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¿Qué Se Necesita Para Nacer De Nuevo?
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¿Qué Se Necesita Para Nacer De Nuevo?
Libro electrónico341 páginas5 horas

¿Qué Se Necesita Para Nacer De Nuevo?

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Los cristianos de hoy en día tienen que cambiar sus pensamientos. Deben creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios como su verdadera salvación. Tenemos que darle gracias al Señor por darnos este Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cómo podemos decir que la obra de la salvación del Señor nos ha librado de todos los pecados del mundo es incorrecta? Mediante este libro sobre el Evangelio del agua y el Espíritu, todo el mundo debe nacer de nuevo al creer en la salvación que el Señor ha cumplido para siempre. Si todavía no están seguros de esto, deben contemplar una vez más la justicia de Dios que el Señor les ha dado.

IdiomaEspañol
EditorialPaul C. Jong
Fecha de lanzamiento19 ene 2019
ISBN9788928223350
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    ¿Qué Se Necesita Para Nacer De Nuevo? - Paul C. Jong

    Prólogo

    ¿Qué necesitan para nacer de nuevo?

    Deseo sinceramente que todo el mundo nazca de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Para que esto ocurra es absolutamente necesario que todo el mundo entienda primero qué es el Evangelio del agua y el Espíritu. Todos los seres humanos deben ver desde su propia experiencia que el Evangelio del agua y el Espíritu puede permitirles nacer de nuevo y hacerles felices.

    He predicado el Evangelio del agua y el Espíritu a muchas personas. Y he testificado que el Evangelio del agua y el Espíritu es la Verdad. En su momento mucha gente escuchó el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios y estuvo muy agradecida. Sin embargo, algunas personas todavía se aferran a sus propios pensamientos. Muchas de ellas juegan con la Verdad y se niegan a reconocer completamente que Jesús nos ha salvado a todos mediante el Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, demasiadas personas están tomando la decisión incorrecta cuando añaden sus pensamientos carnales a su carne en vez de creer en la Verdad de Dios tal y como es.

    No puedo dejar de decir lo absolutamente imperativo que es que nos demos cuenta del Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado y creamos en él. Debemos darnos cuenta de que esta Verdad es algo que podemos escoger creer o no creer. Todos los pecadores deben nacer de nuevo al creer en la Verdad de la salvación que ha venido por el Evangelio del agua y el Espíritu como cuestión de absoluta necesidad.

    Lo primero que debemos entender aquí es que el Evangelio del agua y el Espíritu no es un producto de nuestros propios pensamientos. El Evangelio del agua y el Espíritu ha borrado todos los pecados de nuestras almas para siempre, y con este Evangelio no nos falta nada para alcanzar nuestra salvación. Este Evangelio es el verdadero Evangelio que el Señor nos ha dado para eliminar nuestros pecados. Es la Verdad de la perfecta salvación iniciada por Dios, planeada por Dios y cumplida por Dios. Todos debemos creer que nuestro Señor nos ha dado el Evangelio del agua y el Espíritu por nuestro bien. Esta es la mentalidad adecuada para responder al amor del Señor.

    El Evangelio del agua y el Espíritu es el mayor amor, el único Evangelio verdadero y la Verdad de la salvación planeada por el Dios Trinitario para salvar a todos los seres humanos de sus pecados. Espero y oro por que reciban la vida eterna al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu de Dios y Su verdadera salvación ahora.

    Del autor.

    SERMÓN 1

    ¿Quién adora

    en Espíritu y Verdad?

    < Juan 4:1-24 >

    Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

    ¿Qué significa tener fe para adorar a Dios en Espíritu y Verdad?

    Hoy me gustaría explicarles lo que significa esto. El Señor dijo: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren (Juan 4:24). Esto significa que debemos ser movidos por el Espíritu Santo cuando adoramos a Dios, es decir ser movidos por Dios mismo. ¿Qué tipo de fe se necesita para adorar a Dios en espíritu y verdad? Es el tipo de fe que nos pide que adoremos a Dios al creer que el Señor cargó con todos nuestros pecados al ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán y que también cargó con la condena de todos esos pecados. En otras palabras, adoramos a Dios en espíritu y verdad gracias al don del Espíritu Santo que hemos recibido de Dios al aceptar la remisión de los pecados en nuestros corazones por fe. Como creemos en el Evangelio del agua y el Espíritu, estamos obligados a confesar nuestra fe y decir: Dios es mi Señor y mi Dios.

