan el Bautista, caerán en numerosos errores y mucho dolor. No deben dejar que el ministerio de Jesucristo sea en vano al descartar el ministerio de Juan el Bautista.

    Ahora mismo, ¿conocen correctamente el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús? Si todavía tienen pecados en sus corazones a pesar de tener fe en el ministerio de Jesús, está claro que no conocen el ministerio de Juan el Bautista. El Señor nos ha hablado a todos nosotros sobre la necesidad del ministerio de Juan el Bautista. La Biblia dice que, si no creemos en el ministerio de Juan el Bautista y nos resistimos a él, nos espera el juicio terrible para ese pecado. Nuestros corazones van hacia Jesucristo porque tenemos el amor de Dios y el ministerio de Juan el Bautista.

    Ahora mismo quiero preguntar a los cristianos de hoy en día cuánto saben sobre el ministerio de Juan el Bautista

    Dudo sobre la fe de los cristianos de hoy. Si intentan comprender el ministerio de Jesucristo si conocer el ministerio de Juan el Bautista, entrarán en un terrible caos, vacio y oscuridad. En otras palabras, serán idiotas. Pero como siguen diciendo que creen en el ministerio de Jesucristo sin conocer el ministerio de Juan el Bautista, me siento frustrado.

    No tengo más remedio que hablar de esta Verdad. Les digo a estos cristianos ignorantes: «No saben que ignoran el ministerio de Juan el Bautista. ¿Qué piensan de este ministerio? En cuanto a la salvación que se recibe al creer en Jesús, ¿piensan que no importa conocer el ministerio de Juan el Bautista o no conocerlo?».

    Debemos pensar cuál es la razón por la que Dios escribió en el Libro de Malaquías capítulo 4, en el Antiguo Testamento: «He aquí, yo os envío el profeta Elías» (Malaquias 4, 5). Dice que Dios quería mandar a Elías en Su tiempo. Entonces llegamos a la cuestión: «¿Por qué envió Dios a Juan el Bautista al mundo?». Debemos entender que Dios Padre había prometido enviar a Elías al mundo antes de que naciese Jesucristo. Jesús testificó que Juan el Bautista era Elías que estaba por venir, según la promesa de Dios:

    «He aquí, yo os envío el profeta Elías,

    antes que venga el día de Jehová,

    grande y terrible

    El hará volver el

    corazón de los padres hacia los hijos,

    y el corazón de los hijos hacia los padres,

    no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición» (Malaquias 4, 5-6).

    ¿No sería maravilloso que los cristianos de hoy entendiesen que este pasaje está hablando de Juan el Bautista? Entonces podrían recibir muchas bendiciones ante Dios. Sin embargo, la mayoría de los cristianos se pierden las bendiciones de Dios porque no entienden completamente este pasaje, y por eso predico este hecho constantemente.

    ¿Por qué dijo el Señor en este pasaje que enviaría al profeta Elías antes de juzgar al mundo? Está escrito que el profeta de Dios, Elías, vendría al mundo, llevaría el corazón de Dios a nosotros y nos conduciría a los que estamos hechos a la imagen de Dios hacia Dios. Podemos ver que estas palabras de profecía se cumplieron en el ministerio de Juan el Bautista que aparece en el Nuevo Testamento.

    El contenido de este libro: La relación entre el ministerio de Jesús y el de Juan el Bautista recogida en los Cuatro Evangelios, será de mucha ayuda a los pecadores cristianos que sólo conocen y creen en la sangre del Señor. Además, les enseñará lo que es el ministerio de Dios. Como descartan el ministerio de Juan el Bautista y lo ignoran, han creido sólo en la sangre derramada en la Cruz hasta ahora. Por lo tanto, no han podido recibir la verdadera bendición de Dios enviada a través de Jesucristo. ¿Son una de estas personas? Si lo son deben creer en el amor de Dios y en Su justicia al conocer el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús de ahora en adelante. Deben darle gloria a Dios y desear recibir las bendiciones infinitas de Dios al entrar en estos ministerios que constituyen la justicia de Dios.

    Algunas personas intentan hacer que el ministerio de Juan el Bautista no tenga significado

    Esto se debe a que esta gente piensa que Juan el Bautista y su ministerio fueron un fracaso. No han entendido el ministerio de Juan el Bautista correctamente. Además, ni lo intentan. Dicen que Juan el Bautista, en vez de reconocer a Jesús, dudó de Él y cayó en la tentación. Dicen que los pasajes de Mateo 11, 2-3 les llevó a pensar esto. Está escrito en Mateo 11, 2-3: «Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?». Con estos pasajes afirman que Juan el Bautista dudó de Jesucristo en vez de creer en Él como el Salvador, pero esto no es cierto.