    El Señor dijo: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren (Juan 4:24). Esto significa que debemos lavar nuestros pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu y adorar a Dios espiritualmente. En otras palabras, el Señor nos está diciendo que adoremos a Dios a través de nuestra fe en el Evangelio del agua y el Espíritu.

    Leamos Mateo 3:13-17 para entender cómo podemos adorar a Dios de esta manera. Este pasaje describe qué ocurrió cuando Jesús fue bautizado. Voy a leerlo: Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    Aquí vemos que Jesús fue al río Jordán. Antes de esto, Juan el Bautista había estado predicando y gritando al pueblo de Israel: ¡Arrepentíos, raza de víboras! ¡Volved a Dios! El día de Su juicio está cerca y el hacha está puesta en la raíz de los árboles. Quien no vuelva a Dios de todo corazón será cortado y arrojado al fuego. ¡Así que arrepentíos de corazón! ¡Volved a Dios! Jesús fue a Juan el Bautista y le pidió que le bautizase. Pero Juan el Bautista se negó al principio diciendo: ¿Cómo me pides que te bautice yo a Ti cuando soy yo quien necesita ser bautizado por Ti? Para Juan esto era inconcebible.

    Los dos significados del bautismo administrado por Juan el Bautista

    Hay dos tipos de bautismo que Juan el Bautista administró. El primero es el bautismo del arrepentimiento, por el que llamó a todo el mundo a volver a Dios. Y el segundo es el bautismo de Jesús, a través del que el Señor cargó con todos los pecados del mundo para siempre. Este es el bautismo a través del que Juan el Bautista pasó todos los pecados del mundo a Jesús de una vez por todas. Al principio Juan el Bautista se negó a bautizar a Jesús, diciéndole: Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿pero Tú vienes a mí?. Sin embargo, Jesús le dijo: Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia. Esto significa que era la justicia de Dios que Jesús cargase con los pecados del mundo para siempre al ser bautizado por Juan el Bautista y salvar a toda la raza humana de sus pecados.

    Sin embargo, muchos cristianos no entienden completamente este pasaje de las Escrituras. Así que dicen: ¿Dónde dice la Biblia que nuestros pecados fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado por Juan el Bautista?. Debemos examinar aquí si todos los pecados del mundo fueron pasados a Jesús para siempre cuando fue bautizado por Juan el Bautista. Esto es lo que Jesús mismo dice en Mateo 3:13-15. Y si esto es lo que Jesús está diciendo, solo puede significar que todos los pecados del mundo fueron pasados a Su cuerpo cuando fue bautizado por Juan el Bautista. Pero, muchas personas, a pesar de esta verdad, todavía preguntan dónde está la prueba. Puedo asegurarles que la prueba se encuentra en el capítulo tres de Mateo, donde se dice que los pecados del mundo fueron pasados a Jesucristo de una vez por todas a través de Juan el Bautista si estudian la Palabra de las Escrituras correctamente. Los escépticos no tienen ninguna prueba de lo contrario.

    Quiero pasar unos minutos para verificar una vez más que Jesús cargó con los pecados del mundo a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista. Les pido que consideren esto objetivamente una vez más. Esto es lo que Jesús le dijo a Juan el Bautista junto antes de ser bautizado: Permíteme hacer ahora, pues conviene así que cumplamos toda justicia. La palabra así aquí se refiere a el acto del bautismo que Juan el Bautista le dio a Jesús, es decir, Jesús dijo que era correcto que Él cargase con los pecados de este mundo al ser bautizado por Juan el Bautista. Toda justicia aquí significa que Jesús nos dejaría sin pecados al cargar con todos los pecados cometidos por nosotros en este mundo. En otras palabras, la justicia de Dios consiste en dejar a todo el mundo sin pecados. Es absolutamente incorrecto intentar establecer nuestra propia justicia de la carne y así levantarnos contra la justicia de Dios.