    Juan el Bautista no dudó que Jesús fuera el Salvador, sino que quiso enviar a todos sus discípulos a Jesús para hacerlos discípulos de Jesús. Andrés y Juan eran dos de esos discípulos. Creo que hubo algunos discípulos bastante tercos que no obedecieron a su maestro cuando estaba en la cárcel y les dijo que fueran a Jesucristo y creyesen en Él. Estoy seguro de que Juan el Bautista quiso enviar a sus discípulos tercos a Jesús antes de morir.

    ¿Son ustedes parte de la multitud que duda del ministerio de Juan el Bautista y su fe? La fe y el ministerio de Juan el Bautista demuestran que era alguien que creyó en la divinidad de Jesús y en que era el Salvador, y especialmente el que era quien pasó los pecados del mundo a Jesús. No era un no creyente, sino que creyó en la divinidad de Jesucristo y que era el Cordero de Dios y además era quien bautizó a Jesús guiado por el Espíritu Santo. Por lo tanto, sabemos que dijo esas palabras porque quería guiar a sus discípulos a Jesucristo. Esto se debe a que sabía que moriría siendo un martir dentro de poco y volvería a Dios.

    Asimismo, completó el ministerio de Elías, de quien se prometió que volvería en el Libro de Malaquias capítulos 3 y 4 en el Antiguo Testamento. Deben recordar la Palabra de Jesús que dijo: «Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir» (Mateo 11, 14). Así, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, Jesús dice que Juan el Bautista es el Elías mencionado en el Antiguo Testamento y habla de la importancia de su ministerio. Por lo tanto, si ustedes que creen en Jesucristo como el Salvador, descartan su ministerio, deben arrepentirse y tener la fe correcta. En el Libro de Malaquias capítulo 4, versículo 6, el Señor dijo que juzgaría a los que no vienen al Señor e ignoran el ministerio por sus pecados.

    Además, en la Biblia Jesús dice que Juan el Bautista era alguien que llevó a cabo un ministerio muy importante. El pasaje del Evangelio de Mateo capítulo 11, versículo 12 dice: «Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan» y este pasaje habla de cómo Juan el Bautista llevó a cabo la obra de pasar los pecados del mundo al bautizar a Jesucristo y de cómo Jesús pudo ir a la Cruz con los pecados del mundo al haber sido bautizado. Así Juan el Bautista pudo dar testimonio al mirar a Jesús y decir: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Esta es la Verdad de la que la Biblia habla en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento.

    Una vez más les digo: «La gente que descarta el ministerio de Juan el Bautista recibirá un juicio terrible de Dios». Quiero que tengan en cuenta que el Señor dice la Verdad completa en los Cuatro Evangelios. Si una persona descarta el ministerio de Juan el Bautista escrito en los Cuatro Evangelios, esa persona no puede entender correctamente el ministerio de Jesucristo.

    Ahora debemos darnos cuenta todos de la importancia del ministerio de Juan el Bautista y estar agradecidos por fe por la justicia de Dios perfeccionada en el Evangelio del agua y el Espíritu. Tanto el ministerio de Juan el Bautista como el de Jesús son valiosos e imprescindibles para nuestra salvación.

    Al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu debemos vivir nuestra fe recibiendo las bendiciones de Dios al conseguir la remisión de los pecados y entrar dentro de la voluntad de Dios. Espero que ahora mismo ustedes estén agradecidos por fe por Jesucristo que ha venido por el Evangelio del agua y el Espíritu, y por el ministerio de Juan el Bautista, que llevó a cabo el ministerio de Dios con lealtad.

    Espero que estas bendiciones milagrosas de Dios estén con ustedes.

    30 de junio de 2006 Paul C. Jong, Autor

    SERMÓN 1

    Deben conocer el

    ministerio de Juan el

    Bautista y creer en él

    < Marcos 1:1-2 >

    «Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta:

    He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti».