    La cara usada de un trapo siempre está sucia, mientras que la cara no usada está limpia. Pero la justicia de la humanidad está más sucia que ese trapo. Sin embargo, la gente se engaña pensando que, solo por haber hecho unas pocas cosas buenas, su conciencia está limpia. Sin embargo, de la misma manera en que nunca se lavarían la cara con un trapo por muy limpio que parezca, no pueden entrar en el Reino de los Cielos al confiar en su justicia humana. Así que, como la justicia de la humanidad es como un trapo, los seres humanos no pueden estar sin pecados a los ojos de Dios por muchas buenas obras que hagan. Como hemos nacido como descendientes de Adán, no podemos convertirnos en hijos de Dios por nuestra cuenta. Esto se debe a que, por muchas buenas obras que hagan los seres humanos, todos nacen con pecado por naturaleza.

    Al contrario que la justicia de la humanidad, la justicia de Dios es perfecta. La justicia de Dios es esta: como los seres humanos son incapaces de vivir según la Ley de Dios, Jesús mismo ha eliminado todos los pecados cometidos por todo el mundo al cargar con ellos a través del bautismo que recibió de Juan el Bautista y recibió el castigo de la crucifixión. Esta es la justicia de Dios. Cuando Jesús estaba a punto de ser bautizado por Juan el Bautista, le dijo: Conviene así que cumplamos toda justicia (Mateo 3:14). ¿Cuál es el significado real de este pasaje? Esto significa que, cuando Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, cargó para siempre con todos los pecados que hemos cometido y cometeremos desde el día en que nacimos en este mundo hasta el día en que morimos a través de este bautismo.

    Quiero explicar mejor esto utilizando el texto original en griego. La frase conviene así en Mateo 3:15 es (hutos) y en griego. Cuando Jesús fue bautizado dijo que era para el cumplimiento de toda la justicia de Dios que Juan el Bautista tenía que bautizarle y Él tenía que recibir este bautismo. Esto es lo que quiere decir (hutos) y (pasan dik-ah-yos-oo’-nayn) en el texto original. La palabra (hutos), que se traduce como así en español, significa de esta manera, de la manera más adecuada y de ninguna otra manera. La siguiente palabra, (dik-ah-yos-oo’-nayn), significa lo más correcto. Esto no es mi propia interpretación, sino que está escrito en griego, que es uno de los idiomas más claros.

    Por eso Dios hizo que el Antiguo Testamento se escribiese en griego. El texto original del Nuevo Testamento estaba escrito en griego. El Antiguo Testamento, sin embargo, se escribió en hebreo, un idioma arameo. En español la palabra amor denota todo tipo de amor, desde el amor de los padres y los hijos hasta el amor romántico que las parejas tienen. Por el contrario, el griego tiene palabras específicas para describir diferentes tipos de amor. Por ejemplo, el amor de Dios se expresa con la palabra "ágape. Esta palabra se refiere al amor incondicional de Dios. Su uso es diferente al del amor usual entre seres humanos. La palabra amor se usa de manera global en inglés. Se utiliza para describir todo tipo de amor, desde el amor de los padres al amor romántico, e incluso el amor propio. Pero el griego distingue el amor de Dios con la palabra específica ágape. El amor entre amigos se expresa con philia. El amor romántico entre los miembros del sexo opuesto se denomina eros".

    Así que, en la Biblia, donde se dice: Pues conviene así que cumplamos toda justicia, es decir (hutos) y (pasan dik-ah-yos-oo’-nayn) en griego, significa que la justicia de Dios había determinado que Jesús cargase con todos los pecados de la humanidad cuando fue bautizado. En otras palabras, Jesús estaba diciendo a Juan el Bautista: Lo más adecuado y correcto es que Me bautices. No hay otra manera para cargar con los pecados de la humanidad para siempre si no es recibiendo el bautismo de ti. Así que debo ser bautizado por ti. Debo llevar la salvación más justa a la humanidad al recibir el bautismo de ti. Cuando Jesús dijo: Pues conviene así que cumplamos toda justicia (Mateo 3:15), estaba expresando Su deseo de cumplir la justicia de Dios. Cuando Juan el Bautista escuchó a Jesús decir esto, le dejó.