    Juan el Bautista preparó el camino al Señor

    Marcos 1, 2 dice: «He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti». Queridos hermanos, pueden encontrar la justicia de Dios si dejan atrás sus nociones y siguen la Biblia y dejan que la Palabra de Dios les guíe. Así, cuando lean la Palabra de Dios, deben leerla después de haber dejado sus propios pensamientos y sus deseos carnales atrás. Sólo entonces podrán creer en la voluntad de Dios que Él quiere cumplir. Lo mismo se puede decir del pasaje de las Escrituras de hoy. Cuando dejan de lado sus pensamientos carnales y siguen la Palabra de Dios y dejan que les guíe, podrán entender el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús.

    El mensajero que Dios envió antes de Jesús es Juan el Bautista. ¿Por qué dijo Dios en Mateo 11, 10-11 que nos envió a Juan el Bautista a nosotros? ¿Por qué nació Juan el Bautista 6 meses antes que Jesucristo? La razón es que Juan debía cumplir la función de Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento en este mundo. Otra de las razones es que tenía que pasar los pecados de la humanidad a Jesucristo, el Cordero de Dios. Como descendiente de Aarón, el Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento, Juan el Bautista había sido enviado para cumplir el sacerdocio de su familia por la voluntad de Dios. Juan el Bautista fue concebido por Dios en el seno de Isabel, descendiente de Aarón, el Sumo Sacerdote. Esto se hizo por la justicia de Dios, para que pasase todos los pecados de la humanidad a Jesucristo.

    El Evangelio de Lucas presenta a Juan el Bautista como hijo de Zacarías, uno de los sacerdotes de la división de Abías. Esto significa que el padre de Juan el Bautista, Zacarías, nació de la división de Abias, uno de los nietos de Aarón, el Sumo Sacerdote. La división de Abias se refiere a sus descendientes. En otras palabras, se refiere a los descendientes de Aarón, el Sumo Sacerdote.

    Cuando los descendientes de Aarón crecieron en número, el Rey David instauró un orden rotativo para el sacerdocio, y los descendientes de Aarón, que eran todos de la estirpe del Sumo Sacerdote, podían ejercer como sacerdotes en turnos durante 15 días según sus respectivas divisiones. Los descendientes de Aarón cumplieron su ministerio de sacerdotes con el pueblo de Israel; algunos como Sumos sacerdotes y otros como sacerdotes ordinarios. Esto se debe a que Dios había dado el privilegio y la bendición de servir como sacerdotes sólo a los descendientes de Aarón.

    Podemos encontrar pruebas de lo dicho anteriormente en 1 Crónicas 24, 1-19; pasemos a este pasaje: «También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio. Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimelec de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio. Y de los hijos de Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho. Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios. Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar, y otra para Itamar. La primera suerte tocó a Joiarib, la segunda a Jedaías, la tercera a Harim, la cuarta a Seorim, la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín, la séptima a Cos, la octava a Abías, la novena a Jesúa, la décima a Secanías, la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim, la decimatercera a Hupa, la decimacuarta a Jesebeab, la decimaquinta a Bilga, la decimasexta a Imer, la decimaséptima a Hezir, la decimaoctava a Afses, la decimanovena a Petaías, la vigésima a Hezequiel, la vigesimaprimera a Jaquín, la vigesimasegunda a Gamul, la vigesimatercera a Delaía, la vigesimacuarta a Maazías. Estos fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel».

    Ahora pasemos a la historia del Día de la Expiación, cuando el pueblo de Israel ofrecía sus sacrificios anuales a Dios. Esta escena se describe en Levítico 16, 29-34: «Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó».

    Deben darse cuenta de que eran los descendientes de Aarón a los que Dios les encargó ser Sumos Sacerdotes para siempre. La Ley inamovible de Dios decía que los descendientes de Aarón desempeñaran las funciones de Sumo Sacerdote. Para que el pueblo de Israel pudiera expiar sus pecados, Dios hizo que el Sumo Sacerdote ofreciera sacrificios para el pecado todos los años el día décimo del séptimo mes.

    Después de pasar la era del Antiguo Testamento y de empezar la del Nuevo Testamento, Juan el Bautista nació de la casa de Aarón, el Sumo Sacerdote, para cumplir el ministerio de pasar todos los pecados de la humanidad a Jesucristo al bautizarlo. Dicho de otra manera, el papel de Juan el Bautista era el de ser el Último Sumo sacerdote del Antiguo Testamento.

    Marcos 1, 1-2 habla del ministerio de Juan el Bautista

    Está escrito en Lucas 1, 5: «Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Isabel». Este pasaje menciona que tanto Zacarías como su mujer Isabel eran descendientes de Aarón. Lo que debemos entender aquí es el ministerio de Juan el Bautista y el misterio del Evangelio del agua y el Espíritu.