    Cuando Jesús salió del agua después de ser bautizado, se escuchó la voz de Dios: Este es Mi Hijo amado, en quien tengo Mi complacencia. ¿Qué significa esto? Dios Padre estaba diciendo: De la forma más adecuada, al ser bautizado por Juan el Bautista, el representante de la humanidad, Mi Hijo ha cargado con todos los pecados de los seres humanos para su salvación perfecta. En otras palabras, Dios estaba diciendo que Su Hijo tenía que cargar con los pecados de la humanidad. Y estuvo complacido en Su Hijo. Dios no podría haber tenido complacencia en Su Hijo si no le hubiese obedecido, pero como el Hijo había sido bautizado en obediencia a Su voluntad, Dios se complació en Él.

    Como Jesucristo cargó con todos los pecados que cometemos con nuestros cuerpos, corazones y debilidades de la forma más adecuada y correcta, tuvo que llevarlos a la Cruz y ser condenado por ellos. Antes de morir en la Cruz, Jesús oró a Dios Padre: Padre, por favor, aparta de Mí este cáliz si es posible. Pero hágase Tu voluntad y no la Mía. He cargado con todos los pecados de la humanidad al ser bautizado. Y por eso debemos cargar con todas las maldiciones de la humanidad en Mi cuerpo. Tengo mucho miedo, Padre. Si hay alguna manera de librarme, no quiero ser crucificado. ¿No puedo eliminar todos los pecados de la humanidad al llevarme al Cielo? ¿Tengo que ser crucificado sin falta?.

    Nuestro Señor agonizó de esta manera. Sin embargo, como dice la Biblia: Maldito todo el que es colgado en un madero (Gálatas 3:13), la Ley de Dios decía que los seres humanos más malditos y horribles tenían que ser crucificados y sangrar hasta morir. Esa era la ley de Dios para ejecutar a los pecadores más malvados. Así que, Dios Padre le dijo a Jesús: Mi Hijo, ¿no has cargado con todos los pecados de la humanidad? ¿No le has dicho a Juan el Bautista que cumplirás toda la justicia al hacer esto? ¿Acaso no fuiste bautizado por Juan el Bautista de esta manera y no cargaste con todos los pecados del mundo Una vez cargaste con los pecados de la humanidad, todas sus maldiciones descansaron sobre Ti. Por tanto, debes cargar con estas maldiciones con Tu cuerpo. Nuestro Señor entonces se decidió a seguir esta voluntad del Padre.

    Al contrario que nuestro Señor, quien agonizó tanto por esta decisión, Sus discípulos le acompañaron y se quedaron dormidos porque estaba cansados. Así que el Señor les dijo: ¿Tan cansados estáis? ¿No os podéis quedar despiertos ni un poco? El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. Volved a dormir y descansar. He cargado con los pecados de la humanidad a través de Mi bautismo, y al ser bautizado, cumpliré vuestra perfecta salvación. Poco después de decirles esto a los discípulos, nuestro Señor fue arrestado por los soldados romanos por la traición de Judas. Fue juzgado en la corte de Pilato, azotado y despreciado, y cargó con una Cruz de madera pesadas a Sus espaldas. El cuerpo de Jesús estaba lleno de heridas por los 39 azotes que recibió. Pero, aun así, fue obligado a cargar con el instrumento de Su propia ejecución como era costumbre. Sufrió mucho bajo el peso de la Cruz. Al ver esto, un hombre llamado Simón de Cirene, movido por su compasión llevó la Cruz de Jesús por Él.