    Juan el Bautista nació de Zacarías e Isabel y estos dos pertenecían a la casa de Aarón, el primer Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento. Dios hizo que Juan el Bautista naciese de Zacarías y su esposa para que Juan heredara el cargo de Sumo Sacerdote en este mundo. Como representante de la humanidad que bautizó a Jesús, Juan el Bautista cumplió las funciones del último sacerdote de la era del Antiguo Testamento. Esta es la providencia de la redención que se encuentra en Jesucristo y la obra de la alianza justa de Dios que se encuentra en esta providencia y en Su complacencia.

    Juan el Bautista era el siervo de Dios que fue llamado según la providencia de la redención de Jesucristo. En otras palabras, según la voluntad de Dios Juan el Bautista nació en la casa de Aarón para cumplir la función del último Sumo Sacerdote de la tierra. Al nacer en la casa de Aarón, Juan el Bautista obró como Sumo Sacerdote de toda la humanidad. Aquí debemos examinar esta función en mayor detalle y llegar a comprenderlo completamente. Sólo entonces podemos entender correctamente y creer en el ministerio de Jesucristo que vino para salvarnos de todos los pecados del mundo. Aunque a menudo pensamos en Jesús como Salvador de la humanidad, cuando pensamos en Elías que está por venir, mencionado en Malaquías capítulo 4 del Antiguo Testamento, no nos importa.

    Para entender por qué es tan necesario que todos los cristianos en estos últimos tiempos entendiendan el ministerio de Juan el Bautista, debemos volver a la Palabra de Dios. Debemos considerar la relación entre el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús. Si no hubiese ninguna conexión entre el ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús, no habría ninguna razón por la que interesarnos en Juan el Bautista. Esto se debe a que su ministerio está íntimamente ligado al de Jesús.

    Esto es más cierto hoy en día porque los corazones de la mayoría de los cristianos no han sido limpiados de sus pecados, y porque hay una necesidad de que los cristianos de todo el mundo vuelvan a Jesucristo que vino por el Evangelio del agua y el Espíritu. En cuanto al ministerio de Juan el Bautista y el de Jesús, es absolutamente indispensable conocer y creer en la razón por la que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. Sólo entonces podremos entender la razón por la que Jesús derramó Su sangre en la Cruz por nosotros después de haber sido bautizado por Juan. Juan el Bautista era el mensajero de Dios que fue enviado por Dios Padre al mundo casi al mismo tiempo en que Jesucristo, Su Hijo, fue enviado. Como Sumo Sacerdote de la era del Antiguo Testamento Juan cumplió este ministerio al bautizar a Jesús.

    Por eso Dios dijo en Marcos 1, 2: «Como está escrito en Isaías el profeta: «He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti». Deben darse cuenta de que los escritores de los Cuatro Evangelios en el Nuevo Testamento desvían nuestra atención al ministerio de Juan el Bautista antes de hablar de Jesucristo. Marcos, discípulo de Jesús, primero presentó el ministerio de Juan el Bautista, que era el de pasar los pecados del mundo a Jesús. Esto se debe a que Marcos sabía que Juan el Bautista tenía que pasar los pecados del mundo a Jesús al bautizarlo. Esto se debe a que Juan el Bautista fue el hombre que pasó los pecados de la humanidad a Jesús a través del bautismo.

    Citando un pasaje del Antiguo Testamento, Marcos está diciendo que Juan el Bautista era el siervo de Dios preparado de antemano según Su providencia. La razón de esto es que cuando todos entendemos el ministerio de Juan el Bautista sólo entonces podemos entender el ministerio de Jesús y creer en él. Juan el Bautista era el mensajero que Dios Padre envió al mundo 6 meses antes de Jesús. En otras palabras, era el embajador de Dios que fue enviado para pasar los pecados del mundo a Jesús. Juan el Bautista fue elegido por Dios entre los Sumos Sacerdotes del Antiguo Testamento y era el siervo de Dios que debía pasar los pecados del mundo a Jesús al bautizarle y así cumplió su función de sacerdote.

    Por lo tanto, su ministerio estaba bendecido y por eso fue el siervo de Dios que cumplió una función importante para cumplir la justicia de Dios. Juan el Bautista era el bendecido que, junto con Jesús, era indispensable para cumplir toda la justicia de Dios (Mateo 3, 15). En otras palabras, era el siervo de Dios que dejó claro que Jesús se convertiría en el Salvador de todos los pecados. Así no deberíamos ignorar el hecho de que los cuatro escritores de los Cuatro Evangelios presentan el ministerio de Juan el Bautista antes del ministerio de Jesús. Antes de conocer el ministerio de Jesús, todos nosotros debemos conocer la importancia del ministerio de Juan el Bautista.

    Tanto espiritualmente como factualmente, Juan el Bautista era el embajador de Dios que fue enviado desde el Reino de los Cielos. A través del ministerio de Juan el Bautista, que vino del Reino de los Cielos para obedecer la voluntad de Dios, podemos entender el ministerio de Jesucristo correctamente. Si entendemos correctamente el ministerio de Juan el Bautista, entonces también podemos entender fácilmente que Jesús cargó con los pecados de la humanidad de una sola vez al ser bautizado por Juan el Bautista para convertirse en nuestro Salvador. Así podemos ver que los Cuatro Evangelios en el Nuevo Testamento relatan el ministerio de Juan el Bautista, siervo de Dios.

    ¿Por qué nos envió Dios a Juan el Bautista, un descendiente de Aarón, antes de enviar a Jesús al principio de la era del Nuevo Testamento? Esto nos demuestra que del mismo modo en que Aarón, el Sumo Sacerdote, que pasaba a un cordero los pecados del pueblo de Israel cometidos durante un año mediante la imposición de manos en el Antiguo Testamento, Juan el Bautista es el hombre que pasó estos pecados del mundo a Jesús de una vez por todas en la era del Nuevo Testamento.

    Levítico 16, 21 dice: «Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto». El homólogo del Nuevo Testamento para este pasaje es el ministerio de Juan el Bautista, y el bautismo de Jesús denota la importancia de este ministerio.

    Voy a ilustrar este punto con un ejemplo secular. Digamos que un hombre joven es recluido para el servicio militar y recibe el entrenamiento necesario. No se convierte en un buen soldado nada más por empezar, sino más tarde. Asimismo, Jesús no tomó los pecados de la humanidad desde el momento en que nació, sino que cargó con ellos cuando tenía 30 años y fue bautizado por Juan el Bautista, y por eso se ha convertido en el verdadero Salvador. Así como Jesús cargó con los pecados del mundo pudo ser crucificado para expiarlos. El animal expiatorio del Antiguo Testamento se convirtió en un sacrificio expiatorio para aceptar los pecados anuales de los israelitas de una vez por todas mediante la imposición de manos del Sumo Sacerdote. Del mismo modo Juan el Bautista cumplió la importante función de pasar los pecados del mundo a la ofrenda para el pecado llamada Jesucristo, el Cordero de Dios, al bautizarle.

    Hebreos 10, 1 dice refiriéndose a esta Verdad: «Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan». La Biblia también dice en Isaías 40, 3: «Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios». Dios Padre está diciendo que pasó los pecados del mundo a Su Hijo Jesús de una vez por todas a través de Juan el Bautista. Todos y cada uno de los pecados de este mundo se pasó a la cabeza de Jesús a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista. Antes de ser crucificado, Jesús cargó con los pecados de este mundo a través del bautismo recibido de la mano de Juan el Bautista.

    El Nuevo Testamento presenta el ministerio de Juan el Bautista antes que el ministerio de Jesús al principio de los Cuatro Evangelios

    Tal y como está escrito en el Antiguo Testamento, Juan el Bautista era un mensajero de Dios. Hoy en día, sin embargo, hay una tendencia pronunciada según la cual los maestros del Evangelio ignoran a Juan el Bautista y su ministerio. Esta es una gran falacia espiritual y un problema muy grave. Es lo mismo que ignorar la sabiduría de Dios y Su plan para dar a los humanos la vida eterna. Sin embargo, deben reconocer que sólo al entender y creer en el ministerio de Juan el Bautista pueden darse cuenta de que Jesucristo es el verdadero Salvador de la humanidad. Si predican sin tener este conocimiento, esta sabiduría y esta fe, nunca podrán predicar correctamente. Sólo se convertirán en practicantes de religiones mundanas que predican sólo lo más superficial y dejan lo más importante del Evangelio del agua y el Espíritu. Sin enseñar la función de Juan el Bautista a la congregación, ningún predicador puede llevarles a Jesucristo que vino por el Evangelio del agua y el Espíritu. Esto

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