    La Palabra de Jesús

    Jesús le dijo a Juan el Bautista: Si no me bautizas, no puedo salvar a la humanidad perfectamente. Por tanto, debo ser bautizado por ti de la manera más adecuada. Entonces fue bautizado por Juan. Y Dios Padre dio testimonio de esto. Sobre la cabeza de Jesús saliendo del agua después de Su bautismo, Dios dijo: Este es Mi Hijo amado, en quien tengo Mi complacencia. Cuando leemos este pasaje en el texto original, podemos darnos cuenta de lo siguiente: "Al ser bautizado de la manera más adecuada, Jesús ha completado nuestra salvación justa. No nos dijo que no teníamos pecados, aunque los tuviésemos. Pero, a través de Juan el Bautista, el último profeta y Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento, Jesús aceptó todos los pecados de la humanidad, ya fueran cometidos en sus corazones o cuerpos, de la misma manera en que los pecados del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento pasados al animal vivo del sacrificio cuando el Sumo Sacerdote ponía las manos sobre el animal.

    En realidad, el Señor ha cumplido la salvación más adecuada a través de este bautismo. El texto original griego de la Biblia tiene este significado claramente. Así que he dejado claro esto en mis libros y en nuestros boletines. Lo hago porque no quiero que la gente haga afirmaciones infundadas y diga: ¿Dónde está escrito en la Biblia que todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado?. No hay que dudar de esto. Jesús ha cumplido la salvación más justa al ser bautizado de la manera más adecuada y sin falta.

    ¿No es cierto que Jesús nos ha salvado de todos nuestros pecados para siempre al aceptarlos todos cuando fue bautizado? Si nuestros pecados no hubiesen sido pasados a Jesús y hubiesen permanecido intactos en nuestros corazones, ¿cómo podemos hacer afirmaciones infundadas de que hemos recibido la remisión de los pecados y cómo podemos decirle a Dios que somos justos y llamarle Padre? Esto es solo posible porque nuestros pecados fueron pasados a Jesús para siempre cuando fue bautizado de la manera más justa posible, podemos creer verdaderamente en Jesús como nuestro Salvador y recibir el Espíritu de Dios de Dios Padre. Por eso podemos obedecer el mandamiento del Señor y adorarle en espíritu y verdad. Creemos que todos los pecados que hemos cometido y cometeremos desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos fueron pasados a Jesucristo cuando fue bautizado; creemos que Jesús fue condenado en la Cruz en nuestro lugar; creemos de todo corazón en la Palabra del Antiguo y Nuevo Testamento a los ojos de Dios; y somos los que hemos recibido la remisión de los pecados y adorar a Dios en espíritu y verdad. Esto es lo que significa adorar a Dios en espíritu y verdad.

    Quiero hacerles una pregunta en este momento. ¿Fueron pasados a Jesús todos nuestros pecados cuando fue bautizado o no? Por supuesto que sí. Este no es un mero dogma, sino que es la Verdad fundamental. Se trata de creer en la Palabra escrita. Se trata de creer en la Verdad. No es un credo de una secta. Pero, a pesar de esto, muchos pastores hoy en día no conocen el texto original ni tienen el deseo de buscarlo y por eso no lo pueden aplicar. Cuando mis sermones son traducidos, el significado puede cambiar drásticamente dependiendo de qué palabras se utilizan. Por ejemplo, cuando digo que nuestros pecados fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado, dependiendo de la palabra utilizada para traducir el verbo pasar, puede tener un significado diferente. En coreano utilizo la misma palabra coreana para pasar, pero el traductor puede utilizar una palabra diferente que es adecuada para el contexto.

    De esta manera, solo una persona que conoce el texto original de las Escrituras puede aplicarlo correctamente. Cuando alguien lee el texto original puede ver qué dice la Biblia. Aunque se me olvide lo demás, no se me olvidarán las palabras (hutos) y (pasan dik-ah-yos-oo’-nayn). He memorizado estas palabras para conocer su significado como la palma de mi mano. Estas palabras significan de la manera más adecuada, lo más correcto o de ninguna otra manera. Significan que Jesús ha eliminado nuestros pecados de la manera más justa al ser bautizado por Juan el Bautista. Este es el significado que el bautismo de Jesús. Y a través de este bautismo todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús, y al creer en esto hemos llegado a nuestra verdadera salvación. Por eso Jesús dijo en el capítulo 4 de Juan: Dios es Espíritu y los que le adoran deben adorarle en espíritu y verdad. Los que han recibido la remisión de los pecados al creer en el bautismo de Jesús, y los que se han convertido en hijos de Dios al recibir el don del Espíritu Santo en sus corazones, pueden adorar a Dios en espíritu y verdad. Dios se deleita en aceptar la adoración de estas personas. Busca a los que adoran de la manera correcta.

    En el pasaje de las Escrituras de hoy vemos que Jesús se separó de Judea y se fue a Galilea y pasó por Samaria. En aquel entonces, Samaria era la región que había experimentado muchas invasiones enemigas en Israel, desde Babilonia a Siria. Así que las mujeres en Samaria habían sufrido mucho por estas invasiones extranjeras, de la misma manera en que muchas mujeres coreanas sufrieron bajo el dominio colonial japonés. Como resultado, los habitantes de Samaria no pudieron mantener su linaje judío puro. Hay varias naciones en el mundo que, hasta el presente, dicen ser étnicamente homogéneas y puras, pero en realidad, esto no es cierto. De cualquier manera, Jesús fue a Galilea solo al pasar por esta región de Samaria.

    De camino llegó a la ciudad de Sicar donde estaba el pozo de Jacob a mediodía. Esa era la hora más calurosa del día. Cansado del viaje, Jesús se sentó junto al pozo y una mujer de Samaria fue al pozo a sacar agua bajo el sol abrasador. Entonces Jesús le pidió agua a esta mujer. Los discípulos habían ido a la ciudad a comprar pan y por eso Jesús estaba solo cuando la mujer de Samaria fue al pozo. Debemos ponernos en la situación de esta mujer. Había ido al pozo pensando que no habría nadie, pero había un hombre joven sentado junto al pozo. Y este hombre le dijo: Dame agua. La mujer le dijo entonces: ¿Cómo es que Tú, siendo judío, me pides agua a mí, una mujer de Samaria?. Jesús le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva (Juan 4:10).

    La mujer le dijo a Jesús: ¿Cómo vas a darme agua cuando Tú eres el que me ha pedido agua? ¿Tienes un cubo? Ni siquiera tienes un cubo, ¿cómo me vas a dar agua? ¡No tiene sentido lo que dices!. Encontramos este suceso en Juan 4:11-14: "La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna". La mujer hablaba con bastante confianza, ya que le dijo a Jesús: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla (Juan 4:15).

    Dicho de otra manera, hubo una discusión entre Jesús y esta mujer junto al pozo. Dame agua, le preguntó a Jesús la mujer. ¿Cómo es que Tú, un judío, me pides agua?, contestó la mujer. Jesús le dijo: Si me hubieses pedido agua sabiendo quién soy, te habría dado agua vida. La mujer dijo: ¿Cómo vas a darme agua si no tienes un cubo?. Jesús le pidió a la mujer que le trajese a su marido. Las primeras rondas fueron empate. En la tercera ronda Jesús estaba contra la pared. Pero, en la cuarta ronda, Jesús le dijo a la mujer que fuese a buscar a su marido.

    La mujer estaba sorprendida y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo entonces: Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad (Juan 4:17-18). La mujer pensó para sí misma: Lo sabe todo sobre mi vida pasada y mis cinco maridos anteriores, y el sexto hombre con el que vivo no es mi marido. Ahora se había acabado la discusión. La mujer aceptó su derrota y le dijo a Jesús al final: No eres un hombre ordinario, sino un profeta. Dios ha enviado a Sus profetas al pueblo de Israel de vez en cuando. Como lo sabes todo sobre mí, está claro que eres un profeta.

    En aquel entonces la mujer había tenido cinco maridos y ahora vivía con el sexto hombre. Cuando el Señor le dijo que el hombre con el que vivía no era su marido, le dijo: ¡Eres un profeta! ¿Cómo lo sabes todo sobre mí? Tienes razón. Jesús dijo aquí que el hombre con el que vivía la mujer de Samaria no era su marido. Esto implica que su verdadero marido era Jesucristo. En la Biblia, el marido suele ser Jesucristo. Aunque la mujer había vivido con seis hombres diferentes, ninguno de ellos era su verdadero marido. ¿Qué significa esto? En este mundo hay muchas personas que creen en el dinero como si fuera su marido y como su Dios. Piensan que el dinero es su marido y su Dios. Pero

